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La Señal por Silvia_Riffie

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Sasuke le dije al chofer de su familia que siguiera la moto, quería ver a dónde iba a su novio junto a un Hyuga. Él en el pasado se encontró con Hinata Hyuga, y ella le dijo que veía una alteración extraña en él. Fue la primera vez que comprendió que ese mundo no era un sueño, sino algo así como uno paralelo bastante parecido al del que venían, con sus diferencias, pero varios hechos eran iguales, para él que sentía tener la mente de un prodigio le resultaba difícil de comprender.


También leyó el libro que Naruto había pedido, eso terminó por confirmar que ese Naruto era “Su Naruto” su amado Dobe. Pero cómo le decía que era él, cómo le decía que había muerto en estado vegetal y que él al no aguantar su pérdida terminó suicidándose y cayendo a ese mundo, y qué pasó con Naruto  y Sasuke de ese mundo. Le dolía el estomago pensar en eso, mal que mal le había arrebatado la vida a su yo de esa realidad, con qué derecho pudo hacerlo.


Aún así ahí estaba viviendo una vida nueva, sin los pecados de errores sistemáticos que lo llevaron a destruir su vida y la de su familia. Vivía con el velo del remordimiento, sobre todo al estar con Itachi, fue peor cuando éste mostro amor por Naruto, otra vez, y para peor el rubio tenía una aversión por él, porque siempre terminaban comparándolos. Y claro que iba a ser el mejor de su clase y le llamarían genio tenía treinta y cinco años cuando acabo con su vida, contra niños de siete u ocho años era salvajemente superior, así que obvio que no era justo que comparan a Naruto ni a nadie con él, solo un adulto se le podría igualar en genio.


Pensando en aquellas cosas llegaron al centro comercial, vio como Naruto bajaba de la moto del Hyuga y le sonreía al Hyuga. Su vena más posesiva rugió por verlo sonreír  a otra persona, pero su vena racional le recriminó, él no era dueño de Naruto ni tenía porque enfadarse por solo verlo ser amistoso con otros…malditos viejos hábitos.


- Naruto – Llamó luego de bajar y decirle al chofer que esperara.


- Sasuke qué haces aquí – Naruto sonrió a su novio, pero aún así sintió extrañeza de verlo.


- Fui a buscarte pero te vi subir en la moto, te marqué pero obvio no contestaste, así que te seguí, recordé que dijiste que necesitabas venir al centro comercial y pensé que tu amigo te estaba dando un aventón – Explicó.


Neji miró al joven que acababa de llegar, de cabello negro, ojos en el mismo tono, todo parecía normal, no, la verdad todo estaba fuera de lo normal, era bastante guapo arriba de la media y parecía que éste estaba muy consciente de su valía, pero lo que más le consternaba era que tenía un aura extraña, igual a la de Naruto, pero no era solo eso, sino el hilo rojo del destino estaba unidísimo al rubio, y cuando decía unidísimo era eso, generalmente los hilos rojos eran delgados y estaban unidos en el dedo meñique, pero en este caso estaban unidos del corazón, algo muy extraño, demasiado, esos dos se amaban más de lo que cualquiera podría imaginar. El querer, desear una relación amorosa con alguno de los dos solo traería un sinfín de desastres para todos los que lo rodearan. Por si fuera poco también había otra cosa que los unía un hilo negro, el hilo de la muerte, ambos morirían juntos, eso era aún más extraños, casi nadie compartía ese hilo, tendría que preguntarle a su abuelo.


- Neji, este es Uchiha Sasuke, es mi novio – Presentó Naruto relajadamente, feliz de poder decir que el Uchiha era su novio, sin tener que ser su sucio amante de armarios de hospital. Como en su antigua vida – Teme, él es Hyuga Neji, nos hemos visto en algunas ocasiones trabaja en la biblioteca y fue él que me recomendó el libro – Explicó a su amado.


- No olvides además de que te enseñaré a distinguir las sombras negras – Dijo Neji, haciendo que Naruto se quedara callado y Sasuke enarcara una ceja – Oh, no se lo habías dicho, pensé que tu novio sabía – Sus mejillas se cubrieron de carmín por haber hablado de más.


- Eh, no importa es algo que tarde o temprano tengo que decirle a Sasuke – Naruto sonrió nervioso – En fin, muchas gracias Neji por traerme, y hablamos – Movió el teléfono móvil dando énfasis al “Hablamos”


- Un gusto Neji Hyuga – Sasuke dijo en modo de despido, tomando la mano de su Naruto – Vamos por un  café, Dobe se nota que lo necesitas –


- Fue un gusto, nos vemos, chao – Dijo poniendo en marcha su moto y desapareciendo de ahí.


- Teme eres un acosador, mira que seguirme, ¿No creerías que te iba a poner cachos verdad? – Naruto infló sus mofletes dulcemente.


