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La Fuerza De Nuestra Atracción por MidNightFlower

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Notas del capitulo:

Cuanto tiempo pequeños mios! no saben cuanto lo lamento, pero despues de mucho meditarlo, finalmente terminé el capitulo y espero realmente que este a la altura de lo que esperan (despues de tanto tiempo en el limbo). agradezco muchisimo todos sus bellos comentarios Tsukkei (te agradezco infinitamente por darme el empujon que requeria para terminar el capi!! mil gracias!), Golden nugget (tarde pero seguro aqui estoy eje), Adhara Altair (aww perdón por tardan tanto ;O;), la rosa (pues ya esta qui la conti eje), Anonymus (sorry por dejarte con el jesus en la boca ;A;), LRMV (yo te adoro más!!), nadia (sorry por la demora TOT), nio1991 (jeje sorry por dejarle hasta ahi... pero ¿que te puedo decir? me gusta el suspenso xP), Kritto Droopye (tu instinto esta en lo correcto darling! se vienen problemas en especial para Harry y en menor medida a Remus x.x), mestefaniab (¿que te puedo decir? Harry esta en esa edad jeje y sobre Sirius pues solo diré que es un caso perdido xD), megasikent (jeje me alegra que te divirtiera y sobre lo de Tom, pues tenía que estar vivo para el lindo Tomrry jeje), Arlequina (buen concejo para ese par! y no sabes cuanto te agradezco que hayas leido tan rapido la historia! mil gracias), CristineC (y así será querida! ;9) y  Roochii (prometo que en siguiente capi aparecerá Tom :D). Nuevamente me disculpo por la demora y espero que para el siguiente capi no demore demaciado.


A leer se ha dicho~

°oOo°1 semana después °oOo°

El día presagiaba ser soleado y con una agradable brisa veraniega que a cualquiera le levantaría el ánimo con solo ver su esplendor. Sin embargo no era el caso de ese par de Slytherins que vagaban en Hogsmeade, o mejor dicho; uno en particular.


-¿Por qué tengo que acompañarles?- preguntó Theodore Nott rodando los ojos ante las insistencias de Blaise de empujarlo a las 3 escobas. Siempre consideró que tenía mejores cosas que hacer un sábado en la mañana que pasarlo con dos de sus compañeros y un puñado de Gryffindors, pero curiosamente cuando le preguntaron ese miércoles si estaba libre, no se le ocurrió una buena excusa para declinar la invitación.


-Porque será divertido- dijo jovial el moreno –y porque Ronny aún está un poquito molesto por la tarde de pasión que compartimos- dijo como que no quiere la cosa –y cree que de un momento a otro le volveré a brincar encima, lo cual no haría porque lo respeto y quiero- dijo de tal forma que ni el mismo se la creía por lo cual carraspeó y condujo a su amigo a un gabinete donde cabrían todos los invitados.


-¿Así que querías testigos oculares de tu resistencia a tus desenfrenos sexuales?- preguntó de forma seca sin esperar respuesta pues esta era más que obvia –pero si ibas a invitar a Parkinson y a Granger ¿para qué me necesitas a mí?- Blaise sonrió ampliamente y prefirió salir por la tangente.


-Por nada en especial, solo es agradable tener a alguien serio como tú- el chico arqueó una ceja sin creerle, pero prefirió no agregar nada más. Theo por su parte solo rodó los ojos. Eso no presagiaba bien, mucho menos sin un libro a la mano para leer mientras observaba las bufonadas de sus compañeros enamorados. “Ya ni que hacerle…” se dijo derrotado.


Blaise suspiró sintiéndose muy bien consigo mismo por su atinada respuesta. Todo estaba saliendo como lo había planeado y se sentía bastante generoso para ayudar a Longbottom con su acercamiento con Theo. Si antes tenía .0001% de probabilidad de algo con él, esas posibilidades se podrían acercar al 1% finalmente” se dijo triunfal. Solo esperaba que el Gry no lo echara a perder.


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Con su dulce aroma se acurrucó contra su pecho despertándole de su estupor. Aun se sentía somnoliento pero no podía quejarse por sus cortas noches de sueño pues habían sido sabiamente aprovechadas y tan deliciosas que a veces deseaba que se le alargaran hasta el infinito para nunca más soltarle.


Remus besó dulcemente la sien de su pequeño veela. Un suspiró satisfecho salió de sus labios sin querer despertar, pero que con un profundo bostezo abrió los ojos antes de frotarlos con el dorso de su mano.


