Llevaba 2 horas tratando de conciliar el sueño, pero por más que lo intentara, Morfeo no me acogía entre sus brazos.
"Y todo es por culpa de lo que hablé con Lenalee"-pensé mientras me revolvía en la cama
Luego de que ella me dijera que lo que llevaba sintiendo todo este tiempo era algo llamado "amor" me quedé estupefacto y horrorizado ¡y quien no lo estaría si de un momento a otro te dicen que te has enamorado de la persona con la que no puedes mantener una conversación por más de 30 segundos sin que ya comience una pelea! definitivamente tenía que haber algo errado, o en lo que sentía, o en lo que Lenalee insinuó.
-Definitivamente- el albino llevó una mano a su frente y suspiró del cansancio para luego tratar nuevamente de conciliar el sueño
______________________ ____________________________
Cierto exorcista peliazul se encontraba en la sala de entrenamientos que solía usar hasta el mediodía, después de desayunar, si no tenía alguna misión.
Todos en la Orden sabían que el espadachín era una persona de pocas palabras y que no le gustaba estar rodeado de muchas personas; lo único que le importaba era recuperar exitosamente la inocencia en cada una de sus misiones, relajarse entrenando y saborear su tan adorada Soba.
Su vida siempre había sido rutinaria, desde que se levantaba hasta que se acostaba. Casi todos los días hacía lo mismo y no era algo que le fastidiase, al contrario, lo disfrutaba a pesar de sus cortos 19 años.
Nunca había tenido la necesidad de llevarse bien con las personas. A pesar de que un extrovertido pelirrojo y la hermana del Supervisor Komui se empeñasen en hablarle y acercarse a él, nunca había mostrado interés en ellos ni en nadie, hasta que... llegó cierto moyashi con cabello de anciano.
-Tsk- chasqueó fastidiado mientras detenía a mugen para luego envainarla
"Maldición, porque ese inútil mocoso tiene que llegar a mi mente en este momento"
Si bien el espadachín odiaba tener que estar rodeado de tanta gente y que se "preocuparan" por él, que el estúpido conejo lo llamara por su nombre y que la china tratara de parecer una "hermana mayor", lo que más odiaba era que lo interrumpieran en su entrenamiento, y más cuando la persona que lo interrumpía no era nadie más que él mismo.
"Lo más probable es que no haya dormido bien, mejor me doy una ducha de nuevo"
Había perdido la cuenta del número de excusas que se había dicho hasta ese momento; desde ya hace tiempo, cada vez que el nombre, el rostro, o lo que fuese que le hiciera recordar al moyashi, se le cruzaba por la mente, rápidamente inventaba una para no admitir lo que poco a poco el pequeño exorcista despertaba y provocaba en él.
Se dirigió al amplio baño del lugar y se refresco por unos diez minutos bajo el agua, esperaba que después de eso su mente al fin le dejara de recordar al albino de rostro infantil.
"Algo debe estar pasando conmigo, será mejor que no me cruce con ese brote de habas por un buen tiempo"
Kanda giró la perilla de la regadera y salió del cubículo donde se hallaba con una toalla envuelta en su cintura y otra en la mano secando su largo cabello.
Luego de unos cinco minutos, salió de la sala de entrenamiento completamente cambiado y se dirigió a su cuarto ya que tras terminar su desayuno había ido con Komui para averiguar si no tenía alguna misión para él y este le había contestado que aún ninguno de los buscadores que habían mandado a países como Bulgaria, Italia o Rumania había informado algo sobre algún fenómeno relacionado con la inocencia; por esa razón fue a entrenar, para ver si así su mente se distraía y dejaba de pensar en tonterías (que tenían forma y un nombre llamado Allen) pero que al final no le sirvió de nada.
Estaba por llegar a su cuarto cuando notó que cierta exorcista de pelo verde venía en dirección contraria a la de él, inmediatamente arrugó en entrecejo, en ese momento no estaba de humor para lidiar ni con ella, ni con nadie.
-Hola, Kanda-kun- saludó la chica con una sonrisa
-Uhm- Kanda iba a pasar de largo pero la mención de cierto nombre hizo que detuviera cualquier acción
-¿Ehh? al igual que Allen-kun estás más raro que de costumbre- habló haciendo un puchero
-A que te refieres- respondió el pelilargo
-Es que te ves más amargado de lo usual
-Me refería a lo del moyashi- luego de decir eso se arrepintió completamente "¿A él que le importaba lo que ocurriese con ese niño?"
