Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Para no caer en tentación por Silence Tsepesh de Lenfet

[Reviews - 54]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bueno.... espero que esto... ¿Les guste? espero que si, a un capitulo del final, y aun no se si dejarselos hasta la siguiente semana o no. Quiza actualice mañana o en la semana... no se, no se. 

O como pedir deseos desde el infierno


 


Que agradable…No suelo tener sueños regularmente, y si los tengo  no los recuerdo.  Por eso, ahora mismo me extraña estar en un sueño, un sueño agradable, con mi familia,  en esas reuniones que hacemos cada viernes. Estamos todos ahí,  yo tengo  como seis años, y correteo ahí con  mis primos, jugando a algo tonto con una pelota o algo así, no puedo recordarlo.  La pelota sale hacia el borde del patio, y soy yo quien sale corriendo tras ella. La música se aleja conforme voy por la pelota, y cuando al fin llego a ella, alguien más la toma alguien que yo. ¿Alguien más ha tenido de esos sueños donde jamás puede verse la cara de las otras personas? Pues cuando llego, la persona que está ahí, tiene la pelota. Sé que está sonriéndome a pesar de que no puedo ver  la cara.  Extiendo mis manos para tomar la pelota, y él me la da, porque si, es un hombre quien está ahí.  Cuando se da la vuelta, siento mucha tristeza. No quiero que se vaya.  Le grito, pero no voltea y cada vez se aleja más, y más. Suelto la pelota, corriendo tras esa persona, pero por más que corra, no puedo alcanzarla.  Mis piernas pequeñas se trabajan, tropezando y haciéndome caer. No sé qué más hacer, así que me pongo a llorar. 


— Deccal…— balbuceo, en el sueño y en la realidad. Mi propia voz me hace despertar. ¿Dónde estoy? Estoy en el suelo de algún lugar, todo tan oscuro, no puedo ver nada. Hace mucho frio, siento todo mi cuerpo helado, como si estuviera dentro de un congelador. ¿Por qué esta tan oscuro? ¿Ydónde están mis lentes? ¿Dónde está Deccal?


El suelo se siente extraño, y sigo sin encontrar mis lentes. De rodillas en ese lugar oscuro y frio, me pongo a palpar por todo el suelo a mí alrededor, en busca de mis lentes. ¿Dónde estoy? Esto está asustándome, no recuerdo haberme movido, y no parece que haya alguien más por aquí. Ah, dios, estoy temblando pero no sé si de frio o de miedo, quizá sea una  mezcla de las dos. Estoy tan atento, que cuando mi mano golpea con mis lentes, pego un brinco de sorpresa por sentir algo distinto. Me los pongo después de cerciorarme de que estén intactos, y me levanto… un gran error.


El lugar si esta oscuro, pero se puede ver  bien. Estoy en un pasillo amplio, de paredes de piedra. Algunas puertas de madera están espaciadas en el pasillo. No conozco este lugar, ¿Dónde estoy? Me recuerda una vieja iglesia medieval que vi en algún libro. Atrás de mí solo hay un muro y el único camino es hacia adelante. ¿Me debo mover? Sigo temblando, de pie en ese lugar que no conozco.  Quedándome aquí no voy a averiguar nada ¿cierto? ¿Estoy soñando? A lo mejor me quede dormido después de haber caminado tanto.  Qué raro, no me siento cansado. Vamos, vamos… iré hacia el pasillo a ver que hay allá, no me alejare mucho.


He pasado por cuatro puertas, pero no me atrevo a tocar. Suspiro, y mi aliento se eleva en una nubecilla de vapor. El silencio me está matando. El ruido de una puerta abriéndose me hace pegar tal brinco que casi suelto un grito, mi corazón late con tal fuerza que puedo jurar que escucho mi pulso resonando en las paredes.  Mi cuerpo esta tan agarrotado, que me cuesta girarme para ver, y cuando lo hago, lo que salió de una de las puertas está casi a un lado de mí. Un ser pequeño, de piel oscura como piedra…. Un ser que solo he visto una vez en mi vida. Un demonio menor.  El demonio pasa por mi lado, volando a unos centímetros del suelo, y no me presta nada de atención.  No, no, no, no… esto es una broma ¿verdad? Mis ojos siguen incrédulos al demonio hasta que le dejo de ver.


