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Ramo de Flores por Abyss

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Notas del capitulo:

Advertencia: Inclusion de Harley y Solidad. OoC (como siempre). Pokémon no me pertenece (disclaimer :D)

—Y, ¿Porque lo dejaste ir?

Wallace continuaba ahí, sentado frente a la silla donde se encontraba —sumido en una depresión—, su buen amigo, que de a poco a poco le había ido comentando algunas partes de la situación que lo hicieron terminar de esa forma.

—No lo se —respondió Steven en un tono lleno de arrepentimiento—. No, no se me ocurrió en ese momento.

El de cabello turquesa le dio una mirada aburrida al de cabello plateado, cruzándose de brazos antes de soltar un cansado suspiro. Steven era su mejor amigo, y obviamente era la unica explicacion que se le ocurría para mantenerse ahí, escuchando los pedazos de la historia e intentando ayudarlo.

—¿Y porque se te ocurrió besarlo? —pregunto Wallace con curiosidad, su primer beso había sido incluso después de haberle pedido a Winona que fuera su novia, y sabiendo lo respetuoso que era Steven no alcanzaba a comprender la razón por la cual le pareció tan fácil besar a otra persona—. ¿No se te ocurrió que podrías asustarlo?

—En ese momento lo unico que queria era besarlo —admitió avergonzado Steven, negándose a establecer contacto visual con Wallace, totalmente seguro de que terminaria diciendo todo, si se le llegaba a ocurrir alzar la mirada—. Aparte de que no creí que reaccionara de esa forma, yo creía que ya se había dado cuenta.

—¿Y que te hizo pensar eso? —cuestiono Wallace alzando una de sus cejas, sospechando que había algo que su amigo no le estaba contando. O al menos no le estaba contado una parte fundamental de la historia.

El silencio que llenó la habitación tras aquella pregunta solo incrementó la curiosidad de Wallace y le hizo mirar de peor manera a Steven.

Si es que eso era posible.

0.o.0

Drew no tenía muchos amigos. Una gran parte de su vida la había pasado encerrado dentro de las tierras que pertenecían a su familia, siendo acompañado únicamente por sus primos y —presentes en aquel entonces—, sus padres y sus tios. Recordar aquellos días donde los podía pasar tranquilamente corriendo descalzo por el lodo, o escalando árboles para conseguir bayas, siempre era agradable. Pero en esos mismos recuerdos siempre era fácil notar lo apartado de la gente que había estado desde temprana edad, aunque por la compañía de sus primos y la estricta vigilancia de los sirvientes, la falta de alguna persona con la cual jugar jamás se hizo presente. La necesidad de hablar con alguien, estableciendo algún lazo afectivo, nunca se había mostrado en su vida como algo sumamente necesario, y suponía —sin estar muy equivocado—, que no era el único que le pasaba algo así, pues hasta la fecha la única persona en su familia que sabía —y tenía constancia—, de que tenía amigos, era Andrew.

Pero justamente ahora, después de haber hecho una estupidez —o lo que su mente consideraba una estupidez—, de la que realmente ni siquiera sabía cómo sentirse, y con la vergüenza suficiente como para negarse a comentarlo con un integrante de su familia, fue que finalmente comenzó a sentir la necesidad de tener a alguien con quien hablarlo y que le pudiera dar algun consejo. Razón por la cual terminó acudiendo con la primera persona que cruzó por su mente, que en su momento —cuando lo hizo llorar en su primer concurso—, le ofreció una amable sonrisa diciéndole que podía contar con ella para charlar cuando lo necesitara. No la consideraba realmente una amiga, charlaban de vez en cuando y en muy contadas ocasiones, y casi siempre sobre lo mismo, pero justamente ahora había decidido tomarle la palabra al no saber con quien mas recurrir.

—¿Te ocurre algo malo, Drew?. —pregunto la chica de cabello rosado y ojos azules, mirando con genuina preocupación al niño que le había pedido un poco de su tiempo para hablar, y que no había dicho nada desde que se sentaron en aquella mesa circular.

