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Puedo tocar tu corazón por Miku51099

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- ¡Apresúrate o voy a llegar tarde! - Ichigo utilizaba shunpo a máxima velocidad mientras halaba a Aizen del brazo pues al tener su reiatsu suprimido podía usar shunpo pero a una velocidad inferior.

- Si mal no recuerdo - comenzó fastidiado el castaño - Él que no se despertó temprano fuiste tú - el ex-shinigami no había podido dormir intentando responder todas sus dudas sobre el shinigami sustituto así que fue el primero en levantarse de la cama y decidió no moverse para observar a su pequeño dormir plácidamente.

- Podías haberme despertado.

- Es que te veías tan tierno durmiendo sin querer soltar mi brazo.

Sonrojado por el anterior comentario el peli naranja solo atinó a aumentar la velocidad causando que el castaño tropezara y ambos cayeran al suelo como si se tratara de un meteorito. Ichigo abrió lentamente sus ojos para toparse con que se encontraba sobre Aizen en una posición un tanto comprometedora, el castaño abrió sus ojos y vio a Ichigo encima de él posicionando sus manos en las caderas del otro para no dejarlo levantarse.

- Si vamos a acabar así - dijo Aizen tomando a Ichigo por la nuca atrayendo el rostro de otro al suyo - No me importaría caerme más seguido.

Como desde el día de ayer, el shinigami sustituto quedó embelesado con la mirada del castaño sin poder despegar la mirada, eso ya se le estaba haciendo costumbre y no se sentía cómodo con ello, se supone que debería odiar a Aizen hasta la médula pero no podía. Ese hombre bajo él había intentado acabar con todo el mundo cualquiera desarrollaría un odio infernal hacia él... pero ahora ya no podía hacer nada malo, se supone que ahora era inofensivo ¿verdad? A demás los había ayudado a vencer a los quincys así que se Ichigo se convenció de que seguramente se sentía agradecido por eso y ya que los había ayudado no lo odiaba.

Mientras tanto Aizen no podía entender el cosquilleo que sentía cada vez que el más joven estaba cerca de él, nunca ante había sentido algo igual, tendría que realizar una pequeña visita al cuarto escuadrón ¿malestares? Un calor infernal, ligero temblor y nerviosismo, y para finalizar un horrible cosquilleo en el estómago ¿causas? solo una: Ichigo. Antes de que toda esta locura comenzara él no solo quería experimentar con Ichigo sino tomarlo por la fuerza viéndolo retorcerse de dolor mientras lo penetraba, pero ahora quería verlo entregándose voluntariamente, gimiendo de placer, un placer que sólo él le podría brindar, quería tenerlo sólo para sí, así mismo se convenció de que todo era porque Ichigo había resultado sumamente interesante. Pobre para de tontos.

- ¿Quiénes son esos?

- ¿Qué están haciendo?

- ¿No ven que estamos en la Academia de shinigamis?

- Uno de ellos tiene uniforme de estudiante...

-Pero el otro tiene vestimenta de shinigami, ya sabemos cómo es que ingresó el de cabello anaranjado, seguramente se revolcó con el otro.

¡¿CÓMO?! Ichigo había entrado a la Academia de Shinigamis por su propio mérito y sacrificio, literalmente, él ya tenía desarrollado sus poderes ya hasta tenía su propia zanpakuto y esos chicos se atrevían a decir semejantes cosas de él y para colmo que piensen que se haya acostado con el idiota de Aizen para poder entrar, ¿acaso no sabían que él los había salvado del pervertido que estaba bajo él... bueno dicho de esa manera no sonaba bien pero ese no era el punto, les enseñaría que él era mejor que todos ellos, los iba a dejar sorprendidos y vaya que se iban a quedar boquiabiertos.

