Capítulo 5.- Cuando la realidad pega
Shun estaba emocionado con su relación con Julián, él era un caballero en toda la extensión de la palabra, aunque habían cosas que si presentaban desafíos, a Julián no le agradaba mucho Ikky y eso era lógico, si la mayoría del tiempo cuando veía a Ikky estaba borracho o tomando, Julián no era mala copa, pero prefería mantenerse sobrio entre semana, a la final él tenía trabajo, esa era una de las cosas que Shun más amaba de Julián, no el hecho de que tuviera holgura económica, sino el hecho de que tuviera una vida normal y libre de sobresaltos al tener un trabajo honrado que le permitía vivir bien
Otra de las cosas que significó un ajuste fue la situación con Hyoga, lastimosamente en rubio siempre vivía metido en problemas, en el tiempo en el que Shun y Julián estaban de novios, Hyoga había ido a parar en la delegación de policía más de cinco veces, la patrulla lo había ido a dejar en casa otras tantas, y había habido más peleas de bar que Shun se atreviera a contar, pero con todo y eso, Julián no lo había botado, Julián solía decir que lo amaba a él, que le gustaría sacarlo de esa vida y de ese barrio, Shun tenía la impresión de que si las cosas seguían como estaban Julián se lo llevaría y él no volvería nunca, eso Seiya ya se lo había dicho, hasta cierto punto eso sonaba fantástico pero… era su familia y no podría abandonarlos, o si???
Esta situación Shun ya la había vivido antes con Hades, él solía decirle que le compraría una casa y lo llevaría a otro barrio en la ciudad, que le daría una vida cómoda y libre de deudas, para ellos y para sus hijos, ellos ya habían pasado por esa disyuntiva, Shun ya lo había pensado antes, lo había considerado al estar con Hades pero nunca se había decidido, y ahora lo estaba pensando de nuevo, dioses… la vida da muchas vueltas pero a veces nos lleva al mismo lugar al que creíamos ya no íbamos a volver
Julián solía decir que lo amaba a pesar de su familia y eso a veces le dolía a Shun, él no podría simplemente irse dejando a Seiya con todo, si Shun se iba… Seiya no iba a poder sobrevivir con Ikky, Hyoga, Shyru y Max a cuestas, todas estas cosas hacían pensar al peliverde que dentro de todo estaba feliz con Julián, feliz como no pensó volver a estarlo, pero había algo… había algo que no cuadraba en su vida, había un vacío que no había sido llenado, y aparentemente no eran solo ideas suyas porque Julián había estado algo… extraño, estos últimos días, un par de semanas tal vez, Shun sentía que las cosas no estaban del todo bien pero no sabía a ciencia cierta lo que pasaba, Julián era a veces algo hermético, ellos estaban aún en período de acople como Seiya solía decir, a la final ellos estaban saliendo por un par de meses nada más
Era domingo en la tarde, Julián estaba caminando por el barrio con Shun, los domingos ellos iban al cine, o a caminar, o a dar vueltas en el coche, era el día que ambos tenían libre porque Shun usualmente trabajaba el sábado en el bar, ese domingo en particular la pareja estaba caminando por el pequeño parque del barrio, con el pasar del tiempo la presencia de Julián por esos lugares ya pasaba por desapercibida, si había causado revuelo inicialmente pero ahora todos sabían que era el novio de Shun, y agredir a Julián significaba problemas con Hyoga, entonces… los chicos del barrio ya no se metían con ese peliazul en particular. Seiya estaba allí en los juegos infantiles con su pequeño hijo, el castaño era un papá genial porque jugaba todo el tiempo con su retoño y aprovechaba al máximo los momentos que tenía con él, por sus múltiples trabajos a veces no podía verlo todo lo que le gustaría y disfrutaba jugar con él en el parque
