Abre los ojos con una sonrisa estampada en su rostro, ha tenido un sueño tan, pero tan maravilloso, que está dispuesto a hacerlo realidad independientemente de lo que tenga que hacer para lograrlo. Por eso se despierta temprano ese día, con su ropa ya más que lista colgada perfectamente en el closet, no se demora tanto tiempo arreglándose, solo el necesario para salir despampanante de su casa.
—¡Vamos, Wailord! ¡Hacia Mossdeep city!
Su primera decepción en el día y lo que le hizo empezar a despertar de su agradable sueño, fue que, al momento de llegar a la casa de su mejor amigo, o a la primera de las dos donde creía que le había dicho que se iba a encontrar, no se encontraba por sin ningún lado, sintió incluso decepción cuando no vio a doce Pokémon por todas partes, con uno de ellos probablemente envenenado y los otros diez simplemente planeando su funeral.
—¿Wallace?
—¿Chica cuyo nombre no recuerdo?
No se fijó mucho tiempo en la mala mirada que la chica medio discapacitada le lanzo, simplemente metió su cabeza por la puerta y miro por todas partes, intentando dar con una de las dos personas con las que realmente quería hablar, esos a los que tenía contemplados en sus maravillosos y fabulosos planes.
—¿Dónde están los dueños?
—No lo sé, Steven dijo que solo iría a Rustboro city por unas cosas y luego volvería.
Respiro profundo, intentando que su cerebro no hiciera conexiones innecesarias, Sapphire había hecho unos comentarios sobre el tema unos días atrás, quejándose sobre algo a lo que, lamentablemente, no había puesto verdadera atención, pero por ahora no necesitaba ponerse paranoico ante las malas decisiones de su amigo, no tenía por qué meterse en eso, el solo quería que su evento fuera lo mejor posible y, para eso, los necesitaba a los dos, juntos. Porque claramente Steven no iba a cumplir su demanda si no lograba conseguir un poco de ayuda de parte de Drew.
—Entiendo, bien, con permiso...
—Zinnia.
—Si, eso, ten cuidado.
Se apresuro a darse la vuelta, alejándose de la casa que antes le parecía agradablemente hogareña, probablemente eso hubiera sido porque Drew mayormente se encargaba de hacer que luciera de esa forma, ahora que lo pensaba, él siempre se mantenía atento a lo que sea que Steven trajera del extranjero o de alguna cueva de Hoenn, siempre tan animado al ver los descubrimientos del distraído excampeón, aun ahora seguía sin entender como Steven había logrado mantenerlo a su lado durante tanto tiempo, esperaba que no fuera solo por suerte, porque esta nunca duraba para siempre.
—¡Hola, muy buenos días!
Llego regalando besos a Rustboro city, saludando con emoción al portero de la zona de apartamentos que era la segunda vivienda de la parejita que tanto le gustaba, sobre todo ahora, cuya presencia mutua era indispensable en el evento que tenía planeado, no importaba que Steven no fuera a hacer absolutamente nada en sus planes más que ser una maceta adornando el lugar, adornar bien el lugar era lo importante y, para eso, necesitaba a su buen amigo.
Así que, con emoción, su sonrisa triunfante de oreja a oreja, toco la puerta, esperando, curiosamente, solo unos segundos antes de que se escucharan pasos apresurados dentro del lugar y que, repentinamente, la puerta fuera abierta con más fuerza de la necesaria por parte de su no tan arreglado mejor amigo.
—¿Wallace? —pregunto, claramente desconcertado el excampeón, antes de sacar la cabeza y mirar a ambos lados, como si esperara verlo llegar con alguien más.
—¿No me vas a dedicar, tan siquiera, un "buenos días"? —se cruzó de brazos, claramente ofendido mientras su mejor amigo se paraba correctamente, soltando un suspiro antes de entrar a su apartamento, dejando la puerta abierta.
