-Bueeenos díaaas- una suave voz le llamó, pero algo no estaba bien- vaaamos, despieerta- la voz le llamó de nuevo, era melódica y amable, pero algo no estaba bien- ¿no quieres desayunar?- ¿el enunciado? Corriente y hospitalario, pero algo no estaba bien. Le dolía la cabeza. No. Le dolía todo el cuerpo. Definitivamente, algo no estaba bien. Entreabrió los ojos despacio, con cierto esfuerzo.
- ¡Vaya, por fin despiertas!- el ruso sonrió sádico desde arriba- empieza a comer antes de que se te enfríe- dijo contento, y acto seguido, no corto ni perezoso, metió su palpitante miembro dentro de la boca del inglés a la fuerza, produciéndiole arcadas y cierto ahogamiento- vaya, no cabe entera...- frunció un poco el ceño e hizo un pucherito, como si fuera un niño pequeño.
- ¡HPMHPHMASP!- "gritó" Arthur, bueno, más bien lo intentó, mas ni pudo alzar la voz ni se le entendió. El inteligible quejido hizo que el ruso quedara encantado, lo único que hizo Inglaterra fue deleitarlo con las vibraciones de su garganta, comenzó a moverse bruscamente, provocando que al contrario se le desgarraran los tejidos levemente.
- No está nada mal, jeje- sonrió- creo que te "premiaré"- lo embistió repetida y fervientemente hasta correrse en su boca, para al breve salir. El inglés tosía tratando de recomponerse y aguantar las ganas de vomitar, que no eran pocas.
- ¡¿SE PUEDE SABER QUÉ COÑO TE CREES QUE HACES?!- le gritó indignado y terriblemente cabreado.
El ruso no se lo pensó dos veces, le pegó un rodillazo en el estómago, provocando que Arthur tosiera sangre con restos de semen.
- El que no tiene ni puta idea de lo que hace eres tú, ¿te parece esa forma de hablarle a tu
amo?- espetó poniendo especial énfasis en "amo"- ponte a cuatro patas- le ordenó.
- ¡¿ESTÁS DE COÑA O QUÉ?!- trató de moverse en condiciones, pero estaba atado de pies y manos, literalmente- ¡¡¡YA ESTÁS TARDANDO EN SOLTARME, PUTO LOCO!!!- le gritó con los ojos húmedos, tratando de ocultar lo asustado que en realidad estaba.
Ivan sacó un látigo, se puso de rodillas quedando poco más alto que él y, tomándole por el mentón se acercó y susurró en su oído.
- Tú verás lo que haces, si cooperas, no tendré que dañarte demasiado, aunque, sinceramente, si me das a elegir, prefiero que no cooperes- sonrió de medio lado y le mordió el cuello con fuerza, provocándole una hemorragia y lamiendo la sangre con gusto.
Arthur tembló. Necesitaba ayuda. Necesitaba salir de ahí. Pero nadie le iba a yudar, y lo sabía de sobra.
- ¿Acaso no me oíste? Te dije que te pusieras a cuatro patas, ¿a qué esperas?- le miró lujurioso y satisfecho, lo tenía donde lo quería, y lo sabía de sobra.
El inglés le miró con un profundo rencor, y obedeció con recelo. Ivan se colocó tras él.
- Veamos... Hhmmm... ¿Qué usaré primero?- sonrió de medio lado con ilusión y miró en la bolsa, que estaba totalmente llena de juguetes perfectos para el BDSM, pero claro, él no los usaría con mesura, ¿qué gracia tendría eso?
Sacó un recipiente de la bolsa y vertió el líquido que contenía sobre la espalda de Inglaterra, comenzando a extenderlo despacio con una especie de esponja, el inglés cerró los ojos con fuerza, esperando que le doliera. Pero no.
- ¿Qu-qué es eso?- temblaba levemente, estaba frío, la sensación que le producía era desconcertantemente agradable, se ruborizó.
- Es un gel de efecto frío- Ivan sonrió- ¿qué pensabas que iba a echarte? Juju- metió la mano en la bolsa de nuevo, sacó una venda y se la puso en los ojos- apóyate sobre tus manos, ¿sí?- Arthur asintió aún receloso.
Volvió a echar mano de la bolsa, sacó una vela y la encendió. Esperó unos minutos hasta que se hubiera derretido, vertiendo así la cera hirviendo sobre la espalda de Arthur, provocando que éste gritara de dolor al ser abrasado.
- Ha sido divertido, ¿a que sí?- Ivan sonrió de nuevo, acto seguido le puso una mordaza en la boca y lo colocó boca arriba.
- Veamos, jeje... Hmmm... - sacó de la bolsa una grapadora, agujas hipodérmicas y una pesa unida a un pequeño anzuelo.
Comenzó a grapar su cuerpo divertido, disfrutando de los temblores del contrario debido al dolor hasta quedarse sin recambios. Acto seguido, sacó varios frasquitos y seleccionó un par, tomó las agujas hipodérmicas y le inyectó las drogas que dichos frascos contenían, la primera, hipersensibilizaba, la segunda, le produciría una sensación de calor, simulando excitación. Sonrió de medio lado, tomó la pesa y clavó el anzuelo en la piel del prepucio de Arthur, acto seguido le volveó, colocándolo boca abajo.
El inglés temblaba dolorido, su silencioso llanto escurría hasta el suelo, lo peor era que el ruso sólo acababa de empezar, y lo sabía.
Ivan se colocó tras él y lo embistió de una sola, haciendo que todo su interior se desgarrara, sin esperar, se comenzó a mover con fuerza, agarrándolo por las caderas para penetrar más profundo. Así siguió durante unos minutos, aumentando el ritmo, pero, se le hacía demasiado aburrido, le faltaba jugo al asunto, o eso pensó, de modo que tomó un par de pinzas y se las colocó en los pezones, para después quitarle la mordaza y seguir.
- ¡P-PARA!- gritó llorando el rubio, su cuerpo estaba dolorido y agotado, el dolor era inconmensurable para él, la sangre se desbordaba desde su entrada y caía al suelo.
- ¿Eh? ¡Pero es divertido, da!- replicó el ruso, y lo colocó de medio lado, llegando al fondo y aumentando aún más el ritmo- además, ¿dices que pare de follarte a pesar de estar así de erecto, da?- sonrió burlesco.
- ¡Porque me has drogado, hijo de-!- el ruso le cortó.
- Chhhhhist, no repliques a tu amo, ¿da?- sacó el látigo y comenzó a azotarle mientras seguía embistiéndole hasta que se corrió, para entonces, el inglés ya estaba agotado y cedió al cansancio, el dolor, y el efecto de la droga, desmayándose sin más.
- Vaya puto debilucho...- musitó Ivan molesto- Bueno, al menos pude desquitarme un poco...- se vistió, guardó las cosas y lo abandonó ahí sin más, atado y malherido.