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RinHaru week 2017 por Yaoi lovers

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Notas del capitulo:

Dos días más le quedan a esta semana ¿Quién lo hubiera dicho? Hasta yo me sorprendo de haber estado aquí todos los días y a tiempo xDDD 

Parecía casi un sueño que luego de tanto esfuerzo por fin pudiera presentarse en competencias tanto nacionales como internacionales, llevaba ya un par de años como uno de los mayores representantes de Japón y aún así la emoción era igual que la primera vez que participó.


Y no estuvo solo en ese largo camino pues, además de contar con el apoyo de sus amigos, había tenido como compañero en casi todas sus competencias al de ojos rojos. Dado que ambos habían decidido seguir el mismo camino era comprensible que en más de una ocasión se encontraran compartiendo la piscina y luego de tanto tiempo adoptaron la costumbre de asistir a apoyar al otro en caso de que no compitieran el mismo día.


Sin embargo, pese a esa promesa tácita que había sido cumplida por ambos en cada ocasión, hubo un día en que las actividades del más alto le habían impedido asistir por motivos de tiempo.


-De verdad lo lamento mucho Haru, si no fuera tan importante faltaría para poder ir a apoyarte-de verdad se sentía avergonzado de no poder asistir a la competencia pero su agenda se lo impedía-Te prometo que me esforzaré por llegar, aunque sea al momento de la premiación.


-No es necesario que lo hagas, estaré bien incluso si no vas. De cualquier manera Makoto, Nagisa y Rei irán a animarme-intentaba restarle importancia pero desde que supo que existía la posibilidad de que no asistiera se encontraba un poco decaído aún sin querer mostrárselo-Deberías estar más preocupado por tus pendientes que por esto.


El contrario se limitó a rascar su nuca y desviar la mirada con cierta confusión. Conocía lo suficiente al azabache para saber lo obstinado que llegaba a ser y aún así no podía creer que dijera aquello pues, además de hacerlo sentir más culpable, le provocaba un extraño vacío al saber que no era tan indispensable para el chico como este resultaba para el pelirrojo.


De cualquier manera insistió con asistir aunque fuera al último momento sin importar la negativa del otro. Y no es que realmente su presencia o ausencia significara tan poco para él, sino simplemente que no quería presionar a su amigo. Creía que era demasiado desconsiderado de su parte pedir que asistiera pese a sus compromisos, sentía que durante todos esos años había hecho tanto por él que lo menos que podía hacer era quitarle una carga de encima.


Y después de eso ninguno quiso seguir hablando del tema, preferían seguir como si nada hubiera pasado al menos hasta que el día de la competencia terminara. Ambos estaban demasiado sumidos en sus pensamientos como para dedicarse a otra cosa que no fuera sus entrenamientos y los pendientes que cada uno tenía por su cuenta, querían estar lo más despejados posibles pues sabían lo que podría ocurrir con su desempeño si dejaban que sus emociones influyeran demasiado.


Y quien lo intentaba con más afán era el de ojos azules pues, aunque su rendimiento no se había visto afectado por lo que ocurría fuera de la pista, no dejaba de pensar en lo que había sucedido. Sabía de sobra lo importante que era para el otro chico cumplir con sus promesas y dar todo de si por las personas que quiere y también sabía que las posibilidades de haberlo herido con sus palabras era demasiado alta pero no se sentía capaz de decirle directamente su sentir y sus razones para negarse para evitar generar conflictos innecesarios.


 


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Por fin llegó el día tan ansiado y, antes de partir, Rin se había encargado de despedirse más de una vez del chico ofreciéndole una y mil disculpas por no estar presente y en cada una recordándole que se esforzaría tanto como pudiera para llegar con él aunque fuera en el último momento.


-Ya vete Rin, terminarás llegando tarde si sigues con esto-cada palabra sólo lo hacía sentir peor y de verdad no soportaba la presión.


-Llegaré, es una promesa. Y si no te lo compensaré apenas tengas un día libre, de verdad lo haré...-y sin decir más salió corriendo hacia la puerta para partir, iba sólo unos minutos retrasado pero confiaba en poder llegar.


-Vimos a Rin-chan salir corriendo ¿No va a quedarse para apoyarte?-el rubio se colocó frente a él con mirada curiosa.


-Tiene algo que hacer y no puede quedarse-fueron lass palabras que salieron de su boca mientras tomaba sus cosas para poder ir a cambiarse-Deberían adelantarse, parece que esta vez tendremos más público y puede que no encuentren un buen lugar si tardan demasiado-y sin esperar respuesta caminó hacia la salida seguido muy de cerca por el castaño.


