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Hadas negras por 1827kratSN

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En esa noche tan nefasta, la casa de dividió en dos equipos: rubios y azabaches. Los primeros acunados en la cocina, en pánico, porque la mano de Deidara no dejaba de sangrar por más limpieza que le hicieran y eso que quitaron los vidrios visibles a pesar de las quejas del rubio, pero aun así el chofer ya los llamaba para ir al hospital. Los azabaches, peleando en la otra habitación porque Itachi tenía mucho que explicar y más si lo que se decía sobre sus intereses amorosos eran verdad. Esa noche ningún equipo entabló contacto con el otro y eso fue lo mejor

 

 

—Oto-chan, ¿estás bien? — Deidara veía su mano vendada y respiraba tranquilo. Había dolido demasiado, mucho más al sentir como verificaban que no quedaran vidrios en su mano antes de que la estúpida enfermera se apurase con la anestesia. Se llevó varios puntos, pero ya estaba bien — No fue nada. Mira, ya está suturada — ante el silencio de su progenitor prefirió centrarse en amenizar el ambiente

—Deidara… yo… — suspiró pesadamente — Esto, ¿desde cuándo pasa? — sollozaba todavía. Al llegar al hospital no pudo más que echarse a llorar porque se sentía malditamente culpable al ver la sangre de su hijo derramarse

—Estaba ebrio — dijo negando y abrazándose al rubio mayor — oto-chan deja de llorar. No fue tan grave

—Mi niño — hipaba porque todo en esas horas habían ido de mal en peor y lo único que quería era desahogarse. La traición de ambos Uchiha dolía — mi pequeño niño… ¿en esto derivó la sobreprotección de Itachi?

—Te dije. Itachi estaba ebrio, se le cruzaron los cables — excusó pues estaba consciente de que no debía agravar más las cosas

—No está nada bien... — limpió su rostro con una de sus mangas — ¿Y si no llego a tiempo? — aceptó un pañuelo cedido por Deidara e intentó sonreír, pero sólo pudo formar una mueca extraña

—Oto-san lo hubiese hecho… llegó detrás de ti después de todo — razonó con rapidez

—No… — rió indignado después de limpiar su nariz — si yo no llegaba… eso hubiese… — negó, no quería ni imaginarlo — Deidara lamento no haber visto esto antes

—Oto-chan — suspiró pues no pensó que las cosas tomaran ese nivel tan alarmante. No le gustaba ver a su padre llorar — déjalo… no importa

—¿Desde cuándo? Y no me mientas — amenazó Minato

—No lo sé — desvió su mirada y se rascó la mejilla. Sabía que su padre quería respuestas, pero, ¿era correcto responder con honestidad?

—¿Un año? ¿Dos? Sabes que no me puedes mentir, Deidara — lo miró con seriedad

—No sé… Sólo sé que siempre sentí a Itachi un poco raro — Escuchar a su padre sollozar ya fue demasiado, no quería decir nada más que lo hiriese — oto-chan

—No digas más… — de pronto el miedo lo invadió — Sólo déjame abrazarte porque no pienso volver a soltarte

—Guarda espacio para Naru — rió mientras se acomodaba en el pecho de Minato. Sentía algo raro en su padre, así que sólo lo dejó desahogarse mientras él le acariciaba la espalda

 

 

Minato lloró toda esa noche pues el dolor que sentía era demasiado. No regresaron a casa, a esa mansión ahora ajena. El rubio se quedó en una clínica con Deidara entre sus brazos, acomodado en esos incómodos sofás, acunando a su primogénito hasta que éste se durmió. Recordaba todo lo pasado, no pudo más que mirar a su hijo mayor y pensar a su otro pequeño. Maldijo entre dientes, planeaba acciones y al final estaba todo dicho: había sido ciego. Seguramente Itachi ya le había hecho eso a Deidara con anterioridad y no podía volver a repetirse, Deidara podría callar, pero eso no quitaba el daño hecho. Después estaba Naruto, ¿y si algo le hacían a su pequeño también? No lo soportaría. El más cercano a su niño era Sasuke y a pesar de que confiaba en él, era un riesgo muy grande a considerar. Al final estaba Fugaku… quien tal vez estaba ya acostumbrado a salir por allí con sus socios y… ¡Todo estaba mal! Entonces… debía alejarse de ellos. No había otra forma

