Capitulo 1
Tom sonrió al ver al mocoso, tirado en el suelo viéndolo con los ojos asustados, rojos por las lágrimas. Su rostro estaba magullado debido, a que "sin querer" había golpeado el rostro del chico contra la mesa. Dos veces.
La rabia aún le recorría el cuerpo al recordar lo que había ocurrido esta tarde. Como cada día tenia que bajar a tomar los alimentos al salón comedor. Como todos los días también, lo miraban con desprecio y recelo, cómo no, si para ellos Tom. Era un monstruo, un fenómeno.
Ese día en especial había sido un verdadero fiasco, el grupo de los sin cerebro, le habían lanzado una bandeja del desayuno, con todo su contenido encima.
Rojo de furia Tom, salió del comedor aguantando las terribles ganas que tenía de matar a esos malditos Muggles.
Cómo siempre ese hecho, paso desapercibido, igual que todos los otros. A la hora del almuerzo fue casi igual, cada paso que daba lo hacia bajo el constante asedio de los muchos huérfanos abandonados que como él, allí habitaban.
El almuerzo fue asqueroso, una papilla de patatas que no alcanzaba para puré, el pescado estaba pasado ya que su aroma era bastante desagradable. Lo único agradable fue el panecillo y el vaso de agua fría que calmaba el calor del verano. Sirviéndose solo eso, ya estaba acostumbrado a las penurias que aquí se pasaban.
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Sus pasos nuevamente le llevaron al único lugar que era seguro para el aquí, su caminar lento y altivo le daban un aire imponente, haciéndole ver para algunos, hasta superior, claro, si es que estuviera en Hogwarts. Detuvo sus pasos a unos metros de distancia de la puerta de su cuarto, su habitación estaba en el segundo piso, era la habitación más alejada de los demás, incluso tenia un baño cerca que solo ocupaba él, nadie querría acercarse allí tampoco.
Tom apretó sus puños, sus nudillos se volvieron casi blancos, al sentir como la rabia le embargaba.
Al ver que la chapa de su dormitorio había sido forzada.
Apresuro sus pasos y empujo la puerta media abierta, gruñó de rabia al ver el desorden en su cuarto.
Pero lo que mas le molesto fue el ver, como sus preciados libros estaban esparcidos por el suelo, completamente rotos. Su cama por otra parte estaba cubierta con basura, y otros compuestos que ni si quiera quería averiguar que eran. Y en la ventana de fondo con letras cafés decía "Fenómeno"
Tom en ese momento juro vengarse, les haría pagar cada una de sus humillaciones.
-¿Creyeron que no me daría cuenta de que ustedes fueron los que destruyeron mi habitación?-preguntó con sorna.
-Esto se va a saber Tom, y saldrás muy mal parado-se burlo Troy
Tom sonrió, pero era una sonrisa macabra, y paseo lentamente por el cuarto, de pronto se volteo a verlo y sus ojos habían cambiado de color, y el chico tembló de miedo.
-¿Crees que estas en una buena postura para amenazarme?-el chico tembló nuevamente, y Tom sintió la satisfacción de ver a su enemigo doblegado ante él.
-¡Responde!
-N-No...
-Me parece bien, y ahora...¿por donde íbamos-Tom podía saborear, lentamente el suave sabor de la venganza, no descansaría hasta hacerlos pagar, lastima que aún no había podido conseguir otra varita, una que nadie rastreara, bueno, tendría que hacerlo al estilo Muggle.
Veinte minutos después, salió muy campante de la habitación del chico, o lo que quedaba de él, ordenó su ropa en el camino, limpiando con papel higiénico algunas manchas que habían quedado en sus manos. Disfrutaba hacer sufrir a sus victimas. Ver como lentamente la vida se extinguía de sus ojos, lamentablemente no había podido matar al estúpido de Troy, no quería levantar sospechas, aunque sabia que el chico no hablaría, no porque no quisiera, si no porque no podría hacerlo, con el miedo que le tendría seria suficiente aliciente para callarle.
Unas voces alteradas le hicieron detenerse, camino hasta un pilar que le ocultaba a la perfección y fue testigo de como dos de los guardias del orfanato llevaban a un chico en una camilla, el chico goteaba sangre por su cabeza.
Los guardias iban siendo seguidos por la directora y dos profesoras. Las muy urracas no dejaban de hablar.
Ya mañana averiguaría quien era el nuevo.
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-¿Crees que sea como él?-pregunto una de las profesoras.
-No lo se, Carmen. Los transeúntes dijeron que cuando callo, era rodeado por una luz de color blanco...eso es algo a considerar.
-¿Que haremos con dos de ellos?- pregunto la otra.
-No lo se, pero en caso de que también fuera un mago...tendríamos que llamar a Albus Dumbledore.
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Cuando Harry abrió sus ojos, fue a causa del sol. Pestañeo un par de veces y sintió como su cabeza se patria en dos.
Un gemido de dolor abandono sus labios, y sintió como de pronto una pastilla era empujada en su boca, seguido de un vaso con agua que era puesto en su boca. Harry trago sin oportunidad de tragar de manera correcta haciendo que se atragantase.
-Lo siento cariño, pero anoche no pudimos darte ningún medicamento mas fuerte para el dolor.
-¿Donde estoy?-preguntó con voz ronca.
-Estas en la enfermería de un orfanato cariño, te encontramos en la calle con un fro golpe en la cabeza.
Te cerramos la herida, pero hoy te llevaremos al hospital. ¿Tienes padres a los cual llamar?.
-N-No...no se...no recuerdo nada.
Harry trato de enfocar su gusta, pero se dio cuenta de que no veía nada mas que manchas borrosas, el rostro de la enfermera era como si estuviera cubierto por hondas de humo.
La enfermera comenzó a murmurar cosas, que Harry no quiso entender, el dolor de su cabeza era monumental, y solo quería volver a cerrar sus ojos nuevamente..
-Querido, no te duermas, acabamos de llamar a una ambulancia, te haremos los exámenes pertinentes. Harry asintió lentamente y trato de volver a cerrar los ojos.
Diez minutos después fue despertado nuevamente, gracias a una molesta luz que torturaba sus sensibles pupilas.
-¿Recuerdas cual es tu nombre?-pregunto alguien, con la voz impaciente.
-No-susurro con la boca seca.
-Bien, llevemosle, el golpe le hizo perder la memoria-Harry gimió al sentir como era cambiado, tal parece a otra camilla. Esta era mas dura y fría, trato de encogerse para capturar un poco mas de calor, cuándo de pronto una manta fue puesta encima de él.
Harry no sintió de gran manera su pérdida de memoria, tenia el presentimiento de que sus recuerdos no eran agradables.
-¿Que ha pasado, directora?-pregunto Tom, de manera amablemente cínica.
-¡Oh Tom! Me has asustado...anoche encontramos a este chico en medio de la calle, en muy mal estado, hace unos momentos desierto, pero no recuerda nada.
Tom vio como el pálido chico, era llevado hacia la ambulancia, pero eso no fue lo que las le llamo la atención, lo que le llamo la atención fue el hermoso color de ojos del chico...eran del color del Avada.