Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Juro que serás mío por BlackHime13

[Reviews - 27]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Terder día por la noche: ¡Mikoto a la acción! y cuarto día por la mañana.

Nos leemos en las notas finales (=^w^=)

Llegaron a su casa completamente perdidos en sus propios pensamientos. Querían ayudar, querían saber, querían muchas cosas con esos donceles, pero sabían que no podían presionarlos u obligarlos a hablar. No tenían ni idea de qué hacer en ese tipo de situaciones pues no eran los mejores tratando con temas sentimentales, eso lo reconocían, y no querían alejarlos de ninguna forma si llegaban a hacer algún comentario que les pudiera ofender.

Se encontraban tan ausentes que no notaron la mirada preocupada de la mujer morena que acababa de entrar al salón donde ellos se encontraban desde hacía un rato, aunque ni cuenta se habían dado de cuando había ocurrido eso. Ella se acercó hasta ellos y se sentó en el sillón en frente del sofá que los menores ocupaban.

-Chicos... ¿estáis bien?- preguntó suavemente y aunque su intención era no sobresaltarlos no tuvo el efecto que quiso dado que ellos saltaron y la miraron con los ojos abiertos enormemente.

-¿Mamá?- murmuró sorprendido el hijo menor.

-¿Cuando llegamos aquí?- cuestionó en un susurro incrédulo el otro moreno mirando a su alrededor. El de cabellos largos no dijo nada, limitándose a mirar en dirección a su progenitora en silencio instándola a hablar.

-Lleváis aquí sentados en silencio desde hace más de media hora. No se que os ha pasado, pero si necesitáis hablarlo con alguien sabéis que estoy aquí ¿verdad?- dijo cariñosamente. Los varones se miraron entre si y parecieron llegar a un acuerdo sin necesidad de formular palabra alguna. Asintieron y volvieron a mirar a la única mujer allí presente.

-No sabemos que hacer.- confesaron al mismo tiempo, cosa que sorprendió a la ojinegra, pero esperó a que siguieran hablando.

-Sabemos, lógicamente, que hace poco que conocemos a esos donceles y hay muchas cosas que nos faltan por descubrir de ellos...- comenzó el mayor.

-Sus gustos, pasatiempos, sueños... hay muchísimas cosas que queremos saber. Puede que algunas parezcan estúpidas comparadas con otras, pero sentimos que queremos... no, deseamos saberlas todas.- continuó su primo mirando con dulzura su teléfono donde reposaban las respuestas del pelirrojo quien, a pesar de quejarse sobre sus constantes e interminables preguntas, las respondió a todas sin dejarse ni una.

-Siendo sinceros... hoy pasó algo que tiene que ver con sus pasados, algo que desconocemos enteramente y nos dimos cuenta de lo poco que realmente sabemos. No se puede evitar por la brevedad en la cual llevamos tratando con ellos, pero... no podemos con este sentimiento tan egoísta de querer conocer todo de ellos.- finalmente el azabache fue el último en hablar, apretando los puños enfadado consigo mismo.

-Chicos... no veo lo malo en querer conocer más sobre la persona que le interesa a uno. Es algo perfectamente normal y estoy segura que a esos jóvenes no les molestará en lo más mínimo que os sintáis de esa forma.- animó conciliadoramente sonriéndoles con ternura. Sus niños estaban creciendo y ella casi que no lo había notado. Daba gracias por que acudieran a ella para hablar de lo que los acongojaba de esa forma.

-¿Pero no es muy pronto para sentir esta posesividad hacia ellos?- preguntó preocupado el moreno, mirando a su tía a los ojos.

-Ay mis niños... nunca es demasiado pronto. Nadie elige como sentirse, simplemente las emociones se desarrollan y muestran a distintas velocidades y de formas muy diferentes. Da igual que solo sean unos días de conoceros o toda una vida, eso no es lo importante. Lo que realmente vale es reconocer y admitir esos sentimientos tanto a uno mismo como a la otra persona y actuar sinceramente a ellos. Reprimirlos por miedo al rechazo no os llevará a ninguna parte, solo sufriréis más... aunque creo que no es eso lo que realmente os preocupa.- explicó con suavidad y los ojos brillando por la emoción. Hablar de un tema tan personal y que marcaría la dirección que sus niños tomarían hacía que ella se sintiera enormemente feliz.

