Él no es una mascota por minima

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Esta no era la primera vez que secuestraban a Lance, era la segunda, la primera vez ocurrió varios años atrás en su planeta natal.

Su planeta era un planeta azul donde su superficie estaba cubierta casi en su totalidad de agua por lo que la mayoría de flora y fauna que existía en este en su mayoría se desarrollaba en el ambiente acuático, aun así había pequeños pedazos de islas dispersos por aquí y allá, y sobre estas a veces se desarrollaba escasa vida vegetal que para la mayoría de los seres que vivían bajo la superficie del agua resultaba un poco exótica, siendo que pronto seria el cumpleaños de su hermana mayor a Lance se le ocurrió que no habría un regalo más especial que regalarle alguna de estas plantas a ella.

Ya tenía una especie especial de medusa hueca que ayudaría a la planta a sobrevivir abajo del agua y una concha muy bonita que le serviría como maseta, había incluso pedido ayuda a algún maestro en la escuela para que le explicara cómo funcionaban las plantas que crecían fuera del agua y tener cuidado a la hora de trasplantar una en la maseta y no llevar algo peligroso como las anemonas gigantes, esas cosas eran bonitas de pequeñas pero como su nombre lo indicaba podían crecer tanto como para atrapar a una sirena y su veneno era tan letal que pudiera paralizar a la víctima hasta que la planta terminaba de devorarla por completo, y eso tardaba días, una muerte muy horrorosa en opinión del joven sirena.

Había una isla cerca de donde su pueblo era, no era la más grande de todas pero sí que había plantas, no creía poder ser capaz de llevar un árbol grande o un arbusto ya que se notaban pesados y ocuparían mucho espacio, por lo que iría por las plantas pequeñas, si llegaba a crecer más con el paso del tiempo su hermana podría cambiarle de maceta.

Ahora seguramente se estarán preguntando como una sirena iría a una isla y conseguir una planta si literalmente su aleta solo servía para nadar y no andar en tierra, pues era simple, las sirenas de ese planeta no eran iguales a las de otros, era un mecanismo que desarrollaron según le había contado su padre a Lance, hace siglos su planeta había sufrido varios cambios climáticos muy extremos que hicieron que las superficies de tierra fueran en mayor cantidad que las aguas en el planeta, y para poder sobrevivir varias especies incluidos los ancestros de las sirenas actuales desarrollaron pulmones capaces de respirar oxígeno y una rara y extraordinaria habilidad de cambiar su cola por un par de piernas para poder movilizarse en superficies secas, ambos rasgos que las sirenas actuales aun conservaban pero no utilizaban con regularidad porque su actual civilización se desarrollaba bajo el agua.

Lance jamás había utilizado esta habilidad antes, algunas personas en su toda su vida jamás la llegaron a utilizar en su planeta porque no tenían necesidad, pero en estos momentos agradecía este rasgo evolutivo ya que le ayudaría a conseguir el mejor regalo de la historia para su hermana mayor.

Salió a la superficie y se acostó en una playa, pero a diferencia de alguna otra vez se arrastró completamente fuera del agua y espero a que su cuerpo se secara completamente, era una sensación extraña no tener el agua rodeándote y en vez tener el aire sobre la superficie tocándote, no era desagradable solo una sensación algo desconocida.

No supo cuánto tiempo estuvo esperando pero cuando empezó a sentir un hormigueo supo que el cambio estaba comenzando, alzo la cabeza y vio como si fuera arte de magia las escamas por las cuales estaba tan orgulloso desaparecer y en su lugar predominar una piel de tono idéntico al de sus brazos y dorso, fue así como por primera vez vio sus piernas, y otra cosa más, en vez de tener escondido dentro de él como normalmente pasaba su miembro ahora colgaba entre sus piernas, algo curioso en realidad pero le quito importancia.

Debía buscar el mejor regalo de la historia y debía empezar ahora.

Aprender a andar en dos miembros era extraño, tropezó un par de veces y se tambaleo otro poco, además que sobre el suelo solo tenía la opción de ir adelante, atrás o a los lados mientras que bajo el agua había muchas más direcciones, tardo un poco en acostumbrarse pero logro dominarlo para cuando logro encontrar una planta que considero lo suficientemente bonita para su hermana y la trasplanto en su nueva maseta. La medusa la había dejado en la orilla, esas cosas no sobreviviría fuera del agua, por lo cuándo considero su misión cumplida regreso a la orilla donde cuando sus nuevas piernas tuvieron contacto con el agua su amada cola y sus escamas azules volvieron, tomo la medusa y en un rápido movimiento cubrió la planta y la sumergió bajo el agua.

Su hermana estaría tan feliz con su presente, estando con esos pensamientos no se dio cuenta de una sombra acercándose, lo último que supo fue que algo le agarro por la espalda, algo le pico en el cuello como una medusa y todo se volvió negro.

