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Para no caer en tentación por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

Hola de nuevo por aca.

Espero que les este gustando esta nueva historia, porque para mi es bastante entretenido escribirle XD Aunque espero que nadie viera mi historial para escribir...

O La crisis alcanzo al infierno.


 


Otro día mas en el infierno… arg, este lugar es claramente el mismísimo infierno… y no lo digo literal, o sea si eres un demonio, como yo, lo más seguro es que vivas en el infierno. ¿Quién quiere pasar toda su vida recolectando almas de míseros humanos? Esto era divertido hace algunos siglos, ahora ya no lo es.


— Quiero otro trabajo…- murmuro, dejándome caer en la mesa que está delante de mí— ¡esto es un asco!


— ¿De nuevo despotricando contra tu trabajo, Deccal?- solo resoplo, sin responder— al menos ten la cortesía de responder.


— somos demonios, no hay cortesía, Unsere— Unsere es una de las demonio que está en el mismo trabajo que yo. Alta, delgada y con cuerpo que cualquier hombre desearía y las mujeres envidiarían, sumado a su largo, rubio y lacio cabello. Solo sus ojos, completamente negros como los de los extraterrestres rompen su belleza.


— pero tienes razón en todo, joder. Este trabajo apesta... Pediré mi traslado a otra división.


— Suerte con eso, mi traslado tiene dos siglos y aun no tengo respuesta— respondo, sin moverme.


— hemos caído en desgracia… ¿Y qué es eso que llevas?


— ¿ah? ¿De qué me estás hablando?


— ¿Por qué tu cabello es rosa? ¿Qué pasa con esa ropa?


— la prefiero a la ropa fea que nos  quieren obligan a usar. Además, el rosa queda bien con la ropa—  digo, levantándome y mostrándole mi nuevo atuendo— lo encontré el otro día que vagaba en la tierra.


— Ridículo.


— Querida, que tu no tengas sentido de la moda no quiere decir que los demás tampoco— le respondo, volviéndome a sentar. No hay nadie más en donde estamos, una especie de oficina oscura con la paredes color gris, con dos mesas y varios sillones viejos. Una pantalla enfrente muestra el numero 299. La explicación a eso es muy sencilla: Tanto Unsere como yo y otro puñado de demonios medio mediocres, nos hacemos cargo de las invocaciones. El infierno es un lugar muy ocupado, y por lo tanto para hacer más eficaz su funcionamiento a todos nos han asignado a un área en específico.


— ¿y los demás?-


— Perdiendo el tiempo en la tierra, por si no lo has notado esto esta más abandonado que el polo norte. 


— al polo norte te van a mandar si no dejar de quejarte y te pones a trabajar.


— el problema es que no hay trabajo. Ve— señalo la pantalla con el 299— son las veces que han invocado a alguien en todo el año.


— ah, sí. Las cosas van muy mal para nosotros— ella se encarga mas de las invocaciones por brujería— hay muchas charlatanas hoy en día, ya no invocan al señor Lucifer.


— y yo ni siquiera he ido a una invocación, siempre me ganan… esto debe ser obra de allá arriba.


— Yo creo que es mas culpa de Hollywood y sus películas. Cualquiera pensaría que pasaría lo contrario…


— supongo… Arg ¡quiero ir a la división de íncubos y súcubos!, al menos ellos si se divierten.


— estas pidiendo demasiado, todos quieren ir a la división de íncubos y súcubos— dice, y su risa desagradable llena el silencio de la sala.


— me conformaría con la de pecados— digo, dejando caer la cabeza de nuevo en la mesa— ¡este maldito lugar apesta!- grito, golpeado con el puño la mesa.  Mi trabajo es aburrido, ser un demonio ya no es divertido si no sales del infierno a atormentar humanos y eso tampoco es tan emocionante como parece.


— Deccal…


— es la verdad, detesto hacer esto ¿Por qué tenemos que seguir aquí? Tampoco hacen falta tantos demonios, ni que fuéramos oficina de gobierno. Y ni siquiera tenemos oportunidad de quejarnos o algo. Me conformaría con un buzón de quejas.


— ah, supongo…


— y somos los únicos que trabajamos sin descanso, bueno la verdad ni hacemos nada pero me refiero a que este lugar no necesita tanto trabajo. Te apuesto a que los ángeles ni se molestan por trabajar.


— daa, por algo es el paraíso. Tanto tinte te afecto la cabeza.


— voy a renunciar, lo juro, un día de estos iré con lord Astaroth y le diré…


— ¿sí? ¿Qué es lo que me dirás? — mierda….