Shun y Julián estaban sentados a la sombra de los árboles cuando un hombre de cabellos negros se cruzó el parque, tenía un par de bebidas en las manos y una sonrisa bastante particular, vestía jeans, botas, una chompa de cuero y una camisa, sin vacilar se acercó a Seiya que lo miró extrañado y se puso algo incómodo al reconocerlo
- Vaya… esta es la razón por la que no quieres salir conmigo?, por qué no me lo dijiste?, a mi me gustan mucho los niños – el tono de aquel hombre era sereno y más que todo miraba a Seiya con una mezcla de ansia y ternura
- Dioses… Shura… no sabía que vivías por aquí – Seiya cargó a su hijo y lo abrazó protectoramente
- No vivo por aquí, estoy de paso y te vi a lo lejos, me iba a ir pero decidí que quería verte más de cerca, ten… no sé cómo te gusta el café así que te traje muchos sobrecitos de azúcar – Shura le dio el café a Seiya y ofreció los sobres de azúcar, Seiya no tomó ninguno y solo meneó la cabeza al decir:
- No creo que sea conveniente que… es que esto es… dioses… - Seiya se veía en verdad incómodo
- Hey fresco, no quedamos en que íbamos a ser amigos? – dijo el mayor en el tono más despreocupado que pudo, no consideró siquiera la posibilidad de que el castaño podría reaccionar como lo estaba haciendo, pero… el mismo Seiya le había dicho que bailar en un club de desnudistas no era la esencia de sus sueños ni mucho menos, el castaño se avergonzaba de ello y Shura lo sabía, esa era una de las cosas que le gustaban de él, Shura pensaba que Seiya se vio forzado a entrar en esa vida y ahora descubría sus poderosas razones, su hijo… tenía que mantener a su hijo, eso tenía mucho sentido a los ojos del pelinegro porque Seiya no bebía, no consumía drogas y no hacía ningún tipo de citas con los clientes del bar como era costumbre de los otros bailarines, Seiya a sus ojos era especial
- Una cosa es ser amigos en el bar, otra muy diferente es ser amigos en el parque en donde estoy con mi hijo, no te ofendas por favor porque amo tus propinas, pero…
- Ok., ok., ok., sé a dónde vas y entiendo que tienes razones para preocuparte pero… no tienes por qué hacerlo, no soy uno más de los degenerados que frecuenta tu bar, es difícil de explicar y no necesariamente te lo puedo contar, rayos… ni siquiera me puedo expresar bien, me pones nervioso Seiya – el hombre de cabellos negros pasó una mano por sus cortos cabellos y sonrió abochornado
- Te pongo nervioso?, y eso que tengo la ropa puesta – Seiya sonrió también y se sonrojó cuando se dio cuenta de lo que dijo, Shura rió divertido y meneó la cabeza al decir:
- Es por eso que voy al bar, me gusta hablar contigo, tú eres tan genial y divertido, una bocanada de aire fresco en toda la extensión de la palabra
- Te gusta hablar conmigo?, entonces no vas solo a verme bailar?
- No… no voy solo a verte bailar, me gusta conversar contigo, pero está bien… entiendo que esto sea mucho y por ello me disculpo, no quise incomodarte solo quería saludarte, no era mi intención asustarte, presionarte o revolotearte, es en serio que solo quería saludarte, pero… ahora ya me tengo que ir y gracias Seiya – Shura miró su reloj y frunció el ceño, estaba tarde
- Gracias por qué?
