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Para no caer en tentación por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

Otro capitulo más. Umm, bien... en el capitulo anterior olvide aclarar que no pienso meterme en ningun tema bastante religioso, y si bien, mencione una iglesia no especifico de cual, les dejo la libertad de elegir la de su eleccion. Igual si hay alguna duda pueden preguntarme, pues algunas cosas a lo mejor no las especifico mucho, ya sea por olvido o porque mas adelante tendra relevancia XD. Nada aqui es como deberia ser :P.


Muchas gracias a los que me siguen ^^, y a las personas que comentan muchas mas gracias, me encanta saber sus opiniones de mis historias ^^

O Como sacar de quicio a un humano


 


Cuando un humano al que estoy a punto de quitarle el alma entra a una iglesia, usualmente significan malas noticias. No se necesita ser inteligente para saber qué es lo que viene después de eso… y tengo que hacer algo, no puedo solo volver al infierno.   Necesito otro plan…


Es casi media noche cuando Unsere por fin aparece en el lugar al que la he llamado.


—  ¿ahora que estas tramando?  


—  cosas que no te interesan… ¿Cómo anda todo allá abajo?


—  normal, sigue siendo un asco. Lord Astaroth está algo dudoso con tu mensaje.


—  bueno, pues aun no resuelvo nada. ¿Puedes ver si mi humano de casualidad llamo a un exorcista?


—  ¿Es en serio?—  Unsere reprime una risa, que acalla cuando me ve serio—  a lord Astaroth no le hará gracia.


—  ya se. El humano se niega a vender y me sale con esto… pero tengo un plan.


— Bien, espera un momento…—  una de las cosas buenas de Unsere, es que puede ver el pasado, quizá no sea muy útil normalmente, pero ahora para mi suerte sus poderes me son muy útiles—  Si, dejo una nota en ese lugar y el párroco la recibió esta mañana e hizo algunas llamadas.


—  tsk, me lo temía—  tengo que pensar rápido—  no le digas a lord Astaroth, tengo una idea.


—  ¿ah sí?


—  sí,  ahora me voy. Tengo que hacer cosas—  extiendo mis alas, dejando a Unsere en el lugar.  Si Eizam ya llamo a un exorcista las cosas se pueden poner feas para mí. Lord Astaroth lo usara de pretexto diciendo que hice algo mal.  Umm, claro eso solo si vuelvo al infierno…  sonrió, esperando a que llegue el amanecer, y cuando este llega yo estoy listo para ponerme en marcha.


—  ¿no vas a despertar?—  la alarma de Eizam suena, pero él no parece querer despertar, así que le toco la mejilla, y el muy idiota me lanza un puñetazo directo a la nariz que me hace casi caer hacia atrás—  ¿¡Carajo, otra vez?!—  exclamo, sobándome el área adolorida. Que sea un demonio no significa que no me duela cuando tengo forma sólida, pero si hay algo más doloroso que los golpes que da este insignificante humano, es el agua bendita.


—  Aléjate, aléjate—  como la que está regando en estos momentos. Es como acido en mi piel a diferencia que solo arde y no deshace lo que toca.


—  ¡Por Lucifer! ¡Arde, arde!—  el ardor es tal que solo puedo revolcarme en el suelo tratando de quitar el agua de mi piel—  ¿en qué carajos piensas?—  le encaro,  molesto ¿Quién se cree para hacer eso? me las pagara muy caro…


—   En alejarte de mí. 


—  tsk, esa maldita agua… ¿Tienes idea de lo doloso que es?—  suelto, aun sin creer que en verdad me haya casi bañado con agua bendita. De no ser porque aún tengo un plan, creo que no me molestaría matarle.


—  es culpa tuya por hacer cosas que no debes.


—  ¡Solo vine a despertarte! Y hasta donde se eso no es un pecado aun—  gruño, dándome la vuelta.


—  uh… ¿lo siento?..—  ¿lo siento? Pff  como si eso solucionara lo que me dolió.


—  ¿Quiin? ¿Todo bien? Se le hace tarde para salir.  


—  Tengo más de esa agua.


—  ¿Estás amenazándome?—  pregunto, arqueando una ceja. ¿Un humano amenazándome? ¿Qué falta? ¿Lord Astaroth cantando con vestido? Eizam se larga sin decirme nada más. Como no tengo nada más que hacer, me dedico a seguirlo hasta la escuela, ¿o es universidad? El lugar es muy aburrido, y tal y como imagine Eizam es tan popular como un zorrillo. Las personas apenas y le dirigen la palabra ¿y en serio no quiere pedir nada?


