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Consuegros por Casiopea

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El timbre resonaba en toda la casa. Gruñó sobre la almohada, y no pudo evitar maldecir cuando miró la hora en el despertador. Para un día que no tenía que madrugar, iban y le despertaban temprano.


Se levantó, bostezando y frotándose la cara con las manos mientras avanzaba por el pasillo hasta la puerta.


- ¿Tú no tendrías que estar en la universidad?.- Le preguntó a Jinri, cuando esta salió de su habitación con cara adormilada.


- Es lunes, papá.


Minho asintió, acordándose de que los lunes su hija solo tenía clase por la tarde, abriendo la puerta para quién fuera que estuviera llamando, dejase de hacer sonar el maldito timbre que le estaba taladrando la cabeza.


- Buenos días. ¿El señor Choi Minho?


Minho frunció el ceño, y luego asintió, mirando al joven repartidor que le sonreía y observando el gran paquete envuelto en papel marrón que reposaba a su lado.


- Soy yo.


- Tengo una entrega para usted. Si es tan amable de firmar aquí, por favor.


Miró el papel que le ofrecía, junto con el bolígrafo, leyendo que en el remitente del paquete figuraba la galería de arte que visitó con Jonghyun el viernes pasado, y volvió a fijarse en el paquete que en teoría era para él, dándose cuenta de que seguramente era un cuadro.


- Tiene que haber un error. Yo no he comprado ningún cuadro.


- ¿No son estos sus datos?


Minho miró el papel, y comprobó que sí, todos los datos que figuraban ahí eran suyos.


- Sí, pero es que yo no he comprado nada.


El repartidor se encogió de hombros.


- Nosotros solo nos encargamos de la entrega, si tiene alguna reclamación, deberá ponerse en contacto con la galería. Ahora, si puede firmar aquí, por favor.


Minho bufó, firmando el folio que le enseñaba, y entró en casa con el cuadro todavía envuelto.


- ¿Qué es eso?.- Preguntó Sulli, saliendo de la cocina con una taza de cereales.


- Me han enviado un cuadro por error.- Contestó, mientras cogía su teléfono móvil para llamar a la galería y notificar la equivocación.


- Aquí hay una nota.- Escuchó que decía su hija, y antes de que pudiera responder algo, ella ya estaba leyendo lo que ponía.- Espero que no te siente mal. No lo he podido evitar. Solo quería agradecerte la magnifica velada que tuve, lo pasé realmente bien. Kim... ¿Jonghyun?


Galería Art Paradise, ¿en qué puedo ayudarle?


Minho miró el teléfono en su oreja, y colgó sin ni si quiera contestar, acercándose rápidamente a Sulli, para arrebatar la nota de las manos y leerla él mismo.


- Dime, por favor, que ese Kim Jonghyun no es mi suegro.


- No es tu suegro.- Respondió, leyendo la nota por segunda vez.


- ¡Oh, Dios mío, estás ligando con el padre de Jongin!


- ¡No estoy ligando con nadie!


Minho se exaltó, y Sulli rió, saltando y aplaudiendo como si la situación realmente fuera divertida cuando a él le estaba a punto de estallar el corazón. Se acercó hasta el paquete, y desenvolvió rápidamente el cuadro, quedándose con la boca abierta cuando lo reconoció.


- Qué bonito.- Expresó Jinri, mirando la puesta de sol que se retrataba en el lienzo.


- Y qué caro.- Dijo Minho, asombrado.


- ¿En serio? ¿Cuanto vale?


- Ocho millones de wons.- Respondió, recordando el precio que le había indicado la chica del mostrador de la galería, y que le había quitado toda la ilusión por comprarlo. Y ahora lo tenía en su salón.


- Joder.


- ¡Choi Jinri, no maldigas!


- ¿Que no maldiga? Ni si quiera mi anillo de compromiso ha valido tan caro.


Minho miró el bonito paisaje del cuadro, sentado en el suelo todavía anonadado y emocionado a partes iguales.


- No puedo aceptarlo.


- Claro que puedes. Es precioso.


Sulli tenía razón, el cuadro era precioso, y quedaría tan bien colgado en su habitación...


- Pero es muy caro.- Refutó.


- Mira papá, no sé qué te traes con Jonghyun, pero está claro que a él le gusta. Ojalá Jongin me regalase algo así.


- No me traigo nada con nadie.- Frunció el ceño, para que no se notase el sonrojo de sus mejillas.- Solo fuimos a ver una exposición de arte, y hablamos, y nada más.


Ni si quiera sabía porqué estaba dando explicaciones, solo sentía que estaba empezando a ponerse muy nervioso.


Todas sus relaciones habían sido un fracaso. Todas. Se había enamorado de la madre de Sulli cuando era joven, y cuando ella supo que estaba embarazada entró en pánico, y cuando su hija nació, su madre decidió que su futuro era más importante que su reciente familia, y lo dejó solo con una niña al cargo. Le rompió el corazón. Le dolió tanto, que cuando lo medio superó, decidió que tal vez podría intentar tener una relación con un hombre, porque había descubierto, en alguna etapa de su vida, el peligroso terreno de la bisexualidad. El primer chico con el que salió era un niñato que el mayor regalo que fue capaz de hacerle fue una caja de condones. Muy sutil. Y su relación más larga había sido con un hombre casado, que le había prometido durante años que iba a dejar a su mujer por él, cosa que nunca sucedió, y al final Minho tuvo que terminar la relación que le había costado mucho superar.


- Yo creo que le gustas.


Y ahora estaba Jonghyun, que era un hombre encantador, atractivo y dulce, con el que tenía demasiadas cosas en común, y le hacía sentirse reconfortado y a gusto con solo sonreír, con el que las horas se le pasaban demasiado rápido cuando estaban en una conversación con él y por el que se sentía demasiado atraído en ese instante.


