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Cap 2: Los eslabones del secreto

 

-¡Prefiero irme! – Akihiro confeso – Eso de verlos follando es ¡Arg! – Grito – No, me niego a decirlo – No era la primera que los atrapaba. Y no era tan escandaloso, ya sabía que Logan montaba a Remi hasta que se vaciaba en su interior. Eso era lo de menos, pero, no era cómodo verles cada día más descarados - Magneto  ocupa mutantes para una investigación. Es una exploración.

 

-No vas a matar a nadie – Logan reconocía esa sonrisa cabrona en los labios, la sabia bien, la conocía, era el reflejo de la sonrisa de Itsu cuando quería salirse con la suya. Pero, en Deken era sinónimo de sangre – Eric no está buscando hacer la guerra. No quiere esos militantes.

 

                Eric no había cambiado sus ideologías, con o sin sangre, seguían siendo las mismas líneas desde antes de Charles y después de Charles, que Xavier fingiera que Eric no volvería a las andanzas era otra cosa. Logan sabia de la sed de venganza que recorría al polaco. La tortura no se olvidaba fácilmente.

                Pero tampoco estaba muy deseoso de cortarle la libertad a Akihiro. El mocoso debía de aprender a andar solo y seguro, disfrutando o asesinando pero no en nombre de magneto y los mutantes, porque ya veía a Charles dándole lata si era el caso.

 

-Tranquilo, viejo… quiero venganza – Logan asintió. Deken hablaba del Soldado de invierno. Del tipo que asesino a su madre y que casi le asesina ese día. Para Logan sentir que las cosas estaban bien era extraño, no sentía la necesidad de su hijo por ir de casería… no cuando Remi paso tanto tiempo atendiendo sus heridas, sanándolas en cada noche en la que le atravesaba con sus garras y no pasaba nada. Porque Remi podía curarse con cierta facilidad.  Quizá era un mal padre por abandonar la venganza contra el soldado, pero no era tan desgraciado para detener la necesidad de su hijo.

 

– Sólo averigua primero que sucede antes de atravesar algo – Aconsejo lo mejor que pudo. Si los años le habían enseñado algo era que nada era lo que parecía, aun con las pruebas apuntando algo. Nada debía de darse por sentado – Quédate. Remi preparara ese pastel de carne que te gusta.

 

                Deken ayudo a Remi al poner los platos en la mesa de madera, una tallada por Logan que tenía cierta manía por hacer los muebles de su hogar.

                Deken aún no comprendía el motivo de que los hombres no dijeran sobre estar juntos. Que cuando iban a la mansión dejaban de tomarse las manos y se trataban como viejos camaradas de armas y sólo eso. Que tuvieran que ocultarse de los X-men como hacían con el resto era tan raro. No le encontraba la razón.

                Pero jamás presiono.

 

-Te vas – Remi pincho su carne y la enjuago en los jugos de aceite y vegetales… todos se sorprendían de la cocina de Logan pero cuando probaban la suya, nadie podía negar la sorpresa: Remi tenía la fachada de un hombre que comía directo de la lata en algún callejón a las dos de la mañana. Akihiro se lo había dicho apenas Remi le alimentara. Deken estaba tan sorprendido por tener a un chef en casa que casi salta a pedirle una dotación de postres – Podrías intentar… visitarnos.

 

-Veré que puedo hacer – Claro que cada tres meses se reportaría religiosamente. Sin importar donde estuviera, y de estar libre de ataduras, llegaría con ellos, por supuesto. - ¿Entiendes que estoy dándole caza al Soldado de Invierno, verdad, esposita de aparador?

 

-Deja de hacerte el importante, chiquillo – Dijo Logan.  Remi sonrió. Logan no podía ocultar el orgullo hinchándole el pecho. Tan predecible el hombre, se dijo Remi.

 

-No caigas muerto, fils– Pidió Gambito, preparando las cervezas para una última comida juntos en mucho tiempo.  Deken puso una sonrisa idiota, adoraba el francés en boca de su padrastro. Logan le metió una colleja para ir a por Gambito y atraerle, besándolo, reclamando con celos su dominio sobre Remi - ¡Logan!

