Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Serendipia por Drakarfox

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hola mundo!, yo apenas dignandome a aparecer, lo sé, no tengo perdón. Pero tengo una buena razón para ello, bueno en si dos razones. La primera fue porque la inspiración nada más no llegaba, lo peor es que ahora tengo inspiración para otro fic, pero ya será otra cosa, la segunda, bueno he estado mandando CV a lo loco, entonces hay muchas entrevistas y el tiempo no me alcanza. Pero finalmente, hoy me obligue a terminar este capítulo, subirlo a mitad de semana y mañana ponerme a trabajar en el siguiente, ¿por qué?, porque creo que les debo dos. En fin los leo al final, ya saben algún comentario que dejo y cosas así. 

 

Lección III

 

Los niños pequeños no guardan secretos

 

Roxas entró a su habitación, la de él y de Axel de hecho, todo con tal de encontrar algo, lo que fuese, que pudiese quedarle a Ventus, al menos hasta que fuesen a comprarle algo de ropa. Claro que también ahí radicaba el otro problema, ¿dónde sacarían el dinero para comprar lo que Ven necesitaba?, no podían ir con sus padres, eso era más que seguro. ¿Qué iba a decirles? “Hola mamá, hola papá ¿Creen poder mandarnos algo de dinero para comprarle ropa a Ventus? Es que verán ha vuelto a ser un niño de cinco años por culpa de un hechizo y no sabemos cuándo va a regresar a la normalidad”. –Si Roxas, eso suena demasiado convincente- se dijo dejado a su hermano en la cama.

-¿Qué suena convincente? Preguntó Ven viendo la actitud de su hermano.

-Nada Ven, nada. Ahora hay que buscarte algo para poder vestirte.

-Pues, ponme algo de mi ropa- dijo bastante tranquilo, eso para él era lógico.

-Si, el problema es que… toda tu ropa esta mojada Ven, y tenemos que conseguirte una buena.

-… ¿por qué toda está mojada?

-Porque… porque mamá quiso lavarla toda y así no tener que lavar después, entonces hay que ir a comprarte algo nuevo y así poder ponértelo.

-Pero, mamá siempre guarda algo para ponernos, nunca lava todo… ¿recuerdas que dijo que guardaba nuestra ropa para poder regalarla después?

-O para dársela a alguien de la familia, si, lo recuerdo. –Dijo recordando de pronto una colecta que hacía dos meses se había hecho en los alrededores, Ventus y él por querer ayudar pidieron a su madre que les mandaran la ropa que tenía de ellos de pequeños. Tuvieron que guardar cerca de la mitad, a causa de que se las habían mandado después de ese evento. –Creo que tengo algo que podrá quedarte por aquí- comentó tratando de ver por encima del clóset de la habitación, fallando casi de forma inmediata. Suspiró, -espera, iré por mi banco- dijo asomándose por la puerta –Axel, ¿podrías venir?

-… ¿Axel es tu banco?- preguntó al escuchar que le hablaba al chico pelirrojo.

-Sí, él es mucho más alto que yo y me ayuda con estás cosas.

-¿Qué pasa Roxas?

-Ah, Axel, ¿crees poder bajar esa bolsa?, puede que ahí haya ropa para Ventus.

-Te dije que no la dejarás tan arriba- comentó acercándose para poder bajar lo que el otro le pedía. Tuvo que estirar el brazo un poco más de lo normal para poder alcanzarla y dejarla en el piso. -¿Vas a querer que la vuelva a subir?- preguntó al ver como el rubio se acercaba y empezaba a buscar lo que necesitaba.

-No, creo que por el momento va a quedarse aquí abajo. No sabemos cuánto tiempo vayamos a necesitar de toda esta ropa.

-Roxas, ¿es esa tu ropa?- preguntó el menor de los tres desde la cama, acercándose un poco para ver mejor. –Esa es tu sudadera ¿no?, ah, y esa es mi playera favorita.- dijo al reconocer dichas prendas.

-Si Ven, oye, ¿no te molestaría usar mi ropa? Recuerdas que nos gusta compartirla ¿no?

