Ichigo al fin había podido decirle al castaño lo que había estado intentando negar desde hace mucho tiempo y sentía que se había quitado un gran peso de encima aunque en reemplazo de este le cayó uno más grande: esperar la respuesta de Sousuke. La práctica con Rukia, ocultar su sonrojo ante Ulquiorra y escapar del demonio de la muerte llamado Byakuya Kuchiki, habían valido la pena, ahora solo faltaba esperar a que rindieran frutos.
Después de decir las palabras que habían estado atoradas en su garganta no pudo seguir viendo al castaño a los ojos así que simplemente bajó su mirada al suelo y esperaba impacientemente moviendo sus manos deseando que el otro dijera lo mismo porque de lo contrario habría pasado por la situación más vergonzosa de su vida y aún más si tenía que seguir vigilando a dicho hombre porque… estar las 24 horas del día con la persona que le gusta y que él se le haya declarado a dicha persona y que esta le rechazara, mirara por donde lo mirara si la respuesta era negativa su mundo se iba a desplomar.
Por otro lado los ojos del castaño estaban sobre el peli naranja más su mente estaba en otro lugar, estaba analizando las palabras del joven. Ichigo le gustaba y el sentimiento era mutuo lo cual significaba que… ¿qué significaba? Recordó su vida llena de soledad y ahora al fin había logrado encontrar a alguien que lo podría acompañar, alguien que llenaría el vacío dentro de sí. Ichigo era maravilloso, era alguien que veía el mundo como quería que era y si algo se interponía en su camino luchaba y luchaba para que todo fuera perfecto pero no solamente para él sino más bien para los que lo rodeaban, era alguien fuerte que no se dejaba vencer ante las adversidades, era alguien que podía hacer cambiar a la gente, era alguien inocente, ingenuo, testarudo, tierno, era lo que él necesitaba.
-¿S-Sousuke? – Esa dulce voz lo había sacado de su navegación por las características de Ichigo - ¿Ahora qué?
- Ahora te doy tu recompensa.
Dicho esto tomó las mejillas del peli naranja entre sus manos y se agachó para besar esos deliciosos labios, desde el primer beso que el joven shinigami le había dado cuando se emborrachó se volvió adicto a ese sabor a fresa y no se cansaría de probar esa exquisita boca que lo volvía loco.
Se separaron y Aizen acariciaba las sonrojadas mejillas de Ichigo, se veía tan tierno así, no tenía su característico ceño fruncido, sino la expresión más dulce que se podría encontrar en ese hermoso rostro, esa expresión era digna de ser impresa en un cuadro y ser la más bella obra de arte. Ichigo apenas podía creer lo que estaba pasando, ese beso significaba más de lo que las palabras podían expresar todo era fabuloso, todo eso era mágico y ojalá esa magia nunca acabara.
Se dirigieron a su casa en completo silencio pero de alguna forma se sentía como si tuvieran la charla más amena que hubieran tenido jamás. Al entrar Ichigo comenzó a acercarse al sofá para dormir ahí pero el castaño tomó su mano y lo haló suavemente guiándolo a su habitación, al entrar Ichigo se quedó de pie en medio del cuarto mientras el castaño cerró la puerta tras de sí. Sousuke se acercó a Ichigo por la espalda y rodeó la delicada cintura con sus fuertes y cálidos brazos colocando su mentón en el hombro del más bajo causando que su respiración chocara contra el cuello del más joven lo que provocó un suspiro pero también activando un interruptor de alerta en el cerebro del shinigami sustituto.
El silencio que los rodeó antes se sentía mejor que esta incómoda situación, no sabía qué hacer en esas circunstancias y se tensó aún más cuando el otro comenzó a acariciarlo sobre la ropa ¿qué haría? Por Dios ni siquiera había tenido una pareja, como entender una situación así.
-No te preocupes – susurró su ¿pareja? Al oído – Si no quieres hacerlo no hay ningún problema, solo quería sentirte un poco más.
- Gra- Gracias Sousuke – dijo sonrojado tomando entre sus manos las del otro.
- Mañana tienes clases y no quiero que te las pierdas por no poder caminar – rio el castaño - Pero no creas que me voy a quedar así ¿verdad? – Dijo insinuadoramente – Quiero que seas solo mío.
- E-Estás loco, no soy un objeto para que sea tuyo. Yo soy mío.
- Pero tu corazón es mío.
- E-Eso es…
Al no saber qué decir decidió callarse no vaya a ser que soltara algo imprudente. Fueron a acostarse, Ichigo de espaldas a Aizen pues seguía “enojado” con el castaño pero en realidad no quería que este viera como sonreía por estar entre los fuertes brazos del mayor.