 

-Bien que te gusta, frantoche – Logan sentó a Remi en sus piernas, a horcajadas. Le olfateo el cuello y le gruño cerca de la oreja, erizando la piel… provocando y jurando que la sesión de amor se alargaría por horas. Más allá de mojar las sabanas, más allá del dolor en la cadera y las rozaduras internas… irían dentro y fuera del dolor para derretirse en el placer de saberse juntos.

 

-¡Por esto es que me voy! – Chillo divertido – Tanta miel – Le gustaba, en serio que a Deken le gustaba la tranquilidad en Logan, esa que impedía que las tres arrugas en la frente de su padre aparecieran y le avejentaran, creando una imagen saturada de miseria. Remi Lebeau  le hacía tanto bien al hombre y Deken no se mentía, Remi también le hacía mucho bien a él mismo.

 

-No asesines a nadie sin saber bien que paso – Logan volvió a insistir – Nada de arrepentirse.

 

-Chien, voit avec des griffes disposées – Logan apreto aún más el agarre sobre Remi… - ¿Entendido ?

 

-Si no lo hiciera no sería su hijo – Sonrió con autosuficiencia señalando a su padre – Estaré bien, pére.

 

                Logan carcajeo.

                Se estaba llenando de franceses. 

 

.

.

.

 

                Logan había ido a llevar a su hijo al pie del camino del bosque, cerca de una de las carreteras más transitadas, la que daba  a un pueblo en el que Deken compraría un boleto a la ciudad y de allí, iría a una Honda para adquirir una de las motocicletas en exhibición. Luego, según lo entendido, seria localizado por  para tele trasportarse hasta donde Magneto tenía su campamento.

                Logan sintió un pequeño apretón al ver  a su hijo irse. Esos meses juntos no fueron malos. Jamás había creído conseguir ser padre, menos poder palmearle el hombro luego de su primer reencuentro.

                Era bueno que las cosas fueran a mejor.

                Cualquier contacto entre ambos que no incluyera sangre, desmembramientos entre ellos, obscenidades, intentos de asesinatos y por lo general, nada de secuestros y torturas, se consideraba bueno. Lo mejor, dadas las particulares circunstancias. Otros padres pedían que sus hijos no se metieran en narcóticos, les contaran todo, que no se tatuaran ni perforaran, que fueran a la escuela y suplicaban porque sus bebés no dejaran embarazada a una muchachita cualquiera… ni a su novia de turno; él, él sólo pedía que Akihiro supiera a quien asesinar y que entendiera que estaba allí, para cuando cayera.

                La casa había vuelto a ser la misma morada silenciosa de costumbre: la que siempre tenía la chimenea con madera ardiendo en ella ha pedido de Remi, que encontraba el frio desagradable. Decía que le recordaba al pantano y al hielo de la peste entrando por las ventanas, reclamándole la vida.

                Y Remi iba por lo general sin camisa, normal que se acurrucara en el sofá frente al fogón.

                Siempre era bueno arrojársele encima, medio pelearse por una posición cómoda hasta que Remi conseguía acotarse sobre él y quedarse dormido o cabalgándolo hasta que el clímax se expandía en leche tibia que Logan se apresuraba a lamer del vientre de Remi.

                Quien sabe lo que podrían hacer ahora que no debían de <<cuidarse>> por el cachorro impertinente.

 

-Volverá loco a Magneto… me preocupa un poco Mercurio – Ahí estaba, lo que Logan ya se esperaba apenas Gambito consiguiera hablar – Peter es un muchacho que no está acostumbrado a alguien como lo es petit -  Gambito se trepo sobre Logan, dejando su trasero sobre la cadera y se restregó un poco, jugando con el control del viejo lobo. Si algo volvía loco a su hombre aparte de los habanos y una cerveza de buena calidad sobre la carretera, eso era su trasero – Estoy seguro que Deken terminara haciéndolo brocheta.

 

                Deken… el significado no era amable, nada lindo… pero era parte de Akihiro y debían de respetar su insistencia en seguir siendo llamado así. Nombrado como sus años más oscuros. Recordándole que por haber consolidado la relación con su padre, mágicamente no borraba años de entrenamiento y repudio, que este era parte de él y se quedaría hasta más allá de la tumba.