Con gusto le saludó con un beso en los labios y Draco le echó los brazos al cuello. Pasaba de medio día pero eso a ninguno de los dos podía importarle menos. Era un gran día y solo podían disfrutarlo en su mutua compañía.


Draco con añoranza miró la ventaba recargando su cabeza en el hombro de Remus mientras con su diestra delineaba las cicatrices apenas visibles consecuencia de su parte licana. Eran tan preciadas para él pues tenían ha historia escritas en ellas con pintura de plata. Tan delgadas pero imborrables que le impulsaban con gusto a besarlas para acallar ese semblante triste con el que el mayor las veía.


Una lechuza entró para depositar una nueva carta sobre la cómoda y Draco puso los ojos en blanco negándose rotunamente a leerla. Se levantó de la cama refunfuñando para tirarla al fuego. Era obvio lo que contenía, pero no quería saber más de lo que ya sabía. “Desearía más tiempo…” se dijo ladeando la cabeza para contemplar el atractivo perfil de Remus. Sabía que los dulces días no podían continuar para siempre ya que su padre ya comenzaba a impacientarse por su ausencia, su madre también preguntaba constantemente por su bienestar y luego estaba el tema del Lord que residía en su casa… tanto que hacer y tan poco tiempo a la delicia, por tanto quería aprovecharlo mientras pudiera.


-Tus pensamientos están muy dispersos Draco y disipas el ambiente…- murmuró Remus acomodándose sobre sus codos -¿pasa algo malo?-


-No- contestó con media sonrisa dándole un lento beso que lo derritió –solo espero que esto no se acabe…- el mayor lo miró con curiosidad tratando de descifrar lo que escondía esa frase.


-No tiene que hacerlo- contestó acunando su rostro en sus manos para besarlo más profundamente.


Realmente lo esperaba, pero no podía decir nada más.


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En la habitación contigua a la de Remus, Harry estaba cabizbajo. Su cabeza trabajaba a marchas forzadas y comenzaba a frustrarle. Recargó con pesadez su cabeza contra la pared de su cuarto buscándole todavía una figura definida a las palabras de Draco, mínimo un sentido claro para él.


“No puede estar vivo… es imposible…” se dijo mordiendo el interior de su mejilla.


Su estado de ánimo cual montaña rusa había pasado de uno de júbilo por saber que a quien a quien tanto quería estaba con vida, a uno de terror al pensarlo una criatura vil como Draco lo describía… nada que ver con el hermoso joven de eternos 16 años que aparecía en sus sueños. El horror dio paso a su vez a la incertidumbre y ese deseo de verle con sus mismos ojos si era verdad se apoderó de él. No es que no creyera en la palabra de su rubio amigo, pero su corazón pedía a gritos ver a Tom aunque sea una vez.


-No Harry, ni se te ocurra en esa estúpida cabeza Gryffindoresca que tienes sobre los hombros. Porque buscarle es la última cosa que debes hacer- fueron las palabras de advertencia de Draco –tienes que prometer que no iras a mi casa a verlo, promételo- pidió enérgicamente –si algo te pasara no me lo perdonaría y ya ni hablar de Remus…- dijo el rubio mirando a todos lados como si temiese que el secreto se revelaría de un momento a otro –promételo-


-Intentaré no hacerlo… pero no puedo prometerlo…- fue su tajante respuesta pues estaba dividido entre su deber, su protección y su corazón. Tantas preguntas y tan pocas respuestas. Tampoco podía hablarlo con alguien más que con Draco.


Su corazón con tristeza latía acelerado. Quería verle, pero no podía.


“Tom… ¿Qué fue lo que te pasó realmente?” fue su pregunta que no pudo pronunciar.


----------°oOo°oOo°oOo°----------


Severus Snape caminando a grandes sacadas, estaba tenso a más no poder. En otros tiempos la caminata lograba tranquilizarlo, pero al parecer por el momento había perdido su efecto. Todo le estaba saliendo de las manos y el tiempo se le agotaba. El retorno de un señor tenebroso era una cosa de cuidado, si le preguntaban, pero no su preocupación número uno pues hacia días que no sabía dónde estaba su pequeño Draco y eso comenzaba a frustrarlo.


“¡Si me entero que esta con ese licántropo, no la cuenta!” se dijo apareciéndose furiosamente en la puerta del número 13 de Grimmauld Place para ahorrarse tramo. Su dulce e inocente ahijado no debía de ser corrompido, debía de protegerlo a toda costa.


