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Sintomas por Abyss

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Notas del capitulo:

¡Al fin!

Hasta que finalmente logre actualizar esta historia ;D

Ya tenia miedo de que me pasara lo mismo que a Toad Thearian y mi historia se quedase cada vez mas y mas abajo, con el peligro de pasar a segunda paguina.... Que miedo >_< (tiembla)

En fin, solo para contarles mi tristeza, tenia planeado poonerle un poc de lime a este capitulo pero no se pudo :c ... Y el proximo ni idea de si encontrare un hueco donde ponerlo, con todo los cierres qe tengo que hacer xDD

En fin. Los leemos luego :D!!

Tras varias insistencias —provenientes principalmente de su suegra— finalmente habían acordado entre los tres volver a sentarse en la sala y arreglar él problema —sea cual sea— que todavía tuvieran. Obviamente para ninguna de las dos partes fue fácil realizar tal cosa. Una vez más, Riley y Palmer se sentaron uno frente a otro, mientras Jun pasó a sentarse solo en él unico sillon individual de la sencilla sala.

Él repentino silencio que se había establecido entre ellos cuando Graziella decidió dejarles un momento solos, alegando que si se quedaba no iban a conversar a gusto —y razón no le faltaba para creer tal cosa— o al menos decirse las cosas como realmente querian, por lo que ahora únicamente se encontraban ellos tres en la casa, gracias a los dioses, no pasó mucho tiempo hasta que, finalmente, Riley decidió ser quien tomara la palabra.

—Mira Palmer—comenzó él guardián del aura intentando sonar lo más serio posible—Se que esto no ha sido lo más agradable para ti, casi puedo jurar que muy probablemente sigas viendo a Jun como un niño de diez años, y enterarte que está embarazado de una persona, que ni en vida hacías, no es fácil de digerir.—Riley decidió guardar por un momento, esperando pacientemente haber si alguien mas tenia algo que decir. En vista de que algo así no paso, continuo—Pero quiero que sepas, que yo en verdad amo a tu hijo, y no importa si tengo o no tu aprobación, no pienso dejarlo a él y mucho menos a nuestros hijos por nacer.

Él siguiente silencio que apareció en la sala ya no parecía tan incómodo como él anterior, algo que impulsó finalmente, a hablar al más joven de la sala.

—Papa—llamó Jun en un tono vacilante, no es como si realmente quisiese usar aquella palabra, pero por ahora, no habia razon por la cual arruinar todo—Yo… La razón por la cual nunca te dije que salía con Riley es porque… No sabía cómo ibas a reaccionar, si bueno, me esperabas que reaccionaras mal, pero no sabia que tan mal iba a ser.—comenzó a explicar Jun haciendo distintos gestos, según lo que fuese diciendo—Pero, en verdad ya llevábamos tiempo juntos, incluso si no hubiera quedado embarazado, no hubiese faltado mucho tiempo para decidir irme de casa y vivir con él. Se que piensas que yo estoy demasiado joven para esto, o que no he disfrutado la vida como deberia pero… No me arrepiento de ser Mama… O papa, sea lo que sea que vaya a ser, ¡Se entiende, total!... Solo quiero que sepas, que esta es mi decisión, y no me arrepiento.

Palmer escuchó atentamente lo que su hijo y yerno —si, ya era yerno, ya no podía seguir negándolo— tenían que decirle, mirando a ambos mientras hablaban y finalmente bajar su vista hacia sus manos entrelazadas, ahí donde jugaba con ambos pulgares en un gesto nervioso, desde un principio se fue concientizando poco a poco sobre que no iba a poder decirle nada a su hijo y su novio, seria muy… Hipocrita.

Principalmente porque al menos Riley no se estaba robando a su hijo.

—¿Desde hace cuánto que están saliendo?—indago Palmer, curioso sobre cuánto tiempo tenían de estar juntos. Tiempo del cual nunca se dio cuenta.

—Desde que tengo trece.—respondió sinceramente Jun mirándolo a los ojos, antes de avergonzarse y bajar él rostro mientras comenzaba a acariciar su vientre.

—Y… ¿Puedo saber sus planes a futuro?—preguntó una vez más Palmer, en un tono derrotado. Pensándolo detenidamente, la evidencia de que su hijo estaba saliendo con alguien siempre habia estado ahi, él menor no había sido exactamente… Discreto. Tres años… Era un imbécil por no haberse dado cuenta.

—¿Aparte de criar juntos a los niños y tener mas hijos?—preguntó Riley con una sonrisa, recibiendo una mueca de obvio desagrado por parte de Palmer, probablemente por lo segundo que dijo—Casarnos por supuesto.

A Pesar de que Palmer asintió encontrándose totalmente de acuerdo ante la idea de una futura boda, la cual probablemente ocurriría después del nacimientos pues actualmente ya era muy tarde, su rostro rápidamente se giro con dirección a su hijo cuando escuchó que este soltaba algo parecido a una exclamación. Lo único que vio fue al menor con él rostro totalmente rojo.

—¿Ya le habías dicho?—cuestiono con una ceja alzada Palmer, señalando a su hijo con su índice derecho.

—No.

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Finalmente volver a poner un pie dentro de su casa en Isla Hierro le hizo inhalar profundamente, dejando caer sus tensos hombros después de todo lo que les había ocurrido los últimos días. A su lado, él Lucario de Riley caminaba tranquilamente mostrándose igual de aliviado que él de finalmente estar en casa, lo mismo para él pequeño Riolu que ahora corría dentro de la casa de un lado para otro, probablemente ambos también debieron de haber estado ya hartos de seguir dentro de las Poké ball.

—Hogar, dulce hogar.