 

 

Mañana…

 

 

No fue grato regresar. Inicialmente ni siquiera quiso hacerlo. Dolía

Minato escuchó de su hijo la explicación sincera para que llegara a ese punto con Itachi la noche anterior: «Quería sacarlo a la luz, pero sólo fue esa vez. Lo juro», pero Minato no dio marcha atrás en ese asunto. Lo dicho se iba a cumplir y era por eso que apenas ingresaron a casa enmudeció, no tenía por qué dar explicaciones sobre sus actos

Pasó de largo hasta que se halló en un pasillo solitario. Con rapidez le ordenó a su hijo mayor recoger su ropa y cosas importantes mientras él recogía las de Naruto, después se reencontrarían para empacar sus pertenencias. Deidara no protestó pues presentía que algo estaba oculto detrás de las lágrimas de su padre, algo más grave que el simple hecho de encontrar a Itachi encima de él. Sin embargo, los azabaches no estaban de acuerdo con ser ignorados

 

 

—Es mejor que te alejes, Itachi — advirtió Deidara cuando sintió a alguien en la puerta de su habitación

—¿Qué haces?

—Recoger mis cosas, obviamente

—¡No! — dio un paso para acercarse — Espera — rogó

—Aléjate o te meterás en problemas — amenazó y aun así Itachi tiró de él para impedir que siguiera recogiendo sus cosas — Itachi no seas niño, déjame recoger mis pertenencias — habló con seriedad

—¿Sólo por lo de ayer? — lanzó un bufido — Yo estaba ebrio. Sé que me pasé, pero…

—Oye — Deidara suspiró — me vale una mierda lo que digas, ¡ahora quítate! — empujó al mayor — Necesito recoger mis cosas

—NO… No te irás

—Tú no decides eso, ni-chan — se burló mientras salía del cuarto y con prisa corría al cuarto de Naruto en busca de su padre rubio. Era mejor no dar motivos para peleas — oto-chan, lo siento, pero primero te ayudo a ti — sonrió al entrar y empezó a guardar la ropa de Naru

—¡No pueden irse! — Itachi llegó poco después, agitado, nervioso, desesperado

—Itachi sal, ahora… No quiero verte — la voz de Minato era tan fría que Itachi sintió una punzada en su pecho

—Si fue por lo de ayer, de verdad lo siento… yo… yo bebí y no estaba pensando, pero de verdad nunca le haría nada malo a Deidi

—¡Fuera ahora! — con rapidez se acercó al azabache y lo empujó fuera de la habitación. Cerró la puerta con tanta fuerza que el sonido resonó por todo el segundo piso. No quería interrupciones

—Sabes que vendrá oto-san, ¿no? — Deidara miró a su padre y éste sólo le hizo una seña para que siguiese ayudando

 

 

Itachi golpeó la puerta un par de veces pues estaba desesperado, se disculpaba reiteradamente mientras giraba el pomo, aunque sabía que estaría asegurado. Desde que pasó aquel susto la noche anterior en donde vio la sangre en la mano de Deidara, el alcohol se le fue del cuerpo, además la pelea con su padre después de aquello le generó el último incentivo para aclarar su mente. Aún le dolía la mejilla y el orgullo.

Las frustraciones que ambos Uchiha tenían se desquitaron esa noche mediante golpes entre dos adultos frustrados, los cuales se gritaron las verdades y terminaron entendiéndose entre sí. El uno sintiéndose un asco por lo que hizo sólo para quitarse frustraciones y el otro cegado por la desesperación de perder lo que más amaba. Dos Uchihas que no podían detener su dolor, pero que no sabían cómo rendirse. Itachi corrió al cuarto de su padre para avisarle sobre quienes estaba ahí, lo que estaban haciendo, y suplicar ayuda para poder planear algo que arreglase las cosas

 

 

—Vamos por tus cosas — suspiraba Minato mientras se levantaba con apuro y salía junto a su hijo mayor al que le palmeaba la espalda

—Señor… ¿se va a algún lugar? — investigó una de las sirvientas que pasó por allí para ayudar en el aseo, como era costumbre

