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Para no caer en tentación por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

 

 

Hola, se que esperan un capitulo candente como el infierno entre Deccal y Eizam, pero como estoy escribiendo sobre demonios y travesuras, pues en cambio les dejo un candente capitulo entre Clyne y Neil :D LoshiieKT, espero que te guste ^^

Muchas gracias a los que me han estado leyendo, y a los que comentan un gracias mas grande, espero que les siga gustando, y ahora si para la proxima volvemos con Deccal ^^

 


O de romances desapercibidos


 


Ah, no podría ser más feliz en estos momentos… aunque pienso que podría ser un poco mejor si al menos Neil me prestara algo de atención. 


— Neil…


—… ¿sí?


— ¿Podemos hacer algo?— estoy sentado al otro lado de la mesa donde Neil está estudiando, con un libro y una libreta con apuntes en una letra demasiado pequeña y recta.


— Estoy estudiando— y como siempre Neil no me voltea a ver. No es que me moleste, de hecho me gusta mucho solo observar a Neil y su comportamiento frio también me gusta.


— pero ayer también estabas estudiando.


— tengo exámenes la semana que viene— ah, bien. Tampoco voy a arruinar los estudios de mi Neil solo por mi capricho.


— ¿no quieres descansar un poco? has estado estudiando mucho últimamente.


— estoy  bien, gracias—  sonrió, apoyando mi cabeza en mis manos para ver con más detalle a Neil.  Y como siempre lo estoy observado es que puedo notar que está cansado, si como dice ha estado estudiando es posible que no esté durmiendo mucho ¿ha estado comiendo adecuadamente? Oh dios, debería hacer algo.


Sin decirle nada me levanto para ir a la amplia cocina que tiene este lugar. ¿Qué sería bueno preparar? ¿Algo ligero o algo con muchas vitaminas? ¡Ah, pero ni siquiera sé que le gusta a Neil!  Sera mejor que revise en el refrigerador.


— Umm— en el refrigerador hay de todo, demasiado de todo para ser sinceros. Ah, pero esto no me ayuda para nada.


— ¿Clyne?


— Hola Eizam— frunzo el ceño cuando veo a ese demonio entrar junto a Eizam. No tengo la menor idea de que pasa por la cabeza de este chico para que permita que él se esté quedando aquí, pero… no puedo decir mucho porque si no tendría que irme, y aun no quiero irme.


— ¿Qué haces? ¿Ocupas algo?


— quiero prepararle algo a Neil, pero justo me di cuenta que no conozco lo que gusta o no.


— oh. Bueno, a Neil no le gustan los tomates y es alérgico a las nueces… pero no sé cuál es la comida que prefiere— sí, este es un buen chico, tal y como parece. Casi podría abrazarlo del alivio que me da el por fin saber algo más de Neil. 


— tsk que incompetente. Si querías saberlo solo se lo hubieras preguntado al chico raro y ya. ¿O porque no me vendes tu alma y hago que ese chico sea solo para ti?— no puedo decir lo mismo de este sujeto, odio en demasía el cabello rosa. 


— no necesito tus falsas promesas. Además, no sería capaz de hacerle eso a alguien a quien amo.


— ¿amar? Lo conociste hace unas semanas…— la sonrisa de ese tipo me desagrada. Tan falso, tan vacío.  


— y es algo que nunca vas a conocer.


— no me molesta en realidad— me dice, encogiéndose de hombros. Por supuesto que no le importa, y no debería importarle para nada después de todo ¿para qué necesita sentimientos alguien que vive de condenar a las personas?


— Deccal deja en paz a Clyne.


— pero si el inicio— a pesar de su reclamo, el demonio retrocede cuando ve que Eizam levanta el atomizador con agua bendita que le doy cada que puedo.  Me gusta también el carácter de Eizam, y siempre me hace sonreír cuando lo veo golpeando o arrojándole agua bendita.


— como sea. Será mejor que hagas algo rápido porque Neil suele encerrarse después en su habitación.


