Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Amores Que Pasan El Tiempo por Hibari Ai

[Reviews - 17]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Habían pasado ya tres semanas desde que nuestro pequeño cielo había llegado a Italia. ¡Estas habían sido las mejores que Tsuna había tenido en toda su corta vida!

 

La primera semana se la había pasado con su querido abuelito. ¡Había sido increíble! Su abuelito lo llevaba de paseo por la cuidad, le compraba helados, ¡Incluso le había llevado al parque de diversiones! También le había presentado a sus amigos, aunque al principio no fue así que los había llamado... ¿Cómo era…? ¿Gardenias?... No, así no era ¿Gorrones? Tampoco… ¿Guardianes?... Sí, así era ¡Sus guardianes! Aunque veía que les tenía mucho cariño, así que deben de ser especiales para su abuelito y si eran especiales para su abuelito lo eran para él también.

 

Su abuelito también le había comprado muchas paletas, bolones, chicles, Trululús… etc. Le había dado tantos que el Sr. Brow Nie Jr. (Guardián del Sol; Novena Generación) lo había regañado porque, según él, darle tantos dulces era malo para su salud… No sabía cómo, pero tampoco le importaba preguntar, después de todo cualquiera de los guardianes de su abuelito o él mismo se las arreglaban para darle algunos dulces a escondidas del Sr. Brow Nie Jr.

 

—Tsuna-kun—Llamaba Schnitten Brabanters (Guardián de la Lluvia; Novena Generación) —Aquí— Le dijo mientras le indicaba con su mano que se acercara, cuando lo hizo continuó—Toma—Le pasó una bolsita para luego llevarse un dedo a los labios y susurrar—Es de parte de Ganauche y mía, no le digas a Nie ¿sí? Será nuestro pequeño secreto.

 

Al abrir la bolsita Tsuna se encontró con una gran diversidad de dulces y caramelos de diferentes sabores y colores. Al ver todo eso Tsuna sólo pudo exclamar: — ¡Molte Grazie Signore Schni!

 

La segunda semana se la había pasado con su padre, a pesar de todo el trabajo que tenía, disfrutó estar esos momentos a solas con su hijo, lo había llevado a tantos lugares como su abuelito como Roma, Venecia, Florencia ¡hasta Milán! Fue maravilloso para Tsuna visitar esos lugares, también fue muy agotador, pero aparte de todo eso fue increíble, nunca olvidaría estos momentos junto a su padre.

 

Él y su hijo estaban camino a la mansión, acababan de pasar el día navegando por todo el Gran Canal de Venecia, aún recordaba cómo Tsuna se emocionaba al navegar por primera vez, y el miedo que tuvo de subirse al bote… Eran recuerdos que atesoraría.

 

Iemitsu quería enseñarle todo lo que pudiera a su pequeño antes de que tuviera que sumirse en el trabajo por un tiempo indefinido, porque después de todo dudaba de tener mucho tiempo de descanso de ahora en adelante. Por eso tenía en mente hacer disfrutar a Tsuna todo lo que pudiera.Al notar que había estado un rato inmerso en sus pensamientos se espabiló, no debía de hacer eso, normalmente no lo hacía, después de todo Tsuna siempre le estaba describiendo con suma alegría todo lo que había sentido y experimentado en el día, y ahora que caía en cuenta de ello… ¿Por qué no lo estaba haciendo en este preciso instante? Al voltear un poco su cabeza se dio cuenta del porqué.

 

En el asiento de al lado se encontraba Tsuna, totalmente acurrucado, enroscado en una pequeña bolita y chupándose su dedito, totalmente en los brazos de Morfeo… Esto le sacó una sonrisa de los labios a Iemitsu, era obvio, debía estar cansado, a pesar de haber estado todo el día navegando se habían movido mucho… Levantó los brazos para acomodarlo mejor, pero al final terminó moviéndolo del asiento a sus piernas, al finalizar la acción comenzó a acariciar ese rebelde pelo castaño… Su sonrisa se hizo más grande… Le dio un beso en la sien y susurró: —Descansa, mi pequeño.