-Es que... ahora es un momento difícil para ellos y no queremos equivocarnos. Nos morimos por saber que ocurrió para que hoy...- intentó decir Sai, pero no sabía muy bien como explicar lo que vieron.

-Para que hoy Gaara se derrumbara de esa forma y tanto Dei como Naruto se vieran tan preocupados y desanimados.- continuó el mayor de los tres al ver que el contrario no iba a hacerlo.

-No queremos presionarlos o decir algo que no debemos y empeorar las cosas. Ganarnos su confianza no fue fácil y aunque nos sorprendió la forma en que sus actitudes cambiaron para con nosotros el otro día, no sabemos si esto que sucedió hoy hará que volvamos a como estábamos en un comienzo.- aclaró el azabache suspirando y dejando caer la cabeza en el sofá de forma pesada.

-¿Qué queréis decir con cambio de actitud?- cuestionó ella curiosa.

-Pues... Gaa-chan se negó a darme su teléfono ayer cuando hablé con él, pero luego... no se que pasó exactamente, solo fue a hablar con sus hermanos y un rato después se acercó a nuestra mesa y casi me estampó un trozo de papel con su número en la cara. Incluso hoy, a pesar de quejarse sobre mis constantes preguntas y mensajes... los respondió todos.- habló sonriendo con un brillo enamorado en sus orbes negros.

-¿Por qué fueron a hablar si estaban trabajando?- murmuró ella algo confundida.

-Eso tiene que ver con Itachi... todo parecía normal hasta que él entró por la puerta. En cuanto Deidara le vio salió casi corriendo y poco después volvió furioso con Itachi. Creo que por un mensaje que este le había mandado, el caso es que en medio de la discusión el idiota que tengo por hermano le hizo una insinuación más que obvia-

-¿Insinuación? Aquello fue una declaración en toda regla de que quería llevárselo a la cama.- interrumpió Sai divertido, ganándose una mirada fulminante por parte del de ojos negros, no gustándole que le parara. La mujer miró a su hijo mayor quien solo se encogió de hombros indicando que aquello que decían los menores era totalmente cierto. Suspiró por ello, no sabiendo como esos varones habían podido crecer siendo tan directos... o más bien parecía que en ocasiones no tenían filtro o ni siquiera querían utilizarlo.

-Si bueno... aquello molestó muchísimo al rubio quien después de gritarle se fue a la sala de empleados, siendo seguido por sus dos hermanos. Fue ahí que los tres hablaron de algo que Naruto no quiso decirme, pero está claro que le parecía divertida la situación a juzgar por el brillo malicioso que tenían sus ojos cuando miró a estos dos bobos.- finalizó su explicación el de ojos como la noche.

-¿Deidara-kun cambió su actitud contigo Itachi?- inquirió la mujer girando a ver al mayor.

-Mmm... es cierto que después de que me gritara que me odiaba pensé que tendría que esforzarme mucho en que volviera a dirigirme la palabra, pero sorprendentemente no fue así. No diría que fue un cambio radical, no comenzó a alagarme o sonreírme porque si, sino que más bien parecía que su reticencia por dejar que me acercara había disminuido. Como si la barrera que usaba para alejarme ya no se encontrara ahí.- intentó elaborar, pero no tenía muy claro como definir la diferencia entre antes y ahora.

-No fue un cambio en su personalidad sino más bien de actitud. Antes se negaban rotundamente a dejar que nos acercáramos, pero ayer parecía como si hubiesen decidido darnos una oportunidad de conocernos más. Creo que eso es lo que pasó cuando hablaron, supongo que Naru-chan tuvo algo que ver en eso.- comentó pensativo Sai.

-¿Por qué crees eso?- curioseó la mujer realmente interesada.

