Parte 05: inesperado pero interesante.
Llegó a su universidad con el tiempo justo. Estacionó su auto y casi corrió hacia su aula, pero cuando llegó y se sentó en su lugar notó su móvil vibrar. Extrañado decidió revisar el destinatario y al ver que se trataba de su novio temporal sonrió y decidió leer de qué se trataba el mensaje, pues el rubio ya debería estar en clase y no imaginaba qué sería tan importante como para hablarle en ese preciso momento.
Rápidamente su media sonrisa cambió a un ceño fruncido al notar lo que ahí había puesto. Sabía que al llevar al ojiazul a su escuela había posibilidades de que se encontrara con la pelirosa o que esta le reconociera a él o su coche, pero no esperaba que se acercara al menor tan rápido. Se mordió el labio pensando que responderle y decidió que haría lo más práctico y rápido: ser sincero y decirle todo lo que pudiera sobre el tema que tenía con esa mujer, que simplemente era una acosadora más. Después de todo no pensaba mentirle al doncel con el cual quería pasar el resto de su vida, algo que tenía claro desde el momento en el cual le vio entrar por la puerta de la cafetería todo agitado y sonrojado. Dejó se fantasear cuando notó el codazo que su primo le proporcionó para que dejase el móvil y prestase atención a la clase la cual ya había comenzado. Rápidamente escribió todo lo que quería decir y lo envió, esperando con ansias a que la lección terminara y recibir noticias del lindo doncel.
Las horas pasaron como una tortura para su persona y sinceramente estaba que se lo comían los nervios pues era la hora del almuerzo y todavía no tenía noticias de su novio lo cual le ponía ansioso a más no poder.
-¿Se puede saber que te pasa Uchiha?-le preguntó con curiosidad Suigetsu un doncel de cabello plateado, piel de porcelana y ojos violáceos, que se encontraba comiendo junto al de cabello azabache y su primo moreno en la cafetería del edificio.
-¿Con cual de los dos hablas?-preguntó burlón el moreno solo para molestar al doncel.
-Jaja. Sabes muy bien que me refiero a Sasuke. Lleva toda la mañana mirando su teléfono como intentando que este sonara por arte de magia. Así que... ¿esperar a que alguien te llame o algo por el estilo?-cuestionó al de ojos negros el cual seguí mirando el aparto con una gran intensidad.
-Seguro que esperas un mensaje de tu adorable novio rubio.-comentó casi amargamente el moreno en su lugar.
-Yo por lo menos hablo con él. ¿Para cuando tú con su hermano pelirrojo? Por que al paso que vas me veo jubilado antes que tu llegues a acercarte a él.-respondió con sorna. El comentario pareció enojar a su familiar que le miró casi taladrándole con los ojos.
-Por lo menos yo no tengo un tiempo límite como tú.-espetó lo cual se ganó una mirada molesta por parte del de cabello azabache.
-¡¿Sasuke tiene novio?!-gritó el peliplateado interrumpiendo la discusión de ambos varones. Aquel grito llamó la atención de todos los presentes en la estancia que miraron en dirección a donde el trío se encontraba sentado. Muchas doncellas y donceles miraron al joven casi fulminándolo con la mirada pues era imposible que su adoración tuviera pareja y ellos no lo supieran, pero cuando este asintió con la cabeza todos quedaron petrificados. Los murmullos no se hicieron de rogar y todo el que se había enterado estaba comentando sobre ese tema. ¿Quién sería la pareja del tan codiciado varón?
-Pues sí. Empezamos a salir ayer por la tarde.-respondió como si hablara del tiempo, pero una leve sonrisa apareció en su rostro, denotando lo mucho que le agradaba aquello.
-Ya veo... y ¿cómo es? Digo... nunca te interesaste en nadie hasta ahora así que tengo algo de curiosidad al respecto.-comentó sinceramente el único doncel de la mesa.
-Pues... es rubio de piel acanelada y con unos zafiros impresionantes por ojos. Además tiene tres marquitas en cada mejilla que hacen que parezca un lindo felino. Razón por la cual el idiota de mi primo lo ha apodado “Kitsune”.-respondió el moreno tranquilamente.- Ah y solo se conocen desde ayer.-añadió sorprendiendo al contrario.
