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Cadena de errores por elenaa

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Notas del capitulo:

Feliz navidad, año nuevo, y día del amor y la amistad atrasado n_n

Miraba sin emoción alguna con sus ojos rojos a la mujer recostada sobre la cama, esta era cubierta únicamente por una delicada sabana; recién había contraído nupcias, con uno de sus más fieles mortífagos, tan leal que inclusive, no le importaba que su esposa se colara en sus aposentos.

Debido a su naturaleza, sus encuentros carnales con ella, eran solamente un acto que realizaba, debido al interés que tenía en la pureza de su linaje mágico, porque no podía sentir amor y placeres de esa índole, lo más cercano que tenía a emociones humanas, era el deleite que sentía cuando jugaba con la mente de aquellos que se negaban a seguirlo; la tortura era la única acción que le podía generar algo parecido a la satisfacción.

Camino hacia la mujer durmiente y tocando su marca grabada en la piel de Bellatrix, llamo al esposo de esta. 

—Llévatela y limpia esto—pronunció sencillamente a la par que le daba la espalda a su fiel sirviente y salía de la habitación en dirección a las mazmorras.

 

*****

 

Contados eran los momentos en los que se arrepentía de no haber tomado la clase de adivinación, por tacharla de confusa e inexacta; ver a Lupin convertirse en hombre lobo y su visita con James al baño de prefectos entraban en ese selecto grupo.

Debió de haber imaginado que el Gryffindor, convertiría el opulento baño, en su lugar favorito para verse.

Aunque, en realidad, no le molestaba ir ahí con James, solo que la insistencia de su novio por querer ir casi cada noche, era agotadora.

Y si seguían visitando el baño de los prefectos tan seguido, sus encuentros no se quedarían en simples besos y caricias apasionadas, el Gryffindor también lo sabía; no lo decía, pero sus intenciones eran más que claras, en cualquier momento una felación, no sería suficiente para ambos.

 

*****

 

Remus estaba muy concentrado sin dejar de escribir en su pergamino, Peter estaba a su lado intentando copiar lo que este escribía, él por su parte, se encontraba sumamente aburrido. James no estaba y se había llevado la capa de invisibilidad junto con el mapa del merodeador.

Intento por un largo tiempo que Remus dejara de hacer los deberes y le prestara un poco de atención, sin embargo, el castaño, solo le sonrió y siguió escribiendo.

Soltó un leve quejido de frustración, le dio una última mirada anhelante a su amigo y abandono la sala común, para jugar un poco con su varita en el dormitorio.

Un poco más tarde, cuando recién terminaba de ponerse el piyama, Remus y Peter entraron somnolientos, pero aún no habían señales de James y solo lo vio cuando amaneció. 

 

—¡Vaya! noche movida que tuviste Cornamenta, ni siquiera te vimos llegar—soltó a la par que, se acomodaba la corbata.

James solo sonrió traviesamente, antes de hacer un gesto de silencio colocando un dedo sobre sus labios y salió de la habitación sumamente alegre.

Una sonrisa igual se formó en su rostro y rápidamente alcanzo a su amigo.

Bajo a desayunar junto con los otros tres Gryffindor y cuando las lechuzas llegaron con el correo, se sorprendió al recibir una de su tío, casi se había olvidado del breve encuentro que tuvieron en las tres escobas.

—Una carta de amor, Canuto—dijo James, fingiendo intentar ver un poco el contenido de la carta; sin ser consciente de que sus palabras habían llamado la atención de Remus, quien rápidamente alejo la mirada de su plato de comida y la enfoco en ellos.

Realizo una galante sonrisa antes de decir—Tal vez.

Ganándose ahora la atención de Peter quien lo miro, como si estuviera viendo a su jugador favorito de los Chudley Cannons.

—Mmmm—soltó Remus sin darse cuenta y sus miradas se encontraron.

La mirada curiosa de Remus, lo tomo por sorpresa y rápidamente aclaro—en realidad es de mi tío.

—¿Tu tío?—cuestionó James confundido.

—No rompiste lazos con todos los Black—mencionó Peter.

—Recuerdan al hombre que se acercó a nuestra mesa en las tres escobas.

