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Be the light on my way por Jessica_Dennis_

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Capítulo 2.

 

 

 

—¡Suélteme! — comencé a gritar tratando de zafarme del agarre del tipo.

 

— ¡Cállate! — me aventó haciendo que cayera de rodillas en la sala de estar donde se encontraban otros dos tipos. — Miren él es el hijo de Jae Suk.

 

Mi respiración se hacía más agitada, ellos sonrieron de una manera asquerosa — Jaejoong — voltee hacia la voz que decía mi nombre encontrándome con mi papá, le pedí ayuda con la mirada pero él solo sonrío — Me pagaron para que los deja hacerte lo que quisieran.

 

El alma se me fue del cuerpo cuando escuche eso. Lo siguiente que paso fue que mi ropa empezó a ser retirada de mi cuerpo, me acariciaban todo con sus manos llenas de callosidad haciéndome sentir asco. — ¡Basta! — comencé a llorar y retorcerme, no quería esto ¡no lo quería!

 

Tenía unas enormes ganas de vomitar, quería morder el pene del sujeto, pero me tenían sujeto de la mandíbula. Uno de ellos usaba mi mano para masturbarse mientras que el tercero estaba detrás de mí penetrándome. Dolía.

 

—Ya quítate Kwang, es mi turno — seguía llorando, estaban haciendo turnos para usar mi cuerpo mientras mi papá solo veía desde la cocina. Acaso se estaba ¿masturbando?

 

¡Se estaba masturbando viendo cómo se follaban a su hijo!

 

Quería gritar y quitarme, me sentía pesado. Me tenían tomando de todos lados haciéndome incapaz de moverme. Necesitaba ayuda.

 

 

 

 

 

Una hora.

 

Una maldita y asquerosa hora siendo usado para placer de tipos a los cuales no conocía. Mi boca tenía sabor a semen y mi mano y ano estaban llenos de semen. Tome mi ropa para salir corriendo hacía mi habitación, me dolía todo, pero quería escapar de ahí.

 

Me encerré poniéndole seguro a la puerta, me hice ovillo sobre mi cama escondiendo mi rostro entre mis rodillas y seguí llorando. — Mamá ¿por qué te fuiste? — Abracé más fuerte mis piernas — Te extraño tanto.

 

 

 

A estas alturas creía que Dios se había olvidado de mí.

 

 

 

Arrugué los ojos cuando la luz del sol entro a través de mi ventana, no quería levantarme pero tenía que hacerlo para poder hacer el desayuno. Me senté en la orilla de la cama quitándome el cabello de la cara, me acomodé la ropa y salí de mi habitación para bajar a la cocina y hacer el desayuno.

 

 

 

Puse el plato sobre la mesa esperando a que mi padre llegara y yo pudiera irme a tomar mi desayuno en mi habitación. — Te levantaste  temprano — me encogí cuando se acercó para acariciarme el trasero. Quería alejarlo, pero sabía que si hacía eso recibiría una paliza — ¿Te duele? — tragué saliva cuando metía su mano en mi pantalón, acaricio con sus dedos mi entrada y cerré los ojos.

 

— No — murmuré en voz baja y él saco su mano de mi pantalón.

 

— De acuerdo — gemí de dolor cuando me dio una nalgada — Siéntate, quero que comas aquí — asentí dejando el plato sobre la mesa sentándome en la silla que estaba al lado de él.

 

Me ponía nervioso estar con él, ¿cómo fue que comencé a tener miedo de estar en mi propia casa? Todo lo que hacía o decía tenía que ser con cuidado, si no lo hacía así, tendría la paliza de mi vida.

 

En verdad extrañaba a mamá, ella llenaba de alegría esta pocilga a lo cual ella le llamaba hogar. — Vendrán hoy también Jaejoong — solté mi cubierto dejando que cayera sobre el plato volteando a ver a mi papá asustado.

 

— Papá, no por favor, haré lo que quieras pero qué no regresen —estaba temblando de miedo. Él sonrío y yo tragué saliva esperando a que dijera algo.

 

— Arrodíllate — dijo señalando el suelo, me mordí el labio, estaba a punto de humillarme sólo para evitar una humillación más grande, así que simplemente me arrodille — Ya sabes que hacer Joongie — dijo sacando su pene flácido de sus pantalones poniendo su glande sobre mis labios.

 

Una lágrima corrió por mi mejilla, la seque y abrí la boca tomándolo. Echo la cabeza hacía atrás gimiendo, cerré los ojos cuando comencé a chuparlo, pasaba la lengua por la coronilla metiéndolo hasta la base. Él seguía gimiendo, se levantó sin apartar su pene de mi boca empujándome más hacía él.