- Por aceptarme el café que te he ofrecido por semanas, nos vemos, adiós bebé – Shura acarició la mejilla del niño que se hizo el quite y se acurrucó en el pecho de su padre
Seiya suspiró al ver a Shura alejarse, diablos… él no podía salir con ningún cliente, eso no sería bueno para él o para Shura, eso terminaría en desastre seguramente, y además los clientes que buscaban a los bailarines para “salir”, no querían solo salir, buscaban solamente sexo y eso Seiya se negaba a hacer, se negaba a prostituirse, eso sería lo último que haría en la vida, aunque… una cosa eran sus buenas intenciones, otra cosa eran las penurias que le tocaran vivir, a él y a Max, dioses… Seiya no había acabado de suspirar por Shura que un peliazul venía caminando por las caminerías del parque
- Papa… - dijo el pequeño Max y señaló hacia los árboles, Seiya se volteó y suspiró con cansancio esta vez, no iba a tener un momento de paz esa tarde aparentemente, Shun que estaba apoyado en Julián entre los árboles cercanos se tensó y se sentó de mejor manera para poder ver lo que pasaba
- Hola hijo mío… ohhh que hermoso estás, y pesado… muy pesado… – Saga se acercó y ni siquiera saludó a Seiya, sino que tomó a su hijo de los brazos del castaño y lo abrazó con ternura besando su mejilla, Saga era un hombre muy apuesto, alto, atlético, de blanca tez, ojos y cabellos azules, el pequeño Max era bastante parecido a él
- Hola Seiya, que gusto de verte, wow… te ves genial hoy en la tarde – dijo Seiya con obvio sarcasmo y molestia porque su amante ni siquiera se dignó en saludarlo
- Sigues trabajando en ese bar de mala muerte?, claro… si a eso se le puede llamar trabajo – respondió Saga en tono sumamente agresivo
- Claro que es un trabajo, y no tiene nada de malo, es un buen dinero el que gano y solo bailo, no hago nada más, no que a ti te importe si lo hago o no – contestó Seiya en el mismo tono agresivo
- Entonces no tenemos nada de qué hablar, no quiero volver a discutir de esto contigo solo quiero ver a mi hijo un momento
- Un momento?, solo quieres verlo un momento? – Seiya que de por sí estaba molesto, ahora se mostró ofendido
- Sabes que no me puedo quedar, y no estamos hablando de eso Seiya – Saga se mostró algo incómodo al inicio pero cambió de actitud, siempre le había funcionado el enojarse, Seiya lo veía enojado y bajaba el tono de sus reclamos, así Saga siempre lo había podido manipular pero, eso ya no estaba funcionando últimamente
- Lo sé, sé que nunca puedes hacer nada por nosotros, no sé por qué espero que eso cambie, bueno… dámelo, está haciendo frío y quiero llevarlo a casa, va a llover – Seiya estiró los brazos para recibir a su hijo pero Saga lo abrazó y no se lo dio, Max se puso inquieto porque él quería volver a los brazos de Seiya pero Saga no lo soltaba
- Es mi hijo Seiya – reclamó Saga molesto
- Claro que es tu hijo, pero harías bien en recordarlo un poco más seguido no solo cuando te es conveniente, dámelo por favor que es en serio que quiero llevarlo a la casa, está haciendo frío – insistió Seiya tendiendo nuevamente los brazos, Max empezó a quejarse lanzándose a Seiya pero Saga no lo soltaba
- Ni siquiera he pasado tiempo con él – Saga insistía
- Puede ser, pero se va a enfermar y tu no ayudas con su medicina, con sus citas con el doctor ni con nada referente a él, entonces no tienes derecho de exigir nada si el que lo mantiene completamente soy yo y ahora lo tengo que llevar a casa, dámelo por favor que está llorando – Seiya tendió sus brazos nuevamente y Saga le devolvió al niño con furia, Seiya abrazó a Max y el pequeño se acurrucó en el pecho de su padre
- Maldito niño, cómo te atreves a sacarme eso en cara? – Saga destilaba furia por los poros
- Yo no te estoy sacando nada en cara, solo te estoy diciendo las cosas como son, si ayudaras con sus gastos las cosas serían diferentes
