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Ramo de Flores por Abyss

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Intento actuar lo más normalmente posible mientras permanecía en una esquina de la gran habitación, con la cantidad de gente tan reducida que había en el lugar y la manera en que se hablaban entre sí, no podía evitar sentirse fuera de lugar, no porque no se encontrara vestido para la ocasión, sino porque todo aquello parecía más bien una reunión de negocios mal disfrazada de fiesta de cumpleaños.

Había cosas que si concordaban con la situación, Steven Stone, el festejado en cuestión, era el centro de atención tal y como se supone que debía de ser, había globos llenos de helio amarrados en uno que otro lugar y un pastel de cumpleaños.

Pero fuera de eso, todo era tan… Vacío, que no parecía que en verdad se encontrarán celebrando un cumpleaños. Aunque no dudaba que la música clásica que sonaba de fondo era la favorita del campeón, no estaba muy seguro de que el ambiente que todo generaba fuera del agradado de Steven. Pero de todas formas ahí seguía, siendo el centro de atención y agradeciendo cuanta hipócrita felicitación y pequeño presente se encontrará recibiendo.

“—No tienes nada de que preocuparte, de alguna forma conseguiré un momento libre y pasaré tiempo contigo.

—No estoy muy seguro de que eso sea lo correcto, deberias de atender a tus invitados.

—En realidad, la mayor parte de ellos son invitados de mi padre, yo casi no tengo amigos asi que… Solo esperame un momento, estaré contigo lo mas pronto posible.”

Por el momento ya habían pasado casi dos horas y aún continuaba esperando a que Steven se desocupara, incluso parecía hecho a proposito, que apenas lograba zafarse de dos o tres personas, para rápidamente ser rodeado por cinco más en menos de un segundo. Y aunque existía la posibilidad de que él también se acercará como el resto de gente que se encontraba en la habitación, sinceramente prefería mantenerse en su rincón, por el simple hecho de que no sentía correcto acercarse para hablar de cosas personales en lugar de cosas de negocios, como la mayor parte de la gente hacia.

Malditos ricos. Con solo verlos actuar de esa forma le hacían dudar si de alguna forma no habían retrocedido en el tiempo o alguna cosa similar. Aunque por la falta de puros, gente bailando elegantemente en el centro de la habitación, gente enjoyada hasta los dientes y las damas con corsé, es que caía en cuenta de que no, no había retrocedido en el tiempo.

Aunque eso solo le hacía preguntarse si alguna familia rica, de entre todos los presentes, tendría por costumbre hacer esa clase de fiestas.

—Mejor salgo a ver cómo le va a Metagross

Pensando en lo agradable que sería estar afuera un rato, principalmente para burlarse de Metagross queriendo acercarse a su Absol, fue que se apresuró a abandonar el vaso que sostenía desde hace una hora en la primera mesa vacía que encontró, para posteriormente buscar la puerta que le ayudaría ir al patio donde algunos pokémon disfrutaban del aire libre y de socializar entre ellos.

—Buenas noches.

— ¡Oh! Buenas noches.

Apenas y había podido soltar el vaso, cuando una no tan familiar voz detuvo su camino. Aun con todas las veces que solía visitar a Steven durante sus labores como campeón, en ningún momento había intentado estrechar lazos con los miembros de la Elite Four, después de todo, no es como si fuera un requerimiento tener que convivir con ellos para poder estar cerca del campeón.

—Que alegría que al fin podamos hablar, ¿no te parece? —Glacia sonrió amablemente, acicalando su siempre elegante vestido con sus manos resguardadas en finos guantes de seda—. Phoebe no para de hablar sobre ti y tampoco Drake.

El nombre de ambas personas hacen eco en su memoria, por razones obvias se encuentra familiarizado con el nombre y aspecto de los pertenecientes a la Elite Four, aunque la razón por la cual aquellas personas resuenen en su mente no tiene mucho que ver con aquel conocimiento tan básico sobre la gente que protege la región.

—Drake aún no comprende qué fue lo que poseyó a ese loco Aerodactyl —la entrenadora de tipo hielo oculto su elegantemente su sonrisa detrás de sus guantes, obviamente divertida al recordar aquella anécdota que su vecino debía haberle contado—. De seguro fue todo un espectáculo.

—Me encuentro totalmente de acuerdo con eso —respondió cordialmente, sonriendo lo más amablemente posible, inseguro sobre el tema de conversacion que deberia de tener con aquella mujer—, la verdad no pude apreciar todo lo que ocurrió, aunque por el estado de Aerodactyl al parecer mis pokémon le dieron algo parecido a una paliza.

—No lo dudo cariño, probablemente se alboroto por alguna tontería.

Tal y como había ido aprendiendo con el tiempo, intentó mostrar su mejor sonrisa sin que se viera falsa, manteniendo con las manos por detrás de la espalda, para que la persona con la cual se encontraba platicando no notara sus nervios por el constante movimiento de sus manos. La idea de huir de la conversación para poder respirar aire fresco se encontraba ahora más presente en sus pensamientos que hace un minuto, pero su educación sobre no terminar conversaciones de una manera tan abrupta y obvia, le impidieron moverse de donde se encontraba.

