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A lo que estaré dispuesto por ti por AsamiYang

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Notas del capitulo:

Hola hola!!! 

Feliz año nuevo para todos!!!! Espero que este nuevo 2020 esté lleno de buenas cosas para ustedes, además de salud y felicidad que es lo más primordial. 

Como regalo para este nuevo año, les traigo el capítulo 18 de este fanfic! Espero que les guste!!!!! 

DICLAIMER: VIEWFINDER y los personajes de otras series que estoy usando no me pertenecen. Todos tienen sus respectivos creadores. 

Sin más, basta de chachara y comencemos con el capitulo que creo que será el más largo de todo el fanfic!!! 

 Capítulo 18: La verdad tras la sombra de la muerte



Four Seasons Hotel George V Paris – Paris – Francia – 22:35

Luego de la alargada reunión de la mañana, paso a la hermosa noche en la ciudad de la moda y del amor. La gente se desplazaba en masa por todas las bellas calles y muchos disfrutaban del buen clima, de los restaurantes, de los monumentos, de sitios históricos, de hoteles, o parques y más para pasarla bien entre amigos, familia y conocidos. Todo en gran harmonía, en paz, sin peligro por el momento que asechase e intentase algo indebido.

Jayden ama ver esa paz en las personas y en los jóvenes que disfrutan plenamente de su juventud antes de tomar decisiones así de difíciles y drásticas que cambiarían sus vidas, y que modificarían plenamente lo que ellos querrían por su futuro. Todos yendo de allá para acá, compartiendo experiencias, alegrías y penas; contándose chismes, algunas historias, experiencias o informaciones que les interesaran. Muchos comían en grandes puestos de comida rápida o restaurantes de clase, degustando la alta calidad de los chefs de cocina de Paris. Y Jayden observaba con una sonrisa llena de melancolía todo su alrededor, desde un gran ventanal que daba plenamente hacia la Torre Effiel que estaba a solamente a unas cuantas cuadras, y todo lo que podría apreciar de sus alrededores.

Estaba fascinado y distraído. Su reencuentro con el amor de su vida le había dejado perplejo. Era obvio que tarde o temprano tendrían que volverse a ver, pero aun así no se sentía preparado para estar nuevamente delante de él.

Asami con el paso de los años nunca cambió, parecía como si el tiempo no fuese con él y lo mantenía congelado en su belleza perpetua. Ese jodido de Ryuichi ya tenía que estar en sus cuarenta y tantos y seguía siendo tan atractivo, sensual… Las ganas de volver a sus brazos y entregarse en cuerpo y alma nuevamente no le estaban faltando, porque lo extrañaba; lo extrañaba tanto que una vez en el auto delante de Sakura se había puesto a llorar por su marido, por verle tan bien, por verlo tan… tan él. Las lágrimas, el fuerte llanto desgarrador partieron en dos el corazón de Sakura y del chofer del vehículo, quienes se detuvieron para consolarle y decirle que todo estaría bien y que lo rescatarían tarde o temprano.
 

Suspira desanimado y del fondo de su traje saca su collar que nadie excepto sus hombres, sus tutores y su hija han visto. Y en él descansaban los verdaderos anillos: el de compromiso y el de bodas, que guardaba siempre con él para nunca olvidar su unión con su esposo ahora en brazos de otro a quien juró que desmembraría. Observar ambas joyas era como un nuevo balazo en su contra para que las lágrimas traicioneras volvieran a escaparse de sus ojos, y que los recuerdos invadiesen su consciencia hasta el punto de olvidarse de su misión y recuperar a Ryuichi ahora mismo.

Lo gracioso era que, no podía llegar así y decirle: “Oh mira Asami. Yo soy tu verdadero esposo y me he estado preparando por siete años para matar al falso que duerme en nuestra cama”.

Oh sí. Eso sí sería un desmadre.

Entre lágrimas se quitó el collar y sacó de la cadena de oro simple ambas sortijas de un valor incalculable, y con cuidado se las puso en su dedo anular izquierdo: obviamente siendo el de compromiso primero y el de bodas después. Y apreció su mano con suma atención con mucha melancolía y tristeza.

-“Aquí, entregándote este anillo, yo no estoy solamente jurándote fidelidad. Te estoy jurando amor, confianza, compañía y sobre todo mi vida; la cual estará contigo en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, en lo mejor y en lo peor, en el gozo y el llanto, todos los días de mi vida. Y aún en la muerte, juro estar a tu lado, en el paraíso o en el inferno, sirviéndote, amándote, respetándote y entregándotelo todo. No te mentiré, jamás te traicionaré. Seré tu amigo, tu amante, tu novio, tu esposo sin que nadie se oponga a nuestra unión”. –Repitió las mismas palabras que en el intercambio de anillos el día de su boda. Recordó la a su esposo decirlo con esa voz tan grave y varonil que le hizo estremecer nuevamente luego de 9 años de matrimonio, en los cuales 7 ha pasado lejos de él.

Empezó a llorar en silencio, nuevamente ahí, solo frente a un vidrio mientras tenía la mano izquierda tan cerca del rostro. Porque observaba aquella sortija con tanto aprecio y amor, porque le recordaba a él.  Incluso, entre sollozos bajos besó su sortija y suspiró fuertemente para relajarse, calmarse y retomar su postura como el grandioso Jayden Miller y no como el verdadero Asami Akihito. Pero el proceso era lento, doloroso para ponerse una simple máscara, máscara que se rompía al verse a través del ventanal y recordar quién es él por el momento.

Le dolía…



Toc.

La enorme puerta fue tocada, y sin mirar atrás Jayden se secó rápidamente las lágrimas con las manos antes de querer retirarse sus preciadas sortijas. Más el individuo pasó en pleno proceso y no se molestó, porque estaba demasiado distraído.

Era Elena (Sakura) quien avanzaba hacia él cruzada de brazos, y con solamente escuchar su respiración profunda y el movimiento de sus manos y brazos, entendió que estaba llorando. Porque cuando llegó, ella simplemente (y obviamente sin asustarlo) tocó su hombro para que se relajara y pudiese tranquilizarse.

El peli azabache le observó sorprendido, y ella le miró de forma comprensiva y amical.

-Sabes que no tienes que fingir que todo está bien, cuando en verdad nada lo está. –Le dijo suave, observando su mano la cual llevaba las sortijas cual empezaba a retirarse. –Tranquilo. Quieres un vaso de agua para que te calmes?

El mismo asintió y volteó hacia la gran sala la cual había sido reservada por Elena para la gran reunión que tenía prevista, y que de seguro: si ella estaba ahí ahora, era porque sus invitados habían llegado. Entonces, cuando fue a sentarse en un segundo en la primera silla a su vista de la elaborada mesa, ella le sirvió un buen vaso de agua fría y una servilleta para que él se secara las lágrimas.

Ella, al igual que todos los que le sirven y viven su cotidiano, no es la primera vez que lo miran así de depresivo y triste. A veces lo dejan solo para que se desconsolaran, y la mayor parte de las veces todos venían a darle su muestra de apoyo y cariño a él para que pudiese expulsar todo ese dolor y tristeza que sentía su corazón al haberse dejado robar su otra parte de su corazón. El mismo que se dividía en Ryuichi y Annaisha, y solo con la pequeña princesa podía ser feliz a mitad, porque le faltaba su esposo, su media naranja casi que no lo era; ese con quien se casó aunque sus actitudes chocaban en completa diferencia, ambas se completaban con lo que caracterizaba al otro, y los hacía ser tan felices y unidos que no necesitaban de nada ni nadie más.  

Extrañaba a su marido tanto que pasaba en plena soledad encerrado en su habitación cada aniversario de bodas. Y no es porque Ryuichi no esté muerto, pero le necesitaba tanto que creía sentirse solo en el mundo y en el abandono; y aunque técnicamente está “libre” y no siendo propiedad de Asami, él ya se había vuelto alguien que lo significaba todo y que no podría pasar más de un día sin él.