- Por supuesto que no – Sasuke habló con voz aparentemente relajado se acercó al oído de su rubio y agregó – No hay nadie que te haga estremecer en la cama como yo, ni jamás lo habrá Usuratonkachi, tu cuerpo solo reacciona al mío, a mis manos y besos – Besó el lóbulo de su novio haciéndolo estremecer, escuchó un leve sonidito de extasíe del menor, movió su rostro hasta encontrar la boca de su amado y besarlo, sin importarle si alguien los veía feo. Bastante sufrieron en su otra vida como para preocuparse del resto de las personas.


- Vamos Sasuke, hay cosas que necesito hacer – Dijo en un suspiro Naruto apenas separado de Sasuke por unos centímetros con sus manos sobre los hombros del amor de su vida.


- Sí, vamos porque si seguimos así te querré hacer mío – Le susurró – Cómo será hacerlo en el baño de un centro comercial – Inquirió con una sonrisita coqueta – Auch –Naruto le mordió el labio.


- Deja de ser tan pervertido teme, me calientas mucho cuando dices esas cosas, pero me gusta gritar y en un baño de centro comercial nos oirán, sabes cómo amo tu verga entrando en mí –


- Calla o te hago mío aquí mismo – Sasuke le sonrió besando la frente del menor, bastante excitado, pero al verlo sonreír tan coquetamente, tan feliz como nunca lo vio en el pasado Dijo sin pensar – ¿Sabes que te amo? Si no te lo he dicho Naruto Namikaze Uzumaki te amo, en esta vida, en la anterior y en la que viene siempre te amaré – Lo volvió a besar siendo gustosamente recibido por él.


- También te amo Sasuke, cómo no tienes idea – Naruto lo abrazó escondiendo su cabeza en el pecho del mayor,  aún Sasuke era más alto que él, pronto lo alcanzaría, mientras tanto era delicioso poder esconderse ahí. Amaba a Sasuke y jamás dejaría de amarlo y había algo insano en ese Sasuke que lo traía de cabeza, porque le recordaba a “Su Sasuke” y se deprimía pensando  en la vida de éste en prisión, sin saber qué pasaba con él, agradecía que la carta que escribió para él días antes de ir a Estados Unidos no la envió, el teme se volvería loco de leerla y saber que él estaba en coma. La razón primordial para volver a ese otro mundo era solo por Su Sasuke. Pero teniendo a ese Sasuke que estaba abrazando se sentía tan completo como si no necesitara nada más en el mundo que estar ahí junto a él. Simplemente se sentía libre y feliz junto a él de vivir su amor sin miedo a dañar a otros.


- Naruto jamás en la vida me dejes, jamás me abandones – Le suplicó pensando en la recaída que antes había tenido – Sin importar qué, siempre elígeme –


- Tú me elegirías a pesar si hago de tu vida un infierno – Recordó la vez que le rogó que se fugaran porque el fiscal le había dicho que presentaría cargos contra Sasuke, y aunque Naruto le suplicó al fiscal que no lo hiciera, no había nada que hacer el Uchiha había cometido un delito y debía pagar por él. Por eso fue tan desesperadamente a su casa antes de su matrimonio a rogarle que se fuese con él, pero Sasuke no lo eligió harto de todo su veneno y eso le rompió el corazón de tantas maneras inimaginables.


- Siempre, aún sí nos vamos al averno, gustoso lo haría si estoy a tu lado – Respondió sin dejo de duda en su voz, levantó el rostro de su amado para que se viesen a los ojos, de hecho Naruto sintió que la voz y mirada del Sasuke era bastante segura sobre su respuesta, le sonrió bobamente una vez antes de besarle con amor feliz de la respuesta. – Ahora sin embargo solo quiero caminar contigo hasta una cafetería o al baño del centro comercial lo que diga mi dulce Dobe – Le susurro con amor una vez se separaron.


*


Kushina se movió de aquí para allá, bastante nerviosa, se mordió el pulgar, lo soltaba y volvía a morderlo, balbuceaba unas cosas y luego tomaba su teléfono tecleaba algo y volvía a ponerse más nerviosa.


Minato la observaba desde detrás de su laptop bastante curioso de todo el nerviosismo que su ex mujer presentaba – Kushina qué te tiene tan alterada – Preguntó temeroso.


- Oh – Kushina saltó al escuchar la voz de Minato, pero luego lo miró – Aaah – Exclamó – Bueno – Dijo mordiendo su dedo pulgar, para luego suspirar – El nuevo presidente de la editorial con la que trabajo me está invitando a cenar – Sus mejillas se tornaron rojas como unas tiernas manzanitas.