 

La tercera semana Iemitsu lo había llevado a la CEDEF, al parecer Tsuna quería saber en qué trabaja su padre ya que casi no lo ve en la Mansión. Cuando llegaron al famoso edificio de la CEDEF fueron recibidos por Orégano la cual no prestó su atención a su jefe, sino a la cosita bonita y medio gordita que estaba al lado de él.

 

—Iemitsu-san—llamó mientras se ponía a la altura de Tsuna—Este niño… no es de usted, ¿verdad?

 

—¿¿¡¡Qué insinúas, Orégano!!??— Gritó ofendido Iemitsu por la pregunta de Orégano—¡¡Por supuesto que es mío!! ¡Es mi adorado Atún! ¡La razón por la que me levanto cada mañana! ¡¡Es mi hijo!!— se indignó Iemitsu al ver cómo Tsuna se encariñaba con Orégano fácilmente y lo dejaban atrás.

 

— ¿Cómo te llamas, pequeño?—preguntó dulcemente— ¿En serio eres hijo de ese hombre?—al parecer Orégano no se creía que Tsuna es hijo de Iemitsu, lo primero que pasó por su mente al verlo fue que Tsuna a lo mejor habitaba en la Mansión o que Iemitsu se lo encontró de camino, pero nunca que fuera su hijo.

 

— ¿Cuántas veces tengo que decirte que SÍ es MI HIJO, Orégano?preguntó Iemitsu alcanzándolos—Es sangre de mi sangre, ¿verdad, Tsuna?

 

—¡¡Me llamo TsunayoshiSawada!!—Dijo emocionado el pequeño—y usted es Orégano, ¿verdad? ¡¡Un gusto!!

 

—Sí, esa soy yo, el gusto es mío, Tsuna-kun

 

«Mi propio hijo me ignora» pensó un desanimado Iemitsu al ver cómo su hijo y su subordinada se iban y lo olvidabanen algún lugar del plantel.

 

Mientras Iemitsu entrabaen su oficina, luego de ser olvidado, Orégano presumía de su hijo a las demás personas que se encontraban allí; todos sonreían, se morían de ternura por semejante criatura, también se preguntaban si de verdad es hijo de Iemitsu (cosa que lo hizo enfurecer), pero después vio cómo su hijo sonreía y traía felicidad a su trabajo, eso era suficiente.

 

Antes de entrar a su oficina escuchó levemente cómo un niño lo llamaba, al principio pensó que había sido su hijo pero después recordó que había otro niño aparte de Tsuna en la CEDEF. Orégano, no hace mucho tiempo había encontrado un niño huérfano, en las calles de Italia muy cerca de los planteles de la CEDEF, al parecer el niño tenía algo de interés en los susodichos planteles, o más bien en “él”, desde hace un tiempo lo ha estado observando, tanto que ansiaba con ser su discípulo, pero al parecer no podía por lo pequeño que era. Todo su mundo cambio cuando Orégano lo encontró tratando de entrar en los planteles.

 

—Niño, ¿qué haces aquí?— Preguntó colocándose a su altura—No deberías estar aquí, es un lugar muy peligroso.

 

El niño, por lo tímido que era, trató de huir, pero Orégano fue más astuta y lo cargo como un saco de papas a punto de ser vendido, y entraron juntos.

 

—Iemitsu-san—Llamó—Me he encontrado con este pequeño allá afuera.

 

Iemitsu, al principio no le prestó la debida importancia, pero luego notó cómo el niño bajaba del hombro de Orégano y se inclinaba ante él.

 

—¡¡Por favor, hágame su discípulo!!— Pidió con tanta intensidad que llamó la atención de todos los que estaban presentes. — ¡Desde hace mucho tiempo he estado observándolo! ¡Por favor, hágame su discípulo!

 

Iemitsu, sorprendido por la fuerte voluntad y persistencia, decidió aceptarlo ya que para él cumplía con sus perspectivas y expectativas. Y así fue como el pequeño niño pudo entrar a la CEDEF y cumplir su preciado sueño.

 

— ¡Maestro!—Gritó desde muy lejos el niño— ¡Qué bueno que ya está aquí! Mire lo que hice: ¡Planché mi propia ropa!

 

— ¡Oooh! ¡Eso es increíble!—Exclamó Iemitsu acariciándole la cabeza—Para la próxima te enseñaré a cocinar, Basil.

