Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La Brecha por malugr

[Reviews - 191]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 Un enorme saludo para todooos, llega un nuevo capítulo y con este creo que un par de dudas quedarán resultas, además les traigo una buena y una "mala" noticia. La mala es que estoy a punto de iniciar mis clases, la buena es que he decidido que dentro de dos capítulos sabremos por fin que fue lo que separo a nuestra parejita torturada jajajaja. Espero que disfruten la actualización, como siempre agradezco sus comentarios y como prueba de ello tengo pensado una pequeña dinámica, pero les hablaré de eso en el capítulo alguiente jajajaja. Por cierto, me doy cuenta de que he estado haciendo los capítulos algo más largos ¿eso les molesta? Tampoco quiero aburrirles así que haganmelo saber. Espero ansiosa esas hipótesis y teorías así que no se contengan. Nos leemos en el próximo capitulito y atentas, porque lo de la dinámica es en serio y planeó que haya sangre de por medio... ;D 

 

 Saludos!!! 

- Sebastián está bien. 

 Debo admitir, que esa no era la respuesta que esperaba.

   Ahora hablo el oficial.

  - Así es señor phantomhive, la policía fue alertada por una llamada telefónica y encontramos al doctor michaelis a tiempo para ayudarle…

  - Sebastián ingresó ésta madrugada a urgencias. – afirmó Grell.-  tenía múltiples cortes y golpes en todo el cuerpo, golpes en el rostro, una tremenda quemadura en el cuello producto de un intento de ahorcamiento y un alto nivel de psicotrópicos combinados con algo de alcohol en su sangre.   Escuchaba atentamente.

- Tal parece que el Doctor había salido ya de la clínica para dirigirse a su casa cuando fue interceptado en el camino por su amigo, el señor Alois trancy, quien le pidió compañía para hablar pronto de algo referido a usted. 

 ¿Qué diablos? ¿Qué historia era esa?

  - Dada la hora el Doctor nos cuenta que su primer instinto fue negarse, pero que la actitud del señor trancy le causó algo de incomodidad y optó por seguirle la corriente para evitar una reacción aún más intensa.

   ¿El doctor nos cuenta?… Sebastián había manipulado toda la historia

.  - Al parecer ambos fueron a una pequeña vivienda en alquiler, situada en un callejón cercano, donde el señor trancy estaba “hospedándose” llevándole con la escusa de invitarle un trago y conversar. Para cuando hubieron llegado y luego de una bebida y conversación trivial sin sentido, el Doctor afirma comenzar a sentir un terrible mareo, conmoción y una amplia gama de síntomas que se intensificaban a cada segundo así que anunció que se marcharía; fue así que comenzó la disputa. Afirma ser golpeado varias veces mientras era retenido, un rodillazo en la boca y múltiples patadas a sus costados y estómago y que no podría decir exactamente cuanto tiempo duro en aquella posición, pero que no pudo librarse sino hasta que el señor Alois, en estado de paranoia y demasiado alterado como para coordinar bien lo que hacía, tuvo un descuido y pudo golpearle y forcejear para luego salir corriendo del lugar.

  Escuchaba el relato simplemente perplejo. Supongo que todos pensaban que mi sorpresa se debía al incidente en si, pero la verdad es que por dentro pensaba en como Sebastián había tenido el tiempo de armar esa historia mientras, contra todo pronostico, intentaba no morir.

  - ¿Cómo pudo ser?

- Estábamos igual de escépticos, las dosis del fármaco “alprazolam” en la sangre del señor michaelis nos decía que debió haber quedado bastante perjudicado, al menos incapaz de moverse sino es que en un estado mucho peor, sobre todo por la mezcla con alcohol, pero luego del relato del doctor fuimos de inmediato al lugar y algunos vecinos corroboraron escuchar gritos en el pequeño edificio que sólo constaba de tres pisos, aunque ninguno alcanzó a ver nada. El resto de la confrontación ocurrió mientras el Doctor luchaba por regresar a la clínica, la mayor parte de esta en un parque poco transitado ubicado a unas cuadras, lugar donde le encontramos bastante mal herido aunque, gracias a dios, ninguna herida resulto ser fatal o demasiado comprometedora. Por desgracia la zona del altercado no es una que conste de vigilancia, ni el callejón donde quedaba la vivienda, ni el parque, nada, no habían cámaras en ningún punto que nos proporcionaran mayor evidencia, sin embargo el testimonio del doctor parece fiable

.  - ¿Quién les alertó?  - No lo sabemos, la llamada fue hecha del mismo parque, un teléfono público. El individuo no se identifico, simplemente dio el aviso y colgó la llamada.

- ¿Y en el apartamento de Alois?

- Realmente no pudimos encontrar nada relacionado a la pelea, solo Había rastros de alcohol y un par de vasos quebrados en el suelo, algún mueble volteado… el Doctor habló de un forcejeo así que asumimos que dijo la verdad.

 Era increíble… Cada cosa estaba cubierta como si la hubiese planeado con días de antelación. Era un genio, cruel, pero brillante… Aunque yo estaba olvidando algo crucial ¿Qué había de la versión de Alois?

  - Pero… 

  - ¿pero?

  - Encontramos algo interesante.

   Tuve que contener el impulso de tragar nervioso…

  - Esto.

   El oficial abrió un portafolio y de el saco una bolsa transparente de cierre hermético, de esas que uno vería en una serie policiaca para contener pruebas de una escena del crimen. Lo de adentro era en efecto perturbador digno de atención.

  - Cuando llegamos al apartamento la puerta estaba abierta y esto estaba clavado a la puerta con un una daga.

   Era una fotografía, una de esas que Alois tenía sobre la mesita de aquella sala… lizzie y finny con rostros tachados severamente y en la parte de atrás una cara feliz, dibujada con los dedos como lo haría un niño con acuarelas, solo que ésta… estaba dibujada con sangre; sangre que se había corrido y goteaba como lágrimas deformado la imagen. Parecía la tarjeta de presentación de algún asesino serial. Tétrica y enfermiza imagen, así como su obsesión con “el nosotros” que jamás existiría.