- Oooh – Minato no supo qué decir, por eso solo exclamó sorprendido - ¿Pero eso es bueno o no? –


- Es que no lo sé – Kushina fue a sentarse frente a Minato, no había nadie que la conociera mejor que él – De verdad no lo sé, las veces que nos hemos visto, hemos peleado – Ante la mirada inquisitiva de su ex, agregó – Bueno yo he peleado con él, o sea él casi me atropella en el estacionamiento, y luego discutimos en el ascensor  -


- De la editorial –


- No, aquí – Respondió – Él nuevo presidente de mi editorial, vive aquí, es quién no le quiso vender su departamento a Naruto –


- ¿En serio? No nunca me he topado con él, y cómo es –


- Bastante caliente – Dijo sorprendida de hablar de esas cosas con Minato – Es alto como tu Madara – Dijo con voz fastidiosa – Tiene un cuerpo de infarto, y el cabello cobrizo y ojos como entre ámbar, almendra y marrón es extraño y tiene una sonrisa socarrona –


- Por lo que te escucho te gusta – Sonrió divertido tomando su taza de café que ya estaba casi fría – Y por qué te está invitando a salir –


- No lo sé, dijo que le guste desde que me vio en un programa de cocina, luego me vio en la editorial y después acá – Kushina se rascó el cabello con ambas manos nerviosa – Nunca he tenido una cita en mi vida, con alguien diferente a ti-Ttebane – Dijo histérica.


- Pero siempre hay una primera vez para todo – Minato tomó la mano de Kushina – Deseo que seas feliz, inmensamente feliz, te lo mereces, te he hecho sufrir, he sido un patán, y jamás me voy a dejar de arrepentir de cómo manejé las cosas, no merecías todo lo que te hice, y menos merezco yo que me perdones por todo, que me dejes vivir aquí, y aceptes mi amistad, así que preciosa mía, debes ser feliz, quién sabe quizás este tipo sea quién te haga feliz, y si te hace algo solo me dices y lo matamos entre ambos –


- Gracias cariño, y la culpa no fue solo tuya, fue de ambos – Apretó la mano de su ex – Sigues siendo tú a quién llamaría si mato a alguien para deshacerme del cuerpo y crear una cuartada, lo sabes cierto –


- Siempre –


- Uuhy que se ven bonitos de la manito – Molestó Yahiko entrando en la sala de estar que estaba conectada a la cocina.  Fue a la nevera en busca de algo frío para tomar. – No me digan que van a volver –


- No digas idioteces mocoso – Kushina le gritó levantando su mano en un puño amenazador – Mejor dime quién es tu pareja Nagato o Konan – Tenía mucha curiosidad de saber si tendría nietos o no, porque Naruto y Deidara estaban muy enamorados de sus parejas.


 


Yahiko se quedó congelado con la puerta de la nevera abierta y él apretando el mango del electrodoméstico, mirando el fondo blanco de la nevera sin saber qué había ido a buscar, la pregunta de su madre lo descolocó, y cómo le decía a sus padres, que había ido un paso más allá de sus hermanos.


 - No nos digas que Konan y Nagato son novios y tú eres el mal tercio – Minato observó a su hijo silencioso como sepultura. – Oye la energía no la regalan cierra la nevera –


Yahiko tomó la botella con zumo de naranja y cerró la nevera, tomó un vaso del fregadero  y vertió líquido en él, se lo tomó de un sopetón y volvió a colocar más jugo.


Minato y Kushina se miraron entre sí ante tanto silencio de su hijo, sin comprender por qué estaba tan nervioso – Bueno y bien, dirás algo o no – Pregunto impaciente la mujer – Con quién sales con Nagato o con Konan –


Yahiko miró a sus padres quienes le miraban expectante, se armó de valentía y lo dijo – Salgo con los dos –


- Qué – Gritó Kushina.


- ¿Los estás engañando? – Minato se levantó sorprendido – No puedes hacer eso –


- Yahiko, cómo puedes jugar con el corazón de esos chicos –


- No, no, no, no entendieron – Se defendió el chico de sus padres – Tenemos una relación, los tres tenemos una relación amorosa, salimos entre los tres, tenemos una relación poliamorosa –


- Qué, qué – Kushina y Minato hablaron a la vez.


- Es que me gustaban ambos, no podía decidirme, entonces tanto Naruto como Deidara me dijeron que fuera honesto, les dije a ambos que no podía decidirme por uno de ellos, porque realmente quería a los dos –


- ¿Y ellos aceptaron? – Kushina se llevo una mano a la frente asombrada.


- Me sorprende que no te golpearan – Comentó Minato igual de sorprendido que su ex.


- De hecho Konan digo que también gustaba de ambos, el que estaba más indeciso fue Nagato, pero terminó cediendo porque dijo que me amaba y que quería mucho a Konan – Explicó – Así que sí, salgo con los dos a la vez, los tres juntos somos como huevos revueltos, entienden juntos… -


- Ya, si entendimos – Cortó el rollo Kushina, cuando Yahiko hablaba así era porque estaba muy nervioso – Hace cuánto estás en esta relación –


- Unas semanas – Yahiko miró a sus padres - ¿Muy sorprendidos? – Cerró un ojo medio bastante nerviosos que sus padres le comenzaran a gritar.


- Bastante – Reconoció Minato – Ya pensé que nada me sorprendería después de ver a Naruto convirtiéndose en un médico y un mega multimillonario, pero debo aceptar que tú has ganado por goleada a tus hermanos –


- No sé qué decir, o sea, pensé que eras heterosexual, no que haya problema que seas bisexual, pero hijo ya una pareja da bastantes problemas, no crees que dos es caos infinito – Kushina solo dijo lo que pensaba.