—Un poco—dijo Remus curioso, Peter asintió y James solo puso cara de que se había perdido algo importante.

—Era mi tío, quiere hablar conmigo y que pase Yule en su casa.

—¿Quiere convencerte para que regreses?—preguntó James pensativo.

—Todo lo contrario, al parecer Andrómeda y yo no somos las únicas ovejas descarriadas de los Black.

 

*****

 

Se encontraba en la clase de runas antiguas, pero sus pensamientos estaban en otra parte, no podía dejar de pensar en porque su prima Bellatrix, seguía buscándolo con insistencia; no había respondido ninguna de las cartas que esta le mando y, aun así, la bruja no dejaba de mandarle cartas con extraño contenido.

Sin darse cuenta, la clase finalizo y en el camino a la siguiente, vio algo que llamo su atención, observo como Severus quien caminaba con Evans, formo algo parecido a una sonrisa, cuando Potter paso a su lado.

Y no solo su amigo actuó extraño, el cuatro ojos, también sonrió y le pareció ver un brillo en su mirada.

Aquello lo dejo aún más pensativo la mayor parte del día y solo cuando la noche llego, dejo a tras sus cavilaciones y se enfocó en hacer sus deberes, para después adelantar un poco temas de los T.I.M.O.s.

 

*****

 

Exultante de felicidad, no era suficiente para describir como se sentía desde que Severus le confeso que lo amaba.

Tanta era su felicidad, que, por las noches, no perdía oportunidad para interceptar y atrapar con su capa de invisibilidad a su novio, cuando este se dirigía a su sala común.

Su Slytherin, siempre al principio se quejaba, antes de soltar un suspiro y terminar accediendo a ir al baño de prefectos, el cual se había vuelto su lugar favorito de todo el castillo. 

Y aquella noche después de que se apresuró a cenar y se les escapo a sus amigos para colocarse en su lugar prestablecido para encontrarse a su novio. Espero y espero, con la sorpresa de que este no apareció.

Observo circular a la mayoría de los alumnos de Slytherin y solo cuando vio al hermano de Sirius pasar con sus compañeros de curso; sin tener señales de su Sev, saco el mapa del merodeador y busco por todo el castillo a su desaparecido novio, sin embargo, igual que pasaba en algunas ocasiones, no lo encontró por ningún lugar.

Cerro y abrió el mapa, una y otra vez; antes de lanzarle algunos hechizos, esperando corregir por fin el pequeño error en este y que la ubicación de su novio apareciera, pero el Slytherin simplemente no se vislumbró.

Derrotado y confundido regreso a su sala común, en donde se encontró con un Sirius mirando la chimenea, muy pensativo.

—¿Canuto y esa mirada, en que piensas? —soltó sentándose al lado de su amigo.

—En si acepto o no, la invitación de mi tío.

—Sí, crees que vas a estar incómodo. No vayas, nada te obliga a ir.

—A decir verdad, no recordaba mucho su invitación. Pero ahora tengo curiosidad.

—¿Por qué?

—Tal vez, porque dice que Andrómeda ira, con su ahora esposo.  

—Entonces ve, no lo pienses mucho. Desde la boda de Narcissa no has visto a Andrómeda, te sentara bien reunirte con ella. Sería como la reunión de las ovejas blancas de los Black.

—Si me gustaría verla, aunque había pensado que pasaría Yule en tu casa.

—Canuto, podemos pasar el siguiente.

—Supongo que no estaría mal, ir a ver qué tal. Pero si todo es una trampa de la bruja de mi madre, tendrás que irme a rescatar junto con Remus.

Sonrió instintivamente y antes de que se levantara para ir al dormitorio. Sirius lo detuvo diciendo:

—Qué sorpresa que estés tan temprano por aquí. ¿Acaso te han dejado plantado?

Rio traviesamente y respondió—estamos jugando a las escondidas.

 

Acostado en su cama con los doseles rojos corridos, miraba de vez en cuando el mapa del merodeador, con la esperanza de ver la motita con el nombre de su escondido Slytherin. No obstante, el escuchar a Sirius hablar sobre Yule, inserto en su mente una semilla de árbol de fuego, que solo lo dejaba pensar en pasar con su novio aquella fecha.