- Está casado.- Le recordó, y se lo recordó a sí mismo.


- ¿Y?.- Jinri se encogió diplomáticamente de hombros.- Que tenga un anillo en el dedo no significa que no pueda gustarle alguien más.


- Lo dice alguien que está a punto de casarse.


- Me casaré con Jongin porque lo amo, pero si el día de mañana conociera a otro hombre que me llena más que él, pues lo tendría que asumir. ¿A ti te gusta Jognhyun?


- No.- Respondió en automático.


Y luego pensó en su agradable sonrisa, y en lo divertido que era a veces. Pensó en lo mucho que sabía de él sin pensarlo, en lo profesional que parecía cuando hablaba de su trabajo, en los muchos gustos que compartían, y en las veces que se le había ido la mente pensando en él sin darse cuenta. Y se dio cuenta de que tal vez sí, le gustaba un poco.


- ¡Claro que te gusta! Si hasta te estás sonrojando, papá.


- Da igual, tengo que devolverle el cuadro.- Minho cabeceó, levantándose del suelo.- Aunque no tengo su número de teléfono. Tal vez, podría llamar a la galería.


- Espera, se lo pediré a Jongin.


- ¿Qué? ¡No!.- Antes de que Minho pudiera reaccionar, Sulli ya tenía el móvil en la mano.- Pedirle el número de tu suegro a tu novio es demasiado raro.


- Que va, Jongin a veces es tan despistado que no se va a dar ni cuenta.


- Pero...


- Ya lo tengo. ¿Apuntas?.- Jinri sonrió deslumbrante, y a él no le quedó otro remedio que rodar los ojos y apuntar el número de contacto.


Cuando lo tuvo, se sentó en el sofá al lado de Sulli, que parecía más emocionada en hablar con su prometido que otra cosa, y miró la pantalla de su móvil sin saber muy bien qué debía decirle. Al final, después de muchos intentos patéticos consiguió escribir un mensaje decente, donde le agradecía el regalo, le decía que él también había pasado una tarde fantástica, pero que no podía aceptar el cuadro porque era demasiado. La respuesta le llegó casi al instante, y tuvo que respirar hondo varias veces antes de abrir el mensaje porque estaba a punto de darle un ataque al corazón y eso que todavía no había llegado a los cuarenta.


"¿Podemos discutir eso en persona?"


*****


Era demasiado pronto para empezar a beber, pero lo necesitaba. Sentía sus músculos entumecidos, no había sido capaz de sacar una foto bien en toda la tarde porque las manos no paraban de temblarle, y sentía que iba a vomitar el corazón en cualquier segundo.


Bebió su cerveza fría con rapidez, aunque no la suficiente cuando vio a Jonghyun aparecer por la puerta del bar, con un traje negro, una camisa blanca y una corbata.


Casi se atragantó nada más verlo.


- No conocía este sitio.- Dijo Jognhyun nada más sentar con él en la mesa.


Minho miró el bar en el que habían quedado; era pequeño, tranquilo, con una barra de madera oscura, algunas mesas y una pequeña tarima con un micro al final del local.


- Es un sitio agradable. Los viernes por la noche tocan música Indie.- Comentó, señalando hacia el escenario, mientras el camarero le servía una cerveza a Jonghyun.


- ¿Estás nervioso?.- Escuchó la diversión en la voz de Jonghyun, mientras le daba un sorbo a su bebida.


Joder, sí lo estaba.


- No, ¿por qué?


- Hablas demasiado rápido.


Minho abrió la boca, y luego la cerró, mirándole con un poco de asombro porque él no se había dado cuenta de ese detalle. Bebió un trago largo de su cerveza y se concentró en el patrón que hacía la madera de la mesa para poder hablar.


- Gracias por el regalo. El cuadro es precioso pero no puedo aceptarlo.- Soltó directamente, porque prefería terminar con eso rápido e irse a casa para que su corazón pudiese latir con normalidad otra vez.


- ¿Por qué?


- ¿Eh?


- ¿Por qué no puedes aceptarlo?


- Porque es demasiado caro.- Dijo con una obviedad rotunda.


- Pero te encantó. Lo pude ver por la forma en la que lo miradas.


Minho bufó.


- Ya, pero...- Apoyó sus codos en la mesa y se acercó un poco a Jonghyun, como si quisiera reafirmar su opinión.- ¿Sabes lo que vale?


Jonghyun rió, aún más divertido que antes, y se puso en la misma posición que Minho, haciendo que sus rostros quedasen a escasos centímetros.


- Créeme, sé cuánto vale.- Dijo con falsa resignación.


Minho se sonrojó, por la poca distancia que los separaba, y volvió a apoyar la espalda en la silla.


- Pero...


- Deja los peros, Minho. Es un regalo, solo acéptalo.


Dudó durante un segundo, y miró a Jonghyun, fijándose en esa mirada confiada que tenía en el rostro, recordando que era abogado y que seguramente esa discusión estaba perdida para él incluso antes de empezar, porque Jonghyun era experto en hacer que todo el mundo pensase que él tenía razón. Se dedicaba a eso al fin y al cabo.


- Está bien. Gracias, entonces.


Jonghyun sonrió brillantemente, y Minho se relajó después de un par de cervezas y una conversación interesante. Tal vez se relajó con demasiadas cervezas, porque cuando quiso parar a pensarlo, la cabeza le estaba dando vuelta, la llave de su casa no entraba en la cerradura y Jonghyun no paraba de reírse de él.


- ¡Ya está!.- Celebró, cuando por fin la cerradura cedió y la puerta se abrió.- ¿Quieres pasar?


