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FALTA UNA VELADORA por Azusa Olimpia

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Notas del capitulo:

PERDON POR LA TARDANZA, YA HABIA COMENTADO EN EL OTRO FIC LA TRAGEDIA QUE ESTOY PASANDO, PARA LOS QUE NO LO SABEN, ESTE MES DE FESTEJOS A LA MUERTE EN MI PAIS, SOY MEXICANA, SE TIÑÓ DE NEGRO, ME ENCUENTRO DE LUTO, MI QUERIDO TIO FALLECIO, CON ÉL CONVIVI UN BUEN TIEMPO Y ME DUELE BASTANTE SU PERDIDA, YA LOS ULTIMOS AÑOS NOS DISTANCIAMOS UN POCO, NO ME LO ESPERABA, MAS BIEN DICHO NADIE LO ESPERABA. POR ESA RAZON ME DEDIQUE A ESCRIBIR EL PENULTIMO CAPITULO DEL FIC, EL CUAL TE  DEDICO TIO BONIFACIO QUE AHORA ESTARAS EN EL CIELO, CUIDANDO DE TODOS NOSOTROS. NO OLVIDES QUE TODOS TE AMAMOS, NOS REENCONTRAREMOS EN EL MAS ALLA, DANOS LA FUERZA PARA SEGUIR ADELANTE, SIENTO NO PODER DEJAR DE LLORAR, AUN NO CREO EL SABER QUE YA NO ESTAS AQUI FISICAMENTE. PARA SERLO MAS EMOTIVO, LES RECOMIENDO ESCUCHAR LA CANCION DE YO TE EXTRAÑARE DE TERCER CIELO 

† 

DESCANSA EN PAZ,TIO BONIFACIO

SEGUNDO AÑO

Vio por última vez la fotografía que descansaba a lado de su cama, la última que se tomó antes de morir, ¿Cómo había llegado a sus manos?, no lo sabía, simplemente la hallo en su maleta una vez que llego a su casa, mientras acomodaba las cosas; fue toda una odisea hallar el marco perfecto, de distintos materiales, de cristal, de madera y metal, hasta que hallo uno de madera  tallada exquisitamente, la cual no opacaba la bella sonrisa de Kardia; otra cosa que hallo fue una nota que tenía escrito “gracias”.

Siempre que regresaba de trabajar era recibido por él, lo sentía cerca e ignoraba que tenía a un sexy angelito guardián, pendiente de él.

Degel: (da un último vistazo) regresare pronto mi amor, he decidido viajar antes, Deuteros vendrá a buscarme… me gustaría verte de nuevo.

El vuelo fue tranquilo, a diferencia del año pasado, esta vez Deuteros lo esperaba en el aeropuerto, dándose  un abrazo y saludo, partiendo hacia el pueblo, un año había pasado desde ese hermoso milagro.

Antes de llegar a la casa, Deuteros se estaciono enfrente de una cerería, viendo todos los tipos de veladoras y cirios, opto por los de vasos de cristal, compro seis, se extrañó de las dos extras, sus padres y sus dos hermanos daban total de cuatro. Al día siguiente, vio a Deuteros encendiendo las dos veladoras extras, a las doce en punto del día 28 de Octubre.

Degel: perdona mi ignorancia, ¿Qué función cumplen esas dos veladoras? No se supone que las encienden a las doce del día primero.

Deuteros: así es, pero el día 28 de Octubre, que es hoy se les coloca una veladora a los que fallecieron en un accidente, en este caso a Kardia y también a los que se suicidaron…

Degel: en este caso a Aspros o me equivoco.

Deuteros: no te equivocas, me costó trabajo entender, no quiero que Kardia venga para que se entristezca y de paso a mis padres. Esta luz alimentara sus almas hasta el mero día.

Eso era un alivio, otra razón por la que vino, era de poder hablar con Kardia, sin ningún impedimento. El primero de Noviembre, tanto Deuteros como Degel estaban de aquí para allá, terminando la ofrenda de día de muertos, no faltando nada. Cerca del cementerio, se veían unas cuantas siluetas, que observaban como llegaban los niños para regresar al cielo, caminaban lentamente, ahí destacaban dos cabelleras azules, una mujer adulta peliazul muy bonita, un hombre de facciones muy maduras y cabello negro ondulado, a lado del él, se encontraba un joven de mirada penetrante, observo como los niños desaparecían por donde ellos habían venido, al igual que más adultos, buscaba con la mirada a alguien en especial.

Isidora: no puedo creer que haya pasado tan rápido un año.

Bonifacio: creí que era el único que se sentía así, Kardia cumplió su promesa, debes estar feliz de poder venir con nosotros.

Isidora: como no va a estarlo, sé que aun te culpas por la muerte de tu hermano… pero también me enoja la tontería que hiciste, empiecen a caminar.

