///Ichigo///
-Hey guapo, despierta o te despierto como más te gusta.
Mi respuesta inmediata es un jalón de cabello que le doy a Grimmjow, escuchándolo gruñir entre risas hasta que lo suelto. ¿Cómo le digo que odio que me despierte? ¡Estoy cansado carajo! Te odio, quiero el divorcio.
-Vamos Ichi, tus primeras palabras al despertar deben ser “Grimmjow te amo, fóllame por favor”.
Jódete. Sabes que odio que me despiertes idiota. ¿Qué parte del bebé me da sueño no entiendes? ¿Necesitas que te lo explique con manzanitas o algo así?
-¿Por qué no mejor a besos?
Sonrío en cuanto me hace cosquillas a la vez que me atrae para girarme de lado y poder besarme. Un beso enorme, jugoso y cariñoso que me hace estremecer hasta que el aire es necesario y Grimmjow se separa para levantarse.
-Arriba, ya son casi las tres de la tarde y todos ya nos esperan en casa de mis padres para comer.
Grimmjow me da un beso rápido antes de irse, dándome una vista para morirse de su precioso trasero firme y claro, al desnudo. Amo a ese tipo. Sí que lo hago. Sonrío y me froto el vientre recordando lo larga que estuvo la fiesta. Bueno, eso y que la mitad me la pase comiendo y la otra follando con Grimmjow, pero fue una buena fiesta sin duda. Lo malo es que Nel nos matará, porque estaba muy ocupado con Grimmjow encima de mí, como para recordar que teníamos que ir a despedir a los novios antes de que se fueran de luna de miel.
Sin mencionar que ya no le contamos que estoy embarazado. Por un lado es bueno que con ello logremos posponer su furia hasta que regrese de viaje, pero por otro, no creo que nos escapemos de la de mis padres. Papá se va a volver un total demente, más de lo que ya lo está en cuanto sepa que Grimmjow me dejó preñado. Sí, bueno…supongo que todos debemos de morir algún día, sólo esperemos que a Grimmjow no le llegue el día a manos de mi padre.
Una vez en el Jeep ya cambiados y con algo de resaca nos dirigimos al hogar de la familia Kyoraku. Y sí, me incluyo con lo de la resaca. Creo que tanto pastel y piñadas me dejaron medio muerto. Eso y que el vigor de Grimmjow es algo que o se maneja a debidas dosis o puedes terminar paralítico. Sonrío ante ese peculiar pensamiento, que intento disipar concentrándome en el paisaje de Bali, que sin importar cuantas veces lo vea, sigue asombrándome tanto o más que la primera.
Inmensas palmeras con lianas, árboles frutales, flores que caen como una lluvia perfumada debido a la brisa salada y tibia, más el sol incandescente que resplandece sobre el azul más intenso del océano, todo componiendo la perfecta imagen de paz y equilibrio que representa este lugar. Que no encaja con la voz de Grimmjow, que baila escenificando mientras canta a todo pulmón la canción de un artista de los 80s. Gusto seguramente tomado de sus padres, que me hace reír al ver tanta pasióny entrega. Ay por dios, mejor chócanos si vas a cantarle así a los bebés cuando nazcan. Al instante Grimmjow se carcajea sacándome una sonrisa.
-Y eso que no me has visto bailar al estilo Michael Jackson.
Ugh, en serio tiranos ya a ese acantilado. Ambos nos reímos mientras él se acerca rápido para darme un beso y seguir con la vista en el camino. ¿Así va a ser huh? Esperaste a que me casara contigo para por fin sacar tus manías raras. ¿Quién diría que te crees cantante antiguo?
-Oh sí bebé. Soy surfista, modelo, cantante y una caja de sorpresas. Así que prepárate que viene lo mejor, es como si no supieras nada de mí aún.
Cierra la boca, te he visto saltar desnudo desde una tirolesa, créeme que sé algo de ti. De hecho sé mucho más de ti de lo que tú sabes.
-Eso me gusta.
Y ahora puedo agregar que cantas feo. Grimmjow dramatiza haciéndome reír.
-Me hieres Ichigo. Pero si hablamos de quejas, tengo que decir que yo no soy el muñeco apuesto que deja todas las basuritas de sus chocolates y caramelos bajo la almohada.
¡Cállate! Me haces sonar como un obeso adicto a la azúcar. Aunque bueno…tal vez si deje algunos, ¡Pero los iba a tirar luego!
-¿Luego? Dejaste que se juntara una pila y yo tuve que tirarlos ¡Porque casi me atraganto con uno mientras dormía!
Te odio oficialmente Grimmjow J. Kyoraku. Hijos no lo escuchen, pronto me divorciaré de su idiota padre y nos iremos a vivir a la antartida lejos de su perversidad.