-¿Allen-kun?- hizo un pausa- él estuvo hoy muy callado y pensativo mientras desayunábamos junto a Lavi
"No te diré que es porque está enamorado"- pensó Lenalee
-Quizá sea porque al fin se dio cuenta de lo inútil que es- el espadachín quiso sonar desinteresado, aunque en el fondo también recordó que había notado extraño al brote de habas. Allen no había empezado una pelea cuando lo llamo así, y eso de por sí ya era sumamente extraño.
-No digas eso, Kanda-kun, cada persona de la Orden es importante y necesaria para nuestra lucha contra los akumas y el Conde del milenio
-Si tú lo dices- respondió desinteresado para luego marcharse de allí dejando a Lenalee un poco enfadada
"Espero y algún día cambies un poco esa personalidad tuya, tonto Kanda"- pensó la china para seguir su camino hacía el departamento científico
______________________ _________________________
Abrió los ojos y lo primero que busco fue el reloj de pared en su habitación.
-Las cuatro de la tarde- se dijo con voz adormilada para luego de unos segundos levantarse abruptamente de la cama y salir corriendo de su cuarto rumbo al comedor de la Orden
"¡No puede ser, ya es muy tarde, el almuerzo!"
Al llegar al comedor no pudo evitar emitir un suspiro de decepción al notar que no había ya nadie. La hora del almuerzo había pasado hace mucho, era lógico que el lugar estuviese completamente vacío.
-Ahora tendré que esperar hasta la cena- se dijo para luego dar media vuelta y dirigirse a la salida del lugar
Iba con la mirada gacha abrazando su estómago con sus manos por el hambre que sentía, que no notó a la persona que caminaba en su dirección y chocó con esta haciendo que cayese sentado en el suelo.
-I-Itte- Allen se quejó por el golpe y levantó rápidamente la mirada al escuchar la imponente voz dirigida hacia él
-Tsk... moyashi- el espadachín lo miró con molestia
El peliblanco se deprimió un poco al notar esa mirada sobre él ¿ tanto lo odiaba?
-Es Allen... BaKanda- dijo tratando de ocultar su tristeza mientras se levantaba del piso
-Uhm... parece que no hay nadie, maldición- Kanda dio media vuelta dispuesto a marcharse, pero la voz del albino lo detuvo
-¿Acaso tú tampoco almorzaste?
-...- el espadachín volteó para mirar al menor y al escuchar el ruido que el estómago de este hizo, respondió- tal parece que tú tampoco lo hiciste, moyashi
-¡Que es Allen! y pues sí, me quedé dormido- dijo con un puchero que a los ojos del mayor le pareció sumamente tierno
"Pero qué demonios estoy pensando ¿tierno? Tsk"
-Si aún quieres comer puedes ir al departamento científico, quizá alguno de ellos te de algo- habló para voltearse nuevamente y comenzar a caminar alejándose del chico
-Tienes razón- dijo con entusiasmo Allen mientras observaba la espalda del mayor alejarse- pero ¿no piensas ir también? tampoco has almorzado
Kanda se detuvo un momento y sin girar le respondió.
-Puedo esperar a la cena, no tengo un apetito como el de cierto moyashi - y dicho esto retomó su camino
El albino iba a gritarle que su nombre era Allen pero no pudo, simplemente se limitó a esbozar una gran sonrisa, estaba feliz de que Kanda lo haya "ayudado" con lo de la comida, en verdad se hallaba muy contento y sentía algo revolotear en su estómago.
"¿Y si Lenalee tiene razón? ¿Y si en verdad me enamoré de él?"
__________________ _____________________________
Eran ya las seis de la tarde. Allen iba de regreso a su habitación muy satisfecho ya que Komui y los demás chicos del departamento científico le habían dado ricos dulces y dangos que aún guardaban del almuerzo.
-Ahh- suspiró- creo que le agradeceré a Kanda cuando lo vea
"Y trataré de que tengamos una conversación sin pelear, quizá así pueda acercarme un poco más a él"
Su rostro se tornó ligeramente rojo al pensar en el espadachín y a medida que pasaban las horas aceptaba cada vez más los sentimientos que el amargado japonés despertaba en él, sentimientos que en sus cortos 15 años no había sentido por nadie.
