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Puedo tocar tu corazón por Miku51099

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Ichigo se estremeció ante el frío aire que rozó su nuca pero decidió mantenerse firme y mostrarle a Aizen que ya no le tenía miedo.


- Hola Aizen - dijo sin expresión alguna en su rostro.


- Mmmm... - notó que Ichigo ya no lo veía con miedo como cuando se enfrentaron en la falsa Karakura - Parece que te has vuelto mucho más fuerte desde nuestro último encuentro. - Aizen sonrió ampliamente.


- ¿Y te impresiona? - dijo sarcástico Ichigo - Hasta donde sé tú sabías mucho más de mí que yo mismo. Después de todo tú fuiste la causa de que mis padres se conocieran y me tuvieran a mí.


- Ohh... veo que Isshin ya te lo ha contado todo ¿no? Además veo que mi pequeño experimento resultó mejor de lo que esperaba. Tenía grandes expectativas de ti desde el momento en que naciste, pero ahora las has superado todas. Sin duda no me equivoqué al elegirte.


- Bueno... - Ichigo se zafó del agarre de Aizen y se dio vuelta para quedar frente a frente aunque el castaño era un poco más alto que él - pues lamento decirte que desde ahora no podrás llevar a cabo tus "investigaciones y experimentos" y mucho menos seguir utilizándome como tu conejillo de indias; ya tenemos suficiente con un científico loco y su pandilla en el Seireitei, no me apetece ser la rata de laboratorio de alguien.


- Pues lamento decirte que desde ahora - Aizen tomó a Ichigo de la barbilla suavemente - Estaré contigo en todo momento y no te podrás alejar de mí a menos que quieras otra masacre. Por lo tanto estaré más cerca de ti que nunca y podré ser testigo en vivo y en directo del avance de mi pequeño shinigami.


Ichigo se quedó estático al no haber pensado antes en esa posibilidad. Ese maldito de Aizen sí que lo tenía todo fríamente calculado, además.... ¿Lo acababa de llamar SU PEQUEÑO SHINIGAMI? ¿Quién se creía que era? Ichigo no era nada suyo ni de nadie, él era de él mismo y punto.


Repentinamente Ichigo sintió una mano en su cintura y se percató de que Aizen lo había acercado a su cuerpo. De pronto sintió la respiración del castaño en su rostro y al mirarlo a la cara vio un brillo extraño en sus ojos. Otra respiración, esta vez cerca de sus labios ¿Aizen lo iba a besar? Ni de coña.


- ¡¿QUÉ TE PASA?! - gritó empujando a Aizen lejos de él recuperando su espacio personal - ¡¿Qué crees que haces idiota?!


- Nada, solo te iba a besar - "SOLO" no es la palabra con la que lo describiría Ichigo - Además cuando te tomé por la cintura y me acerqué no parecía molestarte en lo más mínimo así que creí que tú así lo deseabas.


- ¿Yo? ¿Desear que tú me beses? ¡Ni de coña! ¿Cómo se te ocurre pensar en semejante idiotez?


Aizen ya se esperaba una respuesta así del shinigami sustituto. Lo había estado vigilando desde que era un bebé así que podía deducir todas las posibles reacciones de este incluso ante de que Ichigo mismo las pensara. Muchos decían que Ichigo era alguien impredecible, que siempre los sorprende de una u otra forma. Pero para Aizen no, para Aizen Ichigo era un libro abierto que sólo él podía leer, no, mejor dicho un libro que según Aizen sólo él tenía el derecho a leer.


Aizen se encargaría de volver a crear ambientes en el que Ichigo siga evolucionando, pero esta vez con su mirada fija en él, como un espectador en primera fila. Desde ahora dedicaría cada segundo de su tiempo al estudio de su conejillo de indias favorito y también a llevar a cabo uno de sus más grandes sueños, uno que le había prometido al shinigami sustituto en su encuentro antes de la batalla final en la que fue vencido: lo devoraría.


Aizen sintió una nueva presencia en su ahora antigua celda y no hacía falta girarse para saber quién era pues la cara de alivio de SU pequeño shinigami lo decía todo. El capitán comandante había venido para colocarle los supresores de reiatsu y darle sus nuevas ropas de shinigami.


-Veo que se están llevando de maravilla - dijo Kyoraku alegre.


- Si claro - susurro sarcástico Ichigo para que no lo escucharan y aunque Kyoraku no lo hizo, Aizen sí - Kyoraku-san ¿puedo ayudar a colocárselos rápido? ya quiero salir de aquí.


- ¿Tanto quieres que ya estemos a solas? Eh, Ichigo tranquilo tendremos toda la eternidad para estar juntos.


¿Toda la eternidad? vamos, ni la persona más paciente y pacífica del mundo podría soportar todo ese tiempo junto a Aizen sin querer arrancarle la cabeza del cuerpo. Ayudó a Kyoraku a colocarle los supresores a Aizen que consistían en cuatro pulseras, dos para las muñecas y otras dos para los tobillos. Después siguió dando vueltas en su cabeza, regresó un rato a la realidad, vio a Aizen desnudarse frente a él, después... ¿Aizen se estaba desnudando? Ichigo salió de sus pensamientos y regresó a la realidad para ver el cuerpo desnudo de Aizen y a este sonriéndole sin una pizca de pudor.


Ichigo rápidamente se dio media vuelta para que Aizen se cambiara y no viera lo sonrojado que estaba su rostro, aunque ya había sido demasiado tarde y el castaño sonrió satisfecho. Pero notó que Kyoraku si se había quedado viendo a Aizen, seguramente quería ver que no se le ocurriera escapar.


Una vez que Aizen se terminó de cambiar, los tres se dirigieron a la puerta de salida donde la luz del sol lastimó al antiguo prisionero que se tardó unos momentos en acostumbrarse de nuevo a la luz.


- Bueno - dijo Kyoraku - Tengo que regresar a mi escuadrón, es muy difícil ser Yama-jii. Adiós - despareció rápidamente usando shunpo.


- Bueno parece que solo quedamos tu y yo, Ichigo ¿Ahora qué?


-Pues... tendremos que ir a tu antigua casa. Desde ahora viviremos ahí.


- ¡ICHIGO! - se oyó a dos voces gritar - ¡¿A- Aizen?!


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