La mañana llegó y con eso un nuevo día de clases, todo pasó normal. Ese día la clase fue sobre lo Huecos por lo que Ulquiorra se lució haciendo presencia de su vida como un ex hueco, conocía todo hasta el más mínimo detalle lo que dejó muy satisfecho al maestro Maeda. Al salir de su nueva escuela infernal, como la había llamado Ichigo, Ulquiorra les dijo a los tórtolos que Rukia había solicitado su presencia en su mansión pues tenía algo importante que decirles a los dos. Entonces el peli naranja recordó que también tenía que hablar con el Kuchiki mayor, el solo recordar el rostro de Byakuya le ponía los pelos de punta.
Al llegar a la Mansión Kuchiki el primero en recibirlos fue el demonio Byakuya.
-Kurosaki Ichigo, Aizen Sousuke, Cifer Ulquiorra – fue su saludo – Bienvenidos, Kurosaki tengo que hablar contigo.
- Bueno pero Rukia…
- Cifer ve con mi hermana y dile que espere por favor.
- Por supuesto, Kuchiki-sama – dijo el ojiverde haciendo una pequeña reverencia – Con permiso.
- Sígueme Kurosaki – demandó el pelinegro.
Fueron a una habitación que daba una hermosa vista hacia el jardín que tanto apreciaba Byakuya. Byakuya se arrodilló al igual que Aizen mientras que Ichigo se sentaba cruzando las piernas lo que causó que el pelinegro le palpitara una vena en la sien. Una vez que ya se encontraban cómodos el líder del clan comenzó a hablar.
-Kurosaki, como ya debes saber eres descendiente del clan Shiba. En el Seireitei existen cuatro clanes nobles y cada uno con casas menores a su disposición, entre ellos el clan Kuchiki y el clan Shihoin. Pero antes eran cinco y el quinto era el clan Shiba – ante eso Ichigo se sobresaltó un poco – Como líder de un clan noble se me ha encomendado y también es mi deber convertirte en alguien digno de ser el líder del clan Shiba. Desde mañana comenzaremos tus lecciones - dijo mirando al peli naranja fijamente – Y empezaremos por como tienes que sentarte. Muy bien eso es todo, puedes retirarte.
¿Ichigo, un noble? Había algo en esa oración que no concordaba, ah sí, todo. Ichigo prefería ser él mismo y no la persona que los demás esperaran que fuera, y mucho menos tener que hacer caso a un montón de reglas que le prohibirían un montón de cosas, unas estúpidas reglas que casi hacen que pierda a su mejor amiga en el pasado, pero al parecer no tenía opción. No quería hacer enojar a Byakuya de nuevo, pero al parecer alguien se estaba burlando de su desgracia.
-No te burles Sousuke – advirtió con un aura asesina rodeándole – No es gracioso.
- Claro que no lo es amor - ¿amor? Ahhh claro eran pareja ¿lo eran? – Solo que sé que ese no es tu estilo, pero no sabes cómo me gustaría verte vestido con kimonos elegantes y caminando con todo un príncipe, MI príncipe.
- Oye Sousuke – llamó Ichigo quería aclarar su situación con el castaño - ¿Qué somos? M refiero a… con todo lo que pasó ayer… yo no sé…
- Ichigo – le interrumpió el castaño – Tu eres mi pareja, en otras palabras mi novio ¿entendido? No te carcomas la cabeza con eso, solo déjame hacerte feliz y espero que me hagas feliz ¿está bien? – le dio un cariñoso beso en la frente al moreno.
- Sousuke… - Ichigo cerró sus ojos y espero a que el castaño entendiera, lo cual pareció que sí pues comenzaron a acercar sus rostros hasta que…
- ¡MALDITO PERVERTIDO! ¡PEDÓFILO! ¡ROBACUNAS! – gritó una voz chillona que rompió el sueva ambiente que se había creado - ¡¿Qué crees que le estás haciendo?!
- ¡¿Rukia?!
- Solo le estaba dando un beso a mi NOVIO – dijo esa palabra alto y fuerte para que le quedara claro a la pelinegra - ¿Qué tienes eso de malo?
- Serás… Te voy a matar.
Con suerte Ichigo y Ulquiorra se encargaron de sujetar fuertemente a la pelinegra para que no cometiera homicidio, la lograron retener pero al parecer el exshinigami quería morir ese día.
-Kuchiki-san, eres peor que una suegra ¡Ya sé! Serás la suegra Rukia.
- Ahora sí, yo lo mató.
- Rukia cálmate – la detuvo el shinigami sustituto – Sousuke es mi novio.
- ¡¿QUÉ?! – soltaron los dos pelinegros al unísono.
Ichigo se encargó de contarle todo a su mejor amiga, desde la salida del castaño del Muken hasta lo ocurrido la noche pasada. Rukia suspiró, ya sabía que eso iba a suceder tarde o temprano, después de todo había observado cómo se miraban esos dos desde hace tiempo pero Aizen aún no la convencía, era verdad que ya había superado el que haya intentado matarla pero ella se sentía como una madre para Ichigo, al fin y al cabo él ya había perdido a la suya y ella se encargaría de él, por ende sí era algo así como una suegra, pero esta suegra se la pondría a su yerno Aizen Sousuke.