Han pasado ya casi dos horas, y nada emocionante ha pasado, así que mejor me voy a dar una vuelta. No hay muchos alumnos que destaquen aquí ¿Qué lugar es este? Pff, mejor regreso con Eizam. Él ya no está en el salón, pero no me cuesta trabajo encontrarle en el patio hablando con otro chico y antes de que pueda acercarme veo como le empuja para que hable con una chica que anda caminado.


—  Ho-hola…—  cuando me acerco es lo primero que escucho. Eizam parece mucho más tímido y lerdo que de costumbre. Debe ser la chica que le gusta, porque le vi hablar con otras como si nada. Uh… ¿me pregunto qué pasaría si yo…?


—  ¿tienes clase o descanso?


—  bueno, ahora mismo no tengo clases…


—  ¿Por qué te comportas tan raro?—  ¡Satán! Tenía que hacerlo. La expresión que pone cuando me hago visible vale oro.  Y esto todavía no termina.


—  ¿Eizam? ¿Pasa algo?


—  ¡ah!, claro… debe gustarte esta chica ¿no? ¿Por eso estabas tan molesto la otra noche?  


—  Sharon lo siento, ahora tengo algo que hacer…—  Eizam sale corriendo con la cara colorada, le sigo riendo de lo lindo—  ¿Qué estás haciendo aquí?


—  seguirte, obvio. Este lugar es genial, debo admitirlo.


—  no puedes solo venir y hablarme de la nada.  Los demás pensaran que estoy demente.


 —  ese no es problema mío. Solo tienes que pedirme que me vaya, o algo más.  


—  no voy a pedir nada… es más,  pronto te irás sin que pida nada. He pedido que te exorcicen.


—  espera, ¿Qué?—  finjo incredulidad, pues eso ya lo sabía, pero tengo que fingir si quiero que mi plan resulte. 


—  eso mismo. Un sacerdote ira a obligarte a marcharte—  ah, tonto humano, luces tan confiado y valiente ahora que piensas eso. De seguro no sabes que no todos los sacerdotes hacen exorcismos, y que pueden pasar días hasta que llegue el enviado.


—  No, no, no… ¡no puedes hacer eso!—   no tengo que fingir mucha desesperación, porque en si de verdad estoy desesperado por hacer esto.  


—  puedo…


—  Tú no entiendes… ah—  Es hora del show. Agacho la cabeza, usando un tono triste—  esta era mi oportunidad. Lord Astaroth no estará contento.   


—  ¿Quién es lord Astaroth?—  ah, supongo que sí quiero que funcione tengo que revelar algunas cosas.


—  mi jefe, por llamarle de algún modo. En realidad es un pesado que no aguanta unas cuantas bromas. Tengo el peor trabajo de todo el maldito universo… miento, aun no lo tengo. Lo tendré en cuanto regrese— arg, que horror, de ninguna manera voy a volver al infierno. Me quedare aquí fingiendo que voy tras el alma de este humano, pero primero necesito que me crea.


—  pero, eres un demonio… esto deber ser… bueno para ti.


—  ¿bueno? El infierno es un asco. Odio que me digan que hacer, y ¿a ti te gustaría estar todo el tiempo en el infierno?  


—  eh… supongo que no…— bingo, estoy a diez segundos de lograrlo, lo sé por su cara de lastima.


—  claro que no. No me gusta, y hacer esto ya no es tan divertido, por eso lord Astaroth me dijo que era mi última oportunidad para hacer las cosas bien.


— …  


—  ¡Seré la burla del infierno!—  añado, dramatizando con exageración, pero Eizam me cree. Hay duda en su cara.


—  las cosas no pueden estar tan mal… en algún lugar debe haber alguien que si te venda su alma.


—  es el infierno, las cosas están mal. Seré el único demonio conocido que hará la limpieza del sótano. ¡Es una vergüenza demasiado grande!


—  uh… ¿lo siento?


—  Déjame quedarme—  aquí voy.


—  ¿Qué? Espera…


—  si no vuelvo al infierno no pasara nada de eso.  Déjame quedarme contigo.


—  no… tú quieres llevarte mi alma…


—  pero solo porque es mi trabajo. Vamos, no quiero volver al infierno, mi existencia será un infierno en el infierno ¿tienes idea de cómo es eso?


