DOLLS por Balm

"¿Me puedes explicar que estás haciendo?"

Han parecía poseído. Había estado hablando consigo mismo desde hacía horas, había hecho varios llamados telefónicos, vociferado más vulgaridades de lo normal y finalmente había recibido un paquete gigantesco que ahora descansaba en el medio del salón.

Él, por su parte, solo lo había visto ir de aquí para allá sin intervenir ni preguntar, pero la curiosidad -y la preocupación- lo estaba matando.

"¿Te tomaste tu medicación hoy?" bromeó Souji con una sonrisita malvada.

Han ignoró a su interlocutor hasta que el paquete estuvo abierto, cerciorándose que esta vez SI FUERA lo que correspondía. Yep. Una chica. Bonita, menuda y delicada. Ah.

"Estoy intentando curar a mi hermano de lo que espero sea un arranque de rebeldía transitoria." Explicó, volteándose hacia el hombre con cara de 'duh'. En realidad Han no se había molestado en explicarle a Souji la situación; no veía la necesidad. Si todo salía bien, para el término de la semana podrían olvidarse del asunto.

"¿Qué te parece?" sonrió complacido, mostrando su nueva adquisición.

El interpelado enarcó una ceja tanto que amenazó con salirse de su cara. ¿Qué... demonios?

"Han... ¿por qué hay una chica insconsciente en esa caja?" preguntó con tono de padre.

Han sonrió compacido. Engañar a Takashi no le había parecido sorprendente, pero era un logro que incluso aquel hombre cayera en la confusión.

"¿Te acuerdas de la última compañía que compré?" se cruzó de brazos, orgulloso.

"¿Resultó ser una fachada para la trata de blancas?" con los ojos entrecerrados, sin mucho ánimo para preámbulos. Pero pronto su cerebro encajó todas las piezas.

"Es... ¿un robot?" Wow. Souji se levantó del sillón, caminando hasta la caja y mirando a la muñeca con franca admiración. "Ahora que la observo bien, sus poros son demasiado pequeños... y su rostro demasiado simétrico." Se llevó una mano al mentón, analizando el cuerpo. “Pero la ilusión es sorprendente.”

"Lo sé. Es la primera tirada de muñecas. Aun les estamos haciendo algunas pruebas, por lo que no saldrán al mercado sino hasta dentro de algunos años más." Se agachó al lado de ella, levantando la manta de seda para observar que no llevaba nada puesto. "Necesitaremos ropa."

Han sacó su celular e hizo algunos pedidos. Al poco rato llegaron dos sirvientes con un colgador lleno de prendas femeninas.

"¿Crees que Takashi prefiere a las sirvientes francesas o a las chicas gato?" meditó Han, caminando por el costado del colgador y mirando los distintos conjuntos.

"¿Es para Takashi?" suspiró, negando. "Deberías dejarlo en paz. Si no quiere salir con nadie es cosa de él... además, seguro lo ofenderás si se la regalas." Souji volvió a sentarse, apoyando el mentón en su mano.

Han tomó un conjunto al azar y se lo pasó a una de las sirvientes.

"Digamos que... hay una cierta situación que debo arreglar. Takashi necesita un poco de calor femenino, si sabes a lo que me refiero." Se alzó de hombros, sentándose junto a Souji y chasqueando los dedos para recibir en su mano un vaso de whisky. Bebió un sorbo y se reclinó hacia atrás mientras las sirvientes hacían lo suyo.

Souji inclinó el rostro hacia un costado, atento. Han parecía preocupado. Siempre lucía preocupado, pero ahora más que de costumbre. "Deberías tomarte unas vacaciones de ser un hermano entrometido." Le sonrió dulce, despeinándole con una de sus enormes manos.

Han le miró de reojo, sin detenerle. "No puedo. Es un desastre. Francamente le he dado todo lo que alguien pueda querer y sin embargo el muy imbécil sigue... así."

