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Es la explicación que se le da al hecho o fenómeno observado con anterioridad. Puede haber varias hipótesis para una misma cosa o acontecimiento y éstas no han de ser tomadas nunca como verdaderas, sino que serán sometidas a experimentos posteriores para confirmar su veracidad.
« ¿Por qué los estándares sociales se impusieron para nosotros los jóvenes del siglo XXI? ¿Porque no puedo simplemente aprender de alguien que sabe, y ya? ¿Porque ir a una universidad o escuela, donde personas como yo, de carne y hueso me dicen lo que tengo que hacer y si voy a tener fututo en la vida y esa mierda…? ¡Pero… huh, que carajos estás pensando! ¡Byun, concéntrate!»
—Síntesis de Eurípides…
—¡Salud!
—Yixing… es el puto tema de hoy. — Dijo irritado Baekhyun, frotándose las cienes.
¿Por qué mierda había hecho grupo con sus amigos idiotas?
La biblioteca de la escuela estaba completamente desierta, ningún pagano entraba a ese lugar del demonio sin pagar un óbolo al barquero.
¿Exagerado?
¡Era la verdad!
—¿Por qué no te relajas un poco? Aún está aprendiendo coreano…— Excusó Luhan con esas gafas de nerd, que solía usar para lucir intelectual. Idiota.
Baekhyun puso los ojos en blanco, y cuando desvió la vista encontró a Tao texteando.
Putos chinos de mierd#.
—¡Mierda, Tao! Si pudieras tener alguna noción de responsabilidad… — Se quejó, irritado.
¿Por qué tenía amigos tan subnormales?
Diosito… llévatelos pronto.
—Alguien no follo hoy. — Canturreó el alto sin mirarle, y texteando en su cara.
Baek gruñó como un animal. Eso era el colmo, además de ser flemático, el idiota de Tao no había votado por el para presidente del club, oh sí, no iba a olvidarlo fácilmente.
Se abalanzó sobre la mesa, y Yeol le retuvo sentándolo nuevamente.
—Atacar a alguien es grosero. — Recordó Chanyeol con esa mirada preocupada y estúpidamente tierna que tenía.
Baekhyun se cruzó de brazos y los apoyó contra la silla, balanceándose hacia atrás haciendo un mohín.
«Estúpido Tao.
Estúpido Eurípides…»
—En serio, ¿no huelen eso? — preguntó Tao poniéndose de pie, y tomando unos cuantos libros.
Lay frunció la nariz forzando su olfato, Luhan negó con la cabeza y le acarició el hombro, indicándole que venía una indirecta.
—Si, como imaginé, huele a que alguien no cogió~ — y sin más colgó su maleta en su hombro y marchó lejos del grupo.
Baekhyun apretó la mandíbula, tomó el portapapeles y se lo arrojó, pero este fue a parar dos metros alejado del objetivo real.
Vale, vale, no era bueno en los deportes, ¿y qué? Aún era atractivo.
—Baekhyun, por tu culpa Tao se fue. — Acusó Lay cerrando el libro que intentaba leer.
El castaño abrió la boca entre sorprendido e indignado.
—¿Qué hice?
—Estoy de acuerdo, Baek, te pasaste. — Coincidió Luhan.
«¿Qué mierda era eso? ¿Chinos unificados?»
—Creo… que Tao, pudo hacer mejor su trabajo de investigar. — comentó Chanyeol.
Luhan puso los ojos en blanco. —Por supuesto. — Alistó igualmente sus cosas y se puso de pie. —Por lo pronto yo terminé mi parte. Nos vemos, cosas horribles, adiós Lay. — agitó la mano de forma tierna.
Baekhyun chascó la lengua y también se levantó creando eco con el ruido de la silla.
—Si ese panda de mierda, cree que le voy a dejar el trabajo sencillo…— murmuró, siguiéndole por los pasillos de la biblioteca, pisando fuerte. —Esta jodidamente equivocado.
Chanyeol ladeó la vista hacia la espalda de su pequeño y extremadamente violento amigo, para dejarla así por un segundo entero y luego volver a su libro.
Al darse una vuelta por el lugar encontró los libros apilados en un estante, en orden aleatorio. ¡El maldito ni siquiera los había leído!
Baekhyun empujó con rudeza las puertas del enorme salón de estudio, escapando por fin del olor a polvo y viejo, si, justo como su abuelo. Miró los corredores, su instinto le guió, y se detuvo frente a las puertas metálicas de los vestidores.