- ¿Tú hija no está?


Minho negó con la cabeza, mientras se quitaba los zapatos en la entrada, sorprendiéndose cuando Jonghyun entró en su casa, cerrando la puerta a su espalda. El nerviosismo volvió a él más fuerte, notó un mareo sacudiéndole el cuerpo y por un momento temió vomitar ahí mismo. No debería de haber bebido. Sentía cómo le latía el corazón en los oídos, y su pulso temblaba tanto que no pudo evitar tropezar. Hubiera caído al suelo si no fuera porque las manos de Jonghyun se aferraron a sus caderas para sujetarle y apoyarle contra la pared.


- Hace tiempo que no bebo.- Se justificó, con los ojos cerrados, porque aunque ya tuviera un punto de estabilidad con la pared a su espalda, todavía notaba que Jonghyun no le había soltado y que estaba peligrosamente cerca de él.


- Eso y que te has bebido toda la cerveza del bar.


Minho debería haberse reído, debería haberse separado de Jonghyun y haberse sentado en el sofá para senerarse. Pero en cambio se fijo en el cuello de Jonghyun, y en como su manzana de Adán subía y bajaba cuando tragaba saliva. Exhalar también fue una mala opción, sobretodo cuando la colonia se le volvió a colar en la fosas nasales, raspándole la garganta.  Tal vez, era verdad, y hacía demasiado tiempo que no bebía y por eso no era capaz de saber cómo comportarse, o tal vez solo fue el calor del momento, pero Minho no pudo evitar acercar un poco los labios hasta su cuello, viendo como Jonghyun se estremecía al sentir su aliento en contacto con su piel, pero no dijo nada, no se quejó ni se apartó, y para la consciencia ebria de Minho, eso fue suficiente como para atreverse a dejarle un casto beso en la base del cuello. Vio como su piel se erizaba, y sintió como le sujetaba más fuerte de las caderas, pero seguía sin quejarse, así que se arriesgó a darle otro beso, que tampoco obtuvo ninguna protesta, así que sus labios rozaron su piel una vez más y cuando quiso ser consciente de lo que estaba haciendo, ya le estaba besando.


Su cuerpo se sacudió y su pecho vibró cuando su lengua rozó la de Jonghyun. Su corazón ya no le latía solo en los oídos, sino que lo sentía por todo el cuerpo. Sus manos estaban tan ansiosas y le temblaba tanto el pulso que ni si quiera fue capaz de desabrochar ningún botón de la camisa del mayor, así que obligó a Jonghyun a quitársela por encima de la cabeza, mientras él se deshacía de su chaqueta.


- ¿Tu habitación?


- ¿Eh?.- Minho tuvo que concentrarse, y deja de mirar el pecho descubierto de Jonghyun para saber qué le estaba diciendo.


- Tu habitación.


- Ahí.- Señaló estúpidamente a una puerta al final del pasillo.


Volvió a tropezar cuando Jonghyun le cogió de la muñeca y casi literalmente le arrastró por el pasillo hasta llegar a su cuarto. Sintió el colchón tras su espalda antes de que pudiera decir nada, y apenas podía respirar cuando el cuerpo de Jonghyun estaba sobre el suyo. Pero Minho no iba a quejarse, porque Jonghyun parecía tan ansioso como él,  y estaba más que emocionado por eso. Inhaló fuertemente cuando Jonghyun se separó de él durante el instante en el que le desabrochaba los pantalones.


- ¿No querías el cuadro pero ya lo tenías colgado en la pared?.- Preguntó con algo de gracia.


Minho miró por encima de la cabecera de su cama, justo donde había colgado el cuadro que Jonghyun le había regalado.


- Solo era para saber si quedaba bien.


- Ya, claro.


Volvieron a besarse frenéticamente, con las manos recorriendo la piel contraria como una exhalación hasta que estuvieron completamente desnudos. Entonces Jonghyun se detuvo abruptamente, y Minho pensó que tal vez se había arrepentido ahora que sabía lo que estaban a punto de hacer.


- Si quieres podemos parar.- Dijo con la voz entrecortada.


A Minho le fastidiaría tener que detenerse en ese momento en el que lo tenía desnudo encima de él, pero era consciente que a lo mejor Jonghyun solo se había dejado llevar por el momento, y que ahora que estaba en situación, tal vez se había dado cuenta de que esto era un error.


- No.- Negó conciso, haciéndole soltar el aire que había acumulado.- Es que no sé muy bien cómo...


Vio a Jonghyun titubear, y en seguida supo a qué se refería; no sabía cómo continuar. Cogió rápidamente la muñeca del mayor, y se llevo dos dedos a la boca para lamerlos. Jonghyun le miró con una fascinación excitante. Gimió en cuanto los dedos de Jonghyun hicieron contacto en su interior, mientras sentía unos besos demasiado húmedos en el cuello. El temblor se iba apropiando de su cuerpo mientras sentía como se dilataba, se arqueó sin poder evitarlo cuando sus músculos se tensaron y la excitación era demasiado fuerte como para poder aguantarla sin retorcerse en la cama. Jadeó un par de veces, notando como el estómago empezaba a dolerle porque estaba demasiado tenso, y un cosquilleo se esparcía por sus muslos.


- Jonghyun.- Sollozó, porque sentía que algo dentro de él iba a estallar. Dio gracias al cielo cuando el otro pareció entenderlo y sacó sus dedos para sustituirlo por su erección. 


Cerró fuertemente los ojos al notar la intrusión e intentó que algo de aire pasase a sus pulmones con poco éxito. Enredó sus dedos en el cabello castaño de Jonghyun cuando este le dio la primera embestida suave, y sintió sus labios sobre los suyos cuando el ritmo estaba empezando a hacerse frenético.