Su planeta aunque simple conocía los viajes espaciales y la vida en otros planetas, por lo que cuando Lance recupero el conocimiento supo que estaba en una nave alienígena, específicamente una especie de hangar, la gente en su planeta no era muy aficionado a viajes espaciales ya que la mayoría de los planetas tenían ecosistemas predominantemente secos y aunque podían sobrevivir en estos preferían un ambiente acuático, pero lo que si llegaban a hacer era comerciar con otras especies, su padre en su trabajo llegaba a tratar con comerciantes alienígenas para venderles productos de su natal planeta a cambio de mercancía, en uno de sus días que su padre decidió llevar a sus hijos al trabajo les dio a conocer como lucían algunas de estas naves, por eso Lance supo dónde estaba.

El por qué era otra cosa que realmente no sabía.

Cuando trato de pararse se dio cuenta que estaba en un recipiente como una tina pequeña a medio llenar de agua, su cola no cabía por lo que más de la mitad quedaba afuera sobre el borde tirada en el suelo, era una posición incómoda, su mano estaba encadena al bode de la tina, no querían que saliera de ahí.

-Ya despertó el chico pez- la puerta se abrió y ahí había un extranjero de piel verde, a su lado otro más alto y con una pequeña cicatriz en la mejilla.

-Fantástico, si hubiera muerto no tendrías tu parte de los próximos diez negocios-

-¡Hey! Mi contacto me dijo que ese sedante era muy seguro-

-La dosis era para un adulto no un niño-

-Pero está vivo, por lo que nos van a pagar a fin de cuentas-

-¿Quiénes son ustedes? ¿Por qué estoy aquí?- Lance interrumpió la discusión, no quería estar aquí, quería regresar a casa con sus padres y demás hermanos.

Ambos socios se miraron y luego a Lance.

-Te lo pondré simple niño, ahora eres mercancía, vete olvidando de tu antigua vida, hay personas que pagarían muy bien por especies tan lindas y exóticas como la tuya-

-No pueden hacer esto, tengo una familia, amigos, no soy…-

-Eso no importa, y seguro al comprador tampoco. En el mejor de los casos serás un lindo adorno en una pecera, en el peor… suerte niño-

-Jajaja eres terrible hermano-

-Es mejor que ya sea consiente que es lo que le espera en vez de ocultárselo-

Sus secuestradores eran un par de hermanos que se dedicaban al negocio del mercado negro intergaláctico, no sabía sus nombres, jamás se lo dijeron y tampoco preguntaron y les importo saber el suyo, para ellos era un cheque con muchos créditos en el. Lloro y suplico que lo liberaran pero no le hicieron caso, jamás volvería a ver a sus padres, a sus hermanos, su planeta.

No sabía cuantos días habían pasado, debido al tanque que lo mantenían no podía transformar su cola en dos piernas y la posición en que lo mantenían hacia que sus escamas se secaran y picaran, pero no podía alcanzar la irritación o aliviar las molestias, poco a poco sus hermosas escamas perdían su brillo y él energías, lo alimentaban con lo mínimo quizás para mantenerlo controlable.

Cuando ya había perdido la mayoría de sus esperanzas algo ocurrió, una explosión.

*+*+*

-¡¿QUÉ?!-

-¿Acabas de decir pareja?-

-Es una broma ¿verdad?-

Hunk les había venido a contar la reciente plática que había tenido con Lance y como era de esperarse sus amigos habían tenido diferentes grados de asombro e incredulidad igual que él, no los culpaba, él mismo apenas se terminaba de creer lo que le había dicho Lance.

-No miento chicos, y eso podría explicar porque se ve tan enojado y desconfiado de nosotros, literalmente Allura lo secuestro de su cuarto-

-La princesa hiso lo que creyó correcto, ¿Quién creería que alguien aceptaría ser pareja de esos malvados galra?- salió rápidamente en defensa Koran y expresando lo que muchos tenían en mente.

¿Quién querría de pareja a un galra? Ciertamente a lo largo de su viaje habían encontrado que no todos los galra eran malvados, pero dudaban que el dueño de la nave a la que Allura y Shiro se hubieran infiltrado fuera de los buenos.

-No digo que no hiso algo bueno, o al menos es lo que pareció en el momento, quizás yo hubiera actuado igual, pero ahora tenemos secuestrado a alguien, solo estoy diciendo lo que está pasando. Y Lance realmente parece extrañarlo mucho-

-Admito que mis actos fueron imprudentes, aun así las circunstancias no parecían ser las de concubinato en vez de cautiverio. Aun pienso que quizás podría ser que Lance pudo haber confundido su situación actual o el galra lo esté engañando con su situación, incluso hace 10,000 años los galras no eran conocidos precisamente por tener relaciones series con miembros que no fueran de su propia raza-

-Quizás esos prejuicios hayan cambiado en ese tiempo, después de todo Keith es en parte galra y también humano- Matt señalo al pelinegro a su lado.

En 10,000 años muchas cosas podían cambiar, pero para Allura que había perdido todo por Zarkon y el imperio galra ella aún tenía muchos prejuicios y desconfianza con esa raza.

-Esto podría ser una oportunidad entonces-

-¿Qué quieres decir Keith?- pregunto Pidge mirando al moreno, ella trataba aun de entender como una relación con seres tan diferentes podía existir. Literalmente uno era mitad pez y otro seguramente era un tipo peludo típico galra, digamos que la chica no tenía pizca de romance en su cabeza y lo tomaba todo de manera muy técnica y científica.

-Si realmente es su pareja quiere decir que el galra le tubo la suficiente confianza para comunicarle cosas por lo que pueda tener información valiosa aunque sea poco, o si no, si al menos es por lo menos algo valioso para ese galra podríamos utilizarlo como moneda de intercambio-

-¿Moneda de intercambio? Eso es cruel amigo- se quejó Hunk, no conocía muy bien a Lance pero no creía que era justo que lo llegaran a utilizar de esa forma.

-Keith tiene razón en parte, no acuerdo negociar con galras, pero podríamos sacar algo de información de Lance o hacer que su pareja cooperara con nosotros- Shiro secundo la propuesta.

El supuesto rescate ahora se estaba convirtiendo en una planeación de conversación de negociación de rehenes al parecer.

Todos inconsciente o conscientemente miraron a Allura esperando a que se negara, la chica había demostrado ser muy fuerte y más ruda de lo que aparentaba pero también con fuertes valores morales inculcados por su padre, quizás este tipo de situación iría contra sus creencias, pero estaban lidiando con una guerra, a veces las creencias debían dejarse de lado en ciertas situaciones.

-Sería bueno tener nuestros propios espías y fuente de información en lugar de esperar a que los miembros de la espada de malvora nos brinden información-

-Eso es un ¿sí?-

-No presionaremos a Lance, aun creo que podría estar engañado por ese galra. Y en cuando a su ex dueño…-

-Novio, o pareja, no dueño. Me repitió que no le gustaba que lo compararan con una mascota- corrigió Hunk a la princesa.

-… está bien, en cuanto a su supuesta pareja si es que tiene algo de aprecio por Lance quizás podríamos presionar a que coopere con nosotros. Pero no se lo entregaría a menos que mostrara que realmente se preocupa y aprecia a Lance-

*+*+*+*

El príncipe del imperio galra había sido solo una herramienta para su padre desde su nacimiento, una inversión en un soldado perfecto, alguien que continuaría con su legado si el rey Zarkon llegara a faltar, y Zarkon había tenido éxito, o al menos en parte en los objetivos que tenía para el príncipe Lotor, digo en parte porque a pesar de todo el entrenamiento y adiestramiento Lotor era su propia persona y no una extensión más de su padre, y un día como cualquier otro tuvo un encuentro que le ayudo a terminar de descubrirse como un individuo independiente a los deseos de su padre o Haggar o cualquier otro que se creía con el derecho de decidir sobre su vida.

Lo habían enviado desde hace años a los bordes del imperio para conquistar nuevos y desconocidos planetas como para controlar las fronteras de dicho imperio, las fronteras siempre serian un lugar delicado y de mayores conflictos para cualquier clase de gobierno, incluso para uno tan grande y poderoso como era el de los galra.

Durante esos años había liderado las tropas, conquistado nuevos planetas, creado nuevas bases, y controlado las pestes que se creían lo suficientemente fuertes o eran demasiado estúpidos como para atreverse a enfrentarse al imperio.

Las tropas bajo su mando no tenían quejas, y si las había el mismo les recordaba quien estaba al mando, no por ser hijo de su padre sino por su propia fuerza. Había veces que era estresante y cansado, podía a veces rodearse de lujos, buenas comidas y licores exquisitos, como también ir a una misión y hacer su trabajo por su cuenta para desesterarse un poco. Apartarse a veces un poco de todo y simplemente ser… él.

Fue así como le conoció. En uno de esos días que decidió tomar una misión por su cuenta en secreto, había unos contrabandistas que habían tenido el descaro de robar una de las naves del imperio, algo imperdonable, pero estos contrabandistas eran lo suficientemente listos para huir de los oficiales del imperio y mantenerse ocultos para el radar, por lo que eran un pequeño reto, nada excepcional pero algo que lo podría mantener entretenido por un tiempo.

Estudio sus patrones y los reportes que se tenía de ellos, fue de tiempo encontrarlos a un par de planetas de un mercado muy conocido en el mercado negro, seguramente querrían vender su botín ahí, pero ya era demasiado tarde.