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Ramo de Flores por Abyss

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Notas del capitulo:

Bien, solo para avisarles que este fanfic, tal y como vi no hace mucho tiempo <_<U, se va a terminar cruzando con la salida de pokemon SM, y con las festividades, en esos dias probablemente me tarde mucho mas en subir continuacion ya que me la pasare jugando :D, para que esten advertidos.

Y no, no se me ocurre nada para escribir sintomas... tengo la idea pero ni se como empezarlo, es tan confuso :(

En fin, por ahora es todo lo que tenia por decirles.

Nos leemos abajo~

Camino —molesto y refunfuñando— por los largos y bellamente decorados pasillos que pertenecían a la mansión de su familia. En sus manos llevaba una bandeja de plata con un juego de porcelana para dos personas y un pequeño plato repleto de distintas galletas —de esas pequeñas elegantes que muchas veces nadie se come y solo están de adorno— la mueca de molestia que no desaparecía de su rostro, no era debido al lugar adonde se dirigía, mucho menos era por la persona a la que iba a ver, la razón en sí, se debía a quien se encontraba caminando casi a la par de su persona, sólo separados por unos cuantos pasos.

Personalmente no conocía a la muchacha de cabello largo negro y ojos rojos, pero era más que obvio que no le agradaba en lo más mínimo. Su primo —el líder de la familia, la persona con la que iba a tomar el té en unos momentos— la había traído cuando fue llamado de urgencia debido a un incidente ocurrido en Johto. Drew no sabía —ni quería saber— como se manejaba la Asociación Pokemon, pero al igual que ocurría con la familia Berlitz de Sinnoh, su familia mantenía una disputa con ellos y su forma de pensar desde ya varias décadas atrás, la compañía Devon y la Gran Malvalona también se habían visto involucradas en aquel incidente, pero tras ciertas reuniones y explicaciones su familia había decidido pasar por alto lo que sea que hicieran que obviamente molesto a su primo — y si pasar por alto significaba llevar a Malvalona a la quiebra, entonce si, lo pasaron por alto sin problema alguno—. La joven, quien había sufrido alguna especie de ataque o daño de alguna forma extraña, había sido encontrada, herida, desorientada, con sangre seca y pérdida de memoria, en tan solo un instante la Asociación Pokemon le había reconocido —aparentemente debido a sus ropas— como alguien perteneciente al Clan Meteoro, y con toda la amabilidad del mundo le había sido ofrecida la posibilidad de llevarla a su hogar.

Pero su primo no era estúpido. Y tras varias investigaciones —desconfiando totalmente de la gente involucrada en todo lo sucedido— terminó acogiendo a la chica como una sirvienta más.

Pero eso nos significaba que fuese a sentir empatía o algo similar por la extraña chica.

Tener sirvientes en casa no era algo anormal, la mansión principal era enorme, demasiado para gusto propio pero algo entendible si se tomaba en cuenta que la fortuna venía desde hace más de 800 años atrás, en aquel entonces cuando existían los Reyes y los títulos nobiliarios.

Dentro de los límites de tierra que les pertenecían, había un total de cuatro mansiones más —ligeramente más pequeñas que la principal, pero igual de imponentes— el resto eran hectáreas verdes que se fueron modificando con el tiempo debido a los pokémon que comenzaron a habitar en dichos lugares, desde un desierto, hasta cuevas subterráneas, e incluso montañas donde habitan dragones —que ni idea de dónde habían salido— por lo que su familia, de manera regular y continua, comenzó a aceptar gente para trabajar en la mansión. Ya sea en casa —lo normal de limpiar, aunque batallando con los pokemon normal y volador que rondaban por ahí la mayor parte de las veces— o ayudando en la crianza de los pokémon, censos, cuidados, y asegurándose continuamente que las bayas no fuesen a escasear debido a la temporada.

Desde su llegada, Aster había mostrado una reticencia a estar cerca de cualquier pokémon de tipo dragón —algo irónico si se tomaba en cuenta de donde se supone que provenía— y en cambio se llevaba perfectamente con cualquier pokémon tipo normal, que eran los más comunes a encontrar en la mansión principal.

Lo que significaba que se la pasaba la mayor parte del tiempo en casa.

Y por obvias razones, aquello no era del agrado de sus dos primos y de él.

—He llegado.