-Quisieras precioso, eres un friolento de primera y siempre me robas las colchas y me pateas. ¡Hasta la almohada me quitas! Eso no lo hacías cuando éramos novios, ¿Cómo carajos cambiaste tanto? Y no le eches la culpa a los bebés.
No sé de qué me hablas estúpido. O tal vez será que te quito hasta la almohada para ahogarte, a ver si así dejas de roncar como cerdo en matadero. Ambos nos miramos fijamente por largos segundos hasta que comenzamos a carcajearnos como el par de idiotas enamorados que somos el uno por el otro.
-No es como cerdo en matadero…sólo como en criadero.
Esta vez soy yo quién se acerca para besarlo y rozar mi nariz contra su mejilla. Supongo que me acostumbraré.
-Y yo pondré un cesto de basura junto a la cama.
Bien. Sabes Grimmjow, me gusta hablar y que siempre podamos solucionar nuestros problemas. Se lo digo justo cuando nos estacionamos afuera de la casa de sus padres, para bajarnos y ver que el lugar está lleno.
-Sí, a mí también me gusta hablar de nosotros y que siempre me perdones. ¿Por qué de esto se trata el matrimonio no Ichi? De comprender… Como por ejemplo esta mañana que me comí tu flan especial y aparte tiré sin querer tu cepillo de dientes y rastrillo al escusado. Pero no te preocupes, ahora puedes usar los míos y ahora nos unirá nuestro amor y las bacterias. ¡¿No amas estar casado?!
¡Grimmjow, date por muerto! Y claro que sale corriendo como el idiota que es haciéndome suspirar derrotado. En serio que sigo preguntándome cómo es que me case con ese tipo. Pero sin más, voy tras él rumbo al jardín donde ya hay una parrillada tremenda y dios, todo huele de maravilla, tanto que he empezado a salivar de más. Y bueno, la comida es primero así que apenas si saludo, mejor tomando unos platos para llenarlos de comida e irme directo a las mesas, donde ya me esperan mis padres, mis suegros con su bebé, la abuela y mi hermano, más mis sobrinos junto al imbécil del milenio, digo mi cuñado Aizen.
-Vaya que llegaron tarde hijo.
Me lo dice mi padre mientras yo pico todo con mi tenedor listo para atascarme, no sin antes encogerme de hombros. Grimmjow se atoró en el inodoro y nos tardamos en sacarlo. Ukitake-san escupe su bebida mojando a su bebé, al igual que mi mamá que estaba cargando al hijo menor de Tensa, haciéndome reír y claro que el único que me sigue la broma es Kyoraku-san.
-A ese hijo mío, ¿Quién lo viera? Tan grandecito y sigue atorándose en el inodoro como cuando era un bebé.
-¿Quién se atoró en qué?
Giramos viendo a Grimmjow que ha llegado junto al cadáver viviente de Starrk, que parece que anoche se bebió toda la barra de licores más medio litro de agua de mar. Carajo, luce peor que momia desenterrada.
-Grimmjow, Ichigo-chan ya nos contó lo de esta mañana. Para la próxima vez que te atores en el inodoro llámame y tu valiente padre irá a rescatarte como cuando eras un pequeñín. Y hablando de eso traeré el álbum familiar para que tus suegros miren lo adorable que eras antes de quedar loco.
-¡Viejo no! ¡¿Y de qué inodoro hablan?!
Sufre por haberte comido mi flan y tirado mi cepillo Grimmjow cabrón. O eso pienso mientras finjo demencia y sigo comiendo. Por su lado Kyoraku-san ignora a su hijo y se pasa de lado rumbo al interior de la casa.
-Mamá, ¿No le vas a decir nada? ¡Va a traer el álbum!
-Grimmjow basta, sabes que a tu padre le encanta mostrar tu álbum de bebé, es su orgullo.
Mi marido rueda los ojos mientras yo sonrío perversamente y le doy un codazo ahora que se ha sentado a mi lado. Sí Grimmjow, todos queremos ver al bebé de pelo azul y traserito al sol con su tablita de surfear.
-¡Qué lindo! Y ahora que lo dicen, yo también les enseñaré las fotos que traigo de Ichigo y sus hermanos de bebés, siempre las cargo conmigo.
Casi me atraganto con mi comida intentando fulminar inútilmente con la mirada a mi madre, que rebusca en su bolso hasta sacar un pequeño álbum de fotos, que da por resultado la risa perversa de Grimmjow.
-Sí Ichigo, todos queremos que tu mamá nos enseñe a ese lindo bebé con pañalito y cachetitos regordetes atascándose de chocolate.
Retráctate, fui un bebé delgado.