- Esto no va a durar mucho.


Minho tuvo que estar de acuerdo con eso. Él mismo sentía que iba a correrse dentro de poco, por eso enredó sus piernas en las caderas de Jonghyun, instándole a que fuera un poco más rápido y embistiera un poco más fuerte, hasta que sintió como todos sus músculos terminaban de estirarse por completó, haciéndole gemir fuertemente, mientras tiraba el cuello hacia atrás y notaba como su pene se sacudía en un exhaustivo orgasmo.


Se desenredó de Jonghyun cuando notó que el mayor también había terminado, sintiendo como Jonghyun intentaba recuperar el aire, todavía encima suyo. Jugueteó con su pelo castaño, mientras Jonghyun mantenía la cabeza enterrada en la almohada a su lado, hasta que se desperezó, y comenzó a repartirle besos suaves en los hombros.


- Creo que esta vez podemos ir algo más lentos.- Murmuró Jonghyun contra su piel.


Minho no iba a contradecirle.


 


*****


- Odio a Yuri.


Minho apartó la cerveza de su sien, porque sentía que le dolía la cabeza y que tal vez con algo frío se le calmaría un poco el dolor, pero Jinri había entrado en casa con cara de pocos amigos, y se había sentado en la alfombra, pegando la mejilla derecha a la mesita que tenía en el salón. Entonces decidió que era mejor empezar a beberse la cerveza y tomarse una aspirina para el dolor porque preveía que esa conversación iba para largo.


- No odias a Yuri, es solo que te recuerda a Taeyeon.- Porque a él le pasaba eso a veces.


- También odio a Taeyeon.- Admitió su hija con voz fúnebre, y Minho intentó disimular su risa tras la pantalla del ordenador portátil.


- ¿Qué ha pasado?


Sulli levantó la cara de la mesa. La indignación cubrió cada parte de su rostro y en ese momento entendió cuando Taemin le decía que su hija se parecía demasiado a él.


- Es que hoy hemos ido a la floristería para elegir los centros de mesa, estaba yo tan tranquila mirando tulipanes con la dependienta, y cuando me he querido dar cuenta, esa tía estaba ligando con Jongin.


- ¿Estás segura de eso?.- Preguntó.


Jinri a veces era demasiado temperamental, y con el tema de la boda todo iba a peor. La había visto ya una decenas de veces entrar en casa llorando, pidiéndole que anulase la boda. Y él no iba a hacer tal cosa, porque le había costado mucho enviar todas las invitaciones a los invitados. No sabía si alegrarse o tirarse de los pelos, cuando después de todos los escándalos y los dramas, su hija salia de su habitación, toda feliz, diciendo que ya lo había arreglado con Jongin. Pero era él quién la tenía que consolar durante las tres horas que se pasaba llorando. Y cuando no discutía con Jongin, lo hacía con alguna de sus amigas, o con Yuri, como en este caso.


- ¡Claro que lo estoy! Y encima Jongin, que a veces es tonto el pobre, va y le sigue el juego. Luego se sorprende de que me enfade.


Minho rodó los ojos, mientras editaba una fotografía en su ordenador.


- No creo que Jongin vaya a serte infiel.


Jinri bufó, volviendo a apoyar la cara en la mesa.


- Pues como haya salido como su padre, voy lista.


- ¡Eso es un golpe bajo!.- Se quejó.


Aunque Jinri no sabía lo que en realidad había pasado entre Jonghyun y él, solo se había quedado con el hecho de que le había regalado un cuadro y parecía que para ella eso era suficiente como para empezar a sospechar cosas.


- Oh, Jongin me está llamando.


Resopló, cuando vio a su hija correr con el teléfono hacia su habitación, y Minho no pudo evitar mirar el suyo.


Sinceramente, había esperado algo de Jonghyun.


Hacía una semana desde que habían compartido algo más que la cama. Y la ducha. Y Minho estúpidamente había esperado recibir un mensaje de Jonghyun, o una llamada, o un algo. Pero en cambio no sabía nada del mayor, y los primeros días lo había entendido, lo había pasado por alto, porque seguramente Jonghyun tenía mucho que asimilar, y mucho en lo que pensar, pero mediante iban pasando los días, su ilusión se iba mermando poco a poco, mientras se acordaba de que Jonghyun tenía una casa, con una esposa y una familia. Que tenía un anillo en el anular izquierdo que no le pertenecía a él. Entonces sonreía irónicamente, porque había creado un montón de expectativas de una tontería, como hacía siempre. Así que simplemente había llegado a la etapa de dejar pasar los días, porque ya había asumido que seguramente Jonghyun no iba a ponerse en contacto con él, y Minho no iba a irrumpir en una familia otra vez. 


Lo malo es que en dos semanas se celebraría la fiesta de compromiso de Sulli y Jongin, y iba a tener que verlo por obligación.


La primera semana se le pasó rápido. Cuando entraron en la segunda semana, las últimas esperanzas que tenía, se le desvanecieron por completo. Estaba claro que Jonghyun se había olvidado de él. Y Minho tendría que hacer lo mismo, seguir con su vida, pero le era difícil olvidar la conexión tan grande que había sentido con el mayor, ya no solo porque se habían acostado, y tenía que admitir que recordaba demasiado bien sus besos, sino porque echaba de menos sus conversaciones, y el tiempo tan agradable que pasaba con él.


Y por culpa de su depresión momentánea, había terminado tirado en el sofá, viendo una película en la televisión, y con Taemin como compañía. Y no era una buena compañía. 


