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La Señal por Silvia_Riffie

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Uzumaki Naruto, a sus ojos de niño púber era solo el perdedor de la clase, el chico inadaptado, de familia disfuncional, era el “raro” y la bolsa de boxeo de los más bully.

La presencia de éste en su vida no era nada, solo el estúpido de la clase que le gustaba meterse con todos, más de una vez habían tenido un encontrón, donde él, Sasuke, había salido vencedor, los años pasaron, y algo que él notó como el resto de la clase, es que Naruto comenzó a mutar de un feo y escuálido mocoso, a un hermoso chico, tenía curvas descaradas para un hombre, un trasero que se encumbraba, verlo correr era una delicia, cuántas veces se tuvo regañar a sí mismo por quedarse embobado viendo al rubio.

Claro que nadie aceptaba que Naruto era toda una belleza, que tenía una gran sonrisa y una inteligencia que escondía por miedo a que lo golpearan más de lo que ya lo hacía.

Pero si recordaba bien, podía conmemorar todas las veces a lo largo de su niñez y pubertad riéndose para adentro de alguna estupidez que Naruto había dicho, cómo era ameno estar con él en los castigos, cuál de los trataba de sacar de quicio al otro.

Incluso osó tener el amago de acercarse a Naruto, porque el rubio brillaba más que el mismo oro o un cristal a sus ojos, y ese brillo lo estaba encandilando, más no fue el único en encandilarse con él, ni el único en desearlo, hubieron más personas que notaron los cambios.

Eso sin lugar a dudas fue la perdición de Naruto, e increíblemente también la suya. Fue el punto de quiebre para el Uzumaki, cambiando para siempre, y siendo literalmente un espiral de tragedias y venganza, arrasando con todo a su paso, sin medir consecuencias.

Todo a causa de esa maldita fiesta, donde un grupo de chicos abusaron de Naruto, drogándolo y haciendo un vídeo de aquello, cuando se dio cuenta de eso, quiso hacer algo, pero su Tío Madara fue categórico en decir que no había pasado ahí y que nadie le creería, a así fue a pesar de haber hecho las denuncias, nadie creyó la historia de Naruto aún con un vídeo de por medio, simplemente lo dejaron como si fuera una puta, y él, Sasuke, no fue capaz de defenderlo, de hecho mintió para esconder tal acto aberrante, algo que le costaría muy caro, el único que hizo algo por el Uzumaki fue Itachi.

Claramente Naruto se salió de la secundaria, y no lo volvió a ver en años, a pesar que trataba de saber de él, algunas veces le preguntaba a Itachi como si no quisiera la cosa sobre el “perdedor” su hermano soltaba una que otra información nada muy concluyente.

En esos años, hizo lo pudo para resaltar en los estudios y estudiar medicina, en medio tuvo varias novias, hasta conocer a Haruno Sakura. Si lo pensaba en frío en algún momento la amó ¿quizás?, no lo podía negar, realmente la quiso mucho, decidió hacerla su compañera de vida, ella igual estudiaba medicina, ella se quería especializar en pediatría, y él en Neurología.

Tenían química y una excelente comunicación, incluso se colocaron las argollas de compromiso, estaba decidido a casarse con ella, ¿Quién podría ser mejor que ella? Nadie…

Excepto claro Uzumaki Naruto, la persona de la cual estaba enamorado de niño.

Por eso al volverlo a ver, su mundo se vino patas para arriba, ya Naruto no era ni la sombra de lo que alguna vez fue, e increíblemente se volvió a fijar en él, casi obsesivamente, la única diferencia, que esa vez fue mucho peor, y no habría vuelta atrás.

Volverlo a ver como un prominente médico y con un apellido diferente “Naruto Hatake” hijo adoptivo del gran Hatake Kakashi, prominente médico traumatólogo, director de la clínica en donde hacía su internado. Lo primero que sintió fue fascinación por la destreza de Naruto, a pesar de tener la misma edad, Naruto llevaba años de delantera, ya era un médico adjunto, cuando él recién era un interno.

Naruto podía ser un maldito calvario, no era solo él quien lo pensaba eran todos sus compañeros de interno, por algo lo llamaban la “Arpía” Se cuchicheaba por los pasillos que el rubio era capaz de enamorar a cualquiera, y que tenía la ropa interior suelta, a pesar de aquellas palabras, nadie las decía de mala manera, porque todos lo admiraban, era simplemente un genio como pocos, además de ser terriblemente guapo y tener dinero, además decían que era un buen amante, era todo el maldito paquete completo.

Habían tenido más de un encontronazo, porque Naruto siempre se las ingeniaba para ponerlo en apuro, y retarlo, era su pasatiempo humillarlo, a pesar de que por alguna razón estaba aprendiendo más que los demás internos, al ser siempre la lobo de sacrificio para el gran Dios Zorro Hatake, como también le llamaban, era bien sabido que el rubio no comía ovejitas, él iba por las presas difíciles.

Un día simplemente colapsó tras recibir una gran riña, por culpa de un enfermero que no hizo lo que él le había indicado, y como ese enfermero se acostaba con Naruto, éste prefirió creerle a ese hombre antes que a él.