No le gustaba ese lugar ni una pizca, pero si quería rescatar a Draco tenía que estar ahí. En primera ni ganas tenia de ver a Potter y su incompetencia, a Lupin y sus perversiones y ya ni hablar del costal de pulgas andante… “ni me interesa ese cucho imbécil…” se dijo molesto. Como le indignaba involucrarse con él y más aún al recordar que siempre llegaba a un punto en el que lo disfrutaba con locura. Eso no debía de ser posible ya que siempre fueron enemigos jurados en la escuela, lo intentó asesinar una vez siendo vergonzosamente salvado por Potter mayor. No podía permitirse sentir algo más que repulsión por él.


-¡BLACK, MÁS TE VALE QUE ABRAS!- gritó furioso mientras aporreaba la puerta con su varita lista para atacar si era necesario.


-¿Quién es?- preguntó en tono bromista Sirius Black haciendo que su vena saltara furiosa en su frente.


-¡ABRE LA MALDITA PUERTA EN ESTE INSTANTE, PULGOSO!-


-Lo siento, pero no nos interesa comprar tiempos compartidos- dijo el de ojos como la tormenta abriendo la puerta. Esa cínica sonrisa lobuna le hizo estragos en su cuerpo, pero que se negaba olímpicamente a mostrar.


-¿ESTA DRACO AQUÍ O NO, BLACK?- escupió su apellido como usualmente lo hacía, pero no parecía hacer mella en el heredero de la residencia Black.


-¿Sabías que cuando estas molesto tiendes a fruncir los labios de manera tan provocadora?- dijo así como llegó a su mente y un ligero rubor subió a las pálidas mejillas.


-Eres un imbécil…- dijo fulminándolo con la mirada –si me entero que Draco está aquí…-


-Sí, sí, si… mataras a Remus y a mí me colgaras de las pelotas por confabulador del crimen, ya lo había escuchado antes Snivellus, por favor pon al día tus amenazas- canturreó tomando su chamarra de cuero antes de tomarlo del brazo.


-¿Q-Q-Que crees que estás haciendo?-


-Tomando tu brazo, que por cierto está muy tenso ¿no te has estado pajeando estos días o sí?- la furia y la vergüenza por la desfachatez se entremezclaban que no sabía que era lo que más burbujeaba en su mente.


-Black…- gruñó.


-Vamos, tenemos que hablar, ya que dudo que quieras tener sexo aquí en la entra después de nuestro gran pleito sobre el uso de juguetes sexuales… el cual parece ser un “no” definitivo de tu parte- dijo alzando se de hombros.


-¡No tengo nada que discutir contigo! ¡Suéltame de una vez y dime donde esta Draco!-


-Humm… tu mal humor no nos lleva a ningún lado Snape y lamento informarte que en este momento llevas las de perder- dijo jugueteando con su varita que en un momento de distracción se la había robado de las manos- así que tú y yo necesitamos un largo rato para aclarar las cosas-


-Eres un…- prorrumpió pero Sirius lo interrumpió.


-¿Tienes miedo de estar conmigo Snape?- el de ojos acerina bufó y se soltó de su agarre. Por un momento Sirius pensó que huiría como lo había hecho antes, pero no fue así. Solo una declaración de guerra con la mirada y las clásicas palabras de aceptación del reto.


-Quisieras Black…- masculló dejando que lo guiara.


Sí. Lo tenía donde lo quería y eso le encantaba.


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Con mucha hambre, Draco bajó las escaleras en busca de algo delicioso que comer. No había señal de Harry por ningún lado y aquello lo vio como una oportunidad para robarle un par de esos ricos bollos que el ojiesmeralda había preparado la tarde anterior.


“A este paso rodaré…” se dijo mirando el pequeño abultamiento en la zona baja de su estómago que se le había formado, pero no podía evitarlo, era culpa de Potter y su desfachatez al cocinar tan rico; claro que esa era la respuesta pues no encontraba otra explicación para su arrebatado deseo por seguir comiendo.


-Alguien tiene un muy buen apetito- murmuró Remus en su oreja erizándolo en el acto.


-Es culpa de Harry- alegó ahora en voz alta –pero más te vale que me sigas amando aunque engorde- dijo muy digno dándole una nueva mordida a su bollo de zarzamora a medio terminar para el divertimiento de Remus.


-Estés como estés yo te amaré… aunque si estás muy pasado de peso creo que el sexo ya no será tan recreativo…-


-¡Remus!- chilló Draco más rojo que un tomate algo ofendido por sus palabras, pero más enrojeció por la burla en su expresión.