—Lleva las maletas a mi auto… Me lo llevaré unos días, después lo devolveré — ordenó con seriedad y sin siquiera mirar a la muchacha

—Pero…

—Hazlo sin protestas, por favor — sonrió con melancolía y aquella jovencita le hizo caso de inmediato

—Oto-chan — susurró Deidara jalando a su padre hasta su cuarto — entremos, él… él ya vendrá y será mejor si no peleamos

—Es verdad

 

 

La mirada de Minato estaba perdida, vacía, sin brillo, y Deidara sólo trataba de hacer todo a la perfección porque su padre parecía querer quebrarse de un momento a otro. Deidara hizo lo posible por hacer reaccionar a su padre, lo abrazó, besó, y con apuro empezó a guardar sus cosas mientras soltaba alguna frase infantil, pero el mayor parecía simplemente alejado o, mejor dicho, resignado. Minato actuaba como un robot, cumpliendo tareas sin siquiera hablar, y eso estaba asustando al menor de los rubios. Lo peor es que estaban esperando la llegada de Naruto. Su padre temblaba, Deidara sentía algo raro en ese accionar y seguramente Fugaku fue el culpable. ¡Cuando pudiese mandaría al demonio a ese Uchiha tras exigir una explicación!

 

 

—Minato — fue un susurro y en respuesta, el mencionado apretó la ropa que sujetaba — Minato escucha… No hagas…

—No quiero hablar, Fugaku — dictó mientras colocaba las ropas de su hijo en la maleta — Vete

—Minato por favor, escúchame

—No — harto de doblar, tomó toda la ropa restante y la metió como pudo para proceder a cerrar la maleta

—Oto-chan, ya está… — Deidara sonrió forzadamente, estaba intentando calmar a su papi —sólo falta tu ropa… oto-chan

—Vamos — dijo suspirando mientras se levantaba y tomaba la mano de su hijo

—No te puedes ir — la voz de Fugaku no era tan autoritaria como era común

—Quítate de una maldita vez — lo dijo con tanta rabia que Fugaku abrió sus ojos — ¡Ahora! — Minato lo empujó para poder salir y protegió a su hijo para que Itachi no lo tocase

—Espera… No se pueden ir… — Itachi reaccionó con rapidez interponiéndose en el andar de los rubios — ¡Yo! Ayer cometí un error y…

—NO DIGAS NADA — Minato no era de las personas que gritaban y por eso todos se espantaron — ahora cállate, Itachi, porque… porque… — apretó los labios

—Vamos, oto-chan — Deidara lo abrazó por la espalda y empujó — ¡Vamos! — intentó sonar emocionado, pero la realidad era otra. Estaba asustándose porque su padre no actuaba con normalidad

—Minato — insistió Fugaku

—YA ESCUCHARON, ¡OTO-CHAN QUIERE SILENCIO! — exigió Deidara — Ya basta porque… porque no queremos escucharlos. A ninguno — dijo mientras retrocedía y soltaba su equipaje — por favor… ¡que alguien lleve esta maleta! — llamó la atención de las sirvientas que curioseaban por allí

 

 

Fugaku no hizo caso a la orden dada por aquel grito, siguió al par de rubios sin saber que allí conocería la verdadera furia de Minato.

El rubio quería estar solo en su cuarto para recoger las cosas con calma. Deidara se apuraba a sacar la maleta del armario, jalaba la mayoría de ropa que podía y la metía con desespero porque sentía la furia de su progenitor salir de a poco, lo notaba en los puños apretados del mismo. Lo peor era que Fugaku lo dijo… pronunció lo que menos debería decir en ese instante

 

 

—Yo te amo… así que por favor

—Fugaku — su voz dulce, una sonrisa falsa, y un golpe que Fugaku no esquivó. El puño de Minato no era usado con frecuencia porque no gustaba de la violencia, pero eso no significaba que fuera débil. Los nudillos enrojecieron tras golpear la mejilla de Fugaku quien trastabilló y cayó de sentón — NO ME DIGAS NADA MÁS, ¡MALDITO IDIOTA!