—  no.


—  por favor, Eizam…— Susurro, haciendo uso de mi última carta. Eizam me ve, con la expresión llena de duda y confusión. Reprimo una sonrisa, y en cambio pongo ojos de borrego a medio morir. Ya casi… ya casi…—  por favor—  las cejas alzadas de Eizam caen, y ¡Gane!


—  Pero tendrás que obedecer mis reglas—  ¿lo ven? Soy bueno manipulando. Ahora puedo quedarme acá cuando me dé la gana y decir que estoy en un pacto. No más infierno, no más trabajos, no más lord Astaroth.


—  ¡Yeii!—  ¡Victoria!


—  nada de llevarte mi alma  usando frases de doble sentido, no interpretaras mis peticiones de otra manera—  si, suponía que diría algo como eso por eso no me molesta aunque debo decir que no tengo porque obedecer del todo lo que me pide.


 —  ¡como órdenes! Pero me llevare tu alma si me lo pides expresamente.


—   bien. Y nada de acosarme todo el tiempo, ni aparecer en mi cama por las mañanas.


—  Ok—   ah, tan aburrido este humano. Eizam me dirige una mirada de duda, quizá mis últimos tonos no fueron muy convincentes—  me portare bien—   por supuesto que el bien es algo tan subjetivo y lo que yo tengo por bien es… bueno, ya lo verán.


—  más te vale, ahora vete que tengo que ir a clases.


—  ¿puedo ir también? Es muy aburrido estar en tu aburrida casa. Al menos aquí veré que hacer.


—  Solo no me distraigas—  me dice después de acomodarse sus gafas. Ah, nunca confíes en la palabra de un demonio ¿estará mal de la cabeza? Creo que tanto leer le ha afectado su juicio. Nunca he entendido el afán de los humanos por esforzarse tanto por algo que puede ser gratis o casi.


—  ¿Sabes que si me lo pides puedes ser la persona más inteligente del mundo sin haber leído ni estudiado nada?—  comento cuando casi ha entrado a uno de los salones.


—  eso no tendría sentido, ¿puedes hacer algo con las alas? Me distraes—  resoplo, ocultándolas. Eizam me ignora mientras habla con el chico del patio. Todos aquí son unos auténticos nerds, ¿existe el infierno en la tierra? Un aula de química se acerca bastante. Y así, sentado en una banca al fondo del salón, comienza una aun más aburrida clase de enlaces y equivalencias.


Arg, creo que prefiero los discursos del buen trabajo de lord Astaroth en lugar de esto.


—  ¿Y haces esto a diario? En serio, chico si solo lo pidieras no tendrías que vivir mas esta tortura—  Eizam me ignora, atento en copiar lo que está escrito en la pizarra. No hay más ruido que el de los nerd escribiendo—  esto es tan aburrido—  como Eizam me sigue ignorando me dedico a hacer algunas maldades, como que la tinta del bolígrafo que muerde una de las chicas se corra, llenando su boca de tinta azul, o que las cosas se les caigan ruidosamente a algunos. Otras veces susurro canciones tontas en sus oídos, o murmuro cosas sin sentido, distrayendo sus mentes o ínsito a garabatear tonterías en las hojas.


—  disculpe… saldré un momento—  la voz de Eizam me hace girar, y lo sigo fuera del aula cuando me dirige una mirada molesta—  ¿Qué estás haciendo?


—  nada… dijiste que no te molestara, y no te estoy molestando—  sonrió burlescamente ante su cara.


—  me estas distrayendo con tantas tonterías—  murmura. Aww que lindo, parece un gatito enojado. Será bastante entretenido tentarle hasta hacerle caer. Porque si, que me quede solo significa que no me iré hasta que tenga su alma o lord Astaroth se retracte.


—  bien, bien ya no lo hare


—  No lo hagas o vete—  regresamos al salón, donde regreso al fondo. No pasa mucho para que de nuevo me aburra. Otro profesor entra y comienza otra clase. ¿No es esa la chica que le gusta a Eizam?  Me levanto, acercándome a ella. En el patio no la vi bien, y ahora me paseo alrededor de su silla.    


—  ¿Qué es lo que le vez?—  ah, por el amor de Lucifer—  su cabello es horrible, y no tiene nada de gracia ¿vez? sus ojos son muy grandes—  sonrió al ver la cara roja de Eizam.  Sería tan encantador que me gritara en medio de la clase—  Ni siquiera tiene pechos ¿estás seguro que es una chica?   