-¿Desde ayer? Pero dijiste que comenzasteis a salir ayer...-murmuró confundido al tiempo en que el azabache suspiraba.
-Le pedí salir nada más verle y hablar un poco con él...-respondió casi para sí mismo pues seguía mirando la pantalla del teléfono donde se encontraba la respuesta del rubio.
-En realidad solo saldrán por una semana... es una especie de apuesta entre ellos, para ver si Sasuke califica como buen novio o algo así...-le intentó explicar ahora Sai.
-Vale... es algo extraño, pero supongo que si llamó la atención de este amargado y serio varón significa que desde un principio solo se interesaría por alguien fuera de lo común.-dijo mirando como para sorpresa de todos el chico en cuestión sonreía contento, todavía mirando el móvil con intensidad. Todos los presentes le vieron como si le hubiera crecido otra cabeza cuando este soltó una risita divertida al tiempo en que sonreía y escribía algo muy concentrado.
¿Tan enamorado está de ese doncel? Fue lo que se cuestionó todo el mundo, pero decidieron no decir nada al respecto. Su club de fans por otra parte no estaba muy feliz que digamos y hasta algunos querían pedirle explicaciones al azabache, pero no se vieron capaces de hacerlo después de ver un rostro como aquel. Nunca en todos los años que llevaban en aquella academia con el varón le vieron poner una expresión como esa así que decidieron que no intervendrían. Fuese quien fuese ese chico más le valía valorar lo que había conseguido, pues muchos intentaron lo mismo pero fracasaron estrepitosamente.
-Cierto... el bastardo tiene suerte cuando quiere...-susurró para si el moreno algo desanimado.
-No fue suerte... solo tuve el valor de preguntar cuando consideré oportuno. Sino fueras tan idiota no habrías quedado tan mal con el pelirrojo y ¿quién sabe? A lo mejor ahora ya seríais amigos o incluso algo más.-le dijo su primo mirándole de reojo.
-Solo le conocí ayer... e incluso yo reconozco que me comporté como idiota... pero te aseguro que no pararé hasta conseguir, por lo menos, una cita con esa belleza de doncel.-habló con seguridad. El azabache sonrió de lado pues a perseverancia y testarudez nadie le ganaba al pesado de su primo.
-Eeeh... así que a Sai también le gusta un doncel... eso también es algo sorprendente.-comentó el peliblanco mirando al susodicho.
-Si... es el hermano mellizo del novio de Sasuke... solo que no se mucho de él.-dijo al tiempo en que suspiraba.
-Bueno... solo lo conociste ayer y por lo que dijisteis no has hablado mucho con ese chico, por lo que es normal que no sepas mucho de él. Solo tienes que intentar entablar una conversación con él cuando le veas.-dijo mirándole con una sonrisa de oreja a oreja el doncel.
El moreno sonrió al oír esas palabras pues la verdad es que le animaron de sobremanera. Decidió que definitivamente primero tenía que conseguir hablar con el doncel sin hacer nada que al susodicho le moleste. El siguiente paso sería que este le diera su número de teléfono móvil para así poder estar comunicados. Luego sería una cita probablemente como amigos y de ahí avanzar hasta el terreno amoroso.
-Perfecto...-murmuró para sí con una sonrisa en el rostro. Su plan tenía sentido, pero no sabía que hacer algo tan sencillo como hablar con el pelirrojo sin ofenderle le resultaría toda una odisea digna de ser escrita para que el mundo pudiera leerla.
-Sabes... podría decirte un par de cosas del doncel... pero no sería gratis.-le dijo el de cabellos azabache.
-¿Me estás chantajeando por información bastardo?-le preguntó indignado el moreno, pero solo consiguió una sonrisa altanera como respuesta.
-¿No es obvio?-fue su escueta respuesta.
-Mnngghaa.-casi gritó mientras se revolvía el cabello sin saber que responder.
-¿Estás tan desesperado Sai?-cuestionó a su vez el de ojos liláceos.
-Pues....yo.... ¡joder te daré lo que sea pero dime algo de él!-gritó casi suplicándole a su primo por que le diera algo de información sobre su bella gema.
-No pensé en verte suplicar tan rápido...-comentó divertido el contrario.
-Eso es porque después de lo que le hice ayer no me querrá ni ver. Necesito algo con lo cual poder acercarme a él.-habló sinceramente.