Aspros: lo siento padre.

Bonifacio: mejor apúrate antes de que nos agarre a los dos, ya conoces su carácter.

Isidora: los estoy escuchando.

Veía de vez en cuando la ventana, faltaba una hora para que el sol se ocultara, ni un rastro de Kardia, tal vez no lo vería por la presencia de Deuteros, dos eran multitud. Kardia estaba a su lado, como no entristecerse si no te notaban, el cumplió su misión.

Deuteros: Kardia tenía una pequeña misión, estoy seguro que vendrá, siempre vienen, pero esta vez no lo veras, me gustaría hablar con él… aun me duele, Aspros me hace falta, como de un momento a otro cambia la vida.

Degel: tú lo has dicho, mi vida cambio al conocer a tu hermano… supongo que te diste cuenta.

Deuteros: fue extraño, ya que tú eres más serio que yo, saber que tenías un interés en él, hubieran sido una buena pareja, se complementaban, te contagiaría de su alegría.

Degel: hace un año lo note, era especial, debe doler más saber que eres el único de toda tu familia, primero tus padres y después tus hermanos.

Deuteros: siento que tengo un poco de culpa, pensé mucho en mí, yo lleve a Aspros a cometer esa estupidez, los primeros días fueron agonía para mí, siempre soñaba en ese día… por mi cabeza cruzo la idea de hacer lo mismo.

Degel: ¿Por qué no lo hiciste?

Deuteros: soñé con mi madre, fue la que tenía los pantalones en la casa, al despertar vi mi mejilla marcada, me dio una cachetada y cada amanecer recuerdo sus dulces palabras, así inicio mis días, por eso logre salir de mi depresión.

Degel: si, la recuerdo, a veces daba miedo.

En su camino, Isidora estornudo un par de veces, sin duda alguien hablaba de ella, solo deseaba  que fuera para bien, a su lado iban más personas; detuvo su andar, miro a su hijo, todo lo que perdió, por no saber sobrellevar una culpa, era tan parecido a su padre, ella no pudo con una enfermedad, al morir ella su esposos se sumió en una fuerte depresión, terminado con su muerte, a pesar que ya estaban descansando en paz, cuando regresaban al mundo terrenal, se volvían más humanos, sus errores regresaban.

Aspros: ¿estás bien mama?

Isidora: si, lo estoy, démonos prisa, mi niño me espera.

Bonifacio: olvidas que tienes más hijos, siempre consentiste más a Kardia.

Isidora: tú malcriaste  a nuestros gemelos.

Aspros: ya llegamos.

Entre bromas y risas pasaron un agradable momento, retirándose cada uno a dormir, Kardia se quedó sentado en el sillón, viendo a su amado Degel irse de su lado, Isidora al ver su hijo lo estrujo con fuerza, mientras los otros dos solo observaban la casi segunda muerte de Kardia.

Bonifacio: está bien que hallamos pasado a la mejor vida, pero dudo que haya más vida que la espiritual, déjalo que morirá otra vez.

Isidora: como me arruinas la diversión, es su culpa, me consintieron mucho los cuatro al ser la única chica de la familia.

Bonifacio: no seas infantil, di algo Aspros.

Aspros: me mamá se atraganta con un tamal.

Kardia: siguen siendo su debilidad…

Los 3: ¡Isidora! ¡Mamá!

En definitiva, estaban vivos en ese momento, desde la perspectiva “normal” solo verían sombras, en otro ángulo, con una persona con un campo de visión extendido, era personas en toda regla, con un cuerpo tangible. Voltearon al oír el azotón de algo contra el piso o mejor dicho alguien.

Isidora: y ya lo matamos, escondan el cuerpo. Busquen una pala y lo entierran en el jardín, a ver si así florecen los rosales.

Aspros: ¿Degel? ¿Qué hace aquí? Pensé que Deuteros ya no tenía contacto con él.

Bonifacio: tu protegido está en el suelo como un costal de maíz desparramado ¿Kardia?, en donde se metió ese niño.

Aspros: olvídalo padre, mamá y Kardia están devorando los dulces.

Bonifacio: hay que ponerlo cómodo, que locura de tu madre de enterrarlo en alguna parte del jardín, mas preciso en los rosales, Aspros… comían la cantidad enorme de dulces típicos y de esa época en especial, el padre llego algo molesto, pues su hijo mayor también peleaba con su madre por una clavera de azúcar, la cual quito y metió a su boca, de ahí a la fruta y platillos.

Isidora: Deuteros ya se puede casar, el mole le quedo riquísimo.

Bonifacio: el tequila está muy fuerte, ya veo elefantes rosas… ahora son grises.