—Lo siento, lo siento, no tuve una buena noche.
Observo la situación sin entender mucho, entrando cautelosamente y cerrando la puerta silenciosamente, avanzando por el lugar que más o menos conocía, mirando a todas partes, intentando encontrar a su punto fuerte del plan que tenía entre manos, observando con decepción que, todo estaba demasiado tranquilo, la cocina y la mesa solas, nadie envenenado en el suelo mientras Steven se burlaba, hasta las, normalmente, bonitas flores del balcón se veían tristes, como si les faltara atención.
—Steven, ¿Dónde está Drew?
No espero ni un momento para ir directamente al grano, temiendo que el coordinador se hubiera retirado repentinamente a alguna región para participar en concursos y no avisara, o incluso que hubiera salido por unos días a tomar aire fresco y eso simplemente tomo desprevenido a su buen amigo...
—Se fue.
—Oh, ya veo, él se... Espera, ¿Qué?
—Eso, se fue.
Fueron solo segundos de silencio incomodo, ese instante en que su brillante sueño e idea se tomaban de las manos y se iban juntos, directamente hacia la basura. No, no podía permitir eso.
—¿Cómo que se fue?
—Bueno, él, tomo sus cosas y se fue...
—¿Po-por qué? —estaba desconcertado con dicha información, la decepción grabada en su rostro, su maravillosa idea, su sueño se estaba resquebrajando lentamente, solo tomo unos segundos hasta que algo hizo "clic" en su cabeza, y entonces, todo parecía tener más que sentido que las palabras vacías de su mejor amigo—. ¿Ahora que hiciste, Steven Stone?
El mencionado, por supuesto, solo alcanzo a desviar la mirada, y fue entonces cuando supo, que la suerte se le había terminado a su mejor amigo.
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Tarareo feliz de la vida, mirando todo desde su asiento en su café favorito, tan silenciosa como siempre y la gente tan calmada, si cuando les mostro el lugar a Solidad y a Drew, ellos simplemente no podían creer que el fuera capaz de conocer un establecimiento así, pero no todo en su vida era fiesta y lucirse como el ultimo refresco del desierto, bueno, sí, pero para hacer eso primero tenía que hacer algunos planes y dedicarse tiempo a sí mismo, algo que podía hacer perfectamente en un lugar tan tranquilo como lo era su café favorito; "el Komala" Sin duda alguna, el lugar perfecto para...
—¡Buenas! ¿Está ocupada esta silla?
Se quieto por un momento, con la mente repentinamente en blanco mientras sus ojos se encontraban con el sonriente rostro de Wallace, ósea, se estaba sentando en la misma mesa que él, el actual campeón y una estrella de los concursos de coordinación.
—¡Muérete de envidia Robert! / ¡Por supuesto que puedes sentarte! ¿Quién soy yo para decirte que no?
—Bueno, es que te veías algo distraído, por un momento pensé que se encontraba esperando a alguien.
—¿Qué? ¿Esperar a alguien? ¿YO? No, no, no, yo jamás espero, YO, hago esperar.
Levanta la nariz con orgullo, antes de tomar de nuevo su frappé, intentando pasar los nervios con un buen trago de la refrescante bebida. ¿Qué podría querer una persona como Wallace con él? No se conocían de antes, bueno, él lo había visto varias, muchas veces, las grabaciones de todos sus concursos, su batalla por el campeonato, bueno, era alguien famoso entre los coordinares y los entrenadores por igual, demasiado complicado no saber de él, pero, en la otra esquina, el tan solo era un coordinador más del montón, aunque no quisiera admitirlo realmente, era demasiado sospechoso que se le acercara de manera tan familiar, es más, seria incluso más normal que esto le pasara al maldito de Robert o a Solidad.
—¿Hola? ¿Estás ahí? —llamo Wallace divertido, moviendo su mano diestra de un lado a otro al notar la falta de atención.