- Tú lo único que quieres es dinero para gastarte con tus amantes, con tus clientes que levantas en ese bar de mala muerte en el que trabajas, eres un cualquiera Seiya, no vales la pena, no sé como pude haber fijado mis ojos en ti, me das asco – Saga escupió a los pies de Seiya que lo miró ofendidísimo, de no haber tenido a Max en los brazos se le hubiera lanzado pero… no… Seiya simplemente lo miró, levantó el rostro y con toda la dignidad que pudo demostrar se dio la media vuelta y empezó a caminar fuera del parque, Saga caminó para el otro lado pero cambió de dirección abruptamente y siguió a Seiya hasta alcanzarlo, lo volteó con fuerza agarrándolo del brazo y levantó la mano para cachetearlo, el castaño abrazó a su hijo con fuerza protegiéndolo con el cuerpo, no tuvo como defenderse y de la fuerza del golpe cayó al suelo
Shun había querido ir en auxilio de Seiya desde que Saga llegó al parque pero Julián no lo había permitido, pero ya no lo pudo impedir cuando Seiya cayó al suelo, ahí el muchacho de ojos verdes se levantó hecho un resorte y corrió hasta Seiya que estaba hecho bolita abrazando a su hijo que lloraba con desesperación, Saga no se había movido en lo más mínimo, solo miraba con ojos exorbitados a Seiya que tampoco se estaba moviendo y abrazaba a su hijo en el suelo
- Qué te pasa pedazo de imbécil?, lárgate de aquí, quién te crees que eres? – Shun empujó a Saga con todas sus fuerzas para alejarlo de Seiya que ni siquiera levantaba la cabeza
- Seiya… - Saga tenía la respiración agitada y palideció
- Vete Saga, no crees que ya has hecho lo suficiente?, vete ahora – Shun se había arrodillado junto a Seiya, quería ver su rostro pero el castaño estaba hecho bolita y parecía no reaccionar, estaba como en shock, Max lloraba y lloraba
- No quise… no fue mi intención… yo… yo… - Saga se llevó las manos a la cabeza y ahora lucía horrorizado ante la escena, en especial porque un oficial uniformado corría hacia ellos, Saga lo vio y no supo que hacer, no se decidía si correr o quedarse allí
- Shun… qué está pasando?, llamo a una ambulancia? – el uniformado era uno de los policías que patrullaba usualmente el barrio, Milo era su nombre y Camus era el nombre de su compañero que también se estaba acercando con un poco más de calma a donde ellos estaban, los uniformados conocían a todos los residentes del barrio y más que todo conocían muy bien a Shun y a toda su familia porque en más de una ocasión habían llevado a Ikky inconsciente a casa, a veces el peliazul se quedaba dormido en la vereda y los oficiales lo llevaban a casa para que no muera en la calle por hipotermia
- No creo que sea necesario Milo, gracias de todas maneras – Shun dijo esto en un tono muy seco
- Estás bien Seiya?, déjame ayudarte – Camus se había agachado por el otro lado y prácticamente levantó al castaño que apretaba a su hijo a su pecho, pero con la ayuda de Camus se puso de pie, el oficial levantó el rostro del castaño y vio su mejilla completamente enrojecida además de un hilito de sangre que bajaba por la comisura de su labio
- Estoy bien… gracias… - contestó el castaño bajando nuevamente el rostro
- Ven… te llevaré a casa – Camus se sacó la chompa de su uniforme y la puso en los hombros de Seiya a lo que lo guió por el parque, Milo miró a Saga que se dio la vuelta y caminó hacia el otro lado, dejando solo a Shun con el policía que guardó el tolete que tenía en las manos
- Cómo estás Shun? – preguntó Milo con una sonrisa en los labios la que Shun no compartió
- Bien… yo siempre estoy bien
- Te puedo invitar un café o algo?
- No… estás de guardia, con todo lo que acaba de pasar no creo que sea apropiado, además tampoco creo que eso le parezca bien a mi novio – Shun se volteó y miró a Julián que estaba de pie junto al árbol en donde había estado antes
- Tienes un novio? – Milo alzó la mirada y frunció el ceño antes de decir: - No sé por qué me haces esto Shun, tu sabes que yo tengo buenas intenciones contigo, mi sueldo es bueno y podríamos vivir bien, podríamos hacer una bonita vida tu y yo
- Vas a seguir con eso Milo?, por favor… nosotros tuvimos una sola noche juntos y en verdad este no es ni el momento ni el lugar para discutir algo así, debo ir con Seiya – Shun quiso irse pero Milo lo detuvo sujetándolo del brazo
- Espera Shun, ya no podemos ni hablar un momento?