-Bien – soltó un suspiro la pelinegra – Los dejaré pero espero que ese maldito robacunas aún no te haya puesto la mano encima.
- Tranquila – intentó calmarla su amigo – No me ha hecho nada.
- Pero sí lo haré – dijo sonriendo malicioso el castaño rodeando con sus brazos al peli naranja – Y más pronto de lo que te imaginas.
- Necesito a Sode no Shirayuki.
- Kuchiki-san – llamó Ulquiorra para desviar el tema y evitar el derramamiento de sangre en su nuevo hogar - ¿Por qué llamas a Aizen pedófilo y robacunas?
- Los shinigamis vivimos muchos años, si yo tengo casi diez veces la edad de Ichigo ¡¿CUÁNTOS AÑOS CREES QUE TIENE ESTE VEJESTORIO JUNTO A MI?!
- Oye enana – llamó Aizen ofendido – Tampoco exageres, no soy un vejestorio.
- Tú cállate momia, le hablaba a Ulqui-chan no al hombre más viejo del mundo.
- Más te vale callarte pitufo.
- Más te vale callarte a ti abuelo.
- ¡YA CALLENSE LOS DOS! – Gritó Ichigo cansado – Más les vale llevarse bien o un día los voy a encerrar a los dos juntos en una habitación y no los dejare salir hasta que aprendan a comportarse – suspiró y regreso a ver a su amiga - ¿De qué querías hablar conmigo Rukia?
- Es cierto es que a mi nii-sama le gusta Renji y viceversa – ante esto los presentes no pudieron articular palabra, eso sí que era un shock – Un día los vi besándose pero eso es lo de menos, ninguno se atreve a decir sus sentimientos así que pensé que sería una buena idea juntarlos y ustedes me ayudaran. Además este plan también va ayudar mi querido Ulqui-chan y también a vengarme del idiota de Grimmjow. Lo he llamado el PLAN V.O.C.A.
- ¿PLAN V.O.C.A.? – cuestionaron los tres hombres que se encontraban presentes.
- Exacto – dijo la pelinegra orgullosa – Plan V.O.C.A. Esto quiere decir: “Venganza, Odio, Celos, Amor” Ahora se los explico.
- No se supone que ya se lo ibas a comentar a Ulquiorra ayer.
- Bueno es que Kuchiki-san y yo comenzamos a conversar y el tiempo se pasó volando y nos quedamos dormidos. Kuchiki-sama nos regañó en la mañana por eso – dijo el pelinegro recordando el sermón de tres horas cortesía de Byakuya-sama.
- ¿Y en que consiste este plan tuyo? – preguntó Aizen algo más interesado, el nombre del plan ya lo decía todo pero quería asegurarse.
- Muy bien, el primer paso es la venganza: nos vengaremos de ese estúpido gato azul por hacer sufrir a Ulqui-chan – dijo con un aura de enojo rodeándole – le pondremos una trampa para hacerle una “pequeña” broma que quedará en su memoria por el resto de su vida, después les diré los detalles. La segunda etapa es Odio, ya sabemos que la estúpida pantera supuestamente odia a Grimmjow, pero después de nuestra broma lo “odiará” aún más – “¿Eso en qué me ayuda?” pensó el ojiverde – Mi nii-sama y Renji fingen que se odian pero bien dicen que del odio al amor hay un paso y ese paso tiene el nombre de la tercera etapa Celos: ya que Ichigo estará tomando clases son mi nii-sama estarán mucho tiempo juntos lo cual molestará mucho a Renji – “y a mí” pensó el castaño – Mientras tanto, Ulqui-chan, le pedí a Renji que me ayudara a cuidarte de Grimmjow, así que tú estarás con él, lo cual molestará a mi nii-sama y a ese tonto Arrancar. Y la cuarta parte del plan llegara por sí misma Amor.
- No me parece mala idea – dijo Aizen.
- No creas que con eso ganarás mi aprobación – dijo Rukia mirándolo como si fuera el asesino de su familia – Y tú también tienes parte en este plan, dependiendo de qué tal lo lleves a cabo tendré una mejor opinión de ti.
Una vez dados los detalles del plan V.O.C.A. el cual se iba a llevar a cabo la próxima semana, Ichigo y Aizen decidieron retirarse a su casa. Aizen quería sentir a Ichigo pero al parecer era muy pronto para el peli naranja pero ya había ideado una forma de lograrlo y para ello aprovecharía uno de los favores que Ichigo le debía.
-Ichigo – lo llamó muy feliz – Tengamos nuestra cita el viernes.