Si pudiera volver el tiempo atrás, no se arrepentía de lo que había hecho, porque ciertamente aquello fue decisivo para caer en el infierno junto a Naruto, en uno que arrasaría con ambos y con todos en el radio de impacto.

Se encontraban en una junta de médicos, estudiando la razón de la muerte de un paciente que estaba a cuidado de Sasuke y que había muerto por omitir un medicamento que debía ser administrado para contrarrestar los efectos secundarios de otro médicamente.

Naruto como siempre estaba exponiendo impecablemente el caso, con esa maldita memoria fotográfica, por supuesto culpándolo a él de todo y liberando al enfermero de culpa, en su arrebato de ira, expuso “la verdad” de Naruto.

- Cállate – Rugió – Realmente le dije al enfermero Kimimaru que debía colocar ambos medicamentos juntos, pero claro prefieres creerle a él porque es tu amante, y porque en el fondo siempre me has odiado desde que lo que pasó en esa maldita fiesta hace tantos años, verdad Uzumaki Naruto, porque no le dices a la junta, quién eres en realidad, por qué has estado tantos años aquí y no le has dicho a Minato-San que eres su hijo, el hijo que Kushina Uzumaki ocultó en secreto –

- … - Por primera vez en todo el tiempo que llevaba en el hospital, vio a Naruto abrir la boca y cerrarla sin  saber qué decir. Realmente le había asestado un golpe que no vio venir.

- Madara de verdad no lo recuerdas, fue el chico que echaste de casa el día de la fiesta, al que amenazaste con denunciarlo – No quiso agregar la violación, porque era un tema delicado para Naruto.

- Dirás la vez en donde tus amiguitos me drogaron y violaron, puedes decirlo con toda confianza, ya que comenzaste hablar, di como tu tío, el amante de Minato Namikaze, me amenazó con que mi propio progenitor me acusaría de cualquier cosa y me secaría en la cárcel, cuando apenas y tenía casi quince años – La gélida voz de Naruto calló todo el cuchicheo que había  en el lugar, mientras sus fríos ojos azules miraban directamente a los azules de quien era su padre biológico.

Ante la sorpresa e incomodidad de todos, Naruto soltó una risita casi sin gracias, al ver a tanto Minato como a Madara fríos, lo peor es que el Namikaze había enarcado una ceja al escuchar sobre la violación y las amenazas, eso avecinaba pelea. Pero también Minato parecía lleno de un orgullo que ninguno de sus otros dos hijos le habían dado, Yahiko era un músico de poca monta, con problemas de depresión e ira, y Deidara era un drogadicto.

- Así es, soy tu hijo biológico, porque como yo no te considero mi padre, espero que tú no me consideres tú hijo. Mi padre se llama Kakashi Hatake, y jamás nunca podría considerarte para de mí, ya que por tu culpa, la muerte de mi madre quedó  en impunidad, tapaste a mi pobre abogado pro bono, con amenazas, y documentos firmados por mi madre en caso de efecto secundarios, y claro que los entiendo, no somos dioses, cometemos errores, y matamos gente con nuestra negligencia, bueno yo no, pero no todos los médicos pueden ser como yo  - Dijo rápidamente – Pero como bien viste igualmente me deshice de Danzo Shimura, y ahora quiera o no Madara Uchiha, el muerto de hambre, putazo como llamó también es dueño de aquí, y en todo caso, Sasuke si esta es tu manera de desviar el tema, créeme que no lo será, y tú eres el médico, tienes que cerciorarte que los enfermeros hayan hecho su trabajo, no tienes por qué confiar que los demás harán las cosas solo por ordenarlas –

Se levantó con elegancia para salir de ahí, y aún escuchando los gritos de Kakashi, siguió a Naruto. Lo vio entrar a una de las habitaciones de suministros y él entró también ahí.

- Qué mierda quieres ahora – Gritó furioso Naruto, yendo hacía él y queriendo golpearlo, pero Sasuke fue más rápido y lo esquivo tomando su brazo, obligándolo a caminar hasta llegar a la pared – Sueltamente – Chilló tratando de usar una rodilla para golpearlo en entre pierna, por poco se salvo de aquello.

- Te daré lo que quieres – Susurró Sasuke antes de besarlo con una necesidad que desconocía, mandando al demonio todo su autocontrol, a su prometida y su raciocinio.

Al parecer aquello Naruto tampoco se lo vio venir, porque no opuso resistencia al beso al principio, luego de unos segundos trató de quitárselo de encima, pero al abrir la boca, le dio acceso total a Sasuke, y en algún momento del beso el rubio se rindió, también mandando al carajo años de odio y dolor.

Entre caricias bruscas, besos candentes y palabras para denostar al otro, terminaron haciéndolo en medio de la habitación de suministros, Sasuke tomó a Naruto, no de una manera delicada y bella como en los cuentos y novelas de amor. No, fue un acto de necesidad, de hambre por años, fue brusco al entrar y salir, pero esa agresividad a ambos lo encendió más.

Sasuke supo entonces que había encontrado su perdición en la vida, y sabía que el costo que pagaría sería alto, pero por amor a todo lo hermoso en el mundo, su añoranza, su hambre por Naruto bien le valía estar en el mismo infierno, si con eso obtenía al rubio.