  - Sólo su rostro y el del señor trancy están intactos, así que por eso estamos aquí…

- Oficial ¿Cómo podría entender eso?

   Grell intervino.

- Ciel se que es difícil pero Sebastián a afirmado en sus reportes que has mostrado alguna mejoría y que recuerdas ya varias cosas de tu pasado. Se que el no querría que te presionase pero debes hacer un esfuerzo.

  Sebastián no mentía claro, había recordado bastante, pero lo que Grell no sabía es que si le decía algo acerca de ese pasado acabaría esposado o internado en un psiquiátrico de por vida, tanto yo, como su doctor colega.

   - Entiendo pero en mis memorias no hay nada que pueda asociar con esto…

  - Señor phantomhive la sangre en esta fotografía es de Alois trancy, creemos que trata de enviar un mensaje y como ve no es precisamente uno bueno. Esto puede ser muy peligroso…

  - ¿entonces porque no lo interrogan directamente a el?

 - Usted no entiende. Cuando llegamos a ese parque sólo encontramos al señor michaelis, Alois trancy no estaba, había escapado.

   Mi cara se petrifico en una mueca de incertidumbre ¿Alois estaba suelto por las calles? ¿Como demonios era posible? ¿Si Sebastián no había muerto, como fue que le dejó escapar?

  - Ahora mismo está en búsqueda y captura y tenemos a toda nuestra gente tras su pista. Esto no es sólo una pelea tonta en un parque, esto es algo más, no sólo por la fotografía que claramente nos dejó a propósito en su departamento antes de desaparecer por completo, sino por su historial.

  - ¿su historial?

  - Rastreamos su información hasta los países donde ha residido. Trancy lleva años en consultas psiquiátricas.

   El panorama sin duda iba de mal en peor.

  - ¿de qué está hablando?

  - Aún no sabemos demasiado, es muy pronto para dar con toda esa información, pero sabemos que fue paciente de un conocido hospital en Estados Unidos, estamos seguros de que siguió necesitando terapia puesto que también la recibió durante un año aquí Londres, aunque por la cantidad de países en los que ha residido intermitentemente es sumamente difícil rastrear todo tan pronto, lo que si podemos decir desde ya es que esta situación no es para tomar a la ligera. Esto es serio.

   ¿Cómo debía reaccionar ahora? Yo estaba completamente de acuerdo, esto era serio, luego de lo que había visto la noche anterior, todo de lo que Alois era capaz, no había forma en que siguiera pensando que el era mi inofensivo viejo amigo… el estaba enfermo, enfermo de mi y por mi.

   Lo que siguió a continuación fueron preguntas una tras otra que yo contestaba tan superficialmente como podía, qué cosas recordaba de el, si estuve alguna vez al tanto de sus terapias, si durante mi estadía aquí el me había visitado. Pensaba cada respuesta milimétricamente mientras fingía recordar, era agotador, pero de nada serviría que Sebastián me cubriera si al final yo cometía algún estúpido error. Debía esquivar todo tanto como pudiera y así lo hice una y otra vez respondiendo sólo las cosas que me resultaran inofensivas. Por ahora era mi mejor opción… por ahora.

  - De acuerdo señor phantomhive, estaremos atentos por sí recuerda algo más, cualquier cosa puede sernos de ayuda. De ahora en adelante prestaremos especial atención a está clínica y la mantendremos vigilada. Debemos asegurarnos de que trancy no pueda acercársele.

  - Esta bien, muchas gracias oficiales.

  - Los acompañare a fuera.   Grell camino en dirección a la puerta y tras el salieron los hombres dejándome sólo para por fin exhalar todo el aire que había estado conteniendo.

   Me recosté con las manos sobre mi rostro mientras todo me temblaba. Y comencé a recapitular cada tramo de la historia.  Alois estaba enfermizamente obsesionado conmigo, había intentado raptarme, Sebastián lo detuvo, Alois escapó, volvió a su casa, recogió todas las cosas que me habia mostrado y por último dejó la escalofriante fotografía. Perfecto, pero había demasiados espacios en blanco como para ignorarlos, ¿Cómo pudo escapar? ¿Cómo estaba vivo Sebastián? ¿habrían visto las cámaras en la clinica? Seguramente si ¿entonces como no me habían visto salir, o como no vieron el estado de Sebastián al ir tras de mi? ¿Qué hará Alois ahora? Tiene suficiente material como para hundirme en ese maldito pendrive ¿me chantajearía? También podría simplemente enviarlo a la policía y yo quedaría como un mentiroso, siendo su amante ¿Cómo no sabría de su estado? Aún siendo cierto que yo jamás supe de tales terapias la policía no me lo creería nunca. Las posibilidades de desastre son incuantificables y la única vía que me permitía algún escape era seguir el juego de Sebastián… esa mierda es impensable… ¿Cómo es que podría pactar con michaelis alguna tregua sólo para librarnos primero de la amenaza de Alois? Y aunque tirará por la borda lo poco que queda de mi buen juicio nunca podría ser del todo honesto… oh maldición claro que no podría… Sebastián no lo sabe, no sabe lo que fue de Alois y de mi, conocía lo suficiente a michaelis como para saber que si se hubiese enterado de que follaba con Alois lo hubiese incluido en sus amenazas o en su juego directamente como lo hizo con Elizabeth… quizás incluso lo hubiese asesinado; yo aún no olvidaba esa noche en que uno a uno fue destrozando a aquellos hombres, solo por un beso fue capaz de matarlos… No, si Sebastián supiera que Alois era mi amante, Alois no estaría vivo ahora y quizás yo tampoco. Me daba escalofríos pensarlo. Esos ojos encolerizados me perseguían dentro de mis pensamientos y yo sentía pánico de recordar aquellos celos galopando directamente a un abismo de locura ¿celos? Quizás hace muchos años pudo sentir algo así pero ahora simplemente me odiaba, el me odiaba a muerte ¿Por qué sentiría celos o algo parecido? Tal vez sólo estoy exagerando, tal vez sólo soy demasiado estúpido como para acabar de entender que michaelis lo único que quiere es verme enloquecer y morir… o tal vez esa es la mentira que me gustaría creer para así no tener que lidiar con el hecho de que quizás, y sólo quizás, Sebastián y yo aún guardamos algo de aquel pasado, algo más que sólo odio...