El de ojos verdes se removió incómodo en su asiento, mientras revolvía con su pajilla la bebida de brillante tono anaranjado que pidió minutos atrás para consumir

—Creo que hice algo tonto. —finalmente soltó avergonzado el de cabello verde, con las mejillas sonrojadas y negándose a mirar directamente a Solidad.

—¿Hiciste algo tonto? —repitió con curiosidad la chica, mirando la forma en que el niño parecía encogerse en su asiento. Una actitud no muy común en el siempre orgulloso chico de cabello verde.

Drew respiro profundo antes de erguirse en su asiento con determinación—y con los ojos fuertemente cerrados—, inflando el pecho a consecuencia del aire que se encontraba reteniendo, para finalmente abrir la boca para soltar aquello que no lo dejaba tranquilo desde hace pocos días atrás.

Solo para ser interrumpido segundos antes de siquiera soltar una vocal.

—¡Solidad, Drew! —la melodiosa voz de un conocido chico de cabello semi ondulado y en color morado llegó a los oídos de ambas personas—. ¿¡Como estan!?¿¡Me extrañaron!?

—Harley. —saludo Drew, sin mucha emoción en sus palabras, mirando fijamente como el de cabello morado se acercaba a la mesa.

—Buenas tardes, Harley —en un tono más amable saludo Solidad, viendo como Harley se acercaba a ellos con su característica forma de caminar, con esa forma tan exagerada de mover las caderas—. ¿Que te trae por aquí?

—¡Los estaba buscando! —soltó Harley repentinamente en un tono de urgencia, arrastrando la silla vacía y extendiendo los brazos—. ¿Este pantalón me hace ver el trasero gordo?

Drew intento no rodar los ojos o soltar un suspiro ante la incógnita que Harley les estaba presentando, a sus oídos llegó la nerviosa risa de Solidad quien —muy probablemente—, no tenía ni la más remota idea de que contestarle.

—Te hace las caderas más anchas… ¿Es a la cintura?. —respondió sinceramente Drew al ver el nuevo estilo de vestir de Harley. Cuyo color en las prendas ahora tenían semejanza con los de un Cacturne shiny. Eso sin contar que ahora el pantalon se veia mas pegado que de costumbre.

—Creo que si es a la cintura… ¿Como se que es a la cintura?. —pregunto continuamente Harley mientras se miraba y tocaba repetidamente las caderas tras aquella observación.

—Bonito color. —señaló Solidad, intentando desviar la atención a Harley a otra cosa que no fuera sobre su cuerpo,  apreciando el nuevo tono en que sus ropas se encontraban teñidas.

—¿Te gusta? —soltó Harley con emoción y felicidad mientras mostraba con una sonrisa su nuevo estilo de ropa—. Estoy viendo si me queda o no este estilo y pues, necesitaba opiniones sinceras.

—Se te ve muy bien, aunque es extraño verte con un color distinto. —comentó Drew poco a poco relajándose ante la conversación.

—Supongo que lo usaré de vez en cuando —soltó Harley mientras continuaba haciendo poses extrañas, ocasionando que la sonrisa de Solidad se pronunciara aún más—. Sobre todo si es para hacer desatinar a la gente.

—Harley, es usted un hombre muy diabólico. —dijo entre risas la chica de cabello rosado, en un intento de tono serio ante el chiste que debió de haber visto en internet.

—Claro que sí —afirmó el de cabello morado con las manos en las caderas y alzando la barbilla, antes de dirigir la vista una vez más a las dos personas que consideraba como sus amigos, aunque nunca lo había dicho en voz alta—. Antes de que yo llegara se veía a leguas que estaban teniendo una conversación profunda, ¿Paso algo?.

Recordar la razón por la cual se encontraban ahí sentados, hizo que instintivamente Drew se mordiera la parte interna de los labios y rápidamente agachaba la mirada, antes de tomar un sorbo de su bebida. Solidad por otro lado, mantiene casi toda su atención puesta en Harley, por lo que no se dio cuenta de los gestos hechos por el menor y simplemente contestó la incógnita como si no fuera la gran cosa.

—Al parecer Drew tiene un problema —contesto la de ojos azules con sinceridad, recibiendo un exagerado chillido por parte de Harley que puso ambas manos sobre su pecho, sobreactuando la situación—, antes de que llegaras estuvo a punto de decirme que le pasaba.