Ese día habían cruzado todos los límites establecidos, en el momento que se encontraban a solas, las chispas volaban a su alrededor, y comenzaban nuevamente a ser devorado por el otro.

- A pesar de esto aún te odio y voy acabar contigo – Le decía Naruto en cada oportunidad después de acabar de tener relaciones o besarse.

- También te odio, y te llevaré conmigo al infierno, que no te quepa duda – Le prometía él, haciendo que Naruto lo mirara exasperado y poniendo los ojos en blanco para marcharse, siempre se iba primero del lugar que fuese que estuvieran.

Ambos fiel a su palabra hicieron aquello, Naruto comenzó un juego despiadado, enamorando a Itachi, era la pareja de su hermano mayor, fue en su propia fiesta de aniversario con Sakura, que llego su hermano de la mano de Naruto, presentándolo como su novio, ante la estupefacción de Sasuke, que no podía creer el sádico juego que el rubio estaba haciendo.

Por supuesto que pelearon y claramente terminaron teniendo sexo en el baño, un rapidito bastante violento, mientras que Itachi y Sakura ingenuamente los esperaban en el jardín.  Tanto Naruto como Sasuke mordieron al otro, solo para que tuviera problemas con su pareja.

Estaban conduciendo por un acantilado con los ojos vendados y los frenos malos, en algún momento todo se iba a ir a la mierda. Sasuke sabía que Naruto también lo pensaba, pero ambos estaban tan absorto en la pasión que los consumía que no les importo mentir y engañar a quienes ellos llamaban parejas. En realidad para ambos solo importaba el otro, el mundo giraba solo entre ellos dos.

Comenzó como una pieza de dominó de alguna manera Naruto se había apoderado junto a Kakashi con el más de cincuenta y un por ciento de las acciones, convirtiéndolos en los dueños del hospital, les arrebató lo más preciado a monetariamente hablando a los Uchiha. Y de alguna manera Naruto se las ingenió no solo para enamorar a Itachi, a él, Sasuke, sino también a Madara.

Los problemas no tardaron en venir, porque Itachi se dio cuenta de lo que estaba sucediendo, su hermano idiota no era, además conocía muy bien a su hermano menor. Para rematar las cosas Sakura estaba embarazada y quería adelantar el matrimonio.

Con su hermano tuvieron una gran pelea, una que los llevo a los golpes, a decirse cosas insólitamente mordaces, se hirieron de tal magnitud que la relación de hermano para siempre se vio desquebrajada. Pensó que Itachi dejaría a Naruto, pero no, de hecho dijo que se lo iba a llevar a los Estados Unidos. Ninguno estaba dispuesto a terminar las enfermizas relaciones que tenían con el Uzumaki, ambos estaban completamente y irrevocablemente obsesionados con él.

Por supuesto las cosas entre Itachi y Naruto también estaban mal, el rubio quería terminar pero Itachi se negaba aceptar la ruptura, y el menor le debía tanto al Uchiha que no podía dañarlo más, su única opción siguió siendo la mentira y la manipulación. Naruto no podía dejar a Sasuke, a pesar de su odio por el pasado, estaba más o igualmente obsesionado con el menor de los hermanos. Sasuke por su parte deseaba terminar con Sakura, le dijo que no quería casarse con ella, pero que se haría cargo del hijo que esperaban, pero la chica le dijo que no era opción o se casaba con ella o nunca más la vería. Sasuke por  muchos días pensó en mandarla al carajo, sin importar al hijo, para él solo existía Naruto, fuera de eso nada tenía sentido.

 En medio de toda esa locura, Yahiko se mató lanzándose del balcón de su departamento en decimo sexto piso, y una carta diciendo que no podía seguir viviendo, que lo había perdido todo, que ahora comprendía como debió de sentirse su madre. Conmocionando a todos a su alrededor, el comienzo de las tragedias por los hilos de manipulación de años de trabajo de Naruto comenzaban hacer el trabajo de culminar su siniestra venganza.

Presenció como Naruto se negó en atender a Deidara por una falla hepática, incluso hizo la forma de dejar que un residente hiciera la intervención, con tal caña y malicia que dejó helado a más de uno, Minato no salía del shock en el que Naruto lo había sumergido.

- No salvaste a mi madre, ellos ni siquiera se presentaron para su funeral, por qué debo hacer algo por ellos, no me interesa enterrar a todos los Namikaze, de hecho espero vivir para verlos a todos bajo tierra – Dijo como si entonara un cantico de maldición, para luego marcharse de ahí entre una malvada risa.

Sasuke fue tras él, después de asegurarse que alguien competente atendiera a Deidara, fue detrás Naruto, un habito ya instaurado en él, seguir la espalda de aquel malvado zorro, Sasuke sabía que Naruto era malvado y aún así no podía dejar de quererlo cerca, a pesar de que ese hermoso veneno lo matara, estaba dispuesto a beberlo, solo por una caricia más.

- Qué demonios te pasa Naruto, sé que lo odias, pero es tu hermano, quieres que también muera – Dijo al encararlo.

- Tranquilo no morirá – Aún podía recordar con la seguridad que lo había dicho, como si supiera que eso no iba a suceder.

