Nephilim, ruinas, iratzes, cuchillos y dagas serafín... Demasiadas palabras y conceptos nuevos que aprender. Luhan rodaba una y otra vez en la enorme cama. Jaejoong lo había dejado para ayudar a Yoochun a preparar el desayuno: según lo que escuchó había casa llena. Tal vez era como su manada, nueve chicos hambrientos y poco razonables hasta que Suho y D.O ponían los platos calientes y sabrosos frente a ellos.
A Jae le había costado horrores separarse de Luhan desde que recupero el conocimiento. Se culpó por reaccionar de aquella forma pero Yunho se encargó de tranquilizarlo. Ahora u mayor apuro era verlo desaparecer si no lo tenía a su lado. Luego de mucha insistencia por parte de Yunho hizo que Luhan le prometiera que no iría a ningún lado y por fin Jae consiguió separarse del rubio.
Luhan se quedó quieto algunos minutos intentando recordar todo lo que Jae le explicó apenas despertó. Alguien toco la puerta y Luhan reconoció los toques
—¿Luhan?
Sehun se acomodó hincado a un lado de la cama. Su cabello multicolor contrastaba demasiado con las ropas oscuras que vestía. Una playera de mangas cortas color negro, pantalones y botas a juego. El mismo estilo que Jaejoong y Yunho usaban.
Luhan lo notó diferente y no solo por su vestimenta. El más alto siempre había tenido un aura brillante pero era bueno en ocultarla al resto. Desde que entro a la habitación Luhan pudo percibir ese brillo rodeándolo por completo y era seguro que no solo él lo percibía.
Notó la mirada de Sehun puesta en una parte de su cuerpo es específico donde un par de runas oscuras marcaban su piel y rápidamente se cubrió el pecho con las sabanas.
—¿Qué sucede? — preguntó Sehun inocente.
—Deja de hacer eso. Es molesto
—¿Hacer qué? Solo te estoy mirando. No entiendo que hay de malo
Luhan bufó y le dio la espalda. Se acostó de nuevo y se cubrió hasta la cabeza con las sabanas.
Desde que lo conocía no había sentido esa vergüenza y ganas de huir de su hyung. Era por esa nueva personalidad suya tan segura, la altivez de su mirada, el temple de su voz y su aura en general.
— Luhan…— canturreó bajo. El menor no se movió. Sehun brinco y cayó estrepitosamente en el colchón haciéndolo brincar —¡Hazme caso! ¡Hazme caso, hazme caso, hazme caso! ¡hazme caso o derribo la cama! – por cada palabra era un brinco. La cabecera de la cama chocaba contra la pared y Luhan rebotaba contra el colchón.
En un movimiento más que desesperado Luhan salió de su escondite y encerró a Sehun en la almohada intentando hacerlo un ovillo y que dejar de moverse. Recibió un cabezazo y un golpe en la pierna pero logró su cometido.
—¡Deja de ser un crio, pueden oír y pensar que nos estamos peleando! –Sehun batalló un poco más pero soltó un resoplido rindiéndose — ¡Ah, enserio! ¿Qué voy a hacer contigo?
El cuerpo bajo él estaba cálido y reconfortante. Recargó su cabeza en lo que era el hombro de Sehun. Luchaba consigo mismo y con lo que quería hacer: no podía volver con Kris y Suho ahora que sus padres por fin lo reconocerían ante la familia, y tenía muchas ganas de reunirse con su hermano, pero extrañaría horrores a la manada y sentía su corazón herido.
—¿Qué voy a hacer…? – repitió un poco más calmado.
Sehun sintió su pesar, no entendía por qué pero el Luhan siempre alegre y amistoso cada vez le costaba más trabajo encontrarlo.
Soltó una clase de quejido y uso su fuerza restante para indicarle con voz sofocada.
—¡Luhan me estoy ahogando!
2
— ¿Qué has hecho durante todo este tiempo?
Luhan se había recargado en la cama y luego de asegurarse que ninguna runa era visible, volvió su atención al hyung de vestimentas oscuras.
Sehun pareció mediarlo como si eligiera que contarle y que no.
—Solo han pasado algunas horas — decidió postergar su respuesta un poco más: Jaejoong-sshi le prohibió terminantemente hablarle de lo sucedido desde que Sehun había despertado.
—¿Ah, si? Me parece que fue hace una eternidad que estuvimos en casa. Suho y Kris deben estar vueltos locos.
Sehun negó con la cabeza.
—Kyuhyun hyung me dijo que todos en casa están bien y saben dónde estamos. Y…
—¿Qué?
—Vamos a quedarnos un tiempo. Suho se puso algo histérico pero cuando habló con Jaejoong-sshi se quedó tranquilo.
Luhan parpadeó confuso. ¿Vamos? ¿No era solo un “Luhan se queda” sino también Sehun?
—D.O hyung y yo esperaremos a que termines tus asuntos. No volveremos si no es contigo.
Luhan tragó saliva.
—Estás demasiado confiado.
—Todos los hyung son amables y cocinan delicioso —Sehun soltó una sonrisa milimétrica que Luhan coreó.
El silencio se aposto de nuevo entre aquellas cuatro paredes. Sehun parecía divagar en sus propios recuerdos y Luhan se debatía por cómo decirle al mayor, que no iría a casa tal vez en los próximos años.
El ruido de la puerta abriéndose y una cabellera castaña asomaron por la rendija. Era Junsu, el menor de los hermanos de Jaejoong que en cuanto se enteró que Luhan había despertado, no contuvo su curiosidad y fue a ver a aquel niño que solo había visto de refilón cuando Hangeng y Changmin lo llevaron inconsciente a casa.
—Bajen — dijo con una sonrisa nada oculta — la cena está lista.
Alguien menos paciente que él lo empujó adentro.
—Será la primera vez que todos lo vean. ¿No deberíamos decirle unas palabras antes? — farfullo Junsu emocionado. Yoochun disimulaba mejor.
Fijó la vista en Sehun, éste saludo con una venia pero Yoochun buscaba a la rubia cabeza. Vio mucho de los rasgos de Jaejoong en el pequeño licántropo y muy poco de Yunho. Luhan bajo la mirada avergonzado por la intensa mirada que le digirió Yoochun.
¿Qué rayos? ¿Los Nephilim podían procrear? Miró de refilón a Junsu sintiéndose ligeramente acalorado.