Asintió a lo dicho por su hermano. –tú te ponías la mía y yo la tuya de vez en cuando.

-Entonces, ¿qué te parece si te ponemos algo de esto?- preguntó sacando unos pantalones, una playera y una sudadera. –Ah, pero falta la ropa interior.- dijo cayendo de pronto en ese detalle.

-Claro que falta, ¿esperabas encontrar algo de eso ahí también?- preguntó Vanitas quien por fin se había acercado a la habitación para ver a los chicos. Aunque ver a Ven todavía le causaba cierta sensación de molestia.

-No en realidad, es sólo que se me ha pasado.

-Entonces si hace falta eso, lo mejor será que Vanitas vaya a comprarlos. –propuso Axel, sólo como venganza por la forma en que le habló a Roxas.

-¡¿Qué?! ¡¿Y por qué yo?!- se quejó tratando de calmarse al momento, al ver que Ventus lo observaba demasiado cauteloso, como si esperase alguna reacción para quedarse quieto o salir corriendo.

-Pues porque técnicamente esto es tu culpa.- dijo Roxas, sentándose a un lado de su hermano. –Aunque si no quieres Axel y yo podemos ir. Claro que no sabemos cuánto vamos a tardarnos y esas cosas.- dijo tratando de convencer al otro para que fuera.

-Vayan- Contestó de forma rápida- yo no quiero salir, no quiero ir, así que vayan.

-¿Eh?, pero Vanitas, es, tu culpa que todo esto pasará, además es tu novio y…- se detuvo con las quejas al sentir la mano de Axel en su hombro.

-Vamos, anda. –Comenzó a decir de una forma calmada, incluso bajando el tono de voz, podía ver como Vanitas, aunque tratase de verse normal, no le quitaba la vista de encima a Ventus, también se veía estresado y trataba de comprenderlo, probablemente él también estuviese así de haber sido Roxas quien hubiese sufrido ese cambio. –Salgamos a comprar lo que necesitamos para Ven, además de que tú mejor que nadie conoces sus gustos- aunque eso no podía evitar que le diese uno que otro golpe de guante blanco al otro. –Además de que sirve para que él se vaya acostumbrando a su papel de niñera.- Lo dicho, la situación no le impedía el tener una buena arma para atacarlo.

Suspiró viendo primero a su hermano, luego a Vanitas y finalmente a Axel. Posiblemente si que era una mejor idea.- De acuerdo.- Se puso de pie sólo para quedar arrodillado frente al menor, -Ven, vas a quedarte con Vanitas por un rato ¿si?- dijo tomándole de las manos. –Quiero que te portes bien, aunque sé que eso siempre lo haces y, también dale una oportunidad, puede que haya gritado mucho, pero es un buen chico aunque no lo parezca.

-Pero… se ve que está enojado- dio viendo a su hermano y de reojo a Vanitas quien seguía en el marco de la puerta, observando la situación, sintiéndose peor.

-Sí, puede que se vea así, pero ¿quieres que te diga un secreto sobre cómo controlar eso?- preguntó bajando la voz para que sólo Ven lo escuchara.

Asintió a lo dicho por su hermano, mostrándose en verdad interesado por ello. -¿Cuál es, cuál es?- apuró a su hermano, esperando a que le dijese algo que fuese útil.

Sonrió ante esa impaciencia del menor, hacía mucho tiempo que no la veía y tenía que admitirlo, la extrañaba algunas veces. –Si llegas a ver que Vanitas se pone de mal humor o está por gritar puedes hacer dos cosas- dijo levantando dos de sus dedos para marcar las opciones, -uno: puedes tomarle la mano, no le digas nada, sólo tienes que verlo mientras le tomas la mano. –Explicó, continuando con su explicación hasta que recibió un movimiento de cabeza del menor a modo de afirmación, -y dos: puedes decirle que se calme y darle un beso aquí,- dijo poniendo su dedo en la mejilla de Ven- en la mejilla, te apuesto a que con eso se calma.- Y es que él había visto que el otro había hecho eso muchas veces para calmar al pelinegro y le había funcionado.