- Qué demonios quieres conseguir –

- Quiero que paguen, quiero ver este maldito mundo arder, quiero Minato sufra todo lo que mi madre y yo sufrimos por su abandono, quiero que todos paguen por lo que me hicieron, no me importa si todos mueren en el proceso – Chilló histérico, con los ojos casi desorbitados y llenos de lágrimas.

- Mentiroso – Sasuke lo acorraló, otro hábito suyo – Cuando murió Yahiko, viniste a por mí por sexo salvaje, para que te hiciera olvidar la muerte de tu hermano, para acallar con gemidos tu sucia consciencia – Lo acusó

- Cállate y preocúpate de tu mujer – Sasuke supo que había dado en el clavo, pero que su rubio era tan tozudo que jamás lo iba aceptar.

- Todavía no lo es – Aclaró

- Pero pronto lo será…

El ultimo gran suceso tuvo que ver con Madara, éste terminó con su adoración de toda la vida, Minato Namikaze, porque prefirió optar por Naruto. Provocando un colapso mental en Minato tuvo que ser ingresado a una clínica psiquiátrica, escuchó como Itachi le preguntaba a Naruto si se había acostado con Madara, pero Naruto le dijo que jamás en la vida lo había hecho, que Madara estaba obsesionado con él y no sabía por qué, si jamás habían tenido nada. Obviamente su hermano le creyó, pero él, Sasuke, No, a leguas se notaba que Naruto estaba mintiendo, pero era tan bueno que pocos podían darse cuenta de que lo hacía.

Lo peor vino, cuando Naruto puso una orden de restricción a Madara, además de llevarlo a la quiebra, fue testigo de eso pero se quedó callado en cada uno de los hechos atroces del rubio, porque se sentía culpable por la violación que años antes había padecido, culpable por no haber hecho nada, por haber mentido cuando la policía le preguntó si de verdad el chico había sido víctima de violación. Todo era por culpabilidad porque sentía que ese monstruo era su culpa, si él hubiera apoyado a Naruto, si hubiera dejado su cobardía de lado, quizás Naruto no se hubiera convertido en el Dios de la venganza.

Madara terminó atacando a Naruto, casi lo viola, Itachi lo salvó por los pelos pero su hermano fue apuñalado gravemente por su tío, casi pierde la vida. Madara no se detuvo ahí, cuando llegó a su casa para buscar algunos enceres para escapar se encontró con Gaara y Sai, y fuera de sí, golpeó a Sai dejándolo inconsciente y para luego golpear hasta casi matar a Gaara y violarlo, cegado por la venganza, le dijo al pelirrojo que culpara de su mala fortuna a su mejor amigo Naruto. Sai al recuperar la consciencia y ver a su novio completamente destrozado, usó su arma de servicio, Sai era policía encubierto, y terminó asesinando a su padre en defensa propia.

Para empeorar las cosas, habían encontrado la cinta de vídeo de la violación de Naruto y como un intento de asesinato, porque esos chicos trataron de matarlo ahorcándolo, solo se salvó porque Sasuke los encontró, y todo eso había quedado registrado en la cinta de vídeo. A consecuencia de la cinta, el caso se reabrió, haciendo que los violadores y casi asesinos de Naruto quedaran bajo investigación y detenidos, mientras tanto Sasuke se convirtió en testigo.

Sakura seguía presionando con casarse, y Sasuke terminó aceptando, quería alejarse de todo eso  harto de todas las tragedias, y comenzar una nueva vida junto a su novia de toda la vida y su hija, en el vano y estúpido intento de escapar de Naruto, cuando éste era su mundo y de eso no podía escapar, aún solo si cerraba sus ojos podía evocar el calor de su Dobe, el sabor de sus labios, conocía ese cuerpo mejor que el suyo, incluso el sonido de su respiración. Aún así tenía que hacer el intento de escapar de ese maldito embrujo y salvar la poca cordura que le quedaba.

Por primera vez vio a Naruto llorarle, el día previo a su matrimonio, le rogó que no se casara con la chica, que no era una artimaña, que de verdad lo amaba y que no podía estar sin él, que se fueran juntos al fin del mundo si lo deseaba, que también estaba harto de todo y quería comenzar de nuevo.

- Maldito Teme, no te cases, por favor, elígeme, sé que estoy dañado, que he hecho las cosas mal, pero cambiaré por favor, por favor quédate conmigo – Le escuchó rogar entre llanto.

- No puedo elegirte – Dolió como si estuviera tragando el más corrosivo ácido decir aquello – Te amo, pero esto que tenemos es enfermo, tú estás enfermo, y yo no puedo más con esto, además cuántas vidas más quieres destruir, tú amigo está en coma, Sai en la cárcel, tu padre en un psiquiátrico, Deidara e Itachi están hospitalizados, no podemos largarnos al fin del mundo, tengo una hija en camino, y una mujer que me ama –

- Yo también te amo, más que ella, desde siempre te amado –

- No lo sé Naruto, no sé si eres capaz de amar alguien, solo sé que estás muy enfermo y yo también, por amor a lo más grande en mi vida que eres tú, no puedo seguir con esto, necesito paz y jamás la tendré contigo porque no sabes que es, solo conoces de caos …

Fue la penúltima conversación que tuvieron, él se casó, y al momento de firmar ese libro se arrepintió, por un instante quiso escapar e ir por Naruto, esa noche, su noche de bodas fue a la casa de Naruto, pero no fue capaz de entrar, volvió al lado de su nueva esposa y cuando le hizo el amor solo pudo pensar en lo desgraciada que sería su vida, sin tener a Naruto en ella.

