Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Para no caer en tentación por Silence Tsepesh de Lenfet

[Reviews - 54]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Ah, un capitulo mas, mas travesuras de este peculiar demonio. Espero que les gustara tambien el capitulo de nuestro exorcista XD, mas adelante habra mas. Hoy vengo con un capitulo un tanto "Hot", como podran suponer por el titulo :D 

Muchas gracias por leer, comentar y apoyar esta historia. Ya estoy dando algunos detalles a otra que tengo casi lista para publicar, y no, no porque se este acabando que aun le queda un poco, solo que honey de luz verde y comieza.

O De Íncubos y sueños incómodos.


Las cosas en casa últimamente están de locos, y no me extraña para nada que Deccal quiera ir de paseo a cada rato. Clyne es mucho peor que Deccal, y siento compasión por el pobre de Neil, admiro mucho su tranquilidad aun cuando Clyne le está abrazando y le intenta besar a cada dos minutos. Si no está haciendo eso, se la pasa discutiendo con Deccal porque según él está muy cerca de Neil, o le vio en tal o tal situación.


— Ese maldito exorcista— gruñe Deccal, entrando a mi habitación y cerrando la puerta. Hasta hace unos segundos estaba leyendo tranquilamente para la próxima clase.


— ¿puedes al menos tener la amabilidad de tocar?


— ¿amabilidad? Lo siento, no está en mi vocabulario. Además, entre por la puerta, pude solo haber aparecido—  eh, tiene un punto en eso— arg, ojala nunca le hubiera dicho eso de que podía venir. Ahora pienso que era mejor fingir que me marchaba y regresar cuando se hubiera ido.


— hubiera preferido que te marcharas de verdad.


— no puedo alejarme mucho de ti, Eizam. Tú eres mi boleto de salvación—   me da un escalofrió cuando me abraza  por la espalda.


— Suéltame— ¿¡qué pasa con esa voz?! Escuchar mi voz, suave y avergonzada, me da mucha más pena que nada.


— ¿lo hago? No parece que quieras…— cierro los ojos, y luego me levanto,  alejándome— vamos, no seas aburrido… es más, tengo una idea.


— ¿ah?


— Solo sígueme— dudo unos momentos, acomodando mis lentes. El cambio de tono de Deccal no fue algo que me gustara— ¡Eizam!


— Ya voy— no me queda de otra. Bajo despacio las escaleras,  en la sala solo esta Deccal en su forma de Derik.  Él no espera, si no que me toma de la mano y salimos rápidamente de la casa. El auto no está, de hecho el auto desaparece misteriosamente cuando Deccal no lo usa— ¿A dónde vamos?— Deccal camina hacia la parada de autobús, algo extraño puesto que nunca había viajado en autobús con Deccal. 


— solo de paseo. Si tu amigo y el exorcista se ponen a tener sexo,  no tengo ganas de escucharlos.


— iugh, no digas esas cosas— ¿Neil y Clyne? La imagen es tan bizarra que ni siquiera llega a mi mente. Soy incapaz de imaginar cómo pueden hacer esas cosas. No soy homofóbico, y si Neil y Clyne están saliendo no tengo problemas mientras no me entere de sus intimidades.  El autobús al centro llega y Deccal sube, yo lo sigo notando que no ha pagado y nadie más pareció notarlo. No me acostumbro a que use sus cosas demoniacas para cosas tan triviales como esto.


— ¿Tan malo te parece?— Deccal no parece para nada afectado. Ya no me sorprende que sea así, caí en cuenta de que siendo un demonio ha hecho de todo, en especial de todo lo que se considera malo. 


— sí, son chicos.


— ¿y? eso no impide que puedan hacerlo… no me digas, ¿no tienes  ni idea de cómo pueden hacerlo?— su voz suena socarrona. A mi mente vienen todas las veces que Deccal me ha tocado, o insinuado esas cosas, e inevitablemente mi cara se pone roja. Para disimularlo miro por la ventana. El autobús no está muy lleno para mi suerte, pero aun así cada poco tiempo dirijo miradas nerviosas a las demás personas, esperando que no estén escuchando tan vergonzosa conversación.


— ¿Podemos hablar de otra cosa?— de cualquier otra, este tema es muy incómodo y Deccal parece un experto en sacar temas incómodos y puntos débiles de los demás. 