Perdido en sus propios deseos, cuando miro el mapa y noto la motita con el nombre: Severus Snape dirigirse hacia las mazmorras soltó un suspiro; guardo el mapa e intento dormir. Aunque no con mucho éxito, aun con los ojos cerrados, su mente no dejaba de pensar en cómo convencería a su novio, para que se quedara en el castillo a su lado y de el por qué, de que este siguiera desapareciéndose del mapa.

Al final durmió muy poco, sin embargo, a su segundo cuestionamiento llego una posible solución.

Mientras desayunaba y se fijaba que Regulus no percibiera su mirada sobre su Severus, noto que su Slytherin se veía fresco, así que claramente había dormido muy bien antes de regresar a su sala común. Aquello solo avivo más, la idea que empezó a rondar por su cabeza.

Le costaba creer y aún más aceptar, que existiera una parte del castillo que no conociera; cuando inclusive junto con sus amigos había llegado a la conclusión, de que la cámara de los secretos era solo un mito que los Slytherin se inventaron, para verse interesantes, ya que en ninguna de sus excursiones dieron con esta. Pero, esa era la única razón lógica que encontraba para las extrañas desapariciones de su novio del mapa del merodeador, al menos por el momento.

 

*****

 

La mayor parte del desayuno y durante la clase de encantamientos, fingió no percibir la mirada de James sobre él «tonto» pensó al ver que este aún seguía dedicándole varias miradas, inclusive cuando le advirtió que Regulus ya lo había descubierto mirándolo algunas veces.

Soltó un suspiro por lo tonto que era su novio y se rio internamente, al recordar la pequeña travesura que le hizo, escondiéndose en la sala de los menesteres.

En un principio no fue su intención, dejar al Gryffindor plantado, pero él no era un jugador de quidditch, que podía aguantar largas sesiones de besos y pocas horas de sueño, casi todos los días.

Estaba acostumbrado a desvelarse si la lectura de un libro, los estudios o la fabricación de una poción lo requerían, pero no al trabajo físico. Se preguntaba seriamente, de donde James sacaba tanta energía; tal vez, el muy descarado tenía una dotación de filtro vigorizante.

Y él también debería prepararse la suya.

Pensaba en los ingredientes que necesitaría para el filtro, mientras caminaba rumbo a la biblioteca para encontrarse con Lily, cuando el susodicho apareció de la nada y lo cubrió con su capa de invisibilidad, a la par que lo atrapaba entre sus brazos.

—Te encontré, mi príncipe mestizo… ¿Por qué te andabas escondiendo?

—De que hablas, no me estaba escondiendo.

—Mmmm… ¿Seguro?

—¿Por qué me escondería?

—Mmm…

—Como sea, ya me puedes soltar, Lily me está esperando en la biblioteca.

—Evans puede esperar un poquito. ¿Acaso no me has extrañado?

—¿Por qué lo haría? nos vimos en clase de defensa contra las artes oscuras.

—No es lo mismo, extraño que revuelvas mi alborotado cabello.

—Te veo después de la cena—dijo a la par que intentaba salir de los brazos de su novio.

—¿Y si te vuelves a esconder?

—¿Cómo podría, escabullirme del gran James Potter?

—¿Por qué lo dices en ese tono?

—¿En qué tono?

James soltó una pequeña risa, recargo la cabeza en su hombro y empezó a repartir pequeños besos en su cuello. Llego hasta su oreja y le dijo en un suave susurro—recuerda nuestra cita, mi príncipe.

 

*****

 

Estaba con Lily en la biblioteca cuando Snape llego y sin decir nada se sentó tranquilamente al lado de la pelirroja.

Seguían siendo solo conocidos que podían tolerarse por el hecho de tener una amiga en común y estaba bien con ello; sin embargo, en su conciencia, una parte de él, no podía evitar sentirse culpable y agradecido cada que veía al Slytherin.

Aun le pesaba un poco lo de la casa de los gritos y agradecía que este no divulgara su condición de hombre lobo.