Observó el letrero de “Vestidores |Baloncesto|” y casi decidió dar media vuelta y marcharse, no había nadie en su grupo de amigos con relación a ese club. Pero, la suerte no estaba de su lado.
Logró oír un jadeó y luego algo de traqueteo.
Frunció el ceño, y aunque iba en contra de sus principios… a quien iba a engañar, asomó su cabeza, ladeando por la rendija de la puerta.
¡Qué imagen!
Joder, eso no iba a salir de su mente en unos largos días.
Tao estampado contra los loquers, y un rubio alto comiéndole la boca, literalmente, mientras levantaba su pierna y empujaba sus caderas hacia adelante.
Tao… Tao gemía.
—Oh… mierda. — susurró.
∞∞∞
«¿Qué maldito problema tienen las mujeres con el rosa? ¿Es acaso una especie de clave morse?»
Paredes pastel, sabanas rosas, escritorio rosa, o no… el retrete era rosa también.
Baekhyun estaba sentado sobre un push de color… adivinaron: rosa, mientras la bonita Eun Bi brincaba sobre su polla, jadeando y suspirando.
«¿Por qué no puedo sacar de mi mente lo que pasó en los vestidores de Baloncesto?
Son dos tíos, los tíos no se besan. Vamos, los tíos juegan videojuegos, o tocan pechos de tías buenas… Pero… mierda, se besaban, y parecían disfrutar mucho.
Tao abría la boca y la lengua de ese tipo entrab—»
—¡Baekhyun! ¿En serio? ¡¿En serio?! — chilló exaltada mirando hacia abajo justificando su molestia. No había conseguido que se corriera.
—Oh, mierda, es cierto…— balbuceó Baek. «Concéntrate, vamos Baekhyun, concéntrate.»
Le tomó de las caderas y la levantó contra el escritorio de Hello Kitty tirando al suelo todo lo que estaba encima, y follándola ahí mismo.
«¿Por qué parecían disfrutar tanto?»
Uhg, debía dejar de pensar en eso mientras follaba o se convertiría en un molesto problema.
Cuando terminó, Eun Bi resopló completamente rendida.
—Estuvo increíble… increíble…— siseó con las mejillas rosadas.
Baekhyun aún estaba apoyada en ella.
Un traqueteó en la puerta les hizo desviar sus miradas alteradas.
—Eunnie, linda, ¿qué es ese escándalo?
—Mierda, tu mamá. — Baekhyun se subió los pantalones, tropezado en el proceso.
Follar a una niña de mami, es una mierda completa.
«Porque pensar que la ideología de un grupo de personas que prácticamente “domina el mundo” puede regir la felicidad o mi vida.
Yo creo que no siempre el amor reside, en la relación de un chico y una chica.»
Hipótesis uno.
∞∞∞
« ¿Qué pasa cuando dejas de comer fresas, para probar bananas?
Sí, sí, incluso Yixing no lo entendería, ya que es el menos pervertido del grupo…
Pero volviendo al tema inicial, cómo empezaron a gustarme las bananas. »
Baekhyun tenía el tenedor retenido entre sus caninos mientras divagaba en su mar de pensamientos lejos de todo lo que ocurría en la cafetería y su grupo subnormal de amigos.
El barullo en su máxima expresión, un Jongdae llenándose la boca de mayonesa solo para impresionar a la bellísima Kim de lógica, un Yixing practicando su pésimo coreano con Luhan, un Mark viendo el partido de la NBA sin unos putos audífonos mientras gritaba: ¡Joder, fue canasta! Con ese acento patético, y un Chanyeol, justo a su lado qué no podía hacer ruidos más extraños mientras devoraba esa lasaña echa por Patty, la sirvienta extranjera que además de lavar sus calcetas también preparaba exquisitas lasañas de carne.
Desvió su mirada absorta, olvidando el plano fondo que era su vida escolar, para fijarse en los detalles.
Todo seguía un curso extraño.
Grupos de amigos, justo como el suyo. Porristas, jugadores de futbol y baloncesto, club de fotografía, botánica y más mierdas.
Extraño.
Era una buena palabra para definirlo.
Redirigió su incrédula mirada hacia las bonitas piernas de Kim de lógica, y las detalló.
¿Han notado como los estereotipos han llenado de mierda nuestras mentes? ¡Qué idealista!
Si rozo a una mujer con mi amiguito, soy un pervertido.
Si la miro por demasiado tiempo, soy un acosador.
Si termino con ella, soy un desgraciado.
¿Por qué es diferente?