-Pues quiero...-calló un momento pues en ese preciso instante por su mente pasaron ciertas palabras de su novio rubio junto a la voz de reproche de este: “En serio Sasuke… no te aproveches de ellos porque luego te harán lo mismo a ti cuando los necesites.” entonces chasqueó la lengua molesto para a continuación suspirar derrotado. Se lo había prometido a su rubio y no quería romper su promesa así que por esta vez se contendría.-¿Sabes qué? No tienes que darme nada o sino luego me lo cobrarás por otro lado.-dijo mirando a otro lado. Sus dos acompañantes le miraron extrañados pero decidieron no preguntar por el repentino cambio de actitud de este.
-Entonces... ¿qué es lo que sabes de Gaara?-preguntó ansioso.
-No creas que es mucho así que no te hagas ilusiones en vano.-le advirtió y cuando este asintió procedió a continuar hablando.- Se que tiene 18 años, estudia medicina en el colegio Jinjuriki, vive solo con sus hermanos por que sus padres murieron hace unos años en un accidente y que desde pequeño ha estado practicando artes marciales dos veces por semana.-finalizó y miró a su primo, esperando por su respuesta.
-¿Perdió a sus padres?-preguntó mirando hacia la nada casi como ausentemente.
-Así es... me lo dijo Naruto cuando hablábamos ayer.-respondió tranquilamente.
-Ya veo... es poco pero creo que ahora entiendo un poco mejor a ese chico...-murmuró para si mismo.
-Chicos... ya sonó el timbre. Deberíamos volver a clase.-mencionó el ojilila y los otros dos asintieron cada uno metidos en sus propios pensamientos.
Uno pensaba en cómo iría a ver a su querido y lindo rubio, al tiempo en el cual intentaría que su molesta acosadora no se metiera con el mismo, mientras el otro recordaba memorias pasadas, de un momento de su vida donde todo parecía estar bien hasta que todo se derrumbó. Ausentemente caminaron hacia su siguiente clase sin prestar la más mínima atención a todos aquellos y aquellas que se les quedaban mirando y murmuraban sobre lo que acababan de oír.
Al llegar al final del pasillo el doncel de cabello plateado bajó las escaleras pues su aula estaba en un nivel inferior al de los otros dos, quienes estaban matriculados de la misma asignatura, ya que relaciones laborales y derecho tenían materias comunes.
Pasaron lo que resta de clases y ambos Uchiha solo querían irse de allí para dirigirse a la cafetería a comer. Caminaron hacia el aparcamiento donde ambos se marcharon en el coche del azabache, pues el moreno fue traído a la institución por el mayor de los Uchiha. Llegaron a su destino en relativamente poco tiempo y se adentraron al lugar. La mitad del local era restaurante, localizado en el segundo piso del edificio, mientras que la otra mitad, la 1ª planta, era la cafetería.
Comieron en relativa calma hasta que el moreno recibió un mensaje en su teléfono. Después de leerlo frunció el ceño y, excusándose con su primo, salió del local dirigiéndose al callejón de detrás donde el destinatario de dicho texto se encontraba. Se adentró al oscuro pasillo y paró apoyándose en uno de los muros donde cerró los ojos, esperando. Fue sacado de su pequeño mundo cuando sintió que alguien le agarraba del brazo. Después de suspirar abrió los ojos viendo de frente a una linda castaña de ojos café la cual le miraba enojada.
-¿Por qué no viniste a la azotea como te pedí?-exigió ella mirándole con dagas en los ojos.
-Azusa-san... solo hicimos algunos trabajos juntos para clase. No estoy interesado en ti de esa forma, como recuerdo que te dije claramente la semana pasada, así que podrías hacer el favor de dejar de seguirme y reclamarme como novia celosa todo lo que hago.-habló severamente. Ella le miró furibunda y casi gritó al oír sus palabras, pero logró controlarse.
-¿Crees que encontrarás a alguien mejor que yo? Soy inteligente, cuento con una belleza envidiable tanto por otras mujeres como por donceles, tenemos gustos en común y cuando estábamos juntos parecías estar bastante cómodo conmigo. Además que tengo una posición económica elevada. ¿¡Qué más quieres?!-le reclamó no viendo cual era la razón del rechazo del moreno.
