Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El último partido por Fullbuster

[Reviews - 472]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Aviso: El sábado estaré de viaje y el capítulo no podrá subirse, por lo que no sé si se subirá el viernes antes de irme o el domingo tarde cuando regrese. Un saludo a todos.

Ambos rompieron el beso cuando escucharon la puerta principal abrirse, fingiendo que aquella atracción que ambos habían sentido durante ese segundo no existía. Apartaron la vista el uno del otro escuchando cómo Mikoto les comentaba que iba al mercado a comprar unas verduras que le faltaban para la comida de hoy. Ambos sonrieron pese al rubor de sus mejillas y asintieron como que la habían escuchado. En aquel momento, Sasuke empezó a reírse a carcajadas sorprendiendo a Naruto.

 

- ¿De qué te ríes ahora? – preguntó confuso.

 

- Míranos… escondiéndonos como si fuéramos un par de adolescentes.

 

- Yo soy un adolescente – se quejó Naruto.

 

- Pero yo no.

 

- Pero no has tenido adolescencia, es lo mismo. La estás disfrutando ahora – sonrió Naruto.

 

La vibración de uno de los móviles les hizo permanecer en silencio hasta que Sasuke sonrió como quien se da cuenta de algo.

 

- No es el mío – dijo Sasuke mirando a Naruto que se sobresaltó. Estaba tan embelesado mirando aquellos profundos y oscuros ojos de Sasuke, que ni se había dado cuenta de la vibración en su bolsillo.

 

- Oh, lo siento – dijo sacando el teléfono de su bolsillo para contestar, aunque al final, al ver el nombre no lo hizo.

 

- ¿No vas a cogerlo? – preguntó Sasuke.

 

- No – dijo Naruto guardándolo de nuevo.

 

- Y luego me reñís a mí por no coger el teléfono.

 

- Lo tuyo es un caso excepcional – dijo Naruto – yo no lo cojo porque no quiero, tú ni siquiera te acuerdas que tienes un móvil. ¿Cuándo fue la última vez que llamaste a alguien?

 

- No hace mucho – sonrió.

 

- ¿A tus padres?

 

- No, llaman siempre ellos. Llamé a mi hermano.

 

- Y porque necesitaba que le llevase en coche desde el aeropuerto – sonrió Itachi que salía en aquel momento por la puerta - Para saber algo de mi hermano siempre he tenido que llamar yo y el móvil rara vez lo coge, me tocaba llamarle a casa.

 

- ¿En serio, Sasuke? ¿Hasta a tus padres?

 

- Llamaban ellos. ¿Para qué iba a llamar yo? Además, ahora no me hace falta el móvil, toda la familia está aquí y siendo sincero… eran los únicos que me llamaban.

 

- Pues yo quiero que lleves siempre el móvil encima.

 

- ¿Por qué?

 

- Porque te perdiste lo que era ser parte de un equipo y quiero que sepas lo que es. Así que llévalo encima. Yo tengo que irme ahora – comentó Naruto apartando con suavidad la mano de la de Sasuke.

 

- Pero si no he acabado de hacerte los ejercicios – comentó Sasuke tratando de detener su mano.

 

- Ya he visto cómo se hacen, gracias. Luego en casa continuaré, te lo prometo.

 

- De acuerdo – acabó cediendo Sasuke – espero que los hagas.

 

Naruto se marchó de allí sonriendo aunque también… con un leve rubor en sus mejillas. Era la segunda vez que se había dejado llevar por aquella sensación, la segunda vez que besaba a ese egocéntrico y orgulloso entrenador. Parecía como si no hubiera aprendido nada de su pasado y eso le indignaba. Colocaba esa sonrisa demostrando que todo estaba bien cuando no era así, no quería volver a cometer sus fallos del pasado, no quería simplemente ser uno más en una lista de conquistas. Desde luego, Kaito era lo mejor que le había pasado en su vida, pero no quería repetir la experiencia, no sin estar al cien por cien seguro de confiar y conocer completamente a la persona con quien quería compartir el resto de su vida, y algo le decía que Sasuke no sería de esa clase de personas.

 

Miró su móvil una vez más, aquella llamada seguía en el buzón de llamadas entrantes pero no se dignó a contestarla, simplemente caminó hasta la casa de Deidara, a quien encontró arreglando el jardín. Deidara al verle aparecer, sonrió, sobre todo, al ver la cara preocupada de Naruto. Enseguida supo que necesitaba a un amigo con quien hablar, así que detuvo lo que estaba haciendo y le ofreció sentarse dentro junto a la chimenea para entrar en calor. Naruto aceptó enseguida, entrando a la casa y sentándose en uno de los cómodos sofás.