—Oto-san — jadeó Itachi quien persiguió al mayor y vio todo en primera fila

—¡LARGO DE UNA MALDITA VEZ! — el rubio cerró la puerta con la fuerza que guardaba por la ira. Soltó el aire y se apoyó en la pared más cercana — Maldición

—Vaya…

—Lamento que vieras eso, Deidi

—Ya sé de dónde saqué el mal carácter — Deidara sólo sonrió unos segundos antes de seguir recogiendo las cosas

—No… — curveó sus labios en una sonrisa divertida — tú heredaste eso de Kushina

—Oto-chan, sé que algo pasó entre ustedes, pero no importa… — Deidara miró a su padre sorprendido, pero le sonrió con dulzura — Debes saber que sin importar lo que pase… yo te apoyo, oto-chan

—Sólo quiero salir de aquí — se aguantó de nuevo cada emoción negativa que tenía y sonrió antes de acercarse a su hijo —. No esfuerces esa mano

—¿Sabes lo que pensé, oto-chan?… — ya tendrían tiempo de hablar con más calma y detalle, así que en ese momento podría revelar algo más grato — Estudiaré artes y ésta mano será mi primera obra

—¿Qué dices? — rió sutilmente

—Me la tatuaré… aún no sé qué figura plasmaré, pero lo haré

—No digas tonterías — negó con un ligero movimiento de su cabeza

—Le diré a Naru, entre los dos hallaremos algo — centrar la mente de su padre en otra cosa era lo mejor, y al parecer funcionaba porque al menos vio una sonrisa en Minato — después de todo, debo ocultar la cicatriz — sacó su lengua en un gesto infantil y recibió una caricia en su mejilla como respuesta

 

 

Minato no dijo nada más mientras terminaban con la labor. Recogía sus documentos importantes, verificaba llevarse algunas fotografías, suspiraba mientras se quitaba el anillo que por años adornó su mano en el dedo correspondiente para representar el lazo de matrimonio y lo dejaba en la mesa de noche en esa habitación. Deidara no quiso decir nada, respetaba el silencio, seguramente cuando todo estuviera un poquito mejor su padre le explicaría lo que sucedía. Todo fue rápido, aunque algo incómodo

Salieron y en seguida se vieron rodeados de pedidos para que se quedaran, pero como antes, estos fueron simplemente ignorados. Minato no soltaba la mano sana de su hijo mientras arrastraban la maleta por las escaleras. Fugaku varias veces intentó detener al rubio, pero éste sólo con una mirada dolida detenía eso, lo empujaba y seguía… Deidara ni siquiera quiso sacarle la lengua a Itachi, ni reírse… sólo quería que todo eso terminara. No era idiota, sabía que lo que pasó con Itachi sólo fue la gota faltante para que el vaso de paciencia de su padre se desbordaba

 

 

—¡Estoy en casa! — Sasuke vio a las sirvientas corriendo por la entrada, la sala, los jardines, y se le hizo extraño. A más de eso se topó con que un chofer que ya sacaba una maleta y corría a un auto estacionado en la entrada de la mansión — ¿alguien puede decirme qué pasa?

—Nos iremos de viaje-ttebayo — junto a él, un rubio saltaba emocionado mientras, sin esperar nada, ingresaba apurado

—No corras, Naru, es demasiado temprano para que armes alboroto — Sasuke se había quedado a dormir con un amigo, pero de regreso a casa decidió ir por un rubiecito que seguramente estaba lleno de energías

—¡Pero me gustan los viajes! ¡Quiero saber a dónde vamos!

—Tenemos que ir a saludar primero — suspiró cuando logró sostener a Naruto de la mano para que dejase de saltar — ¿oto-chan? ¿Deidi? — mencionó cuando vio a ese par bajar — Estamos en casa

—Buenos días. ¡Estoy en casa! — Naruto ignoró el semblante pesado de esos dos y saltó a los brazos del rubio mayor, quien con una sonrisa forzada lo recibió — me la pasé súper con Kiba y Shino… — mas, notó las mejillas rojizas de su papi — Oto-chan… ¿estás bien?