— Lo sé, gracias— fui testigo de eso unos días atrás que Neil me dejo solo en la sala sin decirme nada. Eizam solo pasa por unas botellas de agua y luego sale de la cocina.  Entonces tengo que apresurarme y preparar algo sin tomate ni nueces. Supongo que lo que debería hacer es de momento solo un sándwich… no creo que tenga el tiempo suficiente para hacer algo más por más que me gustaría preparar algo más decente y no me toma más que unos minutos prepararlo y llevar una lata de soda sabor limón también— Neil, te traje algo…


— Déjalo ahí— hace solo un movimiento con la cabeza,  sin mirarme.  Ah, es tan lindo. Es una lástima que no pueda quedarme aquí por las noches. Son casi las nueve cuando me voy, y Neil siguió en la mesa, estudiando sin prestarle atención a nada más.  Yo me estoy quedando en una de las casas que tenemos para cuando tenemos que viajar, no hay de estas en todos los países a los que vamos.  


— Clyne…


— ¡aaahh!


— ¿Qué haces?—  Zach está ahí, sentado como si nada en el sofá, y casi le doy un buen golpe en la cabeza por haberme asustado, claro de no ser porque el sujeto mi mano ante de que le diera.


— nada. Avisa cuando estés en algún lugar, casi me da un infarto del susto— refunfuño, tratando de no parecer demasiado afectado por eso. No quiero parecer débil delante de mi hermano.


— quería saber que te estaba tomando tanto tiempo— oh, oh. Eso no es bueno, no me gusta mentir pero tampoco hay mucho que pueda decirle en realidad.   


— ya… ya me hice cargo.


— ¿en verdad? Entonces no habrá problemas para irnos a casa. Habrá una reunión importante y tienes que estar ahí.


— ¿Qué reunión?


— la que hacemos cada año para organizar y llevar el conteo de los exorcismos realizados.


— ah, esa…. ¿no era hasta dentro de unos meses?— la olvide por completo, ¡pero yo no quiero irme todavía! ¿Qué hare sin ver a Neil? Esas reuniones duran varios días, y no hay forma de zafarme de ellas.


— no. Por cierto ¿Qué demonio fue el que exorcizaste?


— eh… Deccal, sí creo que ese era— emm, pues no le puedo decir que no lo exorcice porque Eizam hizo un acuerdo con él y su lindo amigo me enamoro.  Cuando mi hermano frunce el ceño sé que no le engañare mucho si no le digo algo creíble.


— ¿Deccal? ¿Qué no es un demonio menor? ¿Por qué tuviste tantos problemas?


— el chico que lo invoco. Tenía algo así como… una fijación con él. Tuve que convencerlo de que dejara eso y luego ese demonio es un completo idiota. No será muy fuerte pero sí que se le ocurre cada idiotez.


— ah, ya veo— ¿me creyó? No estoy diciendo muchas mentiras, solo verdades a medias— nos iremos mañana temprano, así no habrá problemas con el sol.


— el sol no es problema—  mis hermanos siempre se han preocupado mucho por cuidarme, en especial de cosas que son mucho más insignificantes de lo que hago,  o sea que les preocupa más que me queme con el sol a que me pase algo mientras exorcizo a algún demonio. Mi familia debe ordenar sus prioridades.


— de todos modos, si nos vamos temprano llegaremos al anochecer.


— ¿al anochecer…?— ¿o sea que no podre despedirme de Neil? Aah, que mal. ¡Esto no puede estar pasando! no puedo decirle aun a nadie sobre Neil porque vamos, a pesar de lo mucho que me atrae sé que él no siente nada por mí. Y no será la primera vez que me reprenden por quedarme con otro chico que no siente nada por mí.


— sí, ¿te sientes bien?


— ah, sí.


— pareces algo insatisfecho. Creí que esas reuniones te gustaban— si me gustan pero Neil me gusta mucho más. 


— Estoy cansado— que decepción. No le digo nada a mi hermano mientras voy a la habitación. Solo tengo una opción, ya que  no puedo salir sin decirle a mi hermano lo que planeo tendré que usar el teléfono y llamar a Neil para explicarle que no estaré por unos días, porque pienso regresar a penas se terminen  esas reuniones. Nadie responde al teléfono cuando intento la primera vez.  


— ¿sí?


— eh… ¿es la casa de Neil?


— Espera… ¿eres ese exorcista?— ¿eh? Quien…


— ¿Por qué estas contestando el teléfono? ¿¡Donde esta Neil!?


— tranquilo. Ese par de nerds están encerrados estudiando. ¿O quizá los encerré en algún calabozo para hacerles cosas indecentes? Quien sabe…— maldito bastardo.