"¿Así cómo?" animó Souji, aunque sabía la respuesta. En realidad solo buscaba que Han se desahogara un poco…

"No sé. ¿Miserable?" Han dejó el vaso a un costado y se rascó la cabeza con ambas manos, quedando totalmente despeinado. "Es decir... ¿no se da cuenta de lo afortunado que es? Tampoco es que sea horrible a la vista. Si hubiera aceptado el convertible no le habría costado nada conseguirse una novia."

Souji suspiró, reclinándose ahora él hacia atrás.

"¿No has pensado que, quizás, no es lo que quiere?" Bien, esto no iba a ser sencillo... pero quizás era hora de revolver esa cabecita por el bien de cierto muchachito. "Es decir... debes dejarlo resolver sus asuntos, Han. Sé que quieres ayudarle... pero... hay asuntos que solo uno mismo puede resolver."

A lo que Han se levantó, se estiró y se alzó de hombros. “Si, si, si…” sacudiendo una mano, ignorándolo olímpicamente.

“Han…” llamó Souji en un intento de llamar su atención, pero su interlocutor ya había tomado el manual de instrucciones y estaba ojeándolo fugazmente. "Para encender... saliva en la boca... blah blah blah…" Leyó en voz alta, cerrando el manual y dejándolo a un lado. Era pésimo leyendo instrucciones; le aburrían. Él era más del tipo de aprender haciendo.

Así, sin más, se metió un dedo a la boca y luego aquel dedo en la boca de la muñeca. Muy romántico.

Souji se sonrojó. Era una imagen un poco… provocativa, en realidad.

- Material genético detectado -
- Iniciando reconocimiento: [Hombre, 29 años, tipo de sangre A+...] -
- Actualizando datos -
- Chequeando memoria interna -
- Chequeando batería: [75%] -
- Inicializando -
- Error fatal -
- Re-Inicializando -
- Error fatal -
- Iniciando en modo a prueba de fallos -
- Elevando temperatura corporal a 37 grados -
- ... -

La muñeca abrió los ojos lentamente, como quien despierta de un largo letargo. Se sentó, se frotó los párpados y miró alrededor. "¿Amo?" preguntó en voz alta, hasta cruzar la mirada con Han a quién pareció reconocer de inmediato. Este hinchó el pecho cual paloma.

"Oh, si nena." Le guiñó un ojo, para luego mirar a Souji con una de esas sonrisas de autosuficiencia. "¿Genial, no?"

A la muñeca le brillaron los ojos, y saltó de la caja para lanzarse sobre Han y apachurrarlo amorosamente. "¡Eek, tengo un amo extra-sexy!" exclamó alegre, frotando la mejilla contra su pecho como un gatito mimoso.

"¡Wah!" se desbalanceó, cayendo al suelo aturdido. Era una chica... energética. Repentinamente la imagen de Takashi y ella con corazoncitos y ponys se le hacía bastante real. Ugh. Sería mejor que les contratara una niñera…

"Bueno... tiene sus detalles, supongo."

"¿E-estás bien, Han?" se levantó del sillón preocupado. Aquella chica... sin duda era efusiva.

Entonces la muñeca levantó la cabecita y detectó a Souji. Sus ojos se afilaron.

- Identificando amenaza -
- Amenaza identificada -
- Conectando a red inalámbrica -
- Unidad conectada -
- Búsqueda de información inicializada -
- Kimura Souji, sexo masculino, 28 años, médico, soltero. -
- Nivel de amenaza: alta -
- Iniciando modalidad defensiva -
- ... -

La muñeca infló las mejillas y se arrimó más a Han, posesiva. "Mío." Así de simple.

A lo que Souji enarcó una ceja, descolocado. “¿Ah?” ese robot… ¿estaba haciendo una escena de celos?

“MI-O.” Repitió ella, por si no le había escuchado bien. Y le sacó la lengua.