-Más bien rellenito y adorable, mira Grimmjow. Aquí está a los cincos meses y en la otra ya le había robado a su padre su primer barra de chocolate.
¡Mamá! Me cubro el rostro avergonzado mientras Grimmjow se ríe recibiendo el álbum, para ver las fotos de mí oscuro pasado como un bebé regordete.
-Woah….Espera, espera, debo volver a decirlo. Woah, Esto es…adorable en muchos sentidos, no sé si por el atasque de chocolate o por esas manitas y piernitas rellenitas. ¿Qué te pasó Ichigo? Antes eras realmente lindo. No me digas, tu padre también te tiró de una hamaca.
Todos se ríen mientras yo le doy un puñetazo en el brazo a Grimmjow, el cual me contesta con un beso que me hace sonreír.
-Isshin no lo tiró de una hamaca, pero una vez si lo dejó en el sillón y cuando nos dimos cuenta ya se había rodado, pero no le pasó nada porque cayó de traserito.
Espera ¿Qué? ¿Me dejaste rodar en el sillón como una pelota? ¡Viejo, esto jamás te lo perdonaré!
-¡Fue un accidente! Fui por mis botanas y cuando regrese ya estabas en el piso, es tu culpa por ser un bebé tan salvaje y adicto a la adrenalina.
Mi madre le da un jalón de orejas a mi papá que me deja satisfecho de aquí hasta el año que viene. Juro que es la única que siempre puede controlarlo a su antojo y la amo por ello.
-No te preocupes hijo, en su momento le deje bien claro a tu padre que volvía a dejarte solo y lo próximo que se rodaría sería su cadáver por el acantilado.
Mamá…Oh dios, la amo tanto. Nos sonreímos y tomamos de la mano emotivamente mientras los demás se ríen y mi padre niega repetidamente.
-¿Alguien dijo rodar? Porque en ese caso déjenme mostrarles a mi pelotita azul, o debería decir a mi Grimmjow antes de que se volviera un bloque de hielo.
Es Kyoraku-san que ha llegado con un álbum enorme y lleno, que hace a Grimmjow “cortarse” las muñecas con galletas saladas y estrellarse contra la mesa. Sonrío y le froto la espalda, porque maldición como amo a nuestras familias…aunque terminen rebelando crueles historias vergonzosas de ambos. Por cierto, ¿Dónde está Yamamoto-san y Kraken? No los veo por ningún lado.
-Ya que ninguno de los dos estaban, tú abuelo creyó que sería buena idea secuestrar al buen Ulquiorra-kun y a su novio que se quedaron a pasar la noche y se los llevo de pesca en el bote.
Genial, ya no seré el único traumado con lo de los megalodónes. Grimmjow y yo nos sonreímos mientras que Ukitake-san y su madre suspiran derrotados, porque saben que Yamamoto-san no tiene remedio. La fiesta en sí se pasa rápido como un tierno tifón en primavera, con flores volando, brisa salpicando y música resonando por doquier. El atardecer llega rápidamente y el ocaso se muestra impredecible con una gama de colores naranja, carmín y hasta purpura en el horizonte.
Y lo que más me gusta es que todos se toman el tiempo de admirarlo, largos minutos que parecen apenas un suspiro en el alma. Un pequeño recuerdo de todos los que estamos reunidos por esta simple pero tan feliz ocasión, una que no sabemos si se repetirá pronto, pero que esperamos así sea. Y así como los deseos son depositados en el oscuro mar, algo se va pero otros regresan, específicamente el pequeño bote de pesca de los padres de Grimmjow con un muy decidido Yamamoto-san tras el timón, Kraken a su lado y dos cadáveres en la cubierta.
-Mierda, el abuelo realmente se los cargó.
Me rio un poco mientras acompaño a Grimmjow y a un par de chicos al pequeño muelle a encontrarlos.
-¡Grimmjow, mocoso bribón! ¡Tu abuelo regresa de trabajar y seguramente tú acabas de llegar pequeño delincuente!
-Ay abuelito, llegué desde hace años.
-¡No me contradigas niño! Y ahora llévate a estos dos, ¡Que de marineros no sirven de nada! Apenas vieron un par de tiburones pequeños y pececitos y se orinaron en los pantalones. ¡Míralos, todos muertos! ¡Que niños los de ahora! ¡Imagínate que nos hubiéramos topado con el rey del océano! ¡O con leviatán! ¡O un cardumen de sirenas! Ah, que juventud…ya no se puede confiar en nadie. Excepto en ti pequeñín.
Claro que lo último se lo dice a su gato, al cual abraza para luego bajarse con cuidado y pasarse de lado mientras Grimmjow mantiene las manos en alto en señal de rendición. Apenas su abuelo se va, mi marido y yo simplemente nos reímos un poco hasta que brinco del susto al ver a Ulquiorra levantarse de golpe.