—  si le llegas  a hacer algo a Neil no descansare hasta hacerte volver al infierno— la desagradable risa llega del otro lado del teléfono, y a mí me cuesta mucho  no ponerme a gritarle ni salir corriendo en ese mismo instante hacia la casa.


— mira cuanto miedo me das.


— quiero hablar con Neil.


— ya te dije que está en su habitación, y no puedo acercarme a la puerta gracias a tu increíble persona.


— llámalo.


aja ¿y quién crees que soy, el criado? Si quieres hablar con él, ven.


— arg, maldición. Solo dile que no estaré por unos días.


— Si claro, ¿algo más?— el tono es tan sarcástico que sé que no lo hará, casi me dan ganas de golpearle por lo idiota que es.


— mira, solo dile eso, y si te atreves a hacerle algo más…


— sí, si como digas. Muérete y no vuelvas— la llamada de corta, dejándome con las palabras en la boca. ¡Maldito demonio inútil! Como se atreve siquiera a colgarme de esa manera sin decime nada más de Neil.


— ¿todo bien? Pareces molesto…— la habitación tiene dos camas, así que deduzco que mi hermano se va a quedar en la otra cama a pesar de que hay más habitaciones.


— no es nada.


— nunca has sabido mentir, Clyne.


— ah, ya te lo diré después. Por ahora no puedo— Zach suspira, sentándose en la otra cama, donde por cierto arroje el teléfono móvil que use para llamar.


— no te metas en problemas otra vez.


— no lo hare— refunfuño. Me cuesta mucho quedarme dormido, y no es para menos ¿Qué pasara si nadie le dice a Neil que me iré? Me gusta pensar que quizá preocupara y que estará ansioso esperado a que regrese….


Pero hasta yo sé que eso es solo una bonita imaginación mía, pues la realidad es distinta y de seguro Neil ni siquiera notara que no estoy.  Sí, es un poco triste esta perspectiva por no decir deprimente, pero así es como es Neil y si no fuera así no me hubiera interesado en él para empezar.  Me basta solo con imaginarlo y solo así puedo dormir tranquilamente hasta que mi hermano me levanta en lo que siento no fueron más que unos minutos.


— ¿Quién es Neil?


— ¿Eh?— ¡pero qué demonios…!


— tengo rato despierto y no dejas de hablar dormido.


— alguien que conocí… ¡oh, mira que tarde es!—  ah, dios ¿en serio tiene que ser así? Zach no dice nada más mientras me ve yendo de un lado a otro recogiendo mis cosas.  Al menos dejara esto para otro día, porque si algo se de mi hermano es que no pasa nada por alto.


— andando, el autobús saldrá antes de que salga el sol.


— te dije que no tengo problemas con eso.


—  lo prefiero así. Llegaremos al anochecer, y la reunión iniciara apenas llegamos.


— estupendo, ojala termina rápido porque quiero ver a Neil. Todavía no me voy, y ya quiero regresar, esto no es justo ¿Por qué ese demonio se puede quedar y yo no?


— ¿Qué tanto murmuras?


— Nada— el camino hasta la central de autobuses es muy largo, y aburrido. No quiero pensar en el aburrido trayecto que hare desde aquí hasta la casa. Ah, quiero ver a Neil.


— Clyne, tomara algo de tiempo llegar ¿Por qué no me cuentas como te fue con ese demonio?


— eh… bien…—  no es que tenga otra opción, el camino apenas inicia y de algún modo u otro tengo que decirle algo, aunque no sea del todo verdad o definitivamente una mentira.


 


Una semana… una lenta, larga y tortuosa semana de no ver a mi querido Neil. Las reuniones terminaron hace dos días, pero aún hay un extraño ambiente de fiesta en este viejo y polvoriento lugar. Un ambiente que no me deja posibilidad alguna de huir.  Mi teléfono no funciona en este lugar, y para colmo tampoco hay un teléfono fijo. ¡Quiero volver a casa de Neil! ¿Qué estará haciendo? ¿Ya acabaron sus exámenes? ¿Cómo le habrá ido? ¿Ese demonio le habrá hecho algo? ¡Debo comprobar que este bien!


— ¿Qué estás haciendo?


— ¿¡porque todos me preguntan eso?!—  no es muy difícil ver que hago, meter todo a una maleta no es algo que pueda ocultar.


— porque usualmente haces tonterías— Richard entra, riendo y cerrando la puerta tras él. Hay un ligero olor a alcohol que viene de él. ¿Se embriago? Mi hermano Richard es algo más liberal que Zach— Zach dijo que estabas comportándote más raro...