 

Tsuna al escuchar por primera vez la voz de un niño después de tanto tiempo no pudo evitar emocionarse, ya que por un mínimo momento pensó que podían ser amigos, sólo por un momento. Orégano al percatarse de esto se dirigió a donde estaba el dueño de la voz, Tsuna antes de que llegaran a su destino saltó de sus brazos y corrió hacia donde estaba el niño. Se paró frente a él, lo tomó por ambas manos y exclamó:

 

—¡¡Un niño como yo!!—Sorprendido por ver un niño después de tanto tiempo. — ¿¡Cómo te llamas!? ¿¡Quieres ser mi amigo!? ¡Eres el primer niño que veo desde que llegué aquí! ¿¡Quieres ser mi amigo!? ¿Sí? ¡Sí! ¿Sí? ¡Sí! ¡¡Di que sí!! ¡¡Por favor!!

 

Basil nunca antes había sentido lo que en estos momentos estaba experimentando, este tipo de emoción, este tipo de calor, este tipo de sentimiento… Los niños con los cuales a veces compartía o se encontraba en las calles no le hacían sentir lo que en estos momentos sentía, todo lo contrario.

 

—Yo… nunca he… tenido un amigo—dijo Basil con voz frágil, a punto de romperse—Siempre terminan lastimándome…

 

Al terminar de pronunciar estas palabras Basil rompió en llanto, por primera vez en su vida alguien le pedía algo como eso, algo tan preciado para él, algo que nunca tuvo, algo con lo que siempre soñó y en estos momentos se cumplía… un amigo.

 

Iemitsu al ver a Basil llorar, también lo imitó, lamentándose de lo dura que es la vida, Orégano no pudo evitar tomar fotos al ver lo conmovedora que era la escena, Tsuna sólo lo abrazó y Basil, sorprendido, correspondió al abrazo también, sintiéndose amado.

 

—¡¡¡Yo seré tu amigo!!!—Respondió soltando a Basil— ¡Por eso ya no tienes que sentirte así! ¡¡Ya me tienes a mí!!

 

—Yo…—dijo dudoso—¡¡¡¡Quiero ser tu amigo!!!!

 

Así fue como los dos pequeños fueron abrazados por un sentimental Iemitsu en llanto, fotografiados por una divertida Orégano y aplaudidos por las demás personas que estaban en el plantel, también en llanto.

 

Todos esos recuerdos hacían sonreír a nuestro pequeño, pero ahora mismo estaba aburrido, su padre lo había dejado esta mañana en la Mansión diciéndole que no podría jugar con el hoy ya que tenía mucho trabajo por hacer. Entonces decidió ir donde su abuelito pero antes de poder siquiera tocar la puerta de su oficina el Sr. Coyote le dijo que su abuelito tenía que hacer mucho papeleo por culpa de que el Sr. Visconti (Guardián de la Nube; Novena Generación) y el Sr. Bouche (Guardián de la Niebla; Novena Generación) habían destruido parte del puerto de la ciudad en una de sus típicas peleas y que tampoco podría salir a jugar con él, eso lo puso un poco triste porque parecía que nadie tenía tiempo para jugar con él.

 

Tsuna, al estar sumido en sus pensamientos, no notó que había salido al jardín, tampoco que se había adentrado en el bosque que estaba continuo a este.

 

Y así, sin darse cuenta, se adentro cada vez más…

 

—En algún lugar de Italia—

 

—Creo que la perdí de vista— Decía el niño mientras se ocultaba en alguna que otra mini-cueva del bosque. —No me puedo quedar aquí por siempre ¡Maldita sea!

 

Todos se preguntarán… ¿Qué está pasando aquí? Pues todo se remonta hace dos horas…

 

—Flashback—

 

Estaba el pequeño niño algo nervioso por su primer recital, tan nervioso que había ido más de veinte veces al baño en 3 horas. Su padre al darse cuenta de esto le pidió a su querida hija mayor que le horneara algunas de esas deliciosas galletas que siempre preparaba. Esta se emocionó ya que nadie NUNCA quería probar sus galletas y ahora que su padre le pidió semejante favor, no iba a negarse, así que con todo su amor le preparó muchas galletas a su querido hermano. Este al ver el dulce gesto de su hermana no dudó en comérselas, lo que no sabía era que, más tarde, se arrepentiría de haberlo hecho.