-… ¿Estás seguro de eso Roxas?

-Muy segur Ven, así que, anda pequeño, prometo que regresaré pronto, ¿de acuerdo?

Asintió, no estando muy seguro de quedarse, pero al menos ya con un arma para saber que debía de hacer en cuanto el otro se molestase por algo.

-De acuerdo- dijo poniéndose de pie caminando para acercarse a Axel. –Entonces nosotros nos vamos- continuó yendo hacía la salida de la habitación, -Van, no hagas nada estúpido- advirtió para por fin salir con el pelirrojo detrás de él.

-Sé comportarme ¿sabes?- comentó una vez los otros dos hubieron salido, espero hasta que la puerta principal fuese cerrada de nuevo para acercarse al menor que seguía en la cama con la mirada fija en él. Suspiró, tendría que empezar a lidiar con todo eso, así que entre más rápido mejor. –Oye Ven- llamó comenzando a acercarse, notando como el aludido se hacía más pequeño en el sitio, -oye, no pienso hacerte nada.

-… ¿no vas a gritar?- preguntó sin dejar de verlo, técnicamente estaba hablando con un desconocido y aunque fuese igual que Axel, de hecho el otro, aunque lo veía mucho más alto y posiblemente debería de tenerle más miedo; le caía mejor, se veía más tranquilo, más amigable.

-¿Qué?, no, no, no voy a gritar. ¿Por qué preguntas eso?- indagó sentándose con sumo cuidado a un lado del menor.

-Es que, te ves enojado… y cuando uno está enojado… grita.

-… ¿tu hermano grita mucho?

-¿Roxas?

-No, no, me refiero a Cloud.

-… Cloud sólo grita cuando Zack o Sephiroth están cerca, a veces esos gritos suenan raros y cuando Roxas y yo queremos ir a ver si está bien nos dice que nos vayamos que no nos importa lo que haga. Creo que Zack y Sephiroth lo hacen enojar mucho- contó notando que ya estaba más calmado. –Van, ¿tú te enojas mucho?

Seguía pensando en que podría haber hecho a esa edad, si mal no recordaba estaría por cumplir quince cuando Ventus tenía cinco, al menos eso era lo que su Ven de dieciocho años le había contado una vez. Pero escuchó la respuesta del otro y negó. –En realidad no, antes solía enojarme mucho, por todo, pero conocí a un chico que logró calmarme- dijo dándole una pequeña sonrisa a Ventus.

-¿Un amigo tuyo?- preguntó más interesado ahora, acercándose incluso al otro.

-Bueno, él empezó siendo un amigo.

-¿Y cómo se llama tu amigo?

-Bueno… después te diré su nombre ¿de acuerdo?, mientras en lo que esos dos llegan ¿qué te parece si me dices que caricaturas te gustan ara que vayamos a verlas?- preguntó poniéndose de pie, esperando una respuesta del menor.

-¡Sí!, me gusta la idea- dijo animado, buscando seguir al otro para poder ir hacía la sala, donde estaba el televisor.

-Deja que te lleve- pidió al momento que evitaba que se bajará de la cama- al menos hasta que esos dos lleguen con lo que te hace falta.- dijo extendiendo los brazos para que aceptara que lo cargara.

Asintió, no es como que entendiese mucho la situación, pero asintió de todas formas, extendiendo los brazos para que el otro lo cargara.

Tomó al pequeño en brazos, acomodándolo bien y llevándolo camino a la sala. Bueno, al menos podía hacer un esfuerzo por lidiar con todo ese problema, porque, si lo que Naminé le había dicho era cierto, entonces sí que podía aprovechar la oportunidad, incluso podría servirle para fortalecer su relación. No lo sabía, sólo sería cosa de ir viendo cómo se desarrollaba todo. –Pues, aquí estamos, así que veamos que hay en la televisión ¿de acuerdo?- preguntó sentándose en el sillón, dejando al pequeño en sus piernas y tomando el control.