- Bueno generalmente son ellos dos contra mí – Aceptó Yahiko – Pero está bien, tenemos buena comunicación  y pactamos que si sentíamos que esto no era para nosotros, o uno de nosotros se enamoraba de otra persona, lo dejaríamos ir –


- No diré que acepto esto de buenas a primeras – Fue sincero Minato – Pero tampoco me opongo, lo que te haga feliz, para mí está bien, siempre y cuando eso no implique dañar a nadie, he de reconocer que desde hace un tiempo eres bastante diferente, más feliz, la universidad y tu banda te hacen bien, y si ellos te complementan en tu vida, por mí está bien, aunque no sé cómo serán las fiestas navideñas con los padres de ambos –


- Oh Dios – Kushina largo a reírse pensando en sus tíos los padres de Nagato – Te deseó suerte hijo –


- Gracias padres por su apoyo – Pudo volver a respirar – Le diré que ustedes saben –


- Está bien, invítalos a comer cuando tengan tiempo – Insistió Kushina.


- Si mamá – Salió de ahí hasta con las orejas sonrojadas y la risa de sus padres detrás de él.


*


Itachi y Deidara trataban de tener un almuerzo en tranquilidad, pero Fugaku no estaba contento de descubrir que sus dos hijos, sus dos únicos hijos fuesen homosexuales, no es como si pudiera desheredarlos, botarlos a la calle y ya. Él no creía que esa era la manera de lidiar las cosas, siempre pensó que podría pasar que uno de sus hijos gustase de su mismo sexo, ¿pero los dos?


Tampoco iba a mentir y decir que estaba contento con la situación ¿Quién lo estaría? No es que fuese a crucificarlos, pero aquello no era lo óptimo para él. Miró a su señora que estaba menos feliz que él, al menos él trataba de ocultarlo pero Mikoto no hacía nada por disimular su mal gusto, y no era justo a su parecer que se desquitara con Deidara, a Naruto no le hacía eso, bueno quién podría contra ese chiquillo, que de la nada se sacó un título de médico, y cientos de miles de millones de dólares en su cuenta bancaria y solo en juegos de Azar.


- Mikoto – Llamó la atención de su esposa al escucharla decir que si Itachi se iba a involucrar con un hombre que fuese con uno que no tuviera una apariencia tan femenina, que para eso era mejor una mujer de verdad – Basta –


- Fugaku, cariño, tú tampoco estás contento con esto – Apuntó a Itachi y Deidara.


- Si hubiera sabido que ibas a tratarnos tan mal, no hubiéramos venido a comer, no hubiera expuesto a mi Deidara a esta incómoda situación – Itachi dijo molesto a su madre – Sé que no es fácil entender que no uno, sino los dos hijos que tienes sean homosexuales, pero es lo que hay, y lamento profundamente no llenar tus expectativas en tus perfectas y maqueteadas vidas que hiciste para nosotros dos y que arruinamos –


- No me hables así – Mikoto elevó la voz – Soy tu madre –


- No le hables mal a Deidara, es mi novio y pretendo pasar toda mi vida junto a él –


- Tú y tu hermano son unos egoístas, les hemos dado todo, para qué, para que me salgan que tienen parejas hombres, que son incapaces de darme un nieto – Chilló.


- No sé Sasuke, pero yo no quiero tener hijos – Itachi dijo claramente – Nunca he pensando en ello y sinceramente no creo que quiera tenerlos –


- ¿Ah no? – Deidara lo miró sorprendió – Yo si quiero tener hijos – Dijo suavemente.


- ¿Ah sí? – Mikoto miró al rubio - ¿Y cómo? –


- Hay varias formas, puedo adoptar, pero me gustaría más tener un vientre de alquiler,  en Estados Unidos, ya es muy usado, puede elegir entre una gran variedad de óvulos e inseminarlos, éstos se congelan y cuando quiera puedo tener un hijo, es al menos una posibilidad – Explicó.


- Dei quieres tener hijo – Eso pilló desprevenido a Itachi.


- No ahora, estoy recién en la universidad, pero sí en un futuro me gustaría tenerlo, pero eso es algo que debemos hablar entre los dos si en un futuro estamos juntos, yo sé que jamás te dejaré porque te amo tanto y sé que tú me amas, pero nadie sabe qué pasará en el futuro –


- Al menos eres centrado – Aceptó Mikoto – No te ves tan amenazador como tu hermano menor y eso también me gusta, perdona mi impertinencia de antes, es solo que estoy frustrada con todo esto, pero si dices que deseas tener hijos entonces no me opongo, realmente quiero ser abuela –


Itachi se guardó un gran insulto a su madre manipuladora, ahora si estaba bueno, tener que darle nietos para que aceptara su relación, odiaba esa parte de su madre. Claro que entendía que no estuviera contenta con tener a sus hijos en relaciones homosexuales, pero eso no le daba el derecho de faltarle el respeto a su novio, menos ofenderlo, y aunque su Dei no dijera nada, sabía que estaba herido que lo llamara afeminado, siempre lo habían llamado así en el pasado, sufrió de acoso en el pasado y eso lo había marcado.