El juicio por el intento de homicidio y violación a Naruto comenzó, y él fue llamado como testigo, días después de su discreta boda. Él ilusamente pensó que sería un trámite más, que daría su testimonio y ya, una vez hecho aquello se marcharía con su esposa a un país donde Naruto y su venganza no los alcanzar.

Iluso, tonto y estúpido fue, el fiscal lo acuso de ser cómplice de asesinato y violación, que levantaría cargos contra él, porque había realizado perjurio la primera vez cuando dio su testimonio a la policía.

Él terminó siendo también víctima de la venganza sin fin de Naruto. Mas no era solo culpa de Naruto, eso lo sabía, fue su culpa, por todas las malas elecciones que había hecho en su vida, incluyendo no haberse marchado con Naruto cuando éste se lo imploró, seguramente ya sabía que iba a pasar aquello.

A pesar de la acusación y el levantamiento de cargos, pensó que iba a tener que pagar un gran multa para salir de ahí, libertad condicional quizás con firma quincenal, sin oportunidad de salir del país, y pagar con servicio público.

Su hija nació, Sarada, era una hermosa bebita de cabellos negros, el segundo amor en su vida, amaba a su hijita, y con Sakura las cosas iban bien, aún a pesar de la incertidumbre que le provocaba el tema del juicio, no lo pensó mucho no pensó que fue tan grave, sus abogados le decían que estuviese tranquilo.

Nada lo preparó para saber que también pagaría con cárcel su error de juventud, le dieron siete años de presión, con opción a libertad condicional pasado cinco años, fue como un balde de agua congelada sobre su cabeza. Pudo ver como Sakura lloraba desconsoladamente con su bebé en brazos, y también el horror en el rostro de Naruto que estaba acompañado de Itachi, las personas pensaron que el rubio lloraba de alegría de al fin tener justicia, pero claramente lo estaba haciendo porque él, Sasuke, iría a la cárcel.

- Necesito hablar contigo, cuando estés listo, ven a verme sabes dónde estaré – Le dijo al Uzumaki con voz calmada, aceptando su realidad, era hora de pagar por su pecado, él era tan o más culpable en la miseria de Naruto, si no se hubiera quedado callado nadie habría muerto, nadie estaría viviendo aquellas horribles situaciones. Se fue sin esperar respuesta del conmocionado rubio,  fue a despedirse de su hija y su mujer que lloraba con desolación. Se sintió la peor persona del mundo, ni siquiera le importó el sufrimiento de Sakura o el que su hija crecería con su padre en la cárcel, solo le preocupaba lo solo que quedaría Naruto.

Su padre, le pagó protección dentro de la cárcel para que no le hicieran nada, los primeros días fue un infierno que aguanto estoicamente, al fin estaba donde siempre supo que iba estar por enredarse con Uzumaki Naruto.

Hablando del diablo se demoró en ir a verle, un año tardó Naruto en visitarlo, cuando lo vio, el rubio parecía diferente ya con casi treinta y un años.

- Hola Dobe, pensé que ya no vendrías – Costaba verlo, como siempre Naruto brillaba era letal y ponzoñosamente hermoso.

- No pude antes – Se rascó la cabeza en un acto de nerviosismo – No podía venir antes – Aceptó más para sí que para Sasuke – Yo…Yo lo siento tanto –

- No llores por la leche derramada, tú mismo dijiste que ibas acabar conmigo, lo que pasa es que no pudiste prever que te ibas a enamorar locamente de mí –

- Quizás siempre lo estuve – Naruto le hizo el quite a su oscura mirada.

- Quizás yo también siempre lo estuve de ti –

- ambos en el mismo infierno… –

- Pero en lugares diferente de él – Terminó la frase del rubio – Sé que terminaste con Itachi, y sé lo que hiciste tanto por Minato como por Deidara –

- Ya no quiero ser un monstruo – Reconoció tímido.

- Eso está bien, cómo está Gaara, Sai no viene a verme, en el fondo me culpa de todo –

- Creo que está bien, las cosas entre nosotros ya no son iguales, no me perdona la violación que sufrió, y lo entiendo mejor que nadie, no me extrañaría que se vengara de mí, pero luego recuerdo que él no tiene el carácter y la mente tan retorcida como la mía –

- Siento mucho que perdieras a tu amigo –

- En el camino de la venganza perderás hasta el alma, ¿no dicen que cuando maldices al alguien debes cavar dos tumbas, la de esa persona y la tuya? –

- Así dicen – Se quedaron en silencio por varios minutos, ambos tomados de la mano – Hazme un favor Naruto – Vio los añiles ojos azules del rubio viéndolo curiosos – Vuelve con mi hermano, prométeme que lo harás feliz, por todo el daño que nos hemos hecho, que les has propiciado a tantos, hazlo por redención, vuelve con él, y amalo tanto o más de lo que alguna vez me has amado –

- Me estás pidiendo un imposible – Naruto apretó fuertemente la mano con la cual sostenía la mano de Sasuke – Nunca seré capaz de amar a nadie como a ti –

