Avanzo rápidamente hasta una oscura habitación llena de mortífagos formando un circulo y justo en el medio de todos, el lord lo veía imponente con sus ojos rojos.
Apretó fuertemente su varita y posicionándose frente aquel temible mago, se arrodillo y juro ciega lealtad hacia los ideales de su lord, hasta que este le dio permiso de levantarse y dijo.
—Traigan al muggle.
Vio a los ojos al hombre que habían preparado para su iniciación, y levantando elegantemente su varita pronuncio—Avada Kedavra.
Cuando se dio cuenta la marca tenebrosa se encontraba grabada en su brazo izquierdo y el lord daba indicaciones para que el siguiente iniciado entrara.
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Una semana después, de que hubiera sido castigado, la relación de Sirius y Regulus se calmó, el menor ya no le lanzaba miradas de odio. No obstante, había algo que le empezaba a preocupar un poco; en algunas ocasiones noto que otra vez Mulciber y Avery estaban muy atentos a las acciones de su novio, y aquello no le gustaba para nada.
Pensaba en eso cuando la voz de Remus lo saco de sus cavilaciones—esto es extraño, han encontrado a dos muggles muertos cerca del valle de Godric—dijo su amigo preocupado mientras sostenía fuertemente el profeta.
—¡¿Qué?!— soltó alarmado pensando en sus padres, tomando el periódico para leer la nota.
—¿Fueron asesinados? —pregunto Peter temeroso.
—La noticia dice, que sospechan del uso de un Avada Kedavra en las victimas—respondió Remus.
—Eso no es normal—soltó Sirius pensativo y añadió—si un mago tenebroso lo hizo, por qué dejaría evidencia, para los Aurores.
—Tal vez porque quería que supieran que lo hizo un mago—anuncio, mientras le pasaba el profeta a Sirius.
La noticia del desayuno lo dejo un poco preocupado, sabía que sus padres eran unos magníficos magos, sin embargo, eso no evitaba que se preocupara por ellos, debido a su avanzada edad; a parte que le era sumamente extraño que se atacara a muggles cerca del valle de Godric, que desde sus inicios fue uno de los pueblos donde magos y muggles pueden convivir pacíficamente.
Aquello lo tuvo pensativo la mayoría de las clases y solo pudo despejar su mente un poco, en el entrenamiento de quidditch, gracias al viento sobre su cara y las difíciles maniobras que hacia sobre la escoba.
Una vez que el entrenamiento practico termino, dio unas rápidas indicaciones al equipo de los errores que observo y en los que debían mejorar y se apresuró a ir a las duchas de los vestidores.
Se preparó tan veloz que no espero a Sirius y se fue rumbo a la torre de Gryffindor, para escribirle una carta a sus padres; donde les pedía que tuvieran mucho cuidado y si podían se fueran de viaje unos días, en lo que se aclaraba bien la terrible muerte de aquellos muggles.
En el camino a la lechucería se cruzó con Sirius el cual venía con los demás miembros del equipo, y viendo que su amigo lo veía extraño por no esperarlo, levanto la carta y este rápidamente asintió comprendiendo para quienes era.
Cuando la lechuza partió vuelo, se sintió un poco más relajado, pero aun algo lo inquietaba, aunque no sabía con exactitud qué. Y cuando regresaba a su sala común, se percató de que extrañamente desde el desayuno, no había pensado ni visto a su Slytherin. Así que se apresuró a llegar a su habitación y aprovechado que Remus estaba obligando a Sirius y Peter a hacer los deberes; saco el mapa del merodeador y comprobó aliviado que su novio se encontraba en su sala común.
*****
Ahora que Regulus por fin pudo hablar con Black, se le veía de mucho mejor ánimo, que cuando el curso comenzó y eso estaba bien para él, puesto que su amigo, lentamente estaba volviendo a su estado habitual; y ya no veía con dagas en los ojos a James, lo que también estaba perfecto.
Se encontraba en clase de encantamientos, cuando la ya conocida sensación de la mirada de James sobre él, le llamo la atención; curiosamente el día anterior no había tenido señales de su novio todo el día, lo cual había sido un poco relajante, puesto que, aunque admitía que le gustaba pasar tiempo con el Gryffindor y que este le dedicara sus típicas miradas de borrego a medio morir, también le gustaba tener su espacio y ese día lo aprovecho para estar con Lily.
Desde que comenzó a estar con James, su tiempo con Lily y Regulus se redujo, y por ello le costó notar lo que su amigo estaba pasando, ahora que Regulus estaba mejor, quería estar con su amiga.
La pelirroja junto con Narcissa eran sus únicas amigas y antes de la rubia, de Regulus y de Lucios, Lily había sido su todo. Ahora tenía a sus amigos y a James. No obstante, de cierta forma aun le preocupaba lo mucho que este se estaba volviendo rápidamente parte de su vida.
Su romance con el Gryffindor sería algo pasajero, no lo sabía con certeza, lo único de lo que estaba seguro era que, en ese justo momento solo quería disfrutar los días al lado de ese tonto.
Termino la clase y junto con Lily se encamino a la siguiente; justamente la clase de Aritmancia aquel día estuvo aburrida hasta para él y cuando termino, y caminaba con su amiga rumbo a la biblioteca, en una esquina vio a James el cual le pedía con la mirada que se escapara de la pelirroja.
Por lo que soltando una sonrisa traviesa parecida a las que su novio le gustaba hacer, fingió que no lo vio y siguió su camino junto con Lily, no obstante, no espero que James lo siguiera a la biblioteca y se estuviera en ella haciéndose el tonto hasta que su amiga se despidió.
Cuando se encontró solo y listo para ir a cenar, fue arrastrado por el Gryffindor a un aula vacía.
—Lo hiciste apropósito.
—¿Qué?
—No finjas, sé que me viste.
—Solo quería estar un poco más con Lily.
—Estas casi en todas las clases con ella.
—Sí, pero en las clases no podemos hablar a gusto… ¿no me digas qué también te vas a poner celoso de Lily?
—Puede que un poco, pero es porque tenía muchas ganas de verte—Soltó James abrazándolo y recostando su cabeza en su cuello.
—Hoy estas otra vez muy empalagoso, ayer no estabas así—dijo, pero de igual forma correspondió el abrazo.
—Eso fue porque ayer estaba muy preocupado por mis padres.
—¿Les paso algo? —Pregunto separándose un poco para ver a James a los ojos.
—Están bien, hoy en el desayuno recibí una lechuza de su parte, pero me preocupé por las noticias del profeta.
—¿Te refieres a la de los muggles que fueron encontrados muertos?
—Sí, mi casa está en el valle de Godric.
—A ya veo, que bien que tus padres se encuentren bien. Lily y Regulus también estuvieron consternados por la noticia.
—¿Tú crees que lo hizo un mago tenebroso?
—Eso parece—respondió, mientras James lo volvía a abrazar.