— yo no soy raro.


—…así que pensó que podría hablar contigo, y me gustaría iniciar con ¿a dónde piensas ir?— maldición, no está ebrio ni nada así. Zach y Richard se parecen bastante físicamente.


— a ningún lado.


— entonces supongo que puedes dejar las cosas en su lugar ¿no?


—  no, yo… ah…. Quiero ir a Londres—  admito, sentándome derrotado en la cama junto a la maleta a medio hacer.


— oh, ¿y cómo porque quieres volver? Estuviste ahí hasta la semana pasada.


— conocí un chico…


— ¿otro? Por dios Clyne, cada que sales es la misma historia. ¿Podrías ir solo una vez a algún lugar sin acosar a un pobre chico?


— esta vez es…


— ¿Diferente? también dices eso— uh, supongo que tiene mucha razón. Entonces en verdad soy un fastidio para Neil, es muy triste tan solo pensarlo.


— pero… yo…— ¿entonces es así? Ni siquiera pude despedirme de Neil…


— ah, bien— el suspiro de Richard me hace levantar la mirada— fingiré que no se nada, pero prométeme que será la última vez.


— ¡Si! ¡Lo juro!— no es de extrañar que me lance a Richard en un abrazo que lo derriba en la cama.


— y también que vas a disculparte con ese chico.


— bien, lo hare… aunque casi estoy seguro que Neil ni noto que me fui— admito, levantándome solo para ponerme a terminar de meter las cosas en la maleta.


— Pues de igual manera hazlo— es lo último que me dice antes de salir. No debo perder tiempo, si Richard me dio esta oportunidad entonces debo irme ya. Ya no tengo bonitas fantasías, ahora solo tengo bien presente la realidad. Solo me disculpare y me despediré… a lo mejor le daré unos consejos a Eizam por si las cosas se ponen desagradables con ese demonio.  Siendo súper sigiloso logro salir de ese lugar, y dirigirme a tomar un autobús, y lo mejor de que sea Londres es que siempre hay autobuses que  van hacia allá.  A pesar de que sé que voy a ver a Neil, no estoy feliz.  Para ser sinceros estoy bastante triste porque ya no le veré, pero hasta yo sé que no está bien lo que estoy haciendo, llevar más allá esto sería demasiado.  Que mis hermanos se hayan preocupado por esta situación, ah… debería terminar pronto.


Esta vez no espero a que el sol se oculte del todo, apenas pasan las tres de la tarde me dirijo a la casa de Neil.  Cuando llego, la casa no me dice nada de lo que pasa, la puerta siempre está cerrada. Pero cuando toco y nadie abre, comienzo a sentir unas irracionales ganas de derribar a patadas la puerta.


— Vamos…— murmuro, viendo la hora en el reloj. ¿Quizá hoy salen tarde? Usualmente Neil llega a eso de las tres… y apenas ha pasado una hora, no pudo pasarle nada ¿verdad? Solo estoy exagerando.


— ¿Qué pasa?..


— ¡Neil!— no puedo evitar arrójame a él para abrazarlo, y a la vez caer al suelo, porque él no estaba preparado para mi acción. ¡Pero no importa!—  Neil, Neil.


— ¿puedes levantarte? No puedo respirar…


— Lo siento— no, he caído otra vez: Se supone que no debo hacer más estas cosas. No me queda de otra más que ayudarle a pararse— ¿estás bien?


— Si— Neil se sacude la ropa antes de cerrar la puerta— creí que Quiin había olvidado sus llaves.


— ¿estudiabas?


— Dormía— oh, eso explica por qué no abría la puerta… ¿pero en verdad tengo que despedirme?— ¿Qué está haciendo aquí?


— llámame Clyne, en serio. Yo bueno…— no quiero irme aun, no quiero despedirme.


— ¿A dónde fuiste?


— a casa. Tenía cosas que hacer.


— pensé que te había pasado algo. Luego el demonio dijo que te habías ido… pensé que ya no ibas a volver— quiero abrazarle, y besarle… yo quiero…


— ¿Qué? ¿Acaso estabas preocupado por mí?— rio, tratando de no hacer nada de lo que pienso.


— quizá un poco… me sentí raro cuando ya no estabas todo el tiempo aquí, como si tuviera indigestión, casi no podía estudiar adecuadamente.