- No entiendo qué tienes con los hombres casados, de verdad.- Comentó Taemin, mientras iba a la cocina a por unas bebidas.


Jinri iba a pasar la noche fuera, y a él se le ocurrió que era buena idea llamar a Taemin para no sentirse tan solo, y descargan un poco la decepción que tenía dentro.


- Yo tampoco lo sé.- Murmuró, con la cara medio enterrada en un cojín.


- Los hombres son unos cabrones.


- Tú eres un hombre, Tae.


- Mayor razón para mi. Además, los que están casados son peores. Ellos nunca dejan a sus mujeres y Jonghyun no va a ser diferente.- Argumentó, sentándose otra vez en el sofá junto a él. Lo sabes ¿verdad?


Sí, lo sabía. De eso se había dado cuenta después de los quince días que habían pasado y Jonghyun seguía sin enviarle un mísero mensaje. Había momentos en que se le pasaba por la cabeza que tal vez era más rápido y sencillo si le llamaba él, pero luego pensaba que a lo mejor Jonghyun en ese momento estaba con Taeyeon, entonces el nudo que se le formaba en la garganta era más grandes que sus ganas de hablarle.


- Lo sé.


- En el fondo te hace un favor si no te habla.- Continuó Taemin.- Porque al final terminas siendo "el otro", el que tiene que ir a escondidas a un motel, el que no sabe si lo que dice  es verdad, o solo está repitiendo las mismas frases que usó para conquistar a su mujer, el que tiene que tener en cuenta no usar colonia demasiado fuerte y poner cuidado en no decírselo a nadie. Y siempre es la misma historia, siempre es "voy a dejar a mi mujer, te lo juro", y al final el que queda como un estúpido eres tú.


Minho miró a su primo, que estaba concentrado en comerse una bolsa de patatas mientras miraba fijamente la televisión. Sabía que Taemin también había tenido una relación con un hombre casado al igual que él, pero Taemin había tenido peor suerte, porque su relación había sido más larga y más tormentosa, y al final todo había estallado cuando la mujer del hombre con el que estaba se enteró de que tenía un amante, y ella terminó denunciando a su marido, y de paso también a Taemin, porque resultaba que la mujer estaba embarazada o algún  rollo por el estilo. Minho al final lo único que supo es que Taemin había dejado de creer en el pene humano, solo lo utilizaba para reproducirse. Palabras textuales de su primo.


- No sé qué haré cuando le vea en la fiesta.


- Darle una patada en los huevos.


- ¡Taemin!


- ¡Qué?. Yo lo haría, se lo merece.


- Me regaló un cuadro precioso.- Comentó nostálgico.


- Entonces no solo le des la patada, dale también un guantazo. 


- No sé para que te cuento nada, de verdad.- Dijo Minho, poniendo los ojos en blanco.


- Porque soy tu primo lejano, y me quieres.


- Tu madre y la mía son hermanas, no hay lejanía en eso.


- Entonces soy tu primo cercano, mejor todavía.


Y a pesar de todo, Minho rió por las ocurrencias de Taemin, y gracias a él y a su humor basado en la frustración, la ultima semana antes de la fiesta de compromiso se le hizo más ligera. Casi tanto, que cuando quiso reaccionar, ya estaba en medio de la fiesta, con un montón de familiares. Jonghyun entre ellos, obviamente, pero Minho se había encargado de evitarlo durante todo el evento, porque cuando le vio entrar en la sala de ceremonias que Yuri había arreglado para la fiesta, con Taeyeon del brazo y sonriendo a todo el mundo como si nada pasase, a Minho se le termino de romper algo dentro. El corazón probablemente. Se dijo a sí mismo que era mejor así, que Taemin en el fondo tenía razón, pero tal vez era demasiado pronto para asumirlo, así que prefería no verle la cara a Jonghyun, y así de paso, pues también se evitaba ver a Taeyeon, que eso siempre era una ventaja.


Por eso en ese momento había atravesado la sala, cuando Jonghyun le había mirado como queriéndole decir algo, y él había huido hacia uno de los baños que había en la sala. Lo que no esperó era encontrarse a una pareja en un momento demasiado romántico dentro.


- Oh, yo.. Lo siento.- Titubeó, disculpándose cuando la pareja se separo del fogoso beso que se estaban dando.


Al fijarse un poco mejor pudo reconocer al que le habían presentado minutos atrás como Kim Kibum, el hermano de Jonghyun. Lo reconoció porque era el único invitado en la fiesta que tenía el pelo de color azul.


- No, no pasa nada. Solo, no se lo digas a nadie, por favor.


Minho miró al chico que le hablo con voz dulce, y recordó que era Lee Jinki, lo sabía porque le había sorprendido que ese chico fuera el hermano mayor de Taeyeon. No sabía como alguien tan dulce podía compartir sangre con alguien como Taeyeon. Tal vez era adoptada.


- Claro. yo no he visto nada.


Cerró la puerta, negando con la cabeza, aun en estado de asombro. Daría lo que fuera por ver la cara de Taeyeon si se enteraba que su hermano estaba liado con su cuñado. Rió por la ocurrencia, y se acercó a la zona de las cocinas. Tendría que servirle de escondite mientras tanto. Suspiró, relajándose porque por fin había conseguido un poco de tranquilidad donde no tenía que preocuparse por cruzarse con Jonghyun, y se sirvió un baso de agua, apoyándose en una de las encimeras. Su corazón se saltó un latido cuando la puerta de la cocina se abrió, y en seguida se tranquilizó al ver a un chico de cabello castaño.


- Vaya, creía que era el baño.- Rió el chico, mientra Minho sonreía y negaba con la cabeza.


- Está al otro lado del pasillo.