Sonrió muy alegre al imaginarse charlando animadamente con Kanda, definitivamente intentaría ser cercano al peliazul.
Doblaba la esquina de uno de los muchos pasillos de la Orden tratando de ubicarse hasta llegar a su alcoba, pero se detuvo al escuchar dos voces muy conocidas, siendo una de ellas la que provocaba que su corazón palpitase sobrenaturalmente.
-Yuu, vamos, dime ¿porqué estás tan malhumorado?- decía el bookman pelirrojo
-Tsk... deja de llamarme por mi nombre sino quieres que te rebane con mugen y queden solo pequeños trozos de ti- habló con una mirada amenazadora el espadachín mientras mantenía el filo de sus espada contra el cuello de Lavi
-C-Cálmate Yuu, no me mates por favor- suplicó desesperado
-Date por muerto, Baka Usagi- Kanda se dispuso a cortar a Lavi mientras que este trataba de escapar
-¡Espera Yuu! cálmate- esquivaba con dificultad la espada de Kanda- ¡auxilio! ¡Lenalee, Allen-chan!
-Ni la china, ni el estúpido del moyashi vendrán a salvarte-dijo mientras seguía tratando de cortar al bookman
- ¡Ahh!- gritó Lavi al sentir la espada rozar su mejilla- cálmate Yuu, no entiendo por qué estás de tan mal humor ¿acaso algo o alguien te puso así?
-Cállate- Kanda detuvo sus acciones y envainó a mugen
-Uff- Lavi suspiró "De la que me salvé"- entonces, sí que te hicieron enojar
Solo una persona vino a la mente del espadachín, y era cierto niño de sonrisa radiante.
"Maldito Usagi, por tu culpa nuevamente estoy pensando en el moyashi"
-mmmm...-Lavi puso un dedo en sus labios como indicando que pensaba en algo- ya sé, peleaste con Allen-chan ¿no es así?- el pelirrojo sonrió triunfante al ver cómo tan solo mencionar el nombre del albino hizo que Kanda frunciece el ceño
-Tsk
-Lo sabía, ahhh- Lavi suspiró- ¿por qué siempre provocas a Allen-chan, Yuu ? no es bueno que pelees siempre con tus amigos
-¿Amigo?- el pelilargo sonrió arrogantemente- que yo sepa ese moyashi no es nada mío
-Que dices, Yuu, Allen-chan es tu amigo
El espadachín se irritaba cada vez más. Escuchar que hablen de la relación que tenían él y el moyashi lo exasperaba y más por lo que ese niño le provocaba; desde que lo conoció intuyó que le traería muchos problemas y no se había equivocado.
-Alguien maldito como él no puede ser nada mío, jamás tendría algo que ver con alguien así
Kanda se fue de allí rumbo a su habitación dejando a Lavi sorprendido con sus palabras.
"Sí que puedes ser muy cruel, Yuu"
Lavi cruzó los brazos tras su cuello y se fue de allí rumbo a la biblioteca donde seguro su abuelo lo esperaba muy molesto por haberse escapado del trabajo.
.....................................................................................
En la esquina del pasillo, aún escondido, se encontraba Allen, quien ahora estaba sentado apoyado en la pared abrazando sus rodillas mientras restregaba sus ojos con las mangas de su camisa; trataba de ese modo que más lágrimas de las que ya había derramado sin consentimiento brotaran de sus ojos.
-nngh ¿ p- por qué, K-Kanda? - sollozaba
"¿Eso es lo que piensas de mí ? ¿que soy alguien maldito que no merece que nadie lo tome en cuenta?"
El albino seguía llorando desconsoladamente. El escuchar esas duras palabras de las personas le afectaba, sí, pero escucharlas de la persona a la que amaba, era demasiado para su corazón; sintió como se rompía en pedazos cuando el espadachín pronunció dicha frase.
"Es por eso que no me diste la mano cuando nos conocimos ¿ehhh? porque te dio asco ¿verdad? te dio asco tocar a alguien como yo; entonces, todo este tiempo, todo este tiempo..."
Allen siguió llorando por aproximadamente una hora en ese lugar para luego seguir haciéndolo mientras buscaba su habitación. Cuando llegó al fin a esta, se dejó caer en la cama boca abajo y trató de ahogar su llanto hundiendo su rostro en su almohada.
Quería olvidar todo y dormir, dormir para dejar su dolor atrás.
....