Sólo se dejaba hacer por el mayor, quedándose en realidad cómodo con quedarse sentado en ese sitio. ¿Por qué?, no sabía, pero no era como si en realidad le importara, de todas formas se quedó atento a la televisión, esperando a que el otro le dejase en un solo canal, pero conforme veía que el otro cambiaba de canal, también veía que se iba enojando, no sabía porque. Eso era raro.

No podía evitarlo, quería estar bien, mantenerse tranquilo, pero ver a Ven de nuevo así, tan pequeño, comenzaba a hacerlo enojar, estaba tenso, eso lo sabía, tenía demasiada presión en la mandíbula, era cierto lo que le había dicho al ahora Ven, antes él le ayudaba a controlarse. Tenía problemas, lo sabía y sólo hacía falta algo de estrés para poder hacer que se enfureciera. Hace mucho que no le pasaba eso, al menos no desde que había comenzado su relación con el rubio, pero ahora no podía evitarlo, no podía controlarse y por desgracia, quien terminaba pagando todo eso era nada más y nada menos que el control que ahora estaba en su mano. Pero de pronto lo sintió, estaba tan concentrado en la televisión que no vio en que momento el niño se había movido o en qué momento se había acercado a él sólo se percató de eso al sentir unos labios en su mejilla. Se giró buscando la mirada del menor, mostrándose sorprendido. -¿Por qué ha sido eso?- preguntó en un tono bajo, sintiéndose relajar por ese simple acto.

-Te veías molesto… estabas apretando mucho el control y recordé lo que me dijo Roxas, ¿estuvo mal que lo hiciera?- preguntó temiendo que en realidad hubiese hecho algo mal y sólo se ganara otro grito del otro.

-No- dijo acompañado de una negación con la cabeza, una suave para que el menor se calmara, -sólo me has tomado desprevenido.

-Entonces- comenzó a decir con una sonrisa- ¿vamos a ver algo en la televisión?

-Vamos a ver algo en la televisión.- dijo pasándole ahora el mando a él. –Elige tú o de lo contrario terminaré dándole de vueltas a los canales y no escogeré nada. –Tal vez todo eso era malo, no lo negaba, pero también había algo de bueno, el tener a Ventus de cinco años, así de pequeño, de inocente y de tierno, bueno podía ser una oportunidad única en la vida, y es que lo era.

 

Tardaron cerca de una hora en regresar, apenas llegar tocaron la puerta principal de forma algo desesperada, eso le extraño, también el hecho de que no llevaran llaves, dejó con cuidado a Ven en el sillón, puesto que seguía entretenido con las caricaturas que había elegido y se levantó para abrir.

-¡Hazte a un lado!- dijo Roxas agitado, entrando y cerrando de nuevo la puerta, tratando de controlar su respiración, soltando después una risa.

-¿Qué diablos te pasa?- preguntó Vanitas sin entender bien su reacción. -¿Y Axel?

-Fuera… no tarda en aparecer, eso seguro- dijo percatándose de que Ven también lo veía raro. –Es un juego Ven, era para ver quien llegaba más rápido.- Explicó ya un poco más calmado.

-¿Así como los que teníamos tú y yo?- preguntó escuchando ahora los golpes de otro en la puerta, seguramente de Axel.

-Si, como los que teníamos tú y yo.

-¡Roxas!- gritó el pelirrojo desde fuera.

-¿Qué apostaron ahora?- preguntó Vanitas cruzándose de brazos sin intención de moverse para abrirle al chico.

-La cena.

-¡Roxas, ábreme!- gritó de nuevo.

-¡No!, no voy a hacerlo hasta que aceptes que perdiste.

-¡Eso fue trampa y lo sabes!

-¡Todo se vale en la guerra y en el amor!- dijo divertido, recordando lo que había hecho, tal vez el hecho de haberle lanzado las bolsas si había sido trampa, pero el otro era tremendamente alto, por tanto sus zancadas mayores y más rápido, eso sólo había sido estrategia.

-¡Roxas!

-¡¿Vas a aceptar que perdiste?! ¡No te dejaré entrar si no lo dices!- dijo entre risas, manteniéndose todavía recargado en la puerta por si el otro intentaba abrirla.