                Remi asentía con desagrado y dejaba que el seudónimo se saliera de sus labios.

 

-Se las arreglará – Chisto – Estoy sintiéndote como una de esas madres histéricas que no quieren que su hijo se vaya a la universidad – Gambito mordió el cuello venoso en respuesta – Estará bien.

 

-Claro, nuestro megalómano cachorro esta con otro megalómano que es líder de la rebelión mutante en la cacería de un soldado de invierno con el que incluso tú no has podido lidiar ¿Qué podría salir mal? – Rezongo. Sólo Gambito podría decir cosas tan serias con ese tono de burla y hacerlo sonar amenazante.

 

                Logan gruño, desde la garganta hasta la boca, un tipo de vapor saliendo por las ensanchadas fosas nasales que pronosticaban un ataque… Remi se rio un poco antes de sentir el golpe contra su espalda y su cabeza siendo considerada por la enorme mano de Logan, evitando que se golpeara en el reposabrazos.

                Lo dicho, Logan no era una bestia desconsiderada.

                Remi apresuro sus manos al cinturón que estorbaba tanto. Agradecía ser hábil con los dedos, la porquería que tanto le gustaba usar a Logan era un lio para quitar en los momentos más apremiantes. Se atoraba justo cuando el pestillo de fierro se hacia atrás y le impedía a su mano hurgar dentro para exprimir el caliente miembro que crecía cada segundo, morado y palpitante, escurriendo jugo que por las ansias que olía, no podría poner en su boca antes de que le encajara contra la primera superficie.

                Las folladas rápidas y sin consideración no eran raras, casi siempre después de la temporada de caza eran la ley, Logan regresaba estresado porque algunos imbéciles lograban colarse en su territorio y eliminaban a algunos animales para adornar su sala. Después de partirles la cara, Logan regresaba a seguir con el furor y drenar la ira… por lo que Gambito siempre estuvo dispuesto a pillarle el gusto a lo brusco.

                No que le costara o le desagradara. No era una damisela que no pidiera que le rompieran para variar.

 

-Sólo mételo, vaquero – Jadeo, lleno de adrenalina.

 

                Logan giro a Gambito, le levanto la cadera y le bajo los bóxer. Separo las nalgas y uso su lengua para lubricar un poco. Su frantoche aún estaba resentido de la faena de la noche en la que le extendió por horas con juguetes enormes y vibradores, poco faltaba para que su puño se hiciera del exquisito interior rosado.

Remi dejó escapar el gemido ahogado por la frescura de la quemadura, se auto empujo en el cojín y meneo la cadera, satisfecho por esa músculo entrando y saliendo, lamiendo con insistencia. Jalando con ternura los resquicios de su amor.

                Logan sostuvo a Remi por el cuello, apretando para mantener firme su cuerpo pues los envistes siempre movían a Remi de lugar. Empezaban en un sitio y terminaban en otro… esto no era el <<pilla, pilla>> era mejor no raspar las rodillas.

                Logan enfilo su carne, palpitando con las venas saltadas y violáceas, rogando por tener unas apretadas paredes que gozar.

                Dentro.

                Fuera.

                Un instante para acomodarse y seguir bombeando. Las piernas de Remi se explayaron, extendiéndose hasta que una salió del sofá, cayendo por el costado, permitiendo a Logan enterrarse más y empujar hacia delante, casi aplastando a Gambito, que sujetaba el peso de ambos con tres extremidades.

                Logan busco el pene goteante de su amor… porque eso era Gambito, era el amor que no le dejaría y al que no abandonaría. Siempre traía muchas ventajas que fuera de vida tan longeva con un  aditamento de factor curativo lento pero constante… Gambito tardaría en irse.

                Froto la cabeza rosada con sus duros dedos, Gambito tembló por sentir las yemas rasposas acostumbradas a cortar madera y enfundar armas con las que Logan le bombeaba. Le dejo entre los nudillos duros como roca por la cicatrización constante de tejido cada que sacaba y metía sus garras para seguir con el mismo trato con los testículos. El pequeño orificio uretral burbujeo el trasparente placer, con el que Logan embadurno el falo hasta los pesados testículos que se balanceaban al ritmo de sus envestidas.