-Pues... digamos que desde un comienzo nos dejó claro que no tendríamos oportunidad con alguno de ellos. Cuando accedió a salir con el bastardo se veía que no tenía intención de que durara más que esa semana que acordaron, pero... parecía diferente cuando le vi en la cafetería antes de que todo eso pasara.- dijo frunciendo el ceño, no sabiendo como expresar eso que notó. La mujer le reprochó con la mirada la forma que usó para dirigirse a su hijo menor, pero lo dejó pasar dado que tenía algo más importante que atender.

-¿Sasuke?- instó a su hijo a responder a la duda que todos tenían.

-Cuando le llevé por primera vez a clase, se encontró con Sakura quien le reprochó el intentar quitarle el novio.- habló molesto, pero sonrió levemente al ver la cara de desagrado que su progenitora había hecho. Estaba claro que a ella tampoco le agradaba la joven pelirrosada.- Luego me preguntó por ella y supongo que notó que era sincero cuando le conté sobre ella. Se que ellos sienten que la sinceridad es lo más importante para poder confiar en otra persona y quiero creer que por eso Naruto comenzó a pensar mejor de mi.- respondió sonriendo levemente, recordando la dulce sonrisa del rubio menor.

-¿Entonces Naru-chan no hizo nada diferente?- inquirió realmente curioso el mayor de los varones.

-Mmm... ¿cuenta el besarme delante de todo su colegio para luego amenazarlos con dejar de meterse en su vida privada?- comentó sonriendo maliciosamente. Se notaba la burla en su tono de voz, sabía de sobremanera como reaccionarían sus familiares.

-¡¿Te besó?!- exclamaron estupefactos los varones, haciendo que su sonrisa aumentara, mientras que la mujer gritó extasiada.

-¡Fugaku! ¡Sasuke está haciendo las cosas bien!- gritó la mujer de mediana edad hacia su marido quien escuchaba y observaba toda la situación desde la mesa un poco apartada de ellos. Había preferido dejar que su esposa se encargara del asunto y él se limitó a escuchar en silencio. Pero al oír esa última información miró a su hijo menor con los ojos abiertos, no preocupándose por mantener su usual expresión estoica, dado que no esperaba ese devenir de sucesos.

-Ejem... si Mikoto es maravilloso, pero creo que no es momento para eso. Los chicos tenían un problema ¿recuerdas?- recordó intentando que la conversación volviera a su curso, interrumpiendo los gritos emocionados de la mujer o las maldiciones que los otros dos varones le profesaban al menor.

-Cierto, cierto... entonces Naru-chan digamos que cambió, como mínimo, un poco de parecer respecto a ti dado que no solo te besó sino que lo hizo delante de mucha gente, lo que indica que te aceptó como novio, incluso si se suponía que solo era algo temporal.- resumió seriamente la ojinegra, aunque el brillo de orgullo y emoción se encontraba claramente presente en sus orbes.

-Lo que os preocupa es que hoy pasó algo que claramente puede hacer peligrar vuestra relación o, en caso de vosotros dos, la relación que queréis con esos jóvenes.- habló el patriarca de la familia. Los jóvenes solo asintieron con los rostros comenzando a embargarse por la tristeza e inseguridad. Nunca imaginó que esos varones tan orgullosos pudieran mostrarse tan vulnerables como lo hacían en ese momento.- Sed sinceros.- dijo seca y brevemente, no sabiendo cómo explicarse mejor miró a su mujer en busca de ayuda.

-Lo que Fugaku quiere decir... es que si lo que os preocupa es hacer o decir algo que empeore las cosas... decídselo. Confesad que no queréis presionarlos a pesar de que lo queréis saber. Dadles la oportunidad de confiar en vosotros, de sincerarse y contaros lo que sea que les haya pasado. Hacedles saber que estaréis ahí por si quieren hablar, pero si tampoco lo desean también estaréis ahí, apoyándoles en silencio.- elaboró las escuetas palabras de su marido quien estaba claro que no era muy bueno expresándose en cuanto el terreno amoroso se veía implicado.

Conversaron un poco más hasta que se hizo la hora de irse a dormir. Los jóvenes no habían tenido muchas ganas de cenar, pero la mujer les insistió hasta que comieron algo. Así llegó el siguiente día donde ellos se veían con una gran determinación en los ojos. La charla con su progenitora, tía en el caso de Sai, les había venido muy bien para ordenar sus ideas y sentimientos. Ya sabían qué hacer y cómo.