Se escuchó un suspiro al otro lado, uno resignado, -vale, vale, tú ganas. ¿Contento?- preguntó esperando a que el otro por fin le abriera la puerta, al menos suspiró con alivio al ver que sí que le abría.

-Si, demasiado contento- dijo dejando que el otro pasará. Una vez la puerta estuvo cerrada se acercó más al otro para poder darle un buen beso, -pero este es tu premio de consolación- dijo juntando sus labios, abrazándolo por el cuello, sintiendo como el otro le rodeaba la cintura y lo cargaba un poco, le encantaba cuando Axel hacía eso, por ello le encantaba ser más bajo que él.

-Roxas, ¿Axel es tu novio?- preguntó Ven viendo la escena totalmente interesado en ello, tal arecía los otros tres se habían olvidado de su existencia.

Al escuchar al pequeño fue que se separaron, se habían olvidado del hecho de que ahora había un niño de cinco años en casa, una completa molestia para algunas cosas sin duda alguna. Vanitas obligó a los otros dos a separarse y es que ahí estaba su recompensa, él se había quedado sin novio, de eso no había duda, pero no sería el único. –Axel, Roxas, absténganse de sus muestras de cariño, ¿quieren?- pidió tomando la bolsa que el rubio todavía llevaba para acercarse a Ven y cargarlo de nuevo. –Por fin vamos a vestirte. ¿Te parece?

Asintió agarrándose del otro, viendo a los otros dos. –Roxas, voy a decirle a Hayner que lo estás engañando, también voy a decirle a Sora para que le diga a Riku.- amenazó sintiendo como el otro comenzaba a caminar, pero no le quitaba la mirada de encima a los otros dos.

 

Una vez Vanitas y Ventus entraron a la habitación dirigió su atención a Roxas, -¿a Hayner?- preguntó en parte interesado por ese nombre, en parte con algunos celos. Hayner y él normalmente tenían algunas discusiones, más cuando llegaban a salir toda la manada junta. O al menos algunos de su grupo, de la bendita Organización.

-Si, bueno… cuando teníamos cinco años Hayner y yo habíamos dicho que nos volveríamos novios y esas cosas, ya sabes lo que suele suceder cuando uno es pequeño.

-… Así que por eso Hayner me odia.

-No te odia sólo… no le caes muy bien.

-… claro, como digas. ¿Y qué fue exactamente lo que dijeron esa vez?

Se sonrojo al escuchar eso, técnicamente era algo que no quería decir, que nunca había comentado, que había querido olvidar de una buena vez por todas, -no fue nada, sólo que seríamos novios y eso. Nada más.

Alzó una ceja, no estando del todo convencido, -puedo preguntarle a Ven, puede que así descubra algunas cosas de mi novio.

-No es necesario, seguramente sólo inventará algo.

-Puede ser, pero recuerda que los niños siempre dicen la verdad, es más creo que iré a preguntarle.- dijo comenzando a pasar a un lado de Roxas, en búsqueda de esa verdad siendo detenido de golpe por el brazo. -¿Pasa algo?

-… Hicimos una apuesta y yo perdí- comenzó a explicar sin verlo a los ojos, todavía lo recordaba, en ese momento se le había hecho algo normal, ahora era algo vergonzoso.

-¿Y qué perdiste?

-… yo iba a ser la novia- dijo en voz muy muy baja. Esperando, pidiendo a todos los dioses que Axel no le escuchara porque sabía que tomaría todo eso en su contra.

-¿Cómo dices?- preguntó fingiendo no haber escuchado. Él ya llevaba un tiempo con ese rubio y ya le había pillado el truco a las manías que el otro tenia, hablar bajo era una de ellas, por ello era que se había esperado en escuchar hasta el más mínimo ruido durante un tiempo.

-Que… que yo sería la novia.- comentó un poco más audible -… teníamos la duda de quién usaría el vestido… yo perdí- y eso era lo que no quería decir, porque recordaba que Ventus había estado presente, y porque sabía que en cuanto Axel lo supiera tomaría ventaja de ese hecho.

