Goku se mantenía quieto sentado en el sillón, arreglándose su cabello alborotado y dando detalles a su traje. Su madre Gine, una joven azabache de unos 30 años con un delantal atado a su cintura y un vestido largo de color negro con mangas de encajes de rosas negras, paseaba por su casa con un tazón de dulces para los niños. Vacío la bolsa en el tazón y se acerco a su hijo.
-Goku, cielo. ¿Quieres un dulce? -Cuestiono la azabache agitando el tazón en sus manos.
-No gracias mama. -Le respondió con una sonrisa Goku amarrándose la espada la cintura.
No paso mas de cinco minutos cuando Vegeta se sentó nuevamente, como ya era u costumbre de todo Halloween enfrente de la casa de Goku. Este alegremente dibujo una sonrisa en su rostro mientras corría gran velocidad a donde estaba Vegeta.
-¡Vegeta! ¡Me alegro mucho de que hayas venido! -Como todos los años , ambos crecían en cuerpo y mente, vegeta mantuvo un bien formado cuerpo, algo pequeño de estatura. Mientras que Goku pegó un estirón radical, su cuerpo se moldeo gracias al cuidado que le daba, pero de algo estaba seguro, esa sonrisa tonta no se le iría de su rostro. (No se para que lo describo si ya sabemos como es :’v)
La madre de Goku tomo su teléfono y salió de la casa para tomarle la foto su hijo, Vegeta volteo a ver a la madre de Goku, haciendo que este se percatara de su presencia, regalándole sonrisa para la foto. Ambos azabaches se despidieron de la madre el menor y e aventuraron al vecindario. En el trayecto, Goku iba muy feliz, haciendo que su cuerpo saltara de felicidad. En uno de sus saltos, o encima de un grupo de jóvenes que pasaban por allí. Estos lo vieron de manera furiosa, el mas alto de ellos, Broly, se acercó Goku para darle un puñetazo en el estomago, sacándole el aire. Vegeta lo miro con enojo al responsable de , al momento de acercarse, Goku lo tomo de la mano y otra vez llego a donde estaba dicho grupo.
-Hey chicos! Lo siento, es que estoy muy emocionado a decir verdad. El es mi amigo, su nombre es Vegeta. -Presento Goku con una sonrisa Vegeta.
-Ehmm… como sea. -Le respondió Broly para retirarse con su grupo. -Insecto… -Dijo Vegeta frustrado, tomando con mas fuerza la mano de Goku. Este hizo caso omiso al comentario de Broly y se fue nuevamente a las casas a pedir dulces. Llego a su primera víctima. Al momento de que la chica disfrazada de pikachu les abriera, siguió un “dulce o trato” por parte de Goku y Vegeta al unísono.
-Vaya… un samurái EH? Jajá me caes bien chico, con tal no llenes de nada mi casa, te daré unos dulces. -Respondió la mujer dándole una cantidad considerable de golosinas.
-Gracias joven. Este es mi amigo Vegeta, el también vino conseguir un par de dulces. -Le dijo Goku señalando a Vegeta.
-Ah… Este… que simpático eres jajá. -Río la mujer para cerrarles la puerta algo nerviosa.
-¿Dije algo mal? -Cuestiono he mirando a Vegeta, quien solo se encogió e hombros, en señal de ni el saberlo. Y así fue.
Caminaron por toda la colonia con la suerte de encontrar dulces para aquella noche. Ambos comían e vez en cuando una barra de chocolate que les regalaban las personas o una paleta de dulce. Por algo en cada casa que pasaban, la canasta de Goku era la que llenaba, mientras que la de Vegeta e mantenía vacía. Ambos se preguntaban el porque ¿Acaso era un nuevo método de ahorro? No lo sabían y la respuesta no les caía del cielo.
Después de haber invadido mas de 30 casas del vecindario, se sentían exhaustos, observaron una colina con vistas a la ciudad iluminada. Escalaron dicha cuesta, se sentaron en la suave grama de este miraron el paisaje iluminado de la ciudad.
-Mhh… no lo entiendo. Se supone que tu canasta debería de estar llena. -Opino el menor sacándose la cabeza.
-No lo se. Nadie me da dulces, de seguro es por mi apariencia. -Le respondió el mayor cabizbajo quitándose sus guantes.
-No digas eso Vegeta. Por lo menos yo te miro bien. -Respondió inocente el menor, haciendo que Vegeta se sonrojada y volteara ver al frente. Goku río internamente mientras miraba el paisaje, observo de reojo a Vegeta, tomo su canasta y vacío la mitad en la de Vegeta. Ambos tomaron un dulce nuevamente, al abrirlo y devorar el dulces dentro de este sabor mora, la curiosidad de lo que decía el envoltorio de Vegeta lo mataba.
Inconscientemente se recostó en las piernas de este, quien no dijo nada, observó Goku con una sonrisa en su rostro mientras sobaba los suaves cabellos de Goku. Este aprovecho para ver el envoltorio de vegeta con el escrito “Me encontraste” miro el suyo “Seamos amigos” la sonrisa de su rostro se amplio tanto que le llegaba de oreja a oreja.
Empezó a saltar por todo el lugar y a gritar eufórico. Miro nuevamente Vegeta con la misma sonrisa, lo tomo de la mano y ambos se fueron a la casa del menor con una noticia agradable que contar.
CONTINUARA….