Por lo tanto el de cabellos azabache se adentró a su coche y condujo en dirección a casa de su rubio novio como había hecho los dos últimos días. Cuando el mencionado salió de su hogar miró sorprendido al moreno recostado contra el auto.

-¿Sasuke?- preguntó claramente confundido pues no esperaba verle allí.

-No me dijiste que no viniera. ¿Vamos?- respondió con simpleza y el rubio solo pudo asentir y adentrarse al auto. Cuando el mayor se sentó en el asiento del conductor fue que pareció recuperar su voz.

-¿No preguntarás? Después de lo de ayer yo creí que...- murmuró no sabiendo como continuar. El ojinegro suspiró y le miró a los ojos.

-Naruto... no te conozco tanto como desearía. Hace poco que empezamos a tratarnos y aunque no me guste hay muchas cosas que no se. No sabía que hacer después de lo de ayer, quería hablar contigo, preguntar todas y cada una de las preguntas que me rondan por la cabeza... pero me preocupaba enfadarte o presionarte demasiado por culpa de mi curiosidad. Lo hablé con mi familia y decidimos que simplemente estaremos ahí. Si queréis hablar o no, aquí nos tenéis. Queremos que confiéis en nosotros y solo lo lograremos si dejamos que vayáis a vuestro ritmo.- explicó con sinceridad como su madre le había dicho. Por la sonrisa que el ojiazul le dirigió supo que había hecho bien y cuando este le besó en la mejilla en claro signo de agradecimiento cuando llegaron a su destino, estaba aún más convencido de ser paciente. Sabía desde el comienzo que ganarse al joven doncel no sería cosa de un día o dos y era precisamente por eso que le había llamado la atención desde el principio. Le sonrió en respuesta y se alejó hacia su propio destino, dejando al rubio pensativo mientras caminaba por los pasillos del recinto escolar.

Fue entonces que se topó con su hermano quien miraba su teléfono con curiosidad y sorpresa a partes iguales. Se acercó con cuidado y posó su mano en su hombro para llamar su atención.

-¿Pasa algo?- cuestionó preocupado. No quería que ocurriera lo mismo que la tarde anterior. El pelirrojo comprendió sus pensamientos y con una leve sonrisa le mostró lo que miraba anteriormente.

Buenos días Gaa-chan. Ayer me diste 20 minutos para preguntar así que hoy también los quiero. Mmm... ¿qué sueles vestir más a menudo? ¿Tienes algún póster en tu cuarto de cualquier grupo o cantante? Si lo es ¿de quién? ¿Lo cambiarías por uno mío? ¿Es cierto que Naru-chan besó al bastardo? Este solo sonrió burlonamente cuando me lo contó ayer. Si es cierto no es justo y me gustaría que también me dieras uno. ¿Demasiado pronto? ¡Pero yo quiero uno! Así que pregunté de todas formas. Por cierto sé que Dei-chan está trabajando con Itachi, pero no me quiere explicar a detalle. ¿Sabes de que va eso? ¿Por qué parece que soy el único que no llega a ninguna parte? ¡Gaa-chan consuélame!

El mensaje en sí era una amalgama de preguntas, comentarios y reclamos. Estaba todo como si no supiera por donde empezar y simplemente soltó todo lo que se le había ocurrido sin control. Era ciertamente divertido y se notaba claramente la personalidad de quien lo había escrito.

-No preguntó sobre lo de ayer.- comentó tranquilamente el rubio.

-No... no lo hizo... se que se muere por saberlo, pero se nota que hizo lo posible por darme espacio, eso si, a su absurda manera.- dijo de igual forma el pelirrojo.

-Sasuke tampoco preguntó. Dijo que después de hablarlo entre ellos decidieron darnos tiempo y que les contáramos lo que quisiéramos a nuestro ritmo. Habló de que era cuestión de ganarse nuestra confianza y que por ello no iban a presionarnos.- explicó sabiendo que su hermano quería saberlo.

