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Puedo tocar tu corazón por Miku51099

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Después de concretar los acuerdos de paz, tanto Ichigo como Aizen se sintieron satisfechos: Ichigo ya podía dejar de preocuparse por los acosos de Aizen, aunque no se daba cuenta que durante las noches Aizen lo veía con toda la intensidad que no usaba durante el día. Mientras tanto Aizen observaba de cerca a su pequeño shinigami, sí, era solo suyo y se lo dejaba bien claro a los que veían con otros ojos a Ichigo, aunque este no se daba cuenta de eso ¿en serio era tan inocente? Para mostrar que Ichigo era suyo el castaño aprovechaba el abrazo diario que podía dar al joven shinigami, y mientras lo hacía miraba a los demás de forma amenazante como diciendo: "ni siquiera lo pienses".


Ya había pasado el tiempo y solo faltaban dos días para que Ichigo comenzara sus lecciones en la Academia, vaya haber sobrevivido casi un mes con Aizen sin matarlo había sido un logro para el pelinranja. Ese día ambos salieron pues Rukia había invitado a Ichigo a su casa, después de todo ya se había acostumbrado a la presencia del castaño, aunque aún se preguntaba como lo hizo Ichigo para que se comportara.


Durante su trayecto dominaba el silencio hasta que escucharon un grito y un azul intenso llamó su atención.


- ¡Hey, Shinigami!


- Grimmjow - dijo Ichigo rascándose el oído - ¿Cuántas veces te tengo que decir que dejes de llamarme shinigami?


Grimmjow y Nelliel tenían permitido venir a la Sociedad de Almas cuando quisieran como forma de agradecimiento por su ayuda, siempre y cuando no causaran problemas. No había ningún inconveniente con Neliel, pero con Grimmjow nunca se sabe.


- Ammm... - finge estar pensativo - no lo sé, ni me interesa - a Ichigo le cabreaba esa actitud - ¡Vamos a pelear!


- Lo siento Grimmjow - dice Aizen - pero Ichigo y yo ahora estamos apurados así que hazte a un lado - dijo enviándole una mirada que causó escalofríos en el espada.


Cuando el peliceleste estaba por protestar se quedó pasmado cuando Aizen abrazó a Ichigo por la espalda y este se dejaba simplemente. Eso no podía estar pasando, el shinigami no es alguien que se dejaría abrazar tan fácilmente y mucho menos por el bastardo de Aizen. No, eso de ninguna manera podía ser, no, a menos que...


- ¡¿ESTÁN FOLLANDO?! - gritó causando que todos los regresaran a ver sorprendidos, el shinigami sustituto y el traidor de la Sociedad de Almas ¿eran amantes?


El rostro del más joven no tenía descripción alguna, era una mezcla de incredulidad, vergüenza, ira, miedo y muchas otras cosas pero sobretodo la vergüenza que se apoderó de su rostro. Regresó a ver a Aizen y este solo tenía una sonrisa de oreja a oreja hacia el espada como diciendo "exacto"


- ¡No me lo puedo creer! - exclamó Grimmjow llevándose las manos a la cabeza.


- ¡PUES NO LO CREAS IDIOTA! - gritó un fúrico Ichigo aún entre los brazos del castaño.


- ¡Si querías follar me lo hubieras pedido a mi y no a ese bastardo!


- ¿Ah? - Ichigo no entendía a lo que se refería, hasta que... - ¿Qué carajos?¿Solo piensas en eso? - le gritó dándole un puñetazo en la mejilla - Primeramente ni siquiera estamos saliendo, solo estoy con él porque tengo que vigilarlo y segundo ni de chiste me acostaría contigo.


- Ahhh... Entonces ¿cómo explicas el abrazo?


Apenas en ese instante el pelinaranja se percató de que aún seguía entre lo fuerte brazos de ex-capitán, entre esos brazos a los que ya se había acostumbrado, esos brazos fuertes, esos brazos que quisiera que lo rodearon mas seguido, esos brazos... ¿en que carajos estaba pensando? 


Rápidamente se liberó de Aizen con un fuerte sonrojo en su rostro ante el cual los dos mayores se burlaban, Grimmjow reía a carcajadas mientras Aizen mostraba su típica sonrisa de superioridad. Repentinamente las sonrisas pararon e Ichigo alzó la mirada para observar el rostro del peliceleste lleno de sorpresa mientras el de Aizen estaba imperturbable. Lentamente giró el rostro y quedó igual de sorprendido al ver esos grandes ojos verdes que solían ser fríos y ahora mostraban una sorpresa mayor a la de los dos juntos.


- ¿U-Ulquiora? - susurró el espada.


Rápidamente el aludido dio media vuelta para irse de ahí lo antes posible hasta que una mano fuerte los tomó del brazo obligándolo a regresar y enfrentar a esos ojos azules que lo ponían muy nervioso y lo obligaron a desviar la mirada para que no vieran su sonrojo, aunque ya era muy tarde y a todos esa expresión en Ulquiorra les pareció... tierna. El ex-espada estaba frente a ellos sin su casco, ni las marcas de sus ojos ni el agujero de su pecho, se veía tan... humano.


- Ohhh - dijo Aizen pasando su mano por la cintura de Ichigo y acercándolo a su cuerpo - así que mi teoría sobre ti era correcta.


- ¿Qué quieres decir? - preguntó intrigado el joven shinigami.


- Pues veras - dijo el castaño tomando postura de sabelotodo - como sabes los hollows son almas humanas que no recibieron el descanso eterno y por eso se convierten en monstruos - al parecer ese comentario molestas al peliceleste y al azabache - Los shinigamis se encargan de purificarlos con su zanpakuto para que así puedan venir a la Sociedad de Almas. Tu derrotaste a Ulquiorra utilizando el poder de tu hollow así que no sabía si Ulquiorra desapareció o tu lo enviaste a la Sociedad de Almas y ahora es como cualquier otra alma humana, incluso con sentimientos por lo que veo, ahora mis dudas están resueltas.


Ichigo no perdió ni un detalle de lo que le dijo Aizen seguramente eso le serviría dentro de dos días, aunque no lo iba a admitir frente a ese idiota.


- Bueno - interrumpió Grimmjow - Creo que llevaré a esta preciosura a su casa, no vaya a ser que lo violen - dijo alejándose con Sonido mientras cargaba a Ulquiorra como saco de papas.


"El único peligro para el pobre eres tú" pensaron Ichigo y Aizen. Un grito los hizo ver a sus espaldas para ver a los tenientes del sexto y décimo escuadrón y se notaba que estaban muy pero muy contentos. Seguramente querían algo de ellos y con Rangiku eso es igual a problemas.


- Ichi, hoy en la noche celebraremos una fiesta en tu honor - salto encima del pobre Matsumoto liberándolo del agarre de Aizen.


¿Una fiesta para él? no era su cumpleaños, seguramente Rangiku solo lo hacía para poder beber libremente sin su capitán la molestara, pero eso significaba que el también tendría que beber y digamos que el no tenía una buena tolerancia al alcohol, cosa que sabían muy bien el castaño y el pelirrojo que lo miraban divertidos por la mirada de pánico que cruzó sus rostro.


Esa fiesta no iba a acabar bien.


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