Steven se encontraba cómodamente sentado en una pequeña habitación contigua al “Hall of fame” ese lugar en donde entraban todos los retadores que llegaban a conseguir completar la prueba de derrotar a la Elite Four y al actual campeón de la región. Debido a que los campeones —e incluso los pertenecientes a la Élite— debían de permanecer todo él dia encerrados en aquel lugar a la espera de retadores, la Asociación Pokemon dio la autorización para hacer pequeñas y bien abastecidas habitaciones al lado de los campos para combatir, para que así pudieran descansar mientras llegaba algún entrenador y no cansaban tanto por tener que estar de pie en él mismo lugar durante todo él dia, toda la semana por casi todo él año.
En aquellas horas que todo se encontraba tranquilo, Steven Stone se dedicaba a su actividad favorita; observar a Drew que muy amablemente se encontraba haciendole compañia aquel dia.
Él de cabellos verdes se encontraba sentado frente a él, en el otro sillón individual, se encontraba acomodado de costado mientras veía un video por su celular, aunque por la forma en que mantenía los ojos semi-abiertos parecía que se fuese a quedar dormido en cualquier momento.
—¿Drew?
Llamó él de cabellos plateados con una sonrisa cuando —finalmente— sus sospechas fueron confirmadas con un cabeceo, Drew de hecho si se está quedando dormido en él sofa.
—¿Mmm?
Él coordinador finalmente dejó él celular abandonado cerca de sus piernas y él sofá antes de tallarse la cara, principalmente los ojos, como si de aquella forma fuese a ser capaz de espantar él sueño que se encontraba sintiendo.
—¿Que pasa?¿Él retador si derroto a Glacia?
—No, no llego tan lejos… —respondió un poco triste Steven mientras hacía un poco de memoria sobre lo que le habían dicho—Creo que era un equipo mitad dragón, mitad planta.
—Mi mas sentido pesame—comentó Drew antes de taparse la boca para cubrir un bostezo.
—¿Mucho sueño?—cuestiono curioso Steven que en ningún momento le había quitado la vista de encima, más que fascinado por poder volver a estar en un ambiente tan tranquilo con Drew.
Al fin
—Algo… No es la gran cosa.
Steven admiro maravillado la sonrisa amable y adormilada que él menor se encontraba mostrándole, probablemente con la intención de que su respuesta fuese creíble, posteriormente un silencio agradable se establece entre los dos, antes de que él mayor volviera a retomar la palabra.
—Tengo una duda—soltó él campeón de la nada, llamando la atención del coordinador quien ladeo la cabeza curioso—¿Te gustan las rosas?
La sonrisa de Drew rápidamente desapareció tras aquella pregunta, siendo sustituida por unos labios fruncidos y sus ojos semi cerrados que mostraban un obvio desagrado ante aquella duda. Su propia familia solía burlarse del estereotipo que rondaba en ellos por culpa de sus apellidos y lo que era él escudo familiar —que para variar era una rosa— eso sin contar claro, que probablemente aquello tambien podria ser su culpa, debido a que la mayor parte de las veces parecía ser capaz de sacar una rosa roja de la nada.
—No—respondió Drew aun con su mueca de desagrado—Aunque lo parezca no son mis flores favoritas.
—Oh… —aquello sin duda sorprendió a Steven, algo en lo más profundo de su mente le hizo llegar a creer que aquella debía de ser su flor favorita… Que bueno que le había preguntado antes de decidir regalarle un ramo de rosas algun dia al azar—¿Y entonces?¿Porque no te gustan las rosas?¿Tienes alguna flor favorita?
Drew hizo otra mueca de aparente desagrado antes de soltar un suspiro y acomodarse un poco mejor donde se encontraba sentado, seguro de que si no se movía, terminará por quedarse dormido en medio de la plática que estaba a punto tener.
—Las rosas no me gustan porque en casi todos sus significados, hablan del amor.—confeso con las mejillas ligeramente sonrosadas él de cabellos verdes.
Steven le dirigió una mirada confundida al menor, parpadeando casi diez veces antes de formular una pregunta.
—¿En serio es por eso?—preguntó Steven con una sonrisa, como si estuviese a punto de soltar una carcajada.
—No molestes—replicó Drew cruzándose de brazos y obviamente ofendido por la expresión que Steven mantenía en su rostro.
—Espera… ¿Las rosas rojas significan amor?—a Steven literalmente le brillaron los ojos cuando vio la oportunidad perfecta para empezar a preguntar sobre él significado de las flores, algo en lo que Drew parecía ser un experto.
Él coordinador, por supuesto, no hizo otra cosa más que rodar los ojos, no tan orgulloso por su capacidad de haber podido memorizar aquello, recordando incluso la infinidad de veces que se había quejado ante su madre por tener que aprender eso, alegando que no le iba a servir de nada en su vida diaria.
—Las rojas significan, amor intenso, belleza… pasión y matrimonio—conforme fue diciendo los significados, los fue enumerando con los dedos de su mano izquierda, era lo malo de ciertas flores, él tener mas de un significado—Y creo que todavia me faltan como dos o tres pero no los recuerdo.
—Interesante.—respondió casi de inmediato él de cabellos plateados, su mano derecha descansaba bajo su barbilla en un gesto pensativo, como si estuviese pensando en qué otro nombre de flore se sabía—¿Y las blancas?
—Soy digno de ti, pureza, paz, inocencia—respondió en automatico él de cabellos verdes, mirando fijamente al de cabellos plateados que desde hace un buen rato no le quitaba la vista de encima, lo cual poco a poco comenzaba a ser molesto—¿En serio vas a preguntarme sobre esto?