— ¡Lord Astaroth! — Unsere se pone de pie, mientras yo pego un brinco nada elegante para pararme. Una cosa es quejarme a solas o con algún otro demonio que no sea chismoso, y otra muy distinta tener al principal causante de mis pesares.  Lord Astaroth es un demonio muy alto, de piel muy blanca y el cabello rubio tan rubio que casi parece blanco, además de tenerlo tan largo y lacio que parece falso. Anteriormente fue un ángel, por eso el muy maldito no parece un vil demonio. Siempre tiene un porte elegante y tranquilo, con sus alas emplumadas de color humo, ni siquiera son  negras como las mías o las de cualquier otro demonio. El nunca de los nunca jamás luce sus cuernos.


— ¿Querías decirme algo, Deccal?- sus ojos color azul me miran con reproche. Tsk, qué más da, total más bajo no puedo caer.


— pues, sí. La verdad es que sí— respondo, mirándole a la cara— ¿Qué paso con mi traslado?


— aún está siendo analizado


— no me jodas ¡has dicho lo mismo trecientos años!- golpeo de nuevo la mesa. Unsere se sienta, mirándonos con diversión. Cualquier pleito acá abajo siempre es entretenido y un motivo para hablar por décadas.


— Las cosas son más complicadas de lo que parecen— olvido mencionar que este insoportable sujeto es el contador del infierno. Toda la información pasa por sus manos.


— pero este lugar es una basura, está bien que estemos en el jodido infierno pero no es para tanto. Estos sofás son del siglo pasado, y sé que en los otros departamentos tienen televisión de paga.


— Deccal…- me dice, con voz suave. En otro momento, eso sería un indicador de que cierre mi boca pero ahora solo quiero desquítame con alguien por tanta mierda.


— además han pasado meses desde la última vez que alguien hizo una invocación. Si quiere que las cosas estén mejor aquí, al menos obliga a pecados o a tentaciones a que hagan bien su trabajo, de no ser por ellos más personas estarían ahora mismo invocando demonios y tendríamos trabajo como en la edad media.


— Deccal, ¿puedes…?


— esto es una revenda mierda…


— ¡Basta!-  la tierra bajo de mi tiembla, y termino cayendo al sofá. Unsere también se ha encogido en su lugar. Lord Astaroth molesto siempre son malas noticias para la desdichada víctima de su furia— ¿¡crees que puedes solo soltar todas ese palabrerío así sin más!?


— si…


— Tú, miserable, inútil y mediocre demonio ¡No eres el único que tiene problemas!- gruñe, acercando su rostro furioso al mío— ¿tienes idea de lo difícil que es conseguir almas humanas hoy en día?


— no debe ser tan difícil.


—  los humanos ya no creen en nada. El único departamento que genera ganancias todavía es íncubos y súcubos, y está saturado hasta el tope— malditos suertudos, como si tener sexo todo el maldito día fuera tan complicado— desastres está trabajando horas extra, y pecados está lidiando con que los humanos se arrepienten antes de morir, ¡estamos perdiendo almas!


— entonces haz trabajar a tentaciones.


— tentaciones está en pelea con los ángeles. Cada vez hay más humanos que los escuchan, lo mismo que pecados.


— Transfiéreme entonces a otra área.


— No, tú te quedas aquí.


— ¡Pero no hay nada que hacer aquí!- 


— Escucha…- me dice, sujetándome de la chaqueta— ¿olvidaste la última vez que estuviste en desastres?


— ¡Pero hundir el Titanic si fue un desastre!


— ¡Pero lo hubieras hecho después de que el señor lucifer viajara en él! por tu culpa no pudo subir al Titanic, y hasta el cielo sabe que emocionado estaba por eso… ¿y qué me dices cuando estuviste en tentaciones?


— emm... mejor no hablemos de eso…


—  ¿y aun así quieres ir Íncubos y súcubos?


— ¿solo te concentras en lo malo? Por lucifer… estoy seguro que haría un buen trabajo en íncubos y súcubos— murmuro. Lord Astaroth siempre tan practico.


— No pienso arriesgar un departamento que trabaja bien.


— ¡pero este lugar es asqueroso!


— Escúchame bien, demonio de pacotilla, este es el único trabajo en el que no has hecho un completo desastre, ¡y eso que se supone que todo aquí funciona con desastres! No solo eso, también estas con esas fachas ¿Qué se supone que eres?


— Es la última moda.