- Entonces haz lo que siempre has  sabido hacer, miéntete  y a los demás, hazte creer que amas a Itachi mucho más de lo que alguna vez creíste amarme – Le dolía decir aquello – Lo nuestro no tiene futuro, quizás en otra vida, pero ninguno merece ser feliz, hemos hecho tanto daño a los demás y entre nosotros mismos –

- No puedo vivir sin ti – Los ojos de Naruto se cristalizaron – No es justo que te ame tanto, y de tal manera –

- La vida no es justa Dobe – Besó la mano del rubio – Ama a mi hermano, escapa de Japón viaja con él lejos de aquí, en este lugar solo hay tragedias para ti, comienza de nuevo, hazlo por ambos ¿sí? Prométeme que serás inconmensurablemente feliz, que serás libre de este pasado, ¿sí?, y quizás en otra vida, en otro mundo tú y yo nos reencontremos y seamos felices juntos –

Naruto asintió con la cabeza incapaz de emitir palabra porque su garganta estaba apretada y solo quería llorar desconsoladamente.

- Te amo Usuratonkachi – Le sonrió sacando fuerzas que no tenía para dejar ir al único ser que había amado en su vida realmente – No vengas nunca más a verme, no te pido que me olvides, porque yo no sería capaz de olvidarte nunca –

- Sí, lo haré, te juro que seré feliz con Itachi, aún si tengo que mentirme a mí mismo para hacer feliz a tu hermano, aún si debo pensar que él eres tú…

Esa fue su última conversación, un año pasó, lo último que supo era que Itachi, quien no lo iba a ver desde que ingresó a la prisión, había llegado a un acuerdo multimillonario en Estados Unido con una empresa de tecnología, por lo cual debía estar una temporada el país norteamericano, Naruto quien volvió a ser pareja de su hermano, iría con él. Eso fue todo lo que su madre estuvo dispuesta a contarle en las pocas cartas que se intercambiaban.

Los días pasaban y para él todo era monótono, trabajaba en la enfermería al ser médico, eso ayudaba mucho dentro de la prisión, consiguió una red de protección, prestaba servicios a todo aquel que lo necesitara, lo llamaban Suiza por no estar relacionado con ningún bando, por lo mismo era respetado y cuidado por todos, eran quien los curaba cuando no querían que los guardias supieran de sus riñas. Los años pasaban volando…

Un día le avisaron que tenía visita, le extrañó, Sakura ya no lo visitaba, habían firmado meses atrás los papeles de divorcio, y ella se había mudado a otro distrito a vivir junto a su nuevo novio y su hija. Sus padres tampoco lo visitaban así que era raro, al llegar vio a Deidara.

- Hola –

- Hola Sasuke – El rubio parecía otro, más gordito y sano, de lo que él podía recordar.

- Disculpa que haces aquí – No podía comprender porque estaba ahí.

- Si Itachi sabe que estoy aquí quizás se enoje conmigo – Dijo nervioso – Pero encontré esto y es para ti – Le pasó una carta sellada “Para el Maldito Teme” la caligrafía de era de Naruto. Casi tembloroso la tomó, abriéndola para extraer la carta.

“Teme;

Sé que dijiste que nada de visitas, así que pensé enviarte una carta antes de que me vaya a gringolandia con Itachi.

Estoy haciendo lo que te prometí, lo estoy amando como si fueras tú, es lo mejor que puedo hacer, comencé a ir a terapia, y perdoné a mi padre, quizás es el primer paso para que yo sea perdonado.

Perdón, perdón por destruir tu familia, destruir tu vida, lamento profundamente que las cosas se salieran tanto de control, haré lo que pueda para enmendar y subsanar los errores que cometí en  mi estúpido camino de venganza.

No quiero irme a Estados Unidos, porque aunque tú dices que no hay oportunidad para nosotros, yo creo que sí, pero no quiero forzar nada, simplemente quiero que sepas que te esperaré todo lo que sea necesario, aún si somos ancianos, dentro de tanta locura y dolor, tú fuiste mi oasis, la persona por la cual me levantaba cada mañana.

Nunca pensé amar tanto a otra persona, te amo tan insanamente que me llega a dar miedo, pero las promesas son promesas, por eso no iré a verte, pero espero que tú vengas a por mí, quiero que cuando seas libre luches por mi amor como yo lo haré por ti.

Si no soy capaz de amar verdaderamente a Itachi, ven por mí y ámame, merecemos ser feliz, sé que en el fondo Itachi lo entenderá, tampoco es  justo para él, que lo use como tu sustituto, sé que debo parecer una horrible persona, pero tú siempre has sabido quién soy, por eso te amo, porque contigo siempre puedo ser yo.

Cuídate en prisión, piensa en mí, añórame como yo lo hago, te amo infinitamente, quiero estar contigo, sueño contigo, nadie me dijo que este sería el costo de la venganza, si lo hubiera sabido jamás lo hubiera hecho.

En fin, te lo suplico Teme del demonio, ven por mí, te juro que las cosas serán diferentes y seremos felices al fin.

Tú eres mi mundo…

Siempre tuyo Naruto”

Sasuke no se dio cuenta que lloró mientras leía la carta ni que sonreía bobamente, su maldito Dobe Usuratonkachi siempre encontraba las formas de sorprenderlo.