                Estiro un poco la piel y la contrajo, provocándole los espasmos de  lujuria a Remi. Apenas podía sostener su cara sin estrellarse contra el mullido confort.

               

-Dilo, Lebeau.

 

-Estas lento, viejo.

 

                Logan aumento el ritmo, y apretó con fuerza sus dedos sobre la base del falo, creando un anillo que impediría que Remi terminara.

                Un poco de dolor era bueno.

                La queja no se hizo esperar, un arqueo de espalda que Logan ignoro y siguió con su menester. Remi alcanzo a erguirse, llevando sus manos hacia las nalgas de Logan, consiguió apretar la cadera, imponiendo su propio paso, más lento, más tortuoso, castigador y venenoso… marcando con sus dedos.

 

-Si no llego… tú no acabas – Rezongo con apenas un hilo de voz… manteniéndose al borde del desmayo – Aquí – Indico, guiando a Logan a su boca – Bésame – Logan se sorprendía por la flexibilidad de su francés… cualquier otro se hubiera roto el cuello – Ahora – Gambito se escapó del poderío y consiguió que ambos terminaran en el suelo – Yo arriba,  mon ami.

 

                Gambito se colocó el cinturón negro que odiaba en el cuello, de collar, cuya punta la tenía Logan e insto a jalar, que apretara y cortara un poco de su aire, quería estar cerca de ese peligroso placer. Logan no se hizo de rogar, enredando el cuero en sus nudillos, acerco lo suficiente la boca de gambito y le trago, le demando… el beso apenas y dejaba respirar a Gambito lo poco que se le permitía. A Remi no le importo, continuo, cabalgando y mareándose, sintiendo el cosquilleo de su ano punzando por seguir siendo llenado, pidiendo por más… mucho más…

                Logan entendió la insatisfacción en el apretado anillo, le succionaba, le trabajaba en espasmos que le exigían llenarlo más a fondo, más a lo ancho… que le reventara de ser necesario… que se corriera y que le derritiera.

 

-Logan – Wolverine le empujo, se puso en pie y levanto por el cinturón a Gambito, le dejo suspendido hasta que Remi encontró el camino a su brilloso pene, adiamantado por los intensos fluidos del interior de Gambito. Remi comenzó a mamar, succionando y dejando que llegara tan adentro que por poco y no controlo las arcadas – Logan – Gemía una y otra vez… perdiendo la fuerza en sus piernas, en las manos… apunto de colapsar…

 

-Aun no terminamos, Remi.

 

-Por favor… ahora – Logan jalo con fuerza, enojado por la insistencia – Logan – Remi insistía con el tema siempre que podía, Logan se mareaba con eso. ¿No era suficiente atravesarlo en las noches de pesadillas? ¿Por qué quería que usara sus cuchillas en el sexo? – Lo necesito… lo quiero… no muy profundo… no muy largo… lo quiero.

 

                Sin mucha opción Logan desenfundo una de sus cuchillas. La carne entre sus nudillos se abrió… y Gambito gimió… deleitándose antes de tiempo: por fin Logan accedería a una de sus fantasías. Seguramente la partida de Akihiro le había afectado más de lo que considero si es que cedía a esto.

                Logan puso de espaldas a Remi, le aplasto con su pie contra el suelo y tenso el cuero, suspirando por la deliciosa sensación de poseer a esa belleza.  El filo plateado se deslizo por la rodilla blanca y beso el interior de los húmedos muslos y se entretuvo un rato allí, besando y floreciendo la piel, enrojeciéndola y sangrando a cada milímetro que avanzaba. Remi seguía suspirando, gritando y gimiendo, encantado por la cara en Logan… que disfrutaba de su placer.

                La cuchilla llego al escroto y siguió por el falo, hasta llegar a la pequeña uretra que seguía vaciándose de vez en cuando, sacudida por los espasmos que enloquecían a Gambito… Logan apretó más allí y apenas un corte fue suficiente para la explosión… por seguridad, Logan retiro su cuchilla.

                Logan tiro del collar y Gambito se retorció, temblando por su placer eyaculado.