—  ¡Basta!—  suelto una carcajada, tirándome al piso a reír. Me ahogo de la risa de solo ver a todo el salón mirando a Eizam como si fuera un extraterrestre.


—  ¿Tiene algún problema con mi clase, señor Quiin?


—  no… yo no…  


 —  Quizá le gustaría esperar afuera a que termine la clase—  Eizam cierra con fuerza sus cuadernos y los mete con rapidez en la mochila antes de salir del salón. Aun riendo y sujetándome las costillas, le sigo. 


—  eso fue lo más tonto que se te pudo ocurrir  


  —  ¡Cállate! Esto es tu culpa… yo… por tu culpa… nunca…—   mi risa de detiene cuando su voz se quiebra ¿Acaso va a llorar?


—  ¿Qué…?


—  ¡Nunca me han sacado de una clase!


—  ¡No te pongas llorar!


—  pero siempre he sido buen estudiante... esto es por tu culpa—  Rayos, es tan gracioso…. Pero también siento un poco, solo un poco de pena por la cara que está poniendo. Pena que se esfuma cuando un chorro de agua me da en la cara,  agua bendita en un rociador sacado de quien sabe dónde.


—  Maldición, Eizam—  gruño, mientras me froto por las paredes y sacudo mi ropa en un gesto desesperado.


—  Déjame en paz, no quiero verte—  me dice.


—  ah, como quieras—  me esfumo de ahí para aparecer en el patio. Estúpido humano y su aun más estúpida agua bendita. ¿Quién trae un rociador con agua bendita a clases? Este chico esta tan atrasado en todo que no sea estudiar. Debería divertirse más, como los otros estudiantes…ah…pero claro… Solo hay que mostrárselo.


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¿Mi suerte puede ser peor? A penas hace unas horas que acepte que se quedara y ya tengo más dolores de cabeza que nada. Viendo todo lo que hacía en clases no me sorprende que este castigado por lord quien sabe quién o qué le llamen la atención en el infierno.


—  ¿estás bien? ¿Qué fue eso del salón?


—  nada, solo vayamos a la siguiente y ya—  no quiero pensar en lo que paso en la clase, es muy vergonzoso y estoy muy molesto porque me haya hecho eso. Siempre le he dado mucha importancia a la escuela, siento que pudiera vender mi alma con tal de que el profesor olvidara lo que paso.


—  tranquilo, no es el fin del mundo. Para mañana el profesor lo habrá olvidado. Te pasare los apuntes y la tarea  


—  Gracias— el intento de Luke por hacerme sentir mejor funciona. Y si, supongo que exagere un poco con mi reacción, pero aun así debo ponerme firme con ese demonio, no puedo dejar que mi vida sea de este modo de ahora en adelante.  Cuando regreso al aula, lo primero que noto es que Deccal ya no está ahí. La clase inicia y por fin me puedo concentrar en lo que dice el maestro y no en lo que Deccal se la pasa hablando.   Nadie parece interesado en lo que paso en la clase anterior y eso termina por hacerme sentir mejor.


Cuando por fin terminan las clases, me dirijo junto con Luke a la salida. Es el cambio de profesor también para los que tienen clases todavía, así que hay muchos estudiantes en el patio y casi no se puede ver mucho.


—  ¿Qué es lo que está pasando allá?—  Luke señala un tumulto de personas aglomeradas en la calle.


—  No lo sé. Quizá alguien se peleo  o hubo un accidente. 


—  Vamos a ver—   apenas damos dos pasos hacia la calle cuando el grupo de gente se abre, dejando  una especie de pasillo. Al fondo, el carro más extravagante que he visto está estacionado justo en la entrada. De color negro metálico y llamas rojas recorriéndolo, incluso yo puedo saber que es muy caro—  no puede ser… ¡es un lamborghini diablo!—  yo no entiendo mucho de autos, pero Luke es un gran fanático y para que se impresione de esa manera debe ser algo muy raro.  