— si tienes tiempo para eso, debes poder traer al menos un alma al infierno. Hay escases de almas y seguimos en picada. Tus ropas no ayudaran a hacer mejor tu trabajo…


— ¿nunca ha escuchado que el diablo viste a la moda?


— ¡BASTA! me has hecho perder la paciencia…— el sonido de una campana interrumpe las palabras de lord Astaroth. Aún está sujetándome de la chaqueta, con la cara muy cerca de mí, aun así no  me va a intimidar o al menos no lo demostrare. El sonido de la campana nos hace girar la cabeza hacia la pantalla, donde ahora se puede ver un 300 en letras rojas— ah…


— Tsk…— eso solo significa que alguien ha iniciado una invocación en algún lugar del mundo. 


— escúchame bien, Deccal. Si no me traes esa alma, pasaras el resto de tu existencia en la bodega archivando los informes de los últimos tres siglos.


— ¡pero nadie ocupa eso! ¿Por qué conservar algo tan viejo? — lord Astaroth se lleva la mano la cara, sobándose las cienes. 


— si no tengo esa alma, ese será tu nuevo trabajo. ¿Nos entendemos? — dice, sonriendo amablemente. Su cambio de humor me da escalofríos.


— Si.


— menos mal. Deberías apresurarte entonces— dice, soltándome y alisando su larga túnica blanca. Ahora de nuevo parece tranquilo— no te atrevas a volver sin un alma.


— Como digas…— le digo, haciendo un gesto despectivo con la mano. Lord Astaroth suspira, y da la vuelta, negando con la cabeza mientras camina a la salida y murmura.


— ah, esto nunca pasaba en el cielo. Algún día, algún día volveré… estos demonios son tan mediocres ¿Qué hice para merecer esto? ah, claro ya recuerdo…—  la puerta se cierra, dejándome ahí con Unsere y con un humor de perros.


— ¿y… que harás?- el tono de Unsere es de burla total. Claro, ahora que no está lord Astaroth se va a reír de mí la muy desgraciada.


— ¿Cómo que qué hare? Pues tirarle esa maldita alma a la cara a lord Astaroth— aunque solo estoy siendo fanfarrón, jamás le tiraría nada a lord Astaroth a menos que quiera desaparecer de la manera más lenta y dolorosa posible.


—  Claro… bueno, al menos tendrás que hacer ¿no te quejabas hace un momento de que no había nada de trabajo? Ahora allí lo tienes.


— que gracioso. De no ser por lo que me acaba de decir lord Astaroth ahora mismo estaría dejándote eso a ti—  Unsere ríe de nuevo, con ganas y me dan muchas ganas de darle un golpe en la cara para que se calle.


— vamos, que no te afecte lo que dijo… ¿Qué tan difícil es traerle esa alma?


— para empezar, no le traeré esa alma… digo, iré a que me la venda, no se lo puedo quitar así no mas, el infierno seria mas feliz si eso se pudiera.


— Deccal, estamos hablando del infierno, no se supone que sea feliz. Y bueno, si no quieres pasar el resto de tu existencia organizando papeles desde el siglo I, te sugiero que comiences a irte.


— No me lo tienes que repetir— ah, estúpido lord Astaroth. De no ser un regente del infierno…. Me levanto, caminando hasta la pared donde esta la pantalla. Debajo hay una rendija de donde ha salido una hoja de papel— Y el afortunado numero 300 es…—  digo con desgano tomando la hoja de papel con los datos de la persona que esta invocando— Uh… Inglaterra…


— ¿Su nombre es Inglaterra?


— no, so tonta. Parece que iré a Inglaterra de nuevo. Tengo mucho tiempo que no voy por allá—digo. Ah, salir de este mugriento y deplorable lugar será algo bueno.


— suerte con eso. Y no lo arruines esta vez o lord Astaroth de pateara el trasero.


— tsk, solo haces que me deprima mas. Me largo—  uh ¿con que Londres eh? El infierno no es un lugar acogedor, no se supone que lo sea pero cualquier humano común pensaría que para un demonio es un lugar perfecto ¡¿Quién en su sano juicio querría vivir en el infierno?! Odio el infiero, odio mi trabajo, odio ser lo que soy. ¿Cómo se supone que tengo que pasar el resto de mi existencia de esta manera? Es tan deprimente que solo pensarlo me deprime más.


