Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Para no caer en tentación por Silence Tsepesh de Lenfet

[Reviews - 54]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bueno, bueno... esto no es tanto un extra, mas bien es algo asi como el verdadero final... uno que creo que a muchos les va a gustar ^^. Algo cortito, pero significativo.


Muchas gracias a los que comentaron, no respondi los comentarios pronto por que queria subir este capitulo antes de hacer spoiler sin querer :p

O de pena nadie murió

 

 

El despertador suena con una melodía que he empezado a odiar. Siento que no he dormido más que unos minutos…oh, espera, no es la alarma.

— ¿Si?

ah, Eizam… ¿Estabas durmiendo?

— ya no ¿Qué quieres Clyne?

— solo quería confirmar que recordabas que nos veremos hoy…

— ¡Nunca olvido una reunión! Ah, por dios déjame dormir— refunfuño. Anoche hice el turno nocturno en el trabajo, así que estoy muriéndome de sueño. Sí, ahora tengo un trabajo.

Han pasado ya tres años y medio desde que termine invocando un demonio accidentalmente cuando mi amigo Luke me puso de castigo por perder en el póker leer un libro de invocaciones en un cementerio.

Muchas cosas han cambiado desde entonces,  me mude de la casa donde vivía cuando termine mis estudios, y después de pasar un tiempo en casa de mis padres, hace cuatro meses me instale en Londres cuando conseguí trabajo. Todo ha ido excelentemente bien desde entonces.   Suspiro, sentándome en la cama del pequeño departamento que rento y miro por la única ventana que tiene. El departamento está en un tercer piso, así que la vista no es muy bonita, pues hay muchos edificios alrededor. 

Ahora trabajo en un laboratorio farmacéutico, y aunque no hago precisamente lo que quiero me gusta pensar que por algo se inicia, me gusta mucho tener ese trabajo porque no cualquiera puede tenerlo.  Clyne y yo nos hicimos buenos amigos después de todo, y como no si siguió yendo a casa cada que podía, e incluso al final se tomo un año para estudiar no se qué cosa y rento el cuarto que quedaba disponible. Claro que no logro engañarme y sé que en realidad hizo todo eso por estar más tiempo con Neil. Neil y yo seguimos siendo amigos, aunque nos vemos poco debido a que está en su último año de derecho.

Si, las cosas han cambiado mucho desde entonces, aparte de todo eso, hay cosas menos imperceptibles, como el hecho de que ahora escucho rock pesado, y trato de comprar ropa que haga juego con mis lentes.

— ah, es tarde…—  murmuro, viendo la hora. Londres está nublado hoy, me gustan los días nublados aunque no si termino con los zapatos y los calcetines mojados. Esta tarde me veré con Clyne en un pequeño local al que solemos frecuentar cuando nos ver para ponernos al día.  Clyne se convirtió en la mejor fuente de información que tengo para saber sobre Deccal, pero no hay noticias de él y Clyne dice que eso es algo bueno, que significa que no se ha metido en problemas con los exorcistas. Yo no sé si es bueno o malo no saber nada sobre él.

Este tiempo he obedecido sus últimas palabras,  no me enfrascase en buscarle. He dejado de pensar siempre en él y ahora solo de vez en cuando me pregunto si ya es humano, donde estará. Tampoco he salido con muchas personas, aún sigo siendo bastante tímido con las personas que conozco, así que eso me hace muy difícil intentar algo más que una salida a comer o un café en algún lugar del centro.  Mi rutina es relativamente tranquila, trabajo, casa y salidas ocasionales con algún amigo.  Mi trabajo no es muy difícil, y más que nada consiste en tomar registros y ayudar a los jefes en sus investigaciones. Nada mal para todo el drama que fue mi vida hace un tiempo, por fin vuelve a ser tan tranquila como siempre debió haber sido.

 

 

— Eizam, llegas tarde.

— lo siento. Trabajo, ya sabes cómo es esto— Clyne está sentado en una mesa,  vestido con ropas más normales que las que acostumbraba usar, hoy no trae su espada y tiene un aspecto tan normal en el lugar…

— ah, sí. ¿Pedirás algo?

— solo un café… ¿Qué…? ¿Qué te paso?