¿Qué paso? ¡¿Por qué hay un demonio menor saliendo de este lugar?!  El ruido de mi respiración agitada me asusta más,  mis rodillas se doblan cuando sigo hiperventilando. ¿Esto es en serio? voy a ponerme a llorar… ¿Qué es…? Oh, no… en el suelo otra vez, puedo ver entonces que el piso esta hecho de huesos, ah, ah. Me encojo contra el muro, tratando de no tocar el suelo. Voy a vomitar, voy a vomitar…


— Disculpa, estaba atendiendo otro asunto— la voz suena demasiado amable para este lugar. Porque si, ahora sé que estoy en el infierno— vamos, sígueme por aquí—  lo primero que veo es la mano extendida hacia mí. Una mano pálida, de dedos largos y con anillos con grandes gemas.  Dudo unos momentos, y luego extiendo mi mano temblorosa para tomar la otra. Cuando me levanto, temblando,  observo a esa persona.  Es un chico, alto, de cabello tan rubio que parece blanco, y tan largo que lo trae sujeto en una coleta y aun así le llega a la cadera. Nos dirigimos hacia atrás, a la segunda puerta. Trato de no ver el suelo, y camino de puntas.


— ¿Dónde estoy?— pregunto, antes de entrar.  No puedo evitar preguntar, aun me niego a creer que estoy en este lugar de verdad.


— ah, lo siento. No suele haber muchas visitas como la tuya. Antes que nada, hay que ponernos cómodos primero— la habitación es una oficina, o algo así. Hay un escritorio lleno de papeles, algunos sofás y una mesita de té con cuatro sillas— adelante.


—…— ¿de verdad no estoy soñando? Lo primero que veo es que aquí el suelo parece  normal, y eso hace que me sienta solo un poco mejor.  Camino hasta una de las sillas, dejándome casi caer.


— ¿quieres algo para beber? ¿Té, café, jugo?— ¿café en el infierno?  Niego con la cabeza. Él tiene unos ojos demasiado azules. Una impecable camisa blanca y unos pantalones igualmente blancos—entonces… ¿eres Eizam Quiin?— me pregunta, sentándose frente a mí y poniendo unas hojas delante de él, donde de seguro leyó mi nombre.


— Si— logro murmurar.  ¿Quién es él? si estoy en el infierno debe ser otro demonio ¿no? ¿Acaso Deccal hizo algo más malo? ¿Tiene que ver con lo de ese otro demonio? este sujeto no tiene pinta de demonio.


— Mi nombre es Astaroth…— oh. Siento que me pongo pálido al escuchar su nombre. ¿¡Él es Astaroth?! ¡¿El mismo lord Astaroth del que Deccal siempre se queja y le teme?!  No puede ser…— ¿pasa algo?— pasa que estoy en el infierno, sentado en una mesa de té con un demonio del que al parecer es mejor no enfadar.


— nada.


— quizá fue algo repentino haberte traído, pero es mejor a que yo fuera. Ah, esto se está saliendo de control ¿no crees? te diré, me siento responsable por todo lo que ha pasado. Es culpa mía que tuvieras  que pasar por tantas cosas.


— ¿Qué?— lord Astaroth suspira, frotándose la frente en un gesto cansado.


— envié a ese demonio idiota a cumplir una tarea sencilla, y al parecer te ha causado más problemas de los que debería. Una tarea tan sencilla…— murmura, ignorándome— ¿quieres una galleta?


— eh… no, gracias.


— ¿Te sorprende ver esto en el inferno?— para ser sinceros, sí, me sorprende mucho. Este lugar parece una oficina normal en un edificio norma en una ciudad normal. ¿Dónde están las llamas y las almas en pena?— siempre he pensado que aunque estemos en el infierno, no significa que todo tenga que ser tan espeluznante— ¿tan espeluznante? Este lugar me perece tan horroroso, y eso que la sala de lord Astaroth no tiene nada de extraño aparte de galletas con chispas de chocolate. 