 Basta. Tienes prohibido pensar así.

 Comencé a frotar mis sienes.

   Esto es vomitivo. Ni siquiera había acabado de asimilar el terrible daño que hice utilizando a Alois y ahora debía pensar en como evitar que me atrapara, como esconder la verdad de la policía y como lidiar con Sebastián a quien también debía seguir mintiendo.

   Recordaba las imagines de aquel vídeo y me maldecía entre dientes una y otra y otra vez ¿Cómo es que había sido capaz de hacer tal porquería? Le había destruido sólo por quitármelo de en medio y poder alcanzar más rápidamente a lizzie, a quien por cierto también estaba usando sólo para encubrir que yo era un maldito descarriado. Le convencí de secundarme en ese retorcido plan a cambio de dejarle follarme sabiendo perfectamente lo enamorado que estaba de mi y precisamente utilizando ese amor fue que le volví un perro hambriento de mis caricias… el problema es que ahora que me niego a alimentarlo se ha roto la cadena y viene furico tras de mi.

   Quizás aún era demasiado pronto como para entender el verdadero grado de la catástrofe que estaba por desatarse, porque aunque recordar el rostro deformado de Alois me mortificaba, imaginar lo siguiente que haría Sebastián me sacaba el alma del cuerpo… el estaba vivo y jamás dejaba de planear el siguiente paso, jamás. Yo podía estar muy seguro de que lo siguiente que michaelis haría sería confrontarme y aunque yo luchaba por convencerme de que lo que hice con Alois no tendría mayor efecto en el, una voz muy firme me susurraba que en este mundo lo último que debía permitir es que se enterara… algo me decía que si el llegaba a saberlo…

   No quería ni imaginarlo.

   La puerta volvió a abrirse. Era Grell

.  - Lamento todo esto Ciel.

  - No tienes porque.

  - Yo estoy seguro de que Sebastián me regañara. Hace nada tuviste una recaída y ahora yo permito que te lancen toda esta información de golpe. Me siento culpable.

- No, yo de verdad agradezco que seas honesto conmigo, ya es bastante duro estar encerrado, lo último que quiero es que además se me mienta.

   Grell sonrió, su rostro reflejaba la fatiga mental y física.

  - ¿Cómo está el?

   La pregunta me salió sin pensarla, tanto que me causaba sorpresa ¿Por qué seguía preguntando por el?

  - ¿Sebastián? Esta bien, es muy duro, muy fuerte, no tengo otra forma de describirlo.

  - Dijo que Alois le drogo… ¿Cómo es que…? - ¿Qué está vivo? Bueno sería difícil explicarlo, pero en resumen es lo que acabo de decirte, es muy fuerte. Siempre lo ha sido.

  - ¿lo conoces desde hace mucho?

  - Si, bastante, aunque nos hicimos en verdad cercanos en la Universidad, íbamos a las mismas clases en la escuela de medicina. Estoy agradecido de que este bien, es un buen hombre.

   ¿De qué se conocían estos dos?

   Grell siguió hablando.

- Se que a veces parece frío y algo misterioso pero en realidad es un buen amigo.

  - Entiendo. Ha sido una noche muy dura para usted ¿no doc?   El sonrió.

  - ¿Tanto se nota? . dijo con ironía, ambos reímos.

- Me alegra que estés tan bien Ciel, me quitas un peso de encima.

  - Estoy seguro de que la policía dará con Alois y resolveremos todo este lío. – lo dije con la inocencia y optimismo de un niño ignorante. – Alois ha sido mi amigo durante mucho tiempo, tal vez esto sólo sea un mal entendido. – mentí. – sea como sea se que se resolverá.   La sonrisa fingida que esboce le arranco una mirada agradecida al cansado Grell que parecía buscar ánimos en cualquiera.

  - Eso espero Ciel. Eso espero.

   Sonrió y se despidió.  - Pasare para revisarte en la noche ¿de acuerdo?

  - Grell, ¿crees que pueda verle a el hoy?

  - Bueno Sebastián es muy testarudo, ahora mismo debe estar volviendo loco a los enfermeros para que le den el alta así que quizás me rinda y lo haga ésta noche. Si no se va a casa le diré que pase a verte antes.

  - Muchas gracias doc. Hasta más tarde.

- Si, hasta más tarde.

   Mi rostro amistoso de nuevo se volvió sombrío. Era inevitable posponer el encuentro así que mejor lo apresuraba… no quería verlo, solo quería enfrentarle de una vez… el no me interesaba, no me importaba… no me importaba, no quería verle, no me preocupaba, no me importaba, no quería verle, no me preocupaba…

   Perdí la cuenta de cuantas veces rece esas líneas mientras las horas pasaban.

    Tic tac, tic tac…

   La cena llegó aún más tarde, eran las 8:30 pm. Grell la trajo personalmente, me costaba creer que aún siguiera en pie luego de tantas horas de faena. Reviso mis equipos que me reflejaban en perfecto estado y me hizo compañía mientras comía, asumo que era su forma de tomarse un descanso.

  - No pretendo ser el Doctor aquí, pero en serio comienzas a lucir como in zombie.

   El se rió

. - Lo se

.  - ¿pasarás otra noche en vela?

  - No, ésta no, otros doctores me suplirán. Hay muchas personas en terapia intensiva pero en este estado no soy demasiado útil así que iré a casa a reponer fuerzas y volveré mañana al medio día.

  - Eso está bien ¿siguen muy atareados allá abajo no?

  - Si, la verdad es que si. Pero bueno, lo resolveremos.

   El hablaba desahogándose, yo sólo usaba la información en mi favor.

  - Bueno entonces estaré sólo en la mañana. – fingi comprensión. –

- No, claro que no. Sebastián está ya de alta ¿Buenas noticias no?

  - Oh, eso será muy bueno, quiero disculparme por todo esto. No entiendo que pasa por la mente de Alois pero teniendo algo que ver quiero igualmente disculparme.