"Mish." Se rió Han, entretenido. “Tiene personalidad, ¿eh?” La verdad, hasta linda se le hacía. "Ya oíste, Souji. Aparentemente soy de ella." Le siguió el juego, dándole a la chica unas palmaditas en la cabeza.

Souji se sintió ligeramente irritado. Es decir… era raro que un robot hablase así, ¿no?

"¿Es eso normal, Han?" decidió preguntar, yendo hasta la caja y levantando el manual para ojearlo.

"Qué se yo. Es la primera vez que veo una de estas cosas." Se levantó, notando que aquella chica no parecía con ningún interés de soltarlo. Ahora que estaba de pie, se hacía notable la diferencia de altura; aun colgando de su cuello los pies de ella le llegaban solo a las rodillas.

"Ya, ya, bájate." Le agarró las manos, tirando para quitársela de encima.

Ella hizo un puchero, mirándole con gigantescos ojitos de gato con botas. "¿Tengo qué?" rogó, moviendo los piecesitos juguetonamente. "¡Me bajo si el amo me da un besito!"

Han enarcó una ceja y le dio un frío beso en los labios. "Cursi." Bueno, era una chica después de todo.

A lo que ella se bajó de un saltito, alizándose la falda y removiéndose felizmente en su sitio.

Souji cerró el libro sin terminar de encontrar lo que buscaba. "Recuerda que es de Takashi." Dijo de repente tosco, cruzado de brazos.

"¿Uh?" parpadeó Han, poniendo cara de lince. "Ooooh, ¿no estarás celoso, cieeeerto Souji?" jugó, sonriendo malvadamente. "¿Qué pasó con 'oh, no Han, por favor, deja que Takashi se arruine la vida'?"

"..." Souji tomó su chaqueta y su bolso. "Como quieras. Solo pensaba que era un poco perdedor que tuvieras una muñeca... pero supongo que has hecho cosas peores." Caminando hacia la puerta.

"¿Y a ti qué te picó?" molesto por el tono del otro. "¿En serio te has puesto celoso? Si quieres te regalo una también." Dijo simplemente, sin darle importancia.

Souji se detuvo en su sitio... y dejó escapar un laaargo suspiro. "No cambias, ¿ah?" lo miró por sobre su hombro con una mirada difícil de descifrar. "Me da igual. En realidad recordé que tengo turno. Diviértete y recuerda dejarla limpia si realmente se la vas a regalar a tu hermano." La idea le resultaba un poco perturbante, pero no era su problema. Sin más, cerró la puerta tras de sí.

Bueno, tenía un punto. No iba a compartir muñeca con Takashi. Eso, además de antihigiénico, le resultaba repugnante.

Han la miró, atento. "Pues bien. El asunto es simple: Te compré para mi hermano. Tienes que atenderle, seducirle y ser la novia perfecta para que entienda que no es gay. ¿Capicci?"

Pero la muñeca realmente no estaba atendiendo a Han en ese momento.

- Amenaza anulada -
- Desactivando modalidad defensiva -

Sonrió, feliz. El amo le había dicho algo respecto de su hermano, de ser linda o algo así. "Claro, amo. Haré todo lo que me pidas." Volvió a arrimarse a él, ahora frotando la mejilla contra su brazo como gatito pegando feromonas.

“Perfecto.” Han se apartó de ella desinteresado, y chasqueó los dedos para pedir otro whisky.

La muñeca sin nombre observó fijamente aquella mano.

- Descifrando lenguaje corporal: señal ambigua -
- Ingresando al registro de CCTV local -
- Cuadro encontrado: "chasquido de dedos = solicitud de bebida alcohólica" -
- Actualizando datos -

"¡Yo consigo su bebida, amo!" aplaudió, corriendo hacia la cocina como si supiera exactamente qué hacer y cómo. Porque así era. Porque ya estaba dentro del sistema, y nadie, pero nadie la sacaría de allí.