-¡¿Dónde está el capitán?! ¡¿Lo vencimos?! ¡¿Vencimos al monstruo?!
-Tranquilo Ul, estás en tierra firme, todo por fin terminó. Siento que el abuelo te haya arrastrado a su locura.
Ulquiorra jalonea a su novio el cual se levanta a duras penas para poderse bajar, no sin antes detenerse y que Ulquiorra le dé una palmada en el brazo a Grimmjow.
-Sabes Grimmjow, creo que me enlistaré en la marina.
-¿Eh?
Ulquiorra simplemente hace una mueca de sonrisa, o algo así, con él nunca se sabe y se va dejándonos perplejos, eso no me lo esperaba. Vaya, vaya…¿Quién lo diría huh? Creo que le va, ya sabes por lo serio que es. Grimmjow simplemente se ríe mientras vemos a Starrk a punto de arrojarse a las piedras.
-Hey tabla de surf, aquí está tu príncipe sirenita, no te tienes que suicidar ni hacerte espuma.
-Mierda actor porno, espuma pero la que me sale por la boca. Joder, si en la marina quitan la resaca hasta yo me enlisto.
¿Aún no se te quita?
-¿Bromeas? Kyoraku-san prepara las mejores bebidas del mundo y casi nunca son gratis. Y ahora que lo son no puedo desaprovechar. Así que me inicie una mega resaca continua. ¿Conoces el reto del mar del Edén?
No.
-Bueno, ¿Te has tomado seis panteras azules de medio litro seguidas?
No…Pero no me digas, tú sí.
-Seh y no lo hagas…no es una buena idea.
Lo dice mientras camina tambaleándose por la arena hasta que se cae totalmente muerto como una tabla en plena playa. Oh mierda, ¿Estará bien?
-Es Starrk, Ichigo. Claro que estará bien. Sólo déjame ayudarlo un poco.
Grimmjow lo arrastra hasta recargarlo en una palmera, para luego flexionarle los brazos tras la nuca y finalmente ponerle sus lentes de sol que trae en el bolsillo frontal de su camiseta de piñas caribeñas, Starrk sí que es todo un hombre del mar.
-Listo, ya no es un mero borracho tirado en la playa, ahora parece que se está tomando una siesta con estilo.
Uhm…¿No lo querrán robar o algo así? Digo, hasta acá apesta a alcohol, es obvio que no podría dar pelea.
-Ay Ichigo, con esa cara que se carga van a creer que el que los quiere asaltar es él. Venga vámonos, es hora de soltarles la bomba.
¿Seguro que no quieres que Starrk esté presente?
-Aunque estuviera presente lo olvidaría, mañana le decimos.
Suspiro derrotado, pero termino yéndome con Grimmjow esperando que ningún Leviatán, megalodón ni sirena se quieran comer al ebrio de Starrk. Una vez en el jardín vemos que mis padres y los abuelos de Grimmjow, más el resto de la familia ya conversan animados, pero ahora faltan Kyoraku-san y Ukitake-san que según nos dicen se fueron a traer más hielo. Vamos en su búsqueda por toda la casa sin encontrarlos en donde deberían estar. Tal vez fueron a comprar hielo.
-Pero si las hieleras del jardín están llenas de bolsas de hielo.
Ambos permanecemos en silencio reflexionando, cuando de repente escuchamos algo quebrarse en uno de los cuartos.
-Sea quien sea, si rompen las cosas de Ukitake le saldrá espuma por la boca.
Y claro que Grimmjow se adelanta conmigo pisándole los talones, hasta el que sino me equivoco es el cuarto de sus padres. Mierda, esto no está bien. Trago saliva comprendiendo e intentando detenerlo, pero es más rápido que yo abriendo la puerta.
-¡Oe, sí rompiste…!
Grimmjow se queda estático y yo le sigo desviando la mirada al ver que se trata de nada menos que sus padres. Específicamente Kyoraku-san acorralando y…dándole amor a su esposo contra algo no tan apropiado. Mierda incómoda nivel cien mil, es como un nuevo logro, encontrar a los suegros follando antes de anunciar mi embarazo.
-¡Agh, que puto asco! ¡Mis ojos!
-¡Grimmjow, no es lo que parece hijo!
-¡¿En serio viejo?! ¡¿Contra la cuna del bebé?!
-¡Largo de aquí mocoso, todavía que tu madre y yo queremos darte otro hermano!
-¡¿Ah?! ¡Viejos ridículos! ¡Solo vengan! ¡Tengo algo que decirles! ¡Y es ahora!
Grimmjow cierra la puerta azotándola, y lo último que vimos fue a Kyoraku-san siendo golpeado por su esposo sacándome una pequeña risa. Supongo que lo pervertido viene de familia.
