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Est Immanens por Kamyu-Rose

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Capitulo II

Compromiso

 

–Estaremos bien, no vas a estar sola –Con aquellas palabras que resonaban con tristeza Milo trataba de calmar el llanto desconsolado de su hermana. Aquella noche había sido la última cena que tuvo con su familia antes de partir. Por petición propia, no hubo banquete de celebración por su compromiso, y las palabras dirigidas a su padre fueron inexistentes, consciente de que quizás no volvería a ver su rostro, excepto para el día en que este falleciese y fuese Milo quien se consagrase como el nuevo rey. Se reprochaba a sí mismo por aquellos deseos, más se sentía cegado por la idea de la traición de su padre, y por la desconfianza que sentía este hacia su hijo de no poder cumplir por su propia cuenta y sin necesidad de aquel matrimonio, la profecía dictada por el AltoDestino. Milo solo velaría por su hermana, por quien sacrificaba su libertad, bajo la promesa de permitirle elegir su destino cuando ella alcanzase la mayoría de edad.

–Hermano –La voz de la pequeña de cabellos rubios como los de su difunta madre no hacían más que romper el corazón de Milo, quien en un impulso la abrazó con fuerza, depositando un beso en su frente, uno de devoción y cariño infinito hacia la única persona que quedaba para el

–Algún día regresaré, y te enseñaré como disparar flechas mientras andas a caballo. Todo estará bien –Repetía en un susurro Milo, mientras percibía como el ritmo alterado del corazón de la pequeña se calmaba –Prométeme que serás amable con los sirvientes y no harás berrinches en mi ausencia. También escucha a Calvera, ella tiene muchas historias que contarte

–No quiero –Negó con su cabeza, separándose del abrazo –Quiero escuchar tus historias, tus aventuras. Prometiste que algún día te acompañaría

–Nunca he roto mi promesa. Buscaré la forma de regresar y cuando eso suceda, serás mi escudera y apoyo en nuestros viajes por Antaria- Milo fingió entusiasmo, encontrándose con una razón para escapar de su destino

            Un mal paso, y una roca en el camino descolocaron una de las ruedas principales del elegante carruaje, haciéndolo detenerse con violencia, empujando a Milo hacia adelante, quien golpeó su frente contra una de las paredes, despertándolo del breve sueño que finalmente lograba conciliar. Maldijo por dentro su regreso a la realidad, mientras llevaba su mano a la zona lastimada, al mismo tiempo que uno de los guardias se acercaba para saber cómo se encontraba el próximo miembro de Aurore, la casa regente del reino de Saadalsud.

            Tras aquel percance, poco tiempo transcurrió hasta llegar a una fortaleza casi cristalina, de la que cualquier enemigo podría confiarse. Milo se asomó desde la ventanilla del carruaje para ver al Duque de Krest salir del suyo, tan solo para hacer un movimiento vertical con su mano derecha, dejando tras de esta destellos aguamarinas de luz. Mu le había explicado a Milo que los habitantes de Saadalsud, en especial los miembros de la familia real, se caracterizaban por el uso de magia elemental, sobretodo aquella que simbolizaba la vida en su forma más pura, por lo cual eran capaces de crear fortalezas de hielo impenetrables. Pero nunca presenció el uso de esta, distrayéndolo de sus pensamientos por un par de segundos a causa de la impresión que dejó en él. Luego de aquello, Degel regresó a su carruaje, y la marcha continuó, hasta llegar a una fortaleza de mármol y cristal, cuya belleza impoluta asemejaba la blancura de la nieve que caía.

            A las afueras del castillo, esperaba una fila de personas ataviadas de forma elegante, en telas con los colores de la casa Aurore predominando en ellos. Milo marchó silenciosamente al lado de Degel, mientras cada una de las personas de la fila inclinaba sus cabezas al paso de estos. Aquello continuó hasta que ambos entraron. De acuerdo a la tradición de Saadalsud, en un evento de gran importancia, como la bienvenida a un nuevo miembro, en este caso, era el Rey o el Jefe de Estado quien entraba primero al castillo, seguido de los demás integrantes de la casa, de acuerdo al cargo que estos ostentaban, y por último, los demás miembros de la nobleza, sin distinguir la jerarquía de su titulo. Esto, según explicó Mu durante el viaje, simbolizaba la relevancia de la función del Jefe de Estado o el Rey para guiar a su pueblo. De la misma forma los nobles debían defender los principios de protección a los súbditos. También le comentó sobre la rigidez del castigo que se le daba a los nobles que llegasen a maltratar a algún súbdito, fuese noble o plebeyo. Eran juzgados de manera más estricta y de acuerdo a la gravedad de sus acciones el castigo podía ir desde el arrebato de su título, e incluso la muerte. Milo se sorprendió de aquello, preguntándose como la casa Aurore no había sufrido una revuelta por parte de los nobles. En Antaria, seguramente habría una sublevación si su padre se le ocurría aplicar leyes similares.

