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Ramo de Flores por Abyss

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Tenía la televisión sonando de fondo en un colorido programa infantil, a un volumen aceptable mientras se encontraba recostado en el sofá, mirando el techo sin poner verdadera atención a nada en específico, disfrutando del tiempo a solas que podía tener consigo mismo en el silencio de la agradable casa que le pertenecía a Steven en Mossdeep city, sin duda alguna, el mejor lugar para irse a esconder, desde que ninguno de los medios de comunicación sabia sobre las dos casas, y aunque Rustboro City también había sido una buena y primera opción, gracias a que era la mas cercana a donde se había realizado su último concurso de coordinación, realmente no quería arriesgarse mucho a llamar la atención ni ah tener que relevar el departamento que ocupaban en aquella ciudad. Aunque el señor Stone les había dicho que eran mas que bienvenidos en la sede principal de Devon y en la mansión, aun no era capaz de quitarse la pena de encima como para ir a tal lugar, sobre todo estando solo, aunque tomando en cuenta como había explotado la noticia en los medios de comunicación, tanto entre que Steven dejaba definitivamente el puesto de campeón para dárselo a Wallace, de quien le recordó nuevamente que dicho puesto siempre le había pertenecido y su actual relación con una persona totalmente desconocida para todos pues... Los chismes habían explotado.


Y el acoso de las televisoras también, sobre todo cuando ambos se negaron rotundamente a dar alguna clase de entrevista o responder alguna duda sobre ellos, lamentablemente, los medios de comunicación nunca se daban por vencidos.


Era en momentos como esos en los que recordaba cuanto odiaba el trabajo de su novio, la capacidad de irse a cualquier lugar, en cualquier momento, perderse en una cueva cualquiera durante semanas sin dar señales de vida y nunca jamás ser encontrado por los medios de comunicación, libre de tener que darles la cara o ser perseguido por ellos. A diferencia de él, que trabajaba de cara al público, en escenarios y donde mínimo la mitad de coordinadores lo conocían y a cualquiera que le preguntaran fácilmente podría señalarlo entre la multitud, mínimo Solidad y Harley le habían estado ayudando a salir por la puerta trasera en momentos de desesperación y sin mas recursos a los cuales acudir. Sin duda alguna, las peores semanas de su vida, ¿Cuánto mas se supone que iba a durar esto? ¡Interfería con su profesión, maldita sea!


—Ahora que lo pienso, ¿A dónde dijo que iba ir Steven?


Se froto el rostro, cansado, intentando espantar los posibles rastros de sueño que por ahí debería de tener, sentándose en el sillón y haciendo a un lado la sabana con la cual se había cubierto, mirando a todas partes de la casa antes de empezar a buscar el control para apagar el televisor, sintiendo como su cabeza parecía querer explotar por la cantidad insana de ruido que había a su alrededor, apresurándose a finalmente apagar el aparato eléctrico y tener un descanso mejor.


Antes de darse cuenta que el ruido no venía de la televisión.


—¿qué está pasando?


Esta mas que enojado cuando se levanta del sillón, caminando deprisa hacia la puerta sin tomar su chaleco morado, vestido únicamente con un pantalón de mezclilla y una cómoda playera de licra, saliendo del lugar asegurándose de cerrar a sus espaldas y siguiendo la fuente del ruido, caminando cada vez mas despacio conforme el tumulto de gente era mas que obvio, todos amontonados a las puertas del centro espacial, empujándose entre ellos y gritando cosas que no alcanzaba a entender por la cantidad de voces alrededor.


Miro a todas partes, confundido, intentando ver algún rostro conocido tomando en cuenta la cantidad de tiempo que pasaba en aquella isla, acercándose, de forma dudosa, hacia un trabajador de la tienda que había salido de su lugar de trabajo para poder apreciar también lo que estaba ocurriendo, aunque por la expresión que tenía, dudaba que pudiera tener alguna clase de información.


—¿Disculpa? —llamo a quien normalmente le atendía detrás del mostrador, alzando la voz lo suficiente como para captar su atención.


—¿Sí?


—¿Sabes que es lo que está ocurriendo?


Hay un pequeño silencio entre ambos, antes de que el hombre pareciera mirarlo como si no acabara de entender que era lo que le estaba preguntando.


—¿No has visto las noticias?


—No, estaba descansando después de un día difícil —responde intentando no sonar tan cansado, realmente no quería dar explicaciones, pero la información le urgía y entrar a internet a investigar iba a ser demasiado tedioso tomando en cuenta la cantidad de noticias falsas que ya debería de haber rondando por ahí—. ¿Me poner al día?


—Bueno, básicamente, un meteorito esta por caer y Devon...


Dicho de forma sincera, no necesito escuchar nada mas para saber exactamente qué situación se encontraban viviendo, si es que ya todo tenía sentido.


—Amm... ¿Me estas escuchando?


—Si, si, te estaba escuchando —miente, fingiendo una sonrisa antes de ver hacia la multitud, la cantidad de gente insana intentando buscar una explicación del porque habían mantenido todo aquello en secreto, sintiendo como poco a poco su dolor de cabeza empezaba a evolucionar hasta convertirse en algo parecido a una migraña—. Gracias por la información, yo...


—¡¿No es ese el presidente Stone?!


—¡Dado que Devon ha ofrecido fondos para la tecnología del centro espacial Mossdeep...!


—¡¿Podemos asumir que la amenaza del meteorito es real?!