Anuncio cuando finalmente se encontró frente a la puerta de caoba oscura, dándole la espalda a Aster y sin intención alguna de girarse.

—¿Podría pasar? Yo tampoco he tenido que oportunidad de hablar con él—pidió amablemente la joven, con las manos entrelazadas y mirando al suelo tímidamente.

—Mis disculpas, pero creo recordar el haberte dicho, que mi primo pidió únicamente por mi presencia.

Sostuvo la bandeja con una sola mano antes de tocar la puerta, mirando de reojo y notando que Aster continuaba ahi, detras de su persona.

—Tal vez puedas hablar con él después.

Soltó sin girarse a verla, justo antes de oír el "Pase" provenir del despacho.

—Que pases buenas tardes.

—Igualmente.

No pudo evitar sentir satisfacción cuando finalmente escucho sus pisadas alejándose.

0.o.0

Drew sirvió el té de aquella manera tan elegante, eficiente y meticulosa, tal cual como le habían enseñado unos pocos años atrás. Su primo se encontraba sentado frente a su persona —con el escritorio de caoba oscura de por medio— checando los pocos papeles que se encontraban en su escritorio y con aquel porte tan distinguido que en todo momento mostraba su inteligencia y elegancia.

Su familia era extraña, una especie de "tradicionalista" a su propia manera, obviamente. El era el menor de cuatro primos —siendo su generación con solo cinco herederos, más que la anterior, pues esa solo había sido formada por su padre y su tío— su primo más grande y por tanto, el heredero principal/Líder de la familia ,era el encargado de todos los trámites, las empresas, el dinero, de manejar a los miembros de la familia cuando fuese necesario y, finalmente, la persona con la que menos había convivido en toda su vida. Waldo LaRousse de veintiún años tenía el cabello corto y en un tono verde mucho más oscuro que el —pero verde a fin de cuentas— sus ojos eran cafés oscuros, dando la ilusión de que en realidad eran casi negros en su totalidad, era un excelente maestro pokemon asi como un experimentado criador, durante su infancia —y lo poco pero bien disfrutado que pudo vivirla— había ido de un lado para otro consiguiendo todo lo que pudiera antes de aceptar el cargo de líder y el peso que eso conllevaba.

No había que mencionar que fue la segunda persona en estar en desacuerdo con la profesión que eligió.

—¿Se puede saber que haces aun aquí?

El de ojos esmeralda se hundió ligeramente en su asiento cuando escucho aquella pregunta provenir de su primo, no sentía sorpresa alguna, era normal, el jamas permanencia en su casa por más de un mes —a menos de que fuese estrictamente necesario— y justamente ahora ya llevaba más de medio año sin salir de su hogar.

—Necesitaba descansar.

Vio como su primo bajaba las hojas que minutos antes se encontraba leyendo, para pasar a observar, obviamente sin creerle en lo más mínimo.

—¿Y para eso necesitas más de medio año? ¿Que paso con lo de ganar todos los listones o una copa?

Drew se hundió aun mas en su lugar, agachando la cabeza ante el duro tono usado por Waldo, sin contestar, permaneciendo en silencio en señal de miedo y respeto. Además de no saber qué contestar exactamente.

—¿Qué fue lo que te paso?

El de ojos verdes alzó la vista de inmediato, con la expresión que fácilmente demostraba su desconcierto.

—¿Disculpa?

Waldo suspiro mientras dejaba la taza de té en su lugar nuevamente después de haber tomado un poco, recargándose en su asiento y cruzando los brazos —pareciendo un mafioso en todo el sentido de la palabra— una vez más, observando a su primo más joven sentado rígidamente en su lugar. Nadie en su familia —con excepción de Ángel, pero él era otra historia— solía permanecer demasiado tiempo en la mansión, mucho menos cuando había un integrante en específico residiendo en el lugar —a excepción de que fuese época de fiestas, ahí sí, estaban obligados a estar en casa todos— Drew era un caso especial, una especie de "decepción" sin llegar a serlo en su totalidad —pero decepción a fin de cuentas— debido a su status de coordinador era el que más se encontraba de un lado a otro por toda la región, buscando nuevos pokémon, ataques, bayas, encontrándose en movimiento en todo momento… Hasta ahora.

—Algo te pasó o te hicieron. Quiero saber el qué y porqué.

—Ya te lo he dicho—discutió el menor en un tono bajo—Solamente he tenido la necesidad de descansar.