Sonrió al escucharlo, una sonrisa con un poco de burla. –Te diré una cosa Roxas- dijo inclinándose un poco para poder hablarle al oído, aprovechando que su chico estaba tan sonrojado que no levantaría la mirada, -es obvio que no le cumplirás eso a Hayner—dijo agachándose un poco más, -pero puedes ser mi novia- dijo para después cargarlo a modo princesa, -y vaya que voy a disfrutar que lo seas. Comenzaré a buscar un buen vestido de novia.

Al sentir que lo cargaba se agarró del otro de forma rápida, atreviéndose ahora si a verlo, -estás loco si crees que voy a ponerme un vestido- exclamó con una mirada molesta.

-Oh, pero vas a hacerlo, claro que lo harás, o el diremos a Sora para que le diga a Riku.- comentó recordando que eso también lo había dicho Ventus. – Es cierto, ¿podrías explicarme también eso?

-¿Vas a bajarme?- preguntó al ver que tal parecía las intenciones del otro eran quedarse en medio de la sala con él en brazos.

-No, al menos no hasta que me digas a que es a lo que se refería Ventus con lo de decirle a Sora.

Se quedó callado, no podía decir eso, no iba a decirlo, no lo diría por nada del mundo.

 

En cuanto entraron a la habitación el mayor dejo a rubio en la cama, comenzando a sacar la ropa interior que los otros dos habían comprado. –Vaya, así que con dibujos y todo eso- dijo divertido al ver como las cinco prendas tenían ya fuesen dinosaurios, un monstruo al parecer azul, balones de fútbol, incluso había uno que parecía tener una mano negra pintada en la parte de atrás, -apuesto a que este lo escogió Axel- se dijo acercándose al pequeño. –Bueno Ven, ¿necesitas ayuda para cambiarte o puedes hacerlo solo?- sintió que era necesario preguntar, no supo bien la razón, pero en verdad pensó que era lo correcto.

El pequeño negó ante la pregunta. –Puedo hacerlo solo.- dijo tomando uno de los pequeños boxers para ponérselos y después quitarse lo que le había puesto su hermano para después ponerse de forma lenta la ropa que había dejado en la cama. -¿Ves?, podía solo- dijo viendo al otro, sintiéndose “grande” por haber logrado cambiarse por su cuenta.

-Entonces, vamos de regresó a ver la televisión, ¿si?, sirve también de que comenzamos a pensar que prepararemos para comer.

-Van… ¿hay juegos cerca?- preguntó refiriéndose a algún parque o algo para entretenerse -¿podríamos ir a uno?

Sintió ternura, no pudo evitar sentir algo más, sobre todo porque se trataba de su novio, aunque ahí no sabía que era su novio, pero eran pequeños detalles. –Si Ven, hay un parque, podemos ir si quieres.- dijo dejándole espacio para que saliese de la habitación. –Anda, vamos.

Asintió saliendo del cuarto, al llegar a la sala se extrañó por el cómo estaban los otros dos, Roxas en los brazos de Axel, eso era raro. La cuestión fue que alcanzó a escuchar lo que el otro decía, la pregunta sobre lo de Sora, así que como buen niño que obedece a su madre sobre lo de no decir mentiras fue que habló. –A Roxas le gusta Riku- dijo como si nada, acercándose a tomar la mano del pelinegro. –Vamos a los juegos Vanitas- sin percatarse que había ocasionado una completa expresión de sorpresa en los otros tres y una sensación de traición en Roxas.

 

Había sido delatado.

Notas finales:

Pues, originalmente este capítulo se iba a llamar "los niños pequeños son causa de abstinencia", pero una cosa llevó a la otra y... nah, salió esto. Me agradó el resultado y pude obtener un buen avance con el siguiente capítulo. Ahora otra cosa. Para el otro fic que veré si puedo subir, necesito una villana, no quiero tomar a Xion, ella fue el el fic de "Luna diurna", estaba pensando en Kairi o en Yuffie, pero no sé, ¿quién les agrada a ustedes?


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).