 

-Aun no – Aviso Logan abriendo las piernas de Remi y poniéndoselas sobre los hombros, doblándolo para dejarle entrar – Anda, tan caliente, tan estrecho… tan perverso -  Dijo mientras seguía bombeando por ese pasaje que se contraía y apretaba por tanta sensibilidad.

 

-Duele – Admitió, demasiado sensible por el recién orgasmo  -¡Logan!

 

-Es mi turno – Remi sintió el apretón cerrándose cada vez más, quemándole la piel, jalando cada tantas envestidas. Logan enrollaba el cuero cada que sentía su pene pulsando, el semen atrapado… a punto de marcar lo que era suyo.

 

                La erección de Gambito volvió a crecer, asegurándole a Logan que todo iba bien… que su amante podía aguantarlo y lo disfrutaba.  Gambito siempre era honesto en el sexo.

                Logan beso a Remi, justo cuando el apretón de su estómago le avisaba del fin, quemando en su pelvis, en el cuello, en los labios en los que tanto Remi lamia y succionaba, mordiendo de  vez en cuando, chupando por un poco de aire.

                El final llego como siempre… sensacional, como el fuego, ardiendo aún bajo un tornado. Enardeciendo el cuerpo y drenándolo.

                Los pulmones estallaron… el grito opaco y ahogado se deshizo entre ambos.

                Remi convulsiono antes de desmayarse… Logan aflojo el improvisado collar y volvió a besarlo.

 

-¿Frantoche? – Pregunto apenas consiguiendo el habla - ¿Remi? – El brillo debajo de ellos altero a Logan, apenas comprendiendo que Lebeau había perdido el control de su mutación por el placer.

 

                Cogió a Remi justo a tiempo, el suelo había estallado.

                Aun con eso, Remi no se despertó… Logan suponía que era por la situación. Cargo a Remi hasta su habitación y lo coloco en ella, para que ambos pudieran descansar.

 

-Eres todo un caso, amor mío – Beso su frente – Hay que dormir un poco. Buena idea, frantoche.

 

.

.

.

 

 

-Vuelas hoy – Explico Remi por teléfono – Si, si, comprendo… Logan aun no sale del cuarto. Los chinos estos me ponen de los nervios – Xavier no le corrigió – Ayer había un ninja en el techo… ¡Un ninja, profesor! – Xavier podía sentir el sano escepticismo en Remi.

 

-Itsu era una mujer de cuna, Gambito. Es normal que quieran cuidar al marido de su difunta ama. Puede que le odien y eso, pero, el honor no les deja asesinar a Logan, aun cuando quieran hacerlo. Por las dudas, no lo dejes solo. Y ten cuidado con ellos – Explico haciendo las señales a sus alumnos para que fueran al andén correspondiente – Llegaremos en 12 horas.

 

-Podrías haber traído el jet…

 

-Esto no es una misión de los X-men, Gambito… es apoyo para Logan… como amigos – Gambito bufo – Evitemos que el gobierno nos note.

 

-Como sea… sólo lleguen – Gambito alcanzo a ver como uno de esos hombres de negro se colaba por la cornisa de la ventana, verificando el estado de Logan… o la presencia de Logan en su cuarto y se iba de nuevo – Este sitio es horrible.

 

                Colgó con ganas y se dignó a entrar al cuarto de Logan…

 

-Son pesadillas – Dijo Logan, dándole un vaso con agua – Normalmente soy quien te atraviesa con las garras.

 

                Remi casi arrebato el cristal de la mano y se empino el contenido.

 

-Podría ser ron.

 

-Aun no entiendo cómo te gusta esa porquería – Logan fue a la cocina por la botella – El güisque es mejor para olvidar – Remi le ignoro, más concentrado en el ardor en su garganta, cosquilleándole y vaciándole la mente por un momento - ¿Qué fue?

 

-La primera vez que te vi degollado – Logan se sonrojo, mal humorado por el pasado – Preguntaste.

 

-Mejor miénteme, mejor. Odio causarte dolor – Si, ahí estaba, la sensación de impotencia y culpa, a la que Wolverine tanto era adicto a sentir por costumbre - ¿Y bien?  

 

-Es muy temprano, pero está bien… - Se estiro – Necesitamos víveres. Vamos al pueblo.

 

                Logan se odio por preguntar.