—Entonces me darás la razón. Ya has descansado demasiado, ¿Cuando te vas?

Waldo odiaba ser firme con su familia, pero todos eran tan desesperantes y silenciosos que no le quedaba de otra más que encontrar la herida que tuvieran, sea cual sea, para posteriormente poner el dedo y hacerles hablar o tirarles la mayor cantidad posible de sal en la herida. Drew era el más pequeño de la familia, le llevaba once años, y cada vez que pensaba que alguien podría hacerle daño al pequeño retoño no podía evitar rechinar los dientes y desear que Drew fuese entrenador.

Porque era más fácil rastrear al tipo que lo hizo llorar en una batalla pokémon que en un concurso de coordinación.

—Aún no lo sé—respondió el menor, mirando ahora a sus pies y dejando que el té se enfriará poco a poco.

El líder de la familia iba a insistir más, sacarle la verdad a base de malas miradas y frías palabras, pero tras verificar su reloj de muñeca no tuvo más opciones que alzarse de su asiento. No podía tardar más, debía asistir a una junta quisiera o no.

—Pronto vas a cumplir años—recordó Waldo mirando un calendario cercano—Doce para ser exactos.

Drew hizo memoria ante la señalización de su propia edad, era cierto ya iban a ser dos años desde que ya no había vuelto a ver a Steven, lo veía por las noticias, aquellas donde se mostraba al campeón de Hoenn en batallas, eventos o simplemente cuando le tomaban fotos sin que se diera cuenta. Se sintió cobarde y aquello hizo que bajara la vista una vez más hacia el suelo.

¿Qué hizo después de que Steven casi le agrediera físicamente?

Corrió, hasta su casa, y una semana después se había ido inmediatamente hacia la región de Sinnoh, con la necesidad de alejarse lo más posible del actual campeón de la región Hoenn.

—Eh oido que se hará un pequeño evento en Mossdeep City, avisa a tus primos que ahí celebraremos tu cumpleaños.

Siguió con la mirada perdida en el suelo antes de sentir como su primo le acariciaba la cabeza, revolviendo sus cabellos y molestando al momento.

—Espero que eso te ayude a relajarte—sonrió antes de apartarse y dirigirse a la puerta—Sea lo que sea que te haya pasado, debe tener solución, siempre la tiene.

Drew sonrió, con los ojos llenos de esperanza mientras veía como Waldo se alejaba, lo más seguro es que fuese hacia alguna reunión, junta o cualquier otra cosa que tenía que ver con los negocios, hasta que finalmente, noto un detalle del que no fue capaz de darse cuenta hace unos minutos.

—¿Eh? ¿Avisarles?

Suspiró con molestia cuando finalmente cayó en cuenta de aquellas palabras. El no quería —en verdad que no— tener que lidiar con el resto de su familia, hizo una mueca cuando su vista volvió al te. Perfecto. Tendría que volver a calentar todo.

0.o.0

Se secó las manos en la ropa sin cuidado alguno mientras miraba de un lado a otro, observando con cuidado cada una de las esquinas que tenía aquella enorme habitación, hizo una mueca de molestia cuando noto la presencia de todos los pokémon de tipo normal y uno que otro de tipo volador, pero sin señas de que alguno de sus tres primos restantes hubiese estado ahí. Por un momento, la idea de preguntar sobre ellos a algún sirviente que se encontrase disponible, apareció en su mente como un pensamiento fugaz y lo más lógico a llevar a cabo.

Hasta que el mundo —cabrón como era— hizo que Aster fuese la primera en caminar cerca de donde él se encontraba.

—¿Necesitas algo?—pregunto curiosa la muchacha cuando noto los ojos verdes mirándola.

—No—respondió secamente mientras se daba la espalda, encaminándose a salir de la mansión con camino al patio.

Podía jurar que todos, TODOS, estaban afuera.

0.o.0

Dicho y hecho, apenas puso un pie encima del verde pasto, fue recibido por el estruendo y el poder mostrador por los ataques de los pokémon que se encontraban debatiéndose justamente ahora en combate, con sus primos más cercanos en edad —pues solo eran separados por cuatro años— frente a frente, y por la expresión que tenían, al parecer estaban en medio de algo parecido a una disputa.