— no, estoy interesado en el sexo entre hombres, así que dime ¿tienes idea o no?


— ¡No!, no tengo idea. No soy gay, y no tengo porque saber esas cosas— Deccal suelta una carcajada.


— ¿quieres que te muestre alguna vez?


— ¿Mostrarme?— ¿Qué va enseñarme? me confunde un poco el cambio de tema, ¿o seguimos en el mismo tema? ¿Se refiere a películas para adultos?


— como tener sexo con otro chico.


—… no, definitivamente no. No pienso ver películas— añado. El autobús se detiene, y como Deccal ya se ha levantado yo también me levanto y bajo.


— nadie dijo que sería en películas. Nada más que la práctica para aprender algo ¿no?— me guiña un ojo. Mi boca se abre con sorpresa y algo de pánico. No ocupo más para saber qué es lo que Deccal está insinuando— ahora, vamos, iremos a comprarte ropa de moda.


— ¿ah?


— quizá seas más popular si cambias tu ropa.


— no quiero cambiar mi ropa… mucho menos si será robada.


— esos pensamientos anticuados te harán mal.  Además ¿Quién dice que la voy a robar? Tú vas a pagar por ella ¿no?— arg, es imposible lidiar con sujetos como él. Ruedo los ojos, antes de darme la vuelta. No pienso participar en esto de ninguna manera.


— Eizam…— la voz que suena a mis espaladas me congela.  No porque suena molesta o sugerente, no. La voz que suena a mis espaldas es una vocecita aguda, pequeña. Me giro tan lento que siento que pasa mucho tiempo. Deccal está ahí… o al menos creo que sigue siendo él, pero ahora es un pequeño niño de cabello oscuro como de cinco años y overol  de mezclilla.


— tú…— los murmullo de la gente me hacen darme cuenta de que lo que ellos ven es a un niño a punto de llorar y llamándome con la mano extendida. Ahora sí, casi corriendo regreso y le tomo de la mano para salir de ahí— ¿Qué estás haciendo?— murmuro, pero no puedo usar el tono molesto que quiero cuando me ve con unos grandes ojos grises.


— quiero ir a cambiarte esa ropa pasada de moda— a pesar de que sus palabras tienen una buena pronunciación, tiene un leve siseo que le hace algo adorable— cárgame.


— ¿Qué? No voy a cargarte.


— ya me canse, y…— su labio tiembla mientras sus ojos se ponen acuosos— está muy lejos…


— ah, por dios— murmuro, agachándome para cargarlo. El mismo se acomoda mejor, pasando sus brazos por mi cuello.


— no digas eso. Vamos para allá— su pequeña mano señala  la dirección en la que quiere ir. Mierda… yo soy una persona naturalmente amable, nunca me meto en problemas y no suelo decir palabrotas a menos que este muy estresado. Que Deccal este ahora en esta forma quiere decir que conoce mis puntos débiles mejor de lo que creía. Jamás podría dejar a un niño, aunque sepa que en realidad es un maldito demonio.  


— ¿podemos dejar esto para otra ocasión? No estoy muy seguro de querer…


— Allí— con un movimiento rápido, se logra bajar y corre graciosamente hacia la tienda. En la tienda, las chicas que están ahí lo miran con ternura a la vez que él les dice algo, y al final me veo arrastrado por Deccal hasta los vestidores— ese no me gusta.


— ¿Puedo parar ya?— preguntó cuándo siento que me he medido más de la mitad de  ropa que hay en la tienda.


— Bien— refunfuña, cruzándose de brazos. Sus pies cuelgan cómicamente de la silla donde estuvo observando. Es tan extraño el hecho de que no puedo gritarle o hablarle como de costumbre, siento que estoy cometiendo una atrocidad— ¿ahora ya pedirás algo?— pregunta cuando estamos ya en la calle. Ya ha oscurecido, y parece que lloverá en cualquier momento.


— ¿Qué?


— para poder llevarme tu alma.


— Eh… no— hace un puchero— ¿puedes volver a ser como antes?


— ¿Por qué? ¿Te gusto más cuando soy adulto? Lo hare si me dejas hacer cosas sucias contigo.