Y justo cuando pensaba, que tal vez, podía intentar hablar un poco con este, ahora que sus amigos por fin habían parado sus bromas. Sirius llego a buscarlo, haciendo que dejara momentáneamente su pensamiento.

Recogió rápidamente sus cosas y se despidió silenciosamente.

 

—Toda la semana has pasado mucho tiempo con Evans y Quejicus. ¿Ahora esa serpiente es tu amigo?

—¿Abría algún problema en que lo fuera?

—No, pero no me gustaría.

Miro fijamente a su amigo y antes de que le pudiera decir algo, este se adelantó diciendo:

—Sueno infantil... ¿verdad?

—¿Cuándo no?

—Es que, no puedo evitar dejar de sentir desagrado hacia Snape.

Noto que aquella platica sobre el Slytherin no llegaría a ningún lugar, al menos por parte de Sirius y mejor decidió preguntarle sobre que había decidido, referente a la carta.

—Eres todo un caso perdido, mejor dime. ¿Aceptaras pasar Yule con tu tío?

—Pues estaba dudoso, pero quiero conocer al esposo de Andrómeda. Además, dice que tiene algo importante que decirme. Y ya quedé con Cornamenta que si todo se trata de una trampa de la bruja de mi madre ustedes deben rescatarme.

—No parece que tu tío tenga una mala intención.

—Ya veremos, cuando el día llegue… por cierto, tú crees que…

—¿Qué?

—¿Crees que debería ir con una túnica de gala o con algo casual?

Formo una pequeña sonrisa en su rostro ante la inocente pregunta de Sirius y dijo—ve con lo que te sientas más cómodo.

 

*****

 

Estaba en su última clase del día, impaciente por que esta terminara, cuando Sirius lo sorprendió diciendo:

—Oye, es divertido jugar a las escondidas con tu secreto, cuando tienes el mapa. ¿Cómo es que funciona su juego, ella se esconde y tu finges que no sabes dónde está?

Las palabras de su amigo, le cayeron como una patada de hipogrifo; por Merlín que le encantaría fingir no saber dónde estaba su novio, siempre y cuando en verdad supiera donde estaba este, sin embargo, la verdad era que no sabía su ubicación aun con la ayuda del mapa.

—La busco sin la ayuda del mapa.

—¿En serio?

—Claro.

—¿Seguro, no le das siquiera una pequeña miradita?

—¿Acaso tengo cara de tramposo?

—Bueno…

—Auch, me dueles Canuto… en verdad me dueles—dijo teatralmente tocándose el pecho, antes de guiñarle el ojo a su amigo. 

—Dramático.

—Desconfiado.

 

Cuando la clase finalizo, guardo velozmente sus cosas y con una traviesa sonrisa se despidió de su amigo.

Aún faltaba un poco para la cena, así que se metió en una aula vacía y saco el mapa del merodeador; con la intención de ver por donde andaba su Slytherin. La loca idea de que su novio conocía la ubicación de la cámara de los secretos o un lugar que nunca descubrió en el castillo, se había anidado en su mente, casi igual que cuando llego a la conclusión de que Remus era un hombre lobo.

Observo la motita con el nombre de su novio ir y venir, hasta que se empezó a dirigir al gran comedor, decidió interceptarlo.

En cuestión de minutos, tenia de nuevo a su Slytherin entre sus brazos.

—Por Merlín, ¿No podías esperar a que terminara de cenar?

—Pensé que te volverías a esconder.

—No me estaba escondiendo, solo decidí tomarme un pequeño descanso. Últimamente has estado muy animoso. ¿De dónde sacas tanta energía?—dijo Severus a la par que se giraba y lo veía con cierto reproche.

—Del poder del amor Sev.

—Para que te pregunto, si ya sé que vas a decir algo ridículamente empalagoso.

Coloco cuidadosamente sus manos en las mejillas de Severus y expresó:

—Perdón, he estado tan emocionado, que me volví un poco egoísta.

—¿Un poco?

—Muy egoísta—rectificó

Severus esbozo una leve sonrisa, hizo como si le fuera a dar un beso, pero en el acto se alejó un poco y soltó:

—Vamos al gran comedor.

—Quedémonos juntos un poco más, en verdad te extrañe mucho.