Un estudiante se acercó a los dos hombres que se encontraban en el suelo y le extendió su mano al shinigami sustituto quien aceptó gustoso la ayuda para librarse del agarre al que el castaño lo tenía sometido. Una vez que se encontró ayudó al mayor a levantarse y después dirigió su mirada al estudiante que lo ayudó para toparse con una par grandes ojos esmeralda.

- ¿Ulquiorra? - comentó sorprendido el peli naranja - ¿Qué estás haciendo aquí y con este uniforme?

-Bueno es que... - dijo el azabache con una mano tras su cabeza - mejor te lo cuento adentro, ya todos están ingresando a clases.

Tanto Ichigo como Aizen eran conscientes de que aún en su forma humana Ulquiorra seguía siendo fuerte, solo tendría que entrenar para convertirse en un shinigami, qué irónico ¿no? Pero pudo haber ingresado a la academia desde hace mucho tiempo así que ¿por qué ahora?

Una vez dentro del salón Ichigo se sentó junto a Ulquiorra y Aizen tras Ichigo, al fin y al cabo él solo venía porque no se podía separar del shinigami sustituto. Justo cuando el peli naranja estaba dispuesto a preguntarle al azabache el porqué de su presencia ahí, ingresó el profesor pidiendo a todos que guardaran silencio. Una vez el maestro pasó su mirada por todo el salón se asombró de ver al cuarto espada, al shinigami sustituto y al traidor de la Sociedad de Almas en su salón. Como shinigami que era, sabía perfectamente quienes eran esos tres así que no sabía si sentirse aliviado por no tener que esforzarse mucho en el aprendizaje del azabache y el peli naranja, o sentirse preocupado por la presencia de excapitán Aizen en el salón. Obviamente los otros estudiantes no sabrían quiénes eran pues en el Rukongai solo se sabía que Aizen Sosuke había intentado acabar con el mundo y que un shinigami sustituto llamado Kurosaki Ichigo los había salvado.

- Buenos días estudiantes yo soy el profesor Maeda Tadashi, quiero que anoten su nombre en esta hoja - dijo entregando una hoja en blanco el chico que más cerca suyo estaba - y la pasen a sus compañeros para después pasar lista después.

Así comenzó a viajar la hoja por todo el salón hasta llegar a las manos de Ichigo y Ulquiorra que se encontraban sentados al final, una vez que escribieron Cifer Ulquiorra y Kurosaki Ichigo la pasaron al frente para que se la dieran al profesor. Cuando el profesor comenzó a pasar lista todos iban alzando la mano y comentaban el por qué habían decidido convertirse en shinigamis.

- Cifer Ulquiorra - nombró el profesor, aunque ya sabía quién era dicho personaje.

- Aquí - Ulquiorra se levantó de su asiento - Yo he decidido convertirme en shinigami porque quiero ser más fuerte.

- Muy bien - ¿para qué quiere un espada volverse más fuerte? se preguntaba el profesor - Kurosaki Ichigo.

- Aquí - Ichigo se levantó y reinó el silencio en el salón, seguramente es solo un chico que tiene el mismo nombre que quien los salvó - Soy un shinigami sustituto pero ahora que voy a permanecer aquí quiero convertirme en un shinigami completo para ser parte de los 13 escuadrones.

El profesor comenzó con la clase pero nadie le prestaba atención pues tenían sus miradas fijas en el shinigami sustituto, qué suerte tenían, estarían en la misma clase de un shinigami experimentado, famoso y sumamente poderoso, aunque aún no se explicaban el por qué otro shinigami se encontraba a su lado. Ichigo se sentía incómodo al sentir muchas miradas sobre sí, aunque cierto grupo de chicas y chicos dirigían se atención al hermoso hombre que se encontraba a sus espaldas, le dedicaban sonrisas coquetas y Aizen les correspondía, eso le molestó mucho, tanto que hasta rompió el lápiz que se encontraba en sus manos ¿Por qué se enojaba tanto? Aizen podía hacer lo que quisiese con su vida, a él en que le afectaba que el castaño coqueteara con otras personas ni que le gustara o algo por el estilo, seguramente no quería que sus pobres compañeros cayeran en ñas fauces del demonio. Sí, debía ser eso, le molestaba que sus compañeros fueran tan ingenuos y no pudieran divisar el peligro que representaba Aizen.