Chascó la lengua por fin dando un gran y aburrido mordisco a su banana, mientras debajo de la mesa, y a indiferencia de cualquiera, su mano estaba posada sobre el muslo de Yeol, acariciando sobre la tela.
«A nadie le interesaba, todos seguían con sus cosas, a nadie le importaba, porque no era algo extraño si se trataba de un hombre.»
Hipótesis dos.
∞∞∞
En el ridículamente grande pasillo del Instituto privado para niños adinerados, que sus padres desean lejos, estaba Baekhyun, apoyando todo su peso en una pierna, asintiendo desinteresadamente a una linda chica de ojos grandes, pelo lacio, largo y sujetado con un lazo azul. Ella le hablaba emocionada de algo, que ni siquiera comprendía.
Junto ambos puños cerrados cerca de su rostro en una expresión adorable y se calló esperando una respuesta.
Baekhyun tomó una bocanada de aire.
«¿Qué se supone que deba decir ahora?»
«Menciona lo linda que se ve con ese peinado, siempre funciona. »
Se rascó la nuca, insatisfecho de sus ideas. Eso era estresante.
Era como tener una mascota, chillona e intranquila, debía alimentarla, cuidarla y llenarla de elogios.
Tan estresante.
El único beneficio propio que obtenía era que… cuando su mascota estaba de buen humor, podía practicar algo de zoofilia.
Pero, eso ya no era suficiente, para su mente llena de dudas, preguntas e hipótesis.
—Eun Bi… deja de saltar, — pidió tomándola de los hombros y plantándola en el suelo. — debemos hablar.
La bonita castaña asintió con una sonrisa tímida y un leve sonrojo, no había mucha gente paseando por los pasillos y eso les daba la intimidad que necesitaban. Su corta faldita se balanceó debido a la brisa del enorme ventanal y Baekhyun preparó una excusa en su cerebro a la misma velocidad de la luz.
—Es… difícil. No quiero que, pienses en cosas extrañas… Pero, estos últimos días he estado algo preocupado… Mi padre regresa de EE.UU, y seguro querrá que asuma la responsabilidad de la empresa como hijo único, el club y todo eso. No quiero descuidarte, siento que no mereces pasar por esto. Me gustaría darnos un tiempo. No eres tú. Soy yo. — «Eres tú, pero sería un patán si lo dijera. »
Baekhyun sonrió de forma paciente y acarició su mejilla, frotando con su pulgar.
Ella mordió su labio algo consternada y preocupada por la situación de su novio, negando frenéticamente, tomó entre sus manos la de Baekhyun. —¡Lo entiendo! ¡Voy a esperarte el tiempo que necesites! — gritó con las mejillas rosas.
El castaño sonrió.
El timbre de cambio de hora resonó junto con el eco de murmullos, y él alejó su mano de ella caminando a su próxima clase.
—Byun Baek, voy a esperarte…
Pero él ya le daba la espalda caminando con las manos en los bolsillos.
Había sido sencillo.
¿Acaso las chicas eran estúpidas?
Suspiró.
Pero algo seguía sin estar completamente en su cabeza.
¿Ahora que seguía?
«¿Qué es? ¿Qué es lo que quieres Byun Baekhyun?»
∞∞∞
Habían pasado exactamente 3 semanas y Eun Bi regresaba a él, como había imaginado.
«Demoraste un poco.» Baekhyun rascó su nuca con una sonrisa incomoda.
Eun Bi había estirado hacia su pecho un papel blanco dentro de un sobre, y si era una puta prueba de embarazo iba a saltar por las escaleras.
—¡Por favor léela cuando estés solo! — Pidió sonrojada.
Baek aceptó el trozo de papel sin muchas ganas y ella salió huyendo.
Se encogió de hombros y guardó la carta dentro de su bolsillo, solo había quedado una estela de polvo de la chica, y eso le pareció cómico.
—Hey, Baek, ¿sigue en pie la cita de estudios en mi casa? — La gruesa voz de Chanyeol a sus espaldas le hizo erizar los pelos como un gato.
—Casi me matas…— Masculló irritado para luego arreglarse la camisa pulcramente colocada. —Y no digas algo como “cita de estudios” ya es suficientemente patético que yo lo sepa.
Chanyeol asintió.
—Estaré ahí a las seis. — confirmó.
Yeol sonrió y Baekhyun no pudo evitar corresponder esa mueca.
Se separaron yendo cada uno a sus asignaturas, Baekhyun aprovechó ese momento para desdoblar la carta y echarle un ojo.
Cierto aroma a fresas llegó a su nariz, junto con letra cursiva y muy bonita.