 

Y así fueron pasando los minutos…

 

—Damas y caballeros, me alegra que hayan podido asistir a este recital, donde pequeños prodigios les estarán encantando con su hermosa música— Decía el hombre de mayor edad— Les prometo que lo que próximamente escucharán los dejará pasmados. Así que, sin más preámbulos… ¡Que se abra el telón!

 

Los diferentes temas, chicos y chicas estaban pasando, dejando a cada uno de los invitados fascinados por las hermosas piezas musicales que estaban escuchando.

 

— ¡Un fuerte aplauso por la gran presentación que nos dio la señorita Di Fiore! Muy bien, ahora proseguimos con el joven Gokudera quien nos estará interpretando el Op. 25, No. 11 de Chopin Étude en A Menor— El presentador ansiaba esta presentación, había escuchado que el niño era un genio, ya quería escucharlo— ¡Recibámoslo con un fuerte aplauso!

 

Al escuchar su nombre no pudo evitar sudar la gota gorda… ¿¡Qué demonios fue lo que le había dado a comer su hermana!? ¡Las últimas veces que fue al baño no fueron nada comparadas a las de los últimos 15 minutos! Desde hoy juraba por el amor que le tenía a los UMAS que nunca, NUNCA volvería a comer esas horribles y monstruosas cosas a las que su hermana llamaba “galletas” «Creaciones del demonio es que se deberían llamar» Pero no podía echarse para atrás, había muchas personas esperando por él.

 

Así que, pálido como la nieve y con todo el dolor del mundo se levantó para tocar la pieza que llevaba ensayando los últimos meses…

 

La cual terminó tocandode manera brutal…

 

No había sentido nunca tanta vergüenza como la que estaba sintiendo en ese momento… Estaba ahí… En el piano, incapaz de pararse después del… de… DE ESA COSA QUE “HABÍA TOCADO”… Daba gracias al cielo porque su maestra de piano no había podido asistir a su recital, es que… ¿Cómo pudo haber tocado así?...

 

Iba a pararse y agradecer por escuchar con el poco orgullo que le quedaba… Y fue cuando lo oyó… La horda de aplausos…

 

— ¿Cómo…?— ¿Le aplaudían por lastima? Pues tendría que informarles que él no iba a aceptar lastima de nadie, pero… No parecía que fuera por eso… Así que… ¿Por qué era?

 

— ¡Lo sabía! Eres todo un genio joven Gokudera, esa fue una gran interpretación de Winter Wind. —Decía el presentador mientras subía al escenario para abrazar a un shockeado Gokudera— No creo que nadie en este recital pudiera tocarla como lo acabas de hacer tú — Felicitó para luego voltearse al público— ¡Otro aplauso para nuestro pequeño genio, Gokudera Hayato!

 

Mientras todo esto pasaba la cabeza de Gokudera estaba así…

 

« ¿Es que estas personas estaban fumadas o algo así? ¡Esa fue la peor manera de interpretar esa pieza! ¡Todas estas personas están locas! ¡Ninguna saben de música! »Decidió mientras escuchaba al presentador hablar idioteces (Según él, claro).

 

—Joven Gokudera, realmente esperamos que nos deleites nuevamente con tu música en otra ocasión, ¿aceptas?

 

«Decidido, están totalmente locas» —Claro… No veo ningún problema con ello— Ya que, les seguiría la corriente y se iría de allí rápidamente, no quería contagiarse de su estupidez.

 

—Ya escucharon damas y caballeros. ¡El joven Gokudera nos deleitará nuevamente con su exquisita música en otro momento!— Dijo para el público y, acercándose lo suficiente a Gokudera, le susurró— Me informaron que tu hermana te estaba buscando, para darte un premio por tu actuación o algo así… Creo que era algo dulce… Felicidades chico— Al escuchar eso Gokudera sólo pudo palidecer y tratar de escapar cuanto antes. No quería comer eso otra vez en su vida.NI MUERTO.

 

Sin embargo, no todo sale como se espera y ya saliendo del establecimiento se encontró con su peor pesadilla, perdón, con su dulce hermana y sus monstruosidades, perdón, “galletas”.