-Mierda, necesito cloro y ácido para borrarme esas imágenes. ¿Crees que si me saco los ojos los deje de ver?
Me rio mientras lo abrazo por los hombros y lo llevo hacia el jardín. Bienvenido al club guapo.
-No me digas, ¿Tú también?
¿Por qué crees que me fui de casa tan joven? No precisamente a seguir mis sueños. Ambos nos carcajeamos mientras avanzamos y llegamos a la mesa especial. Apenas si esperamos unos minutos platicando incómodamente antes de que sus padres regresen. Ukitake-san bastante avergonzado y Kyoraku-san medio enojado de que lo interrumpieron.
-Y bien, ¿Qué es tan importante niño?
-¡Es importante viejo rabo verde! Bueno, uhm…mierda, ahora no sé cómo decirlo.
Grimmjow me toma de la mano y me voltea a ver tímido haciéndome sentir igual. Les…les queremos mostrar algo que compramos. Todos se quedan expectantes mientras yo saco tembloroso la pequeña bolsa de compras y se la doy a Grimmjow.
-Viejo, te va a encantar. A usted también señor Kurosaki.
Grimmjow saca un par de trajes de baño normales para adulto haciendo a Aizen rechinar los dientes. Tan hijo de perra como siempre.
-Esto es simplemente maravilloso, juntarnos para ver sus speedos. Que gente la de hoy en día. ¿Qué sigue? ¿Mostrarnos su ropa interior?
Claro que Aizen recibe un puñetazo de parte de Tensa, para que cierre la puta boca y que me saca una sonrisa. Dios, como amaría poder tirarlo por el acantilado.
-Vaya hijo, son bonitos pero…
-Pero no es todo.
Grimmjow saca de la bolsa dos trajecitos de baño más para bebé, pasándole uno a sus padres y otro a los míos. Y al instante el poder de la casa lo comprende, Ukitake-san, mi madre, Tensa y los abuelos de Grimmjow abren la boca mientras que nuestros padres están algo…desubicados intentando encontrar una explicación.
-Hijo, no creo que esto te quede…no que diga que sacaste el gran trasero de tu madre, pero…
-¡Oh por dios Grimmjow!
Kyoraku-san recibe un manotazo de su esposo que le arrebata el pequeño traje de baño para levantarse de golpe, al mismo tiempo que mi madre comienza a gritar como una demente y de paso a agitar a mi padre hasta casi dejarlo calvo.Y por supuesto que soy tacleado por mi madre y mi suegro que casi me comen vivo.
-¡Hijo! ¡¿Por qué no me lo dijiste?!
-¿Decirte qué Masaki? Ichigo Shiba Kurosaki, tienes un minuto para explicarme que pasa aquí jovencito. ¡Soy tu padre y exijo respuestas claras!
-¡Sí, sí! ¡¿De qué hablan huh?!
-¿Es en serio viejo ridículo? ¿No entiendes?
-¿No?
-¡Shunsui vamos a ser abuelos!
Ukitake-san lo suelta de golpe. Y sólo eso basta para ver a mi padre desmayarse y a Kyoraku-san recibir un brutal flashazo de realidad. Supongo que no podía esperar menos de ambos.
-Oh santo carajo.
-¿Estás feliz viejo?
-¡Claro!
Sonrío satisfecho, esta vez enfocando mi vista en los abuelos de Grimmjow que me abrazan, y por último en mi padre que lentamente recobra la consciencia. Mierda, ese ceño fruncido no me relata nada bueno, con que Grimmjow no lo joda…más.
-¿Qué hay de usted señor Kurosaki? ¿Está feliz? ¡Le daremos no uno, sino dos nietos!
-¡Voy a matarte!
Apenas lo dice mi padre se arroja sobre las mesas para tomar a Grimmjow por el cuello y ahorcarlo. ¡Papá! ¡Mamá haz que se detenga!
-¡Te robaste a mi hijo, le metiste ideas raras en la cabeza, te casaste con él sin mi permiso y ahora lo embarazas! ¡Voy a triturarte infeliz! ¡Soy médico por si no lo sabes! ¡Y te cortaré y disecaré como a una rata!
Mi madre le da un buen golpe a mi padre en la cabeza haciéndolo soltar a Grimmjow, que casi se atraganta mientras Aizen se ríe viciosa y perversamente. Ese maldito, ya me las pagará. Papá, basta…deberías estar feliz.
-¡¿Es que acaso todos mis hijos se tienen que casar con delincuentes?! ¡Primero Tensa con ese cara de piedra, arrogante y palurdo que se lo robó cuando apenas era un adolescente, y ahora tú con este demente, cara de tonto y pelo de algodón de azúcar! ¡¿Qué hice para merecer esto?!