- Cómo está – Preguntó ansioso.

- Sasuke – Deidara lo miró con pena, tomo aire antes de hablar, y eso al Uchiha no le gusto, por su cara no era nada bueno – Naruto está en coma hace más de dos años, ayer tuvo una crisis y quedó vegetal – Informó con dolor.

- Qué – Sasuke arrugó la carta ante la sorpresa de lo dicho por Deidara.

- Papá está tramitando la posibilidad de que puedas salir de la cárcel con asistencia policial, para que seas capaz de despedirte de él, Naruto dejó instrucciones si quedaba vegetal quería que lo desconectaran y lo dejaran morir, pero nadie se atreve hacerlo e Itachi dijo que debías saberlo, que debías despedirte de él – Explicó angustiado el rubio.

Sintió un dolor indescriptible solo entendido por aquellos que habían perdido al amor de sus vidas podrían comprenderlo. Se sintió desfallecer, luego de aquella noticia, había una estática como señal de televisión que impedía que se escuchara con claridad otras cosas y luego a Negro.

Le dijeron que había tenido un colapso nervioso de tal tamaño que tuvo que ser ingresado en el hospital, donde tuvo otro ataque de pánico, y tuvo que ser amarrado a la camilla.

Cuando volvió en sí, Itachi estaba frente a él, con un rostro de angustia, no fue capaz de emitir palabras.

- Sabes siempre me dije que Naruto solo te utilizaba, como lo hizo con Madara para conseguir su estúpida venganza, traté de creerme eso, pero sabes que lo decía en coma, solo tu nombre, no sé qué tipo de enfermo amor tienen ustedes pero es más fuerte que yo, y aunque amo a Naruto hace tiempo que renuncié a él, quizás debí decírtelo, pero hace unos meses comencé una relación con Deidara, le juré a Dios que si era capaz de sacar a Naruto del coma lo dejaría libre para que estuviera contigo, pero Dios es un niño con juguetes decidió que era hora de destruir al arruinado juguete de una vez por todas –

- Yo … -

- No digas nada, no tienes por qué hacerlo, ve a verlo, ya hablaron con la policía, saben que no eres peligroso, además la orden del juez salió hace unas horas, tienes permitido ir a despedirte de Naruto, la pregunta aquí, ¿te sientes en condiciones? –

- Sí – respondió tratando de hacerse el fuerte.

- Bien, vamos –Fue hacia la puerta la abrió y habló con una pareja de policías, entro una enferma y lo ayudo a levantarse y lo subió a una silla de ruedas como si estuviera lisiado.

Naruto estaba conectado a soporte vital, su cuerpo ya no hacía nada por él, era médico sabía perfectamente que no había vuelta atrás, se levantó despacio de la silla, afuera de la habitación estaba Minato, Kakashi, Iruka, Deidara, incluso un lloroso Gaara y Sai, no se paró en observar nadie,, entró al lugar para ver  a su amor.

En los huesos, tantos meses de coma, lo tenían así, solo alimentado vía sonda con los nutrientes esenciales. Naruto tenía el cabello largo, nunca se lo vio así antes, parecía frágil, abría y cerraba los ojos era un acto reflejo, no es que estuviera lucido de lo que hacía.

- Qué demonios te pasó Dobe, porqué no eres capaz de cumplir una sola promesa -  Gritó asustando a más de uno – Te dije sé feliz, sale de Japón, pero no, tenías que hacerme la contra y quedarte en coma – Estaba llorando lo sabía – Por qué me escribes una carta de que espere por ti, que luche por ti y terminas en esta situación, por qué me dejaste solo maldito Naruto -  Sollozo –Qué mierda se supone que haga yo sin ti, uuuufff – Se limpió sus lágrimas – Está bien Dobe, tú ganas, como siempre – Se acercó él mientras llamaba a Kakashi – Vete Naruto, mereces descansar, todos estaremos bien – Miró a los ojos sin vida del amor de su vida – Tu papá, Deidara e Itachi estarán bien, también tu otro papá Kakashi e Iruka, mira si hasta Gaara está aquí llorando, viste que no te odiaba – Se acercó al oído de Naruto – Yo estaré bien, no te preocupes por mí, sabes que es inevitable lo que sucederá, así que tranquilo, descansa mi amor, lo mereces, sé feliz por favor donde quiera que estés, te amo en esta vida, en la pasada, en la presente y en la futura, incluso en un multiverso también serías el único a quien amaría – Besó los resecos labios del rubio – Hazlo – Le dijo a Kakashi – Ya libéralo de este dolor – Vio como Kakashi dudaba de hacerlo - ¿No puedes? – El galeno negó con la cabeza – Lo haré yo –

- Sasuke –

- Tranquilo Kakashi, sé hacerlo aún, además déjame cargar con esto, es mi responsabilidad y de nadie más – Rodeo la camilla y fue junto al soporte vital, desconectó cada aparato que mantenía con vida a Naruto y luego retiró el tubo de oxigeno – Está bien Naruto, aquí estamos todos – Los demás habían entrado para despedirse – Ve tranquilo –

Sintió como alguien lo abrazaba, era Itachi, el sonido del soporte vital comenzó a sonar, notificando como Naruto dejaba de existir, Kakashi rápidamente apagó la máquina para dejar de escuchar el sonido. El llanto de Gaara, Deidara e Iruka, le avisaron que el amor de su vida había fallecido.