— Neil quería ir a la playa, y bueno…

— Eres muy idiota— digo riendo. Antes, con mi llegada y todo, no había visto la piel de Clyne, enrojecida como si hubiera estado por horas en una cama de bronceado nivel rostizado.

— no seas cruel.

— pero si sabes que no puedes estar en el sol.

— ¡Pero Neil quería ir a la playa!—  que gracioso, y que envidia me dan estos dos. Ellos nunca cambiaron, siguen saliendo y Clyne sigue esforzándose por los dos en esa rara relación que tienen y que nunca entendí del todo— te comportas como mis hermanos— refunfuña— también se molestaron un poco.

— pues claro.

— y eso que Neil les encanta. Tengo que estar alerta para que no me lo quiten—  cada que hablo con Clyne rio mucho por las tonterías que dice.

— ¿y Neil?

— no vendrá, tiene su  examen de titulación mañana y dijo que no quería distracciones…

— te corrió.

— No seas tan cruel—  y así, conversaciones  de este tipo nos toman varias horas, horas en las que puedo seguir normalmente con mi vida.

— por cierto ¿Sabes algo de…?

— nada, no te preocupes por eso.

— No has pedido alcohol— señalo cuando veo solo bebidas sin alcohol en su lado de la mesa.

— quiero ir a ver a Neil mañana en su examen, es importante… por cierto tengo que irme pronto— señala. Ah, pero que envidia me da. Clyne es tan feliz… no, no debo pensar en eso.

— está bien… yo también debería irme ya— digo, suspirando y levantándome. Clyne también se ha levantado. En la calle, a pesar de que esta nublado hay mucha luz que logra pasar por las nubes ahora no tan densas.

— ¿Nos vemos la semana que viene? Tengo que ir de misión esta semana… ah, odio dejar a Neil— se queja. Yo solo suelto una risa, despidiéndome de Clyne.  Mi nuevo departamento no queda muy lejos de este lugar, pero si de mi trabajo, así que decido caminar. Hace tempo que quiero comprarme un auto, ah, pero parece que ninguno me convence.

Si, ahora esta es mi vida, una vida normal en donde no pasan mas cosas raras. No comencé a ir a la iglesia después, ni comencé a pasar mas tiempo con mi familia, incluso creo que me distancie un poco mas, pues cada que voy a casa los recuerdos me llegan con mas intensidad y entonces dejo de disfrutar la reunión.  He dejado de pensar que eso fue algo injusto, solo fue algo que tenia que pasar, el precio por tal deseo.

Suspiro,  frotando mis manos en busca de algo de calor, en pleno invierno pasear por las calles sin abrigos es una locura, y yo olvide mis guantes el día de hoy.   

— Estupendo— susurro, dando vuelta en una calle, justo antes de golpear con algo que me hace retroceder y caer ridículamente al suelo.  

— ah, ¡Lo siento, lo siento!— la voz suena alarmada, y solo puedo ver un borrón porque mis lentes se han caído  en algún lado— ¿estás  bien?— arg, la calle está sucia y algo mojada. No quiero parecer grosero con esa persona porque yo tampoco iba prestando atención, pero es inevitable que no me ponga de mal humor.

— Si… creo— susurro esto último, tratando de buscar mis lentes en el suelo, ensuciándome más si es posible.

— ah, aquí, toma. Lo lamento, iba distraído— me dice, con un tono entre divertido y avergonzado. Veo que me extiende algo, y como lo único que puede darme son mis lentes, los tomo, levantándome al fin del suelo.

— No te preocupes, estoy bien— digo, mientras limpio los lentes con mi abrigo.

— oye… ¿te conozco? Me pareces familiar…—  su tono se vuelve curioso, sin perder esa nota de diversión en su voz.

— ¿…?—  y por primera vez le veo, y tardo un rato en procesar lo que veo. Alto, delgaducho, con un lacio cabello oscuro… ¿eh?... ¿eh?  Mis manos comienzan a temblar, mientras mi corazón late dolorosamente. ¿Qué demonios…?

— Hey ¿Qué pasa?— sus ojos grises me miran con preocupación y luego voltean a ver a todos lados, no se si en busca de ayuda o si pensando en irse y dejarme ahí— ¿te has golpeado la cabeza? ¿Necesitas un médico o algo?

— Es-estoy bien.