Le dedico una mirada piadosa a mi madre y a Tensa, que no dudan en pellizcar a papá para hacerlo callarse de una buena vez. Ya bastante drama he tenido por hoy carajo.
-Lo siento hijo, es que tu padre ha bebido de más, pero en realidad está muy feliz. ¿O no Isshin?
Mamá lo fulmina con la mirada. Así que mi padre se levanta y viene hacia mí para que nos miremos fijamente. Carajo, carajo, carajo. Sé que nunca es fácil aceptar que un hijo ha crecido, pero su mirada no me gusta. Trago saliva ansioso, mierda realmente quiero que esté feliz por mí. Y sé que será así en cuanto suspira cansado y me agarra por los hombros.
-Te diré lo mismo que le dije a Tensa. Si este tipo te maltrata, se atreve a levantarte la mano o siquiera la voz y lo mato. ¿Oíste Grimmjow? Lo lástimas, haces llorar o lo hieres en cualquier sentido e iré tras de ti y no importa cuán lejos te metas en el mar, te encontraré y te haré comida para tiburón.
Mi padre se lo afirma mortalmente amenazante, pero Grimmjow es Grimmjow y tiembla conmovido a la vez que se le arroja a mi padre para abrazarlo. Mi papá se queda con cara de ´Qué carajos le pasa´ y yo simplemente me encojo de hombros sonriéndole. Así es él y te adora.
-Suegro, le juro que cuando nazcan nos iremos a surfear, sólo sus nietos, usted y yo. ¡Será genial!
Ruedo los ojos, separándome y recibiendo millones de felicitaciones de parte de todos nuestros amigos y la familia restante. Pero el que me llama la atención es Yamamoto-san que permanece callado, por lo que me acerco sonriente. ¿No está feliz…uhm abuelo?
-Ah…que niños, no diré que no me lo esperaba viniendo de ti y de ese criminal de Grimmjow que sacó la locura de su padre. ¡Pero claro que estoy feliz! ¡Tendré dos bisnietos por todos los cielos!
Oh sí, y sabe Yamamoto-san, no es por ser presuntuoso pero me comunico bastante bien con los bebés y al menos uno me ha dicho que ama las historias del mar y que enlistarse en la marina suena de ensueño. Al instante la boca del abuelo se abre y sus ojos brillan como nunca antes. Ojalá tuviera a alguien que le enseñe todo lo necesario para ser un gran marino algún día.
-¡Ah! ¡Qué remedio, yo tendré que hacerlo! Sí, ya lo decidí, no me moriré hasta ver a ese bebé convertirse en primer almirante de la marina. ¡Y de eso me encargo o me dejo de llamar Yamamoto Shigekuni!
-Yamaji, en ese caso serás inmortal.
-¡Kyoraku maldito, ven aquí! ¡Mujer pásame mi arpón y al gato! ¡Este tipo me va a conocer!
Sonrío y por fin me voy con Grimmjow que me espera en las escaleras para bajar el acantilado o eso creo. Pero antes hago una parada rápida con mi padre. Sabes papá, no es por ser metiche pero escuche a Aizen levantarle la voz a Tensa y decirle que lo obligaría a darle quince hijos más. Al instante mi padre escupe su bebida y azota el vaso en la mesa. Joder sí, sufre maldito.
-¡¿Qué ese imbécil hizo qué?! ¡Aizen maldito degenerado abusador!
Y ahora si sonrío triunfante al ver a mi padre taclear de lleno al idiota de Aizen que no se lo esperaba para nada. Justo como debe de ser. Finalmente tomo la mano de mi marido y nos vamos bastante felices, digo, todo resultó mejor de lo esperado.
-Nos fue bien, creí que tu padre me azotaría contra la mesa o me empujaría por el risco.
Si no tuviera varias copas encima seguro que lo hacía, y aun no bajes la guardia que en cuanto tenga la oportunidad te amarrará de los tobillos con un par de cadenas y te arrastrará con su auto por todo Bali.
////Grimmjow////
Mi mueca de espanto es absoluta, sé que no miente, pero me rio nervioso restándole importancia. En ese caso me la tendré que pasar contigo para no morir.
-Puedes intentarlo si quieres, pero no prometo nada.Por cierto, ¿A dónde vamos?
Es un secreto, pero en cuanto te canses avísame y te cargaré. Recibo como respuesta un puñetazo ya que Kurosaki es de los “No necesito nada de nadie” y menos estando embarazado, claro a excepción de comida. Pero por ahora no pienso en ello, llevándomelo por la arena tibia rumbo a la espesa jungla. Pasamos a través de gruesas palmeras y árboles frutales inmensos desde donde cuelgan pesadas lianas más millones de flores coloridas. Y de paso escuchando la naturaleza en su máximo esplendor, aves exóticas cantando, grillos, cigarras, seguramente uno que otro mono y algún reptil perdido entre el camuflaje de la vida salvaje.