- Gracias.- Minho pensó que el chico se iría, pero en cambió terminó de entrar en la cocina, mirándole con curiosidad.- Creo que no nos han presentado. Soy Jimin, el hermano de Jongin.


Estrechó la mano que le tendía Jimin, observándole con algo de asombro.


- No sabía que Jongin tenía un hermano.


Mejor dicho no sabía que Jonghyun tenía otro hijo. Y por lo que veía, Jimin era bastante mayor que Jongin.


- Seguramente es porque ahora mismo no estoy viviendo en Corea.


- Yo soy Minho, el padre de Jinri.


- ¿Padre? ¿Cuántos años tienes?


Minho rió sarcásticamente, pensado en que sí, definitivamente Jimin era hijo de Jonghyun.


- Fui padre joven. Probablemente como tus padres.


Jimin sonrió, como si entendiese la pregunta ilícita que Minho le estaba haciendo en ese comentario.


- Mi madre me tuvo con dieciséis.- Contestó, saciando la curiosidad de Minho.


Y luego Taeyeon iba de digna, y resulta que tenía las piernas más abiertas que una tienda de ropa en rebajas. Él también había pasado por eso, pero al menos no miraba a todo el mundo por encima del hombro.


- Y... ¿qué haces aquí tan solo?


Minho vio como la sonrisa de Jimin se hacía coqueta, y el estupor que le causo el hecho de que realmente estuviera ligando con él, le imposibilitó la opción de contestar algo antes de que la puerta de la cocina volviese a abrirse.


- Hola, papá.


A Minho le tembló el pulso en cuando vio a Jonghyun entrar en la cocina, y cuando su vista se posó en él, se dio cuenta de lo cerca que estaba Jimin de su persona.


- Tu hermano te está buscando.


Jimin asintió, y se giró hacia Minho, con esa sonrisa otra vez.


- Ha sido un placer conocerte, espero que podamos volver a hablar algún otro día.


- Igualmente.


Minho se sirvió un poco más de agua en su vaso cuando se quedaron a solas y el silencio se le empezó a hacer tormentoso, junto con el calor y la presión que estaba empezando a sentir. Casi había olvidado lo nervioso que le ponía Jonghyun.


- ¿Estabas ligando con mi hijo?


Levantó la vista del vaso, mirando incrédulo la expresión neutra que Jonghyun tenía en el rostro. ¿Eso era lo único que iba a preguntarle?


- No. Él estaba ligando conmigo.


- ¿No es lo mismo, acaso?


- Obviamente, no.- Respondió molesto.


El silenció volvió a suspenderse entre ellos, hasta que escuchó como Jonghyun suspiraba.


- La verdad es que, durante estas semanas he estado pensando mucho en ti.- Minho clavó la vista en el suelo, con el estómago a punto de salirle por la boca.- Y he llegado a la conclusión de que me gustas muchísimo. Nunca me había sentido tan conectado a alguien, pero...- El estómago le bajó a los pies de golpe, y casi pudo sentir como una arcada le recorría el cuerpo. Siempre había un pero. Jonghyun levantó su mano izquierda.Estoy casado, tengo una familia y... No puedo tirar todo eso por la borda.


Minho asintió lentamente, y se aseguró de que las lágrimas no se le notasen cuando miró a Jonghyun.


- Está bien. Lo entiendo.


Desgraciadamente, lo entendía. Sabía que Jonghyun tenía una familia que le rodeaba, una estabilidad que seguramente le había costado esfuerzo obtener, y entendía que no quisiera desprenderse de eso. Minho había sido estúpidamente egoísta al pensar que alguien podría dejar todo eso atrás solo por él. Probablemente si Minho estuviera en su situación, tampoco le querría echarlo todo a perder.


- Pero, realmente, me gustas muchísimo.


Jonghyun le miró con un anhelo que Minho no entendía después de lo que le acababa de decir, así que solo se preocupó por terminarse el vaso de agua sin responderle al comentario.


- Será mejor que volvamos a la fiesta.- Dijo en su lugar.


Tuvo la suerte de no volverse a encontrar con Jonghyun en toda la fiesta, y Sulli estaba bastante feliz hablando con familiares y amigos, así que supuso que su trabajo como padre había terminado esa noche, y se permitió el lujo de sentarse en una mesa vacía que había en una esquina de la sala, bebiendo algo de ginebra que Taemin le había servido, porque según él tenía cara de necesitarlo, y Minho no estaba en ese momento como para llevarle la contraria.


- Es una suerte que mi nieto haya encontrado una niña como la tuya.


Minho miró a la señora Kim, la madre de Jonghyun y Kibum, que en algún momento se había sentado en la mesa con él. La mujer hablaba por los codos, pero afortunadamente era bastante entretenida, y a Minho le servía para que su mente no se acercase otra vez al estado de depresión.


- Sí, su nieto es un buen chico, también.- Respondió, mirando a Jongin.


- Ojalá mi hijo hubiera tenido esa suerte. Yo al principio no aceptaba a Taeyeon, pero claro, al final la terminé tolerando.


- Qué mentirosa.- Bufó Kibum, que se había acercado a la mesa a buscar una servilleta.- Si el día de la boda de Jonghyun fuiste vestida de negro porque decías que estabas de luto.


- ¡Y lo estaba! Perdí a mi niño cuando se casó con esa zo...


- ¡Mamá!.- Kibum se escandalizó, cogió una servilleta y se fue, porque no quería saber nada de lo que soltaba su madre por la boca.


Minho en cambió rió por primera vez en toda la noche. Soltó una carcajada grave y sincera. Al menos no estaba loco, y había gente que compartía su opinión sobre la esposa de Jonghyun.