Deidara sonrió débilmente a su suegra, sabía que Mikoto Uchiha una gran empresaria de moda, era bastante complicada de llevar, era dulce y muy buena con sus hijos, pero tenía una vena salvaje y apasionada, en su trabajo solía ser muy cruel, estaba acostumbra a decir lo que pensaba sin medir consecuencias algunas, ya que todos en estar en un posición inferior le eran incapaz de rebatir sus dichos, pero eso no aplicaba a él.


Fugaku tenía que darle un punto al rubio por su entereza a la hora de hablarle a Mikoto, ella no era una persona fácil – Deidara sé qué estás estudiando arte, pero en qué te quieres especializar –


- Estoy estudiando pedagogía en artes, y luego deseo sacar la licenciatura, me gusta la escultura, aunque también pinto y hago otras cosas, pero mi idea es enseñar a niños con aptitudes especiales, ahora trabajo con una fundación a la que le dono dinero hace unos meses y además imparto tallares dos días a la semana –


- Qué interesante, ¿Itachi lo has acompañado? –


- No, no he podido asistir, tengo clases a la hora que Dei tiene sus talleres – Había querido acompañarlo pero tenía una de las asignaturas más complicadas derecho constitucional.


- Es bueno que no descuides tus estudios – Dijo complacida la mujer – Puedo acompañarte un día tus talleres me gustaría verte en acción –


- Sí, claro – Dei le sonrió aceptando su petición, Naruto no sabía la que le esperaba.


*


Naruto y Sasuke estaban comiéndose a besos en el baño para discapacitados del centro comercial, de alguna manera el Uchiha había convencido a Naruto de hacer esa locura.


Sasuke se movía en el interior de Naruto con rudeza, una que hacía suspirar a su amado, lo besaba para que no gritara, la verdad era que siempre querían comerse entre ellos, eran como animales en celo, y siendo ambos jóvenes tenían mucha más resistencia de la que alguna vez tuvieron en su otra vida.


Naruto mantenía los ojos cerrados, su cuello dolía por la posición en la que estaban, el tenía su pecho pegado a la pared, Sasuke lo penetraba con su pecho pegado a la espalda de Naruto, una de las manos de Sasuke estaba en su miembro masturbándolo y la otra masajeando un pezón, Dios como amaba cuando el Uchiha lo dominaba de esa manera.


El orgasmo llegó en cuestión de minutos, ambos ahogaron sus gemidos de placer en el beso, fue largo, sucio y apasionado.


- Te amo Usuratonkachi – Besó el cabello del rubio saliendo de su interior, tomó papel higiénico para limpiar el miembro de Naruto de su semilla, luego se quitó el condón y lo lanzó al inodoro.


- También te amo Teme –


Ambos agradecieron que ese baño estuviese vació cuando salieron, se lavaron las manos y salieron pitando de ahí, con una sonrisa maldadosa en los labios.


Naruto al fin pudo hacer sus compras, la razón de ir al centro comercial es porque había un joyería en donde había mandado hacer regalos para su familia y debía ir a recogerlos. Con las ropas que andaban y al ser tan jóvenes nadie pensaría que tenía el dinero para comprar ahí, discretamente el encargado de la tienda le paso el paquete con sus encargos, luego por supuesto que Naruto diera el visto bueno en cada joya.


Abandonaron rápidamente el centro comercial luego de eso con miedo a que alguien los hubiese visto, le pidieron al chofer de Sasuke que los llevara a casa del rubio, entraron saludando al conserje, que aún mantenían en su puesto porque primero el hombre necesitaba su trabajo, de hecho vivía en el edificio con su familia sin tener que pagar alquiler y eso aliviaba mucho la billetera del hombre, además vivía otra persona en el edificio que también requería  la ayuda del conserje.


Subieron a uno de los departamentos que Naruto tenía para él solo, uno en donde él y Sasuke desataban todo su deseo por el otro. Dejaron las compras en cualquier parte y terminaron teniendo sexo una vez más, pidieron comida a domicilio para luego seguir amándose.


Ya era de noche, Sasuke le pidió a Deidara que iba a estar en casa de sus padres que por favor trajera su uniforme y cosas para el instituto, por supuesto previo al permiso de sus padres para quedarse en casa de Naruto, la condición era clara al día siguiente debía estar en casa.


- Dobe qué cosas negras o no sé qué te iba a enseñar ese chico – Sasuke estaba acostado en la cama y Naruto sobre su pecho recostado, estaban en el momento de hacerse mimos suaves y perezosos.