Conforme nos introducimos más en la selva el calor húmedo se vuelve abrumador hasta la locura, mi camiseta está empapada en sudor ardiente, por lo que apenas si nos detenemos para que yo me la saque. Ichigo sonríe diminutamente mientras me mira con esos ojos de miel achocolatada entre la penumbra total de la noche. Y tal vez estoy loco, pero puedo ver un brillo perverso y casi insinuante en él conforme sus ojos van y vienen por todo mi cuerpo sin vergüenza alguna.
Sonrío para mis adentros por ese hecho, siempre he sabido que soy atractivo y nunca me ha interesado, pero cuando se trata de Ichigo; maldición, me hace arder la forma en que me mira, me vuelve loco, me hace alucinar y temblar de la manera más exorbitante y posible que haya. Ichigo provoca en mí sensaciones que suelen permanecer ocultas como los instintos más primitivos de cualquier hombre. Ichigo me hace querer follar para sentir, respirar para amar y vivir con el único propósito de adorarlo.
-¿Ya vas a follarme? Comienzo a cansarme sabes.
Me lo ronronea al oído mientras sus dedos curiosos se deslizan por mi pecho aceitoso provocándome un rico escalofrío y sacándome una sonrisa. Ya casi llegamos, solo un poco más. Antes de follarte duro, quiero mostrarte un lugar que te gustara. Me da un pequeño beso y asiente complacido antes de jalarme y seguir con el recorrido hasta llegar a nuestro destino. Las ruinas del templo en el que aquella vez terminamos, pero que hoy parecieran un lugar totalmente distinto. Aquí casi no hay muchas palmeras por lo que la luna ilumina de lleno los restos de rocas apiladas.
Hay musgo creciendo por doquier entre las rocas al igual que flores y demás, pero lo mejor es la parte trasera. Justo detrás de las ruinas hay un pequeño manantial de agua tan cristalina que pareciera inexistente y que por lo pulcra que está, aún a estas horas de la noche deja ver todo el fondo de flores marinas y uno que otro pequeño coral más diminutos pececitos de colores que nadan. Sonrío aun más al ver a Ichigo con la boca abierta mientras se quita a prisa la ropa hasta desnudarse. Estoy seguro de que se arrojaría de lleno a no ser por los bebés. Pero definitivamente no duda en meterse al agua fresca, regalándome al instante una mueca de total satisfacción. ¿Rico?
-Delicioso. Maldición, ¿Por qué no venimos antes? Oficialmente es mi lugar preferido en Bali, es precioso.
Es nuestro secreto chico lindo. Ichigo finge cerrarse la boca con un cierre dándome a entender que no dirá nada mientras yo termino de desnudarme, para arrojarme de lleno al agua fresca que recibe como deliciosa escarcha a mi ardiente cuerpo. Mierda, realmente amaría poder vivir en el agua día y noche. Lo mejor es que tal vez por algún tipo de organismo el agua pareciera iluminarse con cada segundo que pasa, como si se volviera de un color neón que me deja tan perdido como enloquecido por ver a Ichigo nada y juguetear como un niño. Sonrío atrapándolo, para abrazarlo y pegarlo contra el borde de donde nos sostenemos y logro besarlo.
Mi lengua caliente y tibia entra en su boca carnosa y cremosa para recorrer cada uno de sus puntos más sensibles. Ichigo se aferra a mí, rasguñándome la espalda y brazos tenuemente haciéndome estremecer. Lo beso hasta sentir los labios arderme al igual que la erección dura y punzante que ya tengo por él y que me pide a gritos ahogarme en su calor. Él lo nota empujándome con una mueca perversa, separándose y volviendo a nadar. ¿Te encanta torturarme no es así? Mi travieso esposo no hace más que sonreír y seguir nadando, provocándome con cada movimiento de ese cuerpo obsceno que tiene.
Los minutos pasan lento y en silencio, conmigo recargado en el borde admirando a Ichigo que me dedica una que otra mirada inocente, que le regreso con una turbia y pecaminosa. Cuando por fin se ha cansado de torturarme sale y me indica que lo siga. Lo persigo despacio, como un juego perverso, él metiéndose y ocultándose tras cada pared destruida y una que otra columna hasta que nos topamos de frente. Esta vez me deja acorralarlo contra una fría pared de roca en donde lo beso de nuevo, dejando que se abrace a mi cuello y que una vez más inicie ese pérfido y retorcido culto sexual que tenemos.
