Corazón de Piedra por Innaluu

Neville estaba paralizado, se había quedado sin palabras y el rubio no le había prestado mayor atención, solo se había girado para comenzar a ordenar sus pertenencias. Se sentía idiota, era su oportunidad! Debía hacer algo... No podía esperar simplemente a que las cosas se dieran por si solas, ya había esperado demasiados años. Y sin encontrar una pobre excusa para entablar una conversación decente, decidió seguir sus impulsos por lo menos podría tantear terreno y esperó a que Draco tomara asiento en su propia cama.

Se puso de pié y estiró cuán largo era, se sacó la camisa por sobre su cabeza y rápidamente se retiró los zapatos. De reojo podía ver como Malfoy le miraba atentamente con un ligero sonrojo. Se desaboto el pantalón y lentamente los bajó hasta quitárselo. Ordenó la ropa y se acostó, cuando se disponía a cerrar las cortinas miró directamente al rubio.

- hasta mañana Draco - dijo con una sonrisa ladina.

- duerme bien Longbottom- habló tan rápido como había agarrado su pijama y se encerro en el baño.

Neville no podía sentirse mas feliz, tenía muchas probabilidades con el ojigris, no le daba más de una semana, al fin la vida le sonreía. Con aquéllos sentimientos se durmió.


Mientras tanto, en el baño el joven Draco Malfoy estaba en medio de una crisis, no sabía que hacer ni cuál era la mejor forma de proceder. El no era inocente ni despistado, eso que Longbottom había hecho era un acto de insinuación en toda regla. Podía sentir ese calor en el pecho, esas mariposas en su vientre, oh era una increíble regalo de la vida que precisamente tu amor platónico se insinuara. Pero junto con esa sensación de agradable calor venía el miedo, no podía dejar que sus pies se elevaran. ¿Qué motivos tendría un hombre comoNeville, para fijarse en alguien como él? ¿Que pretendía realmente? Vamos el no era una colegiala cualquiera... Había aprendido muy bien la lección, no todo lo que brilla es oro.

Draco no podía detenerse, se había acostado hace un par de horas y aún no conciliaba el sueño. Si bien había dejado de dormir como se debía hacía mucho tiempo, pensó que en el castillo todo sería diferente, que equivocado estaba. Los dioses se cobrarían de cada error que cometió, poniéndole todo lo que deseaba tan cerca sabiendo que no podría tomarlo. Y así se sentía con respecto a Neville, su corazón ilusionado gritaba para que aprovechara la oportunidad que este le daba. Su mente le decía que todo terminaría muy mal para el. Pero si miraba todo el plano, las cosas no parecían como que fueran a encaminarse, y el estaba seguro que solo le quedaría el corazón roto, pero ya no tenía nada que perder. Si más valía disfrutar lonpoco que podía conseguir y no termibar sus días pensando en el que hubiera sido.

Sintiendose más tranquilo, al fin con una resolución en la cabeza y en el corazón, se levantó y caminó hasta la cama frente a la suya, corrió lentamente las cortinas y le vio dormido, su castaño cabello estaba algo alborotado, sus labios entreabiertos y roncaba muy ligeramente, poso su mano izquierda en la mejilla derecha y lo acarició suavemente, hasta que unos segundos más tarde Gryffindor abrió sus ojos muy sorprendido.

-No puedo dormir, me acostaré contigo.

-Ah que?... - Neville no tuvo tiempo ni de preguntar, ya que Draco se había subido a su cama y acomodado a su lado dandole la espalda. No podía creerlo!, debía estar soñando aún, no podía ententer como había pasado pero el sueño era mucho y decidió que mañana ya pensaría, volvió a acomodarse en la cama, se apegó todo lo que pudo al cuerpo del rubio y lo abrazó apretadamente, podía sentir la suave respiración y el perfume inundaba sus sentidos, así como sentir el cuerpo delgado y algo mas pequeño del dragón. El calor de ambos cuerpos adormilo lo suficiente a ambos jóvenes para que cayeran dormidos rápidamente.


El joven de ojos plateados fue el primero en despertar, aún no se ubicaba del todo cuando la erección matutina de Longbottom se presionó fuertemente contra su trasero, no pudo ni quiso aguantar la tentación giró sus caderas en busca de más fricción. El gemido ronco de Neville y la mano que presionaba su cadera le indicó que este ya estaba despierto.

-Oh Draco - no podía ser mejor, El rubio se giro hasta quedar de espaldas y rápidamente el castaño se acomodó sobre el, moviendo ambos sus caderas en busca de unir sus erecciones creando un vaivén desenfrenado.

Neville atacó los labios de su compañero con ferosidad mientras sentía las piernas de este enroscarse en su cintura. Oh escuchar los gemidos del rubio le hacían sentir al borde del orgasmo, faltaba tan poco...

- Ne... Ah.. Neville ya! Ya no...-

- Oh si si solo un poco!

Y en ese momento donde ya no se podía pensar claramente Draco logró sacarse el pantalón de su pijama y como pudo bajo los bóxer de su compañero, logrando así que ambos se sintieran libremente, piel con piel, tan caliente, tan bien que solo basto un par de segundos para que ambos se corrieran.


El reloj marcaba las 7 de la mañana y ambos jóvenes no tenían ninguna intención de moverse. Abrazados en silencio pensaban en lo que había sucedido, disfrutando del momento.

Draco fue el primero en romper el silencio. Dentro del abrazó se movió para mirar a los ojos a Neville.

-buenos días - dijo muy bajito, esperando algún tipo de reacción.

-buenos días Draco - sabía que debía decir muchas cosas y explicar otras más, pero después de un arranque así las palabras habían desaparecido de su cabeza, todo el discurso que había planeado con tanto ahínco, ahora le parecía ridículo y vacío. Solo le quedaba demostrar con acciones, así que tomando el rostro del ojigris entre sus manos le besó, un beso lento con mucha lengua y dientes, con todos los sentimientos que le encogían el estomago.