            Muchas cosas empezaban a intrigarlo, pero cada vez que lo notaba, entraba en negación. Planeaba de alguna manera quebrantar esas reglas del destino, e interesarse por la gente de Saadalsud era lo menos que podía hacer en ese momento.

En la parte más alta del salón se encontraban dos tronos, uno de ellos reservado para el venido de Antaria, el otro parecía ser para el heredero de Saadalsud, según las propias conclusiones de Milo. Degel se acercó a Milo, señalando con un ademan el asiento con brocados de oro blanco. Milo no quiso aceptar, pero las horas de viaje y el poco sueño conciliado le pedían a su cuerpo reposo. Krest se ubicó a su lado sin tomar asiento

–En breve daremos inicio a la ceremonia de compromiso. Al ser usted el consorte de Aurore, los altos mandatarios y representantes venidos de otros reinos se presentaran, por lo que usted debe guardar la compostura y mantener la discreción en sus palabras, al igual que su modo de dirigirse a ellos –Más que una sugerencia, era una advertencia clemente de parte del mayor, quien ya conocía la acidez en las palabras del recién llegado, quien solo hizo un mohín de fastidio –Su majestad, el Príncipe de Aurore no hará acto de presencia esta noche, por motivos de fuerza mayor, por lo que cuento con usted para representarlos a ambos en esta ocasión –Quiso agregar un “más le vale no arruinarlo o me haré cargo de usted”, pero en sus palabras, Krest esperaba se diera a entender su intención

            Milo comenzaba a encontrar extraña la ausencia de aquel a quien le habían prometido en matrimonio, pero parte de él sentía algo de alivio, pues no encontraba las energías suficientes para enfrentarse a alguien a quien no conocía ni le interesaba conocer. Pero si algo podía admitir era que los alimentos que los sirvientes traían para el tenían un agradable sabor y eran bien recibidos por su estómago vacío, al igual que el vino, aunque este no fuese tan fuerte como las bebidas de Antaria, lo cual le dio el ánimo necesario para conducirse de la mejor manera en que un orgulloso hijo de un rey, podría hacerlo.

            Un ademan de la mano de Degel fue más que suficiente para acallar el ruido de los invitados y de la música que amenizaba el ambiente. Enseguida, estos se convirtieron en espectadores del momento en que el mayor se incorporaba, mirando de forma autoritaria a Milo, quien hizo un esfuerzo por no dejarse intimidar por aquellos violetas que mostraban la frialdad adquirida con la alta responsabilidad de un Jefe de Estado.

–En este momento se da inicio a la ceremonia de compromiso en matrimonio bajo la bendicion del Alto Destino, entre los herederos de los reinos de Antaria y Saadalsud –Las palabras de un hombre elegantemente ataviado en el centro de la escena resonaron en el salón, haciendo aplaudir a los presentes. Esas mismas palabras fueron golpes en la realidad de Milo, quien dejaba su negación a un lado, para incorporarse y ubicar su posición al lado de Degel. Sus celestes comenzaron a ver en todas direcciones, notando pequeñas almohadillas con joyas, al igual que un cofre bañado en oro, grabado con el escudo de Aurore.

–A partir de ahora Milo, heredero de Antaria, formara parte de la casa de Aurore, estrechando lazos a través del velo del matrimonio. En nombre del Príncipe Camus de Aurore, se solicita el compromiso y la unión de lazos con el fin del matrimonio –Degel se mantenía firme al pronunciar aquellas palabras, sin separar su mirada de los celestes de Milo. Por otro lado, el Príncipe de Antaria asintió levemente, disimulando de mala gana.