-Mmm... son extraños.- fue su respuesta. Ambos comenzaron a caminar y fue cuando llegaron hasta las escaleras, donde ellos deberían separarse para ir a sus respectivas aulas que volvió a hablar.- Naru... ¿sabías que sería así cuando nos convenciste ese día de darles una oportunidad?- preguntó en un susurro. El mencionado paró de bajar las escaleras y giró a verle.

-No. Sabía que Sasuke era sincero conmigo y por eso quise seguir conociendo más de él, pero supongo que una parte mía sabía que siendo familia, era posible que compartieran algo más que el físico.- murmuró sonriendo levemente.

-¿Sabes que le responderé a Sai con la verdad no?- volvió a hablar sonriendo malicioso. El ojiazul se sonrojó al recordar cierta pregunta que el moreno le había hecho a su hermano.

-Haz lo que quieras.- dijo apresuradamente y se marchó con rapidez a su clase, dejando al contrario sonriendo divertido. A veces el rubio podía ser muy directo y lanzado, pero otras le avergonzaban las cosas más simples. Sin decir nada más caminó en la dirección que le tocaba, respondiendo alguna de las preguntas del moreno en el proceso. Después de lo sucedido el día anterior, se sentía más ligero, como si se hubiera quitado un peso de encima y ahora pudiese darle una oportunidad sincera al moreno. Sin borrar esa expresión de serenidad y tranquilidad de su rostro se adentró a su aula, guardando el móvil en su bolsillo.

Buenos días. Supongo que no me matará responder algunas más. No tengo nada colgado en las paredes de mi cuarto. No, no quiero una foto enorme tuya, por que conociéndote harás una de tamaño real y no tengo tanto espacio libre. Si, Naru besó ayer a Sasuke. No, no creo que te merezcas ninguno todavía y por lo que sé se trata de un trabajo para la universidad, no me ha dicho todos los detalles tampoco. Sai... el hecho de que te haya dado mi número ya es un paso gigante, así que no te quejes.

PD: ….. gracias.

El silencio que les rodeaba era un poco incómodo. Habían quedado en que cuando acabase su primera y única clase irían otra vez al hotel para revisar algunos detalles que debían de acabar de prepararse ese día. Se encontrarían con los encargados de las flores para indicar donde colocar los arreglos, con el catering para dar los últimos toques al menú para la noche del sábado, etc.

Aparcó en el parquing del hotel y le paró antes de que se bajaran. El rubio le miró con dagas en los ojos. Se notaba lo tenso e inquieto que se encontraba y comprendía que no quisiera hablar del asunto, pero debían aclarar algunas cosas.

-No necesito que digas nada. Solo escúchame.- pidió y después de que el contrario asintiera suspiró para darse ánimos.- No preguntaré, está claro que no quieres hablar del tema y no tengo la más mínima intención de obligarte a hacerlo. Ahora mismo quiero que te centres en el trabajo que necesitamos hacer ahí dentro y espero que podamos hablar con normalidad. Quiero que confíes en mi para apoyarte si lo necesitas y por supuesto eso es tanto en el trabajo como en nuestra... relación personal, cuya definición todavía no tengo clara, pero eso es otro tema a tratar en un momento en el cual tengamos tiempo y podamos hacerlo con tranquilidad.- para cuando acabó con su discurso una sonrisa de lado se había instalado en su rostro. Para su sorpresa, el ojiazul comenzó a reír y su cuerpo se destensó considerablemente.

-Eres... tan extraño... pero estoy de acuerdo. Me centraré en lo que tengo que hacer ahora y luego... hablaremos de lo que podríamos ser en un futuro. Decidí darte una oportunidad y eso no ha cambiado, pero no es el momento para hablar de ello.- confesó sonriendo algo nervioso. Sin decir nada más salió del coche y comenzó a caminar, dejando a un estupefacto, pero contento moreno quien se apresuró en seguirle.

 

...Continuará...



Notas finales:

Adoro a esa mujer. Bueno ya queda menos para el final jejejeje espero saber qué opináis sobre la historia.

Nos leemos en el siguiente (=^w^=)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).