La sonrisa de Steven simplemente se ensanchó antes de asentir animadamente, demostrando su extraña emoción por el tema.
—¿Y las amarillas?
Aquella pregunta dejó pensativo unos cuantos minutos al menor, no solo intentando recordar los significados, sino que tambien preguntandose si toda la plática se resumiría únicamente en las rosas.
—Para acortar, es la rosa de los amantes—soltó sin mucho ánimo él menor antes de simplemente alzar los hombros con obvio desinterés— y también significa celos.
—¿Existen muchas variedades de rosas?—pregunto una vez más Steven, quien hasta este punto se encontraba cuestionando la posibilidad de comenzar a anotar toda la información que estaba recibiendo. Nunca se sabe cuando algo asi podria ser de utilidad.
—Claro, como la mayor parte de las flores—contestó Drew admirando la sincera curiosidad que él mayor mostraba hacia la información que se encontraba recibiendo, pero por alguna razón su propio instinto parecía decirle que algun dia iba a terminar por arrepentirse de esta plática—Está la “Rosa Carolina”, que significa amor peligroso, o la “Rosa Salvaje” que viene siendo “te seguiré a todas partes”, la “Coral” que es entusiasmo, deseo, o la “Navidad” que significa “Alivia mi ansiedad, paz, tranquilidad” el significado obviamente depende del contexto.
Cuando Drew terminó de hablar un nuevo silencio se instaló entre ellos, uno nacido debido a que Steven se había quedado pensativo ante lo recién dicho, olvidándose de todo, incluso de las primeras preguntas que iniciaron aquella curiosa conversación.
—¿Hay alguna rosa que hable sobre la belleza?—cuestiono Steven en un tono más pensativo y tranquilo que las anteriores veces que había preguntado algún significado en especifico.
—Mmm… —Drew se lo pensó un momento, tocando con su dedo índice su propia mejilla, en un gesto pensativo—Hasta ahora solo viene a mi mente la “Rosa Musk”, la cual significa; Belleza caprichosa.
0.o.0
Drew sintió un tic en su ojo derecho cuando finalmente abrió la pequeña caja envuelta en un bonito papel de regalo en tono verde esmeralda —de ese color que él mayor insistia, se parecía al de sus ojos— que Steven Stone le había regalado horas atrás y que insistentemente le había pedido que no lo abriera hasta que se encontrara en un lugar donde pudiese apreciar tranquilamente lo que se encontraba guardado en su interior.
Y él, tan obediente como era no hizo otra cosa más que aceptar el dichoso regalo y esperar hasta llegar a la sala de su casa para finalmente abrirlo. Probablemente como Steven había esperado que lo hiciera cuando se lo entregó.
—Oh por Arceus…
Susurro Drew mientras miraba el interior de la caja, la cual se encontraba llena —casi a reventar— de Rosas Muk. Probablemente debió de haber hecho caso a su instinto y cortar la conversación sobre las rosas antes de siquiera haberla comenzado.
Una parte de sus pensamientos se encontraba girando ante lo obvio y esperado que debía de haber sido él regalo, no por nada Steven había dicho él significado y no preguntado por la rosa en sí como veces anteriores. Otra parte se encontraba debatiendo acaloradamente sobre cómo debería de considerar él regalo, si de una forma superficial o sentimental. Él campeón de la región que le sacaba diez años era todo un misterio, y no sentía que fuese la clase de persona que expresara sus sentimientos por medio de flores o colores. Tal vez con joyas si —por su gusto por la arqueología y las piedras preciosas— pero en realidad no lo veía como alguien que se tomase en serio las flores.
O al menos no tan enserio como a él le habían enseñado.
Soltando un suspiro, adentro su mano diestra a la caja para sentir la textura de los pétalos, acariciandolos de la misma forma delicada en que solía tocar toda la clase de flores —principalmente con aquellas que solían tener espinas— muy dentro, en lo más profundo de su ser, la idea de pedirle indirectamente una “Camelia” —Te querré siempre—, o incluso podía ser feliz con una Sinningia —flechazo amoroso—. Pero no, que lo más probable es que termine recibiendo un montón de “Heliotropo” —devoción, deseo de amistad—.
Porque en verdad dudaba que Steven se las hubiese regalado con otro significado, que no fuese él superficial.
—¿Que estas haciendo?
Drew prácticamente brinco en su lugar, antes de tapar nerviosamente la caja llena de flores y levantarse de su lugar. Solo para girarse y ver unos pares de ojos verdes mirándolo con curiosidad, aunque está rápidamente quedó en él olvido cuando su expresión cambió a una de aburrimiento. Por supuesto, la curiosidad antes vista en los ojos verdes le hacía preguntarse, ¿Cuánto tiempo llevaba ahí?
—¿Qué son esas flores?¿Musk?
—Eso no te importa Andrew—reconoció Drew a su primo quien aun se encontraba recargado en él respaldo del sillón y no dejaba de verlo—¿No tienes alguien mas a quien molestar?
—No, Andrea aun no llega—soltó con desinterés Andrew antes de saltar encima del respaldo y acaparar todo el sillón donde anteriormente se había encontrado sentado Drew, algo que obviamente le hizo fruncir él ceño al menor—¿No sería buena idea que las pusieras en agua?
—No me molestes—se quejo él de brillantes ojos verdes, antes de darle la espalda al mayor e irse con dirección a su habitación.
—¡Bonitas flores!
Fue lo último que escuchó por parte de su primo —además de una carcajada— cuando se apresuro a las escaleras y subió lo más rápido posible con dirección a su habitación.