—Sería agradable que te pasaras a saludar de vez en cuando —comento la agradable mujer antes de moverse unos cuantos pasos lejos del más joven—, tu presencia en la liga siempre es bienvenida, nuestro campeón, sin duda alguna se ve radiante cuando te encuentras cerca.

Tras decir lo último hizo una ligera inclinación, probablemente más por costumbre que por el lugar donde se encontraban, antes de retirarse y dejándole el paso libre una vez más. Encontrándose una vez más solo, en aquella fiesta donde todos parecían hablar con todos en susurros y con Steven aun ocupado hablando con una que otra persona, pareciendo caballeroso ante las dos damas que se encargaba de rodearlo, sin miedo a demostrar que se encontraban buscando algún punto débil que atacar.

Haciendo una mueca por lo desagradable de la escena, una vez más, giró sobre sus talones y procedió a continuar el camino que minutos atrás no había podido recorrer, notando entonces que en la mesa a donde había ido a parar Glacia se encontraba el resto de la Élite, vistiendo igual de elegantes que el resto de invitados.

Una vez más, prefirió pasar de todo en lugar de socializar con gente a la que no conocía y simplemente se apresuró a salir de ahí por el camino que ya se le había presentado para dejar a uno de sus pokémon en el patio, ahí donde el equipo de Steven se encontraba completo y conviviendo con otros pokémon.

—Con permiso. 

Un apresurado invitado paso velozmente a su lado cuando finalmente empezó a descender los pocos escalones que le dejaría ir hacia donde se encontraba Metagross, moviéndose rápidamente hacia un lado para dejar avanzar a quien venía en sentido contrario, intentó mantenerse respetuoso en todo momento posible. Lamentablemente no alcanzó a decir absolutamente nada cuando el otro ya había desaparecido en el interior del lugar, alcanzando a ver únicamente un singular color de cabello y una boina blanca.

— ¡Absol! 

Decidido a dejar el asunto de toda la fiesta en el olvido, aparte de pensar en cómo explicarle a Steven que se fue sin despedirse, llamó en voz alta a su propio pokémon mientras buscaba un buen lugar donde sentarse, notando que apenas y lo llamó, Absol llegó inmediatamente a donde se encontraba, trayendo tras de sí a un agostado Metagross, probablemente había intentado varias veces acercarse al tipo siniestro sin mucho éxito.

— ¿Eres el mio, verdad? 

Cuestiono a su propio pokémon en cuanto noto a otro Absol en el lugar, aunque a diferencia del suyo, el otro se encontraba rodeado de varios pokémon de tipo siniestro, por lo que no era muy posible que fuese el suyo.

—Espero que no hayan causado ningún problema —regañó cariñosamente mientras acariciaba la cabeza de Absol y posteriormente la de Metagross—. Con ustedes dos persiguiéndose continuamente, podrían haber hecho varios destrozos, espero que eso no haya ocurrido hoy.

La primera vez que una situación de ese tipo se había dado, fue cuando ambos equipos pokémon se encontraban conviviendo a las afueras de la casa de Steven, únicamente se desaparecieron por cinco minutos y el patio no solo estaba hecho un asco, sino que aparte ambos pokémon habían terminado desapareciendo de los alrededores, hasta que finalmente los pudieron encontrar en la playa, gracias a un video en vivo donde se podía apreciar a Absol huyendo y a Metagross yendo detrás de él.

— ¿Han visto a Masquerain? —preguntó mientras buscaba con la mirada al aún hiperactivo pokemon—. Conociéndolo, debe de estar cerca de Skarmory. Pero no veo a ninguno de los dos.

El no poder ver a Masquerain en los alrededores le preocupo un poco, principalmente porque irse sin él era algo impensable, aunque por otro lado tambien sintio una pequeña punzada de envidia. A sus espaldas Absol parecía discutir con Metagross sobre que no quería ser tocado, mientras el mismo Metagross insistía en acercarse lo más posible al tipo siniestro, mientras que muy probablemente Masquerain se encontrara cariñosamente acomodado en la espalda de Skarmory o incluso en su cabeza, de tal forma que demostraban lo bien que se llevaban.

—Quiero irme a casa… 

Se quejó en un susurro mientras se sentaba en una banca de piedra, que casualmente se encontraba cerca de ahí. Antes no lo había sentido tanto, pero ahora que sabía que sus pokémon estaban juntos y Steven no se encontraba por ningun lado, se sintió… Solo y abandonado. Antes no había sentido la falta de su… Novio a su lado, para ellos dos era normal no estar juntos ni pegados el uno al otro todo el tiempo, pues cada quien tenia sus cosas por hacer, probablemente ahora, al encontrarse consciente de que Steven se encontraba dentro y no había forma alguna de que le prestara atención, hizo que empezara a sentir la falta que antes nunca había notado.