— Oye, los niños no usan ese lenguaje— le regaño. El ríe, un gorgoreo suave.


— De verdad eres tan inocente— de nuevo le voy cargando, pues se ha negado a caminar a unos pasos de haber salido del centro comercial.


— ha, como digas. Oye… si puedes cambiar a cualquier forma… ¿Por qué no eres una chica?


— ah, ¿quieres que sea una chica con pechos grandes? Eres un pervertido, Eizam— por un momento escuchar tales palabras de un niño me alarma, más aun cuando veo su sonrisa, muy siniestra en ese rostro infantil— no me gusta hacer de chica. Y cuando la mayoría de los contratantes son chicos es divertido hacer cosas con ellos.


— hey…


— además, no es sencillo tomar algunas formas, gasto mucha energía y me canso con mucha facilidad… pero puedo ser una chica si me lo pides.


— de seguro te llevaras mi alma si lo hago.


— estas comenzando a entender al fin. Creí que tantos libros no dejaban más en tu cabeza— ah, dios ¿en qué me he metido? El trayecto en autobús es tranquilo, pues Deccal parece que se ha quedado dormido e incluso le tengo que cargar hasta que llegamos a casa, algo que no es fácil pues Deccal me parece muy pesado mientras intento no dejarlo caer.


— pero que…— el suelo está lleno de bolsas, y reconozco algunas de las prendas que me he medido en la tarde. Me abro paso entre ellas para dejar a Deccal en el sofá.


— ¿Ya llegamos?— a penas lo dejo en el sofá, tal y como lo haría un niño de verdad, se sienta frotándose los ojos.


— sí, será mejor que vayas a dormir.


— ¿Puedo dormir contigo?— oh, oh… ¿ahora qué? Normalmente diría que no antes de darle un puñetazo, pero… es un niño, ah, no puedo dejar que un niño duerma solo ¿o sí?


— está bien.


— ¿también podemos bañarnos juntos?


— no, definitivamente no— digo, suspirando. Aunque sea pequeño y toda la cosa no dudo que quiera intentar algo raro en el baño.


— Anda— el puchero que hace casi me convence, pero tengo suerte de estar tan cansado que soy inmune a esas caras.


— no, me bañare primero y después entraras tú, cuando termine— aclaro, porque con Deccal no puedo dejar las cosas a medias. Ignoro cualquier otro reclamo y solo voy por mis cosas para darme un baño, el cual transcurre con mucha calma— ya puedes entrar— alzo la voz para que Deccal me escuche, y no me espero para ver si entrara al baño o no. Mi respuesta llega unos veinte minutos después, en pijama y con el cabello húmedo.


— Es difícil bañarse siendo tan pequeño— rezonga.


— pues vuelve a ser grande.


— No, si lo hago no podré dormir contigo hoy— sonríe, subiendo a la cama. Ah, quizá sea muy mala idea esto, comienzo a arrepentirme. Pero Deccal solo se acomoda en el lugar libre y al parecer se queda dormido muy rápido, pues yo me duermo mucho rato después, algo nervioso aun.


“el agua de la tina esta tibia, es una sensación relajante estar entre el agua y una capa de espuma con olor agradable. Me reclino, cerrando los ojos. No estoy muy seguro de donde estoy, pero no importa mucho. Se siente tan bien… tan…


Algo cambia…


Ya no estoy solo en la tina, siento a alguien más. Mi espalda toca con lo que parece ser el pecho de alguien más… de un chico, porque se siente muy duro y no ha pechos… ¿eh? ¿Porque estoy con un hombre en una bañera?  ¿Quién es?


Mis pensamientos mueren cuando siento su respiración en mi cuello desnudo. Me hace cosquillas, me hace estremecer. Algo caliente y algo áspero me roza el hombro… ¿es su lengua? ¿Por qué?...


— ah…— ¿esa fue mi voz? Sus manos han comenzado a tocarme, un toque suave por mi estómago que sube y baja…. Se siente bien… también ha comenzado a besarme los hombros, el cuello. Todo me causa un cosquilleo agradable, me gusta…


— ¿te gusta?