Inglaterra es un buen lugar, pase mucho tiempo acá cuando este lugar aun era la sede de la brujería y conjuros satánicos. Lord Astaroth tiene  razón en lo de que los humanos cada vez hacen menos invocaciones, aunque no es algo que me moleste. Detesto seguir órdenes, y siendo un demonio de rango bajo solo tengo que obedecer, obedecer y obedecer.  Estoy harto de eso, de todo. Suspiro, suspendido  en el cielo en medio de Londres. ¿A dónde tenia que ir? Como sea, Londres es ahora también mucho más deprimente que antes, con este clima nublado.    ¿Quién es el desventurado que me ha invocado?  Saco el papel de nuevo. Eizam Quiin.


— Aquí vamos…— suelto el papel, que sale  volando. El papel se dirige hacia Eizam Quiin, solo tengo que seguirlo. El papel va mucho más allá de Londres, y finalmente se termina deteniendo. ¿De verdad es un cementerio? —  estos humanos, nunca aprenden— murmuro.


Eizam Quiin es un chico, un humano bastante enclenque, con un asco de ropa y el cabello en un corte horrible, estoy convencido de que se vería mejor si lo cortara. Uh, parece que tiene actitud este chaval para venir a un cementerio a hacer una invocación, eso o esta demente. Quizá se equivoco de conjuro y solo quería hacer zombis.  Ah, ¿Qué tan gracioso seria levantar a los muertos de allí? Suelto una risa, pensando en como saldrían huyendo esos humanos de ahí… solo con un movimiento de mi mano y comenzara la diversión…


¡No, no, no! Rayos, maldito sea ese estúpido lord Astaroth y su amenaza. De seguro no tomara nada bien que termine desatando un apocalipsis zombi, dirá algo como “¿y ahora de donde sacaremos humanos?” Resoplo, fastidiado.  Por este tipo de idioteces es que tengo este  mísero trabajo… pero vamos que uno se aburre de siempre lo mismo.


El chico, Eizam, está delante de un ridículo altar intento de satanista. Un montón de personas andan a los alrededores, de seguro es otra broma o perdió algún reto y está siendo castigado… los humanos son tan inconscientes, pero en serio ¿era necesario venir al cementerio? Detesto la tierra, en especial si tiene cadáver.  Las palabras del chico se elevan hacia mí, condenándose. 


Salve Satán, salve Lucifer, salve Belial, salve Leviatán, salve todos los espíritus con nombre o sin nombre de las Profundidades del Abismo que ahora están conmigo…


Así será….


IN NOMINE DEI NOSTRI SATANAS LUCIFERI EXCELSI


 


Incauto humano, estas a punto de saber que con estas cosas no se juega. No tengo ganas de aparecerme ahí, ahora sé dónde vive este chico.   La casa donde vive es antigua, y todo esta horrible, pero bueno… ahora que tengo el alma de ese chico, solo es cuestión de un rato para que regrese y pueda cerrarle la boca a lord Astaroth.


La habitación de es grande, y tiene incluso su propia televisión. Espero que los dueños de este lugar cobren lo justo por vivir en este aquí. Si, ahora puedo saber casi todo de ese humano, con un contrato casi a medio cerrar solo queda esperar a ver qué cosa va a pedir.  No me gustan las cosas convencionales, así que aparecer en su casa y todo esto es solo parte de mi manera de hacer las cosas, de romper con lo que me dicen que haga... además, me encanta ver la expresión de los humanos cuando me ven… justo como ahora.  


— ¿ah?..— el humano se balancea un poco antes de caer al suelo, y yo suelto una carcajada deteniendo la música.  Es el primer humano que se desmaya cuando me ve, y eso que no luzco muy demoniaco que digamos.


 — ah… por Lucifer…—  me seco las lágrimas, levantándome para ver al inconsciente humano. Lo único pasable de él son su gafas, se ve bastante lindo con ellas— ¿exagere con el verso? Naa—  Eizam… no parece más que un humano promedio. Ofréceles cualquier cosa y caen enseguida, después de todo ¿Qué es un alma a comparación de lo obtenido? Así que lo último que espero escuchar son esas palabras.


— Nada, no voy a vender mi alma—  a pesar del miedo que veo en sus ojos, también veo determinación. Este humano no venderá su alma tan fácil.  


¿Un chico con carácter? Me gusta… de hecho creo que quedarme aquí hasta hacerle caer será muy entretenido. Además, no es que como que pueda volver al infierno sin un alma, no soportare a lord Astaroth. ¿Quizá sea hora de hacer nuevas idioteces?  

Notas finales:

*errores en el texto son sin querer.

Ah, bueno, este capitulo... no tengo idea de donde salio XD, pero espero que les guste y se entienda un poco de lo que pasa del otro lado de la historia.

Pd: Incluso el infierno esta en recesion >.< 


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