- Mmmmm – Naruto se desperezó  antes de hablar, se estaba quedando dormido ahí en el pecho del amor de su vida – Tengo un don, desde siempre, puedo ver siluetas negras alrededor de las personas, entre más tenga más posibilidades de que esa persona muera hay, y también luces blancas cuando alguien esta rebosante de vida, o lleno de felicidad – Le confió a Sasuke – Siempre las he visto, pero las que más veo son las negras, es fácil trabajar en medicina con esa mirada de ultratumba, sé cómo priorizar a las personas, sé cuando una no corre peligro de muerte y cuando sí –


- Vaya eso es sorprendente, ¿se lo has dicho a alguien más? – Sasuke pensó en la vez que Naruto muy seguro le dijo que Deidara no iba a morir, ahora todo tenía un poco de sentido.


- Solo a Kakashi y Gaara, a nadie de mi familia aún – Respondió somnoliento – Ahora a ti, mi amado hijo de putas – Sonrió amaba llamarlo “Teme” aún sabiendo el terrible taco que era, trataba de no decirlo frente a los padres de este sobre todo porque Mikoto era de temer, siempre lo fue.


Aun recordaba los cachetazos bien dado que le dio cuando Sasuke ingresó a prisión, lo llamó peste, paria, una maldición, un destructor de familias, qué podía decir contra la ira y las palabras de una mujer que había perdido su hijo menor y al mayor casi lo ve morir, todo por su causa, tenía razón en odiarle y tratarlo mal, nunca lo acepto menos cuando Sakura se alejo de la familia y se llevo a su nieta lejos de ellos para siempre, o al menos lo que él recordaba.


- ¿Nadie en mi familia tiene uno de esos monos feos? –


La pregunta hizo reír a Naruto sobre todo en lo de monos feos, jamás se le ocurrió llamarlos así – No, al menos no he visto a nadie, todos están muy saludables –


- Bien, si ves una de esas cosas tienes que decirme de inmediato – Beso la mano de su novio.


- No, por favor Sasuke – Naruto rodó los ojos al sentir el miembro de Sasuke despertar y presionar contra su muslo. – No soy de hule-Dattebayo – Hizo un puchero.


- Entonces si quieres puedes meterlo tú – Susurró sensualmente ofreciéndose a su amor.


- Mmmm, interesante idea, pero hoy deseo ser quien reciba a esa deliciosa verga en mi interior – Llevo su mano desocupada al miembro de su novio y comenzó a masturbarlo con pereza, haciendo suspirar al Uchiha – Naruto se puso sobre él como si fuese un gato, bajo su cabeza para besar los pezones de su hombre.


Sasuke tampoco dejo sus manos tranquilas, una se coló traviesamente en la entrada del menor, un dedo, luego dos y después tres,  su novio ya estaba dilatado pero le gustaba follarlo con los dedos, busco ese lugar que hacia enloquecer a su Dobe, escuchó el gemido ahogado del rubio al tocar su próstata. Naruto levanto su trasero y con ayuda de Sasuke se colocó sobre el miembro de éste y su entrada comenzó hacer llenada, Sasuke lo tomó de las caderas para que el chico se llenara por completo y una vez más se unieron una danza de sonidos sucios, besos candentes, manos traviesas, gemidos y palabras de amor.


*


Minato se despidió de Kushina deseándole suerte en su cita con el presidente de su editorial, sonrió felizmente de ser a su ex mujer y nuevamente su mejor amiga volver a las citas, merecía ser feliz, después de su conversación llamó al hombre y le dijo que aceptaba la cena para esa noche.


Deidara e Itachi aún estaban en casa de este último, Naruto  y Sasuke en el departamento del primero haciendo lo que mejor sabían hacer comerse entre ellos, debería estar enojado por eso, pero sabía que no podría hacer nada para evitar que esos dos dejasen de ser una pareja de conejos. Yahiko estaba con su banda parecía feliz como nunca lo vio antes, ya no parecía estar apagado y melancólico como siempre, sino que estaba más vivaz y agradecía aquello. Gaara y Sai estaban en casa de Kakashi iban a cenar con ellos.


Así que tenía la casa completo para él, el sonido del citofono distrajo sus planes para ver una película y hacer palomitas.


- Hola –


- Minato –


- Madara qué haces aquí – Sintió su corazón acelerado.


- Traje comida, vengo en son de paz –


- Entra – Le abrió la puerta y colgó su corazón no dejaba de latir, qué hacía ahí, quizás quería ver a Sai, era su padre tenía el derecho, ¿debería marcarle a Sai? Mierda, pensó, corrió a un espejo parecía un espantapájaros, tenía el cabello revuelto, llevaba puesto un pantalón deportivo, andaba en calcetines y una sudadera ploma. Oh Dios ni siquiera se había cepillado los dientes después de comer, corrió al baño asearse sin pensarlo bien abrió la ducha y se baño rápidamente mientras se cepillaba los dientes, también fue a su habitación a colocarse ropa pero el sonido incesante del timbre lo tenía de los nervios, soltó una cantidad de tacos impresionantes, suspiró y bajo de su habitación con una bata.


Respiró profundo antes de abrir la puerta, para regular su respiración y no mostrar nervios, la abrió y vio a Madara arrebatadoramente guapo vestido de pantalón de tela negra, una camisa del mismo tono y cabello tomado en una coleta.