Extrañaba demasiado a su esposo.

-Lo siento. –Se disculpó bajamente, más lo suficientemente alto para que Sakura escuchara y pudiese verlo, luego de secarse y verse más o menos decente.

-No te tienes que disculpar porque sufrir y llorar forma parte de nosotros. –Le responde con una noble sonrisa. –Es Ryuichi después de todo. Es parte de tu todo, tu objetivo, tu misión.

-Lo extraño tanto, Sakura. Si supieras que me sentí nuevamente completo cuando pude compartir esos instantes a su lado. –Contaba anhelando vivir la experiencia. Y aunque se verían al día siguiente, siente como si el tiempo pasase malditamente lento para su gusto.

-Lo sé. Pude verlo con mis propios ojos. 

Él sonrió nostálgico, y se quitó sus sortijas, antes de volver a engancharlas en la cadena y volver a ponérsela, así esconder ambos anillos y volver a ser el gran Jayden Miller, ese líder de la mafia americana. 

-Y ya están aquí todos?

-Si. Están en recepción esperando para pasar.

-Puedes ir y hacerles pasar.

-Solo hasta que estés mejor y…

-Estoy bien! Ve! Más tranquilo estaré cuando todos estén aquí y podamos hablar tranquilamente sobre todo esto. –Comentó, y se recostó un poco en su asiento para mejor aclarar sus ideas y recobrar su compostura usual. 

Sakura no muy convencida de ello se retiró de la estancia y dejó a su líder nuevamente solo entre sus pensamientos.

Y él nuevamente solo volvió a pensar en todo lo que pasó. No es como si estar al lado de Ryuichi por mucho tiempo el plan se iría al carajo. Al contrario, eso mejoraría las cosas porque así podría investigar a fondo. Obviamente le afectaba su cercanía porque era simplemente el amor de su vida, su esposo, su primer hombre con el que ha estado y se ha enamorado; y que a presente lo sigue amando con una fuerza infinita. Era simplemente inevitable no poder sentir algo al tenerlo al lado disfrazado de alguien que jamás existió, y que hoy en día existe y que dentro de ese disfraz hay un muerto en vida esperando que todo acabe para poder volver a renacer.

Teniendo a Asami al lado, era obvio que podría acelerar muchos pasos de la misión y así poderlo aislar de Erick para que esté a salvo. Pero pensar eso de una forma sería estúpido porque…

Estamos hablando de Asami. De ASAMI RYUICHI SEÑORES.

Es gracioso porque Asami es Asami y eso simplemente es incorregible. Decirle a Ryuichi: “déjame salvarte yo” es como querer que él mismo te pegue una fuerte cachetada en la cara porque Ryuichi no se dejará salvar por nadie que no sea él mismo. Porque ES SU JODIDO ORGULLO ANTE TODO y eso es indiscutible, a menos que no sea a la fuerza como hizo Fei Long en cuanto a sus asuntos con la mafia rusa que los había atacado.

Para que el oji dorado quede a un lado tenía que ser a la fuerza y sin que nadie lo supiera antes de que él mismo te haya matado primero por intentarlo al menos.

Eso le hizo reír un poco.

-Qué esposo el mío… -Dijo para sí mismo mientras se ponía de pie y se dirigía  nuevamente al ventanal donde anteriormente había estado. –Asami… No vas a durar mucho tiempo más en la ignorancia y esta vez… Sé que no durarás mucho en querer meterle un balazo en la cabeza a ese degenerado de mierda también. –Volvió a hablar para sí mismo.

Ryuichi era alguien que siempre tiene que tener el orgullo intachable y bien alto, porque así era él y así todo para él tiene que ser.

Pero perdido tanto tiempo entre sus pensamientos y teléfono celular, que no se dio cuenta que sus invitados habían llegado junto a Sakura.

-En verdad… En verdad eres tú, Akihito?

Esa dulce voz que le hizo sonreír y por fin apagar su celular para voltear y ver a la entrada de la sala: encontrando a un lloro Lui Fei Long, un impresionado Mickhail Arvatof, un boqui abierto Kirishima Kei y un fantasma en blanco de Kudora Shinji.

El mismo chino no se creería el cuento de la asistente cuando todos la escucharon decir: “Takaba Akihito está vivo y desea verles. Y si, está vivo y entero”. Por lo que estaba siguiendo apresuradamente justamente detrás a la mujer mientras ella avanzaba hastiada y a dos dedos de meterle un balazo por el estómago por estar tan cerca e irritarla, pero contenerse era primero y llevarlos con él, porque ellos formarían parte del plan y porque también ellos merecían saber lo que en verdad pasó, para salvar a Ryuichi, para desenmascarar a ese maldito y matarlo.

Si. Porque eso era lo primero.

Pero ahora, el mismo Fei Long dejó de lado su lado “tipo rudo” y corrió desesperadamente para atrapar en sus brazos al menor que estaba del otro lado, y poder por fin tragarse la historia, de que no era nada falso, que las investigaciones hechas por Kudora eran ciertas y reales y que Takaba Akihito estaba vivo. Y era verdad: el menor estaba vivo, estaba bien, con una nueva imagen pero no importa... Porque ese no era ningún Jayden Miller ni ocho cuartos. Ese era su Takaba.

-Akihito…! Por Dios!!!!!! –Gritó feliz, casi al borde del llanto.

-Espera… Fei… Me vas a matar.

-Cariño! Lo estás ahogando! –Dijo Mickhail quien se acercó también para verlo.

En verdad, ninguno de ellos había tenido un contacto directo con Akihito siendo Jayden, ya que en cuanto a sus asuntos en Asia: Manuel, Ricardo y algunas veces Sakura, se encargaban de asuntos de negocios o algún otro asunto.

-No... No puedo creer esto…. –Kirishima se había derrumbado al verle de verdad, al verdadero Asami Akihito que este pensó que sí estaba muerto, junto a la prima de su jefe.

-Santo… Dios…  -Solo logró exclamar Shinji con la boca abierta al punto de casi desmayarse, porque era un fantasma.

Si… Todos no se lo podían creer.


-Si. –Exclamó por fin Akihito con una hermosa sonrisa. –Estoy vivo.


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-Es que… Aunque lo vea no puedo creerlo! –Exclama por enésima vez Fei Long mientras observaba a Jayden sonreírle hermosamente.

-Es un verdadero milagro que estés bien. –Exclama aliviado Mickhail.

Kudora y Kirishima aún estaban que ni decían absolutamente nada a causa del shock, pero tarde o temprano tenían que reaccionar, y al final lo hicieron, porque por fin Kudora abrió la boca.

-Así que… Sobreviviste. –Dijo por fin Shinji, llamando la atención de todos.

-Así es. –Dijo el menor acompañado con un suspiro. –Tuvimos mucha suerte.

-Ósea que Sakura está viva también?! –Exclamó Arvatof con la boca abierta, y Akihito asintió.

-Y DÓNDE ESTÁ?! –Preguntó aún más exaltado Fei Long.

-Aún lo preguntan, muchachos? –Pregunta con una leve risilla, antes de observar a la puerta y ver a Sakura pasar con su laptop en manos con su típico porte profesional que tiene, siendo así la mismísima Elena Jackson: la asistente de Jayden Miller.

Ella se acercaba sin mucha prisa siendo observada por todos fijamente: uno casi riéndose y los demás… Parecía como si la boca quisiera abandonarlos por tratar de llegar al suelo de tan impresionados que estaban, porque en verdad con el maquillaje y todo tipo de cambios físicos que se ha hecho, ella no parecía ser la prima de Ryuichi; siendo así una mujer de negocios completamente ajena y distinta a las descripciones conocidas de todos de la joven Asami.

-Oh? Qué? No lo sabían? –Preguntó como si fuera la cosa más obvia del mundo.