— Me gusta…— susurro. ¿Por qué respondo? ¿No debería estar molesto o algo así porque alguien me haga estas cosas? Su mano sube hasta mi rostro, levantándolo… y luego me besa. Solo recuerdo ver una mancha rosa… quizá no estoy viendo, y solo estoy sintiendo no me importa, se siente bien. Mis ojos enfocan la espuma que impide ver mis piernas, y como estoy mirando, veo como la mano que me acaricia el abdomen se hunde entre las burbujas, y luego siento que se cierra alrededor de mi miembro— ah…— un gemido escapa de mi boca, mientras la mano sigue frotando.


— Eizam… hey…


— uh…


—  tienes que despertar.


— ¿Qué?


— despierta…


Abro los ojos, a pesar de que casi no pudo ver. ¿Un sueño? Siento mucho calor, mi respiración esta agitada y casi puedo jurar que estoy sintiendo el agua de la tina. Yo estaba… estaba teniendo esa clase de sueños…


— Eizam— la voz de Deccal me hace pegar un brinco, de hecho me siento, alejándome de él. Ya no es un niño, y sus ojos me ven con curiosidad. Yo no respondo, me siento tan avergonzado por el sueño que tenía, y por qué cuando me moví descubrí el problema que ese sueño ha dejado entre mis piernas. Inconscientemente llevo las manos ahí para tratar de ocultarlo— ah…, creí que no había llegado a tanto… ¿quieres que te ayude con eso?


—…— mi garganta se siente seca. Mi primer pensamiento es gritarle que no, que se aleje y tomar el agua bendita y arrojarle un buen chorro.  Pero…. Me traiciono en el último momento, pues casi estoy seguro que la otra persona de mis sueños es él ¿Por qué demonios tengo un sueño de esa clase con él?— si…


— alguien más puso su atención en ti… un incubo— me dice, casualmente mientras se acerca mí. Rayos… ¿Por qué dije que sí? ah, sí porque mi cuerpo está caliente.


— ah…— no entiendo de que me está hablando, por supuesto. Todo pensamiento coherente en mi ha desaparecido, quizá aún estoy soñando— ¿p-puedes…? Los cuernos me incomodan.


— oh…— desde unos días después que llego, su cola misteriosamente desapareció— ¿solo es eso?— su voz suena sarcástica, pero aun sin las gafas puedo ver que solo quedan sus cabellos rosas. No sé qué pasara, y quizá sea lo más estúpido que he hecho en mi vida, pero cuando Deccal queda frente a mí, sé que no hay modo de salir de esta.


_______________________________________________________________________________


 


Molestar a los humanos es una de las cosas que más disfruto. Con el tiempo he aprendido que algunas personas son demasiado buenas… en especial si es con un niño. Eizam no es la excepción, fue muchísimo más fácil manipularlo apenas me vio como un niño. Es tan ingenuo, que no puedo evitar soltar una risa socarrona cuando veo que se queda dormido.


— Eres tan ingenuo— murmuro.  La cama de Eizam es la mejor que hay aquí, y no desaprovechare la oportunidad de estar aquí. Como estoy despierto, es que comienzo a notar que las cosas no van muy bien.  Me siento, volviendo a mi forma adulta y poniéndome más alerta. Conozco la sensación que ha inundado la habitación.  En la otra extrema de la cama Eizam comienza a removerse, gimiendo bajito.


— tsk…— la sensación es la misma que hay cuando un incubo quiere hacerse presente. Y quizá en este mismo momento Eizam este teniendo un sueño muy placentero. Ah, pero nadie más puede venir aquí, el alma de Eizam es mía, y si alguien llevara a este chico al infierno seré yo.  Libero un poco de mi poder, disipando por completo la sensación invasora que había— Eizam…— lo muevo un poco para que despierte— tienes que despertar, despierta—  sus ojos se abren,  mientras ruedo los ojos, ¿Qué tan torpe puede ser? Parece como un gatito asustado— Eizam— le llamo cuando no voltea a verme, sus movimientos son tan obvios, que desde que se levantó pude ver la erección entre sus piernas— ah…, creí que no había llegado a tanto… ¿quieres que te ayude con eso?


—… si— ¿ah? No puedo evitar sonreír ¿de verdad está diciendo que si? Esperaba que se pusiera a darme golpes y a gritar como nena histérica… quizá debo aprovechar y hacerle gritar así.