-¿Sabes? Ayer me dijeron que el dinero no lo soluciona todo y estoy de acuerdo. Para lograr la atención y el cariño de alguien no hay que presumir de estatus sino demostrar cómo es uno en realidad. El comportamiento diario es lo que hace a una persona fijarse en otra por que está viendo y aprendiendo sobre la personalidad de ese ser que en un principio le ha llamado la atención. Reconozco que eres bonita, pero no dejas de alardear del trabajo de tu padre como si fuese un logro tuyo. Te soportaba por que sinceramente no me quedaba de otra pues no pensaba suspender por culpa de otra persona. Así que búscate a alguien más y a mi déjame en paz.-le dijo con sinceridad, pero con un tono de voz firme y determinado.
A aquellas palabras le siguieron un par de minutos de silencio que dieron paso a un fuerte golpe de carne contra carne. La castaña, humillada por el rechazo tan duro del ojinegro, le había golpeado la cara dejándole la mejilla izquierda marcada para luego marcharse orgullosa como si el desplante lo hubiera dado ella.
El moreno por su parte trastabilló y cayó al suelo de sentón al tiempo en que se acariciaba la mejilla dolorida. Seguramente le saldría un buen moretón al día siguiente pues su tez era realmente pálida y sensible. Suspiró y subió la cabeza en dirección al cielo, pero con los ojos cerrados. De repente se sentía tan cansado que no tenía la fuerza suficiente como para levantarse y volver con Sasuke.
-¿Puedes levantarte?-preguntó una voz que sinceramente le sorprendió oír en ese preciso instante. Abrió los ojos y vio al doncel pelirrojo mirándole desde arriba con un semblante que casi parecía preocupado mientras le extendía la mano.
-Gracias.-logró murmurar al tiempo en que cogía la extremidad que le era ofrecida. Una vez ya de pie el ojiazul le inspeccionó la mejilla magullada.
-Definitivamente te saldrá un morado.-murmuró para si mientras le instaba a entrar al local por la puerta de empleados. Una vez en los vestidores el menor procedió a tratar la herida.
-Cierto... el bastardo dijo que estudiabas medicina...-susurró mirando fijamente el rostro del contrario el cual estaba muy cerca del suyo.
-¿Qué?-preguntó sorprendido y se sonrojó al dirigir la mirada a los orbes oscuros del mayor, dándose cuenta de la proximidad y alejándose rápidamente de este el cual solo sonrió divertido.
-Sasuke... el chico con el que está saliendo tu hermano. Fue quien me dijo sobre lo que estudias.-explicó al ver la confusión y vergüenza en el rostro ajeno.
-Ah... eres el pervertido de ayer.-dijo suspirando algo más tranquilo. Por este comentario el moreno rió con ganas.
-¿No te habías dado cuenta? ¿No me habrías ayudado de haberlo sabido antes?-preguntó divertido pero curioso a la vez.
-Hmp. Así que no niegas el serlo...-comentó algo más relajado y con una media sonrisa divertida en el rostro.- Y seguramente no lo habría hecho... bueno eso sería antes... ya que después de oír lo que le dijiste lo más seguro es que te hubiera ayudado de todas formas.-dijo al tiempo en guardaba los utensilios otra vez en el kit de emergencias.
-¿Lo oíste?-cuestionó sorprendido a más no poder.
-Si... bueno iba a entrar a cambiarme cuando a pocos metros una chica le reclamaba algo a un varón. Pensé que eran una pareja discutiendo, pero me sorprendió oír que esta reclamaba un rechazo. Yo creo que si te rechazan debes aceptarlo no seguir arrastrándote y mucho menos acosar al pobre chico.-opinó arrugando el ceño algo molesto por la poca dignidad de aquella mujer.
-Eso demuestra que tienes dignidad.-dijo como si nada el moreno y solo recibió la mirada divertida del contrario sobre su persona.
-Supongo...¿Viniste aquí con Sasuke?-preguntó sentándose al lado del ojinegro.
-Si... el bastardo no perderá tiempo si puede pasarlo con el rubio.-respondió con sinceridad.
-¿Y eso te molesta? El que te traiga con él me refiero.-aclaró al ver la confusión en el rostro ajeno.