  - No tienes porque, Sebastián jamás te culparía por esto. – que poco lo conocías Grell.

–  de hecho me pidió que te tranquilizara y que te dijera que ya está trabajando en su despacho para poner sus cosas al día y mañana estará listo para atenderte.

¿qué ya estaba trabajando en su despacho? Así que iba a estar aquí toda la noche…pobre Grell, no me estaba dando un recado, me estaba dando la invitación de Sebastián para ir a verle ésta misma noche. Típico de el.

  - Bueno, estoy ansioso.

   Ambos sonreímos, yo termine mi cena y el se marchó con la mis sonrisa amigable mientras yo retornaba a mis lúgubres pensamientos y le daba tiempo al tiempo de preparar el terreno dejando los pasillos vacíos para que yo fuese a mi cita confirmada.

   Dentro de algunas horas estaría frente a el.

   Tic tac, tic tac.

   La ropa que había utilizado para salir de la clínica permanecía doblada en el mueble de mis pertenecías y mezclada con el resto pasaba desapercibida aunque por mi seguridad debía pensar en como deshacerme de ella, pero este no era el momento, por hoy lo haría todo más simple, solo iría con la misma incómoda bata y así si me topaba con alguien podría fingir que sólo era un triste paciente buscando a una enfermera o a mi muy querido doctor Sebastián. Debía tener presente que quizás había más vigilancia fuera, al menos en este pasillo considerando la amenaza de Alois, por eso era fundamental ir pensando la escusa que utilizaría si me pillaban.

   Antes hice una parada en el baño, lave mi rostro y confronte a mi reflejo… quita esa cara de duda Ciel, no es tiempo de cobardías.

   Salí aparentando normalidad. Las luces estaban menguadas como cualquier otra noche y de la misma forma el pasillo desierto. Parece que aún no han enviado a nadie… no había cambiado el hecho de que todo parecía conspirar a favor de nuestros nefastos encuentros. Trague nervioso mientras avanzaba sabiendo perfectamente que siempre que las cosas iban bien sólo significaba que algo muy malo estaba por ocurrir.   Nada bueno estaba aguardándome tras esta puerta.

   La última vez que gire esta perilla venía a cometer un homicidio, ahora probablemente se trate de suicidio.

   El crujido de la puerta cerrándose alertó al habitante de aquella oscura habitación, que giró la enorme butaca de cuero en dirección hacia mi. Fue como ver a un fantasma. - Seguro no esperabas este resultado mientras mezclabas el alprazolam con mi bebida…

   Sebastián estaba sentado sin camisa. Su torso desnudo revelaba desde morados y rasguños hasta hematomas y enormes cortadas ahora suturadas con puntadas amplias. Mientras me miraba sostenía una enorme aguja con la que parecía estar suturando su propio brazo. Recordaba perfectamente como Alois le hizo aquel corte.

  - Todo sigue siendo un casos en urgencias así que esta sutura me la hizo una pasaste de enfermería, me pillas arreglando el desastre que dejó.

   Yo avance hasta estar frente a su escritorio y sentarme en la silla frente a el.

- Lamento decirlo, pero esta noche llegas tarde.

   Se estiró hasta el suelo y alzó una botella de vino completamente vacía.

  - ¿deberías estar bebiendo?

  - Contigo cerca no. – sonrió. – pero suturarse sobrio es una basura, así que corrí el riesgo.

   Corto el hilo en la última puntada y se dispuso a limpiar con gasa, luego se levantó hasta el hueco en su librero y tomó un par de copas. Otra botella de vino fue apoyada sobre la mesa en medio de ambos.

  - Esta está nueva phantomhive. Fue una excelente cosecha. Las compre hace un par de horas, le dije a Grell que iria solo por cigarrillos pero decidí traer algo más  especial dada la ocasión.   Saco el sacacorchos y me lo extendió.

  - Haz los honores ¿quieres?

    Su rostro se endureció, como si me condenara con la mirada. Yo permanecí estático en mi asiento.

  - ¿no? Que timidez más desconcertante.

  - Estas ebrio… - No en realidad phantomhive… aún no.   Comenzó a descorchar la botella y acto seguido sirvió en las dos copas. Volvió a sentarse.

  - Salud. – dijo alzando su Copa. – por los fantasmas de otras noches.

   Seco todo el contenido de un sorbo mientras miraba mi copa intacta.

- ¿Qué pasa? No te recordaba tan abstemio… ¿o será que tienes miedo de ser pagado con la misma moneda?   Se inclinó y la tomo, de nuevo bebió todo el contenido y la dejó vacía frente a mi. Sonrió con los labios teñidos y recordé como la noche anterior la sangre se los bañaba cuál cascada…

- ¿lo ves? Sin psicotrópicos Ciel.

 Tome aire y la botella, ahora yo rellenaba las copas. La alce como si correspondiera su brindis y esta vez fui yo el primero en secarla. Michaelis sólo tomo un pequeño sorbo, toda su atención estaba en mi. Me relamí los labios y me serví de nuevo. Tenía razón, una excelente cosecha.

  - ¿Cómo lo hiciste? . – musite mientras bebía otro sorbo. –   Sebastián suspiro acomodándose en el respaldar.

  - Era una dosis fuerte, no debiste haberte levantado, ni siquiera debiste seguir consciente, o vivo…

  - Bueno… no te culpes, estuvo malditamente bien pensado, tomaste mi error y lo convertiste en una ventaja, casi me enorgullecí… el único problema es que no eres el primero al que se le ocurre acabarme usando fármacos. Cuando los exámenes revelaron que fue alprazolam casi me erice, me trajo muchos recuerdos la tremenda coincidencia, era el favorito de ese alguien… me hiciste recordarle vívidamente… por otro lado siempre he sido amigo del alcohol, incluso en ese entonces, con esos datos es fácil sacar conclusiones, lo único que salió mal en tu plan es que debido a aquella persona tuve muchos encuentros con alprazolam y alcohol combinados, los suficientes para adquirir la resistencia necesaria y soportar tu traicionero atentado…

 Claro… aquello tenía mucho sentido ¿Cuántos atormentados no habrían intentado deshacerse de el?