- Suéltame Milo, es en serio
- Cuándo lo vas a superar Shun?, es mejor que ese tipo no esté en tu vida, no lo crees? – dijo Milo con furia
- Eso no es tu problema, nada en mi vida es tu problema así que suéltame Milo que no tienes ningún derecho de jalonearme ni mucho menos – Shun seguía forcejeando para que Milo lo suelte, el policía no tenía la menor intención de hacerlo hasta que vio a ese hombre que Shun había señalado antes que tomó su muñeca con algo de fuerza y arqueó una ceja al preguntar muy casualmente:
- Pasa algo?
- No, no pasa nada Julián, vámonos – Milo había soltado a Shun ante la presión del extraño recién llegado, al policía le dolió la rabia con la que Shun lo había mirado y más que eso fue el hecho de que tomó de la mano a aquel hombre de cabellos azules y caminaron con decisión por el césped en dirección a la casa, la patrulla con Camus y Seiya ya había partido
Shun caminó bufando el camino entero, Julián caminaba a su lado pero no consideró prudente el decir nada, cuando llegaron a casa Seiya ya estaba allí, Camus estaba paseando al bebé por la sala mientras Seiya estaba en el baño, Max se lanzó a los brazos de Shun que lo cargó y besó su mejilla
- Gracias Camus, no sabes cuánto – Shun apretó la mano del policía que sonrió a manera de despedida y salió de la casa, Seiya salió del baño y sin mayores trámites tomó en brazos a Max y fue a sentarse en el sillón
- Déjame ver… ohhh Seiya… - Shun miró la cara de su hermano y frunció el ceño
- No es nada, está un poco hinchado, no? – Seiya se había mirado en el espejo del baño y si estaba hinchado su cachete
- Si, déjame traerte algo de hielo, maldito Saga, es el colmo que aparte de no darte nada para el niño, encima va y te pega, no no no, no lo podemos denunciar o algo?, Hyoga ha ido a cárcel por las mismas cosas, no? – Shun fue a la cocina y trajo una funda de arvejas congeladas envuelta en una toalla, Seiya la tomó y se la puso en la mejilla
- Si, pero yo no quiero líos con Saga, su hermano es abogado, y hasta que Shyru se gradúe no tenemos quien nos defienda – Seiya suspiró y acarició la cabeza de su hijo que descansaba sobre su pecho
- Ese tipo es un abusivo – dijo Shun y Seiya solo asintió, se puso de pie y fue directo a las escaleras
- Por favor no se lo digan a Shyru o a Hyoga, no quiero más problemas ni nada, mejor voy a bañar a Max, adiós Julián – Seiya subió las escaleras dejando a Shun en medio de la sala, Julián caminó hasta él y lo abrazó por la espalda, pero Shun no se dejó abrazar y se zafó de su agarre
- Qué pasa? – frunció Julián el ceño a preguntar esto
- Qué me pasa a mí?, qué te pasa a ti?