Ahora ni siquiera tenía una oportunidad de una llamada o un mensaje, el mayor debía de estar lo suficientemente ocupado que ver su propio Pokenav era una de sus últimas prioridades, igual que el… 

—Oh demonios… ¿En serio me estoy haciendo dependiente de él? —se cuestionó seriamente, sintiendo un vacío en el estómago ante la realización de algo que podría a llegar a ser peligroso

— ¡Drew!

Escucho su nombre ser gritado por alguien que tenía la voz agitada, siendo obviamente su novio, quien a la vez no tardó mucho en bajar las escaleras, con una clara prisa por llegar a donde se encontraba el de cabellos verdes, quien no alcanzó a ocultar su expresión de asombro al ver llegar al mayor.

— ¡En verdad lamento mucho la tardanza! —se disculpó rápidamente, ignorando por completo la expresión del menor—. Intente quitarme la gente de encima desde que te vi llegar, pero ellos solo llegaban y llegaban. —se excusó, mientras pasaba una mano por su flequillo que al correr debió de haberse puesto rebelde—. Pero mi padre me echó la mano, salude a Wallace un momento y vine inmediatamente aquí.

— ¿Por supusiste que yo podria estar aqui? —pregunto, ignorando olímpicamente toda la explicación que Steven se había apresurado a darle y finalmente relajando su expresión—, podría haber ido simplemente al baño, ¿no crees?

—Una vez me comentaste que no te gustan estos eventos, así que supuse que estabas preparándote para irte —explico, como si fuera la cosa más obvia del mundo. Hasta que desvió la mirada a cualquier lado menos Drew, rascando una de sus mejillas como si fuera alguna clase de tic nervioso—. Y un sirviente me dijo que te vio venir por aquí.

Sonrío cuando escucho la verdad saliendo de los labios de Steven, antes de empezar a acariciar a Absol, moviéndose un poco de donde se encontraba sentado para permitir que el de cabellos plata se sentara a su lado, una invitación que se aceptó rápidamente al notar el sencillo movimiento.

—Deberías de regresar con tus invitados, no es bien visto que el anfitrión deje a todos sin su presencia

—Hace unos cuantos cumpleaños que hago de todo menos festejarlos. La gente no viene exclusivamente a felicitarme, exceptuando por unos cuantos que si son amigos, el resto solo viene a cerrar o a abrir tratos. 

—Eso pensé. Se ve que les va muy bien en los negocios.

—Sigo prefiriendo tratar eso en una oficina que en una casa. Mis casas no son para eso.

—Y aun así llegas con papeleo cuando no terminas el trabajo en la oficina.

—Si bueno... ¿Te quedarás hasta que repartan el pastel?

—No lo creo.

La conversación finalmente se dio por terminada cuando ninguno de los dos tuvo nada que agregar, manteniéndose en un confortable silencio, siendo llenado por los espontáneos sonidos que los pokémon y el aire creaban a su alrededor, recordándoles en todo momento que no se encontraban solos

— ¿No te sentiste algo solo mientras no estuve contigo? —preguntó el mayor con una sonrisa, probablemente esperando alguna respuesta positiva aunque en el fondo seguro de que conseguiría una negativa.

—No realmente —fue lo primero que dijo el menor, antes de pensar en que era lo que iba a decir a continuación—. Aunque pude notar que nuestros pokémon se llevan muy bien.

—Si a llevarse bien lo relacionas con Metagross corriendo detrás de Absol siempre que puede y que tu Masquerain casi deja ciego a Skarmory —el recordatorio de aquellas dos situaciones les hicieron sonreír mutuamente, no eran cosas que pasaban una sola vez, lamentablemente—, entonce si, se llevan de maravilla.

—Se ven lindos juntos. 

— ¿Tanto como tu y yo?

Junto a sus palabras, el mayor rápidamente sostuvo una de las manos de Drew con las propias, llamando su atención y esperando a que la atmósfera se pusiera romántica poco a poco, con la esperanza de obtener alguna especie de premio si lograba acercarse lo suficiente al rostro de su novio.

—No, sinceramente hablando, ellos se ven mucho mejor. —movió su única mano libre con dirección a la frente de Steven, utilizando muy poca fuerza para alejar lentamente el rostro del mayor, sospechando sobre sus posibles intenciones. 

—Al menos yo tengo más suerte que mi propio Metagross. 

—Punto para ti.

Con cuidado movió su dedo índice por la frente de Steven, pasando por sus cejas hasta llegar a un corto mechón de cabello, intentando inútilmente de ponerlo junto al resto. 

—Deberías volver con tus invitados. —insistió cuando noto a Absol llegando con Masquerain, al parecer no era el único con ganas de irse. 

— ¿Te veré mañana en Mossdeep City? —pregunto por última vez, consciente de que cuando regresará a la fiesta Drew ya no estaría ahí. 

El de cabellos verdes se lo pensó un momento, esperarlo mañana en su casa sería irse directamente al momento y aunque no tenía planeado irse a otro lado, no es como si tuviera muchas ganas de estar solo. 

¿Solo o momentáneamente abandonado? 

—Ahí estaré. 

No. Él no se estaba haciendo dependiente de nada, era imposible.

.

Ébano falso: Abandonado. 


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