  - Fue muy duro al principio por los años transcurridos desde aquellos días, pero de a poco fui ganando lucidez y entonces pude ponerme en pie ¿no son increíbles los reveses de la vida? Al final todo el odio de aquella persona acabo salvándome de ti…

 ¿De que persona hablaba en si? Sebastián miraba a la distancia con un abismo desolado reflejado en sus ojos como si los recuerdos le absorbieran, luego de unos instantes volvió en si sonriéndome con amargura.

  - Lo siento phantomhive, pero nunca podrás captar la ironía de esa frase, el trasfondo… no es una historia para ti.

   Quería saber, pero por alguna razón tenía miedo de indagar… ¿Qué era este frío tan crudo?

  - En fin, no nos sirve de nada ponernos nostálgicos. – dijo con ironía. – el ahora es lo que nos debe importar. Dejare de lado el hecho de que intentaste asesinarme temporalmente, mientras me cuentas paso por paso que mierda es lo que está ocurriendo con ese desquiciado amigo tuyo.

   Sebastián apoyo sus codos sobre el escritorio y ahora me miraba con más intensidad. El alcohol le hacia ir venir entre el cinismo y la cólera con mucha más facilidad que de costumbre. Era inestable y aún más impredecible… era letalmente peligroso.  - Yo no…

  - No pongas a prueba mi paciencia Ciel, no juegues conmigo al amnésico porque tu y yo sabemos muy bien que fuiste a su encuentro por una razón y que en el tiempo que estuviste allí pudiste ver de qué se trataba… si no no hubieses huido así de el ¿Qué fue lo que viste? ¿Qué fue lo que te dijo?

  - ¿piensas que necesite escuchar la historia completa? A penas llegue vi la mesa llena de fotografías idénticas a la que la policía me mostró. Con todos los rostros tachados menos los nuestros. Desde ahí supe que todo estaba jodido.

  - Estuviste demasiado tiempo como para que crea esa versión.   Sigue mintiendo Ciel, el jamás debe enterarse.

  - Claro que estuve más tiempo, intente preguntarle que ocurría pero el sólo seguía viéndome con cara de loco y desvariando. Eso es todo lo que se. Luego hubo un forcejeo y la persecución hasta el parque. Nada más. Además tu eres el de las investigaciones clandestinas y los planes perfectos…

- Eres un imbécil ¿sigues con esa mierda de las investigaciones a tus familiares? ¿Qué demonios parezco? ¿Cómo averiguaría todo eso sin que nadie me descubriera?

  - No lo sé…

- Claro que no lo sabes, porque no es posible, porque jamás hice tal cosa… desde que vi a ese malnacido colarse a tu habitación supe que no traería más que problemas pero no tenía previsto que por una mentira así de absurda resolvieras intoxicarme y correr a su encuentro.

  - ¿Ahora es mi culpa creer más en mi amigo que en el psicópata que me quiere ver consumido?

  - ¿el psicópata que te quiere ver consumido? Porque no tratas de ser más específico, porque ahora mismo yo no soy el único y este “amigo” tuyo es mucho más peligroso de lo que piensas.

- ¿Entonces porque el diría algo así? ¿sólo para hacerme perder el tiempo? No juegues conmigo Sebastian, hay algo que no me estás diciendo.

- De acuerdo… -supiro. - 

Sebastián abrió una de sus gavetas y comenzó a ojear entre las carpetas en ella.

- ¿sabes cual es la complicación de investigar a fondo a una persona? Que siempre alguien da la alerta y de alguna forma acaba enterándose, así que nunca hago esa mierda a menos claro que sea estrictamente necesario.

   Sostuvo frente a mi una carpeta amarilla y la dejó en la mesa ofreciéndomela.

  - La razón por la que tu desquiciado amigo te incito a buscar “el archivo” que supuestamente yo construí está en esa carpeta.

  - ¿Qué es? 

- Lo que está recopilando ahora la policía. El historial psiquiátrico de tu amigo Alois Trancy.

   - ¿Por qué demonios tienes esto?

   Sebastián tomo su Copa y siguió bebiendo, ahora yo ojeaba las páginas del abultado informe.

  - Porque entre más intentaba averiguar de ti, más debía hablar con tu allegados, y entre más hablaba con el más me daba cuenta de que algo muy malo ocurría dentro de su cabeza. Hablaba de ti desesperado, fingía una compostura que yo sabía que no existía y entre más intentaba descifrar que era, el se volvía más y más distante, hostil, hasta que definitivamente dejó de aparecerse por aquí, o eso creí hasta que pude comprobar con las cámaras que se escabullía cada maldito día para espiar tu habitación. Entonces no tuve más remedio que contactar a un detective y el se encargó del resto. Lo que tienes ahí son los nombres de cada médico con el que trancy estuvo en terapia a lo largo de todos estos años, con eso pude localizar sus números telefónicos y contactarme con la mayoría. Todos hablaban de lo mismo cuando preguntaba por el, psicosis. Fuertes delirios, alucinaciones, quizás esquizofrenia, pero era difícil decirlo para todos porque coincidían en que antes de poder entrar en profundidad Alois desaparecía y no regresaba a sus consultas.  - No puede ser cierto…

  - ¿Qué acaso no estás viendo los malditos nombres? Ahí está todo, los informes que muchos de ellos me enviaron, todo lo que sabían sobre el y su condición está ahí.

  - ¿Alois es esquizofrénico?

  - Probablemente.

  - No puedo creerte

  - ¿Por qué mierda lo inventaría? Además tu le viste ¿puedes decir que no está enfermo mentalmente?  - Yo… yo no podría creerte.  - ¿ah no? Pues más vale que lo hagas Ciel, porque ahora mismo tu y yo estamos encabezando su lista negra y este infeliz es peligroso a un punto que no imaginarias. ¿sabes que sus últimos dos doctores en holanda y australia están desaparecidos? Uno fue reportado hace año y medio y el otro hace 8 meses. Puede que a ti te parezcan casos aislados, pero para mi esas coincidencias no existen.