Sasuke deshizo el abrazo y salió del lugar, sin volver a ver el cadáver del que fue el amor de su vida, él ya no estaba ahí, escuchó como lo llamaban pero no hizo caso, pasó por el lado de los oficiales, quienes lo siguieron, Sasuke llego a la parte en donde estaba una sala de suministro, la misma en donde tuvieron sexo por primera vez con Naruto, y esa sala tenía un truco, fue más rápido que los oficiales y se encerró en ellas, rápidamente corrió uno de los anaqueles de almacenamiento, viendo un pequeño ascensor, era en caso de emergencias, se podía usar para llegar al primer piso o a la azotea. Se subió en él y fue hacía el segundo destino.

El viento de la noche chocó contra su piel, no había vuelta atrás, Naruto ya no estaba más, no había razón para seguir existiendo. Sin él nada tenía sentido para él, si su tonto Dobe no era feliz tampoco él.

Caminó hasta el borde de él, muy seguro de lo que iba hacer pero no por ello sin miedo.

“Dios si hay una vida después de la muerte, te imploro que me lleves con Naruto” Oró subiéndose a la cornisa de la azotea, la puerta se abrió de golpe, los oficiales e Itachi estaban ahí gritándole que saliera de ahí, era irónico que los oficiales lo apuntaran con un arma, misma acción diferente veneno.

- Se acabó para mí Itachi –

- Sasuke por favor No, tienes una hija –

- Ella no me necesita, y francamente no la amo lo suficiente para seguir con vida  - Dijo con calma a su hermano – Perdóname Itachi por hacerte sufrir así, y forzarte a perder a las dos personas que más amas en tu vida la misma noche – Su voz se quebró al final porque sabía que su hermano lo quería a pesar de todo.

- Sasuke por favor, no me hagas esto, Naruto no lo querría -

- Esa fue siempre la diferencia entre tú y yo, sobre Naruto, nunca lo conociste de verdad, esto es justamente lo que él haría si en esa sala hubiera muerto yo, y lo otro es que tú podías vivir sin él, yo no, él era solo una parte de tu mundo, para mí él era mi mundo y ya no está, no quiero seguir viviendo sin él, perdóname – Cerró los ojos y se lanzó al vacío en medio de gritos…

- Sasuke… Sasuke… Sasuke – Escuchó a lo lejos – Hey – Sintió como lo golpeaban en el costado de la costillas, haciéndolo despertar – La profesora está furiosa-dattebayo –

El Uchiha abrió los ojos sorprendido, viendo a un niño rubio a su lado sonriéndole nervioso, no tenía más de ocho o nueve años.

- ¿Naruto? – Llamó casi asustado.

- Sí, por qué me llamabas tanto en tus sueños, estabas llorando, todos no están viendo – Dijo bastante nervioso.

Sasuke recién se dio cuenta que estaba en el salón de clases de la primaria,  y en efecto todos lo veían, miró de nuevo a Naruto con sus grandes y azules ojos, sin poder evitarlo lo abrazó.

Luego ambos fueron regañado, primero pensó que había sido un horroroso sueño, pero no era aquello de alguna manera estaba en un mundo paralelo, Minato no se había divorciado de Kushina, y Naruto no era como “Su” Naruto aún así lo quería y trataba de protegerlo, pero las cosas en el camino para variar se habían enredado de tal manera que el rubio le tenía manía, habían similitudes en cosas que sucedían.

Como el día de la fiesta y en donde trataron de abusar de Naruto, pero él lo impidió, no iba a cometer los mismos errores, pero claro Naruto, en esta o en la otra vida, siempre le gustaba complicar las cosas, para variar ese día tuvo un accidente, casi se murió de miedo pensando que podría volver a perderlo, así que cada día durante dos semanas fue a verle, a estar con él, hasta que el Dobe despertó.

Despertó siendo un tifón haciendo cosas que antes no hacía, dejando de ser el tierno cabeza hueca que era antes del accidente, la manera de hablar, de cómo se comportaba, todo era diferente como si fuese otra persona. Rió histéricamente casi sin poder creerlo, casi creyendo como cuando niño que estaba en un sueño, porque ese Naruto que estaba haciendo una operación a un cerdo, era “SU Naruto”

En efecto era su Naruto, pero había un problema que Naruto tenía y él no, era los colapsos, era como si su alma quisiera volver al mundo original, y solo había una manera de que eso no ocurriese que muriese ese otro mundo, y él se iba encargar de eso, no iba a volver a perder al amor de su vida, como su nombre era Sasuke Uchiha…

Capitulo Siete … Prólogo Dos, volver a Nacer

 

Notas finales:

Esto es lo más tóxico que puedo escribir de esos dos, les dije, Que Hiroshima, Chernobyl, este SasuNaru, quiero leer sus comentarios, jijijij, amé escribir esta historia, que en lo personal es una de mis favoritas.


Mil gracias por leer y su infinito apoyo, nos vemos en Pose dos días más. MUAK ... Se me cuidan del corona, quiero que todxs sean capaces de leer el final de mis historias.


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