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Ramo de Flores por Abyss

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Llega a un punto en el que no quiere saber absolutamente nada de la gente que lo rodea, está harto de tener que escapar de las cámaras, de las preguntas de amigos y las miradas totalmente reprobatorias de Wallace, así como la sonrisa paciente de su padre, que no necesita decirle nada para que el este consciente, de que van a hablar, y cuando lo hagan, de seguro lo va a regañar como el niño pequeño que no es.


No piensa mucho mientras toma una de las piedras que esta tirada en el suelo, sus Pokémon descansan a su alrededor después de haber estado entrenando en las profundidades de Meteor Falls, antes de lanzar roca contra la pared con total furia, rechinando los dientes al darse cuenta que todo, todo lo que había mantenido por un largo tiempo y lo hacía infinitamente feliz, lo había perdido en un instante.


—¡¿Cómo pudiste dejar que se fuera?!


—¡Él ya tenía todo listo! ¡Yo solo llegue, intento decirme algo y se marchó enojado!


—¡Eso te pasa por estúpido e ignorante! ¡¿Acaso crees que una relación se mantiene sola si tu no estas durante un mes en casa?!


Los gritos de Wallace resuenan por todo el apartamento, su mejor amigo camina de un lado a otro en la sala de su hogar mientras el, derrotado y sin poder comprender que fue lo que hizo mal en esta ocasión, mantiene la vista pegada al suelo, con las manos sostienen su frente mientras intenta pensar; que, hizo, mal.


Es una larga platica la que mantienen, literalmente Wallace le hace recostarse en el sofá y contarle todo, todo lo que ha estado haciendo, su ridículo horario de supuesto trabajo que raramente sigue a menos de que lo estén buscando constantemente al teléfono, y, por supuesto, las horas en que se proponía pensar por más de dos minutos en su novio y hacer, mínimo, una llamada a su apartamento o directamente al teléfono del contrario para avisarle que aún seguía vivo, pensaba en él y lo amaba profundamente.


—¡Mierda!


Golpeo la pared con furia con su pie derecho, antes de empezar un ataque continuo de la misma manera por, mínimo, cinco o más minutos, hasta que finalmente se cansó y tuvo que sentarse en el suelo, dándole la espalda a todo mientras su frente golpeaba directamente contra la pared, hasta que algo cálido se asentó a su espalda.


—¿Meshi?


Parpadeo cansado, antes de mover su cabeza lo suficiente como para ver por encima de su hombro, mirando el aspecto triste de su Carbink, el cual cargaba constantemente una baya Meloc, para curar el envenenamiento del punto toxico de Roserade. El simple recuerdo lo hizo sonreír, pensar en la sorpresa que tuvieron cuando todos sus Pokémon los alertaron de que el nuevo integrante se estaba muriendo por envenenamiento.


—¿Sabes? Hice algo tonto —se mueve como puede, alzando su mano diestra la cual esta roja de tanta piedra que tomo y lanzo constantemente, los brazos lentamente se iban adormeciendo de lo cansado que ya estaba, lentamente estaba resintiendo todo lo que había hecho en su momento—. Y ahora estamos lejos de lo que todos queremos por mi culpa.


—Meshii...


Acaricia la cabeza de su pequeño Pokémon, mientras el resto sigue descansando a una distancia prudente, siendo Carbink el, probablemente, encargado de acercarse para darle ánimos o ayudarlo a que dejara de lastimarse de aquella manera, por más que se lo merecía por sus tonterías realizadas.


—Si, tienes razón, debería de haber mantenido mi promesa... No debí dejarlo ir, debí de mantenerlo conmigo sin importar que.


Al final, el resto de la tarde consistió en quedarse acurrucado contra la pared, totalmente decepcionado de sí mismo, intentando que sus pensamientos encontraran una tranquilidad que no esperaba obtener de manera inmediata, que sabía que no se merecía y que también, no llegaría si no tenía los ojos verdes a su lado.


Era un estúpido.


.


.


Observo con curiosidad a su decaído amigo, jugando con los hielos de su bebida mientras intentaba no ser tan obvio en la manera en que lo estaba escaneando, intentando pensar en alguna conversación que no fuera a hacer de su reunión aún más incómoda de lo que ya era.


Había sido fácil concordar un punto para reunirse, una salida entre amigos, compañeros, para hablar sobre su profesión e intercambiar algunas noticias entre ellos, de su lado, principalmente, se trataba de invitarlo y convencerlo de asistir, a la loca idea que Wallace se había creado en menos de seis horas, según lo que le platico ese día en su cafetería favorita, para hacer


Lo que no se esperaba, era encontrarlo con un triste aspecto decaído, que solo le hacía mirarlo con pena mientras todos sus intentos de conversación se veían inmediatamente opacados. Si es que la situación parecía haberle afectado más de lo que esperaba después de lo que Wallace le conto. Al menos esperaba que el otro tipo la estuviera pasando peor.


—Esta feo el asunto. —suelta de repente, antes de tomar un sorbo a su bebida, escuchando como Drew parecía reír entre dientes, alzando la mirada discretamente entre su flequillo para ver la pequeña sonrisa que se había formado en sus labios.


—Gracias por intentar consolarme, yo... No esperaba que lo fueras a hacer —jugo con el agua que resbalaba por el vaso de vidrio, tienen casi media hora sin decir nada en especial, y aun así hace lo posible por evitar mirarlo directamente, sabe que debe dar pena ajena, y no necesita que la mirada de su amigo se lo recuerde constantemente—. Ni siquiera sé lo que debería de hacer en este momento.


—Mmm, debiste de haberle sacado una promesa cuando pudiste. —dice como si fuera lo más lógico del mundo, o la mejor idea del momento, al menos ya sabe qué hacer si le llegara a pasar algo similar a su amigo.


—No digas tonterías Harley —revuelve la bebida con la pajilla que estaba utilizando, mirando el hielo moverse, escapando de los ojos de su amigo para evitar dar más lastima de la que ya daba—. De seguro ni siquiera sabe mantenerlas, solo mira la forma en que arriesga su vida y jamás se dignó a decirme nada, prefiere morir solo a que yo pueda intentar dar un poco más de apoyo.


Hay un silencio entre los dos, antes de que Drew sintiera una mano ajena acariciar su espalda, situación que le hizo alzar la mirada para ver los ojos, llenos de comprensión y un toque de lastima, que Harley no podía evitar por dirigirle por más que lo intentara.


—Se arrepentirá, ya verás Drew.


—Creo que su arrepentimiento está llegando demasiado tarde... Ya es muy tarde.


Tomo un sorbo de su bebida, incomodo, piensa seriamente sobre lo que Wallace desea hacer con ellos dos, volverlos a juntar no parecía ser tan buena idea como se la había platicado, los enamorados que se extrañan el uno al otro. Si, era verdad, al menos del lado de Drew se notaba claramente que lo extrañaba, pero no estaba tan seguro de que tenerlos juntos los haría estar mejor.


—Oye, Drew, ¿escuchaste del próximo festival que se hará en Lilycove City?


Cierra los ojos mientras sonríe, porque a pesar de todo, la idea termino sellada como si fuera una promesa, y al menos el, tenía que mantenerla.


.


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Flor de ciruelo: Mantén tu promesa


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