  - ¿Qué es lo que estás tratando de decir?

  - Fueron los doctores con los que más tiempo estuvo, casi al instante de desaparecer el primero comenzó su tratamiento con el otro que luego acabo desapareciendo también. Tal vez ambos notaron algo terrible en el y antes de poder dar aviso a algún familiar o institución psiquiátrica para que fuese internado, optó por deshacerse de ellos.

   Se me helo la sangre.

  - ¿tu crees que el..?

- Carajo, claro que lo creo. Puedo jurar que tu “amigo” se los quitó de en medio. Esos hombres que creen desaparecidos, deben estar muertos.

   Sorbi un poco de vino antes de que el siguiera hablando.

  - Desde el inicio supe que algo era extraño en el, lo investigue y de alguna forma el lo supo, alguien le alertó, así que lo que hizo fue enviarte a ti a encontrar el fulano archivo de tus familiares sólo para saber donde ocultaba yo su informe personal y poder venir a deshacerse de el. Le he visto moverse por los pasillos y tu habitación no es el único sitio al que ha entrado clandestinamente. Ha estado en el archivo del hospital, en el consultorio de Grell, incluso aquí...

- ¿Cómo demonios sabes eso?

- Por las grabaciones de las cámaras.

  - ¿las cámaras? ¿Como tendrías acceso a ellas?

- Por favor phantomhive...

 Sebastián se levantó de un golpe con una expresión casi ofendida en su rostro mientras bordeaba el escritorio y giraba con violencia mi silla hacia el.

  - ¿Crees que si no tuviese acceso a ellas podría hacer cosas como llevarte a visitar a finny a la morgue o escabullirme a tu habitación de noche? ¿no crees que si yo no fuese capaz de manipular las imágenes y grabaciones de cada cámara en esta clínica, alguien nos hubiese notado jugando al gato y el ratón?

   Maldición…

- Hace mucho que resolví como ingresar al sistema que las opera y alterar cada cosa que graban. Por ejemplo, sustituir una hora por otra más tranquila y así mientras tu y yo corremos por los pasillos a las 11:00 pm, edito ese instante para que se aprecie el solitario y apacible pasillo de las 2:30 am. Nadie jamás notaría eso.

  El tenía acceso remoto al sistema y había descifrado como editar cada tramo de cada video...

- Pero anoche… ¿Cómo la policía no vio la grabación? No pudiste haberla editado, no hubo tiempo.

  - Claro, sabia que hoy no tendría tiempo de editarla, por eso anoche no podía irme sin hacer nada o seríamos descubiertos, así que antes de ir tras de ti hice una parada en los archivos e ingrese a la pequeña cabina donde están bajo llave los equipos de seguridad, anule las funciones de todas las cámaras y las deje inútiles, y luego simplemente formatee toda la memoria del día. Hoy cuando fueron a buscarlas, simplemente no existían.

  Así es como lo había estado haciendo, ante las cámaras de este hospital nosotros  éramos un doctor y paciente más.

  - Así que el momento en el que entre aquí y cuando Salí de la clínica, incluso cuando tu ibas desangrándote por los pasillos… - Nada, simplemente nada, todo fue eliminado…

  - Pero ellos lo notaron ¿no? Que alguien había eliminado las grabaciones de ayer.

- ¿Y qué diablos puede importarme? Cuando revisen los días anteriores, que seguramente lo harán, acabarán por darse cuenta de que tu amiguito Alois se mueve de incógnito por los pasillos cada día… ¿Por qué alguien que ha entrado tantas veces a ese archivo sin ser notado no podría encontrar la forma de acceder al equipo de seguridad y manipularlo a su favor? La policía acabará culpándole a el.

   - Nunca lo editaste a el… sus grabaciones están intactas.

- Correcto, sus expediciones por la clínica están perfectamente grabadas, solo modifique el momento en que entra y sale de tu habitación, para encubrir tu ingenuo trasero.

 Sebastián soltó la silla y se irguió frente a mi como si hiciera alarde de su poder. No había un solo cabo suelto, todo estaba en el lugar que correspondía, nadie escapaba a su control total.  Me Recline con la mirada perdida y seque el vino en mi copa.

- Así son las cosas entonces…

    ¿de qué servía? Ahora, mientras el se inclinaba para servirme mas del tinto liquido, me cuestionaba profundamente a mi mismo… ¿de qué servía? Si el era imbatible, era imposible burlarlo. Sebastián había inventado este juego de cacería y era el máximo contendiente. No parecía haber forma de detenerlo y no había nada capaz de hacerle cometer un error ¿entonces que me quedaba por hacer?

   Tome un par de sorbos más.

  - ¿deprimido?

  - ¿Por qué lo estaría?

  - Bueno, ibas a matarme y a ser feliz por siempre con ayuda de tu buen amigo Alois. Ahora resulta que yo sigo vivo, el es un asesino con trastorno psicótico y el brillante atardecer de tus fantasías se está tornando de un nefasto gris… si me lo preguntas las cosas parecen haberse distorsionado bastante.

  - Si, así parece.

  - Entonces Ciel .– dijo mientras bebía un sorbo directamente de la botella. – ahora que ni siquiera puedes acudir a la policía buscando ayuda ¿no sería buen momento para aceptar que sólo te quedo yo?

   Deje la copa en la mesa, de nuevo vacía y me levanté sintiendo el calor del vino recorriendo mi esófago y cosquilleando en mi cuerpo.

- ¿eso que implicaría?

  - gracias a ti llevo un blanco en la espalda, ahora que arroje a trancy como culpable ante la ley estoy seguro que vendrá primero a por mi, así que lo que necesito es saber a qué me enfrento… y se que tu lo sabes.

   Yo avance hasta el escarlata diván, Sebastián se detuvo tras de mi.

  - ¿Por qué te ha estado vigilando tan obsesivamente? ¿Por qué quiso que fueras a verle? ¿Por qué luego de tanto tiempo después que robaste a su novia ahora es que quiere vengarse? ¿pudiera ser eso? Esta buscando su venganza? En realidad no lo creo, no me encajan las piezas… ¿el quería matarte? ¿quería raptarte? ¿Qué es lo que pasó entre ustedes? ¿Qué hiciste para que decidiese atacarte justo ahora? ¿Qué es lo que le debes?