A la distancia e ignorando lo que sus hermanos menores se encontraban haciendo, Ángel —el segundo heredero, un año menor a Waldo— tenía el cabello en un corte similar a Waldo, solo que ligeramente más largo y atado en una pequeña coleta baja, era el único con cabello totalmente negro y los ojos café —razón por la que en ocasiones no era reconocido como perteneciente a la Familia LaRousse— tenía una historia como entrenador, pero después de varias discusiones —debido a su propia decisión de ser coordinador— su primo, el único que le había apoyado, paso a tomar la decisión de retirarse de las batallas y dedicarse totalmente a la crianza de los pokemon. Tanto lo que les pertenecían como aquellos en estado libre, pero que habitaban en la mansión.

Se encontraba caminando tranquilamente mientras verifica el estado del cultivo de bayas y espantando a cualquier pokemon que estuviera cerca, no era por ser malos, pero los pokemon parecían tomar como una especie de "prueba de valor" el ir a robar alguna baya de aquellos árboles sin ser descubiertos por las personas. No habría problema alguno, de no ser que la fruta aún no era madura.

—¡Retractate de lo que dijiste, Andrea!

Su mirada se movía a su derecha, donde se encontraba Andrea —la cuarta heredera y única femenina en la generación— con el cabello largo hasta mitad de espalda y en un tono verde oscuro, más apagado que el suyo, pero ligeramente más brillante que el de Waldo, tenía una expresión de furia —la cual realmente era normal— mientras observaba con sus ojos café a su hermano ligeramente mayor —por tan solo unos minutos— al igual que el resto de su familia, ella era una entrenadora pokémon, tenía únicamente tres regiones y dos ligas, pero algo era algo.

—¡Obligame Andrew!—exclamó furiosa, haciendo un ademán con la mano y dirigiéndose a su pokémon, un Typhlosion—¡Liam, usa Eruption!

Andrew LaRousse era —irónicamente— la única persona en la familia con la cual compartía color de ojos, no eran tan verdes como los propios, pero no eran cafés como el resto de sus hermanos, de igual forma, el cabello verde apagado y no brillante también se encontraba ahí, más largo que el de Waldo y Ángel —tanto así que se podía hacer una pequeña coleta posterior y no se le veía mal—.Lo irónico provenía del disgusto, Andrew había sido la primera persona en reaccionar mal en cuanto a su decisión de ser un coordinador pokémon, pues había sido, principalmente, quien había pasado más tiempo a su lado, enseñándole cómo criar y entrenar un pokémon correctamente para las batallas.

Algo que, por obvias razones, no necesitaba.

—¡Como si pudieras hacerme algo!—respondió igual de furioso Andrew, señalando ahora a su Empoleon y haciendo, para variar, también un movimiento raro con su mano—¡Leon, Hydro Pump!

Antes de que ambos ataques colisionan entre ellos, Drew ya se había dado la vuelta para ir hacia su habitación.

Ya hablaría con ellos después.

0.o.0

Galanto ó Campanilla de Invierno: Consuelo y esperanza

Notas finales:

El unico que sirvio de consuelo y esperanza fue Waldo :v

En fin, antes que nada y para que no se me confundan, eh aqui las edades:

Drew tiene 11, va a cumplir doce, pero sigue teniendo 11! Basandonos en esto...

Waldo; 22, Steven y Angel (ni me di cuenta que tenian la misma edad...) 21, Andrew y Andrea (mellizos)15.

En realidad tenia otra idea en cuanto a la convivencia entre todos ellos, la de Waldo (quien tuvo un poco de mas camara) creo que quedo bien explicado, Angel que parece asocial, y los mellizos que ni ellos se quieren :v

Iba a hacer una imagen rodeando los terrenos que le pertenecen a la familia, si, nada mas iba a rodeador con un circulo el lugar, pero como el internet falla no tuve oportunidad, cuando lo haga les aviso. De todas formas les intento guiar.

Ciudad LaRousse se divide en tres parrtes, izquierda, centro y derecha (todas parecen conectadas por un puente o tren magnetico... algo asi....) Los territorios son, del lado izquierdo inferior, todo lo que es verde es de ellos :v.. Y donde no haya casas... Yo digo que eso es mas que suficiente, no?... Y si, solo una parte reducida del mar es vigilida por ellos, debido a que pokemon tipo agua tambien suelen habitar ahi.

Y si... Eso es todo :D


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