Nos mordemos y comemos la boca a lengüetazos candentes y dientes filosos mientras mis manos recorren sus muslos tersos y tentadores, sintiendo como cada vello de su cuerpo se eriza ante mi tacto. Mi ego al igual que mi erección se eleva por lo alto, porque sé que soy el único que lo puede hacer sentir de esta manera. Así que no espero más y lo abrazo por la cintura para llevármelo hasta una superficie de roca lisa con la altura perfecta, en donde lo siento en el borde. Ichigo abre sus piernas para mí a la vez que se recarga en sus codos, dándome una sonrisa juguetona mientras se relame los labios despacio.
-¿Vas a cogerme o te lo tengo que rogar?
Ambos sabemos que eres bueno rogando porque te la meta. Ichigo se ríe un poco hasta que lo callo, metiéndome entre sus piernas y besándolo. Le meto la lengua a la vez que llevo mi mano hasta el interior de sus muslos húmedos, en donde ahora el que disfruta torturarlo soy yo; rozando y acariciando esa pequeña entrada mojada, suave y rosada que ya se contrae ansiosa por mí. Ichigo tiembla entre gemidos, maldiciéndome y empujando sus caderas en un intento de sentirme más. Y con ese rostro suplicante no tardo mucho en dárselo.
Introduzco un par de dedos en él por fin sintiendo su rico fulgor. Ichigo jadea fogoso, echando la cabeza para atrás, disfrutando mientras yo empujo mis dedos hasta los malditos nudillos y un poco más profundo. Me aseguro de palpar cada centímetro suave y escurridizo, viéndolo alucinar por mi tacto y por el turbio calor que pareciera acrecentarse y envolvernos como lava satinada. Ichigo no hace más que vibrar conforme su respiración se agita ya que he encontrado ese punto que tanto le gusta.
Presiono y froto una, dos, tres veces mirando cómo los brazos le fallan y termina de recostarse, para convulsionar y masturbarse con fuerza dejando que la vehemencia de su cuerpo gane. Ichigo se corre maravillosamente sobre su abdomen, dándome una imagen de en sueño. Él perdido en el paraíso del placer. Pero necesito más, así que aprovechando que se encuentra perdido entre galaxia incontenibles, sujeto mi erección que ya punza dolorosa, para sacar mis dedos y llenar con ella el vacío en él. Empujo con fuerza hasta introducirme totalmente, sintiendo mis testículos cosquillear por lo bien que se siente, mientras Ichigo se retuerce y jadea mi nombre.
-Sí, sí…sí. Justo así…Así me gusta.
No le gusta, le encanta. Puedo verlo en esos ojos cristalizados y en cada poro de su piel que se derrite ante el placer que le doy.
-Grimmjow más…más profundo….más.
Me aferro a sus muslos y lo embisto con rudeza, hasta sentir que no podría salir más de él, escuchándolo gritar entre cada penetración y sintiendo que me asfixio, debido al sinfín de sensaciones que me abordan. Está tan estrecho, mojado y rugoso, succionándome deliciosamente mientras se contrae como si quisiera atarme a él. Me lo follo por largos minutos, que apenas parecen una fugaz agonía, sintiendo que el cuerpo me va a estallar por tanto maldito calor acumulado.
El placer me aturde los sentidos como millones de relámpagos recorriéndome cada vena, a la vez que el corazón se me acelera bombeándome furioso y mi sangre hierve con cada segundo que pasa. Sudor ardiente se escurre por mi cuerpo como gruesas y pesadas gotas que caen sobre la piel húmeda y nívea de Ichigo, empapándolo en perdición pura.
-Carajo sí…sí, córrete, córrete dentro.
Él que se vuelve a correr es él entre temblores, gritos y prolongados suspiros, mientras yo intento soportar sólo un poco más en busca del límite. Pero Ichigo me mata, apretándome hasta la histeria y haciéndome terminar dentro de él. Me corro sintiendo que todo estalla en mí como cientos de flashazos, entumecedores y deliciosos que me ahogan sin posible regreso. Apenas si logro colocar mis manos a sus costados para recargar mi cabeza contra su pecho. Ichigo sonríe al igual que yo con la respiración agitada mientras intentamos encontrar nuestros labios para besarnos torpemente.
-Por favor…por favor dime que follaremos así todos los días, aunque tengamos cincuenta años y veinte nietos. Y júrame que aunque algún día ya no podamos ni caminar, jamás dejarás de llevarme hasta el fin del mundo aunque sea en sueños.
Oh mi amor, te lo juro por mi vida. Ambos nos sonreímos entre besos húmedos y largos mientras el calor nos abraza y la luna nos ilumina, porque así pase un segundo o mil años, estoy seguro de que esta pasión y amor incontenible entre nosotros serán simplemente eternos.