— aww ¿en serio?..— no, espera ¿Qué está diciendo? ¿Está diciendo que me extraño? Eso no puede estar pasando, de seguro solo es una imaginación mía nada más. Porque él no… él no…


— ¿Qué pasa? ¿Dije algo raro?— no, no puedo… ¡es demasiado! Y ahí estoy yo, besándolo de nuevo, pero esta vez no es igual que las anteriores. Durante todo el tiempo que estuve aquí, lo he besado en muchas ocasiones, pero es la primera vez que me responde… y la primera que caemos en el sofá.


— mierda, no quiero irme.


— ¿se va otra vez?


— solo si quieres que me vaya. Si me lo pides me quedo— él solo se mantiene inexpresivo debajo de mí. Porque no puedo forzarlo a quererme.  


— no entiendo. ¿Por qué tengo que pedirlo yo? Si quiere quedarse solo hágalo.


— no, no. Esta vez no puedo— suspiro, ah, Neil solo me hizo tener falsas esperanzas. Me levanto, sentándome— supongo que esto es la despedida— Neil también se sienta, pero ya no lo veo. Si lo veo, no me iré de aquí así que camino a la puerta sin voltear.


— ¿Por qué?— ¿pero que es ese tono? Solo el tono me hace girar. Neil sigue en el sofá, sentado y una de sus manos se toca el pecho— se siente mal.


— ¿Qué? ¿Estás bien?— cuando me acerco de nuevo, sus ojos miel me ven, con una expresión parecida a la súplica, pero sin llegar a mostrarse del todo.


— no me gusta que pase eso. Siento que estoy enfermando, no lo había sentido antes. ¿Por qué?


— ah, me asustaste—suspiro, llevándome una mano al pecho para tratar de calmar los latidos erráticos de mi corazón. El tacto de la mano de Neil en la mano que tengo el pecho me hace mirarlo.


—  ¿también te duele?


—  eh, no. Solo me preocupe.


— ¿preocupado? ¿Yo…?— la idea de que Neil estuviera preocupado por mí es sencillamente perfecta, tanto que no puedo evitar besarle otra vez— no me gusta sentir eso.


— Entonces ¿se siente mejor si digo que me quedare?— él lo piensa unos momentos, sin mirarme— ¿te haría sentir bien si estoy aquí?


— ¿Por qué estarías aquí?


— vamos, Neil. ¿Por qué otra cosa me quedaría? Te he besado más veces de las que puedo recordar, e incluso acepte no mandar al infierno a ese demonio solo porque me gustas.


— ¿gustar? Es así entonces…— murmura, pensativo. Y yo solo le beso otra vez, reclinándonos en el sofá.


 — Me quedare— Y no sé si le estoy forzando o no, si sabe qué hacemos o no. Con personas como Neil nunca sabes que están pensando. Solo sé que no me detiene cuando, ya en su habitación, le desabrocho el abrigo y le quito la camisa.  Su piel es blanca, pero no tanto como la mía.  Neil no dice nada, de su boca solo escapan suspiros cada que le beso más y más abajo, o cuando lentamente nos vamos quedando sin ropas. Yo estoy tan feliz también, que no me importa ir despacio, y con eso solo me refiero a que podría pasar horas solo así. La cara de Neil esta sonrojada, lo cual le hace mucho más lindo.


— ah, creo que no me siento bien— dice, jadeando.


— Más bien todo lo contrario, chico lindo— le digo. Acaricio su espalda, bajando hasta su trasero. Él solo se estremece. En serio que yo quiero hacerlo con Neil, le deseo bastante, pero no quiero lastimarle. No es la primera vez que llego tan lejos con uno de los chicos que me gusta, pero tampoco parece ser la primera vez de Neil. O quizá solo sea que no puedo descifrarle— ¿has hecho esto antes?


— No— le pego más a mí, sintiendo su piel. Sus manos acarician lento mi espalda. Aunque su rostro no muestre mucho normalmente, en estos momentos tiene un toque de lujuria, y no es lo único que me dice que le gusta. Acaricio su miembro mientras comienzo a prepararle, introduciendo mis dedos en su trasero. La voz de Neil suena muy alta en mis oídos,  y eso solo logra hacer que me sienta más caliente. Si es raro que Neil acepte esto a la primera, no me importa. Deseo esto… el placer me recorre de pies a cabeza, y el clima frio de Inglaterra no existe en el calor de este acto.