-DIOS MÍO! ESTO ES UN MILAGRO! –Exclamó el chino mientras se levantaba abruptamente de su asiento y observaba nuevamente a la mujer y luego a Akihito, quien cruzó los brazos. 

-Pero esto es algo que ustedes tendrán que explicarnos completamente. –Interrumpió Shinji serio.

Sakura tomó asiento seguida de Fei Long. –Tranquilo. Tú nos ayudarás a contar bien lo que pasó. –Y observa a Kirishima.

-Quisiéramos que usted, Kirishima-san, esté al tanto de todos lo que vamos a hablarnos aquí no solo porque usted es la mano derecha de Ryuichi. Sino que necesito a alguien extremadamente cercano a él y sea de extrema confianza, para que esté al tanto de todo. –Kirishima pareció no entender. –Usted por el momento tiene que saberlo dadas las circunstancias y en la boca en la que se encuentra Ryuichi en estos momentos.

-Entiendo. –Responde el mismo.

-Cada uno de nosotros contaremos todo para que cada uno de nosotros esté al tanto y podamos comenzar con la misión sin puntos qué aclarar. –Interviene Sakura. –Ahora mismo, algunos tutores están en misiones distintas para ir en caza de algunos elementos clave sobre nuestro objetivo a matar.

-Hablamos bien de Erick Reyner.  –Dijo Akihito mientras ponía ambas manos sobre la mesa para ir algo más serio.

Kirishima no sabía la identidad del susodicho y estuvo igualmente de sorprendido que Kudora.

-Erick Reyner? –Dijeron ambos al mismo tiempo.

-Así es. Les contaremos quién es. Pero primero les responderé a su duda primero.

-Por favor. Cuéntennos qué pasó? Cómo sobrevivieron? –Preguntan todos al mismo tiempo tanto a Akihito y Sakura, quienes se miraron antes de asentir con la cabeza y comenzar.



“Fue algo muy difícil…”

Flash Back.


-Así que… Tú eres quién está detrás de todo esto. –Exclama Sakura sudando frío mientras tenía a Akihito detrás de él.

-Digamos que… SÍ. –Dice entre risas mientras posaba sensualmente en el pasillo del vagón. –Les gusta mi Look? A que me parezco completamente a Takaba Akihito.

Erick Reyner delante de Akihito parecían ser copia misma: de la misma edad, mismo color de pelo, ojos, complexión, orejas, forma de rostro, color de piel…. NADA QUE COMPARAR DE DIFERENTE, salvo a la expresión enfermiza con esa sonrisa aterradora ante una expresión llena de terror por parte del verdadero esposo de Asami. Estaban vestidos igual, desde el mínimo accesorio hasta los zapatos, no había diferencia alguna.

-Tú tienes que ser el famoso Erick Reyner. –Comenta Sakura amenazante mientras cargaba su arma.

-Yes, baby! –Exclama sonriente el mismo. –Veo que tus arduras investigaciones dieron frutos. Te felicito. Cómo supiste de mí?

-Estuviste involucrado en el asesinato de Amil Adil para robar su fortuna en armamento y millares de dólares en poder hace un año.

-Fui tan obvio? –Pregunta con una voz inocente, una voz copiada perfectamente del verdadero Takaba. –Bueno, no estás tan lejos de la verdad… Porque fui yo quien mató a Adil en aquella fiesta… Fiesta en la cual tú llegaste tarde.

-Giovanny Dimare me dio las pistas necesarias y sabía que debía acabar contigo aquella noche, pero eres peor que las ratas que se escapan con facilidad.

-Oye. Eso es una ofensa, Asami Sakura-san. –Comenta Erick con un aire de ofendido. -Una mujer de clase no tiene que ser tan vulgar. –Ella le apunta. –OYE! OYE! Cuidadito con el arma, eh?

-Qué significa esto?!!! –Exclama por fin el verdadero Aki, entre lágrimas.

-Oh! Al fin tú hablas. Pensaba que tenía que hacerte algo para que dijeses algo por fin y pudiese ver si mi imitación de ti es completa y correcta. –Comenta. –Pero esto no significa nada. Solo el simple hecho de que yo tomaré tu lugar en esta vida y ella… Tiene que morir por saber mucho. –Sakura volvió a apuntar con ira y ganas de matar. –Obviamente tú vas a acompañarla también al infierno, por supuesto.

-Hijo de puta… Así que tú organizaste todo esto.

-Por supuesto. Yo fui quien le dio la orden a tu jefe en la editorial para que te obligaran a participar y que tú traslado sea obligatoriamente en este tren. Tren el cual será tu lecho de muerte. Ah! –Y señala a Sakura. –Y a ti también. Normalmente era imposible que me encontrasen, hasta que olvidé el pequeño detalle de que tú fuiste enviada por ese hijo de puta de Giovanny en mi cacería en Qatar, para evitar la muerte de Amil Adil, pero te entretuve un poco y logré matarlo justamente a tiempo junto a toda su familia. Más no esperaba que Adil fuera tan listo y toda su fortuna quedase en manos de ese patético francés de mierda y ahora este piensa repartirla con todos sus aliados para protegerlas.

-De escorias como tú tienen que ser protegidas esas armas. –Recrimina la peli azabache.

-Sí, lo sé. Es porque soy un completo desmadre. –Dice orgulloso.

-Sabes que Florián Menéndez, tu antiguo socio y patrocinador en tus empresas soltó algo de sopa y me dijo completamente tu plan.

-Lo sé. Ya me encargaré de ese bastardo. Y por eso quise venir a despedirme de ustedes dos.

-No si yo te mato prime…

Sakura iba a dispararle, más este sacó su celular.

-Creo que no te conviene hacerlo. Sakura-sama. –Y le enseñó la captura en pantalla, de miles de francotiradores apuntando al piso de Asami, justamente donde él entraba a casa y se dirigía a paso rápido a su despacho.

-ASAMI. –Gritó Akihito casi al borde del colapso.

-Si… Tu queridísimo Asami Ryuichi… Es un hombre guapísimo, no? Te digo que… Te sacaste la lotería al tenerlo, chico. Es un hombre que a simple vista se ve genial y fabuloso. Verdad? Debe ser un demonio y al mismo tiempo un Dios en la cama. –Dice mientras voltea la pantalla para observar. –Y en muy poco tiempo, voy a estar sobre él, saltando como una zorra sobre el colchón mientras reciba el mejor sexo del universo. –Y entonces observa a Akihito con descaro. –Será genial mientras me folla duro.

-Hijo de puta. –Recrimina Sakura mientras bajaba el arma, porque si le disparaba, obviamente Asami moriría, y si todos morían… Todo sería un caos… No podían dejar morir a Ryuichi así.

-Lo sé, preciosa. Me he anticipado este plan durante muchísimos años, desde el más mínimo detalle, hasta el complemento más estúpido para que todo quede a la perfección, y aquí estamos! Ustedes dos al punto de morirse, y yo muy pronto matando de un solo disparo en la cabeza de Asami Ryuichi. Porque gracias a ti, Takaba Akihito, ese hombre se ha vuelto más débil que una gelatina… Y hay que aprovechar de él en ese estado. Por eso… Matarte y aparecer como si fue un milagro de Dios, será algo extraordinario… Porque así no solamente lo mataré a él, sino que también me haré con todo el imperio que los Asami han construido por… décadas? No?

Sakura estaba que temblaba de la impotencia, por la tontería de haber caído, pero sabía que esto formaba también parte de su plan, plan en el cual todos participaban y que harían todo para que quedase como ella ha deseado. Porque aparte de eso ella podría aclarar muchísimos misterios ocultos, grandes secretos… Y sobre todo, alguien que haga este maldito una simple escoria muerta al cual pisar en su cabeza.

Al final ella aflojó el agarre de su arma y luego de ello se relajó, calmó su mirada y sonrió con mucha pena, antes de observar a un Akihito incrédulo, dolido, triste…. Todo… todo… Todo parecía desgarrarse en él y llorar era lo que más podía hacer en esos momentos.