   Cerré los ojos recordando los sórdidos acontecimientos de los últimos años reflejados en aquel vídeo… no puedo decírtelo michaelis, no podrías con esta verdad…

- Sabes que ya no te queda nada más phantomhive, ahora mismo yo soy la última barrera entre el y tu… Así que dime toda la verdad.

   No se porque era, pero su voz taciturna me parecía tranquila, relajada, como la canción que sonaba apacible para domar a una bestia.

  - ¿la verdad?

  - Si, la verdad…

Me gire hacia el.

- ¿Por qué fuiste tras de mi? .

– mis dedos recorrieron las puntadas que mantenía cerrada la enorme herida en su pecho. – sabías que el era peligroso, que podía haberte matado considerando el estado en el que estabas… aún así le enfrentaste… yo le hice mucho daño ¿sabes?, sería justo que el me matara, se hubiese cumplido tu profecía en la que mis egoístas acciones pasadas acababan por destruirme y además no te hubieses visto involucrado, no te habrías manchado las manos de sangre… quedarías totalmente impune, habiendo triunfado, entonces ¿Por qué no lo dejaste hacerlo? ¿Por qué fuiste por mi?

  - Me gusta ensuciarme… mis venganzas son mías y nadie debe interferir.

   En la oscuridad de aquella habitación nuestras miradas escrutaban la del otro, tratando de descifrar que era verdad y que era mentira…

  - ¿Esa es tu verdad?

  - Si… 

- Pues yo tampoco te creo…

 Otro día me hubiese querido arrancar la lengua de raíz al pronunciar aquella insinuante frase, pero ahora todo lo que hacía era seguír tensando ese delgado cable invisible que me mantenía a salvo de derrumbarme precipicio abajo ¿Por qué lo hacía?  - ¿Qué otra razón tendría?

   En la palma de mi mano el eco de su respiración vibraba.

  - ¿Qué razones tendría yo para mentirte?

   Con los años diluidos en una atmósfera ajena a todo lo que conocíamos nos miramos en silencio. Comprendimos cada cual que entre nosotros la verdad absoluta no existía, no había espacio para ella… siempre estuvimos juntos a medias, escondiendo del otro esa parte que no nos atrevíamos a revelar, siempre fue así en aquel entonces y siempre sería así en el futuro. Era la ley inamovible de nuestra realidad, como la gravedad que nos mantenía de alguna forma en el suelo. La verdad absoluta sólo nos destruiría.

   Sebastián alzó su mano y sostuvo mi mejilla.

- ¿de dónde vienes Ciel? Siento que han pasado mil vidas antes de este momento y que pasarán mil más antes de que acabemos está partida infinita de correr y alcanzarnos una y otra vez sin final aparente. Siento que hace tanto tiempo que hacemos esto que ya me arden las piernas, me pesan los hombros…

  Entendía muy bien esa sensación.

- No lo sé, vengo de tan lejos que ahora sólo estoy perdido y estar perdido es lo único que recuerdo, es lo más cercano a un hogar que tengo… ¿de dónde vienes tu?

 Su mirada perdió la tranquilidad de nuevo. Otra vez era el severo Sebastián.

- De un lugar muy oscuro… vengo del lugar en donde comenzaste a correr… tu burla convertida en rabia. Así que no intentes esta técnica. – se alejó de mi rostro y ahora apretaba con fuerza mi mano en su pecho apartandola bruscamente de el. – tu tacto no es más que otra gran treta.

   Sebastián lucia ahora enojado.

  - ¿Treta? ¿y tu que juegas a embriagarme y meterte dentro de mi cabeza? ¿no es una treta ese rostro con el que preguntas cosas volubles cuando realmente sólo quieres sacarme verdades ocultas?

  - ¿embriagarte? Sólo quería brindar phantomhive.

   Sebastián se acercó y puso con fuerza sus manos en mis hombros, girándome abruptamente en dirección a la pared contraria. El reloj marcaba las 12:07 am.

  - Ya es un nuevo día. – murmuro. – y puede que lo hayas olvidado, pero este es un día que se consideraría “especial”

  - ¿a qué te refieres?

  - 26 de marzo…

   Sentí el nudo en mi garganta y la sorpresa en mi rostro. Era mi cumpleaños.

  - Quería aprovechar, darte la oportunidad de que me dijeras la verdad… pero parece que sigues prefiriendo el camino difícil. Solo espero que tengas en cuenta que no necesito que lo digas Ciel, porque si de algo puedes estar seguro en la faz de esta tierra, es de que voy a descubrirlo todo…

 En mi subconsciente, la verdad permanecía en una oscura caja, apartada lejos de todos, sobre todo de el. Me gire con una sonrisa cansada en mi rostro.  - Lo tendré en cuenta, ahora espero que tu también tengas presente que hay cosas que pueden superarte Sebastián… hay cosas que ni siquiera tu podrías soportar.

  - Tu aún no has visto nada de lo que puedo soportar… a estas alturas ya soy completamente inmune a ti…

   Me acerqué a su rostro hasta estar junto a su mentón y sentí el calor del vino hormiguear por todo mi cuerpo.

- Repítetelo hasta que te lo creas…

   Sebastián sostuvo en una mano mi quijada, apretando con una fuerza que lastimaba de mil formas diferentes y alzándome hasta obligarme a ponerme en la punta de mis pies.

  - Feliz cumpleaños, príncipe.

   Diez años se derribaron, diez años de murallas reducidas a polvo y escombros mientras que los labios de michaelis chocaban contra los míos.

   Quisiera decir que luche por safarme, quisiera decir que le arranqué la lengua de un mordisco, que pelee durante cada segundo de aquel beso para que me soltara, pero sería mentira. Mientras nuestras lenguas se rozaron reconocí perfectamente su tacto, su tibio aliento, el sabor de su saliva ahora endulzada por el gusto a vino. Como una ligera caricia nuestros labios se recorrieron y recordé el olor de la nieve en aquel parque, donde por primera vez desee probarlos.