-Él va a estar apoyándote aún si no está aquí, no hay duda de eso-entendía lo que el chico ocultaba y quería demostrarle que podía estar tranquilo.


-Eso mismo dijo él, sé que lo hará-con eso dio por terminada la conversación antes de caminar hacia los vestidores mientras sus amigos caminaban hacia donde el chico de lentes ya los esperaba.


-Vi a Rin-san salir corriendo... ¿Discutieron?-no quería causar un alboroto sólo porque el otro no estuviera pero pensaba en la causa más probable-¿Haruka-senpai estará bien?


-Va a estarlo, no es por eso que Rin salió así que no hay de que preocuparse-el más alto sonrió de esa manera tan característica que siempre tenía para poder tranquilizarlos aunque no estaba muy seguro de lo que podía suceder pues había logrado darse cuenta de que no todo estaba en orden pero no estaba seguro de que fuera suficiente para que su amigo flaqueara.


Y por su parte el pelirrojo no se encontraba en paz. Miraba el reloj en su muñeca casi cada cinco minutos asegurándose del tiempo que aún faltaba para que la carrera comenzara, además es lo único que podía hacer pues su estadía en ese lugar no dependía sólo de él y no tenía forma de apresurarse.


-Ya debe haber comenzado-miró su reloj una vez más dándose cuenta de que el primer grupo debía estar su posición y listo para salir-Si participa en uno de los últimos grupos quizá tenga un poco de tiempo para llegar antes de que termine la última vuelta-esos eran sus pensamientos mientras permanecía esperando-Esfuerzate Haru, sé que puedes hacerlo-susurró casi para si mismo mientras miraba hacia el cielo.


 


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La carrera por fin inició y tras la participación de casi todos los nadadores llegó el turno del grupo asignado para que compitiera. Por primera vez se sentía así de ansioso, no eran nervios o temor sino otro sentimiento al que no podía nombrar. Se sentía distante, como si lo que pasara no fuera parte de la realidad o algo parecido.


Seguía de pie observando los carriles y a la audiencia, de verdad habían asistido más visitantes que en otras ocasiones pues el estadio se veía aún mas lleno. ¿Pánico escénico? No, eso no era lo que le preocupaba, ni siquiera tener un mal resultado era lo que lo mantenía con la mente en otro lugar.


-Vamos Haru, sé que puedes-susurró su mejor amigo desde las gradas, quizá no pudiera apreciarse a simple vista pero lo conocía desde hace tanto que lograba entender lo que tenía así al chico.


Le faltaba esa molesta voz diciendo que se esforzara, que debía seguir practicando y mejorando sus tiempos aún si él insistía en que sólo quería nadar y nada más. No había sentido ese vacío antes pues de alguna u otra forma el chico estaba ahí, ya fuera dentro de la piscina nadando cerca de él, en las cercanías esperando su turno para participar o atento a los resultados que el azabache tuviera o, en unos cuantos casos, con sus demás amigos brindándole apoyo.


¿Le hacia falta? Mucha más de la que quería admitir, deseaba con todas sus fuerzas que, así como le había prometido tantas veces antes de partir, pudiera llegar aunque fuera en el último momento.


El silbato sonó anunciando la salida de los nadadores y al mismo tiempo el de ojos rojos corría con todas sus fuerzas hacia donde se encontraba el estadio en que participaba. Se había restrasado unos minutos más de lo que tenía planeado pero no quería fallarle, quería cuando menos poder gritar para felicitarlo por el gran desempeño que tuvo.


Pero la situación que se observaba en la piscina no era esa, el de ojos azules iba en una de las últimas posiciones del tablero, se sentía pesado y le costaba nadar, estaba sofocado y no podía hacerlo como quería, sus extremidades no respondían a sus indicaciones. Pasaba por lo mismo que tantos años atrás había experimentado y que luego gracias a la ayuda de quienes lo rodean, principalmente quien ahora no estaba, logró superar.


-¡Haru-chan! ¡Ánimo!


-¡Haruka-senpai! ¡Usted puede!


-¡Haru! ¡No te rindas! ¡Da lo mejor de ti!