-Lo siento, Akihito. –Comenta ella. –Al final, no supe ni pude protegerte como es debido y ahora… Y ahora… Lo siento.

-Eso. Pídele disculpas. Ahora si me disculpan… Me retiro. Fue un placer conocerles. –Comentó el tipo burlón mientras simplemente hacía señas de decir “adiós” y largarse por el otro extremo del vagón hacia la salida. Al parecer fue recogido por un helicóptero, por lo que ese maldito logró escaparse sin que ella fuese detrás de él o le disparase. Ryuichi estaba siendo vigilado y la más mínima acción podría ser fatal.

Solos, solo se observó a Akihito caer de rodillas sobre el balcón y llorar, llorar en silencio, porque en pocos minutos, moriría.

Sakura estaba “frustrada”. Se acercó al balcón donde logró apreciar a ese maldito alejarse enganchado de las escaleras en un helicóptero, lejos de su alcance, lejos de la explosión… lejos de un escenario suicida. Ella se relajó y tan rápido como pudo se acercó a Takaba y se arrodilló. Tomó al menor por ambos hombros y lo sacudió para que reaccionara.

-Mírame, Akihito! MIRAME MALDICIÓN. –Lo sacude, lo sacude. Lo sacude con brusquedad porque el chico se había desplomado, se había muerto en vida. Sus ojos estaban sin color, estaba ido, rendido. –MÍRAME POR EL AMOR DE DIOS! REACCIONA POR FAVOR!

-No… No vale la pena…

-LO VALE MALDICIÓN! REACCIONA!!!

-Moriremos los dos… Perderé a mi esposo… Perderé mi vida… Tu perderá…

Sakura le cacheteó de una manera impresionante. Aunque ella jamás le había pegado, pero ningún golpe recibido en su vida se comparaba a la fuerza con la cual ella le había pegado. Sus sentidos habían dejado de funcionar por un momento y sintió que su mente estaba completamente en blanco, por no saber qué decir, por hacer o reaccionar. Simplemente se sintió ido por un segundo.

Y pestañó, acompañado de las lágrimas que escaparon de su rostro. Se llevó directamente una de sus manos al rostro y tocó la zona afectada, y mirar a quien le había pegado. Sus ojos se abrieron nuevamente como platos al observar a Sakura mirarle con mucha seriedad, y por primera vez se dijo a sí mismo que esta chica era la misma encarnación de Ryuichi solo que en mujer: era el mismo rostro, el mismo porte, el mismo orgullo, el mismo ser…. Tan rudo, tan duro… Pero al mismo tiempo tan suave y tan delicado que daban ganas de resguardarse en ella, pero ella no era su esposo; ese quien peligraba y que deseaba volver.

-Vamos a salir con vida de aquí.

-Estás loca. No va a parecer un helicóptero de la nada y nos va a salvar. –Akihito parecía desistir.

-No dejaré a Ryuichi peligrar.

-Está peligrando!!! Y no estoy a su lado para protegerlo!

-NO PODEMOS PROTEGERLO AKIHITO. Lo se… -Y bajó la voz, con las lágrimas saliendo de sus ojos. –Y me enteré de todo el mismo día que te enteraste del evento.

-POR QUÉ NO LO DIJISTE?!

-PORQUE YA NO HABÍA MARCHA ATRÁS! TENÍA QUE DESCUBIR QUIEN ERA ESE DESGRACIADO!

-PUDIMOS HABERLO RESUELTO DE OTRA FORMA!

-Es que… Es que tengo un plan…

-ESTO ES UN SUICIDIO!

-TÚ ERES EL ÚNICO QUE PUEDE MATARLO! –Gritó a Sakura a todo pulmón.

Akihito quedó en pleno silencio y con la boca abierta de extremo a extremo, sin poder creérselo. Cómo que él podría matar al canadiense de mierda ese si estaban a pocos minutos de morir calcinados en una explosión? Simplemente no lo entendía, más el tiempo se agotaba así como sus esperanzas.

-Cómo quieres que yo…?

-Ya sabemos quién es él, pero luego de tantas investigaciones, tenemos que saber qué es lo que quiere realmente, mas solamente tú tienes la habilidad para ello. Por ello, yo misma, te estoy suplicando… De que tú lo mates, Akihito.

-Pero hay que salir de aquí!

-Por algo, confía en mí. Saldremos de aquí vivos! 

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Corrieron hacia su vagón respectivo, sin antes pararse en el vagón donde yacían los cadáveres de Suoh y los demás hombres, los cuales Sakura y Akihito cerraron definitivamente sus ojos antes de ser calcinados por la gravedad de la explosión, y así al llegar a su vagón, estos empezaron a tomar sus cosas y meterlas en un saco de plástico dados por el personal del tren por si alguien vomitaba.

Akihito hacía todo de manera torpe y apresurada, entre lágrimas, lloriqueos silenciosos y fuertes suspiros; Sakura en cambio parecía rápida, calmada y sobre todo controlada, por lo que hizo todo rápidamente y se puso una chaqueta con dos armas de cada lado, un cuchillo en la rodilla y un cinturón con municiones por si se les hacía falta. La misma miró a ambos extremos del vagón y esperó a que el rubio estuviese listo.

-Todo listo. –Dijo el menor más o menos convincente.

Sakura asintió con la cabeza y notando la expresión de desesperanza del menor, esta tomó sus manos y le hizo mirarle a la cara.

-Cuando estemos a salvo y en tranquilidad, te contaré todo lo que descubrí, pero no podemos detenernos aquí para escuchar explicaciones. Tenemos que salir de aquí.

El esposo de Ryuichi asintió con la cabeza y miró hacia al frente. Entonces notó que Sakura sacó dos de sus armas de su porta armas y disparó repetidas veces al vidrio del vagón hasta destruirlo, llamando la atención del personal que estaba en los vagones de adelante, los cuales salieron disparados hacia el vagón. Con tiempo, ella tomó la mano de Akihito fuertemente, quien en un plazo de pocos segundos, empezó a arrepentirse.

-Moriremos en el intento, Sakura. Por favor. –Akihito empezó a llorar nuevamente.

-Por favor, Akihito. Confía en mí. –Dijo enojada y algo angustiada, con el corazón a mil y no muy lejos de llegar a su garganta por la adrenalina.

-Tengo miedo, Sakura!

-Necesito que confíes en mí, Akihito.  

El rubio se llevó una mano al pecho, respirando fuerte, agitado tratando de controlar el estrés, el miedo, la adrenalina. Estaba de visita y podría ver a la muerte justamente delante de él. Todo estaba en blanco en su mente, la voz de su compañera estaba algo distorsionada y con eco, como si estuviera a miles de kilómetros de distancia suya. La desesperanza estaba llevándose sus ganas de vivir, de seguir el plan, de salvar a Ryuichi.

No podía creerlo. Era simplemente inaudito y poco probable de sobrevivir y poder salvar a Ryuichi, pero lo amaba. Si, amaba a su esposo con todas las fuerzas, y si él fue capaz de salvar su vida múltiples veces sin arriesgar la suya, él también debería hacerlo, por lo menos, por una vez sin importarle nada, arriesgándolo todo.

Respiró por última vez, y se perdió por una milésima de segundos en los orbes dorados de Sakura, y sin poder evitarlo, imaginó estar al lado de su marido, pidiendo nuevamente de confiar en él y poder saltar del entren.

-Hagámoslo! –Dijo con decisión, y sin soltar la mano de la prima de Ryuichi, ambos se acercaron a la ventana rota y se subieron sobre ella.

Fin del flash back.

Todos estaban boqui abiertos, sin poder creer lo que Sakura estaba explicando ya que el mismo Akihito no pudo continuar, porque empezó a recordarlo todo como si fuese ayer, en esos pocos instantes que él juró haber visto a la muerte saludarle y darle su pase VIP al infierno. Las lágrimas no se contuvieron y salieron, mostrando la vulnerabilidad del pequeño Takaba Akihito que todos conocían y que en parte les dolió aquello. Pero era mejor así, dejarle respirar en silencio para que se calmara.