El de cabellos verdes continuó manteniéndose en silencio mientras le daba vueltas a su bebida, probablemente buscando el poco valor que había juntado hace unos momentos para decir por lo cual cito a Solidad.

—¡Oh my god! —grito Harley antes de soltar otro chillido lleno de falsa angustia—, ¡nuestro pequeño Drew tiene un problema!… Pero no te preocupes, has acudido a las personas correctas para tratar tu problema. —acompañado por gestos exagerados, finalmente arrastró la silla para tomar asiento junto a las otras dos personas y, con los codos sobre la mesa y el mentón apoyado en sus manos, miró fijamente a Drew intentando mantener un rostro serio—. Adelante, cuéntale al tito Harley, lo que te aflige.

Por alguna razón, la forma de actuar tan —normal—, extravagante de Harley, le hizo sentir mucho más tranquilo de lo que se había encontrado minutos antes, realmente no tenía una gran amistad con aquellas dos personas, pero sin duda alguna eran lo más cercano que iba a tener en cuanto a poder llamar a alguien “amigo”. Por lo que posteriormente sonrió un poco intentando tragar saliva de una forma discreta. Mirando fijamente a las dos personas que tenía en frente, decidiendose por fin, a ser sincero.

—Alguien se me confesó.

El silencio que nació debido a su confesión, fue lo suficientemente incómodo que le hizo bajar el rostro nuevamente. Sintió un bochorno subirle por el cuello, mientras su cerebro trabaja al cien por ciento preguntándose si aquel silencio era buena o mala señal. En realidad no se había parado a pensar en la forma que reaccionarian sus… Amigos —porque a estas alturas ya no podía simplemente decirles conocidos.

—¿Se te confeso? —repitió Harley, como si aquello no fuera la gran cosa, es más, por la forma tan tranquila en que estaba tomando la situacion parecia mas que preparado para esa clase de noticias.

—¿Quien?¿No fue esa niña que es tu fan? —secundo Solidad sin preocupación o alguna alteración en su voz, haciendo un gesto de encontrarse pensativa ante la falta del nombre de la chica—. Brianna… Creo que se llamaba.

Drew respiro profundamente al darse cuenta de lo que estaba significando el no ser tan específico… Ambas personas parecían tener una imagen determinada de la clase de persona que confesaría sus sentimientos hacia él, los cuales —por cierto—, estaban muy alejados de la realidad. Lo que le hizo sentir un retortijón en el estómago —a este paso terminará con gastritis.

—No, no fue ella —corrigió el de ojos verde llamando la atención de los dos presentes—. Fue un hombre.

Algo parecido a un “Oh” se escapó de los labios de ambas personas, pero fue tan leve que Drew simplemente pensó que se lo debía de haber imaginado. En esta ocasión tuvieron que pasar unos cuantos minutos antes de que Harley —valientemente—, fuera quien rompiera el silencio.

—Interesante. —fue lo único que dijo el de cabellos morados sin saber qué más agregar, intentando establecer contacto visual con Solidad de forma discreta, a la espera de que ella fuera capaz de decir.

—Bueno… Algo asi obviamente sorprende —Solidad jugo repetidamente con sus manos en un gesto nervioso, carraspeando de vez en cuando buscando las palabras adecuadas—. Mira Drew, en realidad no se que esperas escuchar de nosotros, pero si ocupas aprobación o algo similar para salir con aquella persona pues… Por nosotros no hay ningún problema, si te hace feliz…

—¡Eso es cierto corazón! —ahora fue el turno de Harley en decir algo, mucho más emocionado que minutos atrás—, si ese chico te gusta y tu le gustas no veo porque le des muchas vueltas al asunto, a nosotros no nos molestaria verte besandote con otra persona.

El de cabello verde inmediatamente dejo de sentir el nudo en la garganta mientras escuchaba los comentarios de sus amigos, saber que dos personas —que ahora ya las podía reconocer como cercanas—, no les molestaba en lo más mínimo si salía con un chico le hacía sentir… Aceptado. Y en cierta forma le daba esperanzas para poder hablar —algun dia que no sería mañana—, con su familia y confesarles lo mismo. Aunque, a su parecer, todavía le faltaba agregar un detalle a la confesión de hace unos momentos.