- Hola Minato – Madara sonrió al ver su pareja en bata, con el cabello mojado.


- Hola Madara, por favor entra – Lo dejó pasar – Sai no está aquí, fue a cenar con Kakashi, quieres que lo llame –


- No, vine a verte a ti – Madara miró el lugar era bonito, el zorrito tenía buen gusto – Alguien me chivo que estarías solito, y que mi compañía te haría bien – Dejó en la mesa de la cocina la comida que llevaba consigo.


- Quién – Minato se extrañó, no creía que alguien de su familia le avisará, quizás fue Sai.


- Kushina – Madara sonrió abrazando a Minato por la espalda poniendo su cabeza entre el cuello y el hombro del menor – Me sorprendí cuando recibí su llamado, me dijo que estarías solo hoy y que no era justo que fueses en el único sin compañía – Susurró en el oído del menor besando su lóbulo haciendo estremecer al rubio – Te extraño tanto amor –


Minato cerró los ojos, su parte más racional le decía que no se dejase manipular por el Uchiha, pero su parte más salvaje quería que Madara lo tomara ahí mismo en la cocina. No, se dijo con fuerza no podía caer en los encantos de su hombre, tenía que ser fuerte, amaba vivir con sus hijos otra vez no quería perder su independencia. Con fuerza sobre humana deshizo el agarre de Madara.


- No debiste molestarte, aún estoy molesto contigo – Dijo con toda la dignidad que tenía – Si quieres puedes quedarte pero no tienes permitido tocarme, iré a vestirme, puedes calentar la comida mientras tanto y elegir una película – Salió antes de que la mirada cargada de deseo de Madara lo hiciera dudar de su decisión.


Madara lo vio subir las escaleras, sus piernas se veían al abrirse la bata por subir las escaleras, suspiró quiso seguirlo a su habitación y hacerle el amor, pero eso qué traería de bueno, absolutamente nada. Pensó en Naruto y los pasos de bebé.


Puso la comida en el horno microonda mientras buscaba una película para ver, lo mejor sería una película militar tomó Pearl Harbor. Minato bajó unos minutos después ya vestido con unos jeans y una polo blanca y el cabello aún mojado.


Minato al llegar el Uchiha ya tenía servida la comida, un solomillo de ternera con vegetales salteados y polenta, de su restaurante occidental favorito de la calle X de Tokio, vieron la película en silencio mientras comían. Minato se emocionó con el final.


A pesar de las horas Kushina no llegaba le mandó un mensaje diciendo que Madara aún estaba en casa y si su cita estaba bien pero no recibió respuesta, se preocupó, esperaba que el hombre con el que salía fuese un tipo decente.


- Pasa algo – Madara dijo después de observar la preocupación del su amado.


- No, nada, es solo que me preocupa Kushina, fue a una cita pero ya es pasado medianoche – Revolvió su taza de té distraídamente.


- Tranquilo, quizás la está pasando bien y se olvidó de la hora, recuerda nuestras primeras citas – Besó la mejilla de Minato para relajarlo.


El sonido de las llaves en la puerta los distrajo, la risa de Kushina llegó a ellos, Minato salió a recibirla, frente a él, estaba su ex esposa y un hombre alto de cabello cobrizo y largo, ojos marrón rojizo bastantes inusuales, alto como Madara y un cuerpo de infarto.


- Hola Minato, veo que estás acompañado – La voz de Kushina denotaba que estaba bebida, se rió – Mira Kurama ese fue el hijo de putas que me quito a mi marido – Apunto a Madara – Y soy tan buena que le dije que Minato iba a estar solo. Solo porque quiero que mi querido amigo de toda la vida sea feliz, aunque no me guste a quién eligió amar –


Minato miró al mencionado Kurama – Hola, buenas noches, Soy Minato Namikaze, el ex esposo de Kushina –


- Lo sé – Tomó su mano firmemente – Me habló de ti –


- Lo siento – Se sintió apenando ¿Había algo peor que hablar de ex en una primera cita?


- Tranquilo, yo le pregunté quién eras tú, y ella solo contestó mi respuesta con mucha información demás –


La puerta se abrió nuevamente entrando Sasuke con Naruto, Deidara e Itachi, Sai junto a Gaara y Yahiko con Konan y Nagato.


- Okey estoy se puso incomodo – Dijo Madara.


- Papá qué haces aquí – Sai miró al hombre pelirrojo de reojo pero fue junto a su papá para saludarlo.


- Yo lo llamé –


- Mamá estuviste bebiendo – Naruto dijo molesto, su madre sabía que no podía beber porque estaba en tratamiento, también miró al pelirrojo medio extrañado.


- Mi doctorcito no te enojes con tu paciente, solo tomé un poquito –


- Mamá te estás tambaleando – Deidara había llamado a Sasuke diciendo que habían llegado al edificio para entregarle sus cosas, así que la pareja decidió ir a dormir al departamento familiar después de bañarse se encontraron todos en elevador.