Aspros: dame otro tamal, mamá no los escondas… que me des uno. ¡Mamá! Dame los tamales.

Isidora: primero muerta.

Bonifacio: Isidora, ya estas muerta,

Aspros: dame un maldito tamal… no huyas, se dónde vives.

Deuteros: ¡¡ya se pueden callar!! Trato de dormir, mama dale un tamal para que se calle de una vez, padre deja de tomar tanto que no distinguirás una lámpara de una vela… siguen igual de escandalosos, más les vale que se callen.

Lo vieron perderse en el corredor, una vez que hicieron lo que les ordeno, había heredado el mal carácter de su madre y lo extraño fue que no se sorprendió de verlos ahí, hasta que oyeron otro costalazo.

Bonifacio: ya se dio cuenta.

Isidora: no te preocupes, mami ira por ti bebé.

Aspros: espero que tenga más tamales.

Isidora: te comiste 2 y todavía quieres más, deberías apenarte.

Bonifacio: tú te comiste 16 y nadie te dice nada… empezare a correr ahora, perdóname no fue mi intención.

Isidora: puedes correr pero no esconderte, te digo que se dónde vives y donde duermes.

Aspros: pues a tu lado ¿Dónde más lo haría?

Kardia lo observaba embelesado, en verdad lo amaba, deseaba estar vivo para compartir su tiempo a su lado, hasta que la muerte los separara, no tenía sentido el haberse enamorado de un imposible, Degel se incorporó con calma en el colchón, lo último que recordaba era estar en la sala y vio a los padres de Deuteros, se topó con unas turquesas, hizo lo que mas deseaba en ese momento, abrazarlo como si no hubiera mañana, sin quererlo, unas lágrimas se deslizaron por sus mejillas.

Degel: Kardia, estoy feliz de verte de nuevo… ¿Por qué te veo otra vez?, si tú no puedes estar conmigo.

Kardia: te equivocas en eso, te he estado vigilando, más bien, soy tu ángel guardián, no llores.

Degel: como no hacerlo, si me haces falta, no puedo verte, no puedo sentirte.

Kardia: desde ese día, me dedique a ti, me permitieron cuidarte y lo seguiré haciendo.

Le limpia esos hermosos diamantes, lo que ha dicho ha sido cierto, pero para él es suficiente, sabe que Degel tiene que hacer su vida, solo Dios sabe por qué hace las cosas, el ya había cumplido su misión en la tierra y por eso paso lo que paso, lo mismo fue para Aspros, intercedieron por él para que no terminara en el limbo, su suicidio lo condenaba…

Degel: no te veré mañana ¿verdad?

Kardia: así es, Dios me ha dado la oportunidad de tocarte, aliviar tu dolor, mis padres y hermano deben estar con Deuteros, me están dando mi espacio ¿Qué quieres que te dé?

Degel: me podrías dar un beso y no dejar de abrazarme, quiero sentir tu calor.

Sonrió con dulzura y se acercó a Degel, le dio un suave beso, tardaron en separarse, un beso que demostraba su amor, si tan solo se hubieran conocido antes, se quedaron más tiempo abrazados, hasta que escucho la puerta abrirse, Deuteros lo miraba con tristeza, termino lanzándose a él, tenía muchas cosas que decirle.

Kardia: tranquilo.

Deuteros: no esperaba perderte tan pronto… tu nos mantuviste juntos, comprendí que había llegado tu tiempo, que DIOS TE HA LLAMADO PARA ESTAR A SU LADO, ASI EL LO QUISO, PERO NUNCA PENSE QUE DOLIERA TANTO.

Isidora: (se acerca a abrazarlo) sentimos dejarte, te vemos desde el cielo, se supone que deberías estar feliz.

Deuteros: ¿Qué dices madre?

Bonifacio: queremos muchos nietos, queremos ser abuelos, mientras cuentes de nosotros a tus hijos, es más que suficiente.

Deuteros: se salieron un poco del tema.

Aspros: lamento haberte causado tanto dolor.

Deuteros: siempre supe que terminarías loco… es de familia.

Isidora: ¿Qué? Tengo algo en la cara o que, porque me ven así.

Kardia: oigan, me gustaría tener más tiempo con Degel, a solas.

Bonifacio: vámonos familia, hay que dejar a los tortolitos en paz.

Kardia: a veces pienso que no hay paz, no me dejaran de molestar.

Degel: tu familia es bastante peculiar, mis padres son más estrictos y serios, como dicen, son muy aburridos. Por esa razón decidí alejarme de ellos, buscaba mi felicidad y sé que ser como ellos jamás la lograría, lo que piensan es difícil de saber, siendo su hijo y no soy su prioridad.