 

— ¡Hayato!— Llamó Bianchi— Hayato, mira te hice más galletas para felicitarte por la presentación que acabas de tener. —Bianchi estaba tan emocionada porque su hermano comeríamás de sus “galletas” que no se percató de que este estaba sudando a mares y estaba muy pálido.

 

—Hermana… ¿Sabes qué…? Las comeré luego, aún sigo algo lleno por las que me comí—Gokudera en verdad trataba de convencer a su hermana, ya luego tiraría esas cosas que ella seguía llamando “galletas” a la basura. Eso no volvería a entrar a su boca. NUNCA. Lo sentía por su hermana pero que buscara a otra víctima para que consumiera sus “galletas” del demonio porque él no lo haría, no señor.

 

—Vamos Hayato, sólo cómete unas pocas, que las he hecho con mucho amor para ti— Decía mientras intentaba entrar algunas “galletas” en la boca de su hermano.

 

— ¿Ajá? ¿Y sólo eso les echaste?— Retrocediendo al ver cómo salía humo color morado de las “galletas” «Eso no debe ser comestible» Pensaba.

 

—Vamos Hayato di Aahh— Mientras ella avanzaba, el retrocedía.

 

— ¡A la mierda! ¡Yo me voy de aquí! ¡Ni loco me como una de tus monstruosidades!—Sólo dijo esas palabras para ponerse a correr como si el diablo estuviera  detrás suyo (Y si nos quedamos pensando un poco, puede que sea cierto, es Bianchi después de todo).

 

Y eso, mis queridos lectores, lo explica todo.

 

—Flashback Ends—

 

Al ver que su hermana no estaba por los alrededores decidió irse de esa mini-cueva y esconderse en otro lugar, no dudaba que lo encontraría, era su hermana después de todo. Al pensar en esto se deprimió un poco… Su hermana… Daba miedo a veces.

 

Al no estar prestando atención a donde se estaba dirigiendo no vio que se dirigía hacia otra persona, la cual tampoco se había dado cuenta de su presencia, y fue inevitable la colisión.

 

¡Che dolore! ¡Guarda dove stai andando, goffo!(¡Que dolor! ¡Fíjate por dónde vas, torpe!)— Gokudera no podía creer que se había chocado con alguien. ¡Y más en el bosque! ¿Qué demonios hacia allí? De todas formas eso no importaba, debía irse de allí antes de que su hermana lo encontrara.

 

Tsuna no había entendido una sola palabra de lo que aquel chico había dicho, sí, era cierto que le estaban enseñando italiano, pero apenas podía pronunciar los saludos de forma correcta… De todas maneras era mejor disculparse.

 

Sì, mi di-dispiace (Sí, lo siento) —Esperaba haberlo pronunciado de forma correcta. Debía practicar más su italiano pero, su padre y abuelito estaban muy atareados como para sacar más de su tiempo para él y no quería pedirles eso… Así que sólo le quedaba resignarse, de todos modos eso podía esperar, ya aprendería italiano luego.

 

Al escuchar semejante voz Gokudera sólo pudo alzar la cabeza de repente y observar a la criatura que había emitido aquel angelical sonido…

 

Era pequeño, más que él incluso, no debía tener más de 3 años… Cabellos rebeldes castaños, piel tostadita (¡Vámonos! Que tiene sazón, Ok no… XD) y al parecer suave y unos ojos, ¡Oh vaya qué ojos! Eran de un color achocolatado que parecía derretirse, pero había algo que no le gustó de esos ojos, estaban lagrimeando, y la bella criatura no estaba sonriendo, quería verla sonreír, ¿pero… cómo hacía eso? ¡Ah claro! Primero debía disculparse, después de todo le había gritado.

 

No, mi dispiace. Non avrei dovuto urlare così, io non stavo guardando da dove è venuto.(No, yo lo siento. No debí haberte gritado así, no estaba viendo por donde venía). —Decía mientras se paraba, se sacudía el polvo y ayudaba al otro a hacer lo mismo— ¿Stai bene? (¿Estás bien?)

 

Tsuna no había entendido ni jota de lo que el otro chico le estaba diciendo, sólo sabía que se había disculpado porque él mismo lo dijo, pero después de ahí, nada. Así que haría lo que su padre le dijo una vez “Asiente y sonríe querido atún, si haces eso todo estará bien” (Dios bendiga a los genes de Nana porque de Iemitsu, Tsuna sólo sacó el apellido).