—Bueno, sobre eso… Es que ahí está el problema. —confeso Drew, sintiendose todavia mal por lo que le habia hecho a Steven—. El dia que se me confesó, me beso. —a su derecha reconoció un chillido de emoción provenir de Harley, uno que decidió ignorar por su propio bien—. Y yo lo rechace y… Lo empuje.

Drew puso sus manos encima de sus muslos encorvando ligeramente en su asiento, el recuerdo de haber salido corriendo de la playa, dejando a Steven plantado y lo suficientemente atrás que ya no le pudo dar alcance, todavía se encontraba remordiendo su consciencia. Como si aquello que hizo no hubiese estado bien.

—¡¿Pero porque hiciste eso?! —exclamó preocupado Harley, llamando la atención de Drew quien inmediatamente levantó el rostro—. Que lo rechaces te lo entiendo, pero, ¿empujarlo?

—Invadió mi espacio personal. —se excuso el de ojos verdes, tirando hacia abajo, como si fuera un tic nervioso, de su nueva playera de licra. Si, nueva. La otra la había quemado.

—Aun así, yo pienso que eso estuvo mal. —opinó el de cabello morado cruzándose de brazos y mostrándose ligeramente molesto.

—Bueno, tal vez deberías de comprender a Drew —ahora fue el turno de Solidad de hablar, en un tono más serio y comprensivo—. Si la confesión lo sorprendió, recibir justamente el primero beso debió de haberlo dejado en shock. No puedes culparlo por eso.

—Tal vez —dijo Harley sin mucho animo, aun cruzado de brazos, guardando silencio unos minutos antes de dirigirse nuevamente al más bajo—. ¿Ese es tu problema?¿Qué lo rechazaste?

El de ojos verdes asintió sin ánimo, buscando las palabras adecuadas que explicaran el cómo se estaba sintiendo justamente en ese momento.

—No tiene nada de malo rechazar a nadie —intentó tranquilizar Solidad la angustia que, por alguna razón, parecía estar haciendo sufrir a Drew—. Es algo normal, e incluso tal vez cuando seas mas grande tendrás que rechazar a más gente.

—Es que… Siento que no debí de haberlo hecho —confesó Drew mientras sentía como las lágrimas se aglomeraban en sus ojos—. Él y yo, ya habíamos estado pasando mucho tiempo juntos y… Y debí de haber supuesto que le gustaba…

Harley y Solidad intercambiaron miradas entre ellos mientras escuchaban atentamente lo que Drew se encontraban confesando, se sentían un poco desorientados al enterarse que el menor ya tenia tiempo encontrándose con aquella persona, pero si lo pensaba detenidamente parecía incluso normal, las pistas de que Drew se estaba viendo con alguien se encontraban ahí… Que no se les hubiera ocurrido antes ya era otra cosa.

—Pero Drew, no por pasar mucho tiempo con una persona, significa que a la primera tienes que aceptar sus sentimientos —una vez más, Solidad comenzó a hablar en aquel tono amable y comprensivo que tenía—. Si a esa persona le gustas, continuará insistiendo hasta que le des el si. Si es que en verdad le importas.

—Vamos ternurita, no te pongas así. —pidió Harley en un tono más amable que en otras ocasiones, pasándole un pañuelo al de cabellos verdes tras ver que parecía estar al borde de las lágrimas.

—¿En verdad? —preguntó el de cabello verde aceptando el pañuelo y secándose las pocas lagrimas que ya habían comenzado a deslizarse por sus mejillas.

Ambas personas le sonrieron al menor de ojos verdes, quien copió el amable gesto antes de volver a decir algo.

—Y… ¿No pasa nada si es diez años mayor que yo?. —preguntó tímidamente el de ojos verdes con sus mejillas ligeramente teñidas de un color rosado.

El siguiente silencio que nace entre ellos —así como las miradas—, fue mucho peor que algo incómodo.

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Fresia ó fresilla: Inocencia y reflexión

 

 


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