–La solicitud es aceptada –Fue lo mejor que Milo pudo responder, dejando en claro aquello que no iba a atreverse de decir, pues no tenía intenciones de doblegar su orgullo más de lo que ya había sido por aquellos petulantes de ropas blancas y costumbres absurdas. Buscó en el rostro de Degel un atisbo de alivio ante la idea de que el venido de Antaria no hiciera una escena, pero aun no terminaba –Porque nada es más satisfactorio que la idea de formar parte de una Casa de rígidas costumbres y limitadas relaciones con el mundo externo. Por esa razón agradezco a todos aquellos que han venido desde tan lejos para congraciarse conmigo, a fin de mediar a su favor con mi futuro consorte –No sabía si el alcohol le había dado el coraje para soltar aquellas palabras, pero los rostros de aquellos nobles y reyes, al igual que las damas que ilusionadas, veían la ceremonia previa a la boda como si de un cuento de hadas se tratase, al igual que la expresión de sorpresa de Degel, la cual fue pronto sustituida por una dura expresión le causaron una gran satisfacción. Su sarcasmo y la forma en que podía usarlo a su favor era algo que no arrebatarían al Principe de Antaria

–Reciba por favor el presente que sellará el compromiso matrimonial –Dicho aquello, dos sirvientes atrajeron al centro el cofre de mediano tamaño, el cual fue abierto por uno de ellos, mostrando lo que parecía ser una gema de forma oval y gran tamaño, con diversos colores, como si se tratara de un arcoíris atrapado en el cristal. Milo nunca había visto algo semejante, mas no se sintió impresionado, pese a las exclamaciones de las personas presentes.

-¿Una piedra preciosa? Bastante tradicional, considerando las tradiciones inusuales que personalmente experimenté, algo que aceptaré sin otra opción –Milo pudo decir más, pero tan solo deseaba salir de ese momento. No era ajeno a la atención que recibía, pero no deseaba que se le viera como el “consorte” de un rey. La simple idea le causaba malestar y la sensación de nauseas regresaba a él nuevamente. Sintió alivio cuando Degel asintió resignado y la ceremonia prosiguió con unas palabras del pontífice que representaba a la legión del AltoDestino en Saadalsud. Experimentó de primera mano la sensación de la ansiedad por primera vez en sus 20 años de edad, cuando los invitados se acercaban a su trono, rindiéndole respetos y saludándolo. Milo quiso salir corriendo, y golpear al anciano Archiduque de la Torre de Blanco Marfil, cuyo mal aliento le provocó un asco mayor, pese a lo amable y diplomático del señor. Afortunadamente, todo terminó con él y el príncipe de Antaria encontró en un antifaz bellamente decorado sobre su rostro y en las excusas de retirarse al lavabo, la excusa perfecta para colarse entre la multitud que admiraba la danza de los copos de nieve, una propia de Saadalsud y cuyos bailarines rememoraban la llegada del prolongado invierno de 9 meses que acostumbraba a aquejar al país.

            Milo se aisló hasta llegar a los amplios pasillos del castillo, los cuales estaban en abandono ante el festejo de compromiso. Admiró el reflejo del mármol blanquecino y brillante, contrastante con las paredes azules e índigo. Observó con atención el cristal que acompañaba a las lámparas y candelabros, las cuales a simple vista emulaban cristales de hielo, que protegían la luz de las velas. Milo mantuvo sentimientos encontrados ante la belleza y el enigma que pequeñeces como aquellas aguardaban en los rincones de su nuevo hogar. Sus pies lo llevaron hasta unas escaleras que lo guiaron hasta una especie de salida, que llevaba a una pequeña cúpula, lo que parecía ser un pequeño observatorio. Una vez allí, se encontró con libros, manuales y diversos telescopios que llamaron aún más su atención, preguntándose qué estrellas podrían verse desde ese lugar. Mientras revisaba todo superficialmente, encontró un libro le atrajo, uno que hablaba sobre la estrella guía de Antaria. Era aquel uno de sus deseos, ver aquella estrella roja fulgurante en el cielo oscuro. Respiró profundamente antes de caer en cuenta que la realidad podría tratarse de otra, y que ahora debía atenerse a la voluntad del AltoDestino sin chistar. Con esa idea se dejó caer sobre una silla, agotado, mientras sus ojos caían pesados, conteniendo el ardor de la frustración sobre ellos, sobre los deseos de aventuras y victoria sobre los enemigos de Antaria

–Regresaré, y si no, promete que te convertirás en la mejor guerrera e iras a mi rescate –Milo estiró su brazo para darle la mano a su hermana, quien parecía más calmada ante la idea de la inminente partida de este

–No podré si no me enseñas a usar el arco- El puchero de la princesa causó gracia en Milo

–Entonces, que Calvera te enseñe –Su sonrisa se hizo amplia, tras guardar en su memoria el recuerdo de la pequeña, a la que esperaba volver a ver

Una melodía desde lo lejos llegó a sus oídos, haciéndole regresar del sueño en el que se había sumido. No era nítida, pero identificó a una flauta como el origen de aquella música, encontrándola deliciosa a sus sentidos, calmante a las emociones fuertes que el compromiso y el alcohol despertaron en él. Sin moverse, cerró sus ojos para dejarse llevar por aquel sonido. Pronto, la calidez le envolvió y dejó bienestar en él, como si la canción le dijese sin palabra alguna que todo estaría bien, que no tenía nada que temer.