-No, solo le digo así como costumbre. Sinceramente tengo mis propios motivos para venir.-fue su respuesta.
-Mmm... déjame adivinar. Quieres acosarme como ayer.-adivinó el pelirrojo rodando los ojos exasperado.
-¿Qué comes que adivinas?-se hizo el sorprendido y al ver el rostro sonrojado del contrario no pudo evitar dejar salir una leve risita.- La verdad es que quería disculparme por lo de ayer. Sinceramente es la primera vez que hago ese tipo de cosas, sobretodo a alguien a quien acabo de conocer. La verdad es que fue un impulso repentino aunque no me arrepiento pues las mejores cosas salen cuando uno menos las planea.-explicó y el menor le miró estupefacto.
-No se muy bien qué responder a eso.-murmuró casi para sí mismo de forma tímida.
-Solo quiero conocerte un poco. Si te parece podemos hablar de vez en cuando.-propuso mirándole a los ojos. Este pareció pensárselo un poco hasta que finalmente asintió con la cabeza.
-Vale... no creo que vaya a matarme el hablar contigo algún que otro día.-aceptó el doncel.
-¿Entonces me darás tu número?-pidió esperanzado.
-No tan rápido. Hablaremos en los descansos que tengo aquí en la cafetería y nada más.-avisó el ojiazul.
-¿Por qué?-preguntó sin entender.
-Por que si creo que eres muy pesado simplemente pediré que no te dejen entrar más.-comentó con una sonrisa maliciosa en los labios.
-¡Eso es cruel Gaa-chan!-protestó pero sonrió complacido al ver el sonrojo que inundó el rostro ajeno cuando pronunció el nombre de este.
-¡Idiota!-le reclamó pegándole en el hombro de forma avergonzada.
-¡Auch! ¡Eso a dolido!-se quejó el contrario haciendo un puchero.
-¿Qué tienes 5 años?-preguntó divertido por las reacciones del moreno.
-Para que sepas tengo 19.-contestó fingiendo estar ofendido.
-Hmp, pues no actúas como tal.-fue su respuesta. Entonces miró el reloj de pared y se levantó.-Tengo que ir a trabajar y tú deberías salir de aquí.-le avisó con mirada seria.
-Okey. Pero te aseguro que te daré mi número en cuanto lo cambie.-le dijo caminando hacia la puerta.
-Espera... ¿por qué lo cambiarás?-cuestionó con curiosidad palpable en la voz.
-Por que no quiero que esa chica me siga acosando y es más práctico cambiar de número que bloquear el suyo.-explicó razonadamente. El contrario solo asintió y entonces sintió como le cogían la mano derecha para después depositarle un beso al dorsal de esta.
-Nos vemos ahí fuera Gaa-chan.-dijo y salió apresurado antes de que el contrario saliera de su estupor.
-¡Estúpido moreno aprovechado!-oyó que gritaba desde el otro lado de la puerta y sonrió divertido. De verdad que había encontrado a un doncel realmente especial. Fue lo que pensó al tiempo en que se dirigía a la zona de mesas donde ya estaba su primo sentado en el mismo lugar que el día anterior, el cual le miró alzando una ceja por su tardanza, pero no preguntó nada pues sabía que el moreno se lo contaría todo sin necesidad de hacerle ninguna pregunta al respecto, después de todo era un gran bocazas cuando se lo proponía.
-Sé que tardé mucho pero es por una buena razón.-comenzó a hablar, pero notó que su compañero no le hacía el más mínimo caso.- ¿Todavía no has visto a Naru-chan?-le preguntó al notar que la mirada del contrario estaba posada en la puerta de la cocina detrás del mostrador.
-Me mandó un mensaje diciendo que en su descanso vendría un rato a hablar conmigo.-fue su respuesta y el moreno sonrió al recordar una promesa similar con cierto pelirrojo.
-¿Itachi vendrá?-volvió a cuestionar y cuando este iba a responder vieron al mencionado entrar por la puerta y caminar hacia ellos junto a una sonrisa de oreja a oreja la cual se amplió al cruzar miradas con cierto rubio de cabello largo el cual se sonrojó y apartó la mirada rápidamente.
-Creo que ambos tendrán bastante que explicar hoy.-murmuró divertido el azabache y recibió un asentimiento de cabeza como respuesta.
...Continuará...