                Las compras no eran lo de ambos. Por eso tenían personas a las que les pagaban.

                ¿Por qué su frantoche siempre se esforzaba por hacer las cosas más maricas?

 

-Como si no comprases tu propia comida antes, mon ami – Remi le paso la caja de latas en conserva para que las pusiera sobre la camioneta – Anda, faltan las tres cajas de leche – Remi amaba la leche, para mitad del mes Logan no vería nada de esos 36 litros - ¿Y si compramos bebedores?

 

-Lo que quieras – A los colibríes les gustaría la idea… y Remi podría relajarse un buen rato – Anciana, nos llevaremos  esto.

 

-La carne seca es mala para los huesos, Logan – Riño la vieja mujer apretando los nudillos, embolsando los paquetes – Que no llegaras a mi edad si sigues así.

 

-Le sorprendería – Si, esa era otra de las razones por las que se mudaron a un pueblo tan lejano. No era cómodo que los reconocieran como mutantes, como X-men. Siempre había alguien que pedía un favor, que tenía un trabajo, que quería una fotografía… ellos no eran estrellas ni fenómenos, no deseaban nada de esa atención – Tranquila, vieja, Remi no deja que coma mucho de esto. Dice que insulto su buena comida.

 

                La señora dueña de la única dispensadora grande del pueblo les asintió. Los chicos siempre fueron amables con ella, le ayudaban con la granja cuando podían o necesitaba algún favor, jamás se negaron a reparar la tubería o a ir a espantar a los imbéciles que querían que vendiera su propiedad, ella siempre pensó que ambos hombres deberían de irse a otra parte, un pueblo más amable que los tratara bien, pero, se negaban.

                Así que por lo menos, estaba feliz de atenderles y darles descuentos siempre que podía.

 

-Regresen pronto.

 

                Remi se despidió con un beso y condujo a la herrería, siempre contaban con buenos materiales.

 

-Quédate dentro – Ordeno Logan al notar que en la entrada estaban los muchachos homofóbicos del lugar. Eran niños… jóvenes adultos que no superaban los veinticinco pero a los que no había podido poner en su lugar. Remi insistía en no hacerlo y Logan no quería que le dijeran algo, porque entonces sí, Gambito no conseguiría que no les golpeara un poco – No tardo.

 

-No hagas destrozos – Aviso con buen humor – Después vamos al bar.

 

                Ni pudieron ir al bar, pero al menos habían hecho que les vendieran la mesa de billar con seis taco´s y dos tizas usadas. Eso luego de que Logan les diera la paliza a los hijos de papi por arrojarle huevos a Remi… huevos que sólo ensuciaron la camioneta.

                Remi era rápido.

                Y Logan, hervía rápido.

               

-Sus caras, Cherry  - Rio sujetándose el estómago, tirado en la alfombra de su sala – Se cagaban en los pantalones. Jamás creyeron que lo harías.

 

                Era mala idea molestar a Logan.

                Eso se veía de lejos… Remi no comprendía como es que los demás no lo olían. Bastaba ver a su mal encarado amor para saberlo. Con ese gesto adusto y labios apretados, siempre empuñando las manos… siempre cuadrado. A lo mejor eran suicidas.

               

-Hay idiotas donde quiera – Dijo, bebiendo de su cerveza – No esperaron que los desmayaras – Le regreso y Remi fingió demencia -  ¿De cuándo acá que seas la mujercita es sinónimo de debilidad?

 

-¡Hey! – Le golpeo con uno de los cojines – No soy <<la mujercita>> - Logan rodo los ojos – Logan, joder, que no soy la mujercita de nadie.

 

-Eres el muerde almohadas más adorable, frantoche – Logan dejo su cerveza y se instaló entre las piernas de Remi – Violable – Remi dudaba que la palabra existiera positivamente – Sexy y sucio – Remi no lo negaba, amaba cuando Logan hablaba como camionero – Eres la zorra gozosa que va a mamarme hasta dejarme seco -  Logan le empujo su cadera a la cara, extrayendo a su deseoso pene aun dormido – Abre la boca… Remi – Y la cosa se estaba poniendo buena.

 

-Veamos qué tanto.