—Naru, debes escucharme un momento — sonrió mientras miraba a Deidi y éste sonreía antes de tomar las cosas que Naruto se llevó para la pijamada y cargarlas al hombro

—Dime, ¿a dónde vamos de viaje? — su emoción menguó, pero no se quitó

—No lo sé — Minato sonrió divertido mientras caminaba con su hijo menor en brazos — sólo… tomaremos vacaciones indefinidas

—Minato no te lo puedes llevar — la voz de Fugaku resonó a pocos pasos

—¡Oto-san! — Naruto sonrió, pero cuando su rubio padre lo abrazó e impidió separarse de él, se extrañó — ¿Qué pasa?

—También quiero saber — Sasuke miraba a todos alterados y tenía un mal presentimiento — ¿Por qué esas maletas en el auto? ¿Por qué Itachi tiene un moretón en la mejilla?... y, ¿por qué ustedes…? ¿Qué pasa?

—Sasuke, no dejes que salga — ordenó Fugaku quien se acercaba con apuro — no te irás y menos con Naruto

—Por tu bien… mejor no dices nada y esperas al abogado — amenazó Minato cuando se giró para enfrentar a Fugaku —. Al menos ten la decencia de no dañar esta despedida

—¿Despedida? — fue la expresión de Sasuke y Naruto

—Yo lo llevo — Deidara entonces tomó a Naruto en brazos y miró a Fugaku — Naru… despídete de ellos

—Pero, ¿Por qué-ttebayo?

—Después te explico, pero por ahora obedeceremos a Oto-chan — sonrió al revolver los cabellos de su hermanito

—Pero… — su expresión se opacó

—Naru por favor — le susurró Deidara antes de empezar a salir de esa casa

—Adiós — dijo con duda, despidiéndose con su mano y mirando a Sasuke como para que le explicara eso

—Oye, nos vemos — antes de salir, Deidara golpeó el brazo de Sasuke — tú sí me caías bien, muchacho — bromeó

—Cuídense — Sasuke ya empezó a entender las cosas, así que sonrió levemente para que Naru dejase de preguntar cosas innecesarias y se calmara un poco — Nos veremos pronto

 

 

Sasuke vio a Naruto empezar a alterarse, a preguntar detalles mientras Deidara se apuraba a subir al auto y con ayuda del chofer acomodaba al pequeño rubio y a él mismo. Se quedó sereno pues ya se le vino a la mente algo, sólo bastaba girar como para certificarlo. Sus dos padres empezaban una discusión silente en donde el uno trataba de sujetar al otro, pero el rubio lo impedía mientras, con furia, le decía algunas cosas que ya le dieron la idea de lo que pasó exactamente. Maldijo entre dientes cuando Itachi quiso salir detrás de Deidara, pero él lo impidió. El reclamo se dio de inmediato y Sasuke no quiso saber nada, sólo apoyaba al más afectado de esa historia. ¡Se los advirtió y ese par no quiso hacerle caso!

 

 

—Te dije que dejaras de ser estúpido y cuidaras que oto-san hiciera las cosas correctamente — empujó a Itachi y cerró la puerta de entrada

—A un lado Sasuke — su mirada enfadada no afectaba al menor — porque Deidara no se irá. Lo voy a impedir

—Déjalos — empujó a su hermano mayor con más fuerza — porque supongo que tú también hiciste algo, tu apariencia me lo dice

—¡Quítate!

—¡No lo haré!

 

 

Pero de su pelea nada quedó cuando escucharon algo romperse. Un jarrón había sido estampado en la pared cercana y vieron a Minato respirar agitado dando señales de que él fue quien lanzó aquello. Fugaku a pesar de eso se mantenía firme, desesperado, porque el otro detuviera todo eso, pero era claro que nada iba a cambiar. El rubio no iba a entender, no quería hacerlo

 

 

—Minato reacciona. Tenemos una familia ya formada

—¡Ja! — se burló con una sonrisa forzada — familia a la que yo amé con todo y que en un solo día me reveló la más grande mentira

—Minato nada de esto es mentira — Fugaku seguía insistiendo en querer sujetar el brazo del rubio y éste se alejaba más — Hemos criado a todos nuestros hijos por años, juntos, sin problemas

—Me prometiste que eso no volvería a pasar — Minato se cruzó de brazos y miró a Fugaku con resentimiento, a quien la culpa lo estaba asfixiando — ¿Cuántas veces más lo repetiste?