 

- ¿Qué te ocurre? – preguntó Deidara dejándole una taza de chocolate caliente a su lado.

 

- He ido a ver a Sasuke.

 

- ¿Por tu lesión? – preguntó.

 

- ¿Tú también lo sabías?

 

- Llevabas una semana sin lanzar con la mano derecha, era obvio que te dolía.

 

- ¿Y por qué no dijiste nada?

 

- Porque no quería meterte presión. Eres cabezota, si te hubiera dicho que no jugases, me habrías mandado al banquillo a mí en lugar de aceptar la crítica – le sonrió Deidara.

 

- Es posible – sonrió Naruto.

 

- En serio, Naruto, eres el capitán y sé que tienes mucha presión encima, que quieres ayudar al equipo, pero no nos ayudas si estás lesionado. Primero tienes que curarte.

 

- Hablas como Sasuke – le dijo muy serio, aunque a los pocos segundos, sonrió.

 

- No es eso lo que te preocupa. ¿Qué es?

 

- Le besé – dijo sin más – cuando estoy cerca de él… no sé, siento algo extraño. Creo que me dio algo de lástima al principio y no sé… le vi tan indefenso que…

 

- Un impulso de protección, te sentiste atraído y le besaste, es factible.

 

- Le he vuelto a besar.

 

Aquello hizo sonreír a un incrédulo Deidara que casi consiguió escupir el chocolate al percatarse de lo que estaba ocurriendo.

 

- Naruto… una vez es un impulso, dos veces, se le llama atracción.

 

- ¿Alguna vez te has sentido tan atraído por alguien como para hacer una locura así?

 

- Sí, aunque yo era bastante más tímido que tú, no llegué a lanzarme – sonrió Deidara – pero sí he sentido esa atracción, hasta el punto de dolerme el corazón cuando no podía verle, cuando sentía que se alejaba de mí cada vez más y no podía impedirlo.

 

- ¿Qué ocurrió con él?

 

- Tuve que dejar que se alejase.

 

- ¿Por qué? Si le amabas tanto… ¿Por qué harías algo así?

 

- Porque a él le perseguían todas las chicas de la facultad y parecía siempre estar feliz viviendo rodeado de ellas. Sentí que yo jamás llegaría a ser nada para él, me remarcaba siempre lo grandes amigos que éramos. Un día, me levanté con la certeza de que ése era nuestro límite, grandes amigos pero nada más. Fue la idea más difícil de aceptar, perdí las esperanzas con él y al final… no sé, como suelen decir, un clavo saca a otro clavo, acabé saliendo con uno de sus mejores amigos.

 

- ¿Y cómo salió eso? – sonrió Naruto.

 

- Fue un desastre total – aclaró Deidara – créeme cuando te digo que no es una opción. No volveré a cometer ese error dos veces.

 

- ¿No pudiste amarle?

 

- No como amé a la otra persona, no pude olvidarle, no pude amar a su amigo y aunque traté de convencerme de que era feliz… resultó que su amigo sólo salía conmigo por un capricho, fui su obsesión pero una vez me tuvo comiendo de su mano, ya no era importante para él, sólo fui un trofeo a conseguir, nada más.

 

- Era un idiota – sonrió Naruto tratando de animarle.

 

- Sí. Lo era, pero yo caí en su juego. Por un momento pensé que era sincero y me quería. Pero él sólo causó en mí el mayor daño que jamás nadie podría causar, él destruyó mi vida por completo hasta dejar esto que ves ahora frente a ti, un chico asustado y que jamás podrá volver a enamorarse.

 

- ¿Qué hizo?

 

- Pregunta mejor qué no hizo – susurró Deidara tratando de sonreír – me humilló frente a su rica familia, me dejó abandonado el día de la boda para casarse con su supuesto amante… aunque ahora creo que el amante era yo. Nunca sospeché que estaba jugando a dos bandas, fui un imbécil. Me engañó diciendo todo lo que un chiquillo sin familia como yo quería escuchar. Que seríamos una familia, que se casaría conmigo, que me amaba, que era lo más importante en su vida, fue todo mentira. El día que supuestamente yo iba a casarme con él, lo único que vi fue cómo él se casaba con otro.

 

- ¿Y su mejor amigo?

 

- Supongo que iría a la boda, si es que aún se hablaban – sonrió Deidara – aunque últimamente lo he dudado un poco.