— ¿Por qué…?— me aclaro la garganta, no sé si puedo hacer alguna pregunta o no, o que debería hacer ¿debo tratarle como alguien importante?— ¿Por qué estoy aquí?


— oh, claro. Sé que hay un exorcista en el lugar donde vives, no puedo permitirme estar tan cerca de alguno si no es necesario. El infierno es un lugar muy ocupado y nadie más puede hacerse cargo de estas cosas—no quiero saber de qué cosas se encarga esta persona. No quiero estar en el infierno de esta manera.


— ¿estoy muerto?


— No, no. Cuando terminemos aquí, podrás volver tranquilamente a tu casa— dudo mucho que después de esto pueda regresar tranquilamente a mi casa— no tienes que preocuparte… ahora, tengo entendido que hiciste una invocación ¿no?


— eh…— ah, sí, la hice  ¡Pero yo no quería invocar a un demonio de verdad! No me atreví ni siquiera a decírselo a Deccal mucho menos se lo diré a este demonio al que los demás temen. 


— sí, sí. Siento mucho que se hayan complicado las cosas. Ese demonio es todo un caso perdido… quedarse merodeando de esa forma y mentir de forma tan descarada…


— Emm… no… no fue culpa suya— susurro, ignorando su pequeño monologo sobre la irresponsabilidad.


— ¿Qué dices?


— ah, que fui yo… yo no he decidido…— ¿Qué estoy haciendo? Apenas y puedo respirar mientras  pronuncio eso. No quiero que Deccal tenga problemas, sé que odia mucho este lugar, y que esta persona le desagrada porque es quien le ordena hacer… lo que sea que haga.  No puedo salir tan bien de esta, porque es verdad que yo hice una invocación, y aunque no quiera vender mi alma  no quiere decir que terminara pronto.


— ¿Entonces es verdad?


— Si…


— ah, bueno. De todos modos hay reglas a seguir para cuando pasen esas situaciones. Y dime, Eizam,  ¿Has pensado en que vas a pedir?— sus ojos azules me miran fijamente, y por unos segundos me olvido donde estoy. Su rostro es tan hermoso, no hay otra palabra para describirlo.


— ¿Puedo preguntar algo antes?


— Claro— me dice, sonriendo. Es extraño verle sonreír, es como si sonriera un robot o un muñeco, una sonrisa vacía, sin emoción.  Ah, claro, tampoco puede sentir felicidad.


— ¿Qué pasara si vendo mi alma? ¿Es doloroso? ¿Y cuando muera? ¿Sentiré que estoy en el infierno?


— eres muy curioso.   Todo depende de que sea lo que pidas, no todo tiene el mismo precio. Puede que tu alma sea reclamada cuando mueras en muchos años. O puede que también pierdas años de vida si es algo muy importante—umm, y justo en este momento me vengo a enterar. Deccal nunca fue muy explicito con lo del contrato, además no es que estuviera interesado antes— sobre lo demás, ¿no crees que es mejor no saberlo? Para que atormentarse antes de tiempo si aun puedes tener una vida mediamente normal.


— ¿y… puedo pedir cualquier cosa?


— cualquiera.


— aun no estoy muy seguro… ¿habrá alguna forma de cancelar?— Astaroth ríe, una risa que me causa escalofríos a pesar de que no sonó macabra, ni burlesca.


— por supuesto que no—  supongo que es razonable. Desearía encontrar la manera de salir de esta sin tener que vender mi alma, ni que Deccal se meta en problemas por algo como esto. ¿Le obligaran a hacer más cosas que no quiere? Él dijo que así sería sí no llevaba mi alma— preferiría que nos evitáramos muchos problemas.


— ¿Qué  pasara con Deccal?


— ah…—  suspira, ordenando los papeles que tiene delante de él— no tiene caso que hablemos de él ahora.


— pero…


— me gustaría concluir con esto lo antes posible.


— yo…— ¿Qué puedo decir? No estoy completamente seguro de querer esto, ya no.  No, no es eso lo que pasa, estoy asustado y no quiero nada que ver con esta persona, ni con nadie más que no sea Deccal. No confió en ningún otro.