-No lo pensamos dos veces y teniendo suerte de estar del lado derecho, saltamos cuando dos miembros del Staff llegaron al vagón. En ese mismo instante que saltamos… El tren explotó.

-Dios mío…

-La explosión fue demasiado potente, y aún si fuimos lanzados, Akihito fue capaz de protegerme de ella en un abrazo y recibió todo. Tuvo quemaduras potentes en la espalda y también… -Y miró a Akihito. –Le dejó ciego completamente.

Todos estuvieron pálidos, y miraron al susodicho impresionados, pero a la vez confundidos, porque a pesar de todo lo que pasó, el mismo podía ver perfectamente, sin ningún defecto visual que le pudiese perjudicar en algo, y que al contrario; este tenía una vista de punta que llegaba a ver cualquier maldito detalle. Desde lo más mínimo hasta lo más extravagante. Cómo había recuperado la vista?

Morían por preguntarle a él directamente, pero aún estaba llorando en silencio, con una de sus manos ocultando la hermosa mirada de azul metálica.

-Fue algo sumamente doloroso para él. Pero por suerte, el empujón de la explosión nos hizo caer en un lago. No supe que pasó después por unos minutos porque me desmayé… Pero cuando volví a recuperar la consciencia, logré encontrar a Akihito flotar a pocos metros de la orilla. –Y calló, respiró fuerte antes de continuar. –Cuando lo tomé estaba casi mente muerto, muy grave. Y desesperada tomamos las pocas cosas que teníamos y salí corriendo en busca de ayuda. Fue una suerte que encontré a un viejo pescador no muy lejos, e imploré su ayuda para llevar a Akihito a un hospital cercano en una pequeña ciudad llamada Aomori. Y cuando llegamos, fue algo justo a tiempo, ya que Akihito estaba en una situación Crítica. Pero… Cuando estuvo estable, una noticia hizo que todo se desmoronara en mí…

Flash Back…

-Familiares del paciente Takaba Akihito? –Un doctor salía de urgencias, con un dossier en manos y muchas tablas de apuntes que llamaron la atención de una ojerosa y cansada Sakura, con unos pequeños ropajes de intercambio que le fueron dados por el hospital, y que sin dudar, pagó. Incluso cubrió las atenciones para el menor que estaba delicado en cuidados intensivos.

-Sí. –Sakura corrió a ver qué sucedía con el menor. Desesperada porque este no haya pasado del otro lado y que podría recuperarse.

-Qué es usted del paciente?

-Soy la prima de su esposo, y por favor… Por favor se lo estoy suplicando, dígamelo todo.

El médico la observó por unos segundos, y abrió los ojos.

-Acaso usted es Asa…

-Shhh!!! –Lo silenció abruptamente. –Si. –Susurró. –Mi nombre es Asami Sakura. Ahora por el demonio! Se supone que hay un método de confianza de médico-paciente. Pero como lo traje no está en condiciones. Ahora dígame que Coños pasó con él?!!!

-Tranquilícese, por favor. –Dijo el médico, comprendiendo que la mujer tenía los pelos de punta y con todo lo que ha sucedido era mejor hablar eso en privado. –Por favor, acompáñeme.

-No me diga que se murió…. –Dijo pensando lo peor.

-Por Dios, no! –Dijo el médico. –Pero por favor… No podemos llamar la atención, y menos si estoy hablando con un Yakuza. Acompáñeme, por favor.

Sakura asintió rendida, y acompañó al médico hacia el interior de urgencias, llegando a una pequeña sala organizada y con muchos fármacos y material para el hospital; además de muebles, ordenadores y más. Y justamente, al fondo, estaba un enorme televisor dando las noticias de último minuto concertando la explosión del tren. El médico al ver la reacción de ira de la joven, entendió todo de una vez.

-Ahora sí. Dígame qué diablos sucede con Akihito.

-Asami-sama. Entiendo que usted está desesperada.

-Usted está tratando con una persona muy especial para mi primo.

-Habla de Asami Ryuichi-sama?

Ella simplemente asiente y cruza los brazos.

-Así es. Porque es él le estoy pidiendo la más mínima discreción. Le estoy suplicando colaboración porque esto es muy delicado.

-Ya he tratado con grandes clanes Yakuza antes.

-Por algo le estoy confiando a ese muchacho. Es muy importante que esté vivo.

-Y lo está.

-Por eso, necesito que usted y todo el personal, cámara o persona que nos haya visto debe callar. No quiero borrar a nadie del mapa pero si es necesario lo haré sin chistar ni pensarlo dos veces. Pagaré lo que sea por su silencio, y que si alguien pregunta por si hay víctimas vinculadas a este incidente, de por favor no decir nada… usted no sabe nada ni atendió a ningún sospechoso.

El médico simplemente asintió, dispuesto a cumplir su promesa, lo que hizo que Sakura estuviese aliviada, porque ella logró comprobar que el hombre de 45 años, era de confianza.

-Confíe en mí.

-Ahora por favor, a lo que nos interesa… Cómo está Akihito?

-El paciente ha llegado justamente a tiempo al hospital. Si hubiesen llegado más tarde, el chico no hubiese encontrado salvación y sería enviado directo a la morgue al no tener más vida. Pero no fue muy complicado. Cómo fue que él logró quemarse y no usted?

-Me protegió. 

-Ya veo. Toda la espalda hasta el torso han sido fuertemente quemadas, pero le hemos puesto analgésicos y lo hemos vendado. Ponerle fármacos puede ser peligroso por su estado.

Sakura encarnó una de sus cejas en señal de no tener.

-También le hemos vendado el rostro… Tiene múltiples quemaduras de grado menor, por lo que se pueden sanar. Sin embargo… Me temo que haya algún defecto mayor a nivel de la vista.

Sakura asintió casi al borde de desmoronarse, y solo faltaba la pieza clave para derrumbarse.

-Aunque. Gracias a nuestras intervenciones, ambos pudieron salvarse y por el momento, deberán guardar reposo.

Esperen un momento… Qué dijo?

-Espere… Un segundo. –Dijo ella ahora más confundida que nunca. –Cómo que… Ambos?

-Ah, no lo sabía?! Bueno. Pues le comento algo fascinante joven. Cuando lo llevamos a urgencias, hicimos un examen completo del paciente. Obviamente, para aplicar fármacos, hay que comprobar si el paciente es alérgico a algo. Sin embargo, me especializo en casos especiales de… Embarazos.

-Eh? -Sakura pareció entender chino ahí. De qué coños hablaba el doctor?

-Así es, joven. Usted entendió muy bien. –Y el médico continuó con su explicación. –Cuando descubrimos el vientre del joven, lo encontramos duro y abultado, por lo que no dudamos hacerle una ecografía. Y notamos que… Había un feto formándose saludablemente en su vientre.

-Q-Qu...Qué?

-Así es, Asami-sama… El joven Takaba Akihito está en estado de gestación de 15 semanas de embarazo. Felicitaciones.

Y esa fue la gota que derramó el vaso para que Sakura quedase completamente en blanco. Fue el primer y más grande shock que ha tenido en toda su jodida vida, porque de todas las cosas que podrían pasarle al menor, esta fue sería la última cosa en la cual podría sospechar. Y cómo no?! AKIHITO ESTABA EMBARAZADO maldición! Está en plena gestación, luchando por su vida no solamente por él, sino por el pequeño regalo que tenía dentro de su vientre y que crecía lentamente con el paso de los días. Y que por su culpa e negligencia por caer a propósito en la boca del lobo, no solamente estaba jugando con su vida y la de Akihito… Sino que también estaba jugando con la vida de un pequeño ser.

Sakura se tambaleó por el shock, y cayó de sentón sobre el suelo con la mirada perdida. Estaba temblando, temblando por todo el choque de emociones fuertes que sufrió su corazón.