 

- ¿Por qué?

 

- Porque me preguntó qué ocurrió. Era como si no supiera que nuestra relación había terminado. No sé, es posible que sean imaginaciones mías. Ellos siempre fueron muy amigos, quizá sólo esté jugando conmigo como lo hizo su amigo. No me extrañaría nada.

 

- Quizá sea sincero.

 

- Puede ser, pero ya me engañaron una vez de la peor de las formas y no correré el riesgo de nuevo. Perdí mucho aquel día, Naruto.

 

- Perdiste a un imbécil que no te merecía, era lo mejor que podía ocurrirte.

 

- No me refiero sólo a eso, Naruto. Créeme cuando te digo que perdí lo más importante de mi vida aquel día.

 

Naruto no quiso indagar más al ver que el tema empezaba a afectar a Deidara. Al menos conseguía saber algo más del oscuro pasado que perseguía a ese chico aunque por alguna razón, sospechaba que no se quedaba sólo ahí, que había algo mucho más siniestro que le habría ocurrido. ¿Pero qué podía ser más siniestro que recibir cinco puñaladas a traición en un parking? ¿Qué más podía ocurrirle que ser engañado para ir a la boda de tu novio y verle casarse con otro? ¿Qué más que aguantar que toda la familia del novio se ría de ti por ser quien eres y no haber tenido sus oportunidades en la vida?

 

- Entiendo que cierres las puertas al amor – dijo Naruto al final – yo… bueno… tengo un hijo, ya lo sabes. Es lo más importante para mí pero… también renuncié al amor hace mucho. Kaito es mi orgullo y mi alegría pero… cuando alguien que trata de conocerme se entera que tengo un hijo, huye despavorido, nadie quiere tanta responsabilidad y menos a mi edad, sólo tengo veinte años y ya llevo a mi espalda a un crío. Nadie va a aceptarme cuando conozcan a Kaito, me estoy resignando a estar solo. Este viaje por la vida lo estamos haciendo Kaito y yo solos.

 

- Siempre hay personas que adoran y se arriesgan aunque su pareja tenga un hijo.

 

- No es mi caso – sonrió Naruto.

 

- ¿Por eso no se lo has dicho a Sasuke?

 

- Tengo miedo a que salga corriendo como los demás sin darme la oportunidad de conocerme. Además… como bien has dicho, sólo es una ligera atracción. Si le digo lo del niño se alejará.

 

- ¿Cuál es tu plan? – sonrió Deidara.

 

- No sé, he pensado que quizá si se lo oculto un tiempo hasta que me conozca realmente y se enamore… no sé – dijo Naruto sonriendo – es absurdo, de cualquier forma saldrá corriendo en cuanto se entere.

 

- Deberías decírselo. Es mi consejo. Si quiere conocerte, lo hará igualmente pero con la verdad y si no…

 

- Se lo diré – dijo Naruto – pero buscaré un buen momento para ello.

 

- Eso no existe, Naruto, no en temas como éste.

 

- En el siguiente partido, si llegamos a primera división, le confesaré lo del niño. Ya lo verás. Lo prometo.

 

- Nunca te he preguntado al respecto pero… ¿De quién es Kaito? – preguntó Deidara indeciso.

 

- Mío – dijo Naruto – al parecer sólo mío, porque de su padre no sé nada desde el día en que me dejó embarazado.

 

- Creo… que nos hemos cruzado en la vida con unos impresentables – dijo Deidara sonriendo – y eso que he suavizado todo lo que le diría a mi ex. Creo que necesito un trago de algo mucho más fuerte que un chocolate.

 

- Si vas a traer el coñac, yo también quiero un poco en el chocolate – aclaró Naruto – brindemos por los cabrones que caminan por el mundo – sonrió Naruto haciendo sonreír a Deidara – por cierto… tengo el número de Sasuke y voy a necesitar un favor.

 

- ¿Y eso?

 

- Verás… se perdió toda su vida universitaria por culpa de más capullos que caminan por el mundo – aclaró haciendo referencia a que Sasuke debería estar en ese club que ambos habían formado – he pensado que podríamos hacer algo por él.

 

- ¿Incluirle en nuestros planes?

 

- Algo así. Sí.

 

- Vale. Quería ir mañana a hacer algo de piragüismo, podría invitarle a venir conmigo.

 

- Sería genial. Yo si me invitas, me apunto también.

 

- Genial, sería fantástico que vinieras.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).