— ¡Detén esto de una buena vez!— la puerta se abre, haciendo que pegue un brinco del susto. Deccal entra en la sala, seguido del demonio que si no mal recuerdo se llama Rosierh y de la chica que entro a la casa antes de que todo esto pasara, y ambos le alcanzan a sujetar antes de que llegue incluso a la mesita.


— Deccal, es de mal gusto interrumpir en los asuntos de los demás.


— tú fuiste quien interrumpió mis asuntos. Ese humano y yo aún no terminamos el contrato, no te metas en el trabajo que tú mismo me ordenaste— suelta, furioso. Nunca había visto a Deccal molesto, siempre sonriendo, burlándose de mí. Ahora no reconozco a este Deccal.


— yo te lo asigne, así que ahora te relevo de este contrato.


— ¡No puedes hacer eso!— los otros dos con mucho esfuerzo están conteniendo a Deccal para que no llegue a nosotros. ¿Qué pasara si llega a nosotros?  Sé que Deccal no es un demonio muy fuerte, o eso siempre me dio a entender.


— ah, por favor, estoy tratando de ser paciente. Luego tendré una charla contigo.


— Nada de luego,  voy a arreglar esto ahora mismo—  gruñe, Deccal  no ha dejado de luchar para librarse de los otros dos, y cada vez parece que lo logra más, las caras preocupadas de los demás me lo dicen. Esto está mal, Deccal no debería pelear con alguien tan importante, debería pensar en lo que pasara después, no es que pueda librarse de su posición… espera, él no… él…


— Suficiente— la voz de lord Astaroth suena muy alta cuando al fin Deccal logra soltarse y lanzarse hacia delante, el suelo tiembla un poco, y una ola de miedo me invade. Por dios… cualquier advertencia que me diera antes Deccal sobre lord Astaroth queda corta. Verle ahí, imponente delante de Deccal y los otros es algo que jamás olvidare. Esto se parece más a lo que pensaba que era un encuentro con un demonio, el miedo, el horror… la sensación de que estas con alguien que puede hacerte desaparecer con tan solo mover una mano. Deccal cae de rodillas al suelo,  aun con una expresión molesta. ¿Esta es la voluntad de lord Astaroth? El aire se escapa de mis pulmones, mi cuerpo tiembla como gelatina— no tolero estos actos de rebeldía, suficiente tengo con soportar tu decadente desempeño y tus extravagantes muestras de carácter…


— por favor…— murmuro.


— has tenido tantas oportunidades para hacer bien las cosas y simplemente no lo haces…


— Yo... ¡Ya sé que voy a pedir!— grito, en un intento desesperado por detener de una vez todo esto. ¿Qué hice? Ya… ya no tengo más opción ¿cierto?


— oh, lamento mucho que tuvieras que presenciar esto… ¿entonces…?


— ¡Eizam!— Deccal se levanta de nuevo, pero de nuevo los otros le sujetan ¿están tratando de que no pase nada? ¿Se puede matar a un demonio? Jamás le pregunte a  Deccal mucho sobre eso ¿Cómo preguntarle sobre algo que no le gusta? Ahora no puedo verle a la cara, no con lo que estoy a punto de hacer.


— Silencio… ¿Cuál es tu deseo?


— ¿C-cumplirá cualquier cosa que pida?


— ¡Eizam, cállate! ¡Ni se te ocurra abrir la boca!— eso me gustaría, si… pero no tiene caso ¿o si? Desde que invoque a Deccal nunca hubo otra salida para mí, por más que todos fingiéramos que todo iba bien ¿Cuánto tiempo más podríamos estar así? Deccal no podría estar en un solo contrato, y ese contrato algún día tenia que cumplirse, y ese día es justo hoy, no creo que tenga otro día y sin embargo…


— Entonces, mi deseo es…—mi voz tiembla, estoy a punto de ponerme a llorar, no quiero que esto termine solo así, maldición, tengo tanto miedo, y sin embargo, es en estos últimos momentos que pude darme cuenta del gran error que estaba cometiendo— quiero que Deccal sea libre— mi voz se quiebra ridículamente en la última palabra.