Fin del flash back…

Sakura cruzó los brazos y miró hacia una ventana, tratando de calmarse un poco. –Me explicó que Akihito tiene una condición de “hermafroditismo” que consiste en un 1 hombre sobre 1000 en tenerla; es un ser que nace con los dos sexos sin definirse, por lo que tiene ambos y son completamente funcionales. Muchos tienen un órgano reproductivo más grande que otro. A veces estos terminan por ejemplo teniendo un sistema de reproducción femenino más grande que el masculino y viceversa, por lo que gracias al sexo más grande, se define su sexo “definitivo”. En el caso de Akihito, su sexo que más destacó fue su aparato reproductivo masculino, por lo que podía definirse como un chico completamente.

-Lo sé. Yo soy uno de esos hombres también. –Agregó Fei Long con una pequeñita sonrisa. –Nos conocen mejor por el término de “doncel”.

-Así es. Por algo tienes a Lui-Mei –Agrega Akihito más calmado y tranquilo mientras observa a todos.  Fei Long sonrió enormemente. –Para evitar que el sistema reproductivo femenino afecte nuestro cotidiano con algunos síntomas como la menstruación por ejemplo. Muchos hombres utilizan hormonas. Algunos logran operarse para extirparse el órgano reproductor no deseado. Si no hay para pagar la operación, se pueden poner un implante en el brazo que funciona en todo el cuerpo o simplemente acostumbrarte a vivir así. –Terminó por explicar. –Yo tenía puesto un implante en el brazo izquierdo para evitar los síntomas y jamás estar embarazado. Recuerdo que mis padres me detestaban por resultar ser una “abominación” y me echaron de la casa a mis 13 años cuando me llegó mi primera menstruación. Ambos lo sabían, por lo que siempre me hicieron a un lado, nunca recibía cariño y nunca pude compartir mesa con mis hermanos y ellos.

-Fuiste echado de la casa a tus trece años? –Preguntó Kudora indignado y con algo de rabia.

Akihito asintió. –A penas me dejaron tomar un pequeño bulto con mis cosas importantes, y la única persona que me dio un hogar fue una hermana de mi abuela materna, porque hasta mis abuelos me tenían asco. Ella tenía una casa “decente” la cual heredé para poder vivir, y a mis quince años ella falleció de tuberculosis.

-Eso nunca lo supimos de usted, Asami-sama. –Dijo Kirishima impresionado y a la vez triste.

-Jamás se lo dije a Asami porque me daba miedo que él me botara también. –Cerró los ojos y miró al cielo. –Cuando habíamos tocado el tema de formar una familia, me emocioné tanto por darle un hijo nuestro que paré el tratamiento dos semanas antes de nuestra boda. Y esperando que los efectos pasen y todo el sistema reproductivo volviese a sus funciones; lo hacíamos con protección.

-Por algo sus visitas al médico.

-El tratamiento del implante era muy costoso. La operación costaba un riñón y un ojo de la cara, por lo que me partía en cuatro si era necesario para pagarlo. No contaba con seguro, por lo que tenía que ingeniármelas para poder pagarla.

-Por algo casi no tenía dinero.

-Tampoco le pedía a Asami dinero, Kirishima-san. Siempre le soltaba con la excusa de que me los gastaba en chucherías o cosas para mis cámaras.

-Y los resultados médicos que usted le enseñaban eran,…

-Una falsificación. Le pedía a mi ginecóloga de hacerme análisis falsos de algún problema médico, como por ejemplo gripe, los dolores estomacales, la sangre entre mis pantalones y las sábanas. Y cosas por el estilo. Todo lo que concertaban mis tratamientos con lo de mi cuerpo los guardaba en casa de Kou, ya que era la única persona a la cual confiaba mi secreto. Cuando me bajaba el periodo con el dolor //Nótese que a los hombres le duran solamente 3 a 4 días como los celos de un omega//, nunca se lo mostré a Ryuichi. Dejaba que él se marchara a trabajar y cambiaba las sábanas; agradeciendo de mil y un formas al cielo porque la sangre no manchase el colchón.

-Entiendo. –Dijo por fin Kirishima con muchas dudas resueltas.

-Entonces… Estuviste embarazado, Akihito? –Preguntó Mickhail interesado en la historia que Sakura le estaba explicando.

El de ojos azul metálico asintió nuevamente. –Si. Para cuando desperté, Sakura me contó todo y entré en un fuerte estado de depresión. No sabía qué hacer, porque aunque esperaba tener un bebé de Ryuichi, jamás pensé que el bebé creciera en esos momentos. Sakura duró más de una semana hablando conmigo para que recapacitara e hiciera todo por el bebé.

-Fue un golpe duro, pero logrado con éxito. Pero lo que más le había afectado fue el hecho de que estuviese ciego. –Sakura volvió a mencionar ese hecho.

-Perdón, pero ahora que lo noto… -Kudora miró al chico atentamente. –Pero no lo vemos ciego…

-Con lo del embarazo y la ceguera, hacer que Akihito me escuchase fue un verdadero reto. Pero le expliqué un poco lo que sabía a la época sobe lo que quería Reyner. –Dijo Sakura, y dejó que Akihito siguiera con la historia, antes de notar que él se pusiera de pie, y caminara con elegancia alrededor de la mesa, dando sus vueltas de manera coqueta, perfecta, preciosa que deslumbraba admiración.

-Cuando me explicó que Erick Reyner buscaba matar a Asami Ryuichi teniéndome como objetivo primerizo, sentí pura impotencia y miedo. –Y acariciaba con la yema de sus dedos los respaldos de cada costosa silla en la cual pasaba por detrás. –Erick quiere apoderarse del imperio de los primos Asami para poder cobrar una venganza de hace mucho tiempo, pero que hasta hoy seguimos investigando el por qué y para qué. Un socio francés amigo de Sakura, le contó a ella que uno de los socios del fallecido mafioso Amil Adil había enviado a Japón una gran cantidad de explosivos altamente potentes. El problema, era que Adil tenía cinco proveedores cuales administraban explosivos de tal potencia y no sabíamos quién era. Pero Sakura creyó que esa sería la única oportunidad para saber de quién se trataba nuestro fastidioso enemigo y por lo tanto, aprovechó que la editorial me forzaba a subir con el Staff al tren, y no irme en un transporte privado de Asami como tanto Ryuichi como Sakura deseaban. Me dijo que yo sería la persona más adecuada para mostrarle a ese hijo de puta quién era el esposo de Ryuichi… Pero no contábamos con el embarazo y que el canadiense de mierda ese se disfrazara de mí completamente para hacerle creer a Ryu que yo por alguna razón del universo, sobreviví; y Sakura se haya sacrificado para salvarme.

-Para cuando Kudora logró contar el número de muertos,  él notó que faltaban cadáveres en el tren por el número de muertos por calcinación habían. Por lo que investigando, a unos cuantos kilómetros encontró…

-Los vidrios debajo de los raíles de tren! –Dijo Kudora llegando a clave.

-Exacto. –Dijo Akihito mientras detenía su caminata detrás de Sakura.

-Para cuando iba a llamar a mis hombres para movilizarse, Erick tenía un gran mando en poder y fuerte número de enemigos en todo lo internacional que lo respaldaban completamente. Por ello, me vi obligada a mover mis cartas como las ratas y pedirle a mi mano derecha de iniciar el plan de “muerte aparente”. –Explicó la mujer. –Tuve que ser discreta al poder mover a Akihito porque con la ceguera, y el accidente, el embarazo se volvió muy arriesgado, ya que casi mente perdía el bebé luego de la explosión.

-Pero… Qué pasó después, Asami-sama? –Pregunta Kirishima intrigado.