— alguien más puso su atención en ti… un incubo— el pobre esta tan nervioso que hasta siento algo de compasión por él. A saber que estaba soñando… bueno debió ser algo realmente bueno como para dejarlo así.


— ah… ¿p-puedes…? Los cuernos me incomodan—  si lo único que tiene que objetar es eso… estoy más afortunado de lo que creía.


— oh… ¿solo es eso?— es muy sencillo para los demonios que pueden tomar forma humana modificarla a voluntad, desparecer algo tan insignificante como mis cuernos no es nada. Aun no me he acercado y le puedo ver temblar.


— e-espera…


— ¿esperar? ¿Ahora? No sé tú, pero quien parece necesitado ahora mismo eres tú— respondo, acercándome más.


— ¿Qué pasara si… hacemos esto?


— Eso depende de hasta donde quieras llegar— ¿ah?  ¿En verdad tiene tiempo para preocuparse por cosas como esa ahora? Quizá tiene una mentalidad más fría de lo que pensé y no está haciendo esto por impulso… a mí que me importa— no iras al infierno por acostarte conmigo.


— No…— se aclara la garganta, aun respira agitado— no quiero acostarme contigo— ¿no? Sonrió, arqueando una ceja.


— ¿a no?— niega con la cabeza— ¿y entonces que es lo que quieres que haga?— me inclino mucho hacia él, casi podría besar sus labios si quisiera. Su cara se pone muy roja mientras sonrió.


— Si sigues con eso voy a golpearte— gruñe, sin moverse— tú fuiste quien sugirió esto. No pienso pedirte nada.


— uh, de verás que estas ansioso.


— Calla— no dejo que termine de hablar, apenas su boca se abre le beso. Eizam se retuerce, intentando alejarse, pero no se lo permito hasta que siento como se termina rindiendo a mí.


— Dime ¿Qué soñabas?— murmuro, mordiéndole con fuerza en el cuello. Eizam solo suelta un gemidito y niega con la cabeza— ¿no?


— no quiero… es… vergonzoso— su voz suena quebrada, ahogada.


— umm, ¿es así?— pregunto, metiendo las manos bajo su pijama.  Él se estremece, llevándose las manos a la boca— ¿o quizá así?— mi mano baja hasta el elástico del short que usa, pasando con facilidad. Un gemido más sonoro escapa de sus labios— ah, con que era más o menos así— sonrió, que humano tan predecible.


— No…— un jadeo interrumpe lo que sea que iba a decir,  pues he dado un apretón y aumento la velocidad de mi caricia.


— ¿Tan rápido otra vez?—  murmuro, lamiéndole los labios entreabiertos. Aún no termina, pero es evidente que no tardara mucho— ¿Te dejo muy caliente ese sueño, no?— pregunto, cuando termina.


— Cállate… ¡y no seas sucio!— exclama cuando me ve limpiarme en la sabana de la cama. O lo supone porque no creo que vea mucho.


— eh… pero si no quiero moverme. Además yo no fui quien ensucio— su cara sigue muy roja pero su respiración es más tranquila. Con un movimiento rápido termino otra vez sobre él— ¿estás seguro que estas conforme con esto?


— si…


— Puedo enseñarte mucho más—  una expresión de pánico cruza por su rostro. Je, tenía razón cuando dije que este humano era lindo, hace que desee quedarme más tiempo solo para poder hacer estas cosas con él.


— no… y si me llegas a recordar lo que acaba de pasar voy a…


— ¿recordar que acabo de darte una de las mejores noche de tu vida? Apuesto a que ni tú habías hecho tal cosa.                                                          


—Maldito…— su puño se levanta, pero lo atrapo antes de que llegue siquiera a tocarme.


— No seas tan frio después de que te eche una mano— le digo, mordiéndole los dedos con diversión al ver su cara tan roja.


 


— largo.


— oh, no. tu pago por haberte hecho eso, será que dormiré aquí— quizá pueda aprovechar. Si Eizam ya cayó una vez, ¿Quién me dice que no pasara otra vez?   

Notas finales:

Cuando te quedas medio traumado con los niños (?) me dieron ganas de ver una version chibi de Deccal XD, que ni asi deja de hacer de las suyas XD

Espero les guste, Hasta la proxima!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).