—Yo no…

—Yo quise creer que fue un error de un par de veces — se acomodó el cabello y sonrió — qué ciego estaba… así que…

—Minato, no es lo que estás pensando — pero ni siquiera sus palabras tenían la fuerza suficiente como para excusarse

—Ya tuve suficiente, Fugaku — lo miraba con rabia —. No protestes, firma todo lo que mi abogado te dé. No me llevaré nada de ti, no lo necesito, pero mis dos hijos me los quedo yo — sentenció sabiendo que Fugaku elegiría bien  

—No te lleves a Naruto — rogó con el pecho adolorido

—Es mi hijo — y antes de que el otro protestara, completó —. No merece un ejemplo como el tuyo

—Estás forzando esto porque…

—Fugaku ten decencia, en serio — frunció su ceño mientras respiraba hondo para controlarse y ya no seguir arrojando cosas — sabes que llevas las de perder… Si saco al aire todo, y me refiero a TODO, eso incluye lo de ayer — le apuntó con el dedo índice pues Fugaku sabía que él guardó ciertas evidencias de las infidelidades de las que se enteró — te hundirás, y por lo que veo las apariencias son todo lo que te importa

—No es así — corrigió — lo que me importa eres tú, son mis hijos y…

—Qué amargo es escucharte — suspiró mientras se encaminaba a la salida —. Sino lo haces por las buenas… créeme que tengo suficiente evidencia para destruirte y créeme que lo haré, así me destroce a mí mismo en el proceso

—Minato, yo sé que no serías capaz de eso porque no eres una persona rencorosa. Podemos arreglarlo

—Ya no más — sintió un nudo en su garganta mientras pasaba junto a Itachi — estoy cansado de esto. Yo te amaba Fugaku y te aprovechaste de eso — miró al azabache de cabello largo atado en una coleta y lo abofeteó — y tú… — apretó los labios

—Lo siento — la única forma en que Itachi podía disculparse era con una mirada dolida y un suspiro — por favor… no lo alejes de mí

—Espero que te enmiendes — acarició la mejilla agredida y se aguantó el sollozo —. Te vi crecer, Itachi, te amé como a todos, pero eres un hijo que se descarrió… y que no estoy dispuesto a corregir porque no me pienso quedar — apretó la mejilla del mismo con fuerza  

—Espera, oto-chan

—… — El rubio mayor no lo miró y se acercó a Sasuke, quien esperaba una reprimenda también, pero en vez de eso fue abrazado — Cuida de ellos. No dejes que vuelvan a hacer estupideces

—¿Por qué me confías esa tarea a mí? — Sasuke correspondió al abrazo con tristeza. Adoraba a su rubio padre, incluso más que a Fugaku

—No lo sé — sonrió besándole la mejilla — quiero pensar que tú eres correcto, Sasuke — le acarició la mejilla antes de alejarse

—Adiós, oto-chan — le sonrió con ternura e impidió que Itachi siguiera a Minato. Empujó a su hermano con fuerza para mandarlo contra Fugaku y salió de casa para cerrar la puerta desde fuera e impedirles la salida a esos dos — cuida de Naru — decía sujetando el picaporte para forjar una prisión momentánea

—Eres gentil Sasuke — Minato sonrió al despedirse con la mano

—Vete antes de que esos dos armen escándalo… No sería adecuado para Naru

—Gracias por pensar en él — sonrió una última vez — cuídate, Sasuke

—No olvides contactarme. Quiero visitarlos de vez en cuando

—Si eres sólo tú, no tengo problemas

 

 

Minato agradeció al chofer por la ayuda con las maletas, pero se negó a sus servicios ya que él sería quien condujera. Dentro del auto Naruto seguía con sus preguntas, Deidara las respondía de la mejor manera posible, pero trataba de que su salida de la mansión pareciera sólo un viaje temporal. En el fondo Deidara también quería que así fuera porque no quería ver a su padre solo. Siempre le pareció que Fugaku y Minato se amaban como nadie, no quería que eso acabara o que su familia se dividiera, pero no podía hacer nada porque detrás de ese día horrendo también había problemas que jamás salieron a flote y se quedaron en la habitación de la pareja de esa mansión. Todo parecía haber sido planificado antes, tal vez hilado con tranquilidad y la puntada final salió ese día