- Al principio era un matrimonio por conveniencia. Nosotros le dimos la opción a Jong de no casarse si no quería- Siguió la señora Kim, como si nada.- Pero luego Jonghyun se enamoró de ella, y cuando Jonghyun se enamora, es capaz de dejar cualquier cosa atrás.


Si había algún átomo, por pequeño que fuera, de optimismo en el cuerpo de Minho, la señora Kim lo había matado en ese momento.


- Si me disculpa, tengo que tomar el aire.


Minho se levantó, y fue directo al baño. Las lágrimas que había retenido durante toda la noche se hicieron presentes, y se permitió el poder sollozar a gusto entre sus manos, antes de poder volver a la fiesta porque no quería que Jinri se preocupase. Suspiró, lavándose la cara varias veces cuando el dolor en su pecho mitigó un poco, y cuando se miró al espejo, recordó la sonrisa dulce de Jonghyun, se acordó de su voz suave y de los besos húmedos que dejó en su cuello la única noche que compartió con él. Volvió a derrumbarse, llorando más fuerte que antes, y se dijo a sí mismo que podía desahogarse un poco más, y que luego debería volver a ser el padre responsable que era, y olvidarse de Jonghyun.


 


 *****


- ¿Seguro que no quieres darte a la fuga?. Todavía estas a tiempo.


Jinri rió, agarrándose fuertemente de su brazo, mientras sujetaba el ramo de flores con la otra.


- No, papá. Voy a casarme. Y no me hagas reír que se me destroza el maquillaje.


Minho miró a su hija, con su precioso vestido blanco y su cabello recogido detrás del velo.


- Estás preciosa.- Susurró, en el momento en que la música comenzó a sonar dentro de la capilla.


- Gracias. Ya me lo has dicho varias veces.


- Nunca está mal recordarlo.


- Te quiero mucho, papá.


- Y yo a ti, cariño. No llores que se te destroza el maquillaje.- Bromeó, y Sulli sonrió, parpadeando mientras miraba hacia arriba para que las lágrimas no se le derramasen.


- ¿Abrimos ya las puertas?.- Preguntó Yuri al lado de ellos.


Su hija asintió, y las puertas de la capilla se abrieron, con los bancos a los lados llenos de gente y un Jongin bastante nervioso al final del pasillo. 


La ceremonia fue bonita, y para algunos demasiado corta. Como para Minho. Había intentado durante todo un mes hacerse a la idea de que en el banquete de la boda de su hija, iba a compartir mesa con los Kim, pero aún así le era imposible no estar nervioso. Solo esperaba que la comida pasase tan rápido como el momento de decir "si, quiero", porque así sería la última vez que vería a Jonghyun y podría olvidarse definitivamente de él. Aunque en el fondo supiera que iba a ser imposible, si no había sido capaz en todo el mes de deshacerse del cuadro que le había regalado y que miraba todas las noches antes de ir a dormir.


- Min, vamos a comer ya.


Minho rodó los ojos cuando su hermana le instó a subirse en el coche. Para su mala suerte, a parte de compartir mesa con su hija y su esposo, también lo haría con su hermana, Jimin, la señora Kim, Jonghyun y Taeyeon. 


Iba a ser una comida genial.


Y lo confirmó cuando nada más sentarse, vio a Jonghyun en frente de él, con un esmoquin negro precioso y esa sonrisa afable que le caracterizaba.


Joder, no iba a poder olvidarse de él nunca. Menos todavía si su corazón comenzaba a latir tan frenéticamente como lo hacia en ese momento.


Minho se concentró en su plato durante toda la comida, y se aseguró de que al levantar la mirada, no se cruzase con la de Jonghyun, porque la primera vez que le había mirado, el mayor le observaba con una intensidad que le hacia revolver el estómago. Sulli y Jongin se levantaron de la mesa, para cortar la tarta y visitar todas las mesas de los invitados por si necesitaban algo. Minho pensó que tal vez ese era el momento indicado para huir sin que su hija se diese cuenta.


- Bueno, al menos se que mi nieto tiene más sentido común que mi hijo. Podré morir tranquila.


Si Minho no hubiera hablado con la señora Kim antes, se hubiera atragantado con el trozo de tarta que acababa de engullir.


- Mamá.- Le reprendió Jonghyun entre dientes.


- ¿Qué? Si Taeyeon ya sabe que lo digo en broma.


Minho miró desde la madre de Jonghyun hasta Taeyeon, viendo como la mujer tenía una mirada mortífera en la cara, y se preguntó qué extraña manía tenía la familia Kim de arruinar los postres.


- No disimule, señora, si seguramente todo el mundo sabe ya lo mal que le caigo.


La tensión casi se hizo visible en la mesa. Sobretodo cuando Jonghyun resopló audiblemente, hundiendo la cara en sus manos.


- Qué dramática eres, hija de mi vida.


- Pero le gustará saber que por fin se librará de mi. Jonghyun y yo nos vamos a divorciar.


Minho se sorprendió tanto, que tiró su copa sin querer, vertiendo todo el vino sobre el mantel de la mesa, y rompiendo la copa en el proceso.


- Oh, lo siento.


- Qué torpe eres, Min.- Reprendió su hermana, ayudándole a recoger los vidrios rotos.


- Iré a buscar otra copa.


Se levantó apresuradamente, sintiendo la pesada mirada de Jonghyun encima de él, y se dirigió hacia uno de los camareros, quién le trajo una copa nueva en seguida. Minho miró la mesa donde estaba sentado desde lejos, y su estómago volvió a agitarse, haciéndole huir hasta el baño.


Jonghyun se iba a divorciar.


Bueno, no era la noticia del año. La gente se casaba y se divorciaba continuamente en los tiempos que corrían. Que fuera a divorciarse no significaba que fuera a tener algo con él.