Jun sonrió antes de hacerse a un lado y dejar pasar a Riley a la casa, para posteriormente cerrar la puerta detrás de él.

—¿Seguro que no quieres ayuda con eso?—preguntó curioso Jun. Que si, estaba embarazado, pero eso no significaba que no podía cargar las bolsas de plástico que contenían ropa.

—Ya te dije que no es necesario—insisto Riley finalmente dejando todo en él suelo y pasando a estirar los brazos.—Además, él puerto no está realmente alejado de la casa, asi que facilmente puedo con todo yo solo.

—Aun así pude haberte ayudado aunque sea con la ropa.

Insistió él rubio mientras miraba todo lo que yacía en él piso. A Pesar de que sus padres habían estado insistentes —y también Byron cuando lo vieron antes de abordar— de que era mucho mejor si se quedaban en la ciudad en lugar de regresar a una isla deshabitada, no es como si realmente los hubieran estado escuchando, y después de ver que todo era inútil no les quedó de otra más que ayudarles a empacar unas cuantas cosas que fuesen a necesitar en un futuro próximo.

La ropa de embarazada que su madre había insistido en que se comprara para meses a futuro, y obviamente esta fue lo que principalmente se encontraba en la lista por empacar. De igual forma y lo que realmente le hizo insistir se encontraba justamente ahí, al lado de Riley.

La caja que contenía todas las piezas de la cuna.

A Pesar de cómo pintaba toda la situación y de lo extraño que podría llegar a parecer, ambos habían tomado la decisión de vivir en la isla, asi como tambien criar a los niños ahí. Palmer obviamente no había estado realmente a favor de tal decisión, no le parecía muy bien que estuviesen tan alejados de la civilización y/o de conocidos. Su madre obviamente tambien se habia encontrado preocupada por lo que podría pasar los primeros meses, ambos iban a ser padres primerizos, y la principal preocupación era saber si podrían hacerlo bien estando… Solos.

Aunque tampoco es como si fuesen a olvidar todo lo que ellos pasaron estando… Solos. Porque aunque mantenía contacto con su suegra —y mucho después con su madre— esta siempre le había dejado en claro que, si queria un bebe, ella iba a tener que salir adelante por su propio pie.

Y tras haberse tardado poco más de tres horas, finalmente habían logrado salir de Twinleaf Town de camino a su hogar.

—¿Estás bien?—preguntó Riley tras ver como Jun se había quedado de pie y mirando a la nada. Pensativo como raramente solía verlo.

—¿Eh?¿Que?—soltó él rubio finalmente reaccionando y mirando al vestido de azul, quien cuando finalmente hizo contacto visual con él rubio ladeo él rostro y puso una mueca de obvia preocupación.

—Quiero saber si estas bien—se repitió extendiendo sus palabras, esperando que de esta forma finalmente obtuviera toda la atención del rubio—De repente te has quedado mirando a la nada.

—Si… Estoy bien—admitió él rubio desconcertado por la pregunta y rompiendo él contacto visual—¿Porque no debería de estarlo? Finalmente estamos una vez más en casa y lejos de tantas… Situaciones.

Riley no respondió, en su lugar dejó todo a un lado y se encaminó hacia donde aun se encontraba plantado él menor, para pasar un brazo por su cintura y darle un casto beso en los labios, algo que obviamente sorprendió al rubio, haciéndole sonrojar al momento.

—¿Qué es lo que te preocupa ahora?—pregunto una vez más Riley, totalmente inconforme con la respuesta que recibió.

Jun por su parte se mantuvo un momento en silencio antes de abrazarse al mayor y ocultar su rostro en él pecho.

—Bueno, me estaba preguntando… ¿Cómo se encontraran mis amigos?

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Si era sincera consigo misma, Cynthia realmente se quería echarse a reír.

La necesidad de soltar una carcajada en la cara de su novia, mientras la señalaba con un dedo era tal que… Por un momento se creyó capaz de hacerlo. Pero también se encontraba consciente de que aquello no sería nada beneficioso para él humor de la chica de cabello azul oscuro.

—Entonces… ¿Ya se fueron?—cuestiono curiosa la rubia mientras se cruzaba de piernas y giraba la silla en la cual se encontraba cómodamente sentada, quedando en la posición perfecta para ver a Hikari acostada boca arriba en la cama.

—Sí—respondió con aire desanimado la más joven mientras continuaba observando él techo—Mi madre me contó que estuvieron aquí un buen tiempo, pero que al parecer él dia de ayer finalmente volvieron a la isla.

Desde su lugar, Cynthia simplemente negó con la cabeza. La madre de Hikari les había marcado desde hace poco más de una semana para avisarles que Jun se encontraba de visita, la amable mujer había oído de su boca la discusión que él rubio tuvo con su propio padre y también que la depresión de Hikari se encontraba estrechamente ligada al poco apoyo emocional que había podido darle a su amigo de la infancia. Razón por la cual, apenas y la amable mujer vio al rubio quedandose mas de un dia con su madre, tomó él teléfono y marco para decirles.

Sinceramente fue una lastima que Hikari se tardara tanto en decidir si ir o no.

—Si en verdad quieres hablar con él, tendrás que ir hasta la isla.—soto Cynthia sin compasión alguna, no es como si ella fuese feliz por decirle eso a su novia, pero obviamente ya estaba cansada de la depresión de Hikari.

—¿Crees que está bien ir hoy?—cuestionó la joven, sentándose en la cama y obviamente encontrándose nerviosa ante aquella idea.

Cynthia no pudo evitar soltar un suspiro. Casi podía jurar que seria mas facil convencer a Kouki que a Hikari.


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