Los rubios viajaron fuera de esa ciudad, a una prefectura diferente, una en donde Minato tenía un departamento en renta, uno que sólo le pertenecía a él porque era un recuerdo que englobaba de su vida pasada. El rubio conservaba su hogar anterior, el que usaba antes de la separación de Kushina, lo hizo porque creyó que tal vez Deidara tendría curiosidad a futuro y allí tenía todas las evidencias de una familia que se desmoronó prematuramente. Estaba deshabitada en esa época pues los inquilinos se habían mudado hace un tiempo, así que podían entrar sin problemas, pero tendría que cancelar el nuevo contrato con otras personas. Ya se las arreglaría después

Minato agradecía que Deidara lo ayudara con Naruto pues él no se sentía capaz de nada. Seguramente lloraría al primer intento y quería evitar eso a toda costa. Juntos trataban de sobrellevar el asunto, dando una explicación sencilla para esa separación repentina para que el menor entendiera sin problemas. Para esa época una separación entre familias era normal, pero nunca era fácil de afrontar y por eso tuvieron que enfrentar la tristeza del menor en aquella casa, pero no había otra forma de hacerlo. Además, no se podía ocultar lo que se estaba a punto de hacer pues un hombre de corbata llegó al segundo día, sumado a eso, Naruto y Deidara tuvieron que abandonar los estudios cursados en la antigua ciudad hasta que fueran admitidos en las escuelas cercanas a su nueva casa… Eso fue complicado

Minato tenía pruebas de muchas cosas acerca de la infidelidad de Fugaku pues no sería la primera vez que un asunto así pasaba. Fue idiota al perdonar a su esposo en aquellas ocasiones, pero ésta le dolió más porque se suponía que habían superado cualquier obstáculo y estaban bien forjados. Juramentos que no valieron nada, promesas que se desvanecieron en el viento. Fue horrible hablar de eso con sus abogados

Minato tuvo que enfrentar a Fugaku y los abogados de este, reunió valor y suspiró profundo para no ceder ante emociones vanas. Las noches pasadas ya lloró y desahogó frustraciones, era hora de ser fuerte. Iban a negociar ese día. Minato confesó que las infidelidades que él conoció fueron tres antes de la sucedida en la noche de hace doce días, la cual no quería contar detalladamente, lo hizo porque era su mejor carta a usar para evitarse largos trámites. Los abogados negociaban mientras Fugaku seguía intentando persuadir a Minato, pero éste lo ignoraba olímpicamente, eso al menos hasta que se cansó de escuchar que era amado y soltó una frase final. «Ese día en que te encontré en medio de una orgía aparente, y que se llevaría a cabo tal vez… yo iba a hablar contigo sobre la posibilidad de tener un hijo más, en viajar un tempo y volver a rememorar la época en donde comenzamos a salir… ¿cómo crees que me siento ahora?». Verdades que dolían

Minato tenía todo a su favor, incluso podía dejar a su futuro exesposo en la miseria, pero no exigía más que la custodia total de dos de sus hijos, los de sangre. Fugaku las tenía de perder a pesar de que su dinero le diera posibilidad de tener a los mejores abogados, al final no pudo lograr nada. Una reconciliación no pudo darse, un pacto tampoco y la disolución del matrimonio se dio con lentitud debido a que una de las partes se negaba a aceptar aquello. Minato demostró que un corazón dolido y desquebrajado guarda rencor en niveles inimaginables.

Las cosas sólo terminaron después de largas discusiones y súplicas. Los rubios y los azabaches se distanciaron definitivamente y eso se vio acentuado cuando la oportunidad laboral de Minato se hizo efectiva. Era un nuevo comienzo, y un final apresurado

 

 

Continuará…

 

 

 

 

Notas finales:

Feliz año 2018. Éxito, prosperidad y paz interior

Lamento que el primer capítulo del año sea tan deprimente, pero no me dio tiempo de subirlo en el año anterior.

No tengo excusas, así que me iré lentamente y me esconderé en las sombras…

Muchos besos~


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