- A mí?, de qué estás hablando? – preguntó el peliazul cruzándose de brazos
- En el parque, cuando yo quise ir a ayudar a Seiya no me dejaste, me solté de ti cuando Saga lo golpeó, si yo hubiera ido cuando quise ir, nada de esto hubiera pasado – Shun miró a Julián con dolor, esta no era la primera vez que Saga golpeaba a Seiya, claro que eso Julián no tenía por qué saber y por eso no necesariamente entendía la angustia de Shun o su indignación
- Es mi culpa ahora? – Julián sonó ofendido
- No… no es tu culpa, pero tampoco ayudaste en lo más mínimo, no te pido que saltes en defensa de Seiya ni mucho menos pero… podrías haber hecho algo más, si Camus y Milo no hubieran estado patrullando por el parque Saga hubiera golpeado en serio a Seiya, a mí también, y tú lo hubieras visto impasible desde el árbol
- No, no lo hubiera visto desde el árbol, hubiera intervenido antes – el tono de Julián pasó a ser frío
- Antes?, Saga es un hombre complicado, tiene cambios de humor alarmantes, golpeó con tal saña a Seiya que lo mandó al hospital una vez, Julián…
- Ok., déjame entender esto, estás molesto conmigo porque no intervine defendiendo a Seiya, tomando en cuenta que Seiya no pidió intervención alguna, ese tipo lucía amenazante, yo vi que tenía una daga en el cinturón y posiblemente estaba hasta armado y tu querías que me le lance encima?, es en serio Shun?
- No… si… no sé… - el peliverde lucía frustrado
- Lo que quieres es que sea un poco más como seguramente él era, verdad? – Julián señaló la cartelera de corcho que estaba en la pared, Shun lo miró confundido, así que Julián fue hasta allá y sacó una de las fotografías que estaba en ella y se la dio a Shun con ira
- Qué?, esto no tiene nada que ver con nada, es solo una foto vieja – Shun dijo exasperado, era una foto en donde posaba junto a Hades que tenía un brazo sobre sus hombros, claro que podía verse claramente el tatuaje que Hades tenía en el brazo y su camiseta negra de calaveras
- Hay fotos y cosas de ese sujeto por toda la casa, Ikky me dijo que era tu novio y que lo amabas como no has amado a nadie más, cuando te lo pregunté tú me dijiste que no era importante, he hecho mi mejor esfuerzo por creerte, por creer en ti pero… hay cosas que… por qué siguen sus fotos aquí?, por qué siguen sus cosas aquí??? – Julián señaló la cartelera de corcho y tomó un buso del mueble, Shun lo miró sin comprender pero Julián tomó otra fotografía de la cartelera y se la dio junto con el buso, Hades estaba usando ese buso en esa fotografía, Shun ni siquiera se había percatado de ellos, era una coincidencia que esa prenda haya estado por los muebles de la sala aunque… él usaba ese buso a veces para dormir
- No entiendo como pasamos del problema con Seiya a esto – Shun se llevó las manos a la cabeza y cayó sentado en el sillón, la furia de Julián era palpable, era obvio que era algo que deseaba sacar de su pecho por algún tiempo y como bomba de tiempo ahora había explotado
- Pasamos porque lo sé todo, sé todo lo que me has ocultado – acusó Julián
- Yo no te he ocultado nada, te hablé de Hades, te dije que todo terminó entre nosotros, él no es parte de mi vida ni lo ha sido por mucho tiempo, tú eres parte de mi vida, solo tú eres importante – Shun se levantó y tenía los ojos tristes
- A veces no lo parece, crees que no me doy cuenta, crees que soy un imbécil, tú me comparas con él, yo sé que lo haces, siento que lo haces y me duele Shun, tú me dices que eres mío pero no es verdad porque todos tus amigos y conocidos me han hablado de él, tus hermanos me han hablado de él, y él está presente en todos los rincones de esta casa, el único que no lo acepta eres tú, estoy cansado de esto, yo me estoy enamorando de ti, pero tu… tu sientes algo por mi?
- Claro que si, yo soy tuyo, me he entregado a ti – aseguró Shun con desesperación, pero Julián meneó la cabeza al decir:
- Si, te has entregado a mi, tengo tu cuerpo, pero tu alma… también la tengo?
- Julián, no sé por qué dudas de mi, no lo hagas, no lo hagas amor, yo soy tuyo – Shun cubrió las distancias y trató de tomar su mano, pero Julián no se dejó tocar, lo miró con profundo dolor y dijo:
- No… tú lo amas a él… a él… - Julián salió de la casa dando un portazo dejando a Shun solo en medio de la sala con el corazón roto, otra vez…