Me tomo más fuerte del cabello jalándome más contra él, sabía que estaba a punto de correrse, ¿por qué tenía que estar haciendo esto? Es lo más asqueroso del mundo.

— No me interesa si quieres o no Jaejoong nhg, ellos vendrán — cerré más fuerte los ojos para después sentir como sus testículo se contraían y luego su semen saliendo para caer en mi garganta.

 

 

 

Que alguien me mate.

 

 

 

 

 

 

Junsu se estaba ahogando en sus propias lágrimas cuando termine de contarle lo que me había pasado la noche anterior — ¡Por Dios Jae! — Me abrazo apretándome contra él — ¿Cómo es que pudo hacerlo? — lo abracé sintiéndome tranquilo entre sus brazos.

 

— Jaejoongie, tienes ya que reportarlo. No puedes seguir permitiendo que él haga lo que quiera contigo, ya era malo que te follara, ahora cobra para que te follen. — Yoochun sonaba más que enojado, él tenía razón.

 

— Lo haré chicos, mañana.

 

— ¿¡Mañana!? ¡Jaejoong! — grito Junsu separándome para verme.

 

— Chicos, me voy... les prometo que lo haré mañana — salí corriendo del club cuando vi la hora en mi reloj.

 

Hacía frío, guarde las manos en mis bolsillos jugando con las llaves dentro de ellas. Esta nervioso, sentía un vacío en el estómago por la angustia por lo que pasaría cuando llegara.

 

Deseaba que cuando llegara la casa estuviera sola, así podría esconderme hasta mañana, me paré enfrente de la puerta y respiré fuerte — Aquí vamos — susurre abriendo la puerta en silencio, entre y no había nadie, era agradable el saber que estaba solo.

Camine hacía las escaleras dispuesto irme a mi cuarto lo más rápido posible y poder tirarme a dormir en mi cama, pero al parecer la vida de nuevo me la jugaba al contrario. — Ya llegaste — me congele en el pie de las escaleras cuando vi al tipo moreno de ayer caminando hacia mí.

 

 

 

Comencé a temblar — Por favor, no lo haga —rogué retrocediendo hacía la puerta. Aún no me tocaba cuando yo empecé a llorar — Se lo suplico. Seguí rogando.

 

— Te ves precioso — y con esas palabras se abalanzo sobre mí.

 

 

 

Me removí inquieto llorando, — ¡ME DUELE! ¡DÉJEME! — seguía llorando cuando una bofetada aterrizó en mi mejilla.

 

— Cállate maldita perra, le pagué a tu padre para que me dejara follarte de nuevo. No para escuchar tus quejidos. — no puedo, no más, espero que me maté después de haber terminado conmigo.

 

.

 

.

 

.

 

 Y un rayo de luz atravesó la oscuridad. Y me sentí a salvo.

 

— ¡POLICIA! ¡ABRA LA PUERTA! — el tipo me cubrió la boca con la mano para que no hiciera ruido, me moví y forceje. — ¡ABRAN! — seguí moviéndome, eran mi rescate para salir de esto. Pero deje de escuchar ruido afuera después de unos minutos.

 

Él sonrío y yo solo quería seguir llorando — Ahora cállate, terminaré contigo — mi vista se comenzó a nublar, vi todo obscuro cuando tiraron la puerta.

 

— ¡PONGA LAS MANOS ARRIBA! — fue lo último que termine por escuchar y después perdí la conciencia.

 

 

 

 

 

 

 

— Nhg — me queje cuando el sol volvió a caerme en los ojos.

 

— Háblale al doctor Gummy, el chico está despertando — escuche que dijo una mujer a la cual no podía enfocar bien, cerré los ojos de nuevo para volver a abrirlos. — ¿Cómo te sientes? — era bonita, su cabello corto rubio enmarcaba su rostro.

 

— Estoy bien, ¿dónde estoy? — pregunte inseguro volteando a ver a mi alrededor. Una habitación de hospital.

 

— ¿No recuerdas nada cariño? — Negué con la cabeza — La policía te trajo aquí anoche... — suspire cerrando los ojos dejando caer la cabeza en la almohada.

 

 

 

Veía a la ventana, en un hospital, perfecto. Voltee a ver a la puerta cuando vi entrar al doctor que hace un momento me vino a ver en su placa decía Dr. Shim Changmin. — Jaejoong, vienen a verte — asentí esperando que no fuera mi padre.

 

Pero lo que vi fue totalmente diferente. — Buenas tardes Jaejoong, soy el jefe de brigada Jung Yunho.

 


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