 

¡Sì!— Hizo lo que su padre le dijo y le regaló una gran sonrisa a aquel chico. Ahora todo estaría bien, ¿cierto?

 

Y ahí quedó el nulo intento de Gokudera de escapar de la lindura de nuestro pequeño Tsu-kun. Ya había caído en la red de adoración para con Tsu-kun.

 

Gokudera sólo podía ver cientos de florecitas, corazones y destellos en el fondo, ahora podía morir en paz, había visto a la criatura más hermosa del planeta ¡Y esta le había sonreído! ¡No podía ser más feliz!

 

Sono contento, si sa come uscire di qui? Penso di essere così a lungo rigavano mia sorella mi mancava...(Me alegro, ¿sabes cómo salir de aquí? Creo que al estar tanto tiempo corriéndole a mi hermana me he perdido...) —Dijo algo avergonzado al haber admitido que se perdió.

 

¡Sì!

 

— ¡Questo è molto buono! ¿Pensi di potermi aiutare fuori di qui? (¡Eso es muy bueno! ¿Crees que podrías ayudarme a salir de aquí?)

 

— ¡Sì!— Al parecer lo estaba haciendo bien porque el chico se veía cada vez más contento.

 

—Grazie mille. Oh, a proposito il mio nome è Hayato, Hayato Gokudera, qual è il tuo nome? (Muchísimas gracias. oh, por cierto mi nombre es Hayato, Hayato Gokudera,¿cuál es tu nombre?)

 

— ¡Sì!—

 

Al no obtener nada más Gokudera se extrañó— Sì, apprezzo il vostro aiuto, ma posso dirmi il tuo nome? (Sí, te agradezco tu ayuda pero, ¿me podrías decir tu nombre?)

 

— ¡Sì!

 

— ¡Ottimo! ¿Quindi...?(¡Genial! ¿Entonces...?)

 

— ¡Sì!— El chico ya no se veía tan feliz como antes. ¿Debería decir lo que le enseñó su abuelito? No perdía nada intentándolo. —Non parlo italiano (No hablo italiano) —Siempre con una sonrisa en la cara.

 

¡Ahora todo tenía sentido! ¡Claro! Un ángel como este no hablaría italiano porque no era de aquí. ¡Debió habérselo imaginado! Pero… ¿Cómo se comunicaría con él?... Piensa, Gokudera Hayato piensa, que no te dicen genio sólo para que tengas el título ¡sino para que lo utilices!

 

Tsuna veía cómo el chico se agarraba la cabeza desesperadamente… ¿Le dolería? ¿Era por él? ¿Podría ayudar en algo? Iba a tocarle cuando de repente levantó la cabeza y dijo algo que no entendió… Para variar (Nótese el sarcasmo).

 

— ¡Già! ¡Segni! ¡Siamo in grado di comunicare nella lingua dei segni! (¡Ya se! ¡Señas! ¡Podemos comunicarnos con señas!) —Gokudera se emocionó al descubrir cómo comunicarse con el ángel (Como él lo denominó). Y señalándose dijo: —Hayato, il mio nome è Hayato. —Repitió el proceso varias veces para que el ángel entendiera lo que quería decir y esperó.

 

Nuestro pequeño Tsu-kun veía cómo el chico se señalaba varias veces y decía “Hayato”… ¿Le quería decir algo? Eso creía, pero ¿Qué era? Luego de un rato repetir la acción se detuvo y lo señalo a él, como si estuviera esperando que el hiciera algo… “Hayato”… Un momento, “Hayato” era un nombre japonés, el chico le estaba diciendo su nombre y quería que le dijera el suyo, así que señalándose dijo: — Tsuna, Tsunayoshi.

 

Al ver que el ángel entendía lo que le quería decir se alegro, después de todo ya sabía el nombre de su ángel, Tsunayoshi, espera, Tsunayoshi, eso significa…

 

—Eres japonés—Dijo Gokudera pasando al idioma natal de su pequeño ángel. Gracias al cielo que su maestra de piano le había enseñado sobre su lengua natal, sino, no hubiera podido comunicarse con su ángel.— ¿Has entendido lo que te he dicho por señas, no? —Al ver su asentimiento continuó— ¿Sabes cómo salir de aquí?