 

                Remi succiono de una, mientras que rodeaba con su lengua la circunferencia, acariciando al tiempo de mamar, un arte que Logan sólo había encontrado en las prostitutas que contrato en las zanjas de la guerra pero no era buena idea decírselo a Remi cuando tenía sus dientes tan cerca… Remi jugaba con su uretra y usaba sus manos para ampliar el placer, una de ellas se encargaba de sus sacos y la otra penetraba su anillo.

                Logan debía de controlarse o dejaría caer todo su peso sobre el cuello de Remi… y no. Su pene seguía en peligrosa posición.

 

-Te amo – Rugió casi convulsionando – Te amo… te amo.

 

                Logan se estiro hacia atrás, llevo su mano al falo que golpeaba sobre el estómago de vez en cuando, con suavidad por el vaivén de Remi al encontrar sus puntos…

 

-Tienes habilidad, ladrón – Lloriqueo. Él lo sabía… Remi podía robar lo que quisiera, su corazón en este caso – ¡Ahí! – Grito.

 

                Remi apresuro, trago hasta la base y a la punta, sentía la vibración del esperma pujando por salir disparado a su garganta. El olor a hombre que exudaba desde el vello y la piel, expeliendo desde los muslos sudados… Logan olía fuerte, seductor… un aroma que penetraba por su piel y se impregnaba.

                Remi estaba seguro que olería a Logan por semanas después del sexo.

               

-¡Largo! – Logan estuvo a punto de sacar sus garras cuando afuera unos ineptos hombres aporreaban su puerta - ¡Maricas! ¡Besugos de mierda!

 

-Aquí – Dijo Remi sacando el pene de sí. Logan ahora si quería matarlos… - No valen la pena…

 

-Vuelve a chupar y los dejo – Remi siguió con la tarea… no había nada de valor… el carro siempre podía ser reparado, el aerosol no pintaba por la recubierta especial que compraran.

 

                Nada pasaría.

 

-Abominaciones. largo. Fuera. Bestias. Asco – A Logan le hacían difícil sentir placer – Zorras… Vengan a que les llene… debe de ser complicado hacerlo entre nenazas.

 

                Logan salió, sonriendo lo más cabrón que podía.

 

-¿Por qué? – Pregunto Gambito a la nada – En serio que son suicidas.

 

                Nada era peor que cortarles el rollo… claro, excepto, insular a Gambito.

               

-Este quiere que se la metas, Jack  - Silbo Carlo viendo a Logan, desnudo y erecto, sino estuviera tan drogado, vería el entrenamiento militar a cada centímetro.

 

-Veo que sabes lo que tengo aquí para ti, marica – Logan conto ocho cerdos de más de uno ochenta, con sus armas en los pantalones y bats sobre los hombros. Predecibles – Échate zorra, te gustara. Trae a la otra puta… - Gambito escucho el hueso romperse, el lamento agudo y percibió el olor de orina…

 

                La pelea había comenzado.

 

-Espera – Pidió Gambito yendo en pelotas al lado de Logan – Deja algo, mon ami – Echo un vistazo al hermoso y grueso mástil aun hirviendo - ¿En serio?

 

-La pelea también es excitante.

 

-Sin trampas – Le recordó. Logan sonrió y Remi no pudo evitar sentir la diversión por sobre el enojo – En serio – Logan asintió. Nada de habilidades mutantes. Eran un par de gays, normalitos… que debes en cuando asaltaban los bares de la zona en los juegos de cartas y apuestas de pulsos para ganar dinero extra para comer… pero sólo eso.

               

                No era Wolverine ni Gambito… eran Logan y Remi.

                Eran el Logan destrozado que había intentado suicidarse.

                Eran el Remi terco que forzó la relación hasta que se encamaron.

                Eran los amantes que alimentaban animales y rescataban lo que podían de su humanidad.

                Eran personas que sólo querían ser felices y descansar.

                No era mucho desear.

.

.

.

 

 

 

 

Notas finales:

Gracias por leer.

Por cierto lo que dice Remi en francés es << Cachorro, con las garras siempre dispuestas>> alentando a que si es necesario asesinar lo haga.

Akihiro llama padre a Gambito en francés…

 

Bueno, esto ha sido todo por esta entrega…

 


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