—Me extrañas cada 5 minutos.

—Es porque te amo.

—No me ames tanto, un día me vas a matar del cansancio.

—Sería incapaz… de volver a hacerte daño. Preferiría morir antes de causarte algún dolor.

—No digas tonterías con tanta convicción.

—Pero es verdad, daría mi vida por ti. ¿No lo viste en mis ojos, aquella vez en la casa de los gritos?

—Esa noche, cuando nuestras miradas se conectaron, tal vez lo vi. Pero a quien le gustaría, ver a la persona que… ama sacrificarse. En el futuro, mejor guarda tu vida, para ti.

—Podrías volverlo a decir, creo que no escuche bien.

—Guarda tu vida, para ti.

—Esa parte no.

Severus clavo su oscura mirada en sus ojos color avellana, tomo sus mejillas como él había tomado las suyas anteriormente y declaró:

—Te amo. Así que no mueras en tu primera misión como Auror.

Tomo un leve impulso y rozo suavemente los labios de su novio, dejándose llevar por un tranquilo beso, pero cargado de muchos sentimientos.

 

Al final, no fue al gran comedor y en su lugar, paso directo a las cocinas por un poco de comida, para cenar con su Slytherin, en un salón vacío.

 

*****

 

Termino cenando solo con James, el muy bribón se metió a las cocinas a pedirle comida a los elfos domésticos, quienes muy gustosos acataron sus órdenes.

Y dejando atrás el momento empalagoso que habían tenido y la divertida escena de este jugueteando con los elfos, este siempre para bien o para mal, no dejaba de sorprenderlo.

No solo tenía una capa de invisibilidad, sino que también se movía por todo el castillo, como si el mismo lo hubiera construido.

Aquello lo hizo recordar su quinto año, en el que por donde volteara a ver, James estaba; inclusive ahora cuando menos se lo esperaba, el Gryffindor aparecía de la nada. El único lugar donde este nunca lo había intersectado, que no fuera dentro de su sala común y dormitorio, era entrando o saliendo de la sala de los menesteres. Cuya existencia y ubicación no eran muy conocidas, probablemente por ser eclipsada, debido a la cámara de los secretos.

Él había encontrado un poco de información, algunos días después de haberse topado con ella por pura casualidad, en el libro de Historia de Hogwarts; así que para asegurarse de no ser molestado hechizo todos los libros que encontró, y oculto la poca información de esta.

Termino de comer su última pierna de pollo y curioso preguntó—aparte de tu capa de invisibilidad, tienes otro objeto mágico que te ayudaba a hacer tus bromas… ¿verdad?

James casi escupió un poco de su zumo de calabaza, lo miro un segundo sorprendido y haciendo uso de su alzado ego y traviesa sonrisa respondió:

—Un mago nunca revela todos sus trucos Sev.

—Entonces, si lo tienes.

—No. ¿Pero, por qué preguntas?

—Porque curiosamente, casi siempre sabes dónde estoy.

—Sev, soy un buscador y un cazador, encontrar cosas y moverme rápidamente, son parte de mis talentos naturales.

—Mmm…

—Si de verdad tuviera algo con lo que te pudiera localizar, ayer no te abrías podido escabullir de mí.

—Tal vez, no sabías donde estaba. Porque el lugar en donde estaba repelía tu objeto.

Los ojos avellana de su novio brillaron y soltó—si hipotéticamente, tuviera algo con lo que localizarte, que lugar del castillo, podría ser tan especial, para repelerlo… tal vez la cámara de los secretos.

—Si yo fuera el heredero de Slytherin, quizás ya le hubiera lanzado al monstruo que habita ahí a Black, desde hace mucho.

—Pero Sirius es “sangre pura” y el monstruo solo mata a “impuros”

—Seguramente el monstruo haría una excepción. Además, soy mestizo, claro que nunca podría dar con la ubicación de la cámara, si esta existiera.

—¿Entonces qué lugar sería tan especial?

Sonrió burlonamente y dijo:

—Me pareció escuchar que un mago nunca revela todos sus trucos.

Después le dio un rápido beso a su novio y abandono el aula, rumbo a su sala común.

 


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