El juez del inframundo caminó entre el montón de libros de la biblioteca, leyendo los títulos de los tomos en Griego -algunos en Griego ya muy antiguo- mientras, el guardián de la onceava casa permanecía unos metros atrás observándole sin decir nada. Seguramente tentado a pedirle que cuidara de los libros que parecían ser polvo en lugar de solo estar algo olvidados por el tiempo.… En su inspección le fue fácil notar cuales eran los libros y temas preferidos por Acuario, eran aquellos que mantenían menos polvo pero lucían más deteriorados gracias a la cantidad de veces que habían sido releídos.
Garuda se llevó a las manos un tomo que parecía no estar en muy malas condiciones y se sentó sobre una vieja silla de madera, que asombrosamente era más incomoda que fea. Apoyando el tobillo derecho sobre su rodilla izquierda cruzó la pierna y abrió el libro para comenzar a leer; pensando que Acuario optaría por abandonar la idea de vigilarlo. Pero al llegar a la tercera parte del libro Aiacos alzó la vista y se encontró con la estatua de Acuario, aún de pie y vigilando sus preciosos libros.
– Soy perfectamente capaz de leer sin que me vigiles Acuario, puedes volver a tus cosas en lugar de permanecer en silencio admirándome.
Acuario alzó una ceja extrañado por el comentario. – Prefiero asegurarme de que no destroces nada.
El guardián de Antenora sonrió y miró el lugar. Fuera de la pérdida literaria no había mucho que valiera la pena destrozar. – ¿Acaso crees que si te das la vuelta quemaré tu amada biblioteca?
…
El silencio de Acuario se extendió tanto, que por un momento pensó que no contestaría; o tal vez se le había olvidado contestar… Alzó una ceja extrañado al escuchar las palabras: Los accidentes pueden pasar…
Tal vez era de atención dispersa…
– ¿Accidentalmente quemaré tu biblioteca por querer fumar un cigarrillo?
Otro largo silencio y ante la mirada tan distante de Acuario, el pelioscuro tuvo ganas de lanzarle a Camus un libro para ver si sus reflejos seguían activos…
-Podría pasar.
Aiacos cerró el libro al escuchar esa respuesta y se puso de pie, estaba cansado de estar sentado sobre esa silla.
– Podría pasar, pero no sería justo cuando parece que lo único decente que tienes aquí son tus libros –y es que estaba claro que Athena sabía llevar una vida lujosa en la misma medida que sus santos sabían vivir con lo indispensable.
-Justo… ¿No es un poco irónico escuchar esa palabra en los labios de un Espectro?"
– Soy un juez, niño… Tal vez deberías dejar de leer poemas e historias de guerras y revisar tu sección de Mitología.
Éaco, Aiakos, fui Rey de la isla Egina, fui famoso por ser justo y piadoso. El que nos encontremos en bandos contrarios no me convierte en el villano lleno de defectos. Como todos, tengo virtudes y son éstas las que me convirtieron en lo que soy: Juez del Inframundo.
– Esos son mitos, ahora sólo eres un sirviente de Hades, has peleado por la destrucción de la humanidad.
– Porque sigo órdenes ¡a mí que más me da si se acaba la humanidad de golpe o poco a poco! De todos modos estaré ahí para juzgar a los hombres –sonrió– Sólo mitos... seguramente Minos prefiere que lo vean de ése modo en lugar de recordarle que es el hombre más famoso al que le han puesto los cuernos. Literalmente.
Por un momento al entrenado nepal le pareció ver una sonrisa en los labios de Acuario.
– Encuentras justo burlarte de tu compañero...
– ¿Por qué no? mi sentido del humor no cambia lo que ha hecho, lo que ha vivido… y con los años, hasta él ha aprendido a reírse de sus errores. Lo que le ha tocado vivir por no sacrificar un toro. No me extraña que ahora sean tan obedientes con su diosa ¡no vayan a tener que alzar su propio laberinto para ocultar la vergüenza de una promesa no cumplida!
– Según tú, la mitología explica muchas cosas.
El espectro sonrió al escucharlo – La mitología fué hecha para explicarle a la gente por qué llueve, por qué el sol cambia de lugar durante el día. Explica las estaciones del año, de dónde venimos. Tal vez no puedas tomar al pie de la letra lo que se dice, pero no son más que explicaciones para cosas que no entendían, relatos que cuentan batallas, tragedias…
¿Sabes porque tu amigo se hace llamar DM? … –esperó a que el otro intentara responder.
– Death Mask … ¡cómo no! Las iniciales "DM" eran escritas en las tumbas de los antiguos romanos… Era una consagración a los dioses Manes.
– Y asumes que es así porque es italiano… pero la verdad es que no creo que DM sepa nada de eso.
– Entonces es un ignorante más de éste "Santuario" a la diosa de la Sabiduría… ¡Ja! –sonrió el de la oscura armadura sentándose sobre una mesa repleta de libros y alzó ambas cejas al francés – Eso si sería irónico.