   Un beso únicamente, uno sólo en mi cumpleaños, ese había sido el trato; pero éste, que había añejado por mas de diez años, cubriendose de rabia y olvido, sabía a remordimiento y a culpa… sabía a miedo, miedo de no ser suficiente.

   Sebastián me soltó deliberadamente y yo, que no pude mantenerme sobre mis pies, caí sobre mis rodillas contra el suelo.

   Escuche sus pasos sonoros y apurados cruzar la habitación para luego salir a toda prisa, mientras aún tenía su sabor quemándome la boca y una lágrima desconcertada rodaba por mi mejilla entre la confusa oscuridad. 

  ¿qué estábamos haciendo?

   Murmure mientras apretaba los dedos contra mis labios, luchando contra el infame calor que era inaguantable.

    ---

     Mientras Sebastián michaelis corría por los oscuros pasillos, muerte iba un paso adelante… ella sabía bien a donde ir, así que cuando michaelis abrió la pequeña y metálica puerta de salida de emergencia y corrió hasta la endeble escalera, muerte ya le esperaba.

   Sebastián chocó contra la barandilla y la apretó con desproporcionada fuerza mientras sus dientes rechinaban y contemplaba el espacio vacío entre el y el pavimento 7 pisos más abajo. Muerte flotaba justo frente a el, intentando adivinar si lo haría… ¿te atreverías a saltar? Se que quieres hacerlo.

 El mortal se bamboleaba hacia adelante y atrás, como si un dolor agobiante lo quemase en el interior y estuviese loco por saltar y aplacar el sufrimiento. Su respiración era desbocada… ¿en que pensabas pequeño?

   Oh si… seguro pensabas en la noche anterior… estuvimos tan cerca… el estuvo cerca de lograrlo.

     “ mientras el seguía apretando el cable alrededor de mi cuello, yo continuaba golpeando su rostro, el no paraba de sonreír, escupia sangre una y otra vez, pero seguía consciente, seguía sonriendo. Un par de golpes después por fin la presión se detuvo y yo también deje de golpearle.

  - ¿Escuhas? . – murmuro. - ¿las sirenas?

  Le mire con desprecio, el sólo sonreía con los ojos perdidos en la distancia.

  - Claro que las escuchas… ¿tu los llamaste no es cierto? Parece que fuera de los muros de tu clínica no eres tan valiente.

   Alce mi puño encolerizado, listo para dar el golpe final.

- ¿seguro que así quieres que sea michaelis? Si aciertas ese golpe seguramente quedaré inconsciente y todo habrá acabado.

  - ¿Y porque no querría eso?

  - No seas tímido… puedes confesarte. Me has estado investigando, me seguiste la pista y arruinaste mi recuentro con Ciel, yo diría que ahora somos muy muy cercanos… no pusiste tanto esfuerzo en joderme sólo para que la policía te robe la gloria estando tan cerca… ¿no sería mejor dejar que esto siga siendo personal?

   Me alce, e inspire profundamente revelando mi sádica sonrisa.

  - Si… eso es, ahora estas siendo más honesto.

  - Trancy me parece que olvidas que soy psiquiatra… estos juegos mentales y tristes intentos de manipulación no me resultan un desafío.

  - Por su puesto que no, no intentaría manipularte, sólo estamos hablando el mismo idioma y sabia que te encantaría mi propuesta.

  - No he escuchado ninguna aún.

- Te propongo un juego ruin pero honesto, así que si me muestras quien eres yo te mostraré quien soy.

   Las sirenas eran más y más cercanas, pronto llegarían.

- Vamos Sebastián, no tenemos toda la noche…

   Le apreté por la camisa y lo eleve hasta la altura de mis ojos.

  - ¿En qué consiste el juego?

  - Fácil, será un mano a mano, como una deportiva cacería.

  - ¿Por qué me interesaría tal cosa? puedo entregarte ahora y todo acabaría.

- Ya sabes lo que dicen, hay que serlo para reconocerlo y puedo ver que tu y yo tenemos el mismo gusto por la caza violenta. 

 Sonreí.

  - Aún no es suficiente para pagar tu libertad.

  - No te preocupes Sebastián, tengo un pago jugoso.

   Alois guió su mano hasta más abajo de su abdomen, al lateral de su pantalón y luego de hurgar en su bolsillo saco un pendrive.

  - Si eres honesto y muestras quien eres yo también te mostraré.   Mire el objeto manteniéndome dudoso.

  - ¿y si me niego?

  - Pues no pasará nada, yo iré a la cárcel, tu seguirás con tu linda vida y este pendrive quedará en manos de la policía; no creo que a Ciel le guste mucho eso, pero es tu decisión ahora.

    Sostuve su rostro ensangrentado entre mis manos.

  - Tu no conoces el infierno Alois. – sonrei sanguinariamente. – esa mente tuya es un patio de juegos comparada con lo que hay dentro de mi cabeza.

  - Sólo hay una forma de saberlo ¿no es así?... ¿entras o no michaelis? “

     Muerte recordó la escena al mismo tiempo que michaelis lo hacía… recordó el preciso momento en que Sebastián se levantó de encima del rubio y aceptó su pago a cambio de la libertad. Trancy pudo huir, aún tambaleándose por la golpiza y michaelis sostuvo su recompensa en la palma de la mano.

   7 pisos por encima del suelo ahora Sebastián, a quien phantomhive había negado la verdad, se dejaba ir sobre uno de los peldaños de la escalera, sentándose para recobrar el aliento y la compostura.

   Mientras la madrugada fría condensaba su aliento, llevo la mano a su bolsillo y sostuvo el pequeño aparato.

   El pendrive que Alois le había dado, parecía pesar una tonelada y quemar como el acero fundido, tal como si contuviera un infierno y aunque michaelis dudo, supo que si quería respuestas, era ahí donde debía buscarlas.

     Se rozó los labios con los dedos… aún se estaba quemando.

     ¿cuanto más podrás soportar, dulce y atormentado niño?   

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).