-Era broma dragoncito- dijo esparciendo pequeños besos por su rostro.


-Pues esa bromita te costara caro Remus John Lupin…- amenazó el rubio en ese tono que tanto le fascinaba al mayor. Esa dulzura de su niño con tintes sensuales estremecían toda su medula. Su instinto le decía que lo poseyera ahí sobre la mesa, pero su sentido común le decía que no era correcto con Harry ahí en la casa. Además los gemidos de quien suponía era Sirius y Severus en la planta alta, eran tan anticlimáticos que no podía concentrarse.


-¡Merlín que profesores resultaron!- expresó Draco bufando molesto, echándose a la boca un nuevo bollo robándole las palabras de la boca –¿Cómo es posible que ni un insonorus pueden echar? Parecen bestias a medio morir…- Remus rio enterrando la nariz en el cabello rubio de su amado, atrayendo su pequeño cuerpo contra el suyo.


No tenía nada más que decir sobre el ritual sexual que Sirius estaba llevando acabo, lo único que podía desear en ese instante es que de una vez por todas su amigo se decidiera a ser sincero sobre sus sentimientos con Severus pues comportarse como folla-amigos no los llevaría a ningún lado y por lo visto no era lo que el profesor de pociones necesitaba ni buscaba.


-Como que tu magia se siente extraña cariño…creo que te llevaré con Madame Pomfrey para que te haga un chequeo- murmuró Remus rodeando con sus brazos a su niño. Si había algo extraño en él aunque por el sopor de su bestia interna y el amor en su pecho, le costaba trabajo deducir que era exactamente.


-¿A qué te refieres? Yo me siendo bien- dijo el Slytherin alzando su nariz con suficiencia. Gesto lindo que le impulsó a besar su nariz.


-Por favor Draco- pidió –de esa forma yo me sentiré más tranquilo- esa forma de pedírselo y esa encantadora mirada le hacían prácticamente imposible negarse a Draco quien sintiéndose benevolente asintió.


-Vale… pero más te vale que me recompenses porque eso de ser manoseado por Madame Pomfrey es agotador…-


-Todo lo que pidas dragón, todo lo que quieras…- Remus estaba más que dispuesto a dejarlo enteramente complacido.


°oOo° En las tres escobas °oOo°


Theo no comprendía que se traía entre manos Zabinni, pero si sabía que no quería ser parte de ello.


-Me voy. Estoy harto de tu estúpida cara sonriente y de esperar a la loca de Pansy, la cerebrito Granger, tu zanahoria parlante y a Longbottom el explota calderos- dijo haciendo amago de levantarse -¿Para que me necesitas a mí? Y quiero la verdad- se quedó callado en la espera de respuesta.


-Vamos Theo que nada te cuesta estar aquí rodeado de buena compañía, además tu y yo somos grandes amigos-


-Cuando teníamos cinco años -


-Auch. Sí que eres el señor simpatías y con honestidad me duele que digas eso Theo, pero bueno ¿qué mejor que el hoy para volver a conectarnos, no crees?- sonrió efusivamente. Sonrisa que al escéptico Slytherin le sino falsa.


Volvió a sentarse al ver que el grupito entraba en las tres escobas y regresó la mirada a fulminar con ello a Zabinni. Ya después averiguaría que traía entre manos.


-¡Mi Won-Won!- saludó el italiano prácticamente saltando al regazo del Gry - ¿me extrañaste bombón?- preguntó plantándole tremendo beso al pecoso Weasley que le hizo sentir pena ajena.


-H-Hola Zabinni… quítate de mis piernas- dijo sonrojado.


-Mira nada mas quien se deja ver- dijo Pansy rodeando con la mano la cintura de la castaña de manera posesiva –Theo más te vale que no hayas venido a querer insinuártele a mi gatita ¿eh? Que te irá muy mal-


-¡Pansy!- chilló Hermione entre halagada y molesta por ese encelo de su novia.


-Nada de eso Pans- Pans, yo lo invité y prácticamente lo traigo a rastras- dijo el moreno y la Slytherin relajó solo su protección, pero no del todo.


-Pansy Parkison tan ruidosa como siempre… Granger- saludó Theo mientras los demás tomaban asiento -Longbottom- dijo secamente al chico frente de sí que tuvo la incómoda tarea de mirar dos veces para relacionar el joven con el desastroso león que fue su compañero de pociones.


Se veía más alto y delgado que antes o seguro solo era su imaginación pues apenas y había caído en cuenta de su físico en el pasado. “Qué raro…” se dijo obligándole a desviar la mirada pues el chico pareció notar la insistencia en su mirada y sus mejillas ganaron color.