— ¿Qué?


— A-aun no acabo. Quiero que sea… yo… quiero que Deccal sea humano, libre… que nadie le diga que hacer— susurro, sin mirar a nadie, me entretengo mirando las galletas sobre la mesa... Desear que Deccal se quedara conmigo era egoísta, ¿no era acaso lo mismo que el tanto odia? Le obligaría a quedarse aun si él no lo deseaba, jamás sabría si lo querría o no.


—… umm…


— No puedes estar hablando en serio— Deccal suelta una risa despectiva, nadie más ha dicho nada y el silencio me está poniendo nervioso.


— eso es lo que quiero.


— ¿Puedes repetirlo?— Astaroth ignora a Deccal, me observa tranquilamente desde su lugar.


— quiero que Deccal no sea más un demonio, que tenga una vida humana, libre de cualquier influencia… de aquí— ¿puedo decir demoniaca? No sé, quizá lo tome como un insulto y no estoy para eso  justo ahora— no sé qué edad quiera tener, pero todos los detalles de su vida los puede elegir él.


— no me jodas, Eizam. No quiero tal cosa.


— ya veo… pero es un deseo complicado.


— ¡No juegues conmigo! maldición…— los gritos de Deccal me están poniendo nervioso, sé que si le veo, perderé el poco valor que tengo.


— no se puede cumplir solo así ese deseo. No puedo romper el equilibrio que existe en  los mundos, no puedo solo crear una vida de la nada. Dime, Eizam ¿estás dispuesto a ceder tu vida?— ceder… ¿¡Voy a morir?! ¿Ahora?


— ¡Astaroth, no puedes hacer eso!— no quiero morir, no quiero… aun quiero hacer muchas cosas. ¿Por qué tiene que ser así?— ¡Eizam! carajo,  no digas nada, ¿¡Eizam?!— ah, estoy llorando, y ni cuenta me di en que momento empecé a llorar.                 Que patético, y aun así me esfuerzo por mirar a Deccal, él sigue siendo sostenido por los otros dos demonios, no veo sus alas, pero sus cuernos y cola están ahí. Deccal también tiene sus cuernos, ah, hace mucho que no los veía. Dejo de mostrarlos cuando dije que me incomodaban— No te atrevas a hacerlo.


— ¿Y bien?— todo lo que puedo hacer es sollozar e hipar, mientras trato inútilmente de limpiar mis lágrimas. Hay tantas cosas que me gustaría hacer aún,  me gustaría haberme despedido de mi familia, verles una vez más… comer algo preparado por mi madre... haber sido más amable con Luke. Solo me queda decir que si con la cabeza— muy bien…— no me queda más que tomar la mano extendida de lord Astaroth, cerrando el trato.


— ¡No!


— Eizam Quiin, el contrato ha sido cerrado.


— ¡Astaroth, detente!— Deccal sigue gritando, pero su gritos me suenan cada vez más lejanos. Ahora solo puedo a lord Astaroth delante de mí, mirándome con curiosidad. ¿Por qué Deccal  no quiere?  ¿Acaso no es lo que deseaba él?


— hace mucho tiempo que no escuchaba una petición tan generosa— ah, el rostro de lord Astaroth es muy bello, ¿él fue un ángel? Puedo verlo incluso aquí— fue un placer conocerte, Eizam Quiin— no quiero morir, no estoy listo para morir, y sin embargo ya lo hice. ¿Mi familia me extrañara? ¿Qué parara conmigo? ¿Solo me encontraran muerto en algún lugar o solo desapareceré?


Todo comienza a desvanecerse a mí alrededor, cada vez más oscuro, me siento ingrávido… ¿así se siente morir? ¿Dónde está la luz al final? ¿Y no veré mi vida ante mis ojos? Yo solo quiero ver a Deccal una última vez antes de que todo termine, con esfuerzo logro verle e incluso trato de sonreírle…


Y luego nada.

Notas finales:

¿Y bien? ¿Se lo habian esperado? ahora... ¿que pasara en el capitulo final? Eizam termino por pedir un deseo y vender su alma y mas, y bueno...  Asi quedaron las cosas.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).