«Blah, blah, blah… te quiero, blah, blah, voy a esperarte, bla… ¡¿Hay otro chico?!»
—¿Qué otro chico? — Preguntó en voz alta arrugando la carta. —¿Se supone que me superó así de rápido? Jah… —soltó una risa seca e hizo una bola el papel para arrojarla en un tacho de basura. — Como si aquello me importara…— murmuró.
«Porque no me importa, ni siquiera un poco. Ugh, tal vez un poco. Ser reemplazado tan rápidamente no es sencillo de asimilar ¿bien?»
Sus pies le habían llevado al campus de la escuela, y cuando quiso notarlo, ya estaba discutiendo con él mismo.
—Soy increíble en la cama, no puedo ser reemplazado…
—¡Yah, Byun Baekhyun! — Una voz chillona le hizo salir de sus cavilaciones.
Encarnó una ceja.
Genial, la había invocado.
—Eun…
—Jimin me contó que tiraste mi carta, ¡sabes lo inmaduro que fue eso! — gritó roja de la furia.
Baek la observó con mucho cuidado, de esa forma lucía como un animal violento. Si, tal vez como un hámster.
—¡Ni siquiera sé por qué la escribí en primer lugar!
Ella estaba muy cerca y podía ver su saliva salir de su boca y sus ojos saltones amenazantes.
«¿Por qué no se calla un poco? »
—Eres un idio—
«Cállate.» Pensó sin ser completamente consiente.
Le tomó del brazo y le estampó sus labios, iniciando un beso.
Cuando abrió los ojos, lo primero que vio fue su rostro cerca y su boca junto a la suya, supo que había metido la pata. Muy adentro.
«Oh, no, mierda. ¿Qué estás haciendo? Baek, Baek, no. Saca tu lengua de su boca.»
Se apartó con los labios estirados y expresión arrepentida.
—¿Por qué…? ¡¡Por qué hiciste eso, Byun?! ¡Hemos terminado! — gritó ella cubriendo su boca y huyendo… por ¿quinceava vez?
Baekhyun se quedó solo, parado en medio del campus, preguntándose… por qué:
«¡No sentí nada!»
∞∞∞
La habitación de Chanyeol siempre había sido del gusto de Baekhyun, era moderna, tenía cosas guays, paredes blancas, muebles sofisticados, posters y algunos instrumentos que solía tocar.
Estaban en su “cita de estudio”, pero al igual que el resto de la semana Baekhyun estaba en las nubes, apoyando su mejilla sobre su mano abierta.
Su camiseta blanca con estampado y sin mangas dejaba expuestas sus costillas, junto con un estilo punk, sus cazadoras grises envolvían sus piernas, unos botines negros y una bandana en el pelo.
Si la señora Park no lo confundía con un terrorista, era porque le había visto crecer todos esos años.
Jugó con su lápiz haciendo garabatos sobre el papel.
«¿Tao tiene un problema? ¿Quién era ese chico del vestidor? Joder, ¿por qué no sale de mi cabeza…?»
—Hey, tierra a Baek… ¿estas escudando? — Chanyeol chascó los dedos frente a él.
Poco a poco el sonido empezó a llegar como ecos hasta convertirse en la voz grave de Yeol.
Asintió ausente.
Yeol arrugó en entrecejo. —Es grosero ignorar a alguien cuando esta hablando. — Acusó.
Baekhyun lentamente volvió a poner en “mute” al alto, solo para poder mirar a detalle su rostro.
«Tiene los ojos grandes y saltones, sus pómulos son divertidos, y sus orejas… lucen exactamente como Yoda. Pero… su boca no está nada mal. Tiene una forma muy linda, muy… provocativa. ¿Será suave?
¿Por qué huele a malvaviscos?
Chanyeol… quiero… »
Baekhyun ignoró todo a su alrededor, y su instinto animal atacó, se abalanzó justo como un jaguar a su presa, recostándose sobre la mesa donde estaban estudiando.
Las latas de soda se derramaron sobre sus apuntes y Chanyeol iba a quejarse, cuando los labios delgados y calientes de su amigo le cerraron el pico.
No tardó en probar su lengua.
Sus ojos se abrieron tan grandes mientras Baek le tomaba de la nuca y atacaba con todas sus armas.
La Coca-Cola resbaló desde los apuntes hasta el suelo goteando lentamente.
Chanyeol levantó tentativamente las manos, pero terminó por dejarlas sobre la cintura curva de Baekhyun.
El castaño tembló como una gelatina.
«Esto… es exactamente lo que quiero.»