- No es para tanto –


- Mamá como qué no es para tanto, sabes que en tu condición debes cuidarte – Naruto la regañó – Sabes que tu salud está delicada, papá cómo la dejaste beber –


- Oye, Kushina salió a una cita, acaba de llegar –


- ¿Cita? – Los tres hijos dijeron a la vez mirando con detención al fin al pelirrojo que estaba en la casa.


- Cómo que cita – Deidara dijo espantando.


- Hay no es muy difícil de creer o ¿sí? – Fue el turno de Kushina de estar molesta – Ustedes todos tienen a sus parejas, estoy rodeada de parejas amorosas, y yo no puedo tener alguien que me quiera a mí, en todo caso no se preocupen hablé de mi ex en mi primera cita así que lo arruiné –


- Quién ha dicho eso – Kurama sonrió a la mujer – A mi gustas, y no me molesto que hablaras de tu ex, no fue con amor o deseos de estar con él, solo me contaste un poco de tu fallido matrimonio –


- ¿Ah sí? – Lo miró sonrojada, haciendo que sus hijos la miraran sorprendido.


- Okey es hora de ir a la cama – Minato dijo juntando sus manos – Un gusto Kurama con conocerte –


- Oye Uchiha ¿te quedarás aquí? – Naruto miró a Madara


- No lo sé, depende de tu padre –


- No hagan mucho ruido tengo que ir a clases temprano – Dijo Deidara Besando la mejilla de su madre – Buenas noches tortolitos –


- Nos vemos en la mañana – Itachi dijo en modo de despido, y así siguieron todos.


- Naruto no vas a dormir – Preguntó Minato viendo que era el único que quedaba el lugar además de los mayores.


- Voy por agua carbonatada – Eso hizo reír a Madara – Uchiha también quieres –


- Claro por qué no – Siguió a Naruto hasta la cocina.


- Bien yo los dejo – Minato se despidió para seguir a su hijo y pareja a la cocina. – Vamos arriba luego, tu madre necesita privacidad – Le susurró a su hijo.


- Quién es ese – Dijo en el mismo tono bajito Naruto.


- Al parecer tu nuevo padrastro zorrito – Molestó Madara, ganándose un golpe de Naruto – Auch – Ahogó una risa.


- Buenas noche papá – Besó la mejilla de Minato una vez que tomó una botella de agua carbonatada – Adiós padrastro numero uno – Dijo divertido a Madara quién se atraganto de la risa por la sorpresa haciendo reír al menor.


- Te quedarás a dormir – Preguntó Minato una vez que Naruto desapareció de la primera planta.


- Solo si es un tu cama –


- No harás nada más que dormir a mi lado si te pasas de listo te la cortó – Amenazó.


- Está bien – Tomó la mano de Minato y la besó – Lo prometo, me portaré bien –


Subieron las escaleras juntos dejando a Kushina y Kurama solos.


- Lo siento esto ha sido terrible – Kushina moría de vergüenza.


- No te preocupes, tienes una familia singular –


- Oh sí, los niños rubios y el de cabello cobrizo son mis hijos, Naruto el mejor, es médico ¿lo puedes creer? – Abrió grandemente sus ojos – Deidara será artista y Yahiko músico, y el pelirrojo es Gaara es como mi cuarto hijo, y los demás pelinegro son sus parejas, Nagato y Konan son la de Yahiko –


- Cómo – Kurama no sabía que pensar de la familia Namikaze Uzumaki, eran un petardo de familia.


- Quieres café – Kushina ignoró su pregunta caminado hacia la cocina.


- Si claro…


*


La mañana siguiente fue un lío, todos corrían por aquí y por allá, los baños se hicieron pocos por lo que Deidara e Itachi bajaron al taller del rubio. Naruto y Sasuke hicieron lo mismo. Pero todos subieron a tomar desayuno.


Madara llevaría a Sai a instituto, Kushina con resaca llevaría a Sasuke, Gaara y Naruto a su preparatoria. Minato aventaría a Yahiko y sus dos novios, mientras que Itachi y Deidara se irían en el auto del primero. Todos quedaron de cenar juntos, invitarían a Kakashi e Iruka, ya que Naruto tenía el día libre, también irían los padres de los Uchiha a quienes Kushina llamo esa mañana antes de irse cada uno a sus lugares de estudio y trabajo.


Naruto conversaba con Sasuke y Gaara tranquilamente esperando la llegada de su profesor, en cuanto llego todos se quedaron en silencio.


- Chicos, esto es inusual, pero hoy tendremos tres compañeros nuevos –


Todos se miraron entre sí, ya entrado el primer semestre, obviamente fue un hervidero de comentarios emocionados todos por nuevos compañeros.


El profesor llamo a las tres personas a que pasaran dentro del salón, Naruto no supo a quién mirar de las tres personas, y solo atinó de ver a Sasuke que parecía más blanco que el papel, frente a ellos estaba Neji y Hinata Hyuga, pero además de ellos estaba quizás la persona que más odio Naruto luego de Madara Uchiha en su otra vida, y esa persona era Haruno Sakura…


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