Le beso, acariciando sus piernas también. Bajo mis labios por su cuello, mordiendo y dejando marcas  rojizas en su piel.  Sonrió al verlas, unas cuantas mas no hacen mal. Neil solo se sujeta en mi espalda. Ya… ya no aguanto más. Me acomodo mejor, soltando sus manos. Sus ojos, algo brillosos, me siguen perdidos.


— Neil— susurro, rozando mi miembro en su trasero.


— No, no así— Neil se mueve, interrumpiendo lo que sería sin duda, una de las mejores experiencias en mi vida.  Su respiración agitada, el cabello revuelto y el cuerpo con algo de sudor, Neil se levanta.   


— ¿Qué pasa? ¿Quieres parar ahora?— gimo, sintiendo que no podre aguantar mucho.


— Protección— ¿Qué? Le miro con incredulidad.


— ¿Quieres que use un condón?— la seriedad de Neil quita cualquier duda— pero no tengo uno.


— entonces no haré nada.


— Neil— gimoteo.  Elegí el peor momento para no traer un maldito condón. Neil solo se sienta, abriendo un cajón.


— Creo que había uno por aquí…— murmura. Oh, dios, ojala que haya uno en ese cajón. Suelto una risa cuando le veo sacar un pequeño empaque plateado.  No me interesa saber cómo llego ahí, ni porque lo conservo, casi se lo arrebato de la mano mientras lo abro y lo deslizo yo mismo por mi miembro. No le doy tiempo a Neil de decir algo más, me lanzo a besarle, tirándolo en la cama una vez más, y esta vez, no hay nada que me detenga. Me cuesta un poco introducirme en él. Pero…. Maldición, se siente tan bien. Neil suelta un quejido de dolor, y solo eso me detiene de comenzar rápido.


— Es…— murmuro, besándole— increíble— para mi sorpresa él mismo me besa en la mejilla. Tan lindo, es demasiado lindo. Le beso, mordiéndole el labio, y comienzo a moverme, despacio primero pero cuando comienza a gemir, no puedo controlarme mucho. Más rápido, más caliente.  


— ah…— Neil se estremece, arqueando su cuerpo contra el mío antes de soltar un gemido más sonoro. Cuando termina, su interior se siente más apretado, y solo de ver su intento de expresión de placer me ocasiona que yo mismo termine, también con un gemido sonoro.


 


No sé en qué momento me quede dormido, pero el ruido de la puerta cerrándose y la voz enfurruñada de Eizam me despiertan. Sonrió al ver a Neil entre mis brazos, parece que no lo he soltado ni dormido. Sus ojos miran fijos al techo, sin moverse.


— ¿Tienes mucho despierto?— murmuro, acomodándome mejor para verle pero sin soltarle.


— un poco— responde con la misma seriedad de siempre. Estoy tan feliz que no puedo dejar de sonreír, Neil me corresponde o casi— ¿Por qué estas sonriendo?


— Estoy muy feliz— le abrazo más— no puedo esperar para que mis hermanos te conozcan. ¡Por primera vez estaban equivocados! Ya quiero ver sus caras cuando les presente a mi novio.


— ¿novio? ¿Ahora quieres que seamos novios?


— ¡Neil! No seas tan frio conmigo— lloriqueo, escondiendo mi cabeza en su cuello.


— pero usted solo dijo…


— ¡Llámame Clyne! Hare que jamás olvides que tienes que llamarme por mi nombre— le digo, rodando para quedar sobre él. Quizá no sea la manera más adecuada de iniciar un romance, pero me alegra ver que al menos Neil poco a poco progresa un poco más.

Notas finales:

 

Ser el hermano menor y consentido tiene sus ventajas XD, Clyne siempre se sale con la suya tambien :) 

Sobre Neil y su comportamiento raro, creo que llegado a este punto tengo que explicar un poco lo que pasa: Neil padece alexitmia, que tecnicamente es la incapacidad para reconocer emociones, tanto las suyas como la de los demas, si siente,  pero no sabe que es y generalmente confunden los sentimientos con reacciones fisicas como dolores o malestares.

Ya le queda poco a esta historia, poco unos siete  u ocho capitulos mas, asi que, Mi proxima historia... tiene que ver con la Alexitimia :D, espero que en unos cuantos capitulos mas publique el 1


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