–El tiempo, es perfecto –Sin saber por qué, Milo pronunció esas palabras al abrir los ojos, incorporándose, decidido a buscar el origen de la música. Al salir del observatorio, encontró una pequeña montaña a la que podría llegar con facilidad. Su intuición y su oído le llevaron hacia allá, para encontrar un punto blancuzco de telas, desde el cual se asomaban largos y lacios mechones de tono oscuro. Sus piernas le llevaron tan rápido como pudieron, pero eran muchas las piedras y obstáculos que debía pasar con cuidado, mas no iba a rendirse hasta encontrar la magia detrás de aquella mesmerizante canción

–Aguarda allí –Gritó Milo tras batallar con el último obstáculo, un peñasco del cual estuvo a punto de caer, haciéndolo maldecir las finas zapatillas que el mismo había escogido. Pero al llegar, no encontró a nadie, por más que buscó con su mirada. Se distrajo al bajar al punto en el que no había reparado en el momento en que el perfil de aquella persona al igual que la melodía, habían desaparecido.

            Derrotado, Milo dejó que el frio viento se filtrara en sus cabellos, preguntándose si se llegaría a encontrar a aquella persona nuevamente.

            

Notas finales:

Nuevamente, gracias por sus reviews llenos de dulzura. 

Tambien quisiera aclarar un par de cosas, que espero no causen molestias o creen drama innecesario, pero creo que es bueno aclarar:

  1. Hace 3 años, abrí por primera vez una cuenta en esta pagina, pero me desencantó al sentirme desilusionada por una tontería que no cabe mencionar, y de hecho estaba renuente a hacerme una cuenta de nuevo aquí, pese a la insistencia de dos amigas. Hasta que hace menos de una semana lo hice, me arriesgué y abrí una nueva cuenta, esperando no desencantarme. Y creanme que las bonitas palabras que he recibido por este trabajo que comenzó siendo un hilo de rol en tumblr con una amiga hace dos años y que se decidió llevar a historia, dan confianza y hacen sentir un agrado que se convierte en ilusion, y que algo como dos reviews malintencionados de una persona que llamaré "miserable" en el que me indican que desista de mi fic y que es un plagio, no van a hacer que me rinda con un proyecto con el que llevo dos años
  2. Existen miles de temas para los cuales se pueden hacer historias, y existen miles de "highschool Au" "Coffee Shop Au" "Harry Potter Au" "Vampires Au" entre otros que difieren unos de otros, y existe gente que se cansa de leer esa tematica. Es criterio de ellos. Pero lo que no tiene justificación es la mala acción de algunos de criticar con fines ofensivos a quienes escriben de algo que no les agrada. Es un comportamiento malsano y demas decir masoquista que desagrada, por lo cual si un review malintencionado me llega de nuevo lo eliminaré, y a cambio subiré mas contenido, para dolor de estomago de malintencionados :)

Dicho eso, ahora lo que sigue:

1. Me inspiro por diversos elementos. La idea de Camus tocando la flauta es gracias a los bellos fanarts con los que he tenido la suerte de encontrarme en pixiv.

2. Lo que me lleva a que sí: El origen de la melodía es Camus

3. La melodía en particular que escuché al momento de escribir los ultimos parrafos fue esta: www.youtube.com/watch?v=rVULgBs46tc

4. Probablemente estén a la expectativa de saber "Camus cuando aparece" pero el tendrá su aparición en el 3er capitulo

5. Agradecimientos especiales a mi linda Yuuly por ayudarme a desarrollar lo que sigue, al igual que Claudia quien también me ha ayudado a editar cosas para hacer llegar esta historia y ayudarme tambien soportar el par de reviews negativos recibidos en esta pagina, y a mi Senpai por ser un ángel y llegar en los momentos adecuados

Para mayor duda o algo que deseen saber del fic, pueden hacérmelo saber ya sea por review o mensaje privado

Feliz lunes 


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