Lograba escuchar las voces de quienes lo apoyaban pero parecían demasiado lejanas, apenas eran un susurro que no lograba despertarlo de su transe y que, por el contrario, le hacían sentir mal por fallarles. Seguía nadando por inercia y todos los presentes daban por hecho que no había manera posible en que lograra recuperarse pues iba desfasado por más de media vuelta respecto al primer competidor.


De pronto el chico había logrado llegar hasta las gradas y al presenciar el hecho no podía entenderlo, estaba paralizado por lo que veía y no pudo hacer más que gritar con todas sus fuerzas esperando con eso ayudar aunque fuera un poco a su amigo.


-¡Haru! ¡No te rindas! ¡Confío en que juntos llegaremos a las olimpiadas! ¡No puedes dejarte vencer tan pronto!


El resto de sus amigos al escuchar al recién llegado aumentaron la intensidad de sus voces, no podían dejar sólo al chico por más difícil que pareciera la situación y debían hacer su mayor esfuerzo para apoyarlo.


El mensaje llegó a los oídos del otro con mayor claridad, empezaba a recordar lo que tantos años atrás había entendido y lo tenía más claro que nunca: nadaba no sólo para sentirse libre sino para poder estar cerca de las personas más importantes para él, para compartir con ellos una de las cosas que más amaba y sobre todo por poder volverse a encontrar con quien más lo ayudaba a salir adelante: el pelirrojo.


La velocidad con que nadaba aumentó y logró posicionarse en el segundo lugar, muy cerca del primero. Estaban a sólo un par de metros de la meta y su brazo se estiro para alcanzar el botón con el que daba por terminada la carrera.


Todos los presentes miraron hacia el tablero y por sólo unas cuantas milésimas de segundo el azabache quedó en segundo lugar. Estuvo a punto de desanimarse un poco al no obtener los resultados que esperaba pero la idea desapareció por completo cuando la mismo voz que lo motivó a llegar hasta donde estaba siguió mostrándole su apoyo y lo felicitaba.


Una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios cuando lo escuchó antes de reunirse con el resto de participantes previo a su salida del estadio. Tomó sus cosas y caminó a la salida, aún eran muchas las cosas que pasaban por su mente e iba distraído sin prestar demasiada atención cuando avanzaba.


Seguía en ese estado hasta que un par de brazos se colocó alrededor de sus hombros y sintió el peso de alguien más sobre él que lo hizo perder el equilibrio por unos instantes. Por fin pudo ver de quien se trataba y tras él llegaron sus demás amigos quienes se abalanzaron sobre él aprovechando que estaba preparado. Hubo muchas felicitaciones y muestras de apoyo una vez se reunieron además de una pequeña salida para celebrar.


Finalmente se despidieron y emprendieron sus respectivos caminos para volver a casa a excepción de Rin y Haru quienes regresarían juntos. Empezaron el camino en silencio y probablemente hubiera seguido así de no ser porque el más bajo sentía que debía decirle como se sentía.


-Gracias por llegar-sus palabras provocaron que el otro se detuviera para mirarlo-Ya sé que vas a decirme que era una promesa y que no debo pensarlo tanto pero de verdad significó mucho para mí.


-Haru... Yo... No sé que decir-rascó su nuca de manera nerviosa, no estaba acostumbrado a la sinceridad del chico y le había tomado por sorpresa-De verdad no hice más que apoyarte como tú lo habrías hecho y como lo hacían los demás.


-Pero fue por ti que pude esforzarme aún más, porque desde el principio fuiste quien me enseñó el camino a seguir-lo miró fijamente intentando expresar todo lo que con palabras no podía-Gracias de verdad, por lo de hoy y por todo lo que has hecho por mí-y con una pequeña sonrisa dio por terminada la conversación para luego poder seguir el camino.


Ante eso no supo que más decir, entendía el sentimiento pues también se sentía motivado e incluso salvado por él pero no había entendido, sino hasta ese momento, lo valioso que era para ese chico. Y siguieron en silencio el resto del camino pero ambos con una gran sonrisa instalada en su rostro pues sólo tener al otro a su lado les hacía sentir completos.


-Quizá nunca llegue a decirtelo, pero si sigo nadando es por ti, es a ti a quien le dedico siempre cada una de las carreras incluso si te tengo al lado mío durante la competencia-esos eran los pensamientos del azabache mientras miraba de reojo a su compañero con una ligera sonrisa instalada en su rostro, imaginando como serían las cosas si supiera la verdad.

Notas finales:

Pero bueno, aquí este día que espero haya sido de su agrado, nos leeremos lo que resta de la semana.


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