—  ¿Es raro?—  Luke ya no me responde, esta embobado viendo como la puerta se abre hacia arriba. Del auto, sale alguien, pero no le prestó mucha atención hasta que los murmullos inundan el patio. Cuando me vuelvo a fijar bien, un chico ha salido del auto y camina entre los estudiantes.  De estatura promedio, cabello oscuro, lacio y algo despeinado me resulta desconocido hasta que se acerca más y algo en sus ropas me parece familiar.  Pantalón negro, una camisa blanca con una calavera en el centro de color negro y una chaqueta de piel negra. Unos lentes de sol modernos cubren sus ojos, pero no es hasta que veo su sonrisa que caigo en cuenta de quién es—  pero que…  


—   Eizam—  dice, parándose frente a mí aun sonriendo. Baja un poco los lentes y puedo ver los ojos grises de Deccal. ¿En serio? mi  mente se niega a aceptar que este chico es el mismo demonio de cabello rosa que me ha estado atormentando los dos últimos días. 


—  tu… pero…—  balbuceo. Todos nos miran.


—  ¿Listo para ir a casa?— dice, pasándome un brazo por los hombros como si fuéramos grandes amigos.


—  eh…


—  ¿Quién es…?—  la voz de Luke suena incrédula a mi lado.


— oh, soy Derik, un gusto—  responde, sin mirarlo—  Eizam, tenemos que irnos—  dice, jugueteando con las llaves del auto. No me doy cuenta como soy guiado hasta el auto hasta que la puerta se cierra casi en mi nariz.


—  ¿Qué…? ¿Qué demonios es esto?


—  Te muestro todo lo que podrías tener—  me dice, sonriéndome. Se ha quitado los lentes y su rostro se parece más al que yo conozco.


—  ¿y este auto?


—  lo tome prestado… espero que el príncipe árabe de Dubái no lo eche de menos—  dice, encendiéndolo.


— Espera…—  ahogo un grito cuando el auto sale disparado  por la calle.  Deccal suelta una carcajada—  ¿¡al menos sabes conducir?!


—  solo lo que he aprendido en los videojuegos. No es tan difícil


—  ¡Por dios!—  exclamo, tratando de ponerme el cinturón con mis manos temblorosas. Supongo que desde que oí el nombre del auto debí imaginar que algo como esto pasaría.    


—   no es para tanto, relájate, claro que se conducir pero harás que choque si sigues nombrándolo—  dice. Cuando pasan los minutos y veo que no hemos chocado o arrollado a alguien, comienzo a respirar con tranquilidad.


—  ¿Cómo…? ¿Cómo es que tienes esa apariencia?—  pregunto.


—  soy un demonio, puedo usar cualquier apariencia. No es tan genial como la anterior, pero no está nada mal… ¿te gusta el auto? puede ser tuyo ¿y notaste lo popular que fuiste cuando fui por ti?  


—  No quiero nada de esto…—  el auto de detiene al fin en la casa.


—  ¿en serio? tendrías muchas personas a tu alrededor, cientos de cosas que nadie más puede tener—  por supuesto que tiene razón, lo sé. El auto es muy genial pero sinceramente son cosas muy ostentosas para mí. No estoy interesado en la riqueza.


—  Pero no tendría amigos de verdad—  respondo, tratando de abrir la puerta. Deccal se inclina sobre mí.


—  muy buena respuesta—  con un leve chasquido la puerta se abre.  No me detengo a ver qué pasa después de que bajo y entro a la casa—  pensé que serias más superficial, me agrada eso. Harás que me esfuerce más para buscar algo y llevarme tu alma—  Deccal ya está adentro, sentado con los pies sobre el sofá. Su cabello rosa y los cuernos han vuelto.


—  deja mi alma en paz—   murmuro.


—  seguiré intentándolo. Al final lograre que me vendas tu alma—   suspiro, pensando en que lo mejor por el momento no decirle nada. Ya fue muy malo lo que paso en la clase y verle conseguir ese auto y tomar es apariencia me hizo darme cuenta de que Deccal no es tan inútil como parece.  

Notas finales:

*Errores en el texto son sin querer.

 

Deccal sigue siendo un demonio, su "buena intencion" del capitulo pasado no lo era tanto XD. 

Eso de distraerse en clases sabia que era cosa del demonio XD. Espero les guste ^^ Ah, aclaro algo: Ha comenzado la temporada de lluvias en mi zona, y pues si algun sabado no logro actualizar, sera porque no tengo luz electrica (Algunas tormentas afectan el cableado), no se si pase, pero mas vale aclarar antes de que pase y no tenga manera de explicarlo.

Gracias por leer, hasta el proximo sabado.


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