—¡Mmm! —forzó una sonrisa antes de dejar el frappé de nuevo en la mesa, claramente avergonzado por su manera de perderse en sus pensamientos, si es que era la magia que lograba su cafetería favorita—. Si, si, aquí estoy, disculpa, solo... Me distraigo un poco, ja, ja, ja, disculpa eso.
Compartieron
—Bueno, primero empecemos esto de una forma más amable, eres Harley ¿verdad?
Evito soltar un grito de emoción, en su lugar, simplemente apretó los labios con fuerza antes de asentir repetidamente, inseguro de que era lo que tenía que hablar, ya que, aunque pudiera tener un montón de preguntas o querer pedir consejos para el cuidado de los Pokémon, sobre los concursos, o ese próximo evento al que.... ¡Oh! ¡Tal vez!
—Me alegra no haberme confundido, es demasiado complicado recordar tantos nombres y rostros, menos mal que el tuyo es uno que no se pierde fácilmente en la lista.
—¡Oh por dios, oh por dios, oh por dios!
—Ahora, quisiera hablar contigo sobre algo importante, tiene que ver con el próximo evento al que fueron cordialmente invitados tú y varios buenos coordinadores más...
—¡Oh por dios, oh por dios, oh por dios!
—... Un evento apabullante que atraerá a las cámaras y demostrará finalmente la exorbitante belleza de la coordinación Pokémon y, necesito tu ayuda....
—¡Oh por dios, oh por dios, oh por dios!
—... Para hacer que mi estúpido amigo y su pobre novio, vuelvan a estar juntos en ese evento, ¿Qué dices? ¿Podrías ayudarme?
—¡Oh por dios, oh por dios, oh-...! Espera, ¿qué?
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Sus ojos pesan demasiado cuando intenta abrirlos, así que tarda varios minutos en poder tenerlos verdaderamente abiertos, teniendo incluso que pelear contra las lagañas que se habían desarrollado durante la noche y la molestia de tenerlos hinchados, malditas fueran las lágrimas, si es que su primo se había puesto a escupir todavía más fuego cuando comenzó a llorar repentinamente, maldiciendo a Steven y literalmente gritándole que no tenía que llorar por el "estúpido excampeón que no vale la pena", unas palabras que no quiso corregir, aunque podía y tal vez en otro momento hubiera querido, pero, que para al final de la noche, de todas formas no habían ayudado en lo más mínimo.
—¿Drew? ¿Ya despertaste?
Escucho la voz de su prima al otro lado de la puerta, lo que le hizo levantarse, aun con pereza, y tallarse los ojos con todavía más fuerza para poder tenerlos abiertos más de un minuto, aguantando la necesidad de volver a cerrarlos debido a la falta de sueño, ¿A qué horas habían terminado de discutir? Realmente no podía recordarlo.
—Si, creo. ¿Paso algo? —se sentó al borde de su cama, aun cansado y sintiendo como la cabeza se le iba de vez en cuando hacia los lados, intentando regresar a la cama para seguir durmiendo un poco más. Mínimo, la cabeza no parecía dolerle.
—Además de que te saltaste el desayuno, marco uno de tus amigos coordinadores —explico la chica al otro lado de la puerta, sin alzar tanto la voz, pero si lo suficiente para ser escuchada dentro del cuarto—, un tal Harley, me pidió decirte que te comunicaras con el pronto, algo sobre un concurso importante o algo así.
—Ya veo, le regresare la llamada en un momento, gracias.
Escucho solo un último golpe en la puerta de su habitación antes de quelos pasos abandonando el pasillo desaparecieran por completo, lo que le hizo dejarsecaer de lado y volver a cerrar los ojos, restándole importancia a la llamada quetenía que hacer y al hambre que tenía, solo quería dormir, y seguir soñando quetodo estaba bien, un bonito sueño que realmente no quería perder.
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Amapola: Sueño