 

Tsuna, al por fin comprender lo que decía el otro chico, ahora Hayato-kun, se puso muy contento. ¡Entendió lo que dijo! ¡Quizás ahora podrían hacerse amigos!

 

— ¡Sí! El Sr. Coyote me ha dicho cómo, ya me ha pasado varias veces…— Decía algo apenado, por los “pequeños” inconvenientes causados por sus “misteriosos” desaparecimientos, mientras bajaba cada vez más su tono de voz—Siempre me pierdo por estar perdido en mis pensamientos…

 

A Gokudera eso le pareció gracioso y tierno, así que mientras le acariciaba la cabeza dijo: —Está bien, sólo necesitas a alguien que te cuide para que eso no vuelva a pasar, yo no tendría problema en ser esa persona—La última parte lo dijo con algo de vergüenza, sintió como se le calentó la cara, no estaba acostumbrado a decir esas cosas.

 

A Tsuna se le iluminó la cara al escucharlo decir esas palabras, sólo se le ocurrió preguntar: — Entonces… ¿Hayato-kun, quieres ser mi amigo?

 

Gokudera se sorprendió, nadie nunca le había hecho tal pregunta… ¿Qué si quería ser su amigo?... Su pecho, de repente se puso caliente… Era como si algo se hubiera llenado… Se sentía bien, muy bien.

 

—Por supuesto, Tsunayoshi-sama, me encantaría ser su amigo, y si no le molesta me gustaría que me llamara sin ningún honorífico, estamos en Italia después de todo. Tsunayoshi-sama debe aprender el dialecto de esta región.

 

— ¡Eh! ¿Cómo que “Tsunayoshi-sama”, Hayato? Solo Tsuna está bien, además tú también estas usando honorífico.

 

—Sí, pero yo sé hablar tanto japonés como italiano sin ningún problema Tsuna-sama.

 

— ¡Pero-!

 

Por alguna razón Tsuna sentía que no iba a ganar esta batalla, así que simplemente cedió… Algún día se la cobraría.

 

—Nada, Tsuna-sama—Esto divertía en sobre manera a Hayato. Era raro, con nadie se había desenvuelto tanto como lo había hecho con él… Se sentía extraño, pero no se sentía mal, así que estaba bien. Y él iba a disfrutar de esa sensación.

 

—En algún lugar en el tiempo—

 

El sitio era oscuro, sombrío, estaba totalmente en penumbra, no se podía ver nada, sin embargo, si te fijabas bien se podría ver un pequeño resplandor que venía de la nada, pero a la vez de un lugar, era como un pequeño lago del cual irradiaba un ligero resplandor, tan sutil que apenas lo notabas. Dentro de toda esa negrura se encontraba un hombre, podía decirse alto y bien visto pero la oscuridad no dejaba notar de manera clara sus rasgos, las únicas cosas que podían distinguirse eran un sombrero de metal, un cetro y un abrigo, los cuales estaban a su lado. Este estaba viendo a través de la única luz que había en ese lugar, estaba mirando a través del lago. En este podías apreciar cómo una mujer, en obviamente en estado de buena esperanza (Embarazada),de largo y lacio cabello azulado y pequeño tatuaje amarillo en forma de lirio en su mejilla izquierda, se aferraba de manera desesperada a una barandilla mientras tosía violentamente…

 

Al ver esta escena frunció el ceño, algo estaba mal, ella no debería enfermar ahora, mejor dicho, ella no debería de enfermar, su cuerpo no lo resistiría y ella jugaba un papel muy importante…

 

—Qué problema…—Su voz era algo suave, lenta y juguetona a la vez—Y a mí que no me gusta entrometerme mucho en el flujo del tiempo y sus diferentes variantes…—Sin embargo, si te detenías a escuchar atentamente su voz podías encontrar la sutil preocupación en sus palabras—Por ahora lo dejaré ser, no obstante… Si esto sigue así tendré que tomar cartas en el asunto. — Inmediatamente, al decir eso, chasqueó los dedos y todo…Simplemente… Desapareció…

 

Notas finales:

Perdonden la tardanza! Disfruten! :D


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).