—¡presidente Stone! ¿¡Que está haciendo aquí!?


—¡Las noticias dijeron que el meteorito colisionaría en nuestro planeta! ¡¿Es cierto?!


Hizo un esfuerzo por escuchar las voces de la gente a su alrededor, con la mirada clavada en el Metagross que sobrevolaba encima de todos ellos, empezando a avanzar algunos pasos cuando vio a su novio acompañando a su padre hacia el centro espacial, ambos mirando a todas partes.


—Steven...


Susurro, con el pecho oprimido un escalofrió recorriendo su columna, recuerda el miedo que sintió estando varado en Johto, la constante preocupación sobre si llegaría o no a Hoenn a tiempo, preocupado sobre si Steven había obtenido lo que necesitaba a tiempo.


—¡Steven!


Grita con fuerza, intentando llamarlo, con la gente a su alrededor haciendo lo mismo, pero con razones totalmente diferentes a las suyas.


—¡Steven!


Lo intenta de nuevo, casi seguro de que podría echarse a llorar ahí mismo en desesperación, porque quiere y necesita una explicación que no llegará hasta varias horas después y dentro de varias horas después ya no valdrá para nada. ¿Es que acaso no había entendido nada de la ocasión anterior?


—¡Steven!


Hace un ultimo esfuerzo por intentar llamar su atención, con sus gritos siendo tragados por la multitud mientras el Metagross lleva a ambos hombres dentro del lugar, pasando por alto a todos los presentes y simplemente obedeciendo la orden de dejarlos dentro de las instalaciones, lejos de los ojos curiosos del mundo y de las personas que podrían entorpecer lo que sea que se encontraban haciendo.


Y entonces, es cuando se siente horriblemente despreciado. Su intento por mostrar una sonrisa, permanecer paciente a que Steven decidiera volver un día de esos a casa para disfrutar de una comida entre los dos, intentar tener una cita como alguna pareja normal, buscar simplemente su compañía y que sus propios Pokémon convivan entre ellos, salir al bosque simplemente a acampar antes de que hiciera frio otra vez.


Si se ponía a pensarlo, había sido sinceramente estúpido, esperanzado porque algo cambiara en su relación después de todo lo ocurrido, feliz como un crédulo frente a las, tal vez, falsas sonrisas de Steven cuando le aseguro que su salida de liga era para heredar el negocio familiar y pasar más tiempo con él, desarrollar lo que tenían, pulir el nombre que al fin usaba cuando se presentaban ante alguien y están juntos, ir y visitar su casa para hacer frente a sus primos furiosos que claramente querían a Steven pero a varios kilómetros lejos de él.


—Oye, amigo, ¿estás bien?


Respira profundo, sintiendo como su pecho tiembla mientras intenta que las emociones no lo consuman y su mente deje de crear demasiadas cosas innecesarias, demasiada imaginación para un momento donde no debía de tenerla. Si, Hoenn, el mundo entero esta en problemas, si, su novio ya no es el campeón, pero probablemente tanto el y su padre se sienten con la capacidad y el poder para hacer algo, y si, nuevamente había sido echo a un lado, ignorante de la situación, ignorante de que su novio realmente necesitaba de un psicólogo porque de seguro tenia alguna clase de idea suicida para arreglar toda aquella situación.


—Sí, tranquilo, no es absolutamente nada.


Hace un esfuerzo por sonreír, retrocediendo algunos pasos de la multitud cuando noto como algunas personas empezaban a retirarse, aunque segundos después sus lugares volvían a ser ocupados por otras personas, tal vez compañeros,


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Hay mucha presión a su alrededor, ver a Sapphire, sin poder hablar, solo trae una preocupación mas a su vida y le hace sentir peor de lo que hasta hace unos momentos ya lo había estado haciendo. La chica no tiene voz, una consecuencia natural del shock recibido al momento de darse cuenta de la magnitud de la información ocultada, no esta molesta con nada ni nadie, sus brillantes y sinceros ojos así lo demuestran, incluso puede ver respeto en ellos, pero... No puede evitar sentir que la desprecio... ¿La desprecio a ella o acaso algo más?


Cierra los ojos por un momento, intentando calmarse, sabe que no es el momento para ponerse a pensar en otras cosas, hay un meteorito que esta a punto de caer sobre ellos, que esta por matarlo a todos, y eso es algo que no piensa permitir. El estado de la chica le molesta, pero no puede ser hipócrita y decirle a Ruby que hacer tal cosa estaba mal, porque el mismo lo ha hecho antes, porque lo esta haciendo ahora... Y probablemente lo haría hasta el ultimo día de su vida si con ello podía mantener una seudo tranquilidad encima de la persona a la cual deseaba proteger. Era un egoísta, casi tanto como Ruby, la única y mala diferencia, es que al menos Drew parecía tener la capacidad y mentalidad para afrontarlo de cara, gritarle y hacerle ver las cosas malas que hizo.


Aunque, ¿eso había servido de algo desde lo ocurrido cuando casi muere hasta ahora?


Tanto el como el chico de los ojos rubíes están desairando el dulce amor que se les otorga, y era algo por lo cual podrían arrepentirse de por vida si no sabían como tratar con las consecuencias.


Y el, estaba más que dispuesto a arreglar todo, después, porque habría un después. Tal y como la última vez.


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Crisantemo amarillo: Amor desdeñado, amor desairado, desprecio.


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