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Ramo de Flores por Abyss

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Tal vez, él era el problema.

Esta solo, en la casa rentada que no tiene ninguna mueble porque durante toda una semana no la han necesitado, así que hay mucho espacio, el suficiente como para tener a sus Pokémon libres bajo un techo y tener la seguridad de que no habría ningún entrenador o coordinador acercándose para preguntarle cosas que no deseaba contestar, sobre todo ahora que finalmente había podido evolucionar a su Roselia, siendo ahora una hermosa Roserade que se paseaba por todas partes, exhibiendo sus listones más recientemente obtenidos, tan presumida como siempre.

Flygon está junto a Absol, ambos tumbados en el piso mientras descansan acompañándose mutuamente, mientras su Masquerain parece seguir a Roserade, quien le hace varias señas para que lanzara de sus burbujas hacia la nada, por el simple deseo de lucirse, practicar entradas que podrían hacer en algún concurso de coordinación cuando se puedan utilizar dos al mismo tiempo.

—Eres toda una diva.

Dice repentinamente mientras ve la nueva pose que practica, uno de sus brazos cruzados mientras el otro se encarga de enmarcar su rostro, una pierna hacia adelante con la otra sirviendo de apoyo, mirada al frente, retadora, tan coqueta como siempre ha sido.

—Se nota que estas disfrutando de tu nueva apariencia.

—¡Ross!

La ve sonreír con soberbia y su normal superioridad, deshaciendo la pose anterior para estirar ambos brazos al frente, antes de ponerse a brincar en su lugar de la emoción, con Masquerain revoloteando a su alrededor, casi tan emocionado como Roserade.

Está a punto de soltar otra frase, sentándose un poco mejor contra la pared mientras piensa en llamar su atención para darle un poco de agua, unos pokécubos y verificar que se encuentre bien, tomando en cuenta lo reciente que es su evolución, aún tiene que acostumbrarse totalmente a su nueva apariencia.

Al final, su idea queda a la mitad, cuando la puerta del lugar se abre con fuerza y un, serio, pero algo emocionado, Steven Stone, entra por ella, cerrando tras de sí y dirigiéndose rápidamente hacia el coordinador sentado en el suelo. Sin ninguna palabra toma lugar frente a él, observado fijamente por los Pokémon que se encuentran en el lugar y que no entienden la razón del porqué de esa entrada. Tan asombrados como su propio entrenador.

—Steven, ¿pasa algo?

Un pequeño silencio incomodo se instala en el lugar, sin ninguna clase de ruido viniendo de absolutamente nadie, más que sus nerviosas respiraciones, hasta que finalmente y tras varios tortuosos minutos, el de cabellos plateados finalmente empieza a hablar.

—Drew, ¿crees que está bien si no regreso contigo?

Lo observa fijamente por unos minutos, hay demasiada seriedad, tanto en las palabras como en la clase de mirada que está demostrando, es obvio que está intentando ser considerado con sus sentimientos, independientemente de que es lo que tenga en mente en ese momento, o por qué le está pidiendo aquello tan repentinamente.

Hay una tentadora negativa bailando en la punta de su lengua, la posibilidad de responder enojado y quejándose de “¿Qué locura es la que se te ha ocurrido ahora?” junto a una repentina sensación de vacío en la boca del estómago, porque en todas partes hay cosas sobre los Pokémon legendarios, un tema que no había quedado totalmente claro entre ellos, y probablemente jamás quedaría claro, porque se supone que ya han dado vuelta a la página y no pueden quedarse clavados en un solo punto de la vida.

Y es entonces, cuando cae en cuenta, que probablemente sea una de esas oportunidades para que Steven intensificara sus fuerzas, viera y comprender sus debilidades, siguiendo el proceso de convertirse en el diamante que todas las personas a su alrededor eran capaces de ver, menos él. A sus ojos, su novio aun no era el diamante que todos decían, era tan solo otra piedra más que necesitaba seguir puliéndose.

Era una dolorosa realidad, tener que darse cuenta que siempre se iba a terminar viendo involucrado con el proceso de pulir, de mejorar el corte, la dureza, un trabajo largo y constante, hasta que se encontrara la perfección en el valioso diamante.

—Bueno, podría darte una respuesta, pero, primero me gustaría saber el ¿Por qué?

La distancia es algo normal entre los dos, parecía casi un hecho apropósito que entre más intentaran acercarse más parecían alejarse, ¿era alguna clase de karma que estaban empezando a arrastrar de forma inconsciente? Tan solo esperaba que no les fuera a explotar en la cara en algún momento.

—Bueno, después de charlar con Cinthya, resulta que ella estaba hablando con un conductor de un programa de la región Kalos, ya sabes, ¡la región de las megaevoluciones!

No puede evitar sonreír ante la emoción que Steven demuestra, la misma que había mantenido durante toda la semana mientras le enseñaba a picar piedra, aprendiendo a apreciar el valor del subsuelo de dónde venían todas aquellas preciadas gemas, cuyas utilidades eran variadas.

Suelta un suspiro, cerrando los ojos antes de negar con la cabeza mientras sigue escuchando a Steven hablar sobre todo lo que discutió con aquella persona de Kalos, ya ni siquiera necesitaba escuchar el final para saber a dónde se estaba dirigiendo todo aquello.

—Creo que sé a qué programa te refieres.

—¿Lo haces?

—Claro, me llamo la atención una entrevista realizada a Fantina, creo que era un especial de líderes de gimnasio.

—Bien, pues ahora hay un especial de campeones.

—Creo que si vi el aviso en el último episodio que vi, tienen tiempo anunciándolo.

No es un fanático del programa, pero hay hechos interesantes que a nadie le molestaría enterarse y tomando en cuenta lo tarde que Steven había estado llegando, tanto a Mossdeep City como a Rustboro City, tenía el suficiente tiempo muerto como para ver la televisión mientras lo esperaba.

—Entonces, para resumir, ¿eres el siguiente invitado para el programa?

—¡Así es! La siguiente es Cinthya, ella de hecho ya va en camino y yo, pues, creo que podría aprovechar los últimos días e ir, pero realmente no te quiero dejar solo, pero los papeles de la estancia…

Sigue sonriendo mientras Steven intenta pensar en algo sobre todo lo que da vueltas en su cabeza en ese momento, por un momento las comisuras de sus labios se mueven como si quisiera reírse, pero simplemente se las arregla para seguir demostrando una agradable sonrisa, aun sin poder procesar por completo que bien parecía que su novio no solo buscaba su aprobación ante el viaje, sino que intentaba obtener un permiso para realizar ese viaje.

—Bueno, si te parece bien, puedo regresar a Hoenn solo, te quedas aquí unos días más y finalmente te diriges hacia Kalos, yo te estaré esperando en casa, en Mossdeep city, lo prometo.

Ve los ojos de Steven brillar con más fuerza, antes de apresurarse a tomarlo de un brazo para poder jalarlo y abrazarlo, obviamente emocionado por las palabras que acababa de escuchar.

Si, el problema era el, debía de dejar de interponerse en el proceso de perfeccionar el diamante.

—No tardare, serán solo unos días.

—Si, solo asegúrate de llamar a tu padre y a Wallace, ¿Quieres? Luego tendremos problemas.

—Lo hare, hoy mismo es llamare.

Alza los brazos para cerrarlos en torno al cuerpo de Steven, completando el abrazo mientras dejaba caer su cabeza un poco, apoyándose en su hombro.

Era solo un viaje normal a otra región, ¿Qué era lo peor que podía pasar?


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