Kardia: hay una razón para todo, es lo único que sabemos, afrontar que solo te queda esperar a reunirte con tu familia es desesperante y corto a veces, no sientes mucho el pasar de los meses y días. Tendrás tu recompensa, serás feliz con quien quieras.

Degel: te quiero a ti, jamás veré a otro de la misma forma que a ti, viviré mi vida, solo, no tan solo, seguirás siendo mi ángel.

Kardia: lo seré eternamente, el sol pronto saldrá, debemos despedirnos.

Degel: yo te extrañare, tenlo por seguro, estos han sido unos bellos momentos, son las que más invadirán mi mente al recordarte, ojale pudiera devolver el tiempo, para verte de nuevo, para darte un abrazo y nunca soltarte.

Kardia: ya no llores por mí, yo estoy en un lugar donde existe paz, donde no hay maldad, donde puedo descansar. No llores por mí, están bello aquí, con calma iré. Quiero que seas feliz  que te valla bien y cuando te toque partir espero verte aquí.

 

Observó a través de las tenues ventanas que era cierto, separarse de nuevo, no le bastaba esa noche, quería más, un sueño verdaderamente imposible, demasiado imposible, la muerte es inevitable, tal vez así era mejor, cumplir su promesa, su corazón le pertenecería solamente a Kardia, igual el de él era para su hielito, en unos años se reencontrarían en el más allá. El día dos de Noviembre es de fiesta, sus difuntos los visitaron, dando a entender que la muerte no es el final, si no el comienzo. Volvió a besar a su amado, un beso casto e inocente, se dieron muchos más, hasta que el sueño venció a Degel, lo recostó con lentitud para no despertarlo, se dirigió a las alcobas siguientes, su madre arrullaba a Deuteros, el cual también fue vencido por el cansancio y las emociones vividas durante la madrugada.

Aspros: te quedaras de ángel, te queda hermanito.

Kardia: podrías hacer lo mismo por nuestro hermano, fui más egoísta por solo pensar en Degel, me enamore.

Isidora: Aspros de ángel, eso sería genial… no crees querido.

Bonifacio: más seria su diablito.

Aspros: gracias por el halago padre.

Isidora: ignóralo, esta celoso. Quédate a cuidar a tu hermano, guíalo de ser necesario, nadie nace sabiendo.

Aspros: lo hare, veré por Kardia.

Kardia: no es necesario, mis ojos solo son para Degel.

Isidora: es hora de irnos querido, si no me llevare a mis angelitos conmigo, no quiero compartirlos con nadie, yo los parí… mejor vengan con mamá.

Bonifacio: como les he dicho, escapen de su sobreprotectora madre, la retendré antes de que puedo alcanzarlos.

Isidora: traidor.

Vieron como sus padres se alejaban, o más bien dicho, como su madre arrastraba a un moribundo hombre, al no divisarlos más, oyeron unos ruidos, indicando que sus protegidos estaban despiertos; Degel tocaba el lugar donde su amado estaba sentado y reconfortándolo, sonrió para él.

Degel: buenos días Kardia.

Kardia: buenos días Degel, te levantaste temprano, no dormiste mucho.

Degel: iremos al cementerio.

Kardia: harás lo que se te dará la gana, ya no me escucha.

Deuteros: es hora de desayunar, puedo parecer tonto esto, no me siento solo, ellos se habrán quedado aquí.

Degel: si, prometieron vernos desde donde estén.

Su día fue más alegre que los anteriores, ya podían seguir con su verdadera vida, recibieron la aprobación de sus seres queridos, solo distaba saber si el siguiente año los verían una vez más. Tal y como se habían saludado, se despidieron, Degel regresaría el año siguiente, con tal de poder abrazar y besar a su novio, pues así lo consideraba él. Una hermosa relación que florecería, sin duda ni la muerte misma podría romper.

Deuteros: será mi imaginación pero percibo el perfume de Aspros.

Dijo a la nada, Degel ya había abordado su avión directo a Francia, veía como se perdía entre el basto cielo azul. Ese día nació otro ángel.

La muerte no es el final, si no el comienzo de la verdadera vida.

Notas finales:

YA SABEN POR LA PENA QUE ESTOY PASANDO JUNTO A MI FAMILIA, POR ESA RAZON ME DESCONECTE DEL MUNDO DEL FIC, PERO YA ME PONDRE AL DIA CON LOS FICS, ESTE ES EL PENULTIMO CAPITULO, EL OTRO SERA MAS LARGO, YA PRONTO PONDRE EL FINAL DEL FIC DE UN DESEO EN LA TORMENTA O TORMENTA CON UN DESEO, ES QUE PERDI LA MEMORIA DONDE ESTABA EL FINAL YA CASI TERMINADO Y NO LO RECUERDO DEL TODO.

NOS LEEREMOS PROXIMANENTE, YA QUE ESTOY LLORANDO.


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