-Hola Nott…- contestó el Gryffindor en un tono nervioso antes de regresar a ver a Zabinni –Hola Blaise-


-Mira lo que te traje Longy, es algo sumamente genial que te encantará- Zabinni le alargó un paquete y solo pudo notar como el chico agradecía y lo ocultaba en su abrigo.


Lo miro a uno y luego a otro sin comprender. “¿Qué se traen esos dos?” fue la pregunta que surcó su mente por un instante, antes de desecharla pues ¿a él que debería de importarle?


-En un momento regreso… errr… ¿si vuelve Madame Rosmerta, me podrías pedir una cerveza de mantequilla?- expresó Neville levantándose de la mesa. Zabinni río por lo bajo y asintió con un “vale, vale” antes de que el chico desapareciera del radar.


Theo por su parte solo esperaba que no fuera una broma de mal gusto pues amarraría a Blaise en el Sauce boxeador si tan siquiera se atrevía a jugársela a él.


Las bebidas llegaron y todos charlaban con efusividad. Weasley rehuía a los descarados roces del italiano que fingía demencia pero era perfectamente consciente de los estragos que ocasionaba en el Gryffindor. Participó poco pues no tenía la gran cosa que contar.


Seguía sin comprender qué demonios hacía en ese lugar, pero no quería preguntar, quería limitarse a observar y sacar sus propias conclusiones. La espuma de la cerveza de mantequilla del león extraviado ya casi desaparecía y echando mano de su reloj de pulsera notó que ya habían transcurrido más de 20 minutos desde que se había ido.


“¿Tan atolondrado es que se perdió en el camino?” se preguntó con curiosidad.


Miró a su alrededor y notando que cada parejita estaba en su mundo y salía sobrando, decidió dar por finalizado su experimento, estaba muy aburrido y cualquier cosa era mejor que eso. Buscaría si acaso murió Longbottom en el camino o algo por el estilo y una vez que lo encontrara, se iría a casa; ay que Zabinni se encargase de su cuenta pues él había sido tan amable de “invitarlo”.


Sin importarle los arrumacos que las chicas estaban teniendo, pasó casi encima de ellas sin disculparse, además estaba seguro que apenas y lo notarían.


En el restaurante habían pocas personas, lo cual era raro debido al día, pero eso le ayudó a moverse libremente por el local. Se dirigió al baño de hombres que estaba aún más desierto de lo que esperó.


Agudizando el oído, notó el sonido de goteo de una llave y un ligero murmullo que sonaba como un sollozo.


-¿Longottom?- preguntó sin obtener respuesta. “¿Acaso está llorando?” se preguntó acercándose lentamente.


-Theo…- escuchó su nombre ser pronunciado de una manera tan poco seria que lo estremeció. Era la voz del Gryffindor algo afectada. Quiso tocar la única puerta del baño cerrada para preguntarle si se encontraba bien, pero al tocarla, notó que no tenía el pestillo  y se abrió dejando ver algo que nunca se borraría de su memoria ni para bien ni para mal.


Neville Longbottom con los pantalones a media pierna y más mejillas enrojecidas murmurando incoherencias mientras se masturbaba delante de él. Su cerebro en corto circuito apenas y le permitía reaccionar sobre qué estaba pasando. No habían sido sollozos, si no gemidos y eso lo estaba perturbando aún más.


“¿Es mi bufanda?” se preguntó al notar los colores verde y plata rodeando el cuello del de ojos avellana que se congeló cuando sus miradas se cruzaron.


-¡T-Th-Th… Nott!- exclamó Neville tratando de cubrir su sus partes nobles, pero el Slytherin ni tiempo le dio pues recargándose sobre el minúsculo cubículo lo miró de arriba abajo -Lo-Lo-Lo siento… yo…- murmuró aun sin saber exactamente que hacer el Gryffindor y Theo con una expresión analítica habló desconociendo su propia voz.


-¿Necesitas ayuda, Longbottom?-


En definitiva había algo malo en él y todo era culpa de su aburrimiento.


 

Notas finales:

Pues como que se sospecha lo que tiene Draquito ¿o no? bueno, pues finalmente di el ultimo empujón a esta pareja que me faltaba hacer mención (pues asi lo pide el desafio jeje) y pues ya veré como me las arreglo para que todos tengan un final feliz jeje

Que esten muy bien y espero que les haya gustado este capi!

Les mando muchos besitos y nos vemos!~


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