Pero recordó las palabras de Jonghyun, su manera de pronunciar el hecho de que él le gustaba, y no pudo evitar sentir un cúmulo de esperanzas crecer dentro de él.


Volvió a la mesa, fijándose en que Jonghyun no estaba, y que Taeyeon parecía a punto de descuartizar a alguien. Se sentó pausadamente, y esperó con paciencia el momento en el que todo el mundo se levantó de sus mesas y se puso a bailar y a beber, para poder buscar a Jonghyun. Recorrió todo el local, y justo cuando sus esperanzas de encontrarlo casi se habían disuelto, lo vio apoyado en un pequeño balcón que daba al jardín de atrás.


- Hola.-Saludó suavemente.


Jonghyun le sonrió, y casi pudo notar como la sangre le bombeaba por el cuerpo.


- Hola.


- Eh... Siento lo de tu matrimonio.


- ¿En serio?


- No, pero supongo que es lo que se suele decir.


Jonghyun rió, negando con la cabeza y mirándole divertido. Minho se permitió el lujo de sonreír, y la tensión que parecía haber entre ellos se disipó por completo.


- Espero no haber tenido nada que ver.


- No me he divorciado por ti, si es lo que piensas.- Minho tuvo que admitir que eso le dolió un poco.- Voy a divorciarme porque mi matrimonio a sido un fracaso desde que pisé la iglesia. Supongo que tiene algo que ver que mi matrimonio fuese arreglado.


- Tu madre dice que te enamoraste de ella.


- No. Cuando conocí a Taeyeon era un adolescente rico e inmaduro. Obviamente no quería casarme con ella, pero eso no significaba que no pudiese acostarme con ella, y después de terminar en la cama, a los meses vino llorando y diciéndome que estaba embarazada y que teníamos que casarnos.


- Vaya.- Murmuró Minho asombrado, intentando asimilar todo lo más rápido posible.- ¿Te arrepientes?


Jonghyun negó con la cabeza.


- Tengo una familia genial gracias a ella, y en el fondo he aprendido a quererla a mi manera.- Jonghyun dejó de apoyarse en el barandal del balcón, para mirar a Minho con una profundidad que le mareó.- De lo que sí me arrepiento es de haber perdido mi oportunidad contigo.


Minho tragó saliva, intentando aclararse la garganta. Jonghyun le miraba como si quisiera besarle. Y Minho quería algo más que besos. La esperanza creció en él, y una felicidad inaudita le embargó el alma, haciéndole sonreír tontamente.


- Bueno, todavía no has perdido la oportunidad, en realidad sigue ahí.


- ¿De verdad?.- Susurró, y el aire que había aspirado Minho se le bloqueó en los pulmones cuando vio que Jonghyun se acercó hasta estar a centímetros escasos de su rostro.


- Sí.


- Oh, siento interrumpir.


Minho se apartó abruptamente de Jonghyun, cuando escuchó la voz de Taemin a su lado.


- ¿Qué quieres?


Su primo sonrió divertido, mirando a Jonghyun de arriba a bajo y negando con la cabeza, para luego concentrarse en Minho.


- Tu hermana y tú hijo.- Dijo, señalando al mayor.- Están a punto de protagonizar una escena de una peli porno encima de una mesa del salón.


- ¿Jongin?


- No, Jimin.


- ¿Con Yoojung?


- ¿Acaso hablo en otro idioma?.- Espetó Taemin, rodando los ojos con molestia.


Minho parpadeó confuso, y se dirigió al salón a toda prisa, viendo que Taemin tenía razón, y su hermana estaba literalmente comiéndose a Jimin encima de una mesa mientras la gente a su alrededor reía.


- ¡Yoojung!.- Gritó, sin causar efecto alguna en su hermana.


- Tu familia tiene un serio problema con la mía.


Minho fulminó con la mirada a Jonghyun, quién miraba a su hijo con algo de asombro y diversión.


- Eso no es cierto.


- No lo niegues, papá. Tu mismo tienes un problema con Jonghyun.


- ¡Choi Jinri!


- Kim, Kim Jinri.- Corrigió su hija a su lado, mientras Jongin la abrazaba por los hombros.


- ¿Ese es mi hermano?.- Preguntó con confusión.


- Sí.


- Joder, esto tengo que grabarlo en vídeo.


Sulli rió, dejándose arrastra por su novio hasta conseguir una cámara de vídeo, mientra Minho seguía mirando el espectáculo con horror.


- ¿Tienes un problema conmigo?.- La pregunta de Jonghyun le sacó de sus cavilaciones, viendo que él tenía exactamente la misma sonrisa coqueta en la cara que Jimin.- Lo digo, porque a mi se me da muy bien resolver los problemas.


Minho le observó, mordiéndose el labio inferior, con un calor agradable recorriéndole el cuerpo.


- No podemos irnos en mitad de la fiesta.


- Nadie lo notaría.


Miró a su alrededor, dándose cuenta de que Jonghyun probablemente tenía razón ya que todos estaban empezando a ir demasiado bebidos.


- Tal vez podríamos ir a mi casa un rato.


Jonghyun sonrió brillante, como si acabase de ganar un premio, y le arrastro por la muñeca mientras reía feliz.


- Si mi padre y el tuyo son pareja, eso quiere decir que mi padre es... ¿mi nueva suegra?


Jongin rió divertido, besando la frente de Jinri.


- No vas a poder librarte de mi madre, cariño.


Jinri bufó, haciendo un mohín, y abrazando a su marido por la cintura, viendo como su padre se escapaba de la fiesta sonriendo feliz con Jonghyun de la mano.


 


 


 


 


 


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