— Chico, parece que has visto un fantasma— dice, sonriéndome. No, no he visto un fantasma, pero casi— ¿estás seguro que estas bien?

— sí, si… necesito sentarme— murmuro, todo me da vueltas, y el piso a comenzado a moverse de una forma desagradable, o quizá no sea el piso.

— ah, por aquí…— su mano me toma la muñeca y me dejo guiar hasta la calle de enfrente, donde hay una banca fuera de un local cerrado—  ¿Estas mejor?— no, no estoy mejor. Los tonos y las expresiones me confunden, y no puedo dejar de verle.

— un poco…— pero tengo que inclinarme sobre mis rodillas y comenzar a respirar profundo para calmarme. Una risa escapa de mí, una risa nerviosa. Es tan… ridículo que no puedo creerlo.  

— lamento haberte tirado… soy Derik— me dice. Me enderezo… ¿Qué debo hacer? ¿Qué? Él me esta extendiendo la mano, sonriéndome. Una sonrisa tan… normal.

— Eizam…— susurro, tomando su mano, cálida contra mi mano helada. También le sonrió, pero es inevitable que mis ojos se llenen de lágrimas.

— Oh, dios ¿ahora qué?— su comentario, casi en un toque de pánico, me hace reír. Reír y llorar al mismo tiempo.

— lo siento. Me recuerdas a una persona que conocí— sí, no me quedan dudas. Aunque él no lo recuerde, se que es él. El nombre, la apariencia… incluso trae una chaqueta muy similar a las que recuerdo. Verle poner más expresiones que esa sonrisa burlesca y las falsas y exageradas que solía usar para todo, es algo que me hace difícil unir a este Derik con el Derik de mis recuerdos.

— ah, ya veo. Estaba pensando que era algo extraño.

— hey…

— lo siento, no quiero ser descortés, pero llegue ayer y siento algo de añoranza por mi antigua casa, así que espero que no te incomode que te haya hablado solo así.

—Ah, ya veo… ¿de dónde vienes?

— New york… Londres es muy frio… y mojado, odio la sensación de la ropa mojada en mi piel, por no decir que mi ropa se arruina— suelto una risa, todo esto parece como un sueño o algo así— ¿Vives por aquí?

— si, a unas calles.

— oh menos mal… aun no se si estas bien, y me da algo de pendiente dejarte marchar solo así…

— descuida, puedo llegar a mi casa por mi cuenta. Estoy bien— sí, ahora lo estoy. Cumplieron su promesa, Deccal es ahora un humano… y tal parece que conservo su sentido de la ironía hasta el último momento. Ahogo una risa con mi mano ante ese último pensamiento. A pesar de que ya me había resignado a no saber nada de él, encontrarme con esto es un gran alivio.

— ¿Seguro?

— si… tengo que marcharme, gracias por preocuparte—  digo, levantándome.  No es que quiera irme, lo que creía que había dejado de sentir por él regresa poco a poco, pero no es lo mismo. Soy bastante tímido como para iniciar algo con él, porque para él no soy más que un desconocido, y tengo miedo de decir algo que le haga alejarse de mí.  No podría atarle de nuevo a mí.

— ¡Oye, espera…! También se te cayó esto— me dice, dándome mi celular.

— ah, gracias.

— si… también tengo que irme. La mudanza, ya sabes… adiós— me dice, antes de darse la vuelta y marcharse corriendo en dirección contraria.  Yo suspiro, sonriendo. Está bien, estoy bien con esto. Supongo que “los de arriba” lo dispusieron así.  Mientras subo las escaleras para llegar a mi departamento, mi teléfono suena en el bolsillo con la melodía de mensajes.  Ya en mi departamento, lo reviso. El remitente es un número que no conozco.

<<Lamento haberte tirado en la calle, pero no lamento haber tomado tu número sin permiso. Espero que nos volvamos a ver un día de estos que tengas tiempo. Fue un placer conocerte.

Derik. >>

Ahora todo depende del destino… suelto una risa, dejándome caer en el sofá. Si, parece que ahora podremos tener la oportunidad que no tuvimos antes.

 

Notas finales:

Bueno, espero que les gustara, ahora si es tiempo de despedir esta historia, y les espero en Cuando decir "Te quiero" no es posible. Gracias por acompañarme con estas locuras mias, esperen mucho mas de mi pronto ;)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).