Las clases continuaron pero los estudiantes seguían sin tomar atención pues la fijaban en los tres apuestos y poderosos hombres que se encontraban en la parte de atrás de la clase, sí, también habían puesto su mirada sobre el pobre Ulquiorra. Mientras tanto Ulquiorra estaba tranquilamente tomando apuntes sin percatarse de las miradas mal disimuladas que le lanzaban sus compañeros, Ichigo seguían sin poder quitarse el enfado que tenía con Aizen ¿por qué? no lo sabía y eso le molestaba aún más, por otro lado Aizen había vuelto a ponerse su máscara de santo para coquetear con el resto de la clase, sinceramente le molestaba que lo vieran de esa forma a demás ninguno de ellos se comparaba con su pequeño shinigami, pero había decidido seguirles el juego pues se dio cuenta de que eso molestaba al peli naranja, lo había notado cuando este rompió su lápiz cuando él le guiñó el ojo a una de las chicas. Parecía que ese día nunca iba a acabar.

- Muy bien estudiantes - habló el profesor - Ya es hora del descanso y espero que para cuando regresen ya tomen atención a mis clases.

Todos salieron y se quedaron esperando en la puerta formando una calle de honor esperando a que salieran Ulquiorra, Ichigo y Aizen. Una vez que salieron los tres juntos fueron a sentarse bajo un árbol de cerezo y descansar, aunque Aizen se encargaría de hacérselo difícil a Ichigo.

- Oye Ichigo - lo llamó el castaño - ¿Por qué estás molesto? - genial, junto la pregunta que no sabe cómo contestar ni a él mismo.

- Por nada - dijo fríamente como si no le importara.

- No me digas nada - dijo abrazando a Ichigo quien se removió incómodo, no quería a Aizen cerca no ahora - Claramente vi como rompías tu lápiz al verme coquetear con tus compañeras.

- No eran solo compañeras - susurró el peli naranja comenzando a tomar un poco de agua.

- ¿Acaso estás celoso? - dijo Aizen sonriendo haciendo que Ichigo casi se ahogara con el agua que estaba tomando.

- Coff...coff.... ¿cómo crees eso? - dijo Ichigo rojo por la atragantarse y también por la vergüenza.

- Porque te gusto.

- Ya quisieras.

- La verdad es que si quisiera.

Ichigo se quedó mirando atónito a Aizen esperando que dijera que fue una broma pero los ojos de Aizen cuando se lo dijo estaban tan serios que no tenían réplica alguna. Para desviarse del tema Ichigo aprovechó que Ulquiorra se encontraba a su lado, seguramente así no tendría que enfrentarse a los comentarios de Aizen. Mientras tanto sus compañeros estaban viendo a los tres modelos del año sin atreverse a acercárseles, y ¿cómo hacerlo? seguramente quedarían en ridículo a demás seguro que cuando estuvieran frente a los tres no sabrían por cual decidirse, ese era el trío sensual de la Academia Shinigami.

- Ulquiorra - llamó Ichigo - Ahora si me puedes explicar por qué te quieres convertir en shinigami - exigió Ichigo acomodándose inconscientemente entre el cuerpo de Aizen. Aizen estaba sentado e Ichigo de espaldas a él mientras el castaño aún lo rodeaba con sus cálidos brazos.

- Ya lo dije en el salón - dijo Ulquiorra molesto - Quiero volverme más fuerte.

- Y eso se debe a...

- Bu-bueno es... una larga historia - dijo Ulquiorra sonrojándose.

- Tengo todo el tiempo del mundo.

- Bueno es por... por...

- ¡ULQUIORRA! - se escuchó una voz muy familiar para los tres - Ya vine cariño.


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