-Le pedí a Ricardo (mi mano derecha) de buscar a alguien que pueda ayudarnos en este caso. Manuel (mi segunda mano derecha) lo envié a República Dominicana con la excusa de ejecutar un “plan B” si acaso yo llegaba a morir. Pero Akihito era la prioridad primero. Por lo que lo llevamos a un refugio entre las montañas más escondidas de China para poder curarle. –Comenta ella mientras se apoyaba su cabeza con una palma de la mano y observaba a Akihito. –Aki deseaba poder disfrutar cada segundo de su embarazo, observando cada día, cada instante. Implorando para dejar de sentir dolor y poder convertirse en ese ser que necesitaba para la misión. Por lo que un doctor nada legal especializado en óptica le hizo una cirugía muy especial, consistiendo en reparar todas las vías dañadas, un nuevo iris, una nueva conexión al cerebro para devolverle la vista… Después, una curandera creó varios remedios para su espalda, la cual curó completamente, y dejó solamente unas marcas diminutas.

-Y lo hizo. Cuando abrí los ojos por la primera vez meses después, lo primero en observar fue mi vientre de tres meses y medio. Pero tuve una consecuencia que no me importó… Y fue el cambio de color en el iris. Después de eso, me centré en mi peligroso embarazo. –Explicó con una linda sonrisa. –Es lo único que me conecta a Ryuichi por el momento, sin que él lo sepa. Fue muy doloroso… Terminé hospitalizado desde los seis meses ya que todo empezaba a complicarse. Al final… Tuve que dar a luz prematuramente. Y… La pequeña nació sin respirar.

La respiración de Fei Long se había cortado por unos segundos al creerse lo peor.

-La pequeña… Falleció?

-Nació sin respirar. Sus pulmones no estaban muy bien desarrollados. No me la quisieron dar, porque creían que aún había esperanza de que estuviera viva y pudiese respirar con las máquinas. Pero no. No había solución.  –Y respiró fuerte, mirando al techo. –Sakura no dejaba de gritar que todo era su culpa, que quería morirse, que tenían que matarla, que era una maldita… Pero yo no pude decirle nada. Y no era porque ella tenía razón… Pero yo entré en un fuerte estado de shock y solamente volví a mi dura realidad cuando los médicos me dijeron que podía ir a despedirme de ella.

El joven de ojos metálicos se acercó justamente detrás de su mejor amiga y familiar, tocando su hombro para darle confort, porque su mirada se volvió una de culpabilidad y tristeza al recordar ese duro momento.

-Cuando fui a verla, estaba sobre un pequeño mueble… Estaba tiesa, no había pulso… Estaba muy bonita. Con todo blanco…. Recuerdo que todo lo que ella usaba era el primer conjunto que Sakura me había dado de regalo. Era hermosa… Se veía tan suave, tan hermosa… Tenía mucho cabello como Ryuichi al nacer. Cuando la tomé en mis brazos me di cuenta de la realidad al haber perdido la única razón para luchar por Asami y me desplomé en llanto, la abracé con ternura y lloré con ella en mi pecho mientras pensaba que ella sería la reina, la princesa de mi vida, de mi alma… Y entonces…. –Suspiró, recordando ese preciso momento como un regalo… -Fue un milagro…

-Milagro?

-Ella estaba llorando. Muy bajito… Estaba algo azul, y parecía querer llorar con toda su alma… Luchando por querer sobrevivir. –Sonrió y se remojó los labios para dejar ir un largo suspiro. –No sabía qué hacer con ella, pero como “madre” salí corriendo en busca de los médicos por ayuda, porque mi hija estaba viva. Me la arrebataron y me acompañaron para ponerla en una incubadora con muchas máquinas, diciendo que fue un milagro, un regalo divino digno de apreciar. Era una pequeña diosa… un ángel… que se convirtió en mi guía, mi razón para luchar y convertirme en quien soy ahora.

Todos estaban alagados al escuchar la hermosa historia de la hija de Akihito, la historia era tan emotiva que el mismo Fei Long se había puesto a llorar por tantas emociones dichas en la historia, y que no se cansaría de oírla.

-Y... Cómo se llama la pequeña.

-Su nombre es muy especial… En estados Unidos, Su nombre es Beatrix Miller…. Pero en japonés aunque no sea reconocido verdaderamente por el padre… Pero Sakura hizo de las suyas para que llevara el apellido… Su nombre es Asami Annaisha.  Hoy tiene siete añitos y es una pequeña genio en miniatura…. La conocerán muy pronto.

-Dónde está?

-Está en Japón. Está al cuidado de uno de mis mejores comandos. Es también uno de mis tutores. –Dijo antes de volverse a sentar en su respectivo sitio.

-Ansío verla. –Comentó Kirishima emocionado por conocer a la hija de su jefe.

-No tardarán en conocerla.

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-Ahora que tu haz alcanzado tu objetivo, Akihito. Cuál es el plan? –Preguntó Kudora.

-Ahora que estoy completamente a la altura de destronar a ese hijo de la gran puta de Reyner. La misión se ha alargado más de lo que me imaginé. –Comentó el joven mientras se cruzaba los brazos.

-Y eso? –Preguntó el ruso.

-La razón de Erick Reyner por acabar con el imperio Asami es un gran misterio y deseo descubrirlo mientras estoy arrancándole órgano por órgano de su asqueroso plan. –Contesto Akihito.

-Aparentemente, hay una serie grande de involucrados y unos grandes misterios por resolver ligados a una serie de asesinatos que hubieron en el pasado. Creemos que el Asesinato de Amil Adil puede darnos una gran pista para lo que queremos saber. Ryuichi no tiene enemigos solamente por tenerlos y yo tampoco los tengo. Además de que no tenemos nada que ver con algún hecho que lie a los canadienses para tenernos de enemigos. Además de que tenemos que alejar a Ryuichi del medio para proceder.

-Salvar a Asami-sama es delicado. Pero para que se dé cuenta de su realidad, hay que dejar que él tome esas horrendas pastillas. –Dijo Kirishima.

-Pastillas? –Preguntaron todos al mismo tiempo, confundidos y curiosos.

-Así es. Hace cuatro años, Asami-sama descubrió que Erick Reyner no era su esposo. Y cuando estuvo dispuesto a matarle, subió solo a su hogar impidiendo que lo acompañásemos. Solo dijo que era algo que “él debía resolver él solo” y se fue a su piso sin despedirme. No supimos nada de lo que pasó, pero un hombre que vigilaba el pent-house desde el exterior nos dijo que había una “curandera” que hizo olvidar algo en especial…. Como amnesia, algo que lo bloquea y que le impide acordarse sobre su verdadero esposo. Por ejemplo; al día siguiente de ese hecho, llegó a su trabajo muy normal, hasta “animado” por así decirlo, y al ver una de las cámaras de Asami-sama (Ósea, Akihito), preguntó de quién era… Y le respondí que era de Akihito-sama. Más él me dijo “Akihito nunca fue un fotógrafo”.

Ok, eso los dejó perplejos y seriamente confundidos.

Cómo eso es posible, qué le hizo? Esa bruja ha borrado parte de sus recuerdos y los ha reemplazado por unos nuevos y completamente falsos.

-Entonces… Yo me encargaré de quitarle esas pastillas. –Dijo decidido el joven azabache mientras se ponía abruptamente de pie con mucho coraje y ganas de matar a ese infeliz. Ahora que de verdad se las verá con él cuando sea la hora de llenarle el trasero de plomos.


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Pont de l’Alma – Paris (Francia) – Misma noche – 02:26


Luego de la gran reunión, todos se marcharon a sus respectivos hoteles antes de volver a sus respectivos hogares en sus países de origen (excepto Kudora, que seguirá siendo resguardado por la mafia de Baishe en Hong Kong).

Akihito (Jayden) decidió darse un paseo por la hermosa ciudad a altas horas de la noche para pensar un poco, distraerse y pensar; así digerir todo de lo que se enteró sobre lo que dijeron sus amigos, y pensar sobre el día siguiente. Estaba aún inquieto porque se vería con Ryuichi y pasaría tiempo con él, por lo que tenía muchas tareas, y una de ellas, es quitarle esas asquerosas pastillas al Yakuza.

-No me será tan difícil arrebatarle esas aspirinas de su portafolio. –Murmuró para sí mismo al observar la hermosa Torre Effiel.

Necesitaba calmar sus ansias y sus ganas de no cometer una locura, estaban demasiado desordenado de su mente y necesitaba tranquilizarse. Las cosas estaban tomando el camino que deben tomar, pero se estaba comenzando a impacientar, porque al escuchar todo lo que los demás habían dicho durante el encuentro íntimo para mantenerse al día, solamente lo ha descontrolado y sabía que debía actuar con rapidez, porque Ryuichi estaba en peligro, porque si ese maldito se hacía con Asami y lo mataba, las cosas podrían descontrolarse… Obviamente él ganaría la batalla de todas maneras, más él no quería ni podía: perder a su esposo.

Ryuichi tiene que saber la verdad. Que su esposo está vivo, que su prima está viva; que ese maldito era una falsedad, que el imperio estaba peligrando; que tenía una hija… Que él lo seguía amando sin importa qué. Porque a pesar que Ryuichi se esté acostando con otro hombre, no es su culpa, al contrario; es suya por dejar a ese maldito disfrutar de él, de verlo desnudo, de escuchar su ronca voz… De sentirlo en todas sus facetas.

Lo enervaba al máximo y sentía su sangre arder de rabia e ira.

Ryuichi aquí sería la víctima más grande de la historia, quien no lo sabe aunque lo sabe: porque aunque tenga “amnesia falsa”, sabe y siente que ese con el que hace el amor no es su esposo.

“Asami-sama dice que algo nunca cuadra cuando está con él, pero no logra descifrar el qué”

Esas palabras fuertes de Kirishima no dejan de zumbar en su mente y perturbarle al punto de mandar todo a la mierda e ir por Ryuichi, quien de seguro se encuentra a unas cuantas calles. Borrar todas esas huellas, su saliva…. Su asqueroso recuerdo será una de sus más grandes tareas. Pero primero lo primero era…

-Quitarle esas asquerosas aspirinas.

Si entendió bien por parte de Kirishima, era que Asami las tomaba una vez que empieza a sentir migraña. Cuando la empieza a tener, inconscientemente lleva un par de dedos hasta la punta de la nariz y cierra fuertemente los ojos producto a la incomodidad y el dolor, luego respira profundo y luego busca el frasco en el portafolio. Él siempre tiene un frasco en su portafolio y en su cuarto, y solamente es Erick quien se las administra, así que desaparecer las pastillas de ambas partes de la casa.

-Tendré que pedirle ayuda a Kirishima-san… -Volvió a murmurar en voz baja, y soltó un último suspiro.

-Veo que estás pensando sobre las aspirinas.

Akihito se sorprendió por un segundo, y al voltear hacia el origen de la voz, sonrió cómplice al ver a Sakura ahí, parada y con los brazos tras la espalda. }

 

 

-Te preocupé?

-No. Entiendo que necesitas unos momentos para estar solo y pensar. Todos necesitamos ese momento de privacidad.

Akihito ríe un poco y vuelve a mirar la torre. Sakura se acercó, y se apoyó del puente como él, para fijar su vista sobre el mismo objetivo que el otro.

-No podemos quitarle las pastillas así de fácil. –Exclamó. –Pero reemplazarlas con verdaderas aspirinas para el dolor y la migraña pueden servir.

-Pensé lo mismo. –Y cerró los ojos. –Así su propio cuerpo elimina los efectos de las que él suele usar. Y pronto su mente volverá todos los recuerdos. Pienso pedirle a Kirishima de poder reemplazar las que tiene en su habitación. Suele despertarse en la noche para tomar nuevas aspirinas para el dolor para poder dormir.

-Sabemos que el trabajo mantiene demasiado tiempo a Ryuichi despierto, por lo que no descansa casi mente en estos días.

-Kirishima me mantendrá informado. Pondrá cámaras y micrófonos escondidos en toda la casa para que yo también pueda vigilarlos. Necesito saber más sobre ese maldito imbécil y poder controlar a Ryuichi de lejos.

-Mañana estarás con él, no?

-No. Solo seremos Ryuichi y yo.

Sakura al parecer no entendió esa parte.

-Qué?

-Acordamos que iríamos sin nadie más que nosotros solos. No querremos llamar la atención y así tendremos más tiempo para que podamos compartir.

-Y entonces qué haré yo?

-Tengo una misión para ti. –Y de su abrigo sacó una hoja de papel bien doblada y cuidada, dándosela a la mujer quien aún confundida miró el papel, lo abrió y empezó a leerlo. –Quiero que vayas mañana mismo a esta dirección y hagas una investigación que solamente tú puedes hacer. Además te acompañará un escuadrón para que puedan coger todo lo que sea de importante e investigarlo a fondo… Servirá para la investigación.

-Qué es? –Preguntó.

-Ni yo mismo lo sé. Pero algo en mí dice que no habrá mejor persona que tú que pueda ver lo que haya ahí.

Sakura pareció no haberse confiado, pero confiaba en su estudiante y mejor amigo, por lo que asintió con la cabeza y terminó por doblar el papel para después guardarlo.

-Te irás a medio día. Yo me iré con Asami a Mónaco a las 10:20. Será un Jet y tu escuadrón te acompañará para la misión. Ya Reborn debe haber terminado su parte de la misión y debe estar dirigiéndose al aeropuerto para ir a Senegal. Jason sigue cuidando de Annaisha y vigilando de cerca a Erick. Manuel y Ricardo viajarán al puedo de Amoroi para recuperar dos cosas importantes y tú irás a ese lugar.

-Entiendo. –Asintió y cruzó los brazos en el pecho y cerró los ojos. –Haz crecído mucho, Akihito.

-Ustedes cinco me han hecho crecer hasta lo que soy hoy en día. Deben sentirse orgullosos de su gran trabajo. Eres como una madre, una hermana, una amiga y una confidente que jamás pueda dejar ir. Y, aunque sé que en el fondo, te sigues culpando por lo de Annaisha… -En eso la mayor se entristece. –Deja de hacerlo. Ella está bien, está creciendo, es muy inteligente, astuta como ustedes dos. Es una excelente guerrera de nivel y te ama con todo el corazón. Porque ella también lo sabe.

-Lo siento…

-Hey. –Este quedó frente a frente a ella y la tomó de un hombro con una mano, y con la otra tomó su mentón para que lo mirara a los ojos. –Sabes que todo esto valió la pena, porque avanzamos mucho con la misión, porque no sabes lo hermoso que fue verla cuando a pesar de que casimente estaba muerta, pudo llorar de nuevo… Y crece sana, con energía y vida. Con ganas enormes de conocer a su papá, de salvarlo, de abrazarlo. Además, tú propusiste este plan… No te andes arrepintiendo.

-Eres un caso, Akihito.

-Lo sé. –Y le dio un gran abrazo, uno que demostraba y enseñaba todo el cariño que tiene para darle y que jamás le guardaría rencores, que la amaba y que la adora. –Eres más que familia para mí. Tú eres una gran parte de mi ahora, como Annaisha, Como Ryuichi, como Reborn, Jason, Manuel y Ricardo.

-Gracias, Akihito.

-Gracias a ti por formar parte de mi vida, Sakura. –Y la soltó, para ponerse en marcha por donde vino y ser seguido por ella muy contenta. –Ahora andando. Mañana tendremos un día muy ajetreado! 

Notas finales:

Qué les pareció? Seh... La pobre Annaisha nació muertita pero no lo estaba realmente, sino que no había contacto con sus vías respiratorias y no hubo contacto con calor corporal. He escuchado hablar de casos como